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UPC NEONATAL Hospital de La Serena
Primera edición
Gestoras del proyecto
Isabel Pinto Herrera
Psicóloga perinatal
Diplomada en seguimiento e intervención
temprana del recién nacido prematuro.
Formada en arte terapia y duelo perinatal.
UPC Neonatal Hospital de La Serena.
Valeria Tapia Albornoz
Kinesióloga Neurodesarrollo
Terapeuta Bobath
Diplomado Neurodesarrollo Neonatal. Cuidados
Centrados en el Desarrollo y la Familia.
Kinesióloga Neurodesarrollo UPCN y Medicina
Física y Rehabilitación Hospital de La Serena.
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Agradecemos a las madres y padres que generosamente
compartieron su testimonio, con el objetivo de apoyar a otras
familias que se integran a este proceso.
Este libro se creó con el fin de llegar a la comunidad y
sensibilizar sobre las vivencias de las familias en una Unidad de
Paciente Crítico Neonatal.
El motivo del diseño es mostrar la diversidad de emociones con
la metáfora de paisajes lo cual representa las experiencias
vividas por las familias cuando llega un recién nacido.
Esperamos que sea de ayuda y acompañamiento para así poder
seguir replicando esta experiencia en los próximos años.
¡BIENVENIDOS AL UNIVERSO
DEL PREMATURO¡
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“Es una unión mágica, el más sublime de los vínculos,
envuelto en misterio con colores que sólo existen en el
alma, porque irradian mucho más que la luz del sol en el
día más caluroso del verano. Cómo describir con
exactitud, si la ciencia de lo exacto nunca ha sido lo mío,
sólo sé que existió, que así sucedió. Se creó sin yo
pedirlo. Se mantuvo sin forzarlo ni una sola vez. Se
acaba física y sólo temporalmente porque siento que
hasta el fin de los tiempos vivirá en mí. Amor real,
verdadero y eterno. Amor de madre.”
Claudia Zola M.
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Hace varios años que nuestra Unidad se ha propuesto trabajar con un enfoque centrado
en la familia y no sólo en nuestros pacientes. Este objetivo partió basado en el
conocimiento científico que lo avala. Sin embargo, en la práctica ese enfoque se ha ido
enriqueciendo con las vivencias que esas familias nos han compartido y que, a su vez,
se han ido convirtiendo en nuestras vivencias también.
Esas familias nos han enseñado que no sólo tienen derecho a visitar a su hijo/a, si no que
son parte del equipo de salud y en muchos casos, parte del tratamiento. Por estos
motivos, siempre es importante escuchar las vivencias de las familias, ya que nos
ayudan en nuestro trabajo y enriquecen el modo en que vemos nuestra labor.
Dr. Fernando Carvajal Encina.
Jefe de Servicio de Neonatología UCIN.
A todas las madres que nos brindaron sus testimonios …Gracias, Gracias.
Soy uno de los afortunados médicos que ha atendido recién nacidos por más de dos
décadas en este Hospital y debo confesar que hasta ahora no dejo de emocionarme con
los relatos, tan conmovedores, de muchas de las madres de nuestros pequeños
pacientes. Me parecen por lo general, bellas historias de la vida, con todas sus luces y
sombras, con muchas incertidumbres, frustraciones, alegrías y esperanzas. Siento que
este texto debiera ser leído y meditado por todos los que conformamos el equipo de
salud neonatal, pues resulta evidente que nuestro accionar repercute no sólo en la vida
de los recién nacidos hospitalizados, sino también en la de su familia.
Finalmente, pienso que tal lectura debería ser un potente estímulo para los integrantes
de nuestro equipo, para continuar dando lo mejor de cada uno (a), seguir siendo muy
buenos profesionales y mejores personas.
Dr. Andrés Peña Valdés. Neonatólogo
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Llegué a la UPCN hace 25 años, cuando aún era parte del Servicio de Pediatría. Yo no
quería estar ahí porque no me gustaban para nada los niños, pero una sabia enfermera
que era la jefa en ese momento me dijo… “te doy 2 semanas para que te enamores de
este servicio, míralo con los ojos abiertos y nunca más te querrás ir…”. Toda la razón
tenía, porque al cabo de esas 2 semanas me rendí a sus pies y me puse en la disposición
de que esa sería mi otra casa, y con los años puedo decir que también ha sido mi hogar.
En estos 25 años he visto tantos niños enfermos, la mayoría con fortaleza de ancianos
sabios, de ese tipo que te dicen cosas cuando abren sus ojitos, te acarician con sutiles
movimientos, te retan con llantos sin sonido, te dan esperanza con cada día que luchan,
hasta que conozco a sus padres y logro entender, por qué vinieron a este mundo, porqué
la mayoría da luchas desenfrenadas por vivir y porqué otros esperan hasta un minuto
determinado para partir.
Esas luchas han sido lecciones para mi vida, algunas ya les he vivido muchas veces y por
eso siento que he logrado enfrentarlas de mejor forma, pero hay otras que aún me
sorprenden y que me hacen querer seguir acá, para poder descubrirlas y asombrarme
de las oportunidades que esos pequeños niños me dan. Por otro lado, están los padres,
la familia; lejos estos son los seres con los que más me ha costado trabajar, porque
ganarse la confianza de quien no te conoce es muy difícil, pero perderla no cuesta nada,
entonces es un trabajo de minuto a minuto, muchas veces muy agotador, otras muy
gratificante, pero siempre muy demandante de energía interna.
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Los bebés no te juzgan, no te evalúan, no te controlan, confían sin reparos, se entregan
con todo su ser para que tú hagas lo mejor que sabes hacer por ellos y eso te lo
agradecen cuando dejan de llorar, cuando te miran y también cuando sus ojos ya no se
abren más, en cambio los padres están siempre expectantes, con temor o ansiedad, con
miedo o desconfianza, con rabia o agitación, pero todos sin importar cual es la emoción
que los embarga, tienen mucha esperanza, a veces demasiada. Ahí debemos estar
nosotros, el equipo para acogerlos, contenerlos, moderarlos, generar la confianza,
aterrizar las expectativas, mantener la fe, hacerlos sentir que nosotros queremos lo
mismo que ellos, queremos ayudar a su hijo y que el dolor que muchas veces
provocamos con las atenciones y cuidados, son para que sus hijos se aferren a la vida ya
sea para irse con ellos a sus casas o para darles tiempo para que acepten su partida.
En estos 25 años puedo decir que he sido una privilegiada, cada vez que me despido de
un niño o de sus padres, solo he visto agradecimiento, quizás no en sus palabras, pero sí
en sus ojos. Soy una privilegiada, estoy donde quiero estar, quizás no tengo la
infraestructura más moderna pero trabajo en un gran equipo y estoy segura que cada
uno genuinamente hacemos lo mejor que sabemos hacer y damos lo mejor que
podemos dar, no tenemos la hotelería que quisiéramos, pero tenemos corazones
gigantes que nos permiten mirar a cada niño como si fuera el único y a sus padres como
a personas a las que hay que cuidar porque trabajamos para que llegue ese día en que
le entregaremos al ser más perfecto, le entregaremos a su hijo.
Claudia Muñoz Cortés, Enfermera Jefa de Servicio UCIN.
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Cuando ingresé a trabajar en Neonatología me pareció entrar a una realidad que poco
se habla, y en ese tiempo los estudios sobre psicología perinatal eran escasos. El
comienzo fue difícil, tuve que salir del concepto tradicional de la psicología para ejercer
en la trinchera, me tuve que interiorizar en contenidos de otras disciplinas para
acompañar a las familias de la mejor manera posible en un proceso complejo. “El
Universo del Prematuro” era un lugar nuevo, con un lenguaje diferente al mundo que
conocía.
Los aprendizajes más significativos en este camino han provenido de las familias,
madres y padres quienes generosamente han compartido sus historias de vida,
abriéndose a la experiencia de exterogestar (gestación exterior), diseñando el comienzo
del relato que contarán a sus hijos e hijas. Es imposible olvidar las situaciones en que me
dieron un espacio en el recorrido de la hospitalización vivida como una “montaña rusa
de emociones”.
Algunas de las frases que quedaron grabadas en mi memoria y que fueron dichas por
madres y padres: “Tengo la oportunidad de ver a mi hija crecer a través de la
incubadora”, “Nuestro hijo es prematuro extremo y a nosotros nos gusta el deporte
extremo”, “Cuando hago técnica canguro el tiempo deja de existir”, “Es prematura,
¡pero tiene una fuerza!”, “Somos padres prematuros”.
Agradezco a las madres, padres, familias, y al equipo de salud que está en constante
crecimiento, conformando la matriz de apoyo del recién nacido (a) y su entorno.
Isabel Pinto Herrera, Psicóloga.
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Creo que nada es coincidencia, que esté leyendo este libro o que estén insertos en una
Unidad de pacientes críticos no es por una simple casualidad, siempre hay algo detrás,
una enseñanza de vida o un cambio radical que nos marca de por vida. Trabajar en esta
unidad ha sido uno de las labores más enriquecedoras que he tenido en mi vida, el
hermoso trabajo desde la neurorrehabilitación tanto con los bebés y también con el sin
fin de familias que día a día están sintiendo y explorando nuevos desafíos; días buenos,
días malos, pero ahí están, dando el apoyo, no rindiéndose y dando la pelea.
Sólo expresar mi profunda admiración a las familias, que sin duda son momentos
difíciles, en que quizás se hacen eternos, pero un día a la vez, todo tiene su tiempo,
aunque no lo entendamos en estos momentos.
Al equipo de trabajo que muchas veces con poco se hace mucho y que además de
conocimiento, ponen mucho corazón en cada cosa que realizan, gran parte del tiempo
pasamos más en el trabajo que en nuestras casas, por lo que se va formando un vínculo
distinto, una empatía que quizás pocos conocen. Falta mucho que aprender, mucho que
modificar o erradicar, pero que nunca falten las ganas de seguir formándose, de seguir
conociendo y por sobre todo del tacto positivo que podamos generar tanto en los bebés
como con las familias y su entorno.
Valeria Tapia Albornoz, Kinesióloga.
“Hay quienes luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son mejores,
otros que luchan muchos años y son muy buenos, pero hay quienes luchan toda la vida,
esos son los imprescindibles”
Bertolt Brecht
Es difícil comenzar de manera distinta este relato que no sea mencionando la palabra
“lucha”, la cual está presente día a día, de forma inherente en los pequeños pacientes
que se encuentran internados en esta particularidad unidad. Su fortaleza y coraje es
inigualable, ejemplar. Son seres de luz que a cada instante nos entregan lecciones de
vida, manteniéndonos en un continúo aprendizaje de valores, no sólo de la existencia
humana, sino además de todas las cosas sencillas que las personas obviamos y
restamos la importancia que merecen. Vivimos de forma tan acelerada que sin darnos
cuenta repentinamente nuestras prioridades cambian.
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Formo parte de un gran equipo que posee todas las competencias para desempeñarse
en una unidad de esta complejidad. Es un oasis en medio de un desierto
desesperanzador y sombrío, una isla en medio de un océano de lágrimas en el momento
en que la suerte suele abandonarnos y convertirse en una esquiva compañera de ruta.
Puedo dar fe que la dedicación y el amor forman parte de un común denominador “la
Vida”, y que la resiliencia es el estandarte que nos representa. No deja de
impresionarme todo el proceso vivido por los padres de estos pacientitos internados en
UCIN, en un comienzo invadidos por interrogantes, temores, expectativas, lo cual es
muy normal al inicio. Poco a poco y paso a paso el proceso se lleva a cabo, como todo
en la vida, al igual que un río que sigue su cauce y finalmente logra llegar al mar, la
desesperanza se convierte en esperanza, las lágrimas en sonrisas, las inseguridades y el
temor no están latentes como al principio… En fin, lo positivo y lo bueno se hace notar.
No es fácil describir la vida. Es de las cosas más difíciles, de hecho, difícil ya es vivir.
Reciban mi admiración y respeto todos quienes forman un magnífico equipo y que a
diario logran lo impensado. Que no se apague la luz de vocación y entrega de cada uno
de ustedes. No olvidemos nunca el concepto de la mirada apreciativa, la cual no sólo
condiciona la calidad del vínculo con el otro, sino también, su posibilidad de realización
y transformación. Debemos fortalecer y creer en nuestro potencial, acrecentando
nuestra confianza, la que nos impulsa a ser cada día mejores seres humanos, y de esta
forma entregar lo mejor de nosotros. Finalmente, así nuevas esperanzas afloran
tímidamente, pequeñas fuerzas escondidas en redonditos lugares de aquél pequeño ser,
se observan frágiles y débiles, pero no lo son. Al igual que las flores en capullo, hay que
darles tiempo, el necesario para que se abran completamente y dejen de ser lo que son
en ese momento, para convertirse en un perfecto ramo de fortalezas y sueños.
Claudia Zola Maturana, Técnico Paramédico.
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Nuestro viaje
comienza aquí
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El Viajero Santiago
Una experiencia de mil emociones y dentro de ella una acogida fantástica. Profesionales de
gran entrega a nuestro bebé, dando todo para sacar adelante a nuestro hijo, con la fuerza
y convicción que si se puede y que todo pasará. Te dan esas fuerzas, confianza de seguir.
Mi Santiago tuvo muchas complicaciones. Un bebé de 31 semanas nació el 27.07.2021 en el
hospital de Ovalle por una preeclampsia severa, lo cual fue trasladado
a UCI de La Serena por asfixia y muchas complicaciones muy
complejas, sólo los primeros días era visitado por su papito Iván
donde tuvo las garras de luchar. Posteriormente yo (Carmen madre
de Santi) estuve hospitalizada y conocí a mi pequeño 20 días
después, como olvidar ese día, sentí un miedo profundo de verlo
tan pequeño e indefenso pero ahí estaban los profesionales para
recibirme con ganas, y dándome la
confianza de que todo estará bien,
yo y mi familia damos gracias
Infinitas a cada uno por sacar
adelante a mi Santiago con
gran profesionalismo y sobre
todo amor incondicional a su
labor. Yo no tengo palabras
para agradecer por todo su
apoyo. Solo sé que con la
ayuda de Dios y de grandes
profesionales se puede.
Muchas infinitas bendiciones.
Familia Tabilo Vega.
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La Dulce Simona
La llegada de Simona fue el momento más lindo de
nuestras vidas, sin embargo fue de improviso y de
urgencia lo cual nos llenó como padres de miedos y
angustias. Es gracias al apoyo al equipo
multidisciplinario de UCIN desde la psicóloga
Isabel, asistente social, enfermeras, kinesiólogas,
fonoaudiólogas, tens, médicos y auxiliares de
servicio que nos dio una cálida bienvenida y
quienes estuvieron al pie de la batalla día a día
viendo la evolución de nuestra bebé .Nos dieron
el apoyo y contención en días difíciles como
también risas y alegrías en los nuevos avances
que íbamos teniendo. Agradecemos a cada uno por
su entrega, compromiso, la calidad de la atención y
cuidados de enfermería que tiene el servicio de UCIN
además del excelente buen trato por siempre dispuestos
a conversar con nosotros a escucharnos cuando se tienen tantas dudas y sobre todo por
darnos una palabra de esperanza.
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Josefa, rayo de Luz
Josefita nació de 29 semanas. No estaba familiarizada con
un parto prematuro, no podía creerlo. Fue muy difícil,
muy duro, muchos miedos, mucha ansiedad, muchas
preguntas que en ese momento no tenían respuesta.
No sabía cómo sentirme pues por un lado debía
estar fuerte para no traspasar mis miedos a mi
hija, y por el otro, el agotamiento mental y físico
de ir al hospital todos los días, todo el día, pasa
la cuenta. La pena por las tardes de dejar a mi
hija sola en la noche, sin saber si iba a tocarle
una tens cariñosa y que la tratara con cuidado, o
una enfermera que le diera contención si quedaba
con hambre o si tenía un gas. Y la angustia en las
mañanas por no saber cómo pasó la noche, si habrá
subido de peso, pidiéndole a Dios que no bajara ni un
gramo. Un día en UCIN equivalía para mí cinco días en la
vida normal, días buenos y no tan buenos, días malos. Luchaba contra esos pensamientos
oscuros teniendo presente lo que observaba a diario: mi hija se encontraba al cuidado de
personas realmente preparadas y dedicadas, con una vocación que se respiraba. Todo el
trabajo de las tens, enfermeras, médicas, fonoaudiólogas, en especial Allison. yo la llamaba
"el Ángel de la UCIN", personas como ella, comprometidas, con el amor que trataba a cada
bebé, incluso cuando le dió el alta a mi hija, ella seguía preocupada de su evolución, sigo
pensando que es un ángel, y qué suerte que los bebés de UCIN cuenten con una profesional
como ella.
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Las kinesiólogas Carla, Jahila y Valeria, ángeles que con
toda la paciencia y cuidado trataban a nuestras bebés.
Las tens Karim, Benilde, Ivana, Marcelita, Ivonne, Paty
Rodríguez, Vanesa. Y bueno casi todas, me transmitieron
paz y calma, me enseñaron los cuidados que debía darle a
mi hija aquí en casa. la enfermera María José, que mujer
más empática!
La enfermera Angélica, Roxana, las dos Veritos, Nathaly, ambas Katy, Constanza, Emma,
Paulina, Yuliana, Liset y Camila. Todas un amor, un encanto con los bebés, tiernas,
cuidadosas. No habría podido soportarlo sin el acompañamiento de la hermosa dupla, o
tripleta porque conocí a dos asistentes sociales, Tamara y Andrea, un amor las dos que me
ayudaron y apoyaron con todo lo que tenían a la mano, preocupadas, especialmente
Andrea, un ángel con un ojo biónico, observadora, me apoyó en un momento
extremadamente complicado económicamente hablando, y a Isabel, presente en cada
paso, hacia adelante y hacia atrás que daba mi Josefita, invitándome constantemente a la
reflexión, a la respiración, el paso a paso, cálida, extremadamente empática. La quiero
mucho, gracias por ese toque extra que entregan a su trabajo, que al final es más que sólo
un trabajo.
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A las personas del lactario, que hacían todo lo posible para que
el espacio de lactario fuera lo más ameno y cómodo, Francisca
y Alexandra, muy buena onda. La nutricionista Franchesca,
que mujer más tierna y comprometida, gracias por ayudar a
mi hija a subir de peso y a enseñarme cómo alimentarla. Al
tecnólogo que siempre trataba de demorarse poco para que
pudiéramos volver a entrar a las salas con nuestras bebés. A la
jefa de enfermeras Claudia que con la mejor voluntad me facilitó una
silla cómoda para ayudarme con el canguro, ya que tengo escoliosis y lo
pasé muy mal los primeros días. Al equipo médicos siempre dispuestos a resolver
dudas y en especial a la doctora Maigualida, al doctor Domingo, la doctora Ramírez y la
doctora Segura, que fue quien dió el alta a Josefa, excelente médica, gracias por todo!!
Todos estos detalles y gestos hicieron menos triste los 54 días que mi pequeña hija estuvo
hospitalizada. Gracias equipo UCIN, nunca jamás las/los olvidaré.
La valiente Antonella
Buenas tardes, comparto mi experiencia . Comenzando con la
palabra milagro. Eso es lo que representa nuestra hija para
nosotros, ella nació con tan solo 28 semanas y peso 970 gr.
Tuvieron que reanimarla cuando nació. Llegó desde Ovalle a
la UPC Neonatal de La Serena donde la recibió un equipo
con una vocación increíble que le brindó todos los cuidados
necesarios para su recuperación. Fueron 4 largos meses,
casi 3 de ellos nuestra hija estuvo conectada a ventilación
mecánica con un diagnóstico no muy alentador tuvo 9
intentos de extubación. No se entendía porque ella hacía
atelectasias recurrentes verla ahí en su cajita de cristal llena
de cables tan frágil, sin saber lo que el destino nos tenía
preparado , y sin saber si ella iba poder ganar la batalla , ha sido
lejos lo más difícil que nos ha tocado vivir. Cuando por fin se supo
su diagnóstico tampoco fue muy alentador, tenía una
traqueomalacia y una estenosis bronquial, la Dra. me dijo que
cuando se fuese de alta a casa se podría ir con una
traqueostomía. Lloré, grité de rabia, de pena, de impotencia y
me culpe, me preguntaba qué había hecho para que mi hija
estuviera pasando por todo esto. Le pedí a Dios que me
pusiera a mí en su lugar. Sentí el miedo más grande de toda
mi vida. Pero Dios es grande y a medida que pasaban los
días me fue mostrando lo guerreros y fuertes que son estos
bebés prematuros, ella soportó muchos exámenes, le
sacaron su ventilación mecánica, y de a poco dejó toda
ayuda para respirar hasta que le dieron de alta.
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Damián el Fuerte
Bueno, jamás pensé en primer lugar llegar hasta allá con
mi bebé porque tuve un buen embarazo. Llegamos allá
con mi chanchito ultra grave casi al borde de la
muerte, verlo con todas esas máquinas conectadas
es súper fuerte, pero no podemos decaer aunque
estemos recién paridas. Desde el primer día fui
acogida muy bien (analizando todo ahora
después de casi 7 meses de eso) puedo ver las
cosas con mayor claridad y de verdad allá son
un siete, desde el auxiliar de servicio hasta los
médicos las tens, psicóloga, todos. Ojalá Dios
permitiera que todo bebé que llega a la UCIN
saliera cómo salió mi chanchito. Estoy muy
agradecida de todos en ese lugar que Dios los
bendiga y mucha fuerza papitos que estén pasando
por esto, la Neo no tiene nada que envidiar al sistema
privado, están en las mejores manos.
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Pablo: Pequeño, Honrado y Protegido
Nuestro hijo Pablo nació a las 24 semanas de gestación, luego de
que a las 22 semanas tuviera ruptura premaura de membranas,
por lo que estuve hospitalizada 2 semanas.
Cuando nació escuché su llanto muy bajito y, dentro de
todo la angustia, me emocioné y me sentí feliz. Pude verlo
al día siguiente, era muy pequeñito, su mano ni siquiera
alcanzaba a tomar la punta de un dedo mío. La doctora me
dijo que habían tenido que intubarlo y que estaba con un poco
de oxígeno, además sospechaban que tenía una infección y otras
cosas, recuerdo que me dijeron que estaba grave pero estable, claro
que todo podía cambiar de forma rápida, "esto no es día a día, esto es hora
a hora". Creo que fue al tercer día que descartaron muchas de las cosas
que sospechaban y me dijeron que estaba mucho mejor, que era otra
guagüita, tan bien que hasta intentaron extubarlo, pero en un par de días
empeoró mucho, con parámetros máximos de ventilación y oxígeno, con
problemitas en su corazón, en su cabecita, infecciones... cada vez que los
médicos me contaban de su estado me
recalcaban lo grave que estaba y así
pasaban los días, días malos, en
que aparecían cosas nuevas y
días no tan malos.
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Cada vez que empeoraba aún más yo sentía ganas de
salir corriendo pero más que estar en otro lugar, yo no
quería estar en esa situación, claro que al meditarlo la
realidad era esa: nuestro hijo era prematuro extremo, con
todos los pronósticos en contra, pero aún estaba aquí y
seguía luchando, así que teníamos que cumplir nuestra
parte y estar con él, independiente del resultado.
Una doctora me dijo que viera cada día como un regalo y
así fue, cada día le agradecía que siguiera con nosotros.
El proceso estuvo lleno de incertidumbre y dudas, fuera del
cansancio, de la tristeza y de la culpa que sentía, del duelo por
un embarazo que imaginé de otra forma y que no pudo llegar al
final, de extrañar a mi otro hijo de 5 años, que sabía todo y entendió la situación a su
modo. Fue un constante enfrentamiento entre la fe y el miedo. Me sentaba al lado de
Pablito, le cantaba, le hablaba y pensaba en si todo valía la pena, si cada pinchazo y dolor
que él podía sentir conduciría a que sobreviviera (y de qué forma, si podría disfrutar su
vida) o si sería en vano, si era correcto prolongar su vida o si debíamos pensar en
desconectarlo y dejarlo ir, pero la realidad era que él seguía luchando, que era una
batalla que no había terminado.
Un día llegué y, a pesar de todo el apoyo que tenía, saturaba muy mal, la doctora me dijo
que ya no podían hacer nada. Sentí que se cayó mi mundo. Después de eso la doctora me
habló de un protocolo que podía ayudarlo pero que tenía riesgo neurológico, hablé con mi
marido y decidimos dar nuestro consentimiento porque era la única opción, lo hicieron y no
hubo un gran repunte en su función pulmonar pero el resultado sí sirvió para darle más
tiempo.
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Intentaron varias formas para sacarlo de
la ventilación en que estaba y disminuir su
requerimiento de oxígeno, incluso pidieron
sugerencias a un médico de Santiago,
nunca se rindieron y, gracias a eso, finalmente,
lograron extubarlo. Después de eso pasó de la UCIN
a la UTI, a los 73 días de nacido.
En la UTI comenzó otra etapa, más terapias con Fonoaudióloga y
Kinesióloga, comenzó a tomar mamadera, lo empezaron a vestir
completo, pasó de incubadora a cuna y yo podía mudarlo y tomarlo en
brazos cuando quisiera, empezó a subir de peso rápidamente y su
estado general mejoró bastante, su corazoncito mejoró (cerró su
ductus), los daños en su cabecita fueron en regresión, le hicieron cirugía
láser en sus ojitos y salió todo bien y su audición estaba bien. Cada día a
las 19:00 hrs me despedía de él y me iba, me costaba dejarlo pero veía el
cariño que el personal le daba, eso me tranquilizaba y me consolaba.
Posteriormente pasó a la UTI 2, sólo faltaba que tomara toda la
mamadera para poder sacarle la sonda orogástrica y que lo operaran
de la hernia inguinal que tenía, lo que no demoró mucho.
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Cariñosa y tierna Cristina.
Mi pequeña desde el momento de su nacimiento fue
atendida por los especialistas en la sala de ucin, siendo
prematura de 36 semanas y sufriendo de enterocolitis
por la cual su colón se adelgazo y endureció, no
permitiendo su buen funcionamiento. Cristina fue
muy bien atendida por todo el equipo desde
enfermeras, doctores especialistas, kinesióloga,
fonoaudióloga, psicóloga, hasta cirujano. Siempre
muy atentos a sus necesidades y desarrollo con un
gran cariño, no sólo a mi Cristina, también me
brindaron apoyo moral como mamá, donde jugó un
papel muy importante la psicóloga y todo el grupo
de médicos de ucin sin dejar de lado el apoyo por
parte del hospital y asistente social para recibir
estadía y alimento. Seguimos asistiendo a nuestras
consultas y agradecida con todo el apoyo y cariño
durante ese duro proceso.
Felicidades a estos GRANDES HÉROES y Muchísimas GRACIAS.
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Ángel, un sobreviviente.
Mi héroe.
Una vez recibí un dolor inexplicable tome un taxi y pase al
hospital, sentía que me moría mientras iba por el camino le
suplicaba a Dios que me cuide y me acompañe. Cuando
llegué al hospital me dieron la noticia que estaba
embarazada de 23 semanas más 3 días y el bebé quería
nacer, en medio de tantos me sentía muy confundida
eran demasiadas noticias para mí ,gracias a Dios con
la ayuda del equipo de la salud lograron tener una
semana más . El lunes 19 de julio, a las 10:12 pm nace mi
héroe al que llame Ángel F.Saavedra Laza, con 24
semanas de 662 gramos, nació por cesaría de urgencia
por dilatación completa al nacer se encontraba
deprimido, recibió apoyo con VPP y masaje cardiaco, con
respuesta lenta desde el punto de vista respiratorio, recuperó
la respiración espontánea pero nuevamente se deprimió, por lo que entonces decidieron
intubar. Por lo pequeñito que era fue bajando de peso recuerdo cuando tenía menos de 500
gramos eran tan pequeñito tan indefenso, recuerdo que yo iba a verlo y cada vez que yo
llegaba y se me acercaban los médicos mis rodillas me temblaban aterrada de miedo, por
más fuerte que aparentaba ser, mi corazón estaba destrozado sin saber qué hacer.
Pasando los días mi Angelito se debilitaba haciendo apneas terribles, más bien pensé que
en unas de esas lo podía perder porque hasta el corazón se quiso detener. Los días iban
pasando, habían días que estaba bien ,otros días muy mal muy grave es ahí donde yo le
pedía a Jehová con mucha fe que me diera la oportunidad de ser madre porque yo estaba
dispuesta a cuidarlo, a protegerlo, a educarlo solo que me diera las fuerzas para hacerlo y
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trabajo a su padre para que nada le falte. Ya tomaba de costumbre ir al
hospital sentía que era como mi casa, la verdad le doy tantas gracias al
equipo los doctores ,enfermeras ,tens psicóloga ,fonoaudióloga ,
Kinesiólogas y el equipo del lactario para mi bebé ,y a todo el resto que
atendieron a mi niño , la verdad me sentía muy identificada ahí, cada día
sentía más y más apoyo.
Mi bebé fue creciendo tomando fuerzas pero con sus problemitas de salud varios órganos
estaban muy comprometidos debido a su inmadurez ,el corazón ,los riñones, los pulmones,
sus ojos , conectado por mucho tiempo al oxígeno, 108 días hospitalizado hasta unos 20
días más en la casa. Para mi cada día habían malas noticias, pero lo más terrible fue
escuchar que Ángel tenía microcefalia, cuando me dieron la noticia pensé que el mundo se
me venía encima y lo peor que pude hacer fue buscar imágenes por internet les digo que
eso me volvió loca sentía que todos los días me daba taquicardia, yo no dormía, no era yo,
me aterraba saber que él estaba tan mal. Dios siempre tiene cosas buenas y yo siempre
confié en él, le pedía con fe y al parecer escuchó mis súplicas. Hoy en día Ángel es un bebé
sano, cada uno de sus órganos están bien, al menos todo está marchando bien ,excepto
está con una hipoacusia moderada bilateral debido a su inmadurez. Después de no tener
mucha probabilidad de vida hoy mi bebé tiene 9 meses cronológicos y 5 meses corregidos
y es un niño feliz las veces que se despierta con su sonrisa me da fuerzas y motivos para
salir adelante.
Creer en Dios es lo mejor que me ha pasado, aferrarme a la fe y a la esperanza de que si se
puede, hoy puede ser un mal día pero mañana es recompensado!!!!
Ese es mi príncipe Ángel, mi muñeco apreciado.
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Mi vida antes de él cómo extranjera y negra pues era muy pretenciosa,
siempre arreglada con mi pelo impecable, actualizada en la moda y mi
hobby era ir a la tienda y comprar zapatos, hoy en día me río a
carcajadas porque todo cambio en el momento que me dieron la noticia
que iba ser madre. En realidad lo único que deseaba era darle mi vida
a ese angelito que luchaba por su vida.
En realidad a veces me olvidaba que existía un cepillo de pelo, mi mejor
y más apreciado peinado era una cola recogida que casi me llegaba a la
frente yo misma lo apodé el moño Lety, es que ya había una persona que
esperaba por mí en la UCIN. Cada día me sentía tan acogida con ese lugar con
las personas que trabajan ahí todo el personal llegué a admirar el trabajo
que hacían porque con dedicación y esfuerzo luchaban por cada bebé
para sacarlo adelante, yo visualizaba todo.
Nunca deje de sentir miedo, recuerdo que me acerque a la
psicóloga le pregunté si existía una Virgen para ir a orar, ella
amablemente me llevó hasta ahí ,la verdad me sentí muy
agradecida con ella porque eso era lo que yo necesitaba tener un lugar
donde orar ,llorar y hasta reírme con los videos que le hacía a mi niño. La verdad no sé
dónde he sacado tantas fuerzas, mi caso era terrible complicado prácticamente sola en el
país. A veces cuestionaba a Dios ,le preguntaba “por qué tantas pruebas mi Dios”. Quizá
nadie me entienda pero yo sentía una presencia muy fuerte cada momento que oraba , es
ahí donde día tras día conocía personas, veía varias mamitas llorando ,muy tristes
desoladas y yo las invitaba a orar, yo quizá con más problemas que todas pues las
escuchaba las aconsejaba y les decía confía en Dios que todo va a estar bien. A veces ellas
llegaban y me guardaban mi lugar mi silla, la verdad me sentía bien haciendo el bien ahí.
Después ya no éramos sólo las mamitas, se estaban acercando el personal del hospital,
éramos un grupo grande. La verdad no sé, de repente me volví consejera, pues le
aconsejaba que vinieran a ver a sus hijos les decía que la presencia nuestra hacía ellos les
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aportaba las fuerzas necesarias para poder desarrollarse, la verdad yo era
feliz en ese lugar ,estar de lunes a lunes ahí con mi hijo me hacía bien ,era
lo único que deseaba estar ahí ,estar pendiente a cada procedimiento me
llenaba de vida porque sé que él iba a estar bien.
Yo con el Ángel tenía conversaciones, le acariciaba, le tomaba las manos, los
pies y para que me identificara mientras le daba de comer le acariciaba un pies,
se portaba mal tenía su genio a pesar de lo pequeño que era, pero yo lo observaba y le
decía Ángel aun así te amo. Dentro de tantas tristezas también había alegría, bastante
miedo pero no hay nada mejor que dejar todo en manos de Dios.
Hoy en día mi Ángel nunca fue operado de los ojos, riñones, los pulmones y sus demás
órganos están bien ,su cabeza está creciendo.
Fuimos candidatos de la Teletón debido a su hipertonía de prematuro, a pesar de ser un
instituto que nos queda súper lejos gracias a Dios llegamos súper temprano dos veces por
semanas para la terapia con kinesiología y la verdad ha sido de gran ayuda, porque se ha
notado el cambio, está mucho más organizado mi niño. En realidad he visto que las
dedicaciones y el esfuerzo han valido la pena. Muchas veces nos pasan situaciones que se
vuelven testimonios y la verdad éste es mi testimonio: no hay nada que con amor no pueda
ser, siempre fueron mis palabras “toma nuestras vidas, oh Señor Acércate a nosotros, oh
Señor. El Señor es mi pastor”.
Tengo tantas cosas que contar que les juro que sólo con Ángel llenaría muchas páginas es
una historia tan larga, triste pero bonita. Sé que hay muchas mamitas atravesando por los
mismos problemas peores o parecidos al mío, sé que existe una lágrima en cada uno de sus
bellos rostros y eso es bueno, llorar, es lo que nos ayuda a sentirnos bien, al menos fue mi
caso.
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Mientras el tiempo iba pasando yo adquirí ciertas
costumbres y una de ellas fue leer, la verdad nunca tenía
esa costumbre para mí leer era muy aburrido pero les
cuento que me ayudó bastante porque yo realmente no
sabía qué hacer.
Mi consejo como madre: si estás atravesando por días
difíciles cree en Dios aférrate a él, cree en ti y en tu
pequeño ,nunca dejes de visitarlo ,háblale, cántale ,dile lo
mucho que lo amas porque si está cerca de Dios él va a vivir,
porque con la ayuda de los médicos y todo el equipo ,él va a
estar bien ,deposita confianza en los médicos jamás te alteres
con ellos y verás que todo va estar bien. Al final ya verás que te
sentirás como en tu casa.
Cuando nos tocó irnos a casa, yo lloré porque me sentía tan bien ahí que no quería irme,
parece de locos pero así fue, a pesar de querer estar en casa con mi pequeño héroe y
disfrutarlo como hasta ahora lo he disfrutado.
A ti que estás leyendo estos párrafos te digo te deseo lo mejor con tu niño (a). Ten fuerza
mujer ustedes pueden lograrlo, ten fe en tu bebé y en ti que todo saldrá bien. Dios esté
siempre con ustedes. Un fuerte abrazo.
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Agradecimientos
En primer lugar agradecemos a todas las familias que
colaboraron con sus relatos y fotografías.
Además, fue fundamental el apoyo del Club de Leones de
La Serena para llevar a cabo este maravilloso proyecto.
Y finalmente agradecemos al Hospital de La Serena San
Juan de Dios por facilitar la difusión de la publicación.
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