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1274 Ensayos de Masoneria y simbolismo

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Nelson Ospina Franco

ENSAYOS DE MASONERÍA

Y SIMBOLISMO


Colección Especial

© Nelson Ospina Franco

nelosfra@hotmail.com

© Caza de Libros

Primera Edición: Caza de Libros 2019

ISBN: 978-958-5435-79-7

Dirección General: Pablo Pardo Rodríguez

Diagramación: Emilse Herrera Quevedo

Caza de libros

cazadelibros@gmail.com

fundaproempresa@gmail.com

www.cazadelibros.com

Impreso en Colombia

Talleres de Caza de Libros - Fundaproempresa

Ibagué. Carrera 7A # 19 - 41 Teléfono: (8) 2788163 Cel: 310 8590495

Pereira. Calle 15 N° 5-43 Local 102 Ed. Don Marcos. Cel.: 322 638 5602

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta,

puede ser reproducida, almacenada o trasmitida de manera alguna ni

por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de

grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.


LAS COLUMNAS

DEL TEMPLO MASÓNICO

LAS LEYENDAS DE HIRAM


CONTENIDO

1- JAKIM, LA TRADICIÓN PROFANA

I. Las columnas del Templo Masónico y la religión

judeocristiana............................................................

II. Construcción del Templo de Salomón según el

Antiguo Testamento.................................................

A - Antecedentes y preparativos de la construcción

del Templo................................................................

B - Construcción del Templo, medidas, proporciones

y decorados....................................................

C - Construcción de edificios adicionales, la casa

para la hija del faraón, las obras de Hiram-Abif y la

construcción de las columnas..................................

III. Interpretación simbólica e iniciática de la construcción

del templo..................................................

IV. El Templo Masónico es espejo del Templo de

Salomón..................................................................

V. Las columnas de Isis............................................


2- BOHAZ, LA TRADICIÓN SAGRADA..............

I. La iniciación del fuego.........................................

II. Hiram-Abif el Herrero fenicio Iniciado del fuego...

III. Primera leyenda de Hiram, hierofanía luciferina....

IV. Segunda leyenda de Hiram, hierofanía solar......

V. Iniciación Masónica: hierofanía solar y alquímica

del esoterismo monoteísta.......................................


1-JAKIM LA TRADICIÓN PROFANA

I

LAS COLUMNAS DEL TEMPLO MASÓNICO

Y LA RELIGIÓN JUDEOCRISTIANA

Los vínculos de la masonería con la tradición judeocristiana

no son simples referencias accidentales, como

si el nombre de Hiram hubiera sido tomado del

Antiguo Testamento como un simple artificio para crear

el mito masónico. Como tampoco son arbitrarios los

nombres que les damos a las dos columnas del Templo

Masónico, idénticos a los nombres de las columnas del

Templo de Salomón, Jakim y Bohaz. ¿Será acaso todo

esto una fantasía artificial, apenas literatura? ¿O de

pronto hay una historia simbólica e iniciática?

Esto es sabido por los masones, pero tomado muy

superficialmente, pues somos generalmente agnósticos

y queremos saber muy poco del tema bíblico; a mí

personalmente me pasa. Quizás por reacción al abuso

clerical del tema la Iglesia terminó provocando, con sus

métodos didácticos, una alergia hacia el estudio bíblico,

pues su visión dogmática, fetichista y racionalista de lo

místico provoca un fanatismo enervante que choca a las

mentes inquietas filosófica y simbólicamente, que no


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pueden aceptar la interpretación de los textos bíblicos

descontextualizados de las formas tradicionales de interpretación,

es decir sustraídos de su esoterismo.

Los textos bíblicos no eran para uso indiscriminado

de las comunidades; solo podían ser interpretados

por los rabinos para los fieles.

La actividad religiosa del individuo primitivo es

politeísta, el monoteísmo religioso nació posteriormente

solo a través de un gran esfuerzo, casi siempre

cruel y doloroso. Es difícil para la mente sencilla y

primitiva concebir la faz de un Dios único, cuando

lo que ve por todos lados es la diversidad de lo divino,

pues ve a Dios en todas las cosas: el hombre primitivo

es animista y panteísta. Fueron los iniciados quienes

captaron la dificultad de intentar concebir la idea de

Dios a través de la forma normal del pensamiento; lo

más cercano a lo divino, a su fuego, lo intuían a través de

símbolos, estos por naturaleza polimorfos, polisémicos.

Obviamente los muchos sentidos del símbolo tienden

a producir politeísmos, la mente simbólica primitiva

intenta concebir un Dios de muchas caras, representando

dioses. Es el pensamiento verbal abstracto el que nos

permite imaginarnos a un dios único, de una sola faz.

Es la mente abstracta la que crea el monoteísmo. Este

paso en la historia de las religiones es el que da origen a

las tres religiones monoteístas existentes hoy en día, la

judía, la cristiana y la musulmana.

La judía se mantiene en su juramento inicial de no

adorar ninguna imagen sensible de Dios; los cristianos

en el fondo nacen como una herejía judía y asumen a

Jesús como Mesías y lo adoran haciendo imágenes de él;

Mahoma apoyado en las dos anteriores religiones repara

la idolatría de los cristianos haciendo mezquitas para el


Ensayos de masonería y simbolismo

Dios judeocristiano, al cual llamó Alá, templos en los que

no existe absolutamente ninguna imagen de Dios. No

permiten hacer retratos ni del profeta Mahoma; en este

aspecto ellos retornan al judaísmo original.

Las tres religiones tienen su esoterismo. La cábala

es el esoterismo de los judíos. Los cristianos primitivos

son terapeutas, gnósticos y juanistas. Los esoteristas musulmanes

son los sufís, esos magos y místicos de la Bagdad

de Las mil y una noches. Además, al cristianismo le

aparecen durante la Edad Media otras formas esotéricas

que le dan impulso y lo acaban de forjar y realizar:

los celtas, las órdenes de caballería, los alquimistas y

las órdenes constructoras, y es acá donde aparece la

masonería, integrada ésta a la historia de la sociedad

cristiana y a su religión, de pronto haciendo la crítica

religiosa de fondo que la religión profana no podía, pues

había perdido su esoterismo. Hija de esta actividad es la

Rosa-Cruz y en gran parte la Reforma. El desarrollo de

esa historia la conocemos los masones y aún no termina;

el papado siempre ha tenido la espina masónica bajo el

trono, el reclamo esotérico que viene desde la Edad media,

cuando la revolución mística del cristianismo iniciático,

que llegó de Oriente con las Cruzadas, fue traicionada

por la Iglesia. La era de Piscis terminó, el tiempo de

Cristo se cumplió, se realizó, y la oportunidad pasó para el

cristianismo iniciático. Los masones tienen que continuar

con su destino místico, propiciando el nacimiento del mito

de la religión de Acuario, al trasmitir al siglo veintiuno su

arcaica herencia iniciática, e Iluminar el mundo iniciático

de los dioses de Acuario, que están por nacer.

Obviamente que si como masones aceptamos la

herencia cabalista estamos asumiendo el esoterismo

que dio origen al judaísmo y al cristianismo, y desde esa


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perspectiva los textos bíblicos tienen otro carácter, dejan

de ser dictados por Dios y se convierten en los textos de

una historia simbólica y mística. Los sacerdotes e iniciados

judíos consideraron sagrada la historia del pueblo que

encarnó la primera religión monoteísta que tuvo éxito.

Religión donde los dioses paganos desaparecieron para

dar paso a un Dios único, abstracto e invisible y a su

“pueblo escogido”, el que empezó a encarnar en su

historia la vida de los dioses, tal como Robert Graves

lo demuestra en su libro Los mitos hebreos, donde dice

que los dioses del mundo pagano aparecen en la historia

judía detrás de los profetas, reyes y jueces. Los dioses

se encarnan y viven como hombres, los hombres allí

simbolizan una historia metafísica.

El mito judío es una versión nueva del mito clásico;

oficia otro grado de simbolismo mítico, del cual no es

extraño que naciera el mito de Jesús, el Dios de Israel

encarnado en un hombre. Para los judíos ortodoxos

Cristo es una herejía; para nosotros Cristo es la inevitable

consecuencia del grado de simbolismo religioso judío,

el cual daría lugar a dos religiones monoteístas cuyos

pueblos están en el mundo profano de hoy desangrándose

mutuamente junto con ella, precisamente en el Oriente

Medio, donde nacieron las tres religiones.

Esta perspectiva de la Biblia como un texto

simbólico es lo que permite escudriñar su esoterismo.

En rigor, el Pentateuco lo lee el cabalista de acuerdo a las

técnicas de la Gemuráh, el Notaricón y la Gematría que

son técnicas de un simbolismo verbal donde las letras

son geroglifo y número, y el significado de las palabras

se obtiene descifrando sus relaciones numéricas con

otras palabras y su sentido místico y poético. De esta

manera es interpretado el Pentateuco en el Libro del


Ensayos de masonería y simbolismo

Zohar (Sepher ha Zohar) de Moisés de León, donde

con base en esta mística verbal se analizan o, mejor, se

meditan los cinco libros de Moisés.

El Zohar es la visión esotérica o sagrada del texto

profano de la Biblia. Pudiéramos decir que la Biblia

es la letra y la cábala; es el espíritu. Además, el Zohar

es un libro canónico de los judíos, pero los cristianos

obstinadamente ignoramos su existencia; bueno, la

Iglesia y las infinitas sectas cristianas que nacieron

con la Reforma, fanáticas de una Biblia que pocos

entienden y otros pocos no dejan de tergiversar.

La Iglesia no acepta la concepción cabalista, la

Inquisición la persiguió, quedándose la Iglesia con la

letra muerta de los textos sagrados, pues no teniendo

el conocimiento cabalístico no pudo interpretar

el espíritu de la Biblia. Afirmamos que la Iglesia

moderna no manifiesta esoterismo alguno distinto

del de la simple beatitud. Si comparamos la mística

de la Iglesia con las orientales, en particular la del

sistema yoga, la Iglesia se quedó con una de las cinco

formas de yoga, se quedó en su versión del batky yoga,

o yoga de la beatitud; a eso se redujo el esoterismo

cristiano, a la forma más simple de lo religioso. Bueno,

simplemente es lo que queda del resplandor de un

mito que ha durado lo necesario, cumplió su papel y

se extrovirtió totalmente, se desnudó, se realizó.

El agua de la era de Acuario está liberando a los

peces de la era de Piscis que se sumergen ya en el mar

del cosmos, liberando así a Jesús de su cruz después

de que su mito cumplió su ciclo zodiacal de dos mil

años. Los clavos caen ya sobre los tambores del tiempo

y responden las trompetas apocalípticas, las de la

revelación o renovación religiosa. La era del espíritu


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ha llegado; si hemos de creer en los mitos, entonces

qué hacemos aquí en este templo si no creemos ni

en la reencarnación, ni en Dios, y menos en la “Era

del Espíritu”, señalada por el avance del Sol sobre el

zodiaco que cubre este templo.

Aparentemente nos hemos alejado de nuestro objeto,

las columnas del templo masónico; pero no como

cuando se construye cualquier templo, simplemente

estamos allanando el terreno y oficiando los ritos de

consagración de obra, para que los cimientos de lo

que me atrevo a emprender por orden del venerable

maestro de este taller, Augusto Méndez, tengan al

menos el intento de un buen comienzo.

II

CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO

DE SALOMÓN

SEGÚN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Transcribo a continuación, y bajo los criterios antes

expuestos, los textos del Antiguo Testamento en los

que se narran los antecedentes y la construcción

del Templo de Salomón, la participación de Hiram,

rey de Tiro, proveedor de materiales y mano de obra

experimentada, y la de Hiram-Abif, maestro artesano

del bronce. Claro que me he tomado la libertad de

aligerar el texto dejando de transcribir los elementos

que no considero significativos en el tema tratado.


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A- ANTECEDENTES Y PREPARATIVOS DE LA

CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO

I. REYES 5

1 Entonces Hiram, rey de Tiro, al oír que a

Salomón lo habían ungido rey en lugar de su padre,

envió sus servidores a Salomón; porque Hiram siempre

estimó a David.

2 Y Salomón envió a decir a Hiram:

3 Tú sabes que, debido a las guerras que le

rodearon, mi padre David no pudo edificar una casa

al nombre de Jehovah su Dios, hasta que Jehovah puso

a sus enemigos bajo las plantas de sus pies.

4 Pero ahora, Jehovah mi Dios me ha dado reposo

por todas partes; no existe adversario ni calamidad.

5 Y he aquí que yo me he propuesto construir una

casa al nombre de Jehovah mi Dios, como Jehovah habló

a mi padre David diciendo: Tu hijo, al que pondré en tu

trono en tu lugar, él edificara una casa a mi nombre.

6 Ahora pues, manda que corten cedros del Líbano

para mí. Mis siervos estarán con tus siervos, y yo te

daré por tus siervos el pago según todo lo que indiques,

porque tú sabes que no hay nadie entre nosotros que

sepa cortar los árboles como los sidonios.

7 Aconteció que cuando Hiram oyó las palabras

de Salomón, se alegró muchísimo y dijo: ¡Bendito sea

hoy Jehovah, que ha dado un hijo sabio a David sobre

ese pueblo tan numeroso!

8 Entonces Hiram envió a decir a Salomón: He

escuchado lo que me mandaste a decir. Yo haré todo


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lo que desees con respecto a la madera de cedro y a la

madera de ciprés.

10 Entonces Hiram daba a Salomón toda la

madera de cedro y de ciprés que quiso.

12 Jehovah dio a Salomón sabiduría, tal como le

había prometido. Había paz entre Hiram y Salomón,

y ambos hicieron una alianza.

13 Entonces el rey Salomón realizó una leva en

todo Israel, para tributo laboral. Los reclutados para

el tributo laboral fueron treinta mil hombres.

14 Adoniram estaba a cargo del tributo laboral.

15 Además, Salomón Tenía setenta mil cargadores

y ochenta mil canteros en la región montañosa,

16 sin contar los oficiales que Salomón había

establecido al frente de la obra, los cuales eran tres mil

trescientos; estos mandaban a la gente que hacía la obra.

17 El rey mandó que extrajesen piedras grandes,

piedras costosas, para poner los cimientos del templo

con piedras labradas.

18 Los constructores de Salomón, los de Hiram

y los de Biblos tallaron y prepararon la madera y las

piedras para construir el templo.


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B. CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO, MEDI-

DAS, PROPORCIONES Y DECORADOS

1- REYES CAPÍTULO 6.

1 Aconteció que Salomón comenzó a edificar la

casa de Jehovah en el año 480 después que los hijos de

Israel salieron de la tierra de Egipto, del cuarto año

del reinado de Salomón sobre Israel.

2 La casa que el rey Salomón edificó para Jehovah

tenía sesenta codos de largo, veinte codos de ancho y

treinta codos de alto.

3 El pórtico delante del lugar santo del templo

tenía veinte codos de largo, a lo ancho de la casa, y

diez codos de ancho en el frente de la casa.

7 Cuando edificaron el templo, usaron piedras

enteras labradas en las canteras, de manera que

mientras lo construían, no se oía en el templo el ruido

de martillos, hachas ni otras herramientas de hierro.

9 Construyó, pues, el templo y lo terminó. Luego

cubrió el edificio con vigas y tablas de cedro.


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PLANO DEL TEMPLO DE SALOMÓN Y SU ORIENTACIÓN

11 Entonces vino la palabra de Jehovah a Salomón,

diciendo:

12 Respecto a este templo que tú edificas, si caminas

en mis estatutos, y pones por obra mis decretos, y guardas

todos mis mandamientos andando de acuerdo con ellos,

yo cumpliré contigo mi palabra que hablé a tu padre David:

13 Habitaré en medio de los hijos de Israel, y no

abandonaré a mi pueblo Israel.

15 Después revistió el lado interior de los muros

del templo con tablas de cedro; los recubrió de madera

por dentro, desde el suelo del templo hasta las vigas

del artesonado. También cubrió el suelo del templo con

tablas de ciprés.

16 Al fondo del templo hizo un compartimiento de

veinte codos, con tablas de cedro desde el suelo hasta

las vigas. Y adentro le dispuso el santuario interior, es

decir, el lugar santísimo.


Ensayos de masonería y simbolismo

19 También preparó por dentro el santuario

interior, en medio del templo, para poner allí el arca

del pacto de Jehovah.

20 El santuario interior Tenía veinte codos de

largo, veinte codos de ancho y veinte codos de alto; y lo

recubrió de oro puro. También recubrió de cedro el altar.

21 Después Salomón recubrió de oro puro el

interior del templo y puso cadenas de oro en la parte

delantera del santuario interior, y lo recubrió de oro.

23 Hizo también en el santuario interior dos

querubines de madera de olivo, cada uno de diez

codos de alto.

27 Luego puso los querubines en medio del santuario

interior. Las alas de los querubines se extendían

de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala del

otro querubín tocaba la otra pared; y las otras dos alas

que daban al centro del recinto se tocaban ala con ala.

29 En todas las paredes alrededor del templo,

en el interior y en el exterior, talló bajorrelieves de

querubines, palmeras y flores abiertas.

30 Y cubrió de oro el suelo del santuario, tanto el

interior como el exterior.

31 Para la entrada del santuario interior hizo

puertas de madera de olivo. Los postes de la puerta

eran pentagonales.

33 De la misma manera hizo para la entrada del

templo postes cuadrangulares de madera de olivo.

34 Las dos puertas eran de madera de ciprés.

Las dos hojas de una puerta eran giratorias. Y las dos

hojas de la otra puerta también eran giratorias.


38 Lo edificó en siete años.

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Es claro el simbolismo del número de años que

duró la edificación del templo: siete años. El número

siete es el número de las luces que componen el

candelabro sagrado o menorá. El simbolismo del

siete es variado y complejo, es el número clave de

cualquier estructura simbólica, el círculo genera el

siete. El cerebro estructura en siete los umbrales de

la percepción, tendemos a dividir todo en periodos

de siete, siete colores, siete planetas, siete metales,

siete chacras, etcétera.

C. CONSTRUCCIÓN DE EDIFICIOS

ADICIONALES,

LA CASA PARA LA HIJA DEL FARAÓN,

LAS OBRAS DE HIRAM-ABIF Y LA

CONSTRUCCIÓN DE LAS COLUMNAS

1 REYES CAPITULO 7

1 Después Salomón edificó su propia casa en

trece años.

7 También edificó el Pórtico del Trono, o Pórtico

del Juicio, donde había de juzgar, y lo recubrió con

cedro desde el suelo hasta las vigas.

8 Salomón también edificó una casa parecida

a este pórtico, para la hija del Faraón, que había

tomado por mujer.

13 El rey Salomón envió a traer de Tiro a Hiram,

14 Hijo de una viuda de la tribu de Neptalí, cuyo

padre era un hombre de Tiro, un artesano en bronce. Él


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estaba lleno de sabiduría, inteligencia y experiencia

para hacer todo el trabajo en bronce. Él fue al rey

Salomón e hizo toda su obra.

15 Hiram modeló las dos columnas de bronce;

cada columna tenía dieciocho codos de alto, y una

circunferencia de doce codos.

18 Hizo las granadas en dos hileras alrededor de

cada red para cubrir los capiteles de la parte superior

de las columnas.

19 Los capiteles que estaban sobre las columnas

en el Pórtico Tenían forma de lirios, y eran de 4 codos.

20 Los capiteles sobre las dos columnas tenían

doscientas granadas en dos hileras, encima de la

parte abultada del capitel que estaba encima de la red,

tanto en el primer capitel como en el segundo.

21 Entonces erigió las columnas en el pórtico del

templo. Cuando erigió la columna del sur le puso por

nombre Jaquín; y cuando erigió la columna del norte

la llamó Boaz.

22 Puso en la parte superior de las columnas un

motivo de lirios. Así concluyó la obra de las columnas.

23 Hizo también la fuente de bronce fundido

25 Estaba asentada sobre doce bueyes: tres

miraban al norte, tres al oeste, tres al sur y tres al

este. La fuente estaba asentada sobre ellos, y todas sus

partes traseras daban hacia la parte interior.

26 La fuente tenía un palmo menos de espesor; su

borde era como el borde de un cáliz o de una flor de lirio.

40 Así terminó Hiram de hacer toda la obra que

hizo para el rey Salomón, en la casa de Jehovah:


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46 El rey los hizo fundir en la llanura del Jordán,

en tierra arcillosa, entre Sucot y Saretán.

47 Salomón dejó de pesar todos estos utensilios

por su gran cantidad; no se averiguó el peso del bronce.

48 Salomón también hizo todos los utensilios de

la casa de Jehovah: el altar de oro, la mesa de oro sobre

la cual estaba el pan de la presencia,

49 Cinco candelabros de oro puro que estaban al

sur, y otros cinco al norte, delante del santuario interior,

con las flores, las lámparas y las tenazas de oro.

51 Entonces Salomón introdujo las cosas que su

padre David había consagrado, y puso la plata, el oro

y los utensilios en los tesoros de la casa de Jehovah.

3- EN 2-CRÓNICAS SE REPITE OTRA

VERSIÓN DE LOS MISMOS

HECHOS DE 1 REYES,

SIENDO MÁS CLARO EL PAPEL

DE HIRAM--ABIF.

2-Crónicas capítulo 2

Dirigiéndose Salomón al Rey Hiram le dice:

4 He aquí, yo voy a construir una casa al nombre

de Jehovah mi Dios, a fin de consagrársela para quemar

incienso aromático delante de él, para la presentación

continua de los panes, y para los holocaustos de la

mañana, de la tarde, de los sábados, de las lunas nuevas

y de las fiestas solemnes de Jehovah nuestro Dios, lo

que a Israel le corresponde ofrecer perpetuamente.


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5 La casa que voy a construir será grande, porque

nuestro Dios es más grande que todos los dioses.

6 Pero, ¿quién ha de ser capaz de construirle una

casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no

le pueden contener? ¿Quién, pues, soy yo para que

le construya una casa, aunque sea sólo para quemar

incienso delante de él?

7 Ahora pues, envíame un hombre hábil para

trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en

púrpura, en carmesí y en material azul, y que sea

experto en tallados, para trabajar junto con los que

están conmigo en Judá y en Jerusalén, a quienes ha

preparado mi padre David.

A lo que le contesta Hiram:

13 Yo, pues, te envío a Hiram-Abif, un hombre

hábil y entendido.

14 Él es hijo de una mujer de las hijas de Dan, y su

padre es un hombre de Tiro. Él sabe trabajar en oro, en

plata, en bronce, en hierro, en piedra, en madera, en

púrpura, en material azul, en lino fino y en carmesí.

También sabe hacer todo tipo de tallados y todos los

diseños que se le asignen. Él estará con tus expertos y

con los de mi señor David, tu padre.

Aquí la historia de Hiram es más clara que en 1

Reyes; allí a Hiram no se le da el sufijo de Abif que

acá es agregado, e Hiram le específica los saberes de

Hiram-Abif, incluyendo la piedra y el material azul.

¿Por qué no puede ser esta última la astrología?


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III

INTERPRETACIÓN SIMBÓLICA

E INICIÁTICA DE LA CONSTRUCCIÓN

DEL TEMPLO

Se puede decir que el pueblo judío tiene en la antigüedad

tres momentos culminantes que son los hitos

que forjan su historia futura y su papel como origen

de las tres únicas religiones monoteístas que existen

en la actualidad.

Usando el símbolo arcaico del pilar para destacar

el valor de un individuo en la edificación del templo

social, fue Abraham el primer pilar judío; al encarnar

el mito de fundación, es claro su papel en un radical

cambio de la religión primitiva de Oriente Medio que

practicaba su pueblo, en la cual había sacrificio ritual

de niños como ofrenda de las familias a los dioses,

como en los cartagineses y su dios Baal. Abraham,

poseído por este espíritu, va a sacrificar a su hijo

cuando Dios le ordena lo contrario, iniciando así

una nueva religión; bueno, ese es el mito inicial del

judaísmo, el del pueblo de los hijos de Abraham, mito

creado quizás por Moisés, no lo sabemos, pero de

todas formas transmitido por él. Claro que es probable

que sí sea el mito de un pueblo de origen cananeo

que habitaba en Egipto, cuando el iniciado Moisés lo

escogió para que adoraran a su Dios Jehová.

El segundo pilar es Moisés, ese gran sacerdote de

pueblo hebreo, pueblo sobre el que legisla y para el

cual compila los mitos y ritos que forjan a largo plazo la


Ensayos de masonería y simbolismo

religión monoteísta que heredamos nosotros, y si hemos

de asumir los hechos que demuestran que Moisés era

un egipcio de los tiempos posteriores al fracaso del

monoteísmo de Akenatón, por qué no hemos de creer

que los iniciados que estaban detrás de Akenatón se

refugiaron en el Sinaí, huyendo de los sacerdotes de

Amón que tomaron la revancha contra ellos.

Tomaron a un clan de los muchos nómadas que

habían llegado con la invasión de los hicsos por allá en el

siglo diecisiete antes de Cristo, y les sembraron el mito

de su religión monoteísta durante los cuarenta años que

duró el éxodo por el desierto, tiempo en que el hierofante

Moisés construyó la generación que llevaría el mensaje

de su religión monoteísta; allí iba implícita una sabiduría

mágica, religiosa y mística de los egipcios. Ante el

rechazo de su pueblo, los heréticos monoteísta se fueron

de Egipto con su revolución religiosa y escogieron el

pueblo hebreo para hacerle la alquimia espiritual para

transformarlo de politeístas en monoteístas. Religión

monoteísta que ningún otro pueblo distinto del judío

ejerció, hasta la llegada de Jesús que universalizó el

exclusivo monoteísmo judío, construyendo una religión

monoteísta para todos, judíos y gentiles.

El tercer pilar lo encontramos en Salomón, quien

parece encarnar la culminación del esfuerzo ancestral y

se constituye en el ápice del mundo antiguo hebreo, que

es cuando el esfuerzo mágico y espiritual de los iniciados

monoteístas de la antigüedad egipcia, tras el fracaso en

su tierra natal, por fin tienen éxito y toman cuerpo en

una edad de oro, constituyéndose en el arquetipo mítico

del monoteísmo en su máximo esplendor.


Nelson Ospina Franco

Esta edad de oro de la religión de Jhave está

simbolizada en el Templo de Salomón, tema en el cual

nos encontramos escudriñando en busca de la relación

iniciática entre él y el templo masónico. Imposible

intentar encontrar un vínculo, si no histórico al menos

simbólico; si no asumimos que la religión de Moisés tuvo

un esoterismo heredado del egipcio, el cual naturalmente

no era revelado sino de rabino a rabino, de boca a boca

y solo a los más aptos. Además, los hebreos bajaban a

Egipto frecuentemente no solo a comerciar sino por

motivos iniciáticos; así lo narra el Zohar.

Egipto es el imperio de la época, su influencia no

solo es política y económica sino religiosa, cultural y

espiritual. Salomón tuvo un harem extenso, pero a la

única de sus esposas que nombra por su origen es a

la princesa egipcia para la cual construye una casa

aparte, como vimos atrás.

Los tirios eran fuente de mano de obra y artesanos

experimentados que usaban los egipcios para sus

construcciones y habían heredado de estos su ciencia

y arte reales. No hay que dudar: el arte y ciencia

de construir, y la organización y administración del

personal en las obras, su instrucción y capacitación,

giraban alrededor de mitos constructores, en

los cuales se simboliza el organismo social que

construye, como un ente mítico, un egregor dirían los

magistas, en el que cada individuo es también mito,

encarnando entre todos un mito constructor, como

los arquitectos dionisíacos que existieron entre los

griegos y construyeron anfiteatros, templos y estadios.

¿Qué otras técnicas pudieron usar los egipcios para

poder planear, organizar, administrar y construir tan


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eficientemente obras tan descomunales y precisas

como las pirámides mil quinientos años antes de

Salomón? Tal parece que es este tipo de revelación

iniciática la que reciben los cristianos y templarios en

Jerusalén y les permite iniciar la revolución del arte

gótico en Europa, tradición iniciática de la cual los

masones heredamos algo.

Ese esoterismo judío no fue hecho público sino

después de su expulsión y la destrucción del tercer

templo. Aparecen los primeros textos de cábala por

el siglo séptimo después de Cristo hasta cuando son

publicados los cinco tomos del Zohar por Moisés de

León en la España mora del siglo trece; a partir de

entonces se estudia más abiertamente la cábala o

ciencia mística de los hebreos, que tiene connotaciones

mágicas, teúrgicas, místicas, proféticas y científicas;

por ejemplo, en el primer capítulo del Zohar, que

corresponde a la interpretación del Génesis, en el

Berishit, nos encontramos con una interpretación

que nada debe envidiar al Big Bang de la cosmología

moderna; es idéntica en el tema cosmológico. Al leer

el Génesis sin la técnica cabalística, no nos cuenta sino

una historia infantil, aun cuando poética; la almendra

está debajo de la letra, el símbolo y el número.

Y desde los ecos de ese esoterismo hebreo de

los cabalistas modernos es desde donde debiéramos

arrancar nuestro estudio, si de simbolismo y tradición

iniciática se trata cuando hablamos de las dos

columnas del Templo de Salomón.


Nelson Ospina Franco

IV

EL TEMPLO MASÓNICO ES ESPEJO

DEL DE SALOMÓN

Comparemos simbólicamente los dos templos, cuyos

planos reproducimos en este ensayo.

Primero, el de Salomón está orientado hacia el Sol

naciente. El Sol nace entre las dos columnas si miramos

desde el tabernáculo hacia el pórtico. El Templo de

Salomón es sumamente sencillo, apenas es la casa de

Dios, y necesita solo un sitio aislado y oscuro, porque

Él mora en las tinieblas más oscuras. Es evidente que

si mora en las tinieblas más densas no tiene ninguna

imagen, es abstracto e invisible, solo es puro verbo.

El grado religioso para el cual fue construido

el templo salomónico está destinado a la religión

profana de los hebreos, es para todo el pueblo

indiscriminadamente, el secreto se quedaba tras el

Sancta Sanctorum, al cual no podía entrar sino el sumo

sacerdote. Las ofrendas y sacrificios se llevaban a cabo

colectivamente en las fechas festivas del minucioso

calendario religioso que habían establecido. Dentro del

templo lo imponente debían ser los dos querubines con

sus alas extendidas y el recubrimiento de oro del piso y

las paredes y los relieves de toros, lirios y palmeras. Todo

el simbolismo llevaba a la elevación abstracta, única

forma de concebir al Dios único e inimaginable. Fuera

de los utensilios de culto, las mesas, los candelabros,

la menorá y los querubines, el Mar de Bronce situado

afuera al sureste, con los doce toros que lo sostenían, y

en el atrio, levantadas frente al pórtico de principal, las

dos columnas de bronce, Jakim y Bohaz.


Ensayos de masonería y simbolismo

Las columnas cuyos nombres fueron puestos por

Hiram-Abif, según el texto bíblico, tienen significados

genealógicos, son órdenes de sacerdocio que encarnan

la diversidad mística del pueblo hebreo. No olvidemos

que estaban simbolizando a nivel individual las fuerzas

místicas del cosmos.

Según el Diccionario enciclopédico de la

Masonería, de Abrines y Arderiu, Jakim significa

estabilidad, firmeza, fuerza. Los masones la traducen

con la frase: mi fuerza está en Dios.

Bohaz significa también fuerza, alegría, y la frase

que lo acompaña es: el bien siempre está conmigo.

Las columnas frente al templo marcaban los límites

de los solsticios, y a través de ellos penetraba el sol al

santuario de Jehová; en los momentos culminantes

de los solsticios encendían fuego e incienso sobre las

columnas. En el Templo de Salomón Dios ha entrado

en el santuario, el hombre y el mundo ha quedado

afuera. En el templo masónico todo se invierte, por

eso se dice que es un espejo.

Cuadro donde se muestran algunas relaciones

entre los dos templos.


Nelson Ospina Franco

Tal parece, pues, que ambos templos están construidos

bajo el mismo modelo, pero en grados distintos de

extroversión, el Templo de Salomón es el templo exotérico

y el templo masónico es el templo esotérico.

En el Templo de Salomón el sol penetra al

amanecer a través de las columnas por el portal

oriental para iluminar el lugar santo.

En el templo masónico el sol ha salido a través

de las columnas por el portal occidental en busca del

poniente, dejando en tinieblas el lugar santo.

El Templo de Salomón celebra la vida profana, el

templo masónico celebra la vida del más allá.

Las analogías, negativas y positivas, abundan en

la arquitectura funcional de los dos mitos, mostrando

que quienes crearon la masonería tenían muy claro

el papel iniciático que jugaba el Templo de Salomón

como obra de arquitectura sagrada. Las leyendas de la

construcción del Templo de Salomón se constituyen así

en el modelo arquetípico de los mitos fundacionales de

la masonería, allí nacen, tienen sus raíces imbricadas

al judeocristianismo.

La pregunta podría ser: ¿los textos bíblicos sí

muestran algún rastro iniciático?

Y claro que sí los encontramos, pero ellos

constituyen la segunda parte de este trabajo; por ahora

vamos a concluir, aclarando los probables significados

de las dos columnas.


Ensayos de masonería y simbolismo

V

LAS COLUMNAS DE ISIS

Segunda carta del tarot

Acudimos a la magia ceremonial y a su Libro del

Tarot para intentar interpretar el sentido de las dos

columnas. Parece que el tarot derivado de la cábala es

más asequible.


Nelson Ospina Franco

Acudimos a Dogma y ritual de la alta magia,

de Eliphas Lévi, capítulo II o “De las columnas del

templo”, haciendo una versión libre:

El mundo de la manifestación comienza en la

dualidad, el mundo de la unidad es inmanifiesto,

inmanente.

El conocimiento supone el binario, el objeto y el

sujeto. El binario es el generador de la sociedad y de

la Ley, es también el número de la Gnosis. El binario

es la unidad multiplicándose a sí misma para crear, y

es por esto por lo que los símbolos sagrados hacen salir

a Eva del mismo pecho de Adán.

Lo que está arriba es —dice Hermes— igual a lo

que está abajo; he aquí al binario sirviendo de medida

a la unidad, y la relación de igualdad entre lo de arriba

y lo de abajo, es lo que con ellos forman el ternario.

El principio creador es el phalo (principio

masculino) ideal y el principio creado es el cetis

(principio femenino) formal.

La inserción del phalo vertical con el cetis

horizontal forma el stauros de los gnósticos, o la cruz

filosófica de los masones. Así, el cruzamiento de dos

produce cuatro, que moviéndose determina el círculo

en todos sus grados.

1 es el principio y 2 es el verbo, la unidad es Boaz

y el binario Jakim.

Estas dos columnas explican en cábala todos los

misterios del antagonismo, sea natural, sea político, sea

religioso, como así mismo la lucha entre el hombre y la

mujer, porque, según la ley de la naturaleza, la mujer

debe resistir al hombre y éste debe encantarla o someterla.


Ensayos de masonería y simbolismo

El principio activo busca el principio pasivo; la

plenitud está enamorada del vacío.

En el tarot el binario está representado por una

gran sacerdotisa que tiene los cuernos de Isis, la cabeza

cubierta por un velo y un libro abierto que oculta a

medias con su manto.

Las dos columnas son el símbolo del equilibrio

mágico y de toda dialéctica.

El Tarot es un libro de magia ceremonial y

cabalística, es un tratado simbólico que sintetiza las

leyes de la magia y no es raro que su simbolismo lo

encontremos por todo el esoterismo masónico.

Las dos columnas son análogas al yang y al yin

del taoísmo.

En muchos de los rituales de la masonería

aparecen más de dos columnas, una columna rota,

el sol que ha salido, que ha muerto y espera su

resurrección en nosotros.

Dice el Diccionario de símbolos, de Cirlot:

En las alegorías y símbolos gráficos casi nunca

aparece una columna sola, sino que son dos. Cuando

están colocadas a los dos lados de un escudo, equivalen

a los tenantes (fuerzas contrarias en equilibrio tenso).

Lo mismo si sostienen un dintel. Los dos pilares

o columnas simbolizan, cósmicamente, la eterna

estabilidad; su hueco, la entrada a la eternidad.

Aluden también al templo de Salomón (imagen de

la construcción absoluta y esencial); señala Saunier

que las dos columnas que se alzan a la entrada de

los templos expresan particularmente las ideas de

evolución y de involución, el bien y el mal (como el


Nelson Ospina Franco

árbol de la vida y el árbol de la muerte -o de la cienciadel

paraíso). En ocasiones esta dualidad se marcaba

físicamente con las distintas naturalezas del material,

en el templo de Hércules en Tiro una de las columnas

era de oro y la otra de una piedra semipreciosa. En la

tradición hebrea, las dos columnas se denominan de

la Misericordia y del Rigor.


2. BOHAZ, LA TRADICIÓN SAGRADA


De pronto lo que viene a continuación puede ser una

buena oportunidad para estudiar los fundamentos de

la leyenda masónica clave, el mito de Hiram, lo cual

obviamente se desarrollará pensando que va dirigida

a la Cámara de Maestros, aun cuando es asequible a

todo aquel que tenga un espíritu filosófico y simbólico.

Este escrito no intenta, ni puede, suplantar la

vivencia mística del psicodrama del rito de iniciación

a la maestría masónica, ojalá se pudiera; apenas

intentamos colocar mojones para una comprensión

moderna de nuestro arcaico rito.

I

LA INICIACIÓN DEL FUEGO

Dice Mircea Eliade en su libro Herreros y

alquimistas a propósito de los ritos y misterios

metalúrgicos del fuego:

La articulación de los ritos y misterios metalúrgicos

del fuego, su fin, la ideología que implican, difieren de

un nivel cultural a otro.

Aun cuando el islamismo se haya extendido grandemente

por Malasia, esta religión extranjera se manifiesta

impotente para asegurar el éxito de las explotaciones

mineras, pues son las antiguas divinidades quienes


Nelson Ospina Franco

disponen de los minerales, así, pues, es absolutamente

necesario recurrir a la ayuda de un sacerdote de la vieja

religión suplantada por el islamismo.

Así, por ejemplo, en los mineros comprobamos ritos

que implican estados de pureza, ayuno, meditación,

oración y actos de culto.

Todas las mitologías de las minas y las montañas,

todos esos innumerables genios, hadas, fantasmas y

espíritus, son las múltiples epifanías de la presencia

sagrada que se afronta cuando se penetra en los niveles

geológicos de la Vida.

Aun cargados de esta sacralidad tenebrosa, los

minerales son encaminados a los hornos. Entonces

comienza la operación más difícil y aventurada. Los

artesanos sustituyen a la Madre Tierra para acelerar

y perfeccionar el crecimiento. Los hornos son, en

cierto modo, una nueva matriz, una matriz artificial

donde el mineral concluye su gestación. De ahí el

número ilimitado de tabúes, precauciones y rituales

que acompañan a la fusión.

Generalmente no se aceptan mujeres cerca de los

hornos, se prohíben las relaciones sexuales para los

orfebres mientras están fundiendo. Lo cual puede ser

un vestigio de una asimilación del fuego y el trabajo

de la fusión al acto sexual. La fusión representa una

reunión sexual sagrada, una hierogamia (mezcla de

minerales machos y hembras) y que, por consiguiente,

todas las energías sexuales deben ser preservadas

para asegurar mágicamente el éxito de la unión que

se verifica en los hornos.

El tema de un sacrificio, incluso personal, con

ocasión de la fusión, motivo mito-ritual en relación


Ensayos de masonería y simbolismo

más o menos directa con la idea del matrimonio místico

entre un ser humano y los metales, es particularmente

importante. Morfológicamente, este tema se inscribe

en la gran clase de sacrificios de “creación”. Para

asegurar la fusión, el matrimonio de los metales,

es preciso que un ser vivo anime la operación, y el

mejor camino para ello sigue siendo el sacrificio, la

transmisión de una vida. El alma de la víctima cambia

de envoltura carnal: cambia su cuerpo humano por un

nuevo cuerpo -un edificio, un objeto, o sencillamente

una operación- al que hace vivo, al que anima.

Estos mitos, ritos y costumbres suponen un tema

mítico original que los precede y justifica, los metales

proceden del cuerpo de un dios o de un ser sobrenatural

inmolado. Y como los ritos no son más que la reiteración

más o menos simbólica del acontecimiento que, in illo

tempore, inauguró el comportamiento o reveló las fases

de un trabajo, la obra metalúrgica exige, por ende, la

imitación del sacrificio primordial. Del mismo modo

que los sacrificios en beneficio de las cosechas reiteran

simbólicamente la inmolación del ser primordial que,

ab origen, había hecho posible la aparición de los

granos, el sacrificio (concreto o simbólico) de un ser

humano con ocasión de la obra metalúrgica tiene por

objeto imitar un modelo mítico.

Como era de esperarse, la obra metalúrgica

aparece también en Mesopotamia, implicando una

serie de actos litúrgicos. Se elegían un mes y un día

fastos, se consagraba la zona del horno, prohibiendo

la entrada a los profanos a la vez que se purificaba a

los obreros, se ofrecían libaciones a los minerales, que

iban seguidas de sacrificios.

El alquimista, como el herrero, y antes que ellos

el alfarero, es un “señor del fuego”, pues mediante


Nelson Ospina Franco

el fuego es como se opera el paso de una sustancia

a otra. Lo que el calor natural —el sol o el vientre

de la tierra— hacía madurar lentamente, lo hacía

el fuego en un tiempo insospechado. El fuego es por

consiguiente la manifestación de una fuerza mágicoreligiosa

que podía modificar el mundo y, por tanto,

no pertenecía a éste. Esta es la razón por la cual ya las

culturas más arcaicas imaginan al especialista de lo

sagrado –el chamán, el hombre-medicina, el mago—

como a un “señor del fuego”.

Producir fuego en el propio cuerpo es signo de que

se ha trascendido la condición humana.

El primer herrero, el primer chamán y el primer

alfarero eran hermanos de sangre.

En todas las poblaciones siberianas el herrero

ocupa un rango social bastante elevado; su oficio no

es considerado como comercial, sino que se trata de

una vocación o transmisión hereditaria, que implica

por tanto “secretos de iniciación”.

La solidaridad entre el arte del chamán y el del

herrero aparece igualmente en los argumentos de

ciertas iniciaciones chamánicas, como el siguiente

relato autobiográfico de un chamán avo-samoyedo: El

futuro chamán se vio penetrar durante su enfermedad

de iniciación en el interior de una montaña y vio a un

hombre desnudo manipulando un fuelle. Sobre el fuego

había un caldero. El hombre desnudo cogió al futuro

chamán con una enorme tenaza, le cortó el cuerpo

en pedazos y los arrojó a la caldera, donde cocieron

durante tres años. En la caverna había tres yunques,

y el hombre desnudo forjó la cabeza del chamán


Ensayos de masonería y simbolismo

en el tercero, el que servía para forjar la cabeza de

los mejores chamanes. Luego sacó sus huesos de la

caldera, los volvió a unir y los cubrió de carne.

En ocasión los herreros son llevados hasta la

dignidad real. Según la tradición iraniana, el herrero

Kvi era el antecesor de la dinastía Kvya; un día puso su

delantal de cuero en el extremo de una lanza, y así erigió

el estandarte de la lucha contra el rey Dragón. El sencillo

delantal de piel se convirtió en la bandera real de Irán.

Tengamos en cuenta este conjunto de solidaridades:

“dueños del fuego”, chamanes, herreros, reyes míticos

(fundadores de dinastías).

En la antigua Java las relaciones entre el forjador

y el príncipe eran semejantes a la de los hermanos de

sangre. Las genealogías de los herreros, como la de los

príncipes, remontaban hasta los dioses.

Es fácil poner de manifiesto el complejo originario

de los herreros indonesios, eliminando las influencias

recientes hindúes: mito de la descendencia divina y

transmisión tradicional o escrita de las genealogías,

carácter sagrado del oficio y ritos de iniciación,

fraternidad mística con los soberanos y posición

social privilegiada. Ahora bien: conocer y recitar

esas genealogías es hacer al mismo tiempo obra de

sacerdote-chamán y de poeta.

Las relaciones entre chamanes, héroes y herreros

aparecen atestiguadas en la poesía épica centroasiática.

Se resalta el hecho de que los trabajadores de los

metales formaban casi universalmente grupos aparte:

son seres misteriosos que deben ser aislados del resto

de la comunidad.


Nelson Ospina Franco

En el África Occidental los herreros se hallan en

relación con las “sociedades secretas” de hombres, gozan

de gran prestigio de magos y disponen clubes cerrados.

En cambio, en las civilizaciones de los cazadores de

las estepas y en las civilizaciones camíticas pastorales

los herreros son menospreciados y forman casta aparte.

La civilización aportada por el Herrero Celeste

no se reduce únicamente a la organización del mundo

(que casi podríamos llamar una cosmología) sino que

es también de orden espiritual: el Herrero Monitor

continúa y perfecciona la obra de Dios haciendo al

hombre capaz de comprender sus misterios. De ahí el

papel del herrero en las iniciaciones de la pubertad y

en las sociedades secretas y su importancia en vida

religiosa de la comunidad. Incluso sus relaciones con

los jefes y los soberanos, con los cuales se confunde en

ciertas regiones, son de orden religioso.

El Herrero es igualmente Arquitecto y Artesano de

los Dioses. En el texto cananeo del “poema de Baal”,

Koshar-Wa-Hasis (literalmente hábil y astuto) forja

en bronce para Baal los dos garrotes que le dan la

victoria sobre Yam, además modela los arcos divinos,

dirige la construcción del palacio de Baal y equipa

los santuarios de las demás divinidades. Además, el

dios-herrero tiene relación con la música y el canto.

Inventó igualmente el arte de bien hablar y el de

componer hechizo y cantos.

La solidaridad entre el oficio de herrero y el canto

queda claramente de manifiesto en el vocabulario

semítico: el árabe q-y-n, “forjar”, ser herrero, está

emparentado con los términos hebreo, sirio y etíope

que designan la acción de cantar, entonar una lamentación

fúnebre.


Ensayos de masonería y simbolismo

Parece por tanto existir en diferentes niveles culturales

(índice de gran antigüedad) un lazo íntimo

entre el arte del herrero, las ciencias ocultas (chamanismos,

magia, curación, etc.) y el arte de la canción,

la danza y la poesía. Estas técnicas solidarias parecen

además transmitirse en una atmósfera impregnada de

sacralidad y misterio y comportan iniciaciones, rituales

específicos y secretos de profesión.

El artesano es un conocedor de secretos, un mago,

y así todos los oficios implican un Iniciación y se

transmiten mediante una tradición oculta.

En la Grecia arcaica, algunos grupos de personajes

míticos constituyen a la vez “cofradías secretas” en

relación con los misterios y “hermandades de trabajadores

de los metales”. Según las diversas tradiciones,

los Telquinos fueron los primeros en trabajar el hierro y

el bronce; los Dáctilos ideos descubrieron la fusión del

hierro, y los Curetas el trabajo del bronce, eran además

reputados por sus danzas, que ejecutaban entrechocando

armas. Los Kabiros, como los Curetas, son llamados

“dueños de los hornos”, “poderosos por el fuego” y su culto

se extendió por todas partes en el Mediterráneo oriental.

Los Dáctilos eran sacerdotes de Cibeles, divinidad de

las montañas, pero también de las minas y las cavernas.

Las “sociedades de hombres” guerreras, tanto

en Europa como en Asia central y extremo-oriental

(Japón), implican ritos de Iniciación en que el herrero

y el herrador ocupaban un lugar destacado. Es sabido

que, tras la cristianización de la Europa nórdica, Odín

y la “hueste furiosa” fueron asimilados al Diablo y las

hordas de condenados. El “dominio del fuego”, común

al mago, al chamán y al herrero, fue considerado en

el folklore cristiano como obra diabólica; una de las


Nelson Ospina Franco

imágenes populares más frecuentes presenta al diablo

arrojando llamas por la boca. Quizá tengamos aquí la

última transformación arquetípica de señor del fuego.

El “señor del fuego”, como el mismo fuego, son

susceptibles de diferentes valoraciones, pueden tener

carácter divino o demoníaco.

Un mito o leyenda no se dirige a la conciencia

despierta, secularizada; su dominio se ejerce, por el

contrario, sobre las zonas profundas de la psiquis,

estimulando y alimentando la imaginación.

Los simbolismos de iniciación del fuego y la

fragua, de la muerte y resurrección por el fuego, de la

forja sobre el yunque, están atestiguados con claridad

en los mitos y rituales chamánicos.

La conquista de la materia por el hombre comenzó

muy pronto, tal vez en el mismo período paleolítico;

es decir, tan pronto como el hombre consigue no

solo fabricar sino dominar el fuego y utilizarlo para

cambiar los estados de la materia.

Los modernos somos incapaces de comprender lo

sagrado en sus relaciones con la Materia.

Para el pensamiento simbólico, el mundo no solo

está vivo, sino también abierto, un objeto no es nunca

tal objeto y nada más (como sucede en el conocimiento

moderno), sino que es también signo o receptáculo de

algo más, de una realidad que trasciende el plano del

ser de aquel objeto.

Por ejemplo: un trozo de tierra es el cuerpo de la

Tierra Madre, la azada es un phalus, sin que por ello deje

de ser una herramienta, el laboreo es al mismo tiempo

un trabajo mecánico y una unión sexual orientada

hacia la fecundación hierogámica de la Madre Tierra.


Ensayos de masonería y simbolismo

El hombre de la sociedad arcaica se insertaba en

lo sagrado mediante su propio trabajo, en su calidad

de homo faber. Estas experiencias primordiales se

han conservado y transmitido durante numerosas

generaciones gracias a los secretos de oficio.

Se puede explicar la aparición de los textos

alquímicos en los comienzos de la era cristiana como

el resultado del encuentro entre la corriente esotérica

representada por los Misterios, el neopitagorismo y

el neoorfismo, la astrología, las sabidurías orientales

reveladas, el gnosticismo, etc., y las “tradiciones

populares” que conservaban los secretos de oficio, las

magias y técnicas de una gran antigüedad.

Es sabido que la esencia de la iniciación a los

Misterios residía en la participación en la pasión,

muerte y resurrección de un dios. El sentido y la

finalidad de los Misterios era la transmutación del

hombre: por la experiencia de la muerte y resurrección

iniciáticas, el místico cambiaba de régimen ontológico

(se hacía inmortal).

Los alquimistas proyectan sobre la materia la

función iniciática del sufrimiento. Gracias a las operaciones

alquímicas, asimiladas a la tortura, a la muerte

y a la resurrección del místico, la sustancia es transmutada,

es decir, obtiene el modo de ser trascendental:

se hace oro, símbolo de la inmortalidad. La

transmutación alquímica equivale por ello a la perfección

de la materia; en términos cristianos “redención”.

Se ve aquí como la “iniciación de los señores del

fuego” pasa primero por los “forjadores y herreros”

para llegar finalmente a la “Iniciación alquímica”.


Nelson Ospina Franco

II

HIRAM-ABIF, EL HERRERO FENICIO

INICIADO DEL FUEGO

El rey Hiram de Tiro que por el siglo décimo antes

de Cristo colaboró con Salomón en la construcción

del templo, era el líder de los fenicios y sus tres

ciudades más importantes, Tiro, Biblos y Sidón. Los

fenicios eran marineros expertos, así como artesanos

y comerciantes; fueron ellos los creadores del alfabeto

que daría origen al alfabeto griego y latino. Su religión

de raíces caldeas fue la religión original de los judíos,

de la cual los separó Abraham cuando cambio el

sacrificio de su hijo por el de un cordero.

El mismo origen de uno de los nombres de Dios

usado en la Biblia, Adonai, es de origen fenicio; así

llamaban ellos al principal de sus dioses, del cual

también deriva el dios Adonis, y el prefijo Adón o señor

que es aplicado a un nombre propio para indicar su

supremacía, como por ejemplo el Adon-iram, que por

orden de Salomón hace las levas del personal para

construir el templo.

En el mundo antiguo, los gérmenes o, mejor,

los esbozos de ciencia, técnica, política y filosofía

eran parte integral de la religión; ella era el sistema

intelectual que soportaba toda la civilización de esas

sociedades. No existiendo un sistema pragmático y

técnico cuyo lenguaje fuera matemático y científico,

tal como los tenemos ahora en las diferentes ramas de

la ciencia, las explicaciones y modelos teóricos de los


Ensayos de masonería y simbolismo

fenómenos y procedimientos prácticos se hacían en

forma mítica; un mito formaba el núcleo alrededor del

cual se sistematizaban los conocimientos de cualquier

ciencia o técnica, tal como lo muestra Mircea Eliade.

De alguna manera el ritual mítico imita por

analogía los procedimientos de la naturaleza, análogo

a lo que hace la ciencia moderna; la diferencia es que

mientras para el mundo antiguo las ideas son dioses,

y les dan forma antropomorfa como los griegos,

o teriomorfa como los egipcios que les dan forma

animal, para nosotros la idea científica es un concepto

matemático que refleja una ley natural.

Todos los pueblos de la antigüedad vivían la misma

fenomenología religiosa e iniciática de los egipcios.

Nosotros estamos acostumbrados inconscientemente

a la intolerancia del cristianismo con cualquier forma

religiosa que no sea la suya, su Dios único excluye la

existencia del culto a cualquier otro dios, pero en los

pueblos paganos clásicos el politeísmo era una práctica

no excluyente, se respetaban todos los demás dioses.

Tanto era así que en el imperio romano lo importante

era que el pueblo sojuzgado, además de adorar a sus

propios dioses, cumpliera la obligación de adorar

también a los dioses de Roma; fue cuando los hebreos

de tiempos de Jesús tuvieron problemas con Roma,

pues se negaron a adorar a los dioses del imperio, se

lo prohibía su monoteísmo fundamentalista, y allí fue

Troya para Israel, pues vino la destrucción del tercer

templo por parte de Tiro y la diáspora del pueblo judío,

que duró hasta 1948, cuando las Naciones Unidas

aceptaron la existencia del Estado de Israel.

Ya había pasado casi medio milenio desde la salida

de los hebreos de Egipto, cuando Salomón emprendió la


Nelson Ospina Franco

construcción del templo. La duda está en si los sacerdotes

hebreos de Salomón eran todavía iniciados y si la gente

que había preparado el rey David, junto a la de Tiro,

eran iniciados en las ordenas constructoras. Creemos

que sí, pues es imposible concebir que emprendieran

semejante obra sin gente preparada, y esa preparación

implicaba que tenían que iniciarse en los diferentes

colegios constructivos de acuerdo a la especialización

artesanal que deseaban practicar, tal como lo ilustra

Mircea Eliade en su libro Herreros y alquimistas.

No podemos esperar que los textos monoteístas de

la Biblia nos vayan a hablar de estos mitos, pues sería

asumir otras formas teístas a las que excluía su Dios

único y abstracto. Es acá donde debemos especular un

poco e intentar bajo los parámetros expuestos por Eliade,

y “la leyenda masónica del tercer grado”, reconstruir la

historia que nos cuenta el Antiguo Testamento.

No hay duda de que, por su fundamentalismo

religioso, los hebreos nos cuentan solo lo que no ofende

a su Dios, pero por el entramado del velo monoteísta

se pueden ver las influencias iniciáticas y religiosas

que sustentan la construcción del templo.

Son tres los personajes cuyo liderato es manifiesto

en los textos bíblicos; no se nombra a ningún otro:

Salomón, Hiram rey de Tiro e Hiram-Abif.

¿Es accidental que el nombre del rey y el del

herrero sea el mismo? ¿No estará detrás de ellos

la costumbre pagana de simbolizar el mito de la

hermandad de sangre entre el príncipe y el herrero,

señalada en este caso por el uso del mismo nombre?

Algo más, ¿por qué el Adoniram que hace la leva o

escogencia del personal no puede ser considerado el

mismo Hiram que dirige las obras?


Ensayos de masonería y simbolismo

El pueblo hebreo es un pueblo de pastores,

el fenicio es mucho más avanzado cultural y

técnicamente, tanto que Salomón pide ayuda al rey

Hiram, diciéndole: “Ahora, pues, envíame un hombre

hábil para trabajar en oro, en plata, en bronce, en

hierro, en púrpura, en carmesí y en material azul, y

que sea experto en tallados, para trabajar junto con los

que están conmigo en Judá y en Jerusalén, a quienes

ha preparado mi padre David”.

El rey Hiram le especifica las cualidades de

Hiram-Abif: “Él sabe trabajar en oro, en plata, en

bronce, en hierro, en piedra, en madera, en púrpura,

en material azul, en lino fino y en carmesí. También

sabe hacer todo tipo de tallados y todos los diseños que

se le asignen. Él estará con tus expertos y con los de

mi señor David, tu padre”.

No olvidemos lo que dice Eliade de que el “señor

del fuego” también era el arquitecto, el que dirigía las

obras, lo cual deja en claro que Hiram-Abif no solo

fue el herrero sino también el director de todos los

trabajos de construcción del templo.

Es curioso que no quieran hacer ningún ruido

de martillos de hierro durante la construcción y que

además especifiquen que el horno para fundir los

metales se hizo lejos de Jerusalén. Los pastores no

son amigos de la forja, ni del hierro, ni de sus dioses,

considerados por ellos malvados, como lo muestra

Mircea Eliade atrás. Lo extraño es que pudiendo

hacer las columnas de piedra, como las egipcias, o de

madera, en vista de los inmensos robles del Líbano,

decidieran hacerlas de bronce, sobre todo por el

símbolo que ellas encarnan, enmarcan los senderos

de la luz del sol hacia el santuario de Jehová.


Nelson Ospina Franco

El sol penetra por entre las dos columnas de

bruñido bronce, metal análogo a los rayos solares. Es

claro que hay allí un simbolismo solar integrado a la

forja, las columnas simbolizan al mismo tiempo al sol y

a la forja, el horno es visto aquí como un modelo mágico

del sol, accesible al arte del herrero iniciado que así

imita mágicamente al sol. El horno y el sol producen los

elementos que se encuentran en el portal del templo,

la luz y el bronce de las columnas. Las dos columnas

de bronce tienen aquí un simbolismo dinámico, son

los dos polos de un movimiento cíclico del sol que se

enmarca en los límites de su tránsito por el zodíaco, los

dos solsticios y los dos equinoccios, significando además

dos operaciones básicas de la alquimia, solve et coagula.

No hay que olvidar que Akenatón se llamaba

Amenophis IV y cuando produjo su herejía monoteísta

cambió su nombre por el de un hijo de Atón o hijo

del sol, de ahí el sufijo de su nombre, Aken-atón. El

símbolo de este dios único era el sol, culto celeste que

ejerció el monoteísmo de Akenatón y tal parece que

heredaron también los hebreos junto a su religión

cuando el egipcio Moisés forjó el judaísmo.

Ese paralelismo entre la hirofanía solar y la hirofanía

herrera o luciferina, elementos del simbolismo

de la iniciación del fuego, son dos grados distintos

del rito que encontramos en la masonería moderna

y no podemos desvincularlos de ella pues son la raíz

de las distintas corrientes masónicas. Como se ve

del estudio de Eliade, la iniciación de los herreros

termina evolucionando a la iniciación alquímica.

Es el esoterismo alquimista el que desemboca en la

Rosa-Cruz, la cual juega trascendental papel en el

renacimiento iniciático de la masonería a partir del

24 de junio de 1717.


Ensayos de masonería y simbolismo

III

PRIMERA LEYENDA DE HIRAM

HIEROFANÍA LUCIFERINA

Una de las tradiciones de la leyenda del tercer grado

que describe Robert Ambelain en su libro El secreto

masónico sigue la línea de la iniciación de la forja o del

herrero, la iniciación del señor del fuego. Dice, entre

otras cosas, lo siguiente:

Salomón, hijo de David, recibe de Dios la misión

de construir el templo siguiendo las instrucciones del

profeta Natán, al que el señor ha dado en sueños las

indicaciones necesarias. Hiram, rey de Tiro, le ayuda

en materiales y, sobre todo, en obreros. Le envía a

Hiram el fundidor. Un día este se dispone a efectuar el

vaciado del mar de fundición de bronce para el Templo

en presencia de Salomón y de la reina de Saba.

Benoni, ayudante y fiel discípulo del maestro

de obras, ha sorprendido a la caída de la noche a

tres obreros, Fanor el sirio, albañil, Anru el fenicio,

carpintero, y Metusael el judío, minero, saboteando

el molde del futuro mar de bronce. Benoni advierte

a Salomón de la traición de los tres cómplices, pero

el rey, celoso de la admiración que Balkis, la reina

de Saba, siente ya por Hiram el fundidor, deja que

prosigan los preparativos.

Al ponerse el sol, Hiram da órdenes de proceder al

vaciado. El molde se agrieta y salpica a la horrorizada

multitud. Benoni desesperado por no haber avisado a

Hiram se arroja entre la ardiente lava.


- Reanima tu alma, levántate hijo mío. Ven, sígueme.

He visto los males que abruman a mi raza y me he

compadecido de ella.

-Espíritu, ¿quién eres?

Nelson Ospina Franco

Poco después, Hiram sueña ante su obra destruida.

De pronto de la fundición se alza una sombra luminosa.

El fantasma avanza hacia Hiram, que lo contempla

con estupor. Su busto gigantesco está revestido de una

dalmática sin mangas, aros de hierro adornan sus

brazos desnudos, su cabeza bronceada, enmarcada

por una barba cuadrada, trenzada y rizada en varias

filas, y cubierta por una mitra de corladura (plata

dorada), sostiene en la mano un martillo de herrero.

Sus ojos se posan en Hiram y con una voz, que aparece

como arrancada de las entrañas del bronce, le dice:

-La sombra de todos tus padres, el antepasado de

aquellos que trabajan y que sufren. Ven, cuando mi

mano se deslice sobre tu frente, respiraras en la llama.

-¿Dónde estoy? ¿Cuál es tu nombre? ¿A dónde me

llevas?, pregunta Hiram.

-Al centro de la tierra, en el alma del mundo

habitado, allí se alza el palacio subterráneo de Enoc,

nuestro padre, al que Egipto llama Hermes y que Arabia

honra con el nombre de Edris. Yo fui Tubal Caín.

Llevándole como en sueños a las profundidades de la

tierra, Tubal Caín instruye a Hiram en lo esencial de la

tradición de los cainitas, los herreros, dueños del fuego.

Y transmitió a Hiram la tradición luciferina.

Al comienzo de los tiempos, los dioses se reparten el

universo. Adonai es el amo de la materia y del elemento

tierra. Samael es el amo del espíritu y del elemento fuego.


Ensayos de masonería y simbolismo

Adonai crea el primer hombre del barro que le está

sometido y lo anima. Movido a compasión por el bruto

incomprensivo que Adonai quiere convertir en su esclavo

y su juguete, Samael y los Elohim (dioses secundarios)

despiertan su espíritu y le dan la inteligencia y

comprensión. Mientras, Lilith, la hermana de Samael,

se convertía en amante oculta de Adán y le enseñaba

el arte del pensamiento, Samael seducía a Eva, la

fecundaba y, junto con el germen de Caín, deslizaba

en su seno una chispa divina. Según las tradiciones

talmúdicas, Caín nació de los amores de Eva y Samael

y Abel nacerá de la unión de Eva y Adán.

Adán no sentirá más que odio y desprecio por

Caín. Y a pesar de ello Caín dedica su inteligencia

inventiva a mejorar las condiciones de vida de su

familia que ha sido expulsada del Edén y anda errante

por la tierra. Pero un día, cansado de ver la ingratitud

y la injusticia responder a sus esfuerzos, se revelará y

matará a su hermano Abel.

Caín explica entonces a Hiram que en el curso

de las edades los hijos nacidos de él trabajarán por

mejorar la suerte de los hombres.

Antes de la partida de la reina hacia Saba se

reúne en secreto con Hiram, a pesar de la vigilancia

de Salomón. Hiram desciende de la inteligencia del

fuego, Balkis desciende de la inteligencia del aire, no

podrán sin embargo permanecer unidos. Ella lleva en

su seno al niño que va a nacer de sus amores con el

Maestro Obrero, ese niño será adelante el primero de

los hijos de la viuda.

Hiram será asesinado por tres compañeros deseosos

de conocer indebidamente la contraseña de los maestros

con el objeto de percibir el mismo salario que ellos.


Nelson Ospina Franco

Como se ve, esta leyenda de Hiram procedente

de las tradiciones propias de los herreros cainitas

de los alrededores del Sinaí está emparentada con

la tradición tántrica hindú; es decir, proviene de la

mano izquierda. También se asocian con ella otras

tradiciones como la de Prometeo, la rebelión de los

titanes, el descenso de los ángeles caídos al monte

Hermón, según narra el libro de Enoc. Todos ellos

enseñaron a los hombres conocimientos tan diversos

como nuevos, pero susceptibles de causar su perdición.

Encontramos la clave de la leyenda de Hiram en la

huida de Moisés al desierto del Sinaí. Moisés se casará

allí con Séfora, una de las siete hijas de un personaje

muy particular, a la vez sacerdote de la religión de

Madián, y jefe de esta pequeña tribu de forjadores y

fundidores del Sinaí.

Al padre de Séfora se le dan en la Biblia numerosos

sobrenombres, pero no un nombre. Se le llama

sacrificador de Medián, Reuel el amigo de Dios, Jetró el

superior, Hobab el amado, Keni el fundidor, el orfebre.

La palabra hebrea Hobab (el amado) está emparentada

con Haba que significa en hebreo oculto u ocultarse.

De ahí se deduce que Jetró se encontraba en posesión

de secretos probablemente relacionados con la magia.

Los forjadores y fundidores del Sinaí, los Keinitas,

constituyen una secta, una casta que vive aparte

entre los madianitas, a causa de la desconfianza de

sus contemporáneos. Es con ellos que se relaciona y

vive Moisés y de quienes heredó esa iniciación caínita

o del fuego de la forja.

El ritual del aprendiz pone de relieve una

preparación psíquica por sus bautismos purificadores


Ensayos de masonería y simbolismo

por los elementos agua, aire y fuego. El de Compañero

solo expresa una preparación intelectual y filosófica.

Pero ninguno de los dos supone una verdadera

trasformación. Solo el de la maestría puede pretenderlo.

Hiram, el fundidor de Tiro, es hijo de una viuda

de Neptalí o de Dan. Poco importa, ya que Dan y

Neptalí son las tribus que volvieron definitivamente

al culto del Becerro de Oro y renunciaron al elaborado

por Moisés en el Sinaí.

Hiram tuvo por padre a un tirio, también fundidor,

llamado Ur. En hebreo Ur significa luz. Hiram es pues

el primer hijo de la luz.

La analogía de Cristo con Hiram termina en el

carácter de la resurrección, pues Cristo resucita e

Hiram no, es el espíritu de Hiram el que resucita en el

nuevo maestro.

Sin embargo, al recibir la iniciación como aprendiz

en las formas seculares no modificadas, el francmasón

admite de facto las enseñanzas platónicas. Pero las

leyendas no son sino la materialización de los mitos,

su vía de transmisión. Los mitos desarrollan lo que los

símbolos revelan en un lenguaje mudo. Los símbolos

nos unen conscientemente o no, a los arquetipos. Y

estos últimos no son otra cosa que las ideas eternas de

Platón. Las tres grandes religiones monoteístas solo se

han limitado a divinizar dichas ideas.

Tras la vestidura impuesta por la angeología

judía, hay que ver en Samael (veneno supremo) que

nos presenta el Zohar una de las ideas eternas, a

saber, la rebelión-principio, más viva, más activa, más

irradiante de lo que el público supone.


Nelson Ospina Franco

Esta leyenda de origen africano conserva los

rastros del mito antes de su evolución monoteísta.

Arcaicamente tanto la consagración de los hornos

de fundición como de los edificios, y aún más de

los templos, se hacían con sacrificios humanos, tal

como lo narra Eliade en Herreros y alquimistas;

al evolucionar el mito, se sacrifican animales. Sin

embargo, nos podemos preguntar si el asesinato de

Hiram no está simbolizando el sacrificio consagratorio

del Templo de Salomón.

IV

SEGUNDA LEYENDA DE HIRAM

HIROFANÍA SOLAR

Esta leyenda de Hiram-Abif está narrada, entre otras,

en el Diccionario enciclopédico de la masonería, de

Abrines y Arderiu:

En caldeo, la palabra Hiram es la expresión más

elevada de la vida. Como personaje alegórico, Hiram

es evidentemente el Osiris de los egipcios; el Mitra

de los persas; el Atis de los frigios; el Adonis de los

fenicios; el Dionisio de los griegos. Como todos ellos es

emblema del Sol recorriendo en su marcha aparente

los doce signos del Zodíaco.

Orfeo dice en uno de sus himnos que Adonis habita

tan pronto el antro oscuro, como tan luego, saliendo

de él, remontándose hacia el Olimpo, hace renacer la

verdura y da madurez a los frutos. Lo mismo sucede

entre los egipcios, Isis llora a Osiris y es evidente que


Ensayos de masonería y simbolismo

éste no es otra cosa que el Sol, y aquella no es otra que

la Tierra, o la Naturaleza.

En todas las leyendas y misterios, así como en

la iniciación masónica, figura la revolución de los

cuerpos celestes y su influencia sobre la tierra; en todas

ellas se encuentra a un héroe herido de muerte por un

genio o un monstruo, un asesino, y tiene una esposa y

un hijo. El héroe es siempre el Sol, su esposa la Tierra,

y el hijo el hombre. Unas veces el héroe resucita, otras,

lo reemplaza su hijo, el nuevo Sol, y ambos casos se

presentan en la leyenda masónica.

Hiram en hebreo significa vida elevada,

explicando perfectamente la posición del Sol respecto

a la Tierra. Era hijo de Ur, que significa fuego. Se le

llama Hiram-Abif, o Hiram-padre, así como los latinos

decían Júpiter-padre.

Entre Hiram e Hiram-Abif existe la diferencia que

existía entre el Oro y Osiris, puesto que éste es el Sol

que declina en el solsticio de invierno, mientras que el

otro es el que renace en la misma época. Así vemos a

Apolo o al Sol trabajar como un masón albañil en los

muros de Troya y a Cadmo, que también simboliza al

Sol, edificar la ciudad de Tebas con sus siete puertas,

símbolo de los siete planetas.

Si seguimos la tradición siríaca relativa a la

construcción del Templo de Salomón y la leyenda de

Hiram, encontramos la confirmación de estas hipótesis.

Estando las obras por terminarse, es decir

habiendo el Sol recorrido las tres cuartas partes de su

curso anual, tres malos compañeros, que son los tres

meses del otoño, conspiraron contra la existencia del

maestro Hiram-Abif, se apostaron en las tres puertas


Nelson Ospina Franco

del Templo, al Mediodía, al Occidente y al Oriente, o

sea los tres puntos del cielo por donde se deja ver el Sol.

El primer asesino, Hobben, se coloca en la puerta

de Oriente, es decir en el punto donde el Sol aparece

sobre el horizonte (oben). El segundo asesino, Sterké,

se coloca en la puerta de Mediodía, en el sitio donde

el Sol está en toda su fuerza (streke). En fin, el tercer

asesino, Austerfluth, se sitúa en la puerta de Occidente,

que es donde el Sol termina su marcha aparente, y en

donde toca al fin de su curso (aus der fluch).

En el momento en que Hiram, habiendo acabado

su oración, se presenta ante la puerta de Mediodía, uno

de los tres compañeros le exige la palabra sagrada que

Hiram no podía revelar, la palabra que representa la vida.

Habiendo rehusado darla, recibe un golpe en la nuca con

una regla de veinticuatro pulgadas, número igual al de

las horas del día, o sea la revolución diurna. Al intentar

salir por la puerta de Occidente se encuentra con el

segundo compañero, que al negarle la palabra lo hiere en

el corazón con una escuadra. Si se divide en cuatro partes

el círculo del Zodíaco, y desde los puntos de intersección

más inmediatos se trazan dos rectas convergentes hacia

el centro, obtendremos un ángulo de noventa grados que

nos dará el resultado de una escuadra. Este segundo golpe

alude a la segunda división del tiempo del año, en cuatro

estaciones. Por último, creyendo poder huir por la puerta

de Oriente se presenta en ella y allí el tercer compañero,

después de pedirle en vano la palabra sagrada, le asesta

un terrible martillazo en la frente, tendiéndole muerto a

sus pies. La forma cilíndrica de este instrumento figura

el complemento total del círculo del año.

Consumado el delito se apresuraron a borrar las

huellas del crimen y a ocultar el cadáver bajo un


Ensayos de masonería y simbolismo

montón de escombros, imagen de las lluvias, de los

hielos, y en general de la tristeza que inspira al mundo

la llegada del invierno, transportándole después al

monte Líbano, donde lo enterraron.

Salomón, ansioso por la desaparición de Hiram,

manda a nueve compañeros en su búsqueda, que

representan los nueve meses del año que comprenden las

demás estaciones. Descubren el cadáver y para reconocer

el sitio plantan una rama de acacia, que los antiguos

árabes bajo el nombre de huzza habían consagrado al

Sol. Esta planta era también el mirto de los griegos, el

ramo de oro de Virgilio y el muérdago de los druidas.

Por último, exhumado el cadáver, la palabra

fue reencontrada, lo que alude evidentemente al

renacimiento del Sol.

Tal es la alegoría del grado de Maestro, que, como

se ve, se halla íntimamente relacionada con todos los

mitos solares de la antigüedad.

V

INICIACIÓN MASÓNICA:

HIEROFANÍA SOLAR Y ALQUÍMICA

DEL ESOTERISMO MONOTEÍSTA.

No es accidental, entonces, que Salomón haya sido

considerado desde la antigüedad como el rey de los magos

y esoteristas, si consideramos que él integró la radical

y fundamentalista religión monoteísta con la tradición

iniciática de los forjadores y herreros del mundo pagano.


Nelson Ospina Franco

El monoteísmo elevó las practicas mágicas

primitivas de los pueblos semíticos a un nuevo grado de

desarrollo, al obligarlas a dejar su simbolismo sensible,

antropo o teriomorfo, para cambiarlo por un esoterismo

de simbolismos verbales, geométricos y numéricos (lo

que con el andar del tiempo constituiría la cábala),

que no dejara dudas en cuanto al cumplimiento de la

ley mosaica, la cual prohíbe la idolatría y las prácticas

de hechicería y magia. Lo esotérico debía quedar en

el más estricto secreto, sin símbolos distintos de los

verbales y numéricos.

Es tan consistente la teoría del origen de las

leyendas del tercer grado masónico en la leyenda de

la construcción del Templo de Salomón, de acuerdo a

lo visto anteriormente, que la duda que nos queda es

en cuanto a la solución de continuidad de la tradición

iniciática, desde esos tiempos hasta el resurgimiento

moderno. Claro que por esa cualidad que tiene lo

mítico de morir y resucitar inusitadamente, no es

extraño que la tradición, que pudo ser destruida con

el tercer templo, pudiera haber sido resucitada ya por

los musulmanes, iniciados de tiempos de las cruzadas,

quienes pudieron transmitirla a los templarios y a

otros occidentales, los cuales, con ella como ideología

y motor operativo, iniciaron la espiritualidad gótica de

la Edad Media europea y prepararon el Renacimiento

y la sociedad industrial moderna, realización ésta del

pensamiento alquímico, aun cuando secularizada, sin

vestigios de sacralidad, pero hija del sueño alquímico,

o más bien su pesadilla hasta que sea sacralizada

de nuevo, destino que debe cumplir la masonería y

órdenes análogas, que son las que pueden retornar las

raíces de la ciencia a lo sagrado.


Ensayos de masonería y simbolismo

Tenemos la tendencia a considerar que algo no

es producto de la tradición si no conserva el mismo

nombre, siendo el nombre lo primero que se pierde

cuando un acervo cultural pasa de un pueblo a otro

de lengua distinta. La palabra masón es de origen

latino y aparece en la Europa de la Edad Media; el

que la misma palabra no existiera en la antigüedad no

quiere decir que las ordenes constructoras análogas a

la masonería moderna no hubieran existido o, mejor,

que la masonería no tenga nada que ver con otros

ritos iniciáticos arcaicos porque no se llamen lo mismo

que ellos y sin embargo tengan su misma estructura

mistérica y su tradición iniciática sea análoga. Por

todo lo visto anteriormente, queda claro que la Orden

de la Masonería es heredera iniciática de las órdenes

constructoras de la antigüedad clásica.


CONTENIDO

CÁTEDRA PITAGÓRICA

(Pensum de academia sobre temas esotéricos)CÁTEDRA

PITAGÓRICA....................................... ..67TEMAS

BÁSICOS DE LA CÁTEDRA

PITAGÓRICA........................................................70

UNA ODA AL CRISTO DE LA GEOMETRÍA

UNA ODA AL CRISTO DE LA GEOMETRÍA.........77EL

AMOR, PRINCIPIO DE TODO.........................80EL

ESPACIO, CUNA DE LOS DIOSES..................81LAS

CIENCIAS DEL HOMBRE

GEOMETRÍA MÍTICA DEL MICROCOSMOS.....84LA

GEOGRAFÍA DEL ALMA..................................87

CRISTO Y YO..........................................................89

MELQUISEDEC Y EL TERCER GRADO MASÓ-

NICO....................................................................91EL

SACERDOCIO DEL ORDEN DE MELQUISE-DEC Y

EL TERCER GRADO DE LA MASONERÍA

AZUL......................................................93

DEL CRISTO SIMBÓLICO AL JESÚS

RACIONAL...........................................................101

MAESTRÍA MASÓNICA Y SACERDOCIO.......104


CÁTEDRA PITAGÓRICA

(Pensum de academia sobre temas esotéricos)


CÁTEDRA PITAGÓRICA

Sería muy difícil intentar revivir la Academia de

Platón, pero imposible de imaginar siquiera la escuela

que le incendiaron en Crotona a Pitágoras en el siglo

sexto antes de Cristo. A la academia podemos intentar

revivirla gracias a los diálogos de Platón que nos la

transmiten casi íntegra en el espíritu de Socrates y su

mágica dialéctica a finales del siglo de Pericles.

La Academia de Platón existió sin solución de

continuidad durante más de novecientos años, hasta

que Justiniano la clausuró porque era, junto a los ritos

de Eleusis, uno de los signos vivos del paganismo,

ambos columna vertebral de la herencia ateniense.

La obra de Platón y la de su discípulo Aristóteles

termina siendo el fundamento de la filosofía y la

ciencia de la cultura occidental. En rigor, la civilización

moderna es hija de la filosofía griega, el derecho

romano y la religión judeocristiana.

El pitagorismo siempre ha sido un movimiento

subterráneo; tal parece que no pudo superar el drama de

Pitágoras, que muere junto a sus discípulos, al intentar

colocar a su escuela en las riendas del poder político.

El maestro era místico, filósofo, matemático, científico

y político. Es el creador en Occidente de una

escuela de misterios o de iniciación esotérica, precedida

de una severa escuela exotérica, o de conocimientos

profanos, bajo tres años de estricto silencio.


Nelson Ospina Franco

Cuando Platón huye de Atenas, muerto Socrates,

va en busca de las fuentes filosóficas. En Siracusa se

hace pitagórico y siguiendo esta raíz espiritual llega

a Menfis en Egipto, donde estuvo casi veinte años

estudiando. Es la teoría de las ideas y de los números

que expone Platón, de raíces pitagóricas, según le

atribuye Aristóteles en su Metafísica. Se siente allí una

reacción filosófica de este último frente a lo pitagórico.

Platón como Pitágoras fueron místicos e iniciados.

Aristóteles no lo fue.

Bajo el término “esotérico”, del griego “lo de adentro”,

se clasifican hoy en día todas las doctrinas místicas,

sociedades secretas, fenómenos paranormales, el

éxtasis religioso, el chamanismo, la brujería, el fetiche,

los mitos, el inconsciente, los milagros, la profecía.

Más o menos esto es lo que el término envuelve hoy;

Pitágoras lo creó en el contexto donde también creo

la palabra “filosofía” como “amante de la sabiduría”,

donde lo esotérico aparece como su culminación.

Lo esotérico tiene un carácter de misterio religioso,

es idealista, metafísico. Se supone que allí la iluminación

filosófica debe llevar a un éxtasis que sumerge al

individuo en la sabiduría natural, la sabiduría del

inconsciente, diríamos hoy, simbolizada universalmente

por Dios, fuente del sentimiento espiritual y de los

fenómenos de percepción extrasensorial, según la

concepción esotérica general, más del noventa y nueve

por ciento de las corrientes esotéricas son deístas,

algunas monoteístas, otras politeístas.

Hablar, pues, de hacer cátedra pitagórica, es un

intento de hacer academia alrededor de los temas

fundamentales del pitagorismo, además de demostrar

que no hay tal Nueva Era, sino un eterno retorno.


Ensayos de masonería y simbolismo

Hacer academia con el fin de enseñar temas

esotéricos incluye de por sí dos aspectos, el erudito

y el práctico. Lo difícil no está en el despliegue de

la teoría pues suficiente información bibliográfica

tenemos; hoy en día no hay inquisición en cuanto

a publicaciones se refiere; sin embargo, si vamos a

experimentar nos podemos ver envueltos en cualquier

número de escándalos y procesos de inquisición social

y académica. Por ahora la única experiencia esotérica

asequible a nivel universitario es la filosófica.

Enfrentar el tema es un problema de tono. ¿Por

cuál punta de las muchas del ovillo comenzar a

deshilvanarlo, si de cualquier manera no debe haber

sino un solo hilo al final?

Primero, no hay que perder de vista que se trata

de estudiar dialécticamente a la manera antigua,

producir intercambio de conocimiento y energía. El

aprendizaje debe generar energía, tanto en el que

aprende como en el que enseña. Debe haber catarsis

en el proceso de aprendizaje. Nada distinto del entusiasmo

platónico. Esto hace que el método de la cátedra

pitagórica, sea de retroalimentación. Un método

racional, pero álogico en espacios de tiempo limitados.

El aprendizaje tiene dimensiones no estrictamente

racionales, de naturaleza inconsciente, en estado latente,

que el mismo proceso racional puede despertar;

el análisis puede extrovertir contenidos de material

esencialmente onírico y simbólico. Intentamos armar

una visión unitaria del conocimiento esotérico en su

dimensión racional e intuitiva, especulativa y operativa,

con lo que tiene de ciencia y arte, tan arcaicos

como el mismo hombre.


Nelson Ospina Franco

Segundo, entender que el proceso de aprendizaje

de cualquier doctrina esotérica puede y debe llevar a

un cambio de la personalidad, a través de múltiples

y particulares disciplinas que se ajustan a uno u otro

tipo de carácter. Por lo tanto, es necesario que el

aprendiz tenga una visión general de la montaña a la

que ha de ascender por uno de los múltiples caminos

que la surcan hacia la cumbre y de los cuales uno le

pertenece, uno le es afín.

Los siguientes son algunos de los temas básicos

que en principio nos permitirán construir una atalaya

histórica, filosófica y práctica, desde la cual podamos

mirar positivamente hacia el fenómeno del esoterismo

que nos está invadiendo, muchas veces de una manera

equivoca, pues no tenemos conocimiento académico

de él, y ha sido objeto de persecución, burla y desprecio;

todavía tenemos frente a él ese complejo traumático

que nos dejo la Inquisición.

TEMAS BÁSICOS DE LA CÁTEDRA

PITAGÓRICA

1-Pitágoras y su escuela, influencia en la filosofía,

ciencia y misticismo.

2-Dialéctica, mitología y esoterismo en Platón: el

Fedón, el Fedro y el Banquete.

3-Perspectivas del fenómeno esotérico desde

las ciencias positivas: física, sicología, antropología,

historia de las religiones, filosofía moderna (corrientes

simbolistas).


Ensayos de masonería y simbolismo

4-Grandes sistemas esotéricos: cábala, alquimia,

yoga, tarot, magia ceremonial, rosacrucismo, astrología,

zen, taoísmo, numerología, enseñanzas de don

Juan, sufismo, masonería.

5-Personajes del mundo esotérico: Los grandes

iniciados, Apolonio de Tiana, Pico della Mirandola,

Paracelso, Giordano Bruno, Madame Blavatsky,

Eliphas Lévi, Aleister Crowley, Gurdjieff, etcétera.

6-Libros clásicos del esoterismo: Apocalipsis,

Textos gnósticos, La flor de oro, Luz en el sendero, El

Zohar, Las bodas químicas, de Cristian Rosenkreuz,

La voz del silencio, Dogma y ritual de alta magia, El

retorno de los brujos, Isis sin velo, I Ching, Una luz en

el sendero, etcétera,

7-El esoterismo en la literatura: Hesíodo, Platón,

Apuleyo, el Dante, Cyrano de Bergerac, Goethe,

Shakespeare, William Blake, Balzac, Poe, Baudelaire,

Bretón, etcétera.

8-Esoterismo sexual: tantrismo, gnosticismo,

taoísmo.

9-Esoterismo en los indígenas americanos: Popol Vuh.

10-Esoterismo en la política: Hitler y la orden

Thule.

11-Esoterismo en el arte: En pintura, el Bosco.

En música, Mozart y Wagner. Esoterismo en el folclor,

los mitos y leyendas.

12-Satanismo, brujería, chamanismo, hechicería,

sus diferencias y prácticas actuales.

Es obvio que desarrollar lo anterior es objeto de una

rama de la ciencia que las academias modernas no tienen,


Nelson Ospina Franco

pero que están abocadas a integrar. Los conocimientos

tradicionales (ha de entenderse por tradicionales los

conocimiento de tipo chamánico, mágico, místico,

religioso y folclórico) de cualquier pueblo son hoy en

día, por todo el mundo, objeto de la academia; así vemos

en China la integración de la medicina occidental y la

de la acupuntura; el mundo herbario que manejan los

chamanes amazónicos se ha vuelto indispensable para

la medicina moderna, paralelamente la parapsicología

es objeto hoy de la academia en las universidades más

importantes del mundo.

El fenómeno esotérico siendo del mundo natural,

piensan los chamanes, es indiscutiblemente un

fenómeno cultural, su cosmos se despliega ante todo

en el individuo y la sociedad, pero por encima de

cualquier cosa es un fenómeno arcaico de la cultura

humana y no es nada nuevo.

La academia moderna tiene ramas como la

Psicología y la Filosofía, con injerencia directa en

el mundo del esoterista; las otras ramas serían la

Antropología y la Cosmología.

Acometer desde la perspectiva académica el

fenómeno del esoterismo es algo que en otros tiempos

sería imposible, pero cada vez se vuelve más necesario,

pues cada día es más la gente con inquietud en estos

temas, algunos con talentos naturales y otros que no

creen en los postulados esotéricos, pues ninguno los

ha experimentado, pero les interesa el tema como un

fenómeno cultural.

Lo planteado acá obviamente necesita una

adaptación a los rigores de la cátedra, como única

manera de tratar con respeto, pero inquiridoramente,


Ensayos de masonería y simbolismo

doctrinas filosóficas, místicas, mágicas y religiosas de

carácter esotérico.

Ante todo, necesitamos clarificar una particular

perspectiva filosófica, asimilar los elementos de una

filosofía simbolista, primero teórica y luego operativa,

para intentar acercarnos a las formas del pensar

mítico, y poder percibir lo esotérico en lo fáctico de su

fenómeno. Ocurre, pero es inexplicable; lo esotérico

es por naturaleza inaccesible a la conciencia.

He aquí el primer problema por resolver: construirnos

una arquitectura mental o lenguaje simbólico,

y esto es cosa difícil, pero creemos que si bebemos

un poco en la “dialéctica platónica y en sus mitos”,

encontraremos elementos de un pensamiento y perspectiva

míticos que nos permitirá acometer la tarea de

llevar a buen término un vistazo general al frondoso

árbol del esoterismo, por lo cual, en otros tiempos, nos

podían acusar de locos, y muchos años atrás nos hubieran

castigado con el potro o la hoguera.

El fenómeno cultural del esoterismo está ahí; el deber

académico es hacer luz sobre él para conocerlo, intentar

entenderlo y poder instruir sobre él, y de paso evitar sus

peligros, como el satanismo, por ejemplo, además de

abrirnos las puertas a riquezas espirituales de sabiduría

ancestral, las cuales hasta ahora hemos despreciado.

Todos los pueblos de todas las épocas han practicado un

esoterismo, pero en nosotros, los occidentales, hijos de la

sociedad cristiana, el tema es nuevo; de ahí el escándalo

con las cosas de la Nueva Era.

La pregunta sería: ¿cuál es la razón para que

dichas formas culturales no hubieran de ser tomadas

en serio? ¿Por qué lo esotérico tiene tan mala fama, y


Nelson Ospina Franco

quien lo padece, como cualquier artista que padece su

arte, es tildado de loco o de brujo?

Estas respuestas necesitarían un psicoanálisis de la

cultura de Occidente. Sin ir lejos, el trauma psicológico

de la Inquisición sigue vivo en el imaginario colectivo,

sobre todo en los pueblos latinos. Nos da miedo todo lo

que prohíbe la Iglesia, pues nos castigaban con terror y

ostracismo; claro que en muchas cosas tenían razón,

pero no al extremo del exterminio de cualquier

forma de esoterismo. Entramos al siglo veintiuno

ignorando el fenómeno, pero con los problemas que

él nos genera socialmente y, lo peor, desconociendo

formas de sabiduría ancestral y desaprovechando

la de nuestros indígenas que mantienen vivas sus

culturas mágicas, míticas y esotéricas.

Es este el panorama que queremos abocar, y

la única manera por el momento es la académica,

de ahí la propuesta de la cátedra pitagórica aquí

planteada, como una manera de enfrentar este

universo del esoterismo de una manera seria y

critica, aún cuando necesariamente con un espíritu

más simbólico que racional.


UNA ODA AL CRISTO DE LA GEOMETRÍA


UNA ODA AL CRISTO DE LA GEOMETRÍA

“Todo es número”

Pitágoras

Dedicado a los Hermanos Cristianos de San Juan

Bautista de La Salle

¿Cómo comenzar una oda al Cristo de la geometría?

¿Cómo tender un puente poético entre la geometría

y Cristo?

¿Cómo elevar un canto de alabanza entre el

símbolo de nuestra fe, Cristo y el árido despliegue de

dibujos, definiciones, axiomas, hipótesis, postulados,

teoremas y demostraciones?

Es precisamente el motivo del título de este escrito:

“Una oda al Cristo de la geometría”, lo que justifica la

respuesta a estas inquietudes. El motivo es la historia

personal que traigo conmigo a este encuentro de

bachilleres del Instituto la Salle de Cúcuta, promoción

de 1965, tras cincuenta años de silencio con ustedes,

después del tácito y ya añejo juramento de lealtad a

los principios que nuestros maestros, los Hermanos

Cristianos, infundieron en nuestro espíritu para

enfrentar la vida académica y profana.

Vivimos en un mundo de dualidades y contradicciones,

a veces violentas, a veces creativas, en busca


Nelson Ospina Franco

siempre de la esquiva unidad. Sí, esta existencia, la

de todos nosotros, discurre bipolarmente entre lo uno

de lo universal y eterno, y la diada indefinida de lo

grande y lo pequeño, como diría Platón.

La madurez en el conocimiento de nuestra la vida la

alcanzamos, después de mucho esfuerzo, sufrimientos,

años, trabajos y alegrías, al lograr construir un puente

de historia cultural y emocional entre el verbo y el

símbolo como dos formas primordiales del pensar.

El pensar verbal y el pensar simbólico. El pensar

racional y el pensar mito-poético. La razón piensa

en palabras, lo mito-poético piensa en imágenes. Lo

arcaico es lo mito-poético, lo nuevo, desde los griegos,

es el pensamiento racional.

Madurez, realización o frustración, entre las

inapelables razones y los ineludibles sueños de la vida;

condenados como estamos por las necesidades lógicas

de nuestra naturaleza física y la libertad intuitiva de

la imaginación creadora del alma. ¡Qué paradoja,

esclavos y libres al mismo tiempo! Escojamos.

La vida nos transcurre entonces entre la mente

y el corazón, y es alcanzar la difícil armonía entre

éstos la que nos dará la madurez y la posibilidad de

cumplirle al destino, que nunca ha sido nuestro. ¡Qué

ilusos!, le pertenece a otro, a otros, el universo tiene

un sentido y somos parte de eso.

En definitiva, las dos columnas del templo que

tenemos que construir para transitar con sabiduría la

vida son la razón y el mito, es decir: la matemática y la

intuición poética, la necesidad y la libertad.

Las matemáticas para comprender e intentar

domesticar el mundo y la intuición poética para poder


Ensayos de masonería y simbolismo

leer los símbolos, del divino lenguaje que palpita, en la

historia viva del mundo y sus cosas.

El mito nace cuando nacen las palabras, el verbo

encarna cuando la geometría construye el cosmos con

su sueño, del que somos parte y no nos damos cuenta,

pero caminamos hacia ello.

Y es entonces éste el paradigma que hoy intento

razonar y poetizar con ustedes a tono de oda:

“Cristo y la geometría en mi vida”.


EL AMOR, PRINCIPIO DE TODO

Muy ayer

cuando no había nada

y todo estaba en la mente de Dios

en oscuro y plácido silencio

una vibración en los cristales de la soledad

hizo existir la música del tiempo

y se levantó del horizonte

el sol del pensamiento.

Era el verbo que tomaba cuerpo

tras la gestación eónica

en el sueño del eterno.

Y nacieron las palabras

con el brotar de un punto de luz

que irradió un pentagrama de colores y vocales

tras las veinticinco consonantes y claroscuros

del círculo de sus afectos.

Y nació la primera palabra silenciosa de los labios

constructores del creador.

Luz, armonía y sabiduría, fundidos en la belleza del amor.


EL ESPACIO, CUNA DE LOS DIOSES

Dice la física moderna que el universo nació de un

átomo primigenio hace trece mil quinientos millones

de años y al que han llamado Big Bang, hipótesis

formulada por el sacerdote belga Monseñor Lemaître,

astrofísico, y que con el descubrimiento de la radiación

de fondo o “eco de microondas del parto del Big Bang”

vino a corroborarse científicamente.

Varios científicos, incluso Albert Einstein, veían al

principio con desconfianza la propuesta de Lemaître,

que era una hipótesis científica seria, porque, según

su opinión de Einstein, podría favorecer las ideas

cosmogónicas y teológicas de la creación.

Es curioso cómo un sacerdote católico, en

principio un hierofante de una antigua religión,

es decir un teólogo, hombre de culto a la intuición

de Dios, ritualista, creacionista, ha ejercido una

profesión eminentemente científica, aparentemente

en contravía de sus creencias religiosas.

No siendo el único caso. Y es que esa dicotomía

que el mundo moderno ha intentado plantear

haciendo irreconciliables ciencia y religión, y esa

posición excluyente y ciega del materialismo con

respecto a la religión, está siendo desvirtuada por

los hechos no solo místicos y religiosos, sino por los

mismos conocimientos científicos. Vivimos en universo

informado, inteligente, dicen los físicos y ellos mismos


Nelson Ospina Franco

están contribuyendo a reconocer que Pitágoras tenía

razón; lo dice claramente Bertrand Russell: “Todo

es número, la física lo está demostrando, volvimos a

Pitágoras”. El circulo se ha cerrado.

Esta dicotomía ha aparecido varias veces en

la tradición cultural de Occidente. Pero allí donde

podemos decir que comienza la matemática griega,

en Pitágoras, no existe tal dicotomía, el maestro era

místico, pero eso no fue óbice para ser el creador del

primer experimento científico del que tengamos noticia,

ni tampoco para ser el creador del ya famoso teorema

de Pitágoras, donde se demuestra, exclusivamente con

razonamientos, la propiedad de la relación entre las áreas

de los cuadrados construidos sobre los catetos de un

triángulo rectángulo cualquiera, que son equivalentes

siempre al área del cuadrado construido sobre la

hipotenusa. Pitágoras demostró exclusivamente con

razonamientos geométricos lo que los sacerdotes

egipcios le enseñaron como un mito teológico.

Fue él el creador de la palabra filosofía (amor a

la sabiduría) y de la palabra esotérico (conocimiento

de los de adentro) tan común hoy en los temas de la

Nueva Era.

A la larga, lo que la geometría nos enseña es la física

del espacio. Y fue el estudio de la geometría uno de los

que pulieron y formularon el razonamiento lógico, y la

disciplina geométrica una de las que establecieron en

el fondo, el método científico y el método dialéctico.

Todas estas influencias trascendentales de la

geometría es lo que sintetiza y simboliza la significativa

y emblemática cifra que figuraba sobre el pórtico de

la academia de Platón: “NO INGRESE EL QUE NO

SEPA GEOMETRÍA”


Ensayos de masonería y simbolismo

Y fue esta geometría la que aprendí en estos

tableros del Instituto La Salle de Cúcuta, de mano de

los hermanos Fausto, Antonio Miguel y el profesor de

dibujo Luis Eduardo Salazar, los cuales me dejaban

especular, frente a ustedes, como aprendiz del texto

de la geometría del hermano Bruño, texto del que sigo

bebiendo una ciencia para mí sagrada, pues con esta

geometría crea el demiurgo, por inspiración divina, el

cosmos en el que hoy nos encontramos y reconocemos.


LAS CIENCIAS DEL HOMBRE

GEOMETRÍA MÍTICA DEL MICROCOSMOS

Armado con la geometría como instrumento intelectual

pude enfrentar la física y las matemáticas,

pero más allá para mí siguió siendo un misterio la

gramática y la química. La anatomía la pude asimilar

gracias al hermano Camilo que nos estimulaba los

dibujos de anatomía con puntos adicionales en las

notas, pudiendo así recuperar los puntos perdidos

por errores de ortografía, los cuales fatalmente sigo

cometiendo y de los que ahora me libra el corrector

ortográfico del computador.

Durante esos años mi líder espiritual fue el

hermano Camilo, conservo todos los cuadernos de

sus clases y un libro suyo de química inorgánica, con

subrayados a color y fórmulas químicas con su letra.

Para mí son inolvidables los cuadernos cuadriculados

y el Jesús, María y José al margen, y la calificación del

Trabajo más el Orden (donde hacía los descuentos por

los errores de ortografía) y la Nota.

Admiraba a estos hombres y su vida de monjes,

dedicados exclusivamente a formar juventudes.

Reminiscencia de los monasterios de la Edad Media

donde se conservó el pensamiento clásico en esas

épocas de oscurantismo, tan hermosamente retratado

en El nombre de la rosa, de Humberto Eco.


Ensayos de masonería y simbolismo

Durante los retiros espirituales que hicimos en

Bucaramanga tuve serios cuestionamientos espirituales

que me hicieron pensar en la profesión sacerdotal.

Pero me pudo la ingeniería eléctrica, me fascinó

la electricidad; aquí mismo, en un laboratorio de

este colegio, fabriqué radios de galena. Terminé,

obviamente, graduándome de Ingeniero Electricista

en la Universidad Nacional, de Bogotá.

Pero el destino no aflojaba sus sutiles garras: un

amigo de mi papá, el cura Camilo Torres Restrepo

venía a Cúcuta, llegaba a mi casa y allí, adolescente

aún, yo oía las largas charlas de Camilo con mi padre,

director entonces de Acción Comunal en Norte de

Santander, y fue él quien llevó a Camilo a Tibú, en

riguroso secreto, cuando el cura entró a la guerrilla.

Fue una fatal y dolorosa despedida de alguien a

quien mi padre amó desde que lo conoció, el día en que

recién llegado de Lovaina bajó de un helicóptero en

Santiago Pérez para conocer a quien estaba haciendo

la pacificación del sur del Tolima por designación del

gobernador Darío Echandía; era Carlos H. Ospina

Giraldo, mi padre.

En la Universidad de Lovaina, donde seguían

el proceso de pacificación del sur del Tolima, se

interesaron por los originales métodos que Ospina

había desarrollado para la pacificación y enviaron al

cura Camilo Torres para conocerlo personalmente.

Años más tarde Camilo sería cofundador de la Facultad

de Sociología de la Universidad Nacional y además su

capellán; se fundó entonces la Acción Comunal y mi

padre se unió al Ministerio de Gobierno como agente

de ella, primero en Bucaramanga y luego en Cúcuta,


Nelson Ospina Franco

con el poeta de Estoraques, Eduardo Cote Lamus,

cuando fue gobernador, y más tarde continuó bajo la

amistad política de Virgilio Barco.

Así fue. Mi pasión por el humanismo me lo

sembraron en el alma en la ciudad de Cúcuta los

Hermanos Cristianos, el cura Camilo Torres y mi

padre y su Acción Comunal.

Estudié la electricidad hasta en los intríngulis

casi mágicos de lo que hoy llamamos cibernética y

nos invade en el mundo digital. Buceé en mí mismo

hasta los límites de la locura, buscando dentro lo que

descubría por fuera. Hasta que apareció la filosofía

de la mano de Las cuatro tesis filosóficas, de Mao

Tse Tung, que me llevó a Marx, a Engels y a Lenin,

y más tarde a Hegel, de cuya mano descubrí a Platón

y entonces llego la luz del espíritu a mi desorientada

alma; desaté mi mente de las amarras excluyentes de

la razón y empecé a navegar por las aguas del mito

poético, en sinergia con el razonamiento dialéctico.

Me hice místico, aprendí a buscar a Dios en todo;

para mí la ciencia es el lenguaje de lo divino, que los

hombres, como destino, a través de la experiencia

de la vida y con esfuerzo y sacrificio aprenden. En la

naturaleza no hay nada gratuito, hay que trabajar, no

como castigo sino como liberación.


LA GEOGRAFÍA DEL ALMA

Allí en el fondo del corazón

en el nicho de la eternidad

que nos habita

existe un templo

donde brillan

los arquetipos,

los antiguos dioses.

Allí, en el cosmos del alma

del Yo que somos

navegamos como Ulises en el vinoso ponto Egeo

perdidos sobre el mar del inconsciente

intentando volver a la Ítaca

de la que hemos sido expulsados por las guerras

del deseo

para vivir la odisea cognoscible de la vida

en batalla con los inasibles e incognoscibles dioses,

ese es el desafío.

Inconsciente océano bajo el cual palpita el alma

colectiva de la especie.

De allí venimos al nacer y allí volveremos al morir

tras aportar a la cadena de la vida y de la especie,

eso esperan de nosotros, que aportemos

no fallemos.


Nelson Ospina Franco

Y es lo que simbolizaba la cruz ansada egipcia

el sacrificio del sí mismo como acceso a la eternidad.

Y es desde esta geografía libertaria del Norte de

Santander

desde donde humildemente

elevamos una oración ecológica

por esta madre tierra nuestra

tan desnuda del amor del hombre

por el destierro del sagrado espíritu

con el que hemos sido traídos a la vida.

Y nosotros ahora, el mundo moderno,

la civilización industrial,

con muchos conocimientos y poder

nos creemos Dios y actuamos depravadamente

contra nuestra madre tierra

la Pacha Mama,

lsis, María, Astarté, Deméter

y violamos impávidos e impunes

a todas estas diosas de la tierra.


CRISTO Y YO

Dice Jung, el psicoanalista y simbolista suizo en su

póstumo Libro rojo, que la cultura de Occidente

alcanza su culmen espiritual y realización en Cristo.

El arco de evolución espiritual de Occidente que

comienza en Pitágoras se realiza, según Jung, en

Cristo. Claro que nada más parecido al pitagorismo que

el cristianismo primitivo. Fue en Alejandría donde se

cocinaron todas las corrientes filosóficas y se forjaron

pensadores, gnósticos, cristianos, judíos, hermetistas,

y renovadas sectas pitagóricas.

Ese proceso de maduración del alma, de evolución

de la personalidad, esa construcción de la vida

particular de cada uno de nosotros, interior y exterior

tiene ciclos y procesos. A ese proceso personal Jung lo

llamaba individuación.

Proceso que colectivamente él caracteriza en la

cultura de Occidente, de la que formamos parte, en

un proceso que ejerce el cristianismo sobre el alma

colectiva del occidental, más allá de que seamos

conscientes de ello.

Y dice algo que me llevó de nuevo, después de

cincuenta años, a los retiros espirituales que tuve en

Bucaramanga con ustedes.

El sentido del cristianismo en estos tiempos,

dice Jung, no consiste en ser cristiano, ni en seguir


Nelson Ospina Franco

a Cristo, consiste en ser Cristo. Sin sacrificio no se

puede acceder a la eternidad.

Entonces:

Cristo se me aparece por las ventanas de la esperanza

vistiendo un manto de luz con sones de guitarras

y versos de los poetas de mi tierra

los que desde la sangre rebelde del pijao

no nos dejaron sino sus mohanes y el olvido

y hoy vuelven para despertar a los dioses de la tierra.

Hoy, el Bunde Tolimense de mi corazón

se funde

con las Brisas del Pamplonita

de mi amor y el de los míos

por estas amadas calles y sus gentes

de la Cúcuta de nuestro corazón.


MELQUISEDEC

Y EL TERCER GRADO

MASÓNICO


EL SACERDOCIO DEL ORDEN DE

MELQUISEDEC Y EL TERCER GRADO DE LA

MASONERÍA AZUL

Qué difícil hablar de masonería, de sacerdocio y de un

personaje bíblico como Melquisedec, cuando la mayor

parte de los masones modernos no quieren saber

nada de biblias y menos de sacerdotes, pero de pronto

nos despierta dudas el nombre de Melquisedec pues

aparece en algunos rituales masónicos.

Antes de acometer el tema miremos los textos

comenzando por el que está sobre el Ara bajo el

compás y la escuadra: la Biblia judeocristiana.

Dice el Génesis XIV 18-20:

Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios

altísimo, le ofreció pan y vino. Luego bendijo a

Abraham con estas palabras:

¡Que el Dios altísimo,

creador del cielo y de la tierra,

bendiga a Abraham!

Bendito sea el dios altísimo,

que entregó en tus manos a tus

enemigos.


Nelson Ospina Franco

Dice el Salmo 110 -4

El señor ha jurado

y no cambiará de parecer:

Tú eres sacerdote para siempre,

según el orden de Melquisedec.

Dice el Diccionario de Masonería, de Frau Abrines,

refiriéndose a Melquisedec:

Se debe el título al grado 5° de los Hermanos iniciados

del Asia en Europa, que generalmente se titulaban

Sacerdotes Reales o Verdaderos Hermanos Rosa Cruz.

Dice Robert Graves en La Diosa Blanca:

También se afirmaba que Jesús había cumplido la

profecía del Salmo 110:

Ha jurado Jehová y no se arrepentirá:

Tú eres sacerdote eterno según el orden de

Melquisedec.

Melquisedec rey sagrado de Salem que acogió a

Abraham en Canaán no tenía padre ni madre.

Dice el Diccionario de Kier:

Se dice de Melquisedec, que fue su propio

padre y madre y cuyas huellas siguen los iniciados.

Simbólicamente representa a las jerarquías divinas

que desempeñaron la labor dual de sacerdotes y reyes,

gobernando a nuestra primitiva humanidad bisexual.

Esotéricamente se le considera como el fundador de la

misteriosa Orden de Melquisedec.


Ensayos de masonería y simbolismo

Ya en el mundo cristiano, en Hebreos 7, se habla

del sacerdocio de Melquisedec y de “Jesús, semejante

a Melquisedec”.

Dice René Guenón sobre MELKI-TSEDEQ, a

propósito de un estudio sobre el Rey del Mundo y

las bebidas sagradas, comenzando por el Soma de

los Hindúes:

Se dice en las tradiciones orientales que el Soma,

en cierta época, devino desconocido, de manera que fue

preciso, en los ritos sacrificiales, sustituirlo por otra

bebida que no era más que una figura de este Soma

primitivo; este papel fue jugado principalmente por

el vino, y a ello se refiere, entre los griegos, una gran

parte de la leyenda de Dionisos. Ahora bien, el vino

a menudo se toma para representar a la verdadera

tradición iniciática: en hebreo, las palabras iaïn

(vino) y sod (misterio) son intercambiables entre ellas

como teniendo el mismo número; entre los sufíes, el

vino simboliza el conocimiento esotérico, la doctrina

reservada a la élite y que no conviene a todos los

hombres, lo mismo que no todos pueden beber el vino

impunemente. Resulta de ahí que el empleo del vino

en un rito confiere a éste un carácter claramente

Iniciático; tal es, especialmente, el caso del «sacrificio

eucarístico» de Melquisedec, y ahí está el punto

esencial en el cual debemos detenernos ahora.

El nombre de Melquisedec, o más exactamente

Melki-Tsedeq, no es otra cosa que el nombre bajo el cual la

función misma del «Rey del Mundo» se halla designada

expresamente en la tradición judeocristiana. Hemos


Nelson Ospina Franco

dudado un poco en formular este hecho, que comporta

la explicación de uno de los más enigmáticos pasajes

de la Biblia hebrea, pero desde el momento en que nos

decidimos a tratar esta cuestión del «Rey del Mundo»

nos era verdaderamente imposible no hablar de ello.

Podríamos retomar aquí la palabra pronunciada por

San Pablo respecto a esto: «Acerca de esto tenemos

mucho que decir, y cosas difíciles de explicar, porque

sois lentos en entender».

He aquí en primer lugar el texto mismo del pasaje

bíblico de que se trata: «y Melki-Tsedeq, rey de Salem,

hizo traer el pan y el vino; y era sacerdote del Dios

Altísimo y bendijo a Abraham, diciendo: Bendito sea

Abraham por el Dios Altísimo, dueño de los Cielos y

de la Tierra; y bendito sea el Dios Altísimo que te ha

entregado a tus enemigos en tu mano. Y Abraham le

dio el diezmo de todo lo que ha bía tomado».

Melki-Tsedeq es pues rey y sacerdote a la vez; su

nombre significa «rey de justicia» y es al mismo tiempo

rey de Salem, es decir, de la «Paz»; reencontramos

pues aquí, ante todo, la justicia y la paz, es decir,

precisamente los dos atributos fundamentales del

«Rey del Mundo». Hay que observar que la palabra

Salem, contrariamente a la opinión general, no ha

designado nunca en realidad una ciudad, pero que si

se la toma por el nombre simbólico de la residencia

de Melki-Tsedeq, puede verse como un equivalente

del término Agarttha. En todo caso es un error ver

en ello el nombre primitivo de Jerusalén, pues este

nombre era Jébus, o sea, al contrario; si el nombre de

Jerusalem se dio a esta ciudad cuando se estableció allí

un templo espiritual por los hebreos, es para indicar

que era desde entonces como una imagen visible de


Ensayos de masonería y simbolismo

la verdadera Salem; y hay que notar que el templo

fue edificado por Salomón, cuyo nombre (Shlomoh)

también deriva de Salem, que significa «el pacífico».

He aquí ahora en qué términos San Pablo comenta

lo que se ha dicho de Melki-Tsedeq: «Este Melquisedec,

rey de Salem, sacerdote de Dios Altísimo, que salió al

encuentro de Abraham cuando él volvía de derrotar a los

reyes, que le bendijo, y a quien Abraham dio el diezmo de

todo el botín; que es primeramente según el significado

de su nombre, Rey de Justicia, luego Rey de Salem, es

decir, Rey de Paz; que no tiene ni padre ni madre, sin

genealogía, que no tuvo ni principio ni fin de su vida,

pero que se ha hecho así semejante al Hijo de Dios; este

Melquisedec permanece sacerdote a perpetuidad».

Ahora bien, Melquisedec es representado como

superior a Abraham, ya que le bendijo, y «sin discusión

alguna es el inferior el que resulta ser bendecido por

el superior»; y, por su parte, Abraham reconoció esta

superioridad, ya que le dio el diezmo, lo que es señal de

su dependencia. Hay en ello una verdadera investidura

casi en el sentido feudal de esta palabra, pero con la

diferencia de que se trata de una investidura espiritual;

y podemos añadir que ahí se halla el punto de unión

de la tradición hebrea con la gran tradición primordial.

La «bendición» de la que se habla es propiamente la

comunicación de una «influencia espiritual» en la que

Abraham va a participar de ahora en adelante; y se puede

observar que la fórmula empleada pone a Abraham

en relación con el «Dios Altísimo», que el mismo

Abraham invoca luego identificándolo con Jehováh.

Si Melki-Tsedeq es así superior a Abraham, es que el

«Altísimo» (Élion), que es el Dios de Melki-Tsedeq, es

él mismo superior al “Todopoderoso” (Shaddai), que


Nelson Ospina Franco

es el Dios de Abraham, o, en otras palabras, que el

primero de estos nombres representa un aspecto divino

más elevado que el segundo. Por otra parte, lo que es

sumamente importante y lo que parece no haber sido

señalado nunca, es que El Elion es el equivalente de

Emmanuel, estos dos nombres teniendo exactamente

el mismo número; y esto vincula directamente la

historia de Melki-Tsedeq con la de los Reyes Magos, de

los que anteriormente hemos explicado el significado.

Además, se puede ver lo siguiente: el sacerdocio de

MeIki-Tsedeq es el sacerdocio de El Elion: el sacerdocio

cristiano es el de Emmanuel; si, por tanto, El Elion

es Emmanuel, estos dos sacerdocios no son más que

uno y el sacerdocio cristiano, que además contiene

esencialmente la ofrenda eucarística del pan y del vino,

es verdaderamente “según el Orden de Melquisedec”.

La tradición judeocristiana distingue dos

sacerdocios, uno «según el orden de Aarón», y el otro

«según el orden de Melquisedec», y éste es superior

a aquél como Melquisedec mismo es superior a

Abraham, del cual ha nacido la tribu de Leví y, en

consecuencia, la familia de Aarón. Esta superioridad

es afirmada por San Pablo, cuando dice: «Leví mismo,

que recibió el diezmo (por el pueblo de Israel), lo ha

pagado, por decirlo así en Abraham[15]». No tenemos

que extendernos más aquí sobre el significado de

estos dos sacerdocios, pero citaremos una vez más

estas palabras de San Pablo: «Aquí (en el sacerdocio

levítico), son los hombres mortales los que perciben

los diezmos, pero allí es un hombre del que se

atestigua que está vivo [16]». Este hombre viviente,

que es Melki-Tsedeq, es el Manú que permanece en

efecto «perpetuamente» (en hebreo le-ôlam), es decir,


Ensayos de masonería y simbolismo

para toda la duración de su ciclo (Manvantara) o

del mundo que él rige especialmente. Por ello es sin

genealogía, pues su origen es “no-humano” puesto que

es él mismo el prototipo del hombre, y es realmente

«hecho semejante» al Hijo de Dios, ya que la Ley que él

formula es, para este mundo, la expresión y la imagen

misma del Verbo divino [17].

Pero, ¿quién es en realidad este personaje?

¿Se trata de un extraordinario sacerdote o de una

inteligencia eterna? Aunque Juana de Arco se refirió

a él en sus cartas a los ingleses, su papel fue siempre

ignorado por la mayoría. Y aún menos conocida es

la orden iniciática que lleva su nombre, a la cual la

tradición confiere la misión de gobernar nuestro

planeta en un régimen de justicia.

Según dicha tradición, existe en la tierra un

centro iniciático de naturaleza metafísica, del cual

todos los otros centros no son sino ramificaciones.

Para conservar esta llama, aparece un Ser que posee

todo el conocimiento y el poder: el representante de

Dios en la tierra.

Esta energía fue conocida como Melquisedec entre

esenios y cabalistas –«Rey de Justicia» o «Maestro de la

Verdad»–, pero también se manifestó bajo numerosos

nombres: Cristo, Zoroastro, Mercurio, Adam Kadmon,

Merlín, Arturo, Krishna, Buda, Apolo, Horus, Hermes

Trismegisto, Mitra y Ahura Mazda, entre otros.

También se encuentran alusiones a Melquisedec en

libros de origen tan diferente como los tibetanos, y hay

iniciados que cuentan que éste reside en las cavernas

del reino de Agartha o en Shamballah, dos ciudades

míticas ubicadas en el Tíbet, ocultas a los chinos, en


Nelson Ospina Franco

las que residen maestros, guías y seres de luz que velan

por los hombres. De Melquisedec se cuenta que es el

maestro de los maestros, el Rey del Mundo, el genio

de la tierra, el poseedor de la piedra filosofal, alguien

con cuerpo físico e inmortal conocedor de todos los

secretos... También hay que recordar que en El libro

de Urantia se alude a él en numerosas ocasiones, e

incluso es el protagonista de uno de los capítulos.

Aunque hay muchas alusiones directas a

Melquidesec, también hay textos en los que se le

nombra de pasada, dando por conocida su supuesta

naturaleza. En las leyendas del rey Arturo, al

presentarnos a Galahad, el caballero que se pudo sentar

en el asiento libre en la mesa redonda a la derecha

del rey, reservado única y exclusivamente al mejor

caballero del mundo, ya que todo aquel que se sentara

en él y no fuera digno moriría en el instante, se nos

dice que éste pertenece a la “Sagrada Orden del Sumo

Melquisedec”. En esta ocasión nos encontramos con

que el más importante caballero de la mesa redonda

también está ligado a nuestro enigmático personaje.

No vamos a entrar a filosofar sobre la naturaleza

de Melquisedec, simplemente vamos a darnos

cuenta de que según todas las fuentes que hablan

de él (muchas), se trata de un ser de elevado rango,

como se puede ver en la alusión que de él hace la

Biblia, y que dada la distinta procedencia de todas

las referencias que lo aluden, nos hace pensar que,

efectivamente, este misterioso y enigmático personaje

en verdad existe e influye de manera importante en

la vida de los hombres.


DEL CRISTO SIMBÓLICO AL JESÚS RACIONAL

El primer milenio cristiano estuvo marcado por la

Iglesia romana a partir de volverse la religión oficial

del imperio romano, con Constantino. Fue un desafío

inmenso para el cristianismo que pasó de ser una

religión proscrita y perseguida por el Estado a ser

la religión oficial del imperio, y por las necesidades

metafísicas de su monoteísmo llevado a todas las

esferas de la sociedad romana eliminó primero

cualquier otro culto religioso distinto al suyo, como era

lógico siendo mosaica, e hizo una versión machista,

obviamente guerrera, del cristianismo al excluir a la

mujer del culto. Se extinguió el gnosticismo y otras

vertientes cristianas primitivas.

Todo el esfuerzo de la Iglesia durante el final de la

Edad Media al imponer el racionalismo aristotélico como

el único medio para el pensamiento cristiano, condujo

al encubrimiento, al desconocimiento y a la iconoclastia

de cualquier forma simbólica de pensamiento, no a la

muerte, pues el pensamiento simbólico es algo genético

del ser humano, al punto de que la genética moderna

en su estudio del comportamiento y la herencia ha

descubierto que la actitud religiosa del ser humano es

preponderantemente genética y creemos con Salustio

que “El mundo es un objeto simbólico”.

La Iglesia cristiana nació de manos de un hombre

que hacía parábolas, que era terapeuta ambulante,


Nelson Ospina Franco

cabalista y rabino, y, como lo demostró su magisterio,

Jesús de Nazaret fue un inmenso constructor de mitos

y el suyo lo encarnó a conciencia, como lo demuestran

los evangelios gnósticos.

Es obvio que Jesús era un simbolista magistral,

pues solo así se puede dialogar con el espíritu cósmico

y ser constructor de mitos. Elevó su vida personal a la

calidad de símbolo de lo divino, se sacralizó y se entregó

al destino de su mito, y vaya que lo hizo bien: ha tenido

dos mil años de vigencia. Descendió el verbo a la dignidad

de lo humano, manteniendo su origen divino, como lo

estableció Moisés en el Sinaí; Cristo es el símbolo histórico

del verbo encarnado, obviamente, para los cristianos.

Pero todo esto fue traicionado una vez más por

la Iglesia. La academia que nació del cristianismo

mantuvo el culto al verbo, pero al hombre que lo

encarnaba simbolizándolo, haciéndolo real, lo disolvió

en abstracciones verbales de carácter filosófico. Al

defenestrar el pensamiento simbólico, la civilización

cristiana se fue haciendo poco a poco materialista,

perdiendo todo vínculo con sus raíces, con su

inconsciente, con su imaginario colectivo diríamos

ahora; hoy tenemos todas las puertas del espíritu

totalmente tapiadas, aun cuando los muros puedan

tener rimbombantes nombres académicos y hasta de

corporaciones multinacionales.

Es claro para el conferencista que lo expuesto

no es fácil de demostrar ni de ver, y menos cuando

no se quiere saber nada del fenómeno religioso; pero

algunos esfuerzos se hacen hoy en día por establecer

puentes sobre estos vacíos históricos del alma de la

cultura occidental. Necesitamos cubrir el abismo de lo

simbólico para reencontrarnos y sacralizar de nuevo la


Ensayos de masonería y simbolismo

razón, divinizar el verbo que se encuentra prostituido

en manos de intereses económicos y financieros.

El verbo se encuentra atrapado en la superficialidad

light de la sociedad de consumo. El erotismo

de un seno, un rostro y unas caderas ya no sirven para

conducir a la sabiduría, como lo hacían las hetairas

griegas, sino al desperdicio hedonista de la energía

sexual, cuando no el comercio. La academia platónica

nunca desvinculó la sabiduría del erotismo; el

entusiasmo platónico es precisamente el gozo sensual

del conocimiento, adquirir sabiduría debe producir

placer erótico, entusiasmo.

Todo esto con el fin de aclarar el tema, pues es

posible otra forma de ver los textos bíblicos, diferente

a la que nos enseñaron en la escuela, el colegio y la

sociedad cristiana en que vivimos. Esa forma de leer los

textos no es nueva, lo que pasa es que fue expurgada de

la cultura occidental, y es de alguna manera uno de los

temores que le tiene la Iglesia católica a la masonería:

tratar los textos bajo una epistemología simbólica,

entender la Biblia como historias simbólicas, ni más ni

menos que mitos, igual que los de cualquier pueblo,

con una sola y esencial diferencia; a partir de Moisés se

prohíben los símbolos sensibles, las imágenes, solo se

permite el verbo, las palabras, el resto de mitos usan sin

tapujos el lenguaje simbólico. Los mitos son, como dice

Robert Graves en La Diosa Blanca, una iconografía

verbal, lenguaje de imágenes simbólicas.

Es desde esta perspectiva simbólica que el masón

le da sentido a la presencia de la Biblia judeocristiana

en el Ara; la usamos, pues es el libro sagrado y

simbólico de nuestra cultura y civilización occidental

de la que formamos parte. Es obvio que tienen


Nelson Ospina Franco

presencia tácita en ella todos los libros sagrados de la

humanidad, pues todos tratan la sabiduría mística en

diferentes tonos simbólicos.

Ojalá seamos capaces de producir libros de

carácter simbólico para el alma sedienta de diálogo

con el espíritu de esta sociedad del siglo veintiuno.

MAESTRÍA MASÓNICA Y SACERDOCIO

Dice el Diccionario abreviado de masonería, de Frau

Abrines:

Sacerdotal (Arte). Se dio este nombre en los tiempos

antiguos, y muy especialmente entre los egipcios, al

conjunto de los co nocimientos de los secretos de la

naturaleza en la producción de los cuerpos mixtos, físico

y divino, conjunto que actualmente se distingue con el

nombre de ciencias herméticas u ocultas. El empleo de la

magia, de la cábala, de la astrología, la quiromancia y

otras ramas de las primitivas ciencias, cuyo conocimiento

fue durante muchísimos siglos del patrimonio exclusivo

de una casta privile giada, es lo que constituye el arte

sacerdotal y a cuyo estudio se dedicaron con ahínco gran

número de masones durante el curso del siglo XVIII,

formando una rama especial que se distin gue con el

nombre de Masonería hermética u oculta.

El diccionario Espasa dice del sacerdote que es el

ministro de un culto religioso.

Debemos diferenciar el fenómeno religioso

en sus diferentes etapas históricas: una cosa es la

religión de los egipcios, basada en ritos iniciáticos de

carácter hermético, análogos a los practicados por


Ensayos de masonería y simbolismo

la masonería, otra cosa es el judaísmo, y otra muy

distinta el cristianismo; todas se basan en el espíritu,

pero a niveles y en grados muy diferentes.

Nosotros, hijos de esta llamada civilización

cristiana, identificamos el fenómeno religioso con lo

que hemos vivido y vivimos del catolicismo a gusto, y la

mayor parte de las veces a disgusto, pero la verdad es

que la gran mayoría de hermanos masones solo tienen

esta miope visión del fenómeno religioso, sesgada,

claro, aun cuando no por culpa nuestra sino por la

de aquellos que nos la impusieron a sangre y fuego,

primero en Europa y hace medio milenio en América.

Una visión moderna, aun cuando simbólica, de lo

religioso nos la ilustra magistralmente Mircea Eliade

en muchas de sus obras, pero fundamentalmente en

su Tratado de historia de las religiones

Una visión filosófica de lo que envuelve el

fenómeno religioso la encontramos, por ejemplo, en

Platón, pero como desde el materialismo del siglo

diecinueve se decidió que el idealismo era equívoco, su

autor filosófico debía ser expurgado del conocimiento,

dándose el insólito fenómeno de maestros de filosofía

que no lo han leído y, obvio, de masones que lo ven

con desprecio y solo tienen referencias tergiversadas

de él, ignorando quizás que la orden masónica está

inmersa en el neoplatonismo desde sus comienzos

modernos, pero indudablemente que también todas

las corrientes esotéricas medioevales.

La paradoja con muchos materialistas de buena

fe, que los hay, amantes del socialismo, ignoran que el

creador del comunismo no fue Carlos Marx sino Platón.


Nelson Ospina Franco

El idealismo platónico no es antropomórfico,

como lo es el católico; el idealismo platónico es

matemático, la Idea que existe en y por sí es la Idea

matemática, por eso sobre la Biblia que representa

ese idealismo antropomórfico los masones colocamos

el compás y la escuadra, pues por encima de todo está

la idea matemática, en este caso la geometría sagrada,

que era la geometría a la que se refería la leyenda

colocada sobre la entrada a la Academia: “Quien no

sepa geometría no entre aquí”.

Y es así como por encima de la religión de Abraham

se coloca el orden de Melquisedec, señalando los

orígenes iniciáticos de la religión de Moisés, aun

cuando el catolicismo no toma esto como cierto, pues

el cristianismo derivó en una fe de lo revelado, de lo

común a toda la humanidad, que no es el caso de lo

iniciático, pues desgraciadamente la iniciación no es

ni democrática ni común a todos, pues la humanidad

puede ser igual en derechos, pero no en capacidades.

Aquí es clara la gran diferencia de los templarios

con las otras ordenes cristianas; ellos practicaban ritos

iniciáticos y esto fue traicionado el 13 de octubre de

1307, este mes hace setecientos años, rompiéndose la

cadena iniciática del cristianismo que estos hijos de

las cruzadas habían establecido, no quedando de ellos

más que el resplandor masónico de la Llama, que aún

mantenemos viva.

Los masones ejercemos un sacerdocio iniciático,

así como lo nuestro es una religión iniciática, de raíces

pitagóricas y obviamente neoplatónicas. Nuestro

lenguaje simbólico es el constructivo, creamos

símbolos vivos con el martillo de la voluntad y el

cincel del conocimiento, hacemos brillar la luz de la


Ensayos de masonería y simbolismo

sabiduría cósmica sobre la piedra bruta y edificamos

templos espirituales para la humanidad.

El sacerdocio masónico se ejerce cuando oficiamos

nuestros ritos iniciáticos y desarrollamos nuestras

tenidas, y aun cuando hacemos nuestros banquetes.

Todas estas tradiciones exigen que las conozcamos y

las estudiemos para poderlas enseñar y practicar. Los

detalles de cada ritual, los elementos, las vestiduras

del templo, las tenidas de instrucción, etcétera, todo

forma parte del Arte Real por excelencia, el Arte

Sacerdotal de la orden de Melquisedec.

Esa fuerza de oficio sacerdotal es la que esta

noche invocamos frente a nuestros queridos maestros

y en cámara de maestros para fortalecer

las columnas con pueblo masónico, que sin él es

imposible nuestro sacerdocio.

.


EL ETERNO RETORNO

LA DIDÁCTICA MASÓNICA

Y LA PALABRA PERDIDA


CONTENIDO

1-- EL ETERNO RETORNO Y LA MASONERÍA...113

I- El Oriente eterno......................................................113

II- La Orden..........................................................114

III- El mundo profano............................................115

IV- La ley masónica................................................116

V- El eterno retorno del masón....................................117

2- EL SECRETO MASÓNICO Y LA DIDÁCTICA

DE LO INCONSCIENTE....................................119

I- La voz del silencio..........................................................119

II- El pensamiento arcaico.....................................120

III-Inquisición sobre la mente arcaica...................125

IV-El secreto masónico...........................................127

VI-El inconsciente.................................................128

V- La didáctica masónica.......................................129

3- FIESTA DE SAN JUAN EVANGELISTA.......135

I- El trabajo iniciático.............................................135

II- El cerebro: una máquina de soñar..........................138

III- Iniciación: Catarsis, Número y Geometría......140

IV- El colegio iniciático..........................................142

V- La fiesta de los dos solsticios..............................143


112 Nelson Ospina Franco

VI- El templo y la caverna.....................................145

VII- El ritual esotérico...........................................147

VIII- La fiesta........................................................148

IX- La Medalla al Masón Operativo.......................149

X- Iniciación femenina, logias de adopción y Landmarcks.............................................................150

XI- Clausura de trabajos.........................................157


1- EL ETERNO RETORNO

Y LA MASONERÍA

I - EL ORIENTE ETERNO

Nada sabemos positivamente del más allá, el Hades

como lo llamaban los griegos, o el Oriente eterno

como lo llamamos nosotros, o como le dice el mundo

profano moderno con su visión dualista de bien y

mal: cielo e infierno.

Sin embargo, estamos inexorablemente destinados

a develarlo. El día que partamos de este mundo nos

encontraremos con dos posibilidades, a saber: la

materialista, que dice que no hay vida después de la

muerte, y la idealista, que afirma que existimos de

alguna manera después de morir.

Lo interesante viene después de morir. El

materialista podrá descubrir que tenía la razón y

obviamente no se dará cuenta pues está muerto, o

de pronto descubre que estaba equivocado y perdió

el tiempo, pues no quiso saber nada del mundo

trascendente.

Y el idealista, que también puede descubrir o no

otro mundo allí y no podrá comunicarnos si existe

el más allá, y tampoco tendrá forma de saber que

estaba equivocado si esa vida no existe, claro. Pero


Nelson Ospina Franco

por este camino de solo razonamientos seguiremos

inexorablemente perdidos tal como Sócrates en el

diálogo “El Fedón”, cuando intenta explicar lo mismo

por la vía discursiva.

Entonces nos queda la eterna duda que solo

puede resolver la fe o el mito, tal como hizo Sócrates

tras la impotencia de la razón frente al tema del más

allá a instantes de tomar la cicuta. Solo los caminos

intuitivos, místicos y simbólicos han podido transponer

este umbral y decirnos algo del más allá. Y no hay

duda de que a la ciencia racional todavía le cuesta

trabajo penetrar este enigma de la existencia, pero

está construyendo puertas hacia él, como veremos.

II- LA ORDEN

Venerable maestro, durante el pasado VII Congreso

Masónico Colombiano el gran maestro de la Gran

Logia Occidental de Colombia, Víctor Hugo Vallejo,

afirmó que él creía que la masonería no necesitaba

más norma o ley que los landmarcks, que como todos

sabemos son de origen arcaico y leyes básicas de la

masonería universal.

Claro que este tipo de afirmaciones debe

desconcertar a gran número de hermanos amantes

del código y el inciso. Sin embargo todas las logias

deben tener su constitución y con mayor razón

nosotros los colombianos herederos masónicos del Q:.

H:. Francisco de Paula Santander.

Pues claro que frente a la ignorancia filosófica y

simbólica de nuestra gente hay que disminuir la ley a

su mínima expresión. ¡Qué lejos nos encontramos los


Ensayos de masonería y simbolismo

latinos de la mentalidad anglosajona eminentemente

sintética y pragmática! Diferencias entre hijos de la

Reforma e hijos de la Inquisición, y no hay que buscar

muy lejos la explicación de por qué somos así.

Entonces, queridos hermanos, no crean casual

que la Constitución de los Estados Unidos de América

hecha por masones anglosajones siga vigente con unas

cuantas enmiendas, mientras nosotros intentamos

todavía ensayos constitucionales extensos y poco

aplicables. O si no, recordemos las recientes y actuales

inquietudes de reforma constitucional del mundo

profano en la Colombia de hoy.

Qué gran paradoja, pues tal parece que estos

landmarcks son de origen anglosajón; bueno, al menos

ellos conservaron desde su origen medieval gran

parte de nuestros rituales y principios. No podemos

considerar, entonces, que sea casual el origen moderno

de nuestra orden, el 24 de junio de 1717 en Inglaterra.

Venerable maestro, en mi condición de un masón

más, de la ya escasa población masónica de Colombia,

creo que el gran maestro de la Gran Logia Occidental

de Colombia tiene toda la razón con su planteamiento.

Claro que entendemos que el tema es planteado tan

solo como un motivo de meditación y así lo acogemos

nosotros, pero eso no excluye que expongamos lo que

pensamos sobre él.

III- EL MUNDO PROFANO

Mire usted, venerable maestro, tantas vueltas y revueltas

que hemos dado sin aumentar nuestras huestes, y no

porque no existan personas en el mundo profano que


Nelson Ospina Franco

no quieran y puedan ser masones; en contraste, nos

avergüenza compararnos con la excelente población de

la masonería chilena, y más de la cubana, y claro que

tenemos muy pocas disculpas frente a ellos.

Hoy en día existe un inmenso interés profano

por las cosas masónicas y en general por las doctrinas

esotéricas. Hace mucho tiempo, quizás desde el siglo

dieciocho, no había existido una época tan propicia

para la masonería, pues el mundo profano está

huérfano y anhelante de espiritualidad, sobre todo

de la que nosotros por principio practicamos: “Una

Espiritualidad de Orden Iniciático”.

¿No será, venerable maestro, que solo nos hemos

refugiado en la letra muerta de los ritos masónicos y no

hemos podido comprender su mensaje revolucionario

de una espiritualidad socialista que ante todo tiene

claro su destino trascendente?

IV- LA LEY MASÓNICA

Venerable maestro, reproduzco textualmente

algunos de los landmarcks que consideramos

esenciales en la exposición de nuestro tema.

2- La masonería simbólica se divide únicamente

en tres grados:

Aprendiz, Compañero y Maestro.

3- La leyenda del tercer grado es inalterable.

9- Todos los masones tienen la obligación

de congregarse en logias.


Ensayos de masonería y simbolismo

19- Es ineludible para todo masón la creencia

en la existencia de un principio creador o

de Dios, como Gran Arquitecto del Universo.

20- Todo masón debe creer en la resurrección

de una vida futura.

21- Un Libro de la Ley no debe faltar nunca

en una logia masónica.

22- Todos los masones son iguales.

23- La Masonería es una sociedad secreta.

24- La Masonería ha sido fundada como

ciencia especulativa sobre un arte operativo,

tomando simbólicamente los usos de este arte.

25- Ninguno de los landmarcks podrá ser

cambiado nunca en lo más mínimo.

Claro que faltan el resto de landmarcks, en mi

opinión de carácter administrativo, pero éstos aquí

reproducidos definen claramente la filosofía práctica

de la Orden.

Y son ellos los que le dan sentido al título de esta

plancha, pues es en sus principios metafísicos donde

se apoya el postulado del Eterno Retorno del Masón.

V- EL ETERNO RETORNO DEL MASÓN

Para terminar, de lo expuesto atrás creo que se

pueden colegir los siguientes cuatro paradigmas que

enmarcan el “Eterno Retorno Masónico”:


Nelson Ospina Franco

1- Paradigma epistemológico: El masón que no

sea capaz de comprender e interrelacionarse con los

símbolos no es capaz de entender la masonería, pues lo

nuestro solo es ciencia especulativa en el campo de la

reflexión verbal o filosófica, pero su núcleo epistemológico

original es un arte operativo, la construcción de templos

tomado como lenguaje simbólico.

Si no estudiamos, escudriñamos, practicamos

e intentamos captar el lenguaje simbólico, no

aprenderemos a comprender y a hablar el lenguaje de

la masonería y menos captar su mensaje.

2- Paradigma histórico: “La Masonería tiene

más pasado y futuro que presente, y siempre será así”,

siendo este uno de sus más difíciles paradigmas.

3- Paradigma operativo: Para ser plenamente

masón es absolutamente necesario trabajar en un

Oriente y es ésta la raíz de la “Angustia Metafísica” que

se refleja en la sana y masónica rebeldía del irregular.

“Angustia metafísica” a la cual solo se le puede dar paz

cuando se trabaja en una logia regularmente.

4- Paradigma trascendente: Los masones

creemos por principio ineludible en la reencarnación y

en Dios, difíciles creencias en estos tiempos profanos de

materialismo superficial, ignorante, vulgar y ramplón.

Pero cuando el G:. A:. D:. U:., tras el tránsito

al Oriente Eterno de un maestro masón, bendice

su trabajo masónico con su salario iniciático, él ha

de retornar reencarnado como Hiram a cumplir su

ineludible, renovada y eterna tragedia cósmica.


2- EL SECRETO MASÓNICO

Y LA DIDÁCTICA DE LO

INCONSCIENTE

I- LA VOZ DEL SILENCIO

Si intentáramos, imitando a los simbolistas alejandrinos,

hacer hablar la Esfinge, ella en su impersonal

hermetismo nos advertiría que como cualquier mito

de la sabiduría arcaica solo es un símbolo enigmático

al cual únicamente podremos interrogar cuando

logremos responder las preguntas que suscita su

eterno silencio:

¿Qué enigma guarda esta imagen

síntesis de águila, león, toro y hombre

por lo cual es llamada tetramorfo

y quintaesencia del espíritu?

¿Qué analogía guardan con ella

los cuatro verbos iniciáticos

saber, querer, osar, callar,

de la ciencia sagrada?

¿Cuál es la correspondencia simbólica con ella

de los cuatro estados de la materia


líquido, sólido, gas y plasma

y de los cuatro clásicos elementos

agua, tierra, aire y fuego?

Nelson Ospina Franco

¿Por qué el cristiano Apocalipsis de San Juan

describe el trono de Dios guardado por

los cuatro animales de la Esfinge de Gizeh

que son los mismos de la cábala judía?

¿Si habrá algún vínculo simbólico

entre el tarot y sus cuatro series:

la espada, el basto, la copa y el oro,

y la serie de analogías antes expuestas?

En lo anterior, que hemos escogido como

introducción a nuestro tema, logramos con la Esfinge

de Gizeh un ejemplo clásico de un símbolo arcaico

y sus múltiples significados, su polisemia, dirían

los filósofos simbolistas. La Esfinge es un símbolo

teriomorfo, síntesis de símbolos animales. El hombre

allí solo es un símbolo animal más.

La esfinge en su silencio nos habla. Y tal parece

pues que “El símbolo habla con la voz del silencio”.

II- EL PENSAMIENTO ARCAICO

Ernst Cassirer, en su libro Antropología filosófica,

define al hombre como un animal simbólico y de hecho

la simbolización es nuestra función intelectual básica,

simbolizar el mundo para comprenderlo, solo que hoy

lo simbolizamos básicamente en palabras cuando ayer

lo hacíamos fundamentalmente en símbolos visuales.


Ensayos de masonería y simbolismo

La Esfinge no es una síntesis de conocimientos

armada en un orden caprichoso ni artificial, sino

creación de una mentalidad muy diferente a la nuestra.

Su origen histórico es el antiguo Egipto por allá en

el año dos mil cuatrocientos ochenta antes de Cristo

cuando Kefren, su constructor, el hijo de Keops el de

la Gran Pirámide, hizo una avenida hacia su pirámide

desde el Nilo, con ella como templo portuario, pues en ese

entonces el río pasaba cerca de la Esfinge. No sabemos

positivamente mucho más; es claro que los antiguos

egipcios tenían una mente con una estructura mítica, su

forma de pensar era arcaica, mágica y no racional.

Si bien hablaban, su lenguaje verbal no era el

centro de su mundo intelectual, como sí ocurre con

nosotros; la palabra acompañada de la expresión

corporal era un instrumento sonoro que usaban para

comunicar símbolos visuales. Imaginaban visualmente,

pensaban en imágenes y para comunicarlas inducían

verbalmente en sus oyentes la concepción mental de

las mismas imágenes y con éstas iban simbolizando un

abecedario no verbal hasta formar su discurso mítico.

Es por esto que Robert Graves dice que, en rigor, todo

mito es “una iconografía verbal”.

De toda esta actividad comunicadora de símbolos

a la que se veía por necesidad sometido el hombre

intelectual arcaico nació el oficio de la palabra; primero,

mucho antes de que inventáramos la escritura, toda la

cultura se conservaba sobre la base de la memoria verbal

y gestual y de los espacios, objetos y dibujos simbólicos.

El arte de crear y memorizar discursos verbales es

ya viejo en la historia humana. La Ilíada y La Odisea,

compuestos poéticamente por Homero con base en


Nelson Ospina Franco

leyendas heroicas del año 1150 a. C., fueron recitados

por él y aprendidos de memoria por los trovadores del

siglo noveno a. C., solo fueron guardados por escrito en

el siglo sexto a. C.; durante estos tres siglos, La Ilíada y

La Odisea se mantuvieron vivos en la memoria poética

del pueblo griego sin ayuda de escritura alguna. Es

una de las virtudes de la poesía ser mnemotécnica; su

estructura musical actúa sobre los mecanismos de la

memoria humana.

Allí, histórica y evolutivamente, se desprende

una arquitectura mental construida no ya sobre el

símbolo visual sino sobre el símbolo verbal, naciendo

así la poesía. Qué buen ejemplo de esto es el siglo

sexto a. C. en Atenas, cuando hasta la Constitución

la escribió Solón en verso.

Un teorema más que puede ser de Robert Graves:

la poesía nació en tiempos arcaicos, bajo la necesidad

evolutiva de traducir verbalmente los símbolos

visuales con los que la mente arcaica construía sus

concepciones del mundo.

Estas concepciones arcaicas eran un sistema de

ideas prácticas, mágicas, míticas y místicas que en

su necesidad de ser verbalizadas forjaron la creación

de un simbolismo verbal, germinando así una poética

verbal y finalmente la poesía.

Evolución lingüística alimentada, además, por el

fuego de la sexualidad. El cortejo y la actividad sexual

son según la genética uno de los motores básicos de

la evolución artística y cultural del hombre. Claro

que eso explica también el vínculo entre la actividad

poética y el romanticismo.


Ensayos de masonería y simbolismo

Tal parece, pues, que entre los padres de la poesía

están la mística y el amor. He aquí la raíz psicológica

y mística de la actividad simbólica de la poesía y de

quien la padece y es tocado por su gloriosa inspiración.

Lunáticos, cultores de la “Diosa Cerda” o de la “Diosa

Blanca”, es decir amantes de la diosa Luna y su

víctima, las más de las veces.

Los poetas primitivos fueron a su vez los profetas

y la memoria viva de la palabra arquetípica de la ley, la

cual no se escribía, pues solo era transmitida de boca a

oído. La poesía se constituye así en una forma particular

de la palabra e instrumento básico en la concepción

mítica posterior, el pensamiento mito-poético.

Esta rama del origen y evolución de la poesía es

el tema central del libro de Robert Graves La Diosa

Blanca o “Historia comparada del mito poético”. Es

esencial la lectura de esta obra para quien estudie y

oficie la poesía en los tiempos modernos.

Aquí tenemos que acudir a la sicología moderna

para poder entender la mente de seres que dejaron de

existir hace mucho tiempo. Es C. G. Jung el psicoanalista

que formula que en el ser humano se dan, entre otras,

dos formas básicas de pensamiento: el pensamiento

racional o verbal, y el pensamiento mítico.

Las personas modernas en el mundo profano, ya

mayores, pensamos fundamentalmente en palabras,

razonamos, así a veces no seamos muy lógicos, pero

la base de nuestra actividad consciente la dominan las

palabras. No es nada fácil, a partir del pensamiento

verbal, poder percibir en la mente una forma de

pensamiento que no use palabras; sin embargo,

usamos lenguajes simbólicos todo el tiempo, aun

cuando no nos demos cuenta.


Nelson Ospina Franco

Esta forma de pensamiento arcaico, de alguna

manera, está latente en nuestro inconsciente y de

vez en cuando se manifiesta, pero es rápidamente

reprimido por el acoso de la implacable y excluyente

mente racional.

En el mundo antiguo lo dominante en la mente

colectiva era el pensamiento mítico; la razón todavía

no había nacido.

Uno de los gérmenes de la razón aparece en

la religión monoteísta de Akenatón, y más tarde en

su heredera espiritual, la religión judía y su religión

verbal abstracta, tal como lo demuestra Freud en su

Moisés y el origen del monoteísmo, su libro póstumo,

esencial en el tema que tratamos.

El desarrollo del pensamiento verbal llevó a la

abstracción y por ende a la posibilidad de crear una

teología monoteísta abstracta, sin representación

sensible alguna; pero una cosa es una religión monoteísta

abstracta o religión verbal, y otra cosa es una filosofía

verbal, y esta última es, no cabe duda, la razón.

Werner Jaeger, el autor de Paideia, asevera que en la

historia del pensamiento el primer pensador totalmente

abstracto y el primer hombre en pensar sólo en conceptos

fue Aristóteles, y él era del siglo cuarto antes de Cristo.

Los griegos crearon el pensamiento racional.

La forma de pensar racional, que allí alcanzó su

madurez, es hoy la forma de pensar dominante en

la mente colectiva, aun cuando tengamos rezagos

psicológicos de un pensamiento mítico, como por

ejemplo el ensueño, los sueños, la imaginación del

niño, la mente mágica del indígena y la imaginación

creativa del artista.


Ensayos de masonería y simbolismo

Todas las religiones grandes y pequeñas son mitos

vivos, los otros mitos duermen, puede que olvidados, pero

nunca muertos, pues son fluorescencias trascendentes

del arquetipo genético del hombre y nacen, mueren y

renacen según la necesidad espiritual de los tiempos.

III- INQUISICIÓN SOBRE LA MENTE

ARCAICA

A escasos dos mil trescientos años de nacido el

pensamiento racional, ya casi logra exterminar de la

mente colectiva al pensamiento mítico. Esta inquisición

orquestada por la Iglesia tuvo consecuencias ideológicas

en los paradigmas dominantes del mundo académico

y científico de Occidente. La Iglesia cristiana medieval

y su tomismo hicieron ese papel.

Cualquier actividad cultural humana que tuviera

visos de pensamiento mágico, sin excepción, o mítico,

diferente al católico, fue exterminada, al principio con

el potro o la hoguera, y al final con el estigma social, y

aun cuando parece que hace años que cesó su nefasta e

intimidante tiranía, la inercia alcanzada fue muy grande

y la inquisición social e intelectual se sigue sintiendo

todavía, sobre todo en los pueblos que la sufrimos más

cruel y prolongadamente, los latinoamericanos.

Esto explica que la masonería tuviera mejor

receptividad en los pueblos de origen anglosajón, pues

ellos venían de la Reforma y ya se habían quitado de

encima la tiranía inquisidora de Roma, y no es casual,

entonces, que sea en Norteamérica donde fructifique

más rápidamente y a la larga es en ella donde nace el

Oriente que ilumina la primera revolución democrática

en el mundo profano de hoy.


Nelson Ospina Franco

La Inquisición es un escenario de terrorismo

respecto de cualquier idea distinta de las de la Iglesia

católica, fanática ésta de un Dios exclusivamente

verbal como el Dios judío, con exclusión de cualquier

forma de culto religioso distinto al del “misticismo

verbal”, aquel que define tan bien uno de los patrones

de nuestra Orden, San Juan, en la introducción de su

Evangelio, cuando dice:

En el principio ya existía el Verbo

y el Verbo estaba con Dios

y el Verbo era Dios.

Él estaba con Dios en el principio,

por medio de él todas las cosas fueron creadas

y sin él nada de lo creado llegó a existir

En él estaba la vida

y la vida era la Luz de la humanidad.

Esta Luz resplandece en las tinieblas

y las tinieblas no han podido extinguirla.

Nada lejos estará después Hegel en su Fenomenología

del espíritu.

La Iglesia llevó su teología exclusivamente verbal

hasta sus últimas consecuencias con resultados

dramáticos en cuanto el exterminio de cualquier

forma cultural de pensamiento mítico, y es este el


Ensayos de masonería y simbolismo

panorama intelectual en el que nace la masonería

moderna en una sociedad con muy poco conocimiento

simbólico y, peor aún, con miedo a cualquier forma

teológica de carácter simbólico, pues era herejía y se

castigaba con el ostracismo.

La masonería tiene sin embargo sus raíces

históricas en una civilización mítica, donde la

imaginación del símbolo visual, la imagen, es la base del

lenguaje cultural, técnico y religioso, y no la palabra, el

verbo o el concepto. De ahí que la masonería moderna

asuma, como lo dice el Landmarck N°24, que se ha

fundado como una ciencia especulativa sobre un arte

operativo tomando simbólicamente los usos de este

Arte. Aquí lo moderno es la ciencia especulativa, lo

arcaico es el arte operativo, cuyos usos y costumbres

son tomados como lenguaje simbólico.

Es decir, la masonería moderna tiene dos

componentes epistemológicos: uno el racional, que es

el componente moderno, y otro el mítico, que es el

componente antiguo; seguramente este componente

racional al nacer y desarrollarse sobre el núcleo mítico

permitió que la racional sociedad moderna pudiera

acceder al conocimiento y practica de “un arte arcaico

de orden mítico”.

IV- EL SECRETO MASÓNICO

Aquí es donde entronca la función social de lo secreto,

tal como lo define el Landmarck N°23: “La Masonería

es una sociedad secreta”.

Dice el Diccionario de símbolos, de Cirlot, que

“Todo secreto simboliza el poder sobrenatural y de ahí


Nelson Ospina Franco

su efecto perturbador sobre la generalidad de los seres

humanos. También en esta razón se fundamenta parte

del atractivo de lo esotérico y de todas las formas de

hermetismo en literatura y arte”.

Tenemos que preguntarnos si somos una sociedad

secreta tan solo por herencia de nuestros fundadores

a los cuales les tocaba esconderse de la Inquisición,

lo cual más bien sería una actitud clandestina y no de

secreto. Algo puede ser público y mantener su secreto

como la Esfinge.

¿Entonces qué es lo que guarda y qué es lo que es

el secreto masónico?

VI- EL INCONSCIENTE

Para intentar responderlo hay que escudriñar la

naturaleza de los rituales masónicos, pues ellos

obran sobre el alma de una manera que no somos

conscientes; obran a nivel del inconsciente, están

hechos para dialogar con los arquetipos que habitan

en el fondo del alma humana a los cuales se puede

llegar a través de la práctica de ritos.

Acudimos de nuevo al auxilio de la psicología. C.

G. Jung se refiere así al inconsciente:

Teóricamente no pueden ponerse límites al campo de

la conciencia, puesto que puede extenderse en un ámbito

ilimitado. Pero empíricamente se encuentran siempre

sus límites en el terreno de lo desconocido. Esto último

se compone de lo que no se sabe y de lo que no está en

relación con el Yo, como centro del campo de conciencia.


Ensayos de masonería y simbolismo

Lo desconocido se compone de dos grupos de objetos,

a saber: los externos captables por los sentidos,

y en segundo lugar los hechos interiores captables directamente.

El primer grupo representa lo desconocido

del mundo circundante, el último lo desconocido del

mundo interno. La última zona la designamos como

el inconsciente.

A estos contenidos se suman también todas las represiones

más o menos deliberadas de representaciones

e impresiones penosas. La suma de todos estos contenidos

la designo como el inconsciente personal. Pero más

allá de ello hallamos en el inconsciente también las propiedades

no adquiridas individualmente sino heredadas

como son los instintos (En este aspecto “profundo”

de la psique hallamos también los arquetipos). Los instintos

y los arquetipos forman el inconsciente colectivo.

V- LA DIDÁCTICA MASÓNICA

Tenemos más o menos claro cuáles son los métodos

didácticos para transmitir conocimientos racionales

y es lo que nos enseñan desde la escuela hasta la

universidad, pero cuando se trata de hacer didáctica

de conocimientos simbólicos de contenido esotérico,

toda la metodología racional resulta inútil.

Esto es lo que significa la Escuela Masónica:

una escuela de una ciencia y arte simbólicos cuyos

métodos son de origen arcaico y en ellos la mecánica

social de lo secreto juega un trascendental papel.

He aquí nuestra hipótesis: “A nuestros trabajos

en logia debemos considerarlos análogos a los

trabajos con el inconsciente”.


Nelson Ospina Franco

Del inconsciente sabemos que está ahí, pero

el acceso a él es indirecto, no podemos acceder a

él tal como lo hacemos con el mundo racional; el

inconsciente es secreto para la conciencia, sabemos

que está ahí pero no sabemos de sus actividades sino

de una manera indirecta. Tal como sucede con la

masonería, sus actividades deben ser secretas y sus

obras deben manifestarse solo indirectamente por la

acción profana de sus integrantes.

La razón, pues, del secreto masónico parece que

obedece a la naturaleza de los arquetipos espirituales

que trabajamos y no a la necesidad de ocultarnos de las

persecuciones intolerantes de la sociedad profana, las

cuales hoy en día a comienzos del siglo veintiuno han

desaparecido casi totalmente, en gran parte gracias al

trabajo proyectado sobre el mundo profano moderno

por la Orden masónica.

Hoy si alguien quiere saber quién es masón sólo

tiene que coger un directorio telefónico para averiguar

dónde queda un Taller y situarse cerca de la logia para

espiar los nombres de sus integrantes.

El secreto masónico es pues cosa bien distinta a que

se sepa quién es masón; el secreto es un reconocimiento

de la trascendencia esotérica de nuestros oficios

simbólicos a los cuales no se puede acceder sino a través

de los rituales que obviamente deben ser ejecutados en

secreto tal como en secreto ocurren los procesos del

inconsciente personal y colectivo.

El secreto masónico es el reconocimiento de la

inaccesibilidad consciente a los contenidos profundos

de los símbolos de la Orden, los cuales por su

naturaleza mítica solo podemos intuir; ellos no son

revelables racionalmente aun cuando lo intentemos,


Ensayos de masonería y simbolismo

y eso es lo que hacemos cuando filosofamos sobre

ellos, solo especulamos, tal como lo hacemos en esta

lectura. “La cosa del secreto masónico” está más allá

de las palabras y de nuestra mente consciente, su

naturaleza es inaccesible racionalmente y aún menos

comunicable verbalmente.

El secreto masónico tal parece que es una técnica

necesaria, no para ocultar nada, sino para tratar los

contenidos trascendentes de los oficios rituales, los

cuales exigen el tratamiento de lo secreto para poder

interrelacionarse con ellos. Ni aun dentro del templo

en medio de la ejecución de un ritual cesa el secreto.

Además, este secreto que los masones guardamos

también está detrás de todas las cosas de la vida profana;

lo difícil es verlo. Tarde o temprano lo padeceremos y nos

dará miedo, alegría, y un terror sagrado nos inundará

cuando un día cualquiera un simple acontecimiento

cuotidiano nos ilumine solo a nosotros casualmente

de una manera sincrónica y simbólica; se nos hace

numinoso, dice Jung, pero para casi todos los demás lo

que uno siente, piensa y ve, allí será pueril.

Se nos revelará entonces un símbolo trascendente

cualquiera, que de pronto ya habíamos aprendido

en logia o en vivencias de orden filosófico, religioso

o esotérico; símbolo que se nos hace inminente y

necesario estudiar. He aquí otra causa de la “angustia

metafísica del Irregular”, y por ende de la reacción

espiritual a ella, cual es el retorno del masón al trabajo

regular en logia para alcanzar paz espiritual.

La angustia metafísica del Irregular, al vivir

el simbolismo del secreto masónico en su vida

cuotidiana, le genera el karma o le impone la Némesis


Nelson Ospina Franco

que le hace necesario regresar a la regularidad. Los

irregulares, habiendo sido ya iniciados, han quedado

desamparados de asistir personalmente al psicodrama

de los rituales sagrados de trabajos ordinarios y de

iniciación masónica y por supuesto aislados de los

efectos espirituales y mágicos de las luces F:., B:. y S:.

que la presencia del G:. A:. D:. U:. provoca, invocado

por los rituales en el templo.

Los irregulares que han bajado a los infiernos

del mundo profano y han vuelto a la regularidad de

este espacio sagrado sabiendo algo que solo enseña el

abismo, el sufrimiento y la soledad, pero que solo tiene

sentido en la regularidad masónica, por lo que tienen

mucho que enseñar.

Y por allí comienza a deshilvanarse la madeja del

difícil lenguaje simbólico, y así posiblemente, después

de años de estudiar y trabajar disciplinadamente,

descubramos el secreto masónico…, ¡qué digo!,

sintamos la presencia mágica de la electrizante

e inspiradora energía espiritual que se devela en

el misterio de los símbolos cuando los vivimos

místicamente, algo intraducible a palabras.

Son dos labores las necesarias para llenar las

columnas: una es la de iniciar y la otra es la de recuperar

para las logias a los masones irregulares dispersos

por el mundo profano, y que bajo obvios estímulos y

esperanzas de trabajo espiritual y académico están

anhelantes de trabajar masonería y lo necesitamos

con urgencia, sobre todo en Colombia.

La sabiduría masónica es simbólica y los símbolos

no hablan, solo suscitan. Los símbolos inducen

ideas solo con la voz del silencio; al espíritu no lo

vemos, es secreto, como quien dice es inconsciente


Ensayos de masonería y simbolismo

o supraconsciente, pero no consciente. Sabemos por

intuición o filosóficamente que el espíritu está ahí y lo

reconocemos por sus múltiples manifestaciones, pero

lo asumimos como lo que es, secreto y trascendente.

Tal parece pues que el secreto es una de las claves

del paradigma didáctico de la masonería.


3- FIESTA DE SAN JUAN EVANGELISTA

I- EL TRABAJO INICIÁTICO

La experiencia más difícil como masones la encontramos

en la vida profana, cuando descubrimos en su cotidianidad

los mismos y silenciosos símbolos que aquí en

logia oficiamos y es cuando tras el trabajo afloran a la

conciencia de la manera que nos es común, hablando, y

si queremos hablar al orden debemos pensarlo mucho,

y es mejor escribir; presentar planchas es una solución.

Aquí en la intimidad de nuestra logia debemos

trabajar en equipo, aquí en el seno de nuestro taller

invocamos el mundo de las causas espirituales a través

del ejercicio personal y colectivo de nuestros rituales.

El efecto de dichos rituales debe obrar sobre

nuestra individualidad. El rito actúa sobre el

inconsciente, pule primero el inconsciente personal y

luego nos abre ventanas al inconsciente colectivo.

La masonería enseña y da instrumentos. Primero

nos enseña iniciáticamente su mito: los tres ritos

iniciáticos, vividos como un psicodrama simbólico de

enseñanzas de sabiduría arcaica, y este es el mito por

trabajar. Mito encarnado, vivido personalmente en

un templo, con los ornamentos, vestiduras, liturgias

y solo en “Sociedad secreta”, en presencia de ningún


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profano, de nadie que no haya pasado por la iniciación.

He aquí pues lo que tenemos que “leer, entender y

practicar” en este taller físico.

El componente más importante de la alquimia

ritual es la compañía humana, sin lo cual sería imposible

ejecutar los trabajos simbólicos que, al ser elevados a

sagrados por el ritual, hacen que el taller se transmute

en templo y los trabajos físicos en alquimia trascendente.

El templo es mágico, como herencia de la ciencia

arquitectónica de los magos místicos de la antigüedad,

los cuales creían que el número y la geometría eran el

pensamiento y la lengua de los dioses y que con ellas

pensó y construyó Dios el mundo.

La geometría fue durante mucho tiempo mantenida

como secreto en los templos antiguos, los griegos la

aprendieron en las escuelas iniciáticas de Egipto, y

fueron ellos quienes la popularizaron y desarrollaron,

como Pitágoras y Platón que estudiaron en el Instituto

Tecnológico de Massachusetts de la antigüedad, que eran

los templos iniciáticos de Tebas y Menfis, Nilo arriba.

Allí enseñaban Ciencia Arcaica, una ciencia indudablemente

mistérica, mágica y mística. Ellos no diferenciaban

entre ciencia y religión; su religión también

era mistérica, tenían ritos externos para las masas, y

otros exclusivos para las élites espirituales, ritos exotéricos

y esotéricos los llamaría la escuela pitagórica. En

estos solo participaban los iniciados, los ritos religiosos

más sagrados eran oficiados en el Sancta Sanctorum,

lejos de la mirada profana del pueblo.

Los colegios iniciáticos eran universidades mistéricas.

Escuelas de misterios les decían. Los miembros

de estas escuelas construían templos, hacia el exterior se


Ensayos de masonería y simbolismo

manifestaban como los cientos de mitos, ritos y dioses que

vemos en pueblos como el egipcio, por ejemplo.

Lo que ocurría por dentro, en el Sancta Sanctorum y

en los ritos iniciáticos, tenemos que inferirlo de lo poco que

se sabe del proceso religioso e iniciático. La experiencia

iniciática es una vivencia de orden mental y naturaleza

espiritual, tal parece. La iniciación es una aventura

perceptual de conocimiento simbólico trascendente.

La iniciación puede ser un ensueño del ser, en

que la conciencia y el yo encarnan un mito, durante el

cual el alma navega por el mundo astral conducida por

los símbolos de la realidad metafísica que con su juego

simbólico y azaroso la aleccionan sobre la sabiduría de la

vida, los misterios de la percepción y el destino del alma.

Durante la iniciación, la secreta voz de lo arquetípico

nos habla con su voz de silencio, nos habla

con su azarosa y misteriosa danza de ¡sincronismos

simbólicos! Es el mismo fenómeno señalado por

Nietzsche en las “coincidencias significativas” y por

Jung en la “sincronicidad”.

¡En la iniciación vivimos una catarsis trascendente!

Mentalmente la iniciación puede ser éxtasis

de un simbolismo visual que se trasmuta en canto

que hace silencio, para ser espejo, eco y sentido de

la cósmica música del número, sinfonía matemática

que por destino encarna y manifiesta toda cosa de la

naturaleza y del más allá.

El primer velo de la iniciación es de orden

mítico, no hay duda. Este velo mítico está tejido con

los hilos simbólicos de una tradición iniciática, cuya

más profunda capa de tejido puede ser, he aquí la

hipótesis esotérica, un misterio simbólico de orden


Nelson Ospina Franco

numérico y geométrico. En fin, allí deben existir unas

“matemáticas sagradas”.

II- EL CEREBRO: UNA MÁQUINA DE SOÑAR

Pero antes de intentar levantar el velo de la geometría

mística, no sobra informar desde las ciencias positivas

de una concepción científica del fenómeno de la mente

humana: la conciencia y la percepción. Además sirve para

equiparar con lo que el esoterismo y la masonería han

sabido siempre, que “la mente primitiva es analógica”,

tal como lo dice la ciencia de la neurofisiología.

La mente arcaica es analógica y de ahí las técnicas

mágicas y los lenguajes simbólicos de las religiones, la

mística y el arte. Intuición, analogía, símbolo, mito,

arte, misterio, secreto y mística son productos de una

máquina que sueña y todos son ramas orgánicas de

una misma familia espiritual.

Tal parece que nosotros los masones, que

aún guardamos y practicamos formas arcaicas de

conocimiento simbólico, no hemos estado equivocados,

según las ciencias positivas modernas, claro.

El pensar de hoy es racional y el intuir es analógico

desde la antigüedad arcaica. Lo simbólico opera

analógicamente. Mientras que la razón como sistema

lógico se puede reducir a la simpleza de un sistema

digital y es lo que hacemos con los computadores,

ellos traducen nuestros razonamientos a una “lógica

binaria” de dígitos: unos y ceros.

Rodolfo Llinás dice en su libro de divulgación El

cerebro y el mito del yo, que “el cerebro humano no es


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un computador digital, sino analógico”. Además “este

aparato pesa mil cuatrocientos gramos, consume

catorce vatios de energía eléctrica, y trabaja a una

frecuencia de sesenta ciclos por segundo. La mente

es una actividad eléctrica del cerebro y la conciencia;

tal parece, es nuestra hipótesis, que es una función de

su campo electromagnético”.

El concepto científico más poético de Llinás,

donde magia y ciencia parecen ser las dos caras de

la moneda evolutiva que produjo el azaroso milagro

de la mente y la percepción, es cuando dice que: “El

cerebro es una máquina de soñar y el mundo que

percibimos en la mente es una realidad virtual”.

La conciencia es pues, según Llinás, un

fenómeno virtual que ocurre en el cerebro que sueña

despierto, pero fijamente sintonizado con la realidad

por conductas interpretativas aprendidas durante la

evolución, la crianza y la socialización. Conductas que

nos forman una “ventana perceptual” a través de los

sentidos. Ventana a través de la cual formamos en la

mente una cosmovisión que nos debe ser funcional y

útil a la supervivencia. Cuando soñamos, ya dormidos

somos libres de los sentidos y podemos percibir otros

mundos, piensa el esoterista.

Esa realidad virtual es la mente de todos nosotros

cuando estamos despiertos y conscientes, es lo que,

además del sexo, vemos y oímos, tocamos, olemos,

sentimos, etcétera. Con toda esta información

eléctrica de los sentidos la mente forma una película

que vemos y vivimos dentro del sistema cerrado del

cerebro, aun cuando creamos estar viéndola afuera,

análogo a lo que ocurre con la realidad virtual de los

sistemas cibernéticos, advierte Llinás.


Nelson Ospina Franco

Esa película perceptual está fijamente sintonizada

por el proceso biológico y cultural con el mundo

circundante del depredador humano, medio del que

emergimos hace muy poco.

Esta máquina del cerebro humano, que funciona

analógicamente, tal parece que tiene al mundo

por tema, al símbolo por lenguaje y al espíritu por

observador, pensamos nosotros.

¿No serán del espíritu, otra hipótesis, las cualias

de las que tanto habla Llinás?

Tal parece pues que somos una ventana

perceptual que la evolución de la materia construyó

hacia el mundo de la idea. O visto desde la perspectiva

cabalística: la materia es una idea cristalizada o caída,

que la necesidad evolutiva impulsa hacia su origen,

hacia la noosfera, hacia el “Cristo cósmico”, como dice

Teilhard de Chardin en su libro El fenómeno humano.

III- INICIACIÓN: CATARSIS, NÚMERO Y

GEOMETRÍA

Hipótesis: El misterio geométrico es una experiencia

mística del cosmos durante la cual percibimos intuitivamente

al universo, a través de los velos simbólicos

de la geometría y el número.

La técnica de usar un velo matemático para intuir

verdades cosmológicas no es distinta a la técnica de

la cosmología moderna de usar las matemáticas para

pensar el universo físico, aun cuando una cosa es

pensar y otra intuir.


Ensayos de masonería y simbolismo

Stephen Hawking, en sus libros de divulgación La

historia del tiempo y El universo en una cáscara de nuez,

populariza la concepción matemática de la cosmología

moderna, haciendo una versión exotérica, pudiéramos

decir, de la cosmología físico-matemática moderna.

En estos libros Hawking no usa matemáticas para

explicar sus ideas, como una concesión didáctica con

el vulgo, por la dificultad de las matemáticas y aún más

de la físico-matemática. El lenguaje matemático solo

lo entienden los iniciados en las matemáticas, claro.

Pero en vista, del deseo profano por saber cosmología,

Hawking hizo estos dos libros de divulgación

en los cuales no usa sino una sola frase matemática, la

famosa fórmula de Einstein que dice: E = MC2.

¡Qué talento y qué espíritu creador el de Hawking,

detrás de semejante limitaciones físicas!

Pero si fuéramos a mirar los trabajos ya especializados

de Hawking, es decir la versión esotérica de la

cosmología, no entenderíamos nada, pues están escritos

en un lenguaje que solo entienden los iniciados en

la físico-matemática. Platón formula que la idea existe

en sí y por sí, más allá de la realidad física perceptible.

Pero el mundo metafísico de las ideas platónicas solo

es matemático. En últimas, según esto, la Idea creadora

del cosmos, o demiurgo, actúa matemáticamente,

y si intentamos percibir místicamente al G:.A:.D:.U:.

nos encontraremos con su forma arquetípica de puras

realidades matemáticas.

La geometría y la aritmética eran las dos únicas

formas matemáticas conocidas por el mundo clásico.

El pensamiento abstracto posterior permitió el

descubrimiento de las otras ramas de la realidad


Nelson Ospina Franco

matemática hasta llegar a las desarrolladas, extensas y

operativas matemáticas modernas.

Con este símbolismo geométrico y numérico los

antiguos construyeron un lenguaje que fue usado para

expresar, comunicar y operar contenidos mágicos,

prácticos, filosóficos, místicos y teológicos.

Construyeron ellos una arquitectura que refleja

de una manera mágica y mística el misterio de la

creación, la conservación y la destrucción del mundo.

Esta arquitectura usaba como lenguaje un arte

geométrico mantenido y enseñado en secreto, es decir,

comunicado solo por iniciación.

Con esta geometría sagrada como instrumento

teórico y operativo construyeron ellos sus templos.

Templo en el cual ejercitaron, bajo estricta ceremonia

y secreto, los trabajos iniciáticos que intentaban

transmutar, además del alma de los participantes,

también la materia.

IV- EL COLEGIO INICIÁTICO

Para que el templo sea un taller vivo y funcione como

logia debe ponerse bajo un estricto y sagrado orden.

Para alcanzar la gran obra tenemos que ejercer

disciplinadamente los trabajos prescritos por las liturgias

y hacerlo con espíritu y pasión religiosa, sin olvidar que

allí nos ponemos voluntariamente por medio del rito

bajo la vigilancia del G:.A:.D:.U:., para poder entonces

contar con su fuerza, belleza y sabiduría.

Lo nuestro es de carácter religioso, pero esotérico,

al estilo pitagórico. Aprendizaje que él trasplantó de


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los misterios egipcios a la Magna Grecia y los cuales

heredó el pitagorismo, aun cuando los griegos tenían

otros misterios esotéricos que se enseñaban por

iniciación, como los ritos de Eleusis.

Según Aristóteles, el mayor de los pitagóricos

fue Platón. Estudiar a Platón es estudiar a uno de los

grandes iniciados de la antigüedad clásica, su mito de

la caverna en el capítulo séptimo de La Republica es

la mejor descripción conocida del proceso mental de

la iniciación.

La masonería usa un lenguaje simbólico con

una estructura mistérica, como lo son la tríada de

iniciaciones representadas por las liturgias de aprendiz,

compañero y maestro de la Masonería Azul, con sus

ornamentos y usos. Los masones usamos un lenguaje

religioso distinto del de las religiones profanas, pero

a la larga tocamos y trabajamos el mismo tipo de

misterios.

En nuestro colegio iniciático trabajamos,

aprendemos y enseñamos simbólica, iniciática y

secretamente. Los masones creemos que esta es la

única forma de tratar con el debido respeto y seriedad

la profundidad y dificultad que tiene y exige el sagrado

misterio de los difíciles arte y ciencia reales.

V- LA FIESTA DE LOS DOS SOLSTICIOS

Bien saben, Qs:. Hs:., que las dos fiestas de la Orden

son la del 24 de junio, o de San Juan Bautista, y la del

27 de diciembre, o de San Juan Evangelista. Las dos

corresponden a la celebración arcaica de los solsticios, el

de verano o estival, y el de invierno o hiemal, e igualmente

corresponden a las dos columnas del templo.


Nelson Ospina Franco

Las dos columnas simbolizan los límites del Sol

en su recorrido anual. Los dos solsticios simbolizan

también los límites de los trabajos de Hércules. Obvio

que en esta respetable, benemérita y meritoria Logia

Estrella del Combeima N°7 siempre se ha celebrado la

fiesta de San Juan Bautista el 24 de junio. Y, de hecho,

es la más importante de las dos, pues en ella toman

posesión las dignidades y ofíciales de todos los talleres.

No he sabido que celebremos la fiesta de San Juan

Evangelista; de pronto en alguna pasada generación.

Habría que investigarlo.

La celebración de estas fiestas es de estricta

observancia. Tenemos que tratar las dos columnas

por igual, celebrarlas a ambas festivamente, si no

estaríamos cojeando en materia simbólica. Nos faltaría

celebrar el solsticio de invierno, o solsticio hiemal.

Al no celebrar la segunda fiesta no completamos el

rito simbólico del ciclo solar. O lo que es lo mismo,

el Sol o Hércules, no puede concluir su ciclo a

través del zodiaco. Los trabajos de Hércules son una

representación simbólica del proceso iniciático del

alma, a través de su viaje por este mundo.

El microcosmos de la logia retrata el escenario

simbólico de la naturaleza, teatro iniciático donde el

alma de cada uno de nosotros, análogamente a como

lo hace el Sol en su ciclo anual, debe intentar pasar de

una columna a otra, ir de solsticio a solsticio, recorriendo

paso a paso a través de los ciclos del zodiaco las diferentes

etapas y pruebas por las que pasa la evolución del alma

en su aventura trascendente por este mundo.

El ritual es un trabajo que invoca imitando. El

ritual por analogía es un intento de sincronización

espiritual de los oficiantes con el G:.A:.D:.U:. El ritual


Ensayos de masonería y simbolismo

está hecho para organizar la discusión intelectual y

la búsqueda de la verdad, de acuerdo con las fuerzas

espirituales del cosmos.

Por efecto del trabajo masónico, oficiado colectivamente

en el templo, el cosmos refleja simbólicamente

su naturaleza alquímica sobre el alma individual y colectiva,

sometiéndola al mismo proceso de transmutación;

los alquimistas quisieron transformar el plomo

en oro por una vía análoga.

El taller y lo que pasa durante el ejercicio ritual

de los masones en él, el templo y el rito, o espacio

y tiempo mágicos, sirven de intermediarios entre el

grupo de masones que oficiando encarnan su mito y

el espíritu del G:.A:.D:.U:., invocado por el “ejercicio

ritual”. El masón debe vivir el mito de la masonería, y

solo así quizás logre su iniciación.

La iniciación mística es un salario alquímico

otorgado al M:.M:. solo por el G:.A:.D:.U:. como

producto de su trabajo. El G:.A:.D:.U:. es el único y

verdadero iniciador, los masones simplemente somos

sus auxiliares, sus obreros y sus recipiendarios.

VI- EL TEMPLO Y LA CAVERNA

Los inventores de mitos que crearon la masonería

intentaron trasformar el alma del hombre, análogamente

a la forma como nace muere y se regenera el

sol. Debemos trabajar igualmente como trabaja el sol.

La logia con todos sus ornamentos, columnas, techo,

paredes, piso, muebles, joyas, liturgias, el Ara, las velas

y el libro de la ley, además de usos y costumbres, es un

retrato simbólico del cosmos y sus procesos evolutivos.


Nelson Ospina Franco

Aquí en el taller ocurre como en los tiempos

arcaicos, cuando el chamán primitivo se enfrentaba

con lo secreto y tuvo que refugiarse en cavernas o

lugares escondidos del bosque. Refugiarse en úteros

naturales, que a la larga es lo que es la cueva, un

útero telúrico. La maloca de los indígenas amazónicos

es construida con el mismo sentido ritual y simbólico.

También la caverna es símbolo de entrada al mundo

del inconsciente. Recordemos La divina comedia, del

Dante, y su entrada al mundo subterráneo.

La forma de nuestro templo es herencia de las

cavernas o cuevas del centro del mundo. Lo que

pasó en la historia fue que sacamos la cueva a la

calle y para mantener su aislamiento trabajamos en

sigilo, con guarda-templos, palabras de pase y demás,

haciendo en el fondo un círculo mágico, a la usanza

de los magos antiguos.

Simbolizamos con la sociedad secreta lo oculto

para el profano; les estamos diciendo simbólicamente

que trabajamos en algo que no entienden pues es

simbólico y misterioso; claro que nosotros, a veces o

casi siempre, tampoco.

Hacemos trabajos análogos a los trabajos con

el inconsciente. Trabajamos materiales de orden

espiritual, intangibles, pero indudablemente reales,

aun cuando la gente puede pensar lo que quiera. Pero

si ellos tienen dudas espirituales nosotros debemos

asumirlas; es nuestro deber y además nuestro oficio.

Y harto trabajo que tenemos al frente con esta

Colombia, herencia de ancestros masones, y qué vergüenza

como anda. Y, además, nosotros casi extinguiéndonos.


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VII- EL RITUAL ESOTÉRICO

Un alto porcentaje de personas no entiende lo inconsciente,

lo esotérico y metafísico; es cosa difícil. Y solo

logran entenderlo después de mucho estudio y trabajo

las personas que nacen con el talento. Claro que como

ocurre con las matemáticas y cualquier ciencia o arte, el

que es incapaz para ellas, por mucho esfuerzo que haga,

no podrá penetrar en sus misterios. Aquí el populismo no

sirve. Es capaz o no lo es, no hay otra alternativa; es el

necesario rigor de la academia desde Platón.

Esta selección y tratamiento del estudiante es

básico en la universidad moderna, con su selección

y enseñanza académica, organizada escalada y selectivamente,

con pruebas, exámenes y grados. Análogo

es lo que nosotros debemos ejercitar con la selección

y enseñanza iniciática, que emergen del ejercicio de

los rituales de aprendiz, compañero y maestro de la

masonería simbólica.

El ritual esotérico de la masonería es un mensaje

simbólico, captable solo al ejercer el ritual con toda la

ceremonia; no está escrito, ni puede describirse con

palabras, pero allí en nuestro hermético trabajo él nos

habla con la voz del silencio.

Privilegiados nosotros que, si queremos, aquí podemos

aprender simbolismo práctico, no solo teórico.

El aprendizaje ocurre sólo en el taller y trabajando.

Solo así, oficiando coma a coma la liturgia, venerándola

letra a letra, paso a paso, signo a signo, así y solo así,

podremos sintonizarnos con la ciencia espiritual de

nuestros ancestros masónicos.


Nelson Ospina Franco

VIII- LA FIESTA

Ya habrá ocasión de que hablemos de la fiesta del 24

de junio; la inquietud presente corresponde a que no

queremos perder esta oportunidad de compañerismo

ritual, encarnado por el ascenso al Gr:. de compañero

del aprendiz Luis Arles Ramírez Ariza.

No pudiendo hacerlo pues la ceremonia no

permite proposiciones, pero el año se va, y el venerable

excusará que acuda a las observaciones para ello, pues

el propósito es noble, aprovechamos la ocasión para

plantearle al taller la necesidad de que celebremos

la fiesta de San Juan Evangelista, no importa que

le cambiemos de fecha. No será la primera vez que

lo hagamos. De todas formas, en rigor, la fiesta del

solsticio de invierno o de San Juan Evangelista habría

que celebrarla el 24 de diciembre, que es cuando

ocurre el verdadero solsticio astronómico, pero en vista

de la celebración profana del nacimiento de Cristo ese

día, la fiesta se celebra el 27.

Tampoco es casual que la Iglesia primitiva haya

decidido fijar el nacimiento de Jesús el 24 de diciembre.

Esto lo describe Frazer en su libro La rama dorada: En

los evangelios no aparece en qué día nació el Salvador,

pero por allá en el cuatrocientos de nuestra era vulgar

la Iglesia fijó el nacimiento el 24 de diciembre; en

algunas iglesias primitivas lo celebraban el 6 de enero.

Esta asimilación de la fiesta del solsticio de

invierno o celebración pagana de la Natividad del

sol, o absorción simbólica por la fiesta cristiana de la

Natividad de Jesús, es muy común en la conquista

religiosa del cristianismo. Dicha fiesta pagana era


Ensayos de masonería y simbolismo

muy popular y con simbolismos muy análogos a los

que existen hoy en la celebración católica.

La masonería se define a sí misma como juanista,

y esto tiene que ver con los dos juanes de los solsticios.

El primer patrono de la Orden, San Juan Bautista, es

quien simboliza la Orden Operativa, su solo nombre

los define: su oficio es el iniciar con el bautismo; opera

espiritualmente.

El segundo patrono de la Orden, San Juan Evangelista,

es el especulativo, el teórico; simboliza él la

Orden Especulativa. Es San Juan Evangelista el autor

del famoso Apocalipsis, libro absolutamente simbólico,

y también de uno de los evangelios más bellos y esotéricos,

el Evangelio de San Juan, además de varias

epístolas. Los masones cuando aprendemos el lenguaje

del simbolismo debemos ser capaces de captar el

misterio que late en estos libros.

La fiesta de San Juan Evangelista podemos establecer

que se celebre en la última tenida de diciembre;

serviría además para celebrar la Navidad de los hermanos

y la despedida de año. Y según decidió el venerable

maestro de nuestra logia así se hará, y se hizo, en la

reunión de fin de año con la familia masónica.

IX- LA MEDALLA AL MASÓN OPERATIVO

En el VII Congreso Masónico Colombiano llevado a

cabo en Ibagué la respetable, benemérita y meritoria

Logia Estrella del Combeima N°7 otorgó por primera

vez la Medalla Masónica Rafael Díaz Martínez.

Fue Rafael Díaz Martínez un masón ilustre entre

muchos. En su historia simbólica su mito fue el de


Nelson Ospina Franco

ser secretario del H:. Benjamín Herrera, durante

el trascendental Congreso del Partido Liberal

de Colombia llevado a cabo en Ibagué en 1922,

congreso que fue la semilla política que trasformó a

la Colombia del siglo veinte.

Simboliza Rafaelito, como paradigma especulativo,

al masón intelectual ibaguereño, y no es casual que

sea su biblioteca la que cubra nuestras paredes en el

salón de “Pasos perdidos”.

Análogamente a la necesidad de guardar armonía

en la celebración de las dos fiestas masónicas, es

necesario que celebremos también, con una medalla

al mérito masónico, al masón que se haya destacado

en la masonería operativa.

Qué mejor ocasión para crearla, y además al

escoger el nombre que habrá de simbolizar al masón

operativo podamos rendir un homenaje en vida a uno

de los masones que, con su trabajo de artista ejecutado

con tenacidad, asiduidad, laboriosidad y devoción, ha

construido y edificado física y espiritualmente este

Taller de la Masonería Ibaguereña.

El nombre acogido por el venerable maestro de

nuestra logia y aclamado por todos los hermanos fue el del

querido hermano Jorge Pinzón Martínez, cuyo nombre

llevará la medalla al masón operativo de nuestra logia.

X- INICIACIÓN FEMENINA, LOGIAS DE

ADOPCIÓN Y LANDMARKS

Y como eco de esta música del alma ibaguereña,

¡creámoslo!, allá en el cosmos brilla una estrella que

danza como el Combeima en armonía de pentagrama.


Ensayos de masonería y simbolismo

Se nos salió el poeta, claro que no mucho; apenas

vamos por los huesos, ya pasamos por los mohos y las

sales. ¿Ustedes no?

Hiram, aquí retratado simbólicamente en nuestra

cueva interior o templo o “mundo virtual”, con los

años deambulará por el Zodiaco, entre Jakim y Bohaz,

y entre ellas nosotros, como él, intentaremos salir una

vez más en cada solsticio para ofrendar la existencia

como el sol, que se consume mientras nos da vida.

Pero el sol seguirá y nosotros no, y moriremos,

pero para volver, por equidad simbólica; cosas de la

magia arcaica, ¿quién lo puede explicar? Nosotros no,

¡pero ocurre!, y tenemos fe en ello, aun cuando no

tengamos sino vestigios, apenas atisbos.

Destino cósmico el del héroe solar, ¡Hiram como

Cristo y antes Osiris asumen el rito de la tragedia o

sacrificio cósmico! Y claro que no son los únicos. En

América también ¡Quetzalcóatl! El mito se repite

a través de muchos vestidos culturales, folclóricos y

religiosos y con muchas variables, pero en esencia

siempre el mismo, un censo antropológico lo mostraría

a lo largo y ancho del planeta.

Entre otras cosas, la masonería es también un

mito de iniciación viril, masculino. El propósito de

ella, según este punto de vista, sería el sangrado ritual

del hombre para imitar analógicamente y equilibrar

simbólicamente el sangrado menstrual de la mujer. El

masón sangra para fecundar, la mujer sangra porque

no ha sido fecundada. Ella no se debilita al sangrar,

pero si él sangra se debilita. La mujer al sangrar se

renueva y queda apta para ser fecundada. El maestro

al sangrar, a causa del crimen sagrado, muere y se

renueva en otra vida.


Nelson Ospina Franco

Con la muerte del maestro consumada se cumple

el rito por el cual su sangre fecunda la tierra y su

alma nace a una nueva vida, en el más allá, y puede

volver. En el acá, su sociedad secreta es iluminada,

mientras vuelve, por la sabiduría que irradia, el fuego

de su batalla, entre la vida eterna y el eterno retorno.

Proceso iniciático por el cual el G:.A:.D:.U:. proyecta,

dibuja, teje y ejecuta la evolución de los pueblos y las

civilizaciones, creemos nosotros.

Mito de un “crimen sagrado”, familia mítica de la

que forma parte, por ejemplo, el rey del bosquecillo de

Nemi, cerca de la Roma antigua, el cual defiende hasta la

muerte una rama dorada que hay en el árbol sagrado bajo

el cual vive y donde recibe las ofrendas de sus fieles, hasta

que, tras su asesinato, pierde a manos de su sucesor la

vida, la rama dorada y su reino. Este es un ejemplo de una

de las formas del “arquetipo de la sucesión monárquica”,

a través del crimen sagrado, dice Frazer.

La iniciación tiene raíces también en la mutación

del adolescente en hombre, cuando le llega la edad de

la pubertad, que es cuando se nos engruesa la voz y nos

crece la barba. Al muchacho arcaicamente se le hacía

sangrar con la circuncisión para iniciarlo como hombre

y guerrero, para darle parto en el mundo de los hombres,

porque hasta ese día estuvo en el seno de las mujeres. El

rito evoluciona, pero el principio biológico sigue siendo el

mismo. El día siempre le llega al niño para ser hombre y

al hombre para ser Dios; la cosa es análoga.

En el mundo arcaico del hombre cazador y

recolector está el origen de los ritos de iniciación

masculina: en lo sexual por la circuncisión y en lo

social por la iniciación en la caza y la guerra. Estas

iniciaciones evolucionan cultural e históricamente


Ensayos de masonería y simbolismo

junto a la iniciación del chamán, mezcla e integración

de iniciaciones que ocurre cuando, dejando de ser

nómadas, nos asentamos en ciudades. Durante

las grandes civilizaciones de la antigüedad clásica

todas estas iniciaciones derivaron en las órdenes

constructoras, la iniciación y los misterios, además de

la fluorescencia profana de mitos.

Así pues, hoy en día casi todos los rituales iniciáticos

del mundo clásico han desaparecido en virtud de su

decadencia, la historia y la poda inquisidora de las

iglesias cristianas por el mundo.

Sin embargo, algo sobrevivió. Dice Mircea Eliade

en el epílogo de su libro Iniciaciones místicas: “El único

movimiento secreto que presenta cierta coherencia

ideológica, que posee ya una historia y que goza de

prestigio social y político, es la masonería. Las demás

organizaciones con pretensiones iniciáticas son, en su

mayor parte, improvisaciones recientes e híbridas”.

Pero peor les fue a los ritos femeninos. La Iglesia,

con fines políticos, necesitaba convertirse en la única

religión del Imperio Romano, su monoteísmo se lo exigía

y a la postre lo logró después de sacrificar el gnosticismo

en medio del cual nació. La Iglesia excluyó igualmente

a la mujer de su teología y obviamente también de su

simbolismo; la suplantaron por la paloma. La Iglesia

romana en su simbolismo machista dejó al Padre, al

Hijo y a la Paloma, hasta la Edad Media, cuando el

pueblo pagano europeo, recién cristianizado, impuso

el culto mariano, tal como lo devela Elaine Pagels en

su libro Los evangelios gnósticos.

Pero la magia del simbolismo femenino sigue

por fuera de la Iglesia. Claro que entre los masones


Nelson Ospina Franco

también. ¿Acaso heredamos los masones colombianos

el machismo del monoteísmo cristiano, mal entendido

y peor practicado? Creemos que sí, pero solo a medias.

De una parte, responsables inconscientes por

haber nacido profanamente en una sociedad cristiana,

y de la otra por el hecho de que los rituales femeninos

de iniciación arcaicos o tradicionales no sobrevivieron,

primero a la instauración del cristianismo que los

exterminó por paganos, y luego a la Inquisición. Y por

lo tanto solo se ha hecho una adaptación de los rituales

masónicos para las logias de adopción, adecuación a

ritos de iniciación femenina, de un rito de iniciación

masculino, que es lo que se deduce del libro de Pierre

Mariel Rituales e iniciaciones en las sociedades

secretas, cuando dice que los ritos de adopción

masónicos o ritos femeninos de iniciación masónicos,

tan comunes en la Francia prerrevolucionaria, tienen

poco de arcaico y tradicional. Allí está una de las

razones, creemos, de lo que quiere decir el landmark,

cuando prohíbe la presencia de mujeres en logia.

Los landmarks dicen que la leyenda del tercer

grado es inalterable. Un rito iniciático de virilidad es

también inalterable y exclusivo para el sexo masculino,

la biología no cambia; lo mismo ocurre con la iniciación

femenina. Conocemos el mito de nuestro rito, el mito

de Hiram, ignoramos un mito equivalente femenino,

pues el de Hiram es un rito solo para hombres, y por

lo tanto el tercer grado es solo para hombres.

Las iniciaciones femeninas tienen como tema el

cambio biológico, espiritual y social de la adolescente

al convertirse en mujer, sincrónico con el aparecer

de la menstruación e inicio de la fertilidad. Allí en

un lenguaje mítico constituido por símbolos rituales,


Ensayos de masonería y simbolismo

danza, música, canto y objetos sagrados, le enseñan

todo aquello que le espera como mujer: la pérdida de

la virginidad, la gestación, el parto, la crianza de los

hijos y, la más dura, el papel como esposa.

También en estos ritos enseñan a las más aptas los

papeles de sacerdotisas de la cultura iniciática del clan.

Las brujas que quemó la inquisición medieval eran

de esta especie de mujeres; ellas en el mundo pagano

clásico ocupaban los oficios sacerdotales de los múltiples

ritos femeninos que existían de orden profético, médico,

místico, mágico y también de iniciación sexual. Había

teúrgia femenina; la Iglesia en toda su historia solo ha

aceptado la teúrgia masculina, bueno, fue su papel; ¿y

nosotros los masones qué? Era el signo de los tiempos,

eso fue en Piscis, ¿qué pasara en Acuario?

Una iniciación femenina como la “Iniciación de

la Canasta” de la tribu de comanches mezcaleros del

sureste norteamericano, en la cual no es aceptado

ningún hombre, son ritos lunares, categoría a la cual

nosotros los masones llamamos de adopción.

La luna refleja la luz que recibe del sol. La luz de

la luna es adoptada de la del sol, en lo astronómico, en

lo simbólico y en lo espiritual. Claro que esto se piensa

desde el mito solar, mito dominante hoy, pero desde la

perspectiva lunar la cosa puede ser bien distinta, y de

hecho las iniciaciones femeninas tienen una historia

mítica mucho más antigua y arcaica que la masculina,

aun cuando las ignoramos mucho más.

Son dos iniciaciones distintas: iniciación femenina

e iniciación masculina. La masonería colombiana

anda coja en cuanto a logias de adopción; en este

asunto no hay armonía.


Nelson Ospina Franco

Tenemos al frente este justo y necesario trabajo,

el de crear logias de adopción, pero no sin antes

intentar descubrir un ritual femenino que obedezca

a lo arcaico, aprovechar que todavía hay muchos ritos

de iniciación femenina por el mundo, más aún cuando

la mujer moderna es culta, ejecutiva, profesional,

intelectual, política y artista, a la par del hombre, y

lo comienza a ser en proporción cada vez mayor. Les

fascina lo esotérico, y hay muy buenas chamanas.

La mujer tiene una energía espiritual que el

hombre no tiene y necesita. Y, en nuestra opinión, las

necesitamos en las logias. Ahí están los rituales de las

logias de adopción; estudiémoslos al menos. Es este

un campo fértil, aun cuando peligroso, de trabajo

creativo a nivel del ritual y mito masónico, pues este

umbral es nuevo, extraño y delicado, pero fascinante.

¿No creen ustedes?

Son tres opciones: una, exclusión total de la mujer

de las logias; dos, logias mixtas de adopción, y tres,

logias exclusivamente femeninas.

Estamos desde mediados del siglo anterior en

la era de Acuario. El Sol transita por Acuario hace

cinco décadas. La iniciación femenina, por necesidad

simbólica, abre el mito de Acuario. En el discurso

místico de la cultura cabalística, y por ende de la

masonería, el Espíritu Santo es la manifestación

femenina de Dios. El Espíritu Santo es femenino, dice

la cábala; la Shekina no se hace presente en la casa

donde no habite una mujer, dice el Zohar.

Según esto y las eras zodiacales, la humanidad

comienza a vivir dos milenios de espiritualidad. Esta

energía espiritual integrada a la agnóstica y pragmática


Ensayos de masonería y simbolismo

magia profana de la ciencia moderna deben ser capaces

de crear un horizonte mítico, científico y social que

sea ecológico, espiritual y socialista. Platón se pondría

feliz, pues allí, de pronto, sí será posible su Republica.

XI- CLAUSURA DE TRABAJOS

Clausuramos así, venerable maestro, los trabajos de

este año, restableciendo simbólicamente la armonía

entre las columnas operativa y especulativa. Así como

la de las dos fiestas masónicas.

Volviendo al orden, es decir, volviendo al mito

solar, por el cual comenzamos, vemos que su

fenómeno espiritual de “crimen sagrado”, o “sacrificio

cósmico”, desborda las culturas, es de la raza

humana. La masonería, comparada simbólicamente

con las religiones profanas, es de un grado simbólico

distinto, además de iniciática y secreta. La masonería

es una sabiduría elitista que ejerce un tipo específico

de aristocracia espiritual, la de los constructores de

templos, la cual es un arte universal, tanto como las

matemáticas son un lenguaje universal. “El mito de

las religiones cambia de piel con las eras, el mito del

número no, y, por ende, el mito masónico tampoco”.

Las religiones son proselitistas, populistas y

exotéricas, pero místicas, como la masonería. La

masonería y las religiones ejercen dos tipos distintos

de mitología. La masonería es una mitología esotérica,

solo para iniciados. Las religiones profanas son, por el

contrario, mitologías públicas, exotéricas, para todos

sin excepción. Ambas cumplen su función espiritual,

y en el fondo son complementarias. Se supone que


Nelson Ospina Franco

una es la almendra y la otra es la pulpa; cuál es cuál,

no importa, pero ambas constituyen el fruto místico.

Así pues, el costo de la maestría masónica es,

creemos nosotros, “el sacrificio de enseñar”, darnos

espiritual y culturalmente a otros y ser luz ahora

cuando estamos vivos, para poder aspirar cuando

estemos muertos a un poco de luz en el más allá.

Alcanzar la iniciación masónica es tener la

oportunidad de sellar con sangre otro sagrado eslabón

de la cadena iniciática. Sangre que, como aceite en

un candil, debe dar luz a la familia, a la amistad y a

las cosas sagradas.

Y sí a la luz a la que aspira el masón es a la luz de

la sabiduría. A sabio solo llegará cuando a través de la

enseñanza multiplique en otros la luz que ya él ha recibido.

¡La sabiduría es el salario real y trascendente de la

enseñanza, pues la sabiduría solo se alcanza enseñando!


24 DE JUNIO,

SOLSTICIO DE VERANO,

FIESTA PAGANA, AMERINDIA,

MASÓNICA Y CRISTIANA


CONTENIDO

I- Introducción.......................................................163

II- De la Religión Pagana al Solsticio.....................167

III- La Caverna iniciática.......................................173

IV- América, la desconocida...................................177

V- La Fiesta Masónica del San Juan......................186

VI- Del Solsticio Estival a San Juan Bautista.........194


INTRODUCCIÓN

Dice el Misal Romano en la misa correspondiente al

24 de junio:

Natividad de san Juan Bautista:

Introito: (de Isaías 49):

El Señor me llamó por mi nombre desde el vientre

de mi madre,

y puso mi boca como aguda espada;

Bajo la sombra de su mano me cobijó,

e hizo de mí como saeta escogida.

La mano cristiana que escribió esta misa e

introduce al personaje a cuyo nacimiento dedica

la ceremonia, no debe ser cualquiera en la historia

de Cristo, y claro que no lo es. San Juan Bautista

es el hierofante que inició a Jesús en el bautismo

por inmersión en el río Jordán. Describe la primera

estrofa de Isaías a un predestinado cuyo destino verbal

lo arma de una aguda espada que sale de su boca, su

palabra será el verbo de una ciencia divina. Espada

que finalmente le haría perder la cabeza a manos de


Nelson Ospina Franco

Herodes, por incitación de Salomé. Pero ahora lo que

celebramos es el nacimiento y no la muerte.

Bajo la sombra de su mano me cobijó,

e hizo de mí como saeta escogida.

Esta segunda estrofa dibuja una mano simbólica

que proyecta una sombra cobijando la vida del

personaje. El movimiento de la mano del Señor parece

proyectar aquí un telar de sombras, del que sale la

certera flecha que ha escogido Él para tejer su tela

iniciática. Saeta que encarna San Juan Bautista como

iniciador de Jesús.

Iniciación Espiritual por el Agua. Los versos del

introito a la misa de San Juan Bautista del Misal

Romano corresponden, pues, al simbolismo iniciático.

La palabra fuego quema y transmuta. La palabra agua,

por el contrario, cura, lava, fertiliza; el agua es vida.

También hay un fuego líquido que es el del Espíritu

Santo; pero no nos desviemos, no perdamos nuestro

norte, porque el tema por esta vía es inagotable.

Acudimos al Misal Romano para iniciar nuestro

tema, por lo cual la analogía simbólica hace que iniciemos

nuestra conferencia a tono de un ritual de misa católica.

Oficiemos, en consecuencia, no una sagrada misa, ni

más faltara; sería una parodia irrespetuosa que como

católico no cometería, ni toleraría.

Pero oficiemos, pues, solo simbólicamente, en el

templo virtual de la imaginación de cada uno de nosotros;

dibujemos allí una imagen que nos simbolice el Templo


Ensayos de masonería y simbolismo

de Salomón, nada trabajoso pues era muy sencillo. Solo

imaginemos un edificio rectangular dirigido hacia el

Oriente, el lugar de la salida del Sol, y en su portal dos

inmensas columnas de reluciente bronce.

Hagamos de cuenta que estamos, por ahora, en el

patio del templo frente a las dos columnas, y que aún

no hemos pasado por el umbral de eternidad que vibra

entre ellas; quedémonos en el patio exterior y desde allí

oficiemos. Hagámoslo poética y simbólicamente, pero

también racionalmente; intentando el necesario equilibrio

entre “la fuerza intuitiva del mito” y “la fuerza racional

de la ciencia”, tal como lo simbolizan las dos columnas

del Templo de Salomón, Jakim y Boaz, símbolos ellas

del equilibrio armónico entre el rigor y la misericordia

divinas, como también símbolo de toda dialéctica creativa,

análogo al yang y al Yin del taoísmo chino.

Acudimos a invocar este equilibrio para poder

hablar de cosas tan disímiles dentro de la historia de

las religiones, como son el desarrollo del título de esta

conferencia: 24 de junio, solsticio de verano, fiesta

pagana, amerindia, masónica y cristiana, título que

une un fenómeno astronómico del Sol, el solsticio

de verano, con los pueblos paganos de la antigüedad

clásica que lo celebraban y con los amerindios que por

motivos religiosos análogos también le hacían fiesta,

y parecería insólito, pero también está vinculado con

unos sospechosos de ateísmo, como son los masones,

pues ellos celebran en esta misma fecha su fiesta más

importante: el natalicio de uno de sus dos patronos, San

Juan Bautista, el mismo del que venimos hablando;

el otro patrono de la Orden Masónica es San Juan

Evangelista, al cual celebran el 27 de diciembre, tal

como lo hace la Iglesia católica.


Nelson Ospina Franco

El hilo conductor que nos permitirá encontrar

el vínculo simbólico que une en una misma fiesta al

paganismo, a los amerindios, a los masones y a los

cristianos, lo constituye el fenómeno astronómico del

Sol, cuando llega a su mayor altura sobre el hemisferio

norte o, lo que es lo mismo, el solsticio de verano

ocurre cuando el día es el más largo del año en el

hemisferio norte. Este fenómeno solar es el que induce

el simbolismo ritual que da base para que diversos

pueblos y diversas culturas religiosas coincidan en su

celebración festiva.

Concentrados, pues, en el simbolismo del

fenómeno astronómico, iniciaremos nuestro análisis,

y luego iremos desglosando el simbolismo desde la

fiesta pagana, pasando por la fiesta amerindia y la

masónica, hasta llegar a la cristiana, que presenta la

mayor dificultad, pues al no tener la fiesta cristiana

rasgos visibles de una religión de la naturaleza, el

vínculo con el fenómeno solar está mucho más oculto.

No sobra que al término de esta introducción

reproduzcamos la oración que figura a continuación

del introito en el Misal Romano de la misa en mención:

Oración: Oh, Dios que hiciste venerable el presente

día con el nacimiento del bienaventurado Juan,

concede a tu pueblo la gracia de los goces espirituales,

y guía por la senda de la eterna salvación a las almas

de todos los fieles. Por nuestro señor Jesucristo.


I- DE LA RELIGIÓN PAGANA

AL SOLSTICIO

Hagamos abstracción de nuestra condición religiosa

moderna, dejemos por un rato de ser monoteístas; aún

mejor, olvidemos que a nuestro Dios no lo podemos

representar por imagen sensible alguna: ni dioses con

imagen animal como los egipcios, ni dioses con figura

humana como los griegos. El Dios de Moisés, que es el

nuestro, es un dios abstracto e invisible, que parece no

tener vínculo substancial alguno con el cosmos fuera del

de ser su creador. Y hablamos aquí no solo de los católicos

sino de todas las formas de cristianismo, de judaísmo y

de islamismo, todas las cuales participan de la misma

teología monoteísta. Pero no se trata de que cambiemos

de religión, ni más faltara; a pesar de todo, el monoteísmo

sí es un paso evolutivo en el proceso religioso humano,

solo se trata de que pensemos como los pueblos paganos

clásicos, como concebían el mundo mucho antes de la

llegada del judeocristianismo, hagamos esta reducción

solo con el propósito de entender la mentalidad de la

religión de la naturaleza, que a la larga es en lo que

terminan las religiones paganas.

Para el mundo clásico y para muchos pueblos

actuales llamados primitivos y salvajes por nuestra

autosuficiente y engreída civilización occidental,

el universo es una manifestación de lo divino. Dios

para el pagano está en todas partes y por lo tanto


Nelson Ospina Franco

tiene muchas formas posibles. En el fondo lo que

ve en todas partes es la manifestación de una infinita

variedad de dioses. Esta mentalidad religiosa nos es

extraña, nosotros los occidentales hemos desacralizado

la naturaleza, lo divino lo situamos en un mundo ajeno

al mundo natural, en la naturaleza solo admitimos la

existencia de fuerzas ciegas, ajenas a cualquier grado

de espiritualidad y menos de lo sacro, por lo cual el

escenario de nuestra existencia, que es el mundo

donde discurre nuestra vida individual y colectiva, solo

es para el cristiano, pero antes para los platónicos, un

inconveniente en la evolución del alma, mientras que

para el hombre pagano clásico el mundo es el escenario

iniciático donde el alma debe cumplir su ciclo evolutivo

y cada elemento natural tiene una doble existencia,

una como objeto o fenómeno físico y otra como símbolo

de una realidad trascendente, de un más allá.

Toda la naturaleza está dotada para el pagano de

misterio y mensaje, de signo y prueba, en todo lo que

existe hay para él energía y espíritu. Es por eso que en

el mundo pagano ciencia y religión son una sola cosa;

un fenómeno cualquiera podía tener una explicación

práctica y utilitaria, y ser a su vez símbolo de una

realidad divina, y claro que esta fusión de lo práctico

y lo trascendente de alguna manera frenó la ciencia

antigua, la cual vio obstaculizada su objetividad por las

necesidades subjetivas de lo mítico, que era entonces

lo dominante en la mente colectiva.

Obstáculo míticos de los cuales se ha liberado la

ciencia moderna, a tal extremo que la desacralización

total de la ciencia nos ha puesto al borde del abismo

materialista, utilitarista y light de la civilización industrial,

la cual está produciendo sociedades deshumanizadas y


Ensayos de masonería y simbolismo

una economía que crece a expensas del medio ambiente

y del hombre, economía capitalista cuyo motor básico es

el consumismo como único fin de la existencia; parece

ser que el único papel del hombre es el de producir,

reproducirse y consumir. Qué triste destino, cuando

nuestros ancestros soñaron con que nos hiciéramos

dioses y nosotros solo nos inventamos un dios mecánico,

científico y usurero y nos hicimos sus esclavos.

Es el eco de la necesidad del eterno retorno de lo

mítico lo que está produciendo en esta generación del

tercer milenio: la búsqueda de lo espiritual y lo esotérico.

Y también nosotros estamos arañando el espejo de la

historia de las religiones para poder pergeñar la imagen

de lo que eran los solsticios en el mundo clásico.

Solsticio etimológicamente quiere decir: el sol que

se queda estático, el sol que se detiene. Si miráramos

el movimiento de la Tierra alrededor del Sol sobre el

plano de la eclíptica y la inclinación del eje de rotación

de la Tierra sobre él, comprenderíamos el movimiento

aparente de Sol sobre la Tierra, pero este punto de

vista privilegiado, producto de la ciencia moderna, no lo

tenían los pueblos antiguos; ellos solo pudieron imaginar

el movimiento del Sol tal como lo veían desde la Tierra.

El interrogante sobre cuál de los dos cuerpos

gira alrededor del otro, la Tierra o el Sol, produjo

acaloradas discusiones hasta bien entrado el mundo

moderno, algunas de las cuales la iglesia zanjó con su

fallo inquisitorial, tal como le tocó a Galileo con su

“y sin embargo se mueve”, tras el juicio que intentó

corregir siglos más tarde Juan Pablo II.

Personajes de pensamiento cósmico como Giordano

Bruno, quien decía que la Tierra solo era uno


Nelson Ospina Franco

de muchos mundos habitados, pagaron en la hoguera

su osadía contra el fanatismo mítico de la Iglesia, por

algo que aún hoy sigue siendo futurista, pero de lo

cual no tenemos dudas como posibilidad científica:

la vida extraterrestre.

Miremos hacia el Oriente, en la posición de tener

frente a nosotros el nacimiento del Sol; tendremos

entonces a la izquierda el Norte y a la derecha el Sur,

con el Occidente a nuestras espaldas. Si tomamos un

punto de observación fijo frente a ese horizonte, veremos

que cada día el Sol sale por un punto distinto; podemos,

entonces, hacer un perfil del horizonte con una regla fija

orientada de Sur a Norte, donde vamos poniendo marcas

según la salida del Sol, como lo hacen los astrónomos, o

usando el simple horizonte natural, tal como lo hacían,

por ejemplo, los anasazi del sureste norteamericano, los

cuales iban tomando sus variaciones topográficas como

señales indicadoras del movimiento de la salida del Sol

en el decurso de su ciclo.

En el transcurso del año, desde enero nos daremos

cuenta de que el Sol asciende hacia el Norte hasta

llegar en junio 24 a quedar aparentemente quieto,

para descender hacia el Sur hasta llegar a quedar

igualmente quieto hacia el 24 de diciembre cuando

empieza de nuevo a moverse hacia el Norte para

repetir el ciclo. Estos dos extremos del movimiento

solar son los que llamamos solsticio de verano el 24 de

junio, y solsticio de invierno el 24 de diciembre. Este

movimiento, pasa por los puntos medios en los cuales

ocurren los equinoccios, el de primavera y el de otoño.

Hasta aquí los solsticios no pasan de ser dos

posiciones del Sol sobre el horizonte para nosotros a

quienes los fenómenos astronómicos no nos parecen


Ensayos de masonería y simbolismo

extraños de ninguna manera, pues suponemos que

ellos son conocidos por la ciencia; pero para el mundo

pagano ellos aparecen dentro de otro contexto. El

hombre cazador recolector estaba regido por los

ciclos lunares, que le servían de calendario, y además

dependían de la luz nocturna de la luna para cazar.

Cosa muy distinta ocurre cuando el hombre se vuelve

agricultor y pastor; el ciclo solar empieza a dominar,

pues era necesario conocerlo bien para poder precisar

las estaciones y poder sincronizar las siembras, las

cosechas y el pastoreo y desde entonces venimos

siguiendo los solsticios y los equinoccios como los

cuatro puntos que marcan el ciclo solar y las estaciones.

El primer astro usado como calendario por los

primitivos fue la luna, pues ella en sí misma es un

reloj natural que va variando con su conocido ciclo de

creciente, luna llena, menguante y luna nueva; en su

indefectible ciclo de veintiocho días ella establece el

que nosotros llamamos mes lunar. Debió pasar mucho

tiempo para que el hombre primitivo fuera de veras un

observador perspicaz, además de que sus condiciones

medioambientales de subsistencia lo obligaran a descubrir

el ciclo solar, no tan evidente como el ciclo

lunar. El primitivo tuvo que hacer las operaciones atrás

mencionadas para captar los solsticios y los equinoccios

en el ciclo ascendente y descendente del Sol durante el

año. Estos cambios no solo fueron de calendario sino de

modos de subsistencia y de formas religiosas. Pasamos de

cazadores y recolectores a agricultores y pastores; pasamos

igualmente de un calendario lunar a un calendario solar,

y de una religión lunar a una religión solar.

Paradójicamente hoy nos encontramos en un punto

parecido, pues a partir de ellos hemos evolucionado


Nelson Ospina Franco

de una sociedad esclavista a una feudal, y dizque

ahora somos una sociedad industrial. No hay duda

de que el calendario lo manejamos hoy en día con

dimensiones cósmicas, al punto de medir el tiempo

con relojes atómicos y engranar nuestro horario con

el de las estrellas, galaxias y metagalaxias, pero en

cuanto a evolución religiosa nos quedamos cortos,

pues solo hemos pasado por la evolución religiosa

correspondiente al mundo esclavista, feudal e

industrial, papel que ha ejecutado el cristianismo a

las mil maravillas, pero no tenemos religión para la

sociedad posindustrial. La globalización cubre hoy las

comunicaciones, la integración comercial e industrial,

pero en cuanto a integración espiritual seguimos en

el medioevo, no tenemos aún una religión planetaria,

revolución espiritual que está aún por verse.

El mundo moderno, el globalizado, el que lidera

Estados Unidos, es una máquina poderosa e

informada, con muchos conocimientos científicos y

dinero, pero sin alma, sin espíritu de planeta, soberbia,

derrochadora e inclemente, encerrada en la torre

de marfil de una industrialización que propicia el

holocausto ecológico, vive en una ceguera suicida a la

que solo le importan las cifras macroeconómicas y las

utilidades, pero no la calidad de vida de los humildes

y desheredados de la tierra. Las bolsas de valores y

los gobiernos distan mucho de tener la transparencia

de los lugares sagrados, cuando debieran serlo. Nos

decimos cristianos, pero no hemos podido hallar al

Cristo cósmico que creía haber encontrado Teilhard

de Chardin y describe en su libro El fenómeno

humano, cuando hablaba del punto omega, donde la

evolución biológica llega en el hombre a la cumbre de

la inteligencia cósmica.


Ensayos de masonería y simbolismo

Ese punto omega o Cristo cósmico de Teilhard no

es distinto del anhelo iniciático en los misterios que

practicaba el mundo clásico. Iniciación equivalía en

los antiguos a una identificación con la inteligencia

de lo natural o, lo que es lo mismo, hacerse uno con

los dioses a través de un proceso catártico donde el

individuo era sometido a un psicodrama en el cual es

probado y recibe enseñanzas secretas, herencias de

una tradición mistérica.

III- LA CAVERNA INICIÁTICA

Para el mundo pagano la bóveda del cielo forma el techo

de una caverna en la cual trascurre la vida iniciática

del hombre, y dicha caverna tiene dos puertas, una de

entrada y una de salida, y los umbrales de dichas puertas

están marcados por los dos solsticios. La puerta de los

hombres corresponde al solsticio de verano y al signo

zodiacal de Cáncer; es la entrada en la manifestación

individual. La puerta de los dioses correspondiente al

solsticio de invierno y al signo zodiacal de Capricornio

es la salida de esa misma manifestación y el paso a los

estados superiores, ya que los dioses, al igual que los

ángeles, representan propiamente, desde el punto de

vista metafísico, los estados supraindividuales del ser.

Dice René Guénon:

Si se considera la repartición de los signos

zodiacales, se ve que el signo de Cáncer corresponde al

“fondo de las aguas”, es decir, en sentido cosmológico,

al medio embriogénico en que están depositados los

gérmenes del mundo manifestado. Esto puede ser


Nelson Ospina Franco

referido al hecho de que el signo de Cáncer es el domicilio

de la Luna, cuya relación con las aguas es bien conocida,

y que, como las aguas mismas, representa el principio

pasivo y plástico de la manifestación: la esfera lunar

es propiamente el mundo de la “formación”.

La caverna y el laberinto están vinculados ambos

con la idea de viaje subterráneo, inicialmente en

relación con ritos funerarios, y luego habrían sido

transportados a los ritos iniciáticos. En virtud de la

analogía existente entre la muerte entendida en el

sentido ordinario y la muerte iniciática, una misma

descripción simbólica puede aplicarse por igual al ser

en uno u otro caso. Por eso los templos iniciáticos se

confunden simbólicamente con tumbas.

La muerte al mundo profano es una preparación

para la iniciación, seguida del “descenso a los

infiernos”, el cual, claro está, es la misma cosa que el

viaje subterráneo al cual da acceso la caverna; y, en lo

que hace a la iniciación misma, lejos de ser considerada

como una muerte, lo es al contrario como o un “segundo

nacimiento”, y como un paso de las tinieblas a la luz.

Continúa Guénon:

Ha de hacerse notar aún que cuando la misma

caverna es el lugar de la muerte iniciática y el del “segundo

nacimiento” debe entonces ser considerada como acceso

no solo a los dominios subterráneos o “infernales”, sino

también a los dominios “supraterrestres”. La caverna

se convierte así en modelo del mundo, su piso simboliza

la tierra y su techo la bóveda celeste. El símbolo de

la caverna es mucho más complejo, pues a su vez se

identifica con “la caverna del corazón”, con el eje y con

el “huevo del mundo”.


Ensayos de masonería y simbolismo

Los solsticios son verdaderamente lo que puede

llamarse los polos del año, y estos polos del mundo

temporal sustituyen entonces a los polos del mundo

espacial. Siendo así, la caverna cósmica podrá tener

dos puertas zodiacales, opuestas según el eje que

acabamos de considerar, y por lo tanto correspondiente

a los dos puntos solsticiales.

La mitología romana tiene al dios Jano, el portero

que abre y cierra las puertas del ciclo anual con las llaves

que son uno de sus principales atributos; él guarda las

llaves de las dos puertas solsticiales. Una de las llaves es

de plata y corresponde a los “misterios menores”, y la

otra, la de oro, corresponde a los “misterios mayores”.

Jano es un dios de tres caras, una que mira al pasado,

otra que mira al futuro, y la tercera que es invisible, pues

mira al presente que, en la manifestación temporal, no

constituye sino un inaprensible instante.

Sigue René Guénon en su libro Símbolos fundamentales

de la ciencia sacra, respecto del simbolismo

solsticial de Jano:

En efecto, Jano era el dios de la iniciación. A

ese título, por lo demás, Jano presidía los “Collegia

Fabrorum”, depositarios de las iniciaciones que, como

en todas las civilizaciones tradicionales, estaban

vinculadas con el ejercicio de las artesanías; y es

muy notable que esto, lejos de desaparecer con la

antigua civilización romana, se haya continuado sin

interrupción en el propio cristianismo, y que de ello,

por extraño que parezca a quienes ignoran ciertas

“transmisiones”, pueden aún encontrarse vestigios en

nuestros propios días.


Continúa René Guénon:

Nelson Ospina Franco

En el cristianismo, las fiestas solsticiales de Jano

se han convertido en las de los dos San Juan, y éstas se

celebran siempre en las mismas épocas, es decir en los

alrededores inmediatos de los solsticios de invierno y

verano; y es muy significativo que el aspecto esotérico

de la tradición cristiana haya sido considerado siempre

como “johannita”, lo cual confiere a ese hecho un sentido

que sobrepasa netamente el dominio simplemente

religioso y exotérico. La sucesión de los antiguos

“Collegia Fabrorum”, por lo demás, se transmitió

regularmente a las corporaciones que, a través de todo

el Medioevo, mantuvieron el mismo carácter iniciático,

y en especial a la de los constructores; ésta, pues, tuvo

naturalmente por patronos a los dos San Juan, de

donde proviene la conocida expresión de “Logias de

San Juan” que se ha conservado en la masonería, pues

ésta no es sino la continuación, por filiación directa, de

las organizaciones a que acabamos de referirnos. Aun

en su forma “especulativa” moderna, la masonería

ha conservado siempre también, como uno de los

testimonios más explícitos de su origen, las fiestas

solsticiales, consagradas a los dos San Juan después

de haberlo estado a los dos rostros de Jano; y así la

doctrina tradicional de las dos puertas solsticiales,

con sus conexiones iniciáticas, se ha mantenido viva

aún, por mucho que sea generalmente incomprendida,

hasta en el mundo occidental actual.

Es de hacer notar que la caverna platónica no

está lejos del simbolismo iniciático de la caverna

cósmica. Entre otras, es el mito de la caverna en el

séptimo libro de La República una de las mejores

descripciones del proceso iniciático. El simbolismo de


Ensayos de masonería y simbolismo

La divina comedia tampoco está lejos del simbolismo

iniciático, como lo demuestra Guénon en su libro El

esoterismo en Dante.

Adelantándonos un poco en el tema, para hablar

específicamente de la masonería, es necesario

anotar acá que el templo, taller o logia donde ellos

ejecutan sus reuniones o ceremonias es asimilado

simbólicamente a una “caverna iniciática”, orientada

tradicionalmente como el Templo de Salomón, pero

con la puerta hacia el occidente, hacia el ocaso del

Sol. En su interior, a pocos pasos frente a la puerta, se

encuentran dos columnas, también llamadas Jakim y

Boaz, una al norte y otra al sur, como los dos solsticios; el

techo está cubierto con los signos de las constelaciones del

Zodiaco y el piso con una cuadrícula de baldosas negras y

blancas simbolizando la dualidad del mundo y la infinitud

de los caminos de la Tierra; en la pared oriental al fondo

sobre el sitial del venerable maestro se encuentran

los símbolos del Sol y de la Luna; este decorado dibuja

claramente una caverna cósmica, y además sigilosa como

las cavernas iniciáticas. No se puede franquear su puerta

si no se pasa por los ritos y pruebas de iniciación.

IV- AMÉRICA, LA DESCONOCIDA

Dice Gerardo Reichel-Dolmatoff en su libro Los Kogi

respecto de su calendario:

El calendario Kogi se basa en la observación de

los solsticios y los equinoccios. En los últimos “el sol

está en su casa”; luego sale por una puerta y recorre

el espacio hacia el punto del solsticio de verano para

“dar la vuelta” allí y regresar a su casa de donde sale


Nelson Ospina Franco

por la otra puerta para caminar hasta el punto del

solsticio de invierno. Según las constelaciones visibles

al amanecer el año se divide luego en 18 meses de

veinte días cada uno.

Sigue Dolmatoff:

El calendario horticultural coincide con el ceremonial

y las principales ceremonias se efectúan con

el fin expreso de “dar la vuelta al sol” en los solsticios.

Estas ceremonias del solsticio de invierno se celebran

para terminar el verano y llamar las lluvias mientras

que las del solsticio de verano se celebran para terminar

las lluvias e introducir el llamado “veranillo”. Las

ceremonias de los equinoccios se hacen exclusivamente

en Hukuméiji ya que “allí vivía el sol”, mientras que

las fiestas de los solsticios toman lugar en Takina,

Makotáma, Seijua, y, ocasionalmente, en Naaváka.

Los Kogi dicen que cada vez, “cuando el sol está en sus

casas”, éste se “demora” allí durante algunos días sin

moverse de su lugar. El Máma determina el día en el

cual el sol se pone de nuevo en marcha, recompensando

así las diferencias anuales en su calendario. En lo

general, solo los Mámas poseen algunos conocimientos

sobre este calendario y toda información al respecto

se considera como muy secreta. Es muy posible que

estos conocimientos fueron antiguamente bastante

profundos, pero en la actualidad se trata sólo de un

confuso recuerdo y las informaciones obtenidas sobre

cálculo de tiempo son contradictorias.

De lo anterior, y en vista de lo que venimos

exponiendo, no es difícil ver que el fenómeno solar

produjo en los Kogi simbolismos míticos análogos a


Ensayos de masonería y simbolismo

los tradicionales euro-asiáticos de los cuales veníamos

hablando. No es extraño que el hombre americano

separado del europeo por no menos de veinte mil años

produjera análogos simbolismos culturales basados

en los mismos fenómenos naturales, veinte mil años

que no produjeron cambios genéticos significativos y

sí el aislamiento necesario para producir diversidad

cultural; sin embargo llegamos a los mismos postulados

espirituales, pero toca decirlo y hacer hincapié en ello,

pues parece que no fuera cierto, ya que aún hoy en

día nosotros mismos no podemos concebir que los

amerindios fueran capaces de los asombrosos logros

culturales, cuyos vestigios encontramos en sus ruinas

arqueológicas y en sus sobrevivientes.

Dice el libro Astronomía en la América antigua

respecto de los observatorios solare de los indios anasazi:

El observar el sol con el propósito de establecer

un calendario anual o de marcar las ceremonias

religiosas ha sido parte importante de las costumbres

históricas de los indios pueblo. Los descubrimientos

en el cañón del Chaco apoyan la evidencia de que

los antecesores de los indios-pueblo históricos tenían

también la costumbre de observar el sol e inclusive

de que los indios anasazi que habitaban el cañón

del Chaco hasta alrededor del 1250 de N. E. habían

llevado sus observaciones a un nivel más refinado

que sus descendientes.

Una de las seis grandes kivas (edificación de

forma cilíndrica con ventanas y nichos en las paredes)

conocida en el cañón del Chaco como casa rinconada,

está en el lado sur del cañón pasando por Pueblo

Bonito y Cetro Ketl. Se asemejan a otras grandes kivas


Nelson Ospina Franco

en que tienen nichos en las paredes, bóvedas en el

piso, una escalera interna y una chimenea.

Se ha determinado que la luz del sol que pasa

a través de la ventana noroeste ilumina cierto nicho

durante cuatro o cinco días alrededor del solsticio de

verano. También se han descubierto alineaciones con

el solsticio de invierno tanto en la salida del sol como

en su puesta durante el solsticio.

También se ha encontrado que las ruedas

medicinales de los indios primitivos de las grandes

llanuras norteamericanas tienen rayos radiales

alineados con los solsticios.

Revisando el antes mencionado libro de la

astronomía en la América antigua descubrimos que

eso de determinar los solsticios es una de los más

primitivos logros de los amerindios, pues los pueblos

más desarrollados como los mayas y los Toltecas no solo

se dedicaron a los astros mayores, el sol y la luna, sino a

la astronomía de las estrellas y los planetas, en especial

Venus y las Pléyades. Dice un especialista hablando del

sistema calendárico maya: “… al concebir las ruedas

calendáricas como eternas repeticiones a partir de un

punto fijo, y al medir el tiempo con un sistema preciso,

los mayas fueron capaces de fechar sus eventos con

una precisión que no es superada ni aun por nuestro

método de medir el tiempo”. Esto decía el arqueólogo

por allá en 1914; puede que hoy, casi un siglo después,

no sea válida su observación, lo cual no le quita mérito

al inmenso logro de exactitud del calendario maya.

Estos vestigios amerindios de culto ritual de

los solsticios que hasta acá hemos examinado se

encuentran todos en el hemisferio norte, y hay


Ensayos de masonería y simbolismo

necesidad de aclarar que cuando vamos a estudiar

los solsticios en el hemisferio sur, en este caso en el

calendario inca, los solsticios ocurren a la inversa de

los del norte. Cuando para nosotros, situados en el

hemisferio norte, el 24 de junio el día es el más largo

del año, en el hemisferio sur este mismo día es el más

corto del año. Por eso en junio es para ellos el solsticio

de invierno y en diciembre es el solsticio de verano.

Dice el mismo libro sobre el calendario inca:

La mayoría de los cronistas españoles de los

siglos XVI y XVII reportan que el calendario de los

incas consistía en doce meses y era, en sus propias

palabras, muy similar al nuestro. Algunos estudiosos

modernos han tratado de cotejar la información

sobre los conocimientos incas respecto a las salidas y

puestas solares, pero como desconocían los lugares de

observación no llegaron a reconstrucciones confiables

del sistema observacional.

En el caso inca el calendario se registraba en

quipus de acuerdo con una teoría abstracta de

organización política y no de acuerdo con un sistema

de dioses, animales y direcciones relacionadas con un

color, tal como se preservó el calendario en los códices

mexicanos anteriores y posteriores a la conquista.

Los rasgos distintivos del calendario inca son:

un orden interno de doce meses, que consiste en una

jerarquía descendente en las temporadas enero-marzo

y abril-junio, cuando el sol se mueve en el horizonte de

sur a norte, y una jerarquía ascendente en la temporada

julio-septiembre y octubre-diciembre cundo el sol se

mueve de norte a sur. Hay dos medios años de solsticio


Nelson Ospina Franco

a solsticio, con la festividad solsticial precedente al

evento solar. También había dos medios años, que

interceptaban los primeros, de equinoccio a equinoccio.

Al solsticio de diciembre lo llamaban Capac Inti

Raymi; al solsticio de junio lo llamaban Inti Raymi.

Los solsticios y los equinoccios eran los puntos de

reposo del año, y cualquiera de esos puntos pudo haber

sido usado para comenzar el año.

En el libro Por el camino de los incas, de Nicole

y Herbert Cartagena, encontramos igualmente en el

capítulo de las fiestas incaicas:

En junio celebraban la fiesta más importante el

Inti Raymi, la fiesta al Sol. También celebraban con

ocasión del solsticio de verano, en diciembre, el Capac

Inti Raymi donde se creía atar el astro solar a los

intiwatana.

En junio se celebraba, tal como hoy en día, el Inti

Raymi o fiesta del Sol, pero también del inca y sus

colaboradores.

Para esta ocasión, los grandes dignatarios de

las provincias y sus delegaciones del pueblo llegaban

de todos lados. El día del solsticio -determinado por

los sabios-, comenzaban las festividades principales

la noche antes de la salida del sol, en el Qoricancha

y sobre la Hacuyapata -actual plaza de armas de

Cuzco-. El ceremonial era importante… Aparecía el

inca, recibido por los dignatarios, y se dirigía hacia

el templo del Sol sobre una litera de oro. Para esta

circunstancia, el monarca se había hecho peinar

de manera diferente, con dos mechas que le caían

sobre las orejas, retenidas por la cinta roja de llautu.

Llevaba también un collar de esmeraldas y unos dijes,


Ensayos de masonería y simbolismo

ornados con dos piedras preciosas, símbolos del Sol y

de la Luna. El cortejo estaba formado por la reina, el

gran sacerdote, miembros de la familia real y músicos.

En la plaza principal se habían reunido los

guerreros más ilustres del país. Los músicos entonaban

aires tristes y lúgubres, expresando así su tristeza,

causada por la ausencia del astro venerado. Cuando al

fin Inti, el dios Sol, ilumina al amanecer el templo de

Qoricancha, el inca se levantaba y saludaba a su padre

celestial; cien mil voces acompañaban sus oraciones.

Esta fiesta tenía lugar no solo en el Cuzco, sino

también en todo el país; numerosas comidas y bebidas

eran distribuidas en los depósitos públicos, de parte

del emperador. Al mismo tiempo se celebraban en

templos y adoratorios innumerables inmolaciones,

especialmente llamas negras, de las que se utilizaban

las entrañas para la predicción del futuro. Asimismo,

se realizaban sacrificios de niñitas y varoncitos.

De lo anteriormente expuesto se ve que el determinar

los solsticios es un logro astronómico primitivo que

los amerindios conocieron ancestralmente. Puede

que los pobladores indígenas de Colombia, por no

haber construido ciudades monumentales en piedra

como los mesoamericanos e incas, y no poseer

escritura, no nos dejaran ruinas arqueológicas donde

pudiéramos establecer que ciertamente sí practicaban

un calendario solar con determinación de los puntos

solsticiales y equinocciales, y debía haberlo en el

templo del Sol en Sogamoso, pero debió destruirse

con el incendio durante la conquista. Peor si, como

lo muestra Dolmatoff cuando habla de los kogi, el

conocimiento astronómico de los pueblos indígenas

sobrevivientes está en franca disolución.


Nelson Ospina Franco

En San Agustín, Huila, han descubierto ciertas

locaciones con trabajos de adecuación para

alineamientos astronómicos. La estatuaria agustiniana

no manifiesta una disposición astronómica explícita;

sin embargo, los rituales debieron celebrarse dentro

de un calendario y en determinadas fechas.

El simbolismo iniciático es desbordante en San

Agustín en relación con mitos no astronómicos. El caso

del mito que venimos tratando, el mito del solsticio

del 24 de junio y de quienes celebran su fiesta hoy

llamada de San Juan Bautista, es un mito astronómico

de carácter solar.

Pero nos queda la paradoja del Lavapatas, pues

este templo labrado en la inmensa roca del lecho de

una quebrada, con la arquitectura simbólica de tres

piscinas en el lecho del agua rodeadas de serpientes

y figuras teriomorfas, con una de las piscinas solo

geométrica, rectangular y sin ningún adorno, todas

en grados de evolución simbólica alrededor del

tres, como en otros monumentos, este templo del

Lavapatas por el que fluye el agua, tuvo por necesidad

que estar dedicado a ritos acuáticos y necesariamente

cosmogónicos, vinculados simbólicamente con la

Luna, Cáncer y el solsticio de junio, como lo veíamos,

pues el simbolismo es válido para ambos mundos, el

amerindio y el euroasiático.

El “imaginario colectivo”, el “inconsciente”, y el

lugar psíquico de donde fluyen la imaginación, los

símbolos y el sentido del ser, es posesión genética

de “todos los humanos del planeta”, incluyendo a

los amerindios antiguos y modernos. Entonces, nos

encontramos en ellos con el mismo tipo de simbología

para análogos fenómenos espirituales, como en el caso


Ensayos de masonería y simbolismo

del simbolismo del “corazón y la copa”, de una de las

esculturas del bosque de las estatuas de San Agustín,

pero el tema da para otra disquisición.

Lo que sí es seguro es que los indígenas practicaban

en las fechas de los solsticios ceremonias religiosas

análogas a las del Inti Raymi Inca. Por migraciones,

del sur o del norte, venían cultos solares.

En el periódico El Nuevo Día, de Ibagué, en estos

días ilustran el caso de Natagaima, donde la historia

señala que en un sitio cercano al que los indígenas

llamaban Jaspe se celebraban las fiestas de la cosecha

y por coincidir con el San Juan tomaron ese nombre.

Según los escritos de los cronistas, antes de esos

festejos se reunían tribus del sur en la puerta de

llegada al cielo, hoy cerro de Pacandé, para rendirles

culto a sus dioses. Un día los indígenas indignados

por la suplantación de sus creencias, y como protesta,

trasladaron sus fiestas a la plaza principal en donde

se encontraba el templo. Para la Iglesia esta era una

fiesta pagana y no religiosa. Se prendía la vaca loca

con mechones en sus cachos y la imagen del diablo

junto a las puertas de la iglesia como un reto del indio

para los que cambiaron sus costumbres.

Los colonizadores españoles de estos pueblos

indígenas ignoraban que la suplantación de las fiestas

de los solsticios de los paganos ya había sido hecha

por el cristianismo europeo cuando suplantó la fiesta

pagana de los solsticios de Jano por las fiestas de los dos

San Juan. Naturalmente, la fiesta ancestral indígena

del solsticio de junio coincidía con la de San Juan

Bautista, y en el fondo las dos fiestas tienen origen en

la necesidad de simbolizar el mismo fenómeno solar.


Nelson Ospina Franco

V- LA FIESTA MASÓNICA DEL SAN JUAN

Hablar de masonería y en público daría miedo en

otros tiempos, y aún produce una cierta fascinación,

pues tiene el hálito de lo secreto, prohibido, religioso y

subversivo, pero en pleno siglo veintiuno no podemos

creer que a quien le interesa el tema no lo ha

estudiado por su cuenta, sin la consabida iniciación;

la bibliografía es grande y a la mano.

El aprendizaje erudito del tema masónico, sin

ser masón, es posible. Pero la masonería es mucho

más que mera erudición; ella es práctica ritual,

y esto último no se adquiere en los libros; el sujeto

recipiendario, o iniciado, solo puede vivir la masonería

psicodramáticamente en el teatro simbólico de una

caverna iniciática.

Entonces:

¿Qué es la masonería? ¿Por qué tiene a un santo

cristiano por patrono? ¿Por qué celebra el solsticio de

verano?

Buenas preguntas para hacerles a las páginas

de masonería que hay en el internet, unas 16.500.

Encontraríamos respuestas innumerables, y si

buscáramos sacar una síntesis de las 16.500 posibles

respuestas, de seguro que la diversidad sería alta,

inajustable a una síntesis unitaria.

Pero las preguntas merecen una respuesta de

fondo, y ésta no puede darse sin marcas subjetivas.

“Una verdad o una mentira no se expresan sin su

propia pátina”. Esto que hoy decimos aquí lleva el


Ensayos de masonería y simbolismo

aroma del ahora irrepetible, que el mañana hará

nostálgico. Intentaremos, pues, unas respuestas al

modo del conferencista; es inevitable, y solo serán

unas respuestas más entre tantas.

Lo primero por dilucidar es la relación de la

masonería con la cuestión religiosa. ¿Es o no es la

masonería religión? Y si lo es, ¿qué clase de religión es?

Para la sociedad moderna, hija de la civilización

cristiana, de la que formamos parte todos los aquí

presentes, la única forma de misterios que conocemos

son los que nos ha enseñado la Iglesia. Por cierto, fuera

de la solemnidad mística que le ponen cuando nos los

enseñan, no guardan sino un simbolismo muy sencillo,

apenas remembranzas de aquellos misterios de los

que derivaron cuando el naciente cristianismo los

relevó. Ante el surgimiento exclusivo y excluyente de

la religión cristiana, primero en el Imperio Romano y

luego en todo el mundo, el cristianismo borró cualquier

culto religioso distinto al suyo, especialmente las

religiones mistéricas, pues eran las más poderosas, y si

hubo dudas heréticas para eso instituyó la Inquisición.

Religiones mistéricas son aquellas religiones

paganas del mundo clásico, a las que solo se podía

ingresar por iniciación. Algunos de estos cultos

mistéricos fueron los de Dionisio y Orfeo, los misterios

de Eleusis, Cibeles y Atis, la Isis de los egipcios y Mitra,

este último, fuerte competidor del cristianismo en

sus inicios, para solo nombrar los más importantes.

De ellos se sabe poco, pues existía la costumbre de

juramento de silencio sobre los misterios revelados en

la iniciación; si violaban el juramento eran condenados

a muerte, pues muchas de estas religiones eran la

religión del Estado, como el caso de los misterios


Nelson Ospina Franco

de Eleusis que eran la religión oficial de Atenas. Es

famoso el juicio que le hicieron a Alcibíades, sobrino

de Pericles, por hacer parodias de los rituales secretos.

Una religión mistérica es una religión secreta; las

principales formas de su culto se realizan en secreto, no

porque no guarden nada, acusación que les hacen los no

afectos a lo esotérico, sino porque la forma de su práctica

no es apta para cualquier persona sin la debida preparación

y examen de su capacidad intelectual y psíquica, como en

cualquier academia moderna. Claro que toda iniciación

gira sobre un acervo cultural, conservado como una

estructura mítica, edificada simbólicamente con una

arquitectura ritual y mágica, más ensueño que discurso,

pues la palabra allí es solo poética.

No olvidemos que nuestra religión, la judeocristiana,

gira alrededor de un libro sagrado, la Biblia; nuestro

culto religioso es fundamentalmente verbal, las ideas

religiosas cristianas las aprendemos y enseñamos con

palabras, a veces con actos. El mundo de las ideas

religiosas del pagano está construido con imágenes

simbólicas. El despliegue de la teología pagana se hace

sobre un escenario visual, mientras que el despliegue

de la teología judeocristiana se hace sobre un

escenario verbal; esta diferencia es de fondo y marca

profundamente la didáctica y la práctica religiosa de

paganos y judeocristianos, haciéndolas diferentes.

Hay dos grados diferentes de lo mítico: el monoteísta

o judeocristiano, y el politeísta en sus múltiples formas,

a las que hemos llamado genéricamente paganismo.

Y si somos justos nos parecen dos formas válidas de

lo religioso y no necesariamente antagónicas, pero lo

han sido agriamente a través de la historia, como en

la conquista de América. Con la espada en una mano


Ensayos de masonería y simbolismo

y el Cristo en la otra, los españoles borraron todo,

humillaron las almas nativas y las dejaron sin símbolos

religiosos propios. A los amerindios les tocó disfrazar sus

ritos de santos cristianos para poder conservar el culto

a sus dioses; es así como muchas costumbres rituales

de los amerindios se conservan hoy como folclor, como

en el Tolima Grande a propósito del solsticio de junio,

pero lo mismo ocurre por toda América.

El esoterista construye un mito para representar

sus ideas místicas; considera que las palabras son

incapaces de comunicar todo el sentido y acude al

símbolo para comunicar lo inexpresable. Para enseñar

utiliza representaciones dramáticas en las que se

involucra al aprendiz como un personaje mítico, para

transmitirle la enseñanza compartiendo colectivamente

con él la misma experiencia mística, algunas veces

haciéndolo comulgar con la sangre y carne del dios,

que no es otra cosa que el jugo y la pulpa de alguna

planta psicoactiva, como en Eleusis, o también en los

ritos védicos con el soma, o en los rito de Baco con el

vino, el cual hereda el rito cristiano como uno de los

elementos simbólicos del sacrificio de Jesús.

La iniciación consiste, pues, en una catarsis,

de pronto con raptos alucinantes, producida por

el mensaje verbal, y más profundamente por las

impresiones sobre el inconsciente de la representación

dramática. El objetivo de cualquier doctrina religiosa

es el de impresionar el alma del discípulo más allá

de las palabras. En las religiones mistéricas es donde

está el origen del teatro, la música y la poesía griega;

fueron ellas las que primero elaboraron escenarios

dramáticos con el fin de impresionar espiritualmente

a los participantes. La riqueza poética de los himnos

órficos sigue impresionando hoy en día.


Nelson Ospina Franco

Es necesario captar la diferencia entre una religión

exotérica como lo son las modernas, abierta a todos sin

excepción, y formas religiosas de carácter iniciático, a

la antigua, como lo es la masonería, la cual se supone

que ejerce una aristocracia espiritual, que no es ni

proselitista ni abierta, aparentemente lo más alejada de

una organización democrática, pues pretende ejercer

una selección muy parecida a la académica, donde es

necesario seguir escalonadamente un aprendizaje y

dar enseñanzas más intuitivas que racionales, de ahí

sus métodos del lenguaje simbólico y lo secreto; la cosa

mística se aprehende por revelación, son enseñanzas

psicodramáticas en las que se encarna un mito.

Otra característica de la masonería, además de la

iniciática, y quizá la que la define más certeramente,

es la de ser heredera de las ordenes constructoras

medioevales. En la antigüedad los secretos de oficio

artesanal siempre se conservaron y desarrollaron

alrededor de un mito constructivo. El aprendizaje de

cualquier oficio implicaba a su vez una iniciación, y así,

fuera de aprender las técnicas artesanales específicas,

el fundamento teórico se hacía en lenguaje y simbolismo

mítico, haciendo que el ejercicio de cualquier oficio

artesanal fuera a su vez una mística, tal como lo describe

René Guénon respecto de los Collegia fabrorum.

Y esto es lo que es la masonería: un mito constructivo;

enseña la transformación del alma a través

de una simbología espiritual del arte de construir

templos, tanto así que a Dios lo llaman Gran

Arquitecto del Universo, y los grados básicos de su

estructura iniciática es la tradicional de cualquier

obra de construcción, aprendiz, compañero y maestro.

Los masones son místicos del número, como los


Ensayos de masonería y simbolismo

pitagóricos. Y aun despertando un poco de alboroto

entre ellos, pensamos que la masonería es una religión

iniciática de la naturaleza, cuyos fundamentos como

la cábala, el hermetismo y el neoplatonismo la hicieron

encarnar la historia esotérica de la sociedad cristiana,

desde el Renacimiento hasta la Revolución industrial.

Claro que es posible retrotraer sus orígenes hasta los

templarios, caballeros de la espada y la llana, gnósticos,

esoteristas. Sería difícil probarlo, pero en lo esencial

la masonería es heredera histórica de los templarios,

y los ha asimilado simbólicamente en alguna de sus

variantes míticas.

En resumen, la Orden Masónica es esotérica,

mistérica, deísta, iniciática, mística y judeocristiana,

y, por contradictorio que parezca, heredera de la

rebeldía iniciática de la Edad Media, la cábala, la

alquimia, la Rosacruz y la caballería mística, todo

sintetizado sincréticamente alrededor de su mito

fundacional: el de la construcción del Templo de

Salomón y la trágica leyenda del maestro Hiram Abif,

director general de obras y maestro forjador de las

columnas. La masonería tiene el origen de su mítica

esotérica y religiosa en la edad de oro del pasado judío,

cuyo templo simbólico intentan reconstruir entre los

“hombres libres y de buenas costumbres”.

La masonería desde su renacimiento profano el 24 de

junio de 1717 fue la portadora del germen revolucionario

del Siglo de las Luces; ella llevaba implícita la rebeldía

de la Reforma, la cual había sido propiciada por los

rosacruces y su Fama Fraternitatis. No fue entonces

gratuita la excomunión que le hizo la Iglesia en el siglo

dieciocho, fantasma que aún parece rondarla, pero sin

ningún sentido en pleno tercer milenio.


Nelson Ospina Franco

La masonería fue portaluz del principio demo-crático,

del Estado laico, del sufragio universal y de la igualdad

entre los hombres. Inspiradora de la independencia de

Estados Unidos, donde asomó el mundo moderno, para

mal o para bien; luego vino la Revolución Francesa, y la

masonería fue protagonista y víctima. Más tarde las logias

fueron las catalizadoras del fervor independentista

entre los latinoamericanos, pues ofrecía secreto, sigilo,

los principios democráticos y elementos de simbolismo

crítico frente al misticismo reaccionario de la Iglesia de

entonces. Fueron las logias las semillas que comenzaron

a organizar la independencia en las colonias españolas y

se escondían de la Corona tras sociedades filológicas,

tal como lo hacía Nariño.

La fila de los masones en la historia de este

país es cuento viejo, y hoy cuando la democracia es

la panacea política, con sufragio universal, libertad

religiosa, Estado y educación laicos, divorcio civil, y

muchas cosas más, la masonería parece haber perdido

la beligerancia de otros tiempos, e intenta salir del

clóset, dirán sus contradictores; pero no, no puede

salir del clóset, así lo quiera, pues su carácter iniciático

la hace trabajar a puerta cerrada. Sin embargo, eso

no disculpa que guarden silencio, sobre todo en este

país con tantos problemas sociales y morales, aún más

cuando el principal grado masónico es el de Maestro, y

solo se es maestro cuando se imparte enseñanza.

Hoy, cuando ya no produce temor político y menos

religioso, tiene la masonería que cumplir su labor y

enseñar públicamente su perspectiva espiritual y

simbólica sobre temas que atañen al espíritu de la

naturaleza, la sociedad y el hombre.


Ensayos de masonería y simbolismo

193

El vínculo masónico con el judeocristianismo

no es difícil de mostrar, pero sí difícil de explicar. El

centro de cualquier logia masónica es el Ara de los

votos, lugar santo del templo, consistente en tres

candelabros alrededor de una mesa sobre la que está el

libro de la Ley, el cual es la misma Biblia judeocristiana

que todos conocemos; sobre esta Biblia se colocan una

escuadra y un compás, simbolizando que la lectura de

este libro sagrado hay que hacerla con la mística verbal

de la cábala, la cual es una técnica de simbolización

verbal donde las letras son símbolo y número, poética

y geometría. Y si el mito fundacional de la masonería

es el de la construcción del Templo de Salmón y su

libro de la Ley es la Biblia, es muy difícil decir que la

masonería no es ni religiosa ni juedeocristiana.

Al conservar una tradición iniciática, la masonería

conserva los rasgos esenciales de los cultos mistéricos

antiguos, sobre todo los vínculos con el simbolismo

astronómico de la caverna iniciática y sus dos puertas

solsticiales, por lo cual tiene por fiestas los dos solsticios.

Siendo la fiesta principal el solsticio de verano el día

24 junio, hacen una ceremonia solemne para festejar

que el Sol abre la puerta iniciática de los hombres, y se

pide ayuda al dios correspondiente para que facilite el

rito; por eso le consagraron a San Juan Bautista, para

que él guardara la llave de la puerta cósmica de los

hombres. Es entonces el momento propicio para los

misterios iniciáticos, tal como lo ejerce no solo la Orden

masónica, sino innumerables asociaciones de esoteristas

independientes regados por el mundo de la Nueva Era.


194 Nelson Ospina Franco

VI- DEL SOLSTICIO ESTIVAL

A SAN JUAN BAUTISTA

Dice Frazer en su clásico libro de antropología La

Rama Dorada:

La época del año en que las fiestas del fuego del

solsticio estival se han celebrado más generalmente

en Europa es el solsticio de verano, en la víspera (23

de junio) o el día del solsticio (24 de junio). Se le ha

dado un ligero tinte de cristianismo llamándole día

de San Juan Bautista, pero no puede dudarse de que

esta celebración data de una época muy anterior al

comienzo de nuestra era. El solsticio estival o día del

solsticio es el gran momento del curso solar en el que,

tras ir subiendo día tras día por el cielo, el luminar se

detiene y luego retrocede sobre sus pasos en el camino

celeste. Este momento no pudo menos de ser considerado

con ansiedad por el hombre primitivo, tan pronto como

comenzó a observar y ponderar las carreras de las

grandes luminarias por la bóveda celeste. Teniendo

todavía que aprender a darse cuenta de su impotencia

ante los inmensos cambios cíclicos de la naturaleza,

pudo soñar con ayudar al sol en su aparente decaimiento

que podría sostenerle en sus desfallecientes pasos y

reencender la llama moribunda de la rojiza lámpara en

sus manos débiles. Algo así debieron ser los pensamientos

que quizá dieron origen a estos festivales solsticiales de

nuestros campesinos europeos. Cualquiera que haya

sido su origen, han prevalecido sobre esta cuarta parte

del mundo, desde Irlanda al occidente, hasta Rusia al

oriente, y desde Noruega y Suecia al septentrión, hasta

España y Grecia al mediodía.


Ensayos de masonería y simbolismo

195

En Rusia se celebra así: La víspera se hace una

limpieza general de la casa, y después la adornan con

ramajes verdes y flores, hacen la figura de Kupalo de

paja, y la visten con ropas femeninas, una gargantilla

o collar, y una corona floral. Después derriban un

árbol, que decoran con cintas, y le hincan erguido en

algún lugar a propósito. Cerca de este árbol, al que

dan el nombre de marena (invierno o muerte), colocan

la figura de paja, y a su lado también una mesa en

la que hay viandas y aguardientes. Encienden una

hoguera y los jóvenes y doncellas saltan en parejas

sobre el fuego, levantando con ellos el muñeco de paja.

Al día siguiente (ya el San Juan), quitan sus adornos

a la figura y al árbol y tiran los dos al río.

Según un escritor medieval los tres grandes rasgos

de la celebración del solsticio estival fueron las hogueras,

la procesión de antorchas por los campos y la costumbre

de echar a rodar una rueda. Los muchachos quemaban

huesos y basuras de varias clases para hacer un humo

hediondo que ahuyentaba ciertos dragones perniciosos

que, en esta época del año, excitados por el calor del

verano, copulaban en el aire y envenenaban los pozos

y los ríos al caer en ellos su semen; también explican

la costumbre de girar una rueda para significar que el

sol tras de alcanzar su altura máxima en la eclíptica

empezaba a descender de allí en adelante.

Siempre encontraremos por todo el planeta

recuerdos folclóricos de la celebración pagana del

solsticio que el cristianismo no celebra explícitamente,

pues es parte del culto pagano al sol, pero en cambio el

cristianismo antropomorfiza y cristianiza la ceremonia

pagana al dedicarla al nacimiento de San Juan Bautista.


196 Nelson Ospina Franco

Lo que habría que examinar, para ver si es apropiado

el reemplazo simbólico, es si Juan el Bautista simboliza

la puerta iniciática correspondiente, la de los hombres.

Vimos en la introducción de este ensayo cómo el

tono de la misa católica de San Juan Bautista es un tono

iniciático, pues el bautismo es la iniciación cristiana

por antonomasia, aun cuando solo sea una iniciación

exotérica. Como todas las formas mistéricas de la Iglesia,

su labor mística ha sido esa y no es cualquier papel.

El reemplazo simbólico hubiera sido equívoco si

por ejemplo el 24 de junio la Iglesia hubiera celebrado el

descenso del Espíritu Santo con sus lenguas de fuego,

pues este simbolismo ígneo no sería apropiado para una

celebración de simbología acuática, como sí es justo el

simbolismo del bautizo de agua, el cual envuelve los

tres puntos clave del solsticio pagano, a saber: la fecha

solar, la actividad Iniciática y el simbolismo acuático,

y no es, pues, equívoco ni artificial que San Juan

Bautista sea el patrono iniciático del solsticio estival.

La otra puerta de la caverna cósmica, la puerta

de los dioses que se abre en el solsticio de invierno,

tiene como patrón iniciático a San Juan Evangelista,

el discípulo querido de Jesús y el evangelista por

antonomasia de los esoteristas y masones. Aquí cabría

otro análisis simbólico en cuanto a la evolución religiosa

inmanente a las órdenes iniciáticas y su vínculo con

Jesús, quien encarna al dios que pasa por la puerta de

los dioses el 24 de diciembre.

Para terminar, acudamos de nuevo al Misal

Romano para que sea su espíritu el que cierre esta

disquisición simbólica que ha intentado revelar cuanto


Ensayos de masonería y simbolismo

197

espíritu de la naturaleza hay bajo el velo monoteísta

del cristianismo:

Llenamos, Señor, tus altares de dones, celebrando

con el debido honor el nacimiento de aquel que predijo la

venida, y nos mostró la presencia del Salvador del mundo.

Tú, ¡oh niño!, serás llamado Profeta del Altísimo,

porque irás delante del Señor para preparar sus

caminos.

¡iiiii… San Juan!


Ensayos de masonería y simbolismo

de Nelson Ospina Franco

Se terminó de imprimir en junio de 2019

en los talleres de Caza de Libros - Fundaproempresa

(Ciudad de Ibagué, Tolima - Colombia)


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