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CRISALIDA

POEMARIO SELMA CE

POEMARIO
SELMA CE

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C R I S A L I D A

S E L M A C E



P O E S Í A

E D I C I O N D I G I T A L 2 1 D I C I E M B R E 2 0 2 2


C R I S A L I D A

S E L M A C E


A T I

A M I

A N O S O T R A S

" E n l a v i d a d e t o d o j o v e n h a y

u n a " S e l m a " , q u e s ú b i t a m e n t e

s e l e a p a r e c e e n l a p r i m a v e r a

d e l a v i d a , q u e t r a n s f o r m a s u

s o l e d a d e n m o m e n t o s f e l i c e s ,

y q u e l l e n a e l s i l e n c i o d e s u s

n o c h e s c o n m ú s i c a . "

A l a s R o t a s / G i b r a n ( 1 9 1 2 )



MATERNAR DESDE LA TERNURA

Manifiesto

Arrójate

Hay un país de arañas más allá del vientre

Debajo de tus pasos hay algo que se gestó para sostenerte

Eres tú quien rompe el cascaron e inaugura el hechizo

Tu te trajiste aquí con las manos hacia el frente y de cuerpo entero

Completa te pariste a ti misma bajo el recurso ilimitado de la vida

La vibración te alcanzó y emergiste buscando la luz

No la rechaces.

Arrúllala como cuando cantabas hace siglos entre los arboles

solo para que la abrazara el viento

Tararea obscuridad para no olvidar el origen

Que la cumbre no extirpe la cueva ni todas las bestias que has sido

Mamífera de la especie ternura.

De la obscuridad hacia la luz

y de luz a la obscuridad

Eres el cordón umbilical que armoniza el puente contigo misma

Escúchate

En tus pasos están las huellas y en ellas el camino

Tendrás que estar dispuesta a medirte las garras

A crecerte la melena

A desatar la furia y la calma

A aprender del fuego y el tiempo.

M A T E R N A R D E S D E L A T E R N U R A


Tendrás que ser una larva

antes de ser crisálida con el incendio de ser mariposa

Cachorra corazón de niña que no para de vulnerarse

sencillamente porque disfruta celebrar y reírse

Abrirse a la magia de la incertidumbre

y hermanarse al misterio como el caracol a su concha.

Hermosa contradicción parirse y no soltarse

Sostener y no retener

Apoyar y no recargar.

Ser a la vez nuestra propia casa y campo.

Reconoce tus dientes en el hambre

Asume el poder de la autogestión

heredado de las plantas sagradas

Cada error es una oportunidad histórica

para ensayar nuevas formas de ternura.

Que el terror no alcance tu memoria

De elefante no solo tienes la piel

si no tambien la escopeta en tu contra

Confía en ti

En la naturaleza exacta preparada para

aterrizar con suavidad cada bala

y soltarla con gozo.

.

M A T E R N A R D E S D E L A T E R N U R A


M A T E R N A R D E S D E L A T E R N U R A

Suelta desnuda el grito entre la multitud

El portal que te devuelve al vientre

se llama voz

Viene de la boca

En nosotras la palabra precisa que acaricia como un rugido

los límites de la manada

Que en esa libertad lo único que se escape

sea el ansia de volver

No hay porque si todo lo que necesitamos

camina a lado nuestro

Caminamos juntas

Crecemos juntas.

Aprende lo necesario para hacerlo con lúcida alegría

No como rito Si como posibilidad

Nadie sabe cómo hacerlo Afortunadamente

La danza de esa caída es un regalo constante

Juega con esa chispa como el faro de esta travesía

Navega en el columpio de las parteras

con la paz

de saber que en este cuerpo

no se agotará la herida por donde damos vida.


C R I S A L I D A ( I )

I

No te pondré nombre, nisiquiera apellido,

nunca serás de mi propiedad.

Este encuentro es más antiguo que familiar,

antes de que pudiese decir la primera palabra ya me habías enseñado a

rugir,

a arrastrarme lejos y lento como los cocodrilos,

antes de que los linajes tuvieran jerarquías

ya poníamos huevos.

Te reconozco desde ese entonces,

desde ese antes del antes.

Antes de que nuestras manos rupestres acariciaran piedras,

antes inclusive de que nos brotaran las manos como brota el llanto

despues de una carcajada.

Te reconozco desde el olfato,

a ciegas.

Soy la intrusa en tu cuerpo,

la lengua en tu canto,

la sonrisa en tu desfile de mordidas.

Soy la que puede nombrarte

y por ello

no te pondré nombre.

Dejaré que sean tus símbolos quienes me liberen de la correa.


C R I S A L I D A ( I I )

II

En sueños el exceso se anuncia como una catapulta,

fuerza arrasadora de hurakanes,

tan silente como lo invisible.

Dificil gestar en lo ya olvidado,

imposible anidar en un árbol caído.

Hay días en que aumenta el hambre como si la muerte fuera a

venir,

porque si viene,

porque la anestesia impide doler lo que sangra,

en el cerrar los ojos para omitir la mirada hay algo que se pudre,

sin la sombra del sol una raíz no emerge,

se estampa como búfalo blanco en su propia semilla

y se vuelve a podrir.

Exceso de luz o exceso de agua,

exceso de uno o exceso de dos,

exceso de algo que impide imaginar que puede haber tres,

que hay tres,

que tal vez exista un sitio en el que la semilla emerge

como árbol para un nido.

Un tres que sea tal vez,

como dos calles que se encuentran en una esquina

y forman una avenida,

porque lo que importa

es lo común

parido desde la diferencia.


C R I S A L I D A ( I I I )

III

Hay una oración que lleva mi nombre

y en ella se pide por el sol.

Se pide por la forma en que resuena el eco de las montañas,

con el grito humano.

Se pide por la anulación del tiempo

y el sonido de las cascadas entregándose al mar.

Se pide por el rito sagrado del perdón

y la sanación de su desgarre.

Se pide sin culpa, sin vergüenza.

Se pide como quien exige, reclama.

Se pide como quien desea recibir,

se pide con los brazos abiertos.

Una oración que lleva mi nombre

tambien lleva el tuyo.

Lleva miel en las costillas,

lleva luz de luna desde las galaxias hasta nuestra saliva desnuda.

Lleva tu elemento en alquimia sobre el mío,

una avalancha que es aguacero fresco,

incendio

suspiro

ternura,

Una oración que lleva en el gemido la plegaria.


C R I S A L I D A ( I I I )

Que del amor no se olvide el deseo,

ni del apetito feroz para contradecir cualquier certeza.

Que del amor no se olvide el deseo

como se olvida el origen.

Que en cada oportunidad de decir se nos quiebre el

alma,

como se quiebran las máscaras viejas,

como se abren las crisálidas en su tiempo.

La voz que se agota lamiendo heridas

nunca sacara su lengua de la propia piel.

Los ojos que se agotan observando el fuego

nunca sacaran su visión de la luz.

Los dientes que se agotan tallando colmillos en la sangre

nunca saciaran su hambre.

Las garras que se agotan coronándose en batallas

nunca conocerán el filo de la ternura.

Que el amor vuelva al deseo,

como el horizonte a la oscuridad,

que no se olvide las ganas de partir en dos la noche

y dividir en rezos

el único sitio posible

en el que no se extingue la palabra sol.


C R I S A L I D A ( I V )

IV

Santísima Virgen del Deseo

Santísima Virgen del Sol Negro

Santísima Virgen de las Luciérnagas

Con tu poder divinisimo invoco la claridad difusa,

siempre bendita y necesaria para cualquier camino.

Agradecida con el caos antes del universo

y a la tierra arada antes de la cosecha.

Agradecida una vez más

a la Santísima Virgen de la Impermanencia,

tornado

terremoto

vulnerabilidad,

siempre bendita,

siempre necesaria

especie única de divinidad

que busca arrancar la voluntad de los pies,

Santísima Virgen

que busca continuar.


C R I S A L I D A ( V )

V

Mi problema es todo el tiempo querer más.

Amar más,

desear más,

crecer más,

agonizar más.

Más

nunca más.

Todo el tiempo me invade el exceso.

Aroma en el paladar,

la misma necesidad de mi lengua por saborear agridulce

en la punta.

Es exactamente ese vacío quien genera ese exceso.

Exceso de aquí, de presente.

Exceso de lucidez para la vida.

Exceso de mí.

Exceso de colectivo comunidad, comunitario

In Lak’ech

Palabras sagradas resonando en cada objeto con alas

o con muerte

o con algún otro exceso silencioso

que me asuste de mi propia voz.


C R I S A L I D A ( V I )

VI

Te amo

y solo vine a decir eso.

Vengo a ronronear cada palabra más allá del vértigo.

Te amo y solo vine a disfrutar la avalancha cuando el

eco rompa el hielo,

te amo de la forma más autentica anterior anticuada

antimateria,

llamado tambien corazón-espíritu–rebelde

que no se conforma con el acto de ronronear,

un amor de manada, una miel de colmena

un laberinto de oro en el que siempre se quiere más,

y yo te amo así,

con esta insuficiencia de ferocidad y pelos bestia,

te amo desde el sitio en que puedo mirarte y sostenerme,

te amo de cualquier forma en la que no pueda romperte.

Te amo como te amé hace dos vidas,

en el furor de la palabra adiós,,

en la comodidad de tu ausencia,

y es que me atrevo a escribir sobre el amor

porque nadie delata los ritos iniciales para este sacrificio,

me importa hablar de sus vicios y caminos

me importa desmontar cada ladrillo y desaparecer la

torre

me importa subrayar que despues de un siglo

te amo

y solo vine a decir eso.


C R I S A L I D A ( V I I )

VII

Voy a ciegas

tentando el brillo con tu obscuridad,

sacudiéndome la luz voy despues de tu inmensa mirada.

Voy a ciegas

soltándote en el rastro,

omitiendo la palabra persecución

abalanzándome en cada esquina.

Veloz y virulento es esto que no se transforma

solo trasgrede,

no empatiza en el dominio a aquello que nos hizo volar

alguna vez.

Voy a ciegas con las manos al frente,

voy a ciegas en este inmenso barco,

voy detrás de esta tormenta

inundándome de tu inmensa mirada,

a ciegas voy,

a ofrecer mi corazón.


C R I S A L I D A ( V I I I )

VIII

Desconozco los niveles de la renuncia,

desconozco sus tableros,

sus juegos,

las alfombras,

los cuchillos.

Desconozco su casa y su rostro.

Tantas veces me he preguntado si soy yo quien deba

parirla,

extirpar el impulso que me invita a huir,

esa misma fuerza que me invita a llorrar los viernes doble

erre,

un impulso que me obliga a quedarme mullida como

gatita,

envuelta como semáforo a la izquierda,

latiendo a velocidad de tarde,

barriendo la calle con mi silencio

y escribiendo una nota en azul celeste

para ti

que te recuerde que

no soy tu enemiga.


C R I S A L I D A ( I X )

IX

Dices que debería de dejar de hablar de RABIA

y comenzar a hablar de HAMBRE.

Explícame entonces la operación para sacrificar este

vicio de volverme

anímala bestia transeúnte,

con la mirada de fuera y los ojos al centro.

Cómo se supone que deba de volver a un estado enfermo

que es no vulnerarme,

no asombrarse al mirar los gritos del acantilado,

no vibrar con los escalofríos en la nuca

no revivir la herida ancestral de parirse sola

y sola sacarse los dientes

y sola acompañarse a tender el lazo cósmico

en la ceiba mas grande de la vida

y sola abrir los ojos

y sola descubrir que

no estaba sola.

Dices que debería de comenzar a hablar de hambre,

lo hago hace milenios

y no lo hago sola,

nunca lo hice sola.


C R I S A L I D A ( X )

X

Pido por la restauración de mi fe,

pido por la ausencia de mi ego,

pido por vocablos absolutos como

miseria

o

adiós

Pido por puertas abiertas y mesa llena.

Pido por escribir cada vez

con menos

palabras.

Pido por recitarte cuando me mires,

por abalanzarme feroz sobre tu ombligo

a la menor provocación.

Pido por la célula brava

roja y bendita,

pido saciarme de mi

para volver a mí.

Solo eso pido.


C R I S A L I D A ( X I )

XI

Abrir la ventana de la vulnerabilidad,

ser aún más frágil,

ser aún de viento,

ser una estrella aún sin ser cometa.

ser una discreción de la naturaleza

aparentemente quieta,

calmada y vibrante,

ser de alas

ser de vuelo

ser simétrica al abismo,

crisálida despues de ser larva

antes de ser mariposa.

Invierno antes de ser primavera despues de ser otoño

ahora siendo ninfa,

flor bajo el hielo que respira como respiran las

galaxias ante tanto llanto,

presencia divina,

agua milagrosa.

Ser de nido

antes de

Ser de vuelo.


C R I S A L I D A ( X I I )

XII

Hoy aparecí nuevamente buscando un punto fijo en

mí,

una porción no diluida,

una especie de algo que no se digiere en el hambre

y no se amalgama de forma toxica.

Una sinfonía en forma de cancha o avenida.

Suburbio. Metrobús.

La luna entrando por mi ventana en forma de pez,

mi retina jugando a la piscina,

un amasijo de cables cruzando a todas partes,

amasijo sin border

amasijo de todas partes.

Busco un fragmento

una completud

una falta.

Busco la huella de la estampida

que me arrebató

de esta habitación

que soy yo.


C R I S A L I D A ( X I I I )

XIII

Hay un bálsamo que viaja por la ciudad

como si se tratase de un desierto.

Soy la red que teje la araña,

soy la araña

hija del sol,

la divinidad vive en mi

así como vive la violencia.

Yo no tengo nada que perdonarte

perdónate tú.

Si no eres capaz de utilizar tu propio aullido

para volver a casa

entonces si estas perdida,

la orfandad es tan absoluta que se vuelve cruel,

densa,

es un bosque de noche desnuda.

Perdónate tú

que si no eres capaz de encontrar en el hálito un

rugido

que suene a basta, dignidad radical

a esa trampa

entonces si estas desnuda,

entonces si existe la noche

y nisiquiera puedes ver el bosque

Yo no tengo nada que perdonarte,

el autoexilio es una voluntad


C R I S A L I D A ( X I I I )

perdónate tú

que necesitarás eso

para hacerte amiga de la noche

cuéntale tú

todos los gritos que en el temor omitiste

cuéntale todos tus secretos,

muéstrale que debajo de toda tu desnudes

aún

hay capas que quitar,

dile que te perdonaste tú

porque yo no te tengo nada que perdonar

háblale tú

y dile que en todos tus errores has sido tú,

muéstrale tus uñas perforadas por los años

las garras de carne y hueso

asume que eres tú

quien inicia esa conversación

quien la termina

porque para salir del bosque

es importante volver al punto de partida

un extraño bálsamo en la ciudad,

es un aullido que camina.


C R I S A L I D A ( X I V )

XIV

Siempre supe que tanta luz

no podría ser para siempre.


SILENCIO

Manifiesto Invierno p1

Es el día más corto del año y es azul

suena de fondo lo que es profundo,

el mar y la tristeza,

con ese blues de fondo

recorro la playa para devolver las piedras al mar,

pido deseos que se hunden con su propio peso

pero nunca pregunto por tu hora de nacimiento.

Se lo que debo de saber,

que ese día el sol cedió su luz por la tuya

y se te metieron unos jardines en los ojos,

dos arroyos de agua dulce para el té con la reina

y el invierno con su perpetuo silencio poniendo la mesa.

No quiero sentarme a observar como se derrite el hielo junto al oro,

quiero aprender a amarte como lo hacen las ballenas

entre arrullos y con mis manos bajo la arena

amarte con el alma liquida,

amarte con espíritu salvaje

amarte en esta vida

amarte.

M A N I F I E S T O I N V I E R N O



C R I S A L I D A

S E L M A C E

I L U S T R A C I O N E S

A S H L E Y B L A N T O N

H T T P S : / / W W W . E S C A P E I N T O L I F E . C O M / A R T I S T - W A T C H / A S H L E Y - B L A N T O N /


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