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Impreso martes 7 febrero 2023

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El Nacional<br />

Mar tes 7 de Fe b re ro de <strong>2023</strong><br />

Opinión 11<br />

CO N V E RG E N C I A<br />

Efraim Castillo<br />

ef ra i m ca st i l l o @ g m a i l . co m<br />

José Antonio Torres<br />

j os eto r res 6 0 @ h ot m a i l . co m<br />

Manuel Fermín<br />

m fe r m i n d i l o n e @ g m a i l . co m<br />

Pasado el frenesí del triunfo en<br />

2020, el tiempo recorrido ha servido<br />

para desvelar al país una<br />

verdadera obra maestra en el estilo<br />

de gobernar una nación con muchísimos<br />

problemas: ¡besos,abrazos y promesas<br />

y, vaya, repartir dinero a borbotones!<br />

Después de 30 meses de dirigir los destinos<br />

nacionales asistimos al portento de la<br />

“creación de una nueva República Dom<br />

i n i c a n a”, pero no con textos bíblicos, sino<br />

con la comunicación directa y abundante<br />

con sus clientes, perdón, los dominicanos.<br />

Ese esfuerzo ha permitido crearse todo<br />

un mercado de simpatizantes gracias al<br />

gusto de la improvisación y las promesas.<br />

Asimismo, ha transcurrido el tiempo de<br />

Belén y Constanza (1964)<br />

Mis ojos, al abrirse, tropezaron<br />

con la imagen de Belén recortada<br />

por el resplandor del<br />

atardecer y por delgados hilos<br />

de llovizna.<br />

— ¡Ah, Belén! —le dije, sorprendido—.<br />

¡Qué bueno volver a verte!<br />

—Esta noche lloverá a cántaros —me<br />

confió, sentándose a mi lado—. ¿Te gustaría<br />

caminar bajo esta «jarina»?<br />

Su pregunta me dejó perplejo, pero acepté.<br />

—Sí, Belén, caminemos.<br />

Poniéndonos de pie, caminamos hacia la<br />

parte norte de Constanza, hacia la loma que<br />

Belén llamó «El Gajo», narrándome que<br />

algunos constanceros la utilizaban para<br />

lanzar desperdicios y otros en un refugio<br />

para satisfacer necesidades amorosas.<br />

Constanza nacía desde esta loma y se<br />

extendía hacia el aeropuerto militar por el<br />

oeste y hacia «Las Auyamas» por el sur. El<br />

sol estaba ocultándose y las puertas de las<br />

casas, con ligeras excepciones, se cerraban<br />

unas tras otras. En la falda de la loma, Belén<br />

emprendió un ascenso en carrera y me<br />

resultó imposible alcanzarla por más esfuerzos<br />

que hice. A media colina, se abrazó<br />

a un pino y gritó al viento:<br />

—Ahí están las montañas, Andrés Larancuent.<br />

¡Míralas! ¡Mira las alturas!<br />

—Sí —grité a Belén—, las veo.<br />

Entonces Belén, como poseída, corrió<br />

entre los pinos y gritó a los cuatro vientos:<br />

—¡Que no te aturdan las montañas; que<br />

no te den vértigo; que no produzcan en ti la<br />

sensación de un ahogo inverosímil! ¡Oh, no<br />

te desconciertes, Andrés, que la turbación<br />

ante la grandeza es cosa de ineptos! ¡Vibra,<br />

emociónate, saca reservas de tu coraje y<br />

ármate de inspiración ante la magnificencia<br />

y espesura del bosque! ¡Que se<br />

despierten los cantos ocultos con el sonido<br />

del misterio! ¡Estás en Constanza, estás<br />

entre la altura y la fertilidad abiertas, entre<br />

el trepidar de la esperanza y la vida que se<br />

a b re !<br />

Definitivamente, Belén recitaba, y cuando<br />

se abrazó al tronco de otro pino lucía como<br />

una frágil muchacha ocultándose de la<br />

realidad. Luego, al callar, me miró; me miró<br />

con sus ojos oscuros y me sonrió, abriendo<br />

la boca despacio y preguntándome:<br />

—¿Te gustó?<br />

El ejercicio ético<br />

Voy a hablarles de tres cosas básicas.<br />

Estas cosas son simples,<br />

pero ponerlas en práctica de una<br />

manera seria y profesional, al<br />

calor del ejercicio del periodismo en una<br />

campaña presidencial, no es simple.<br />

Para los periodistas que ejercen este oficio<br />

con pasión no debe haber nada más importante<br />

que la ética en medio de un<br />

proceso electoral. En República Dominicana<br />

tenemos dos a la vuelta de la esquina.<br />

Jamás debemos perder de vista, que a<br />

pesar del crecimiento de las redes sociales y<br />

surgimiento de los "periodistas ciudadanos",<br />

la credibilidad sigue siendo la principal<br />

arma de un buen reportero.<br />

Un periodista que pone en peligro esa<br />

credibilidad no sirve ni a la sociedad ni a su<br />

profesión. La credibilidad se construye sobre<br />

muchas cosas. De ellas, una de las más<br />

importantes es la percepción.<br />

Si las personas perciben que hemos perdido<br />

la credibilidad, de hecho la hemos<br />

perdido. Por lo tanto, los periodistas, como<br />

la esposa del César, debemos evitar incluso<br />

que los demás tengan la percepción de que<br />

algo se está haciendo mal.<br />

Siempre habrá excusas para violar los<br />

parámetros éticos establecidos por periodistas<br />

que con su ejercicio, y a través de<br />

décadas de sacrificios e incluso ofrendado<br />

Abinader: ¡besos y abrazos!<br />

—Sí —le dije—, me gustó lo que gritaste al<br />

bosque. ¿Es un poema?<br />

—Sí, lo escribí para ti esta mañana, porque<br />

durante el viaje desde Casabito observé<br />

tu temor a las alturas, tu incertidumbre ante<br />

lo desconocido.<br />

Sin poder ocultar mi asombro, pregunté a<br />

Belén :<br />

—¿Me lo dedicaste?<br />

—Sí, es para ti.<br />

—¡Ah, gracias, Belén! —Entonces me acerqué<br />

a ella y la abracé fuerte.<br />

La llovizna, esa «jarina» leve, flotante como<br />

puntos de rocío, nos había empapado,<br />

haciendo que brotaran en mí locos deseos<br />

de protegerla, e impulsado por esa emoción,<br />

la besé suavemente en los labios.<br />

—¡Oh, Andrés! —me susurró.<br />

Entonces, quité de su cabeza la caperuza y<br />

sus cabellos negros y sedosos se levantaron<br />

con la misma brisa fría que recorría el valle;<br />

la misma brisa que se deslizaba por las<br />

calles y se acunaba entre los galpones<br />

atiborrados de ajo recién cortado.<br />

(Fragmento del Capítulo 18 de mi novela<br />

«Guerrilla nuestra de cada día»,<br />

1964-2002).<br />

vidas nos han mostrado con claridad cuál<br />

debe ser nuestro papel en la sociedad.<br />

Es preciso que nos demos cuenta de que<br />

ponemos nuestra credibilidad en peligro<br />

cuando cometemos cualquier tipo de violación<br />

ética, ya sea pequeña o grande. Un<br />

reportero que recibe dinero de un candidato<br />

o de un partido es inútil para la sociedad,<br />

para sí mismo y para su medio de prensa.<br />

Los periodistas dominicanos siempre estamos<br />

en una especie de cuerda floja cuando<br />

tenemos que cumplir campañas electorales,<br />

dados los intereses que se juegan y<br />

que a veces chocan con los nuestros de<br />

manera personal o con los de los propietarios<br />

de los medios donde trabajamos.<br />

gobierno entre el elitismo y el glamour,<br />

con fuerte olor a oligarquía como le<br />

reprochan algunos disidentes que han<br />

ido alejándose del modelo, según confiesan,<br />

por lo desastroso para las “b a s e s”<br />

del partido, “olvidadas y despreciadas<br />

por los que detentan el poder”. Las diferencias<br />

entre ambas corrientes parecen<br />

insalvables.<br />

La verdad que la abundancia de movilidad<br />

del presidente Abinader le ha ganado simpatías<br />

en sectores que aplauden el gesto<br />

populista del beso y el abrazo, y la dádiva, y<br />

más cuando se sabe que abrazar un Presidente<br />

de la Republica lo interpretan como<br />

un “soplo divino” y se olvidan del malestar<br />

social que les agobia. Ahora bien, generalmente<br />

estos “baños de pueblo” des -<br />

gastan al Gobierno porque amplios sectores<br />

lo reprueban porque esconden sus<br />

errores y deficiencias de inversión pública,<br />

bajar el precio de los combustibles, alimentos,<br />

medicamentos y servicios para<br />

que la gente sienta algún alivio. De no<br />

lograrse este aliento, estas dificultades prometen<br />

convertir en un calvario el año <strong>2023</strong>;<br />

y todavía más dramático por ser un año<br />

pre-electoral. Pésima señal es que el PRM<br />

apela a la búsqueda de votantes que resulta<br />

difícil de entender cuando el Gobierno<br />

parece una empresa partidaria, con militantes<br />

bien pagados, fidelizados con tarjetas,<br />

seguro médico y planes de pens<br />

i o n e s.<br />

Pedro Pablo<br />

Ye r m e n os<br />

p pye r m e n os @ g m a i l . co m<br />

Triste guerra<br />

Desde su adolescencia, resaltaba<br />

su coraje, proactividad y sus<br />

ganas de salir adelante y forjarse<br />

un futuro promisorio. Tan<br />

temprano como en aquella dinámica juventud,<br />

se inició en las bregas laborales y<br />

empezó, como buena emprendedora, a<br />

desarrollar pequeños negocios que fueron<br />

el pilar inicial de un patrimonio que<br />

llegó a ser importante.<br />

Como muchos de su generación, optó<br />

por emigrar a Estados Unidos, al considerar<br />

que aquel imán efectivo para<br />

atraer soñadores, era el escenario ideal<br />

para poner en marcha ambiciosos planes<br />

que, con efervescente ebullición, merodeaban<br />

por su mente creativa. Así ocurrió.<br />

Asumiendo sacrificios extremos y trabajando<br />

jornadas extendidas, fue conformando<br />

el capital con el cual se estableció<br />

de forma independiente.<br />

Como suele suceder, una mujer de sus<br />

condiciones se convirtió en foco de atracción<br />

de masculinidades aprovechadas.<br />

Una de ellas, con bastante poder de<br />

seducción, la hizo caer en sus redes y ahí<br />

comenzó su debacle. Las consecuencias<br />

en el tiempo fueron peores porque de esa<br />

fatídica unión surgieron dos resultados<br />

que, forzados a formarse en un ambiente<br />

con tan poca sanidad, las huellas del<br />

desastre no tardaron en aparecer.<br />

De difícil como era, su cotidianidad pasó<br />

a ser terrible. Sola, dos niños que atender,<br />

compromisos financieros atosigantes y,<br />

por consecuencia, urgida de producir<br />

cada vez más, configuraron un panorama<br />

que pudo haber sido el motivo primigenio<br />

de su triste final.<br />

Antes de llegar a la mayoridad, los hijos<br />

emprendieron rutas propias y las mismas<br />

no pudieron ser más tortuosas. Drogas,<br />

embarazos a destiempo, relaciones tóxicas<br />

y desorden en todos los aspectos.<br />

Ella, como le resultare posible, vivía intentado<br />

suturar las heridas emocionales y<br />

morigerar las penurias económicas constantes<br />

de los implicados en ese drama<br />

emocional.<br />

En medio de su desgaste, ansiedad y<br />

depresión, volvió a ser víctima de una de<br />

las trampas que, con tanta frecuencia,<br />

tiende el corazón a las almas devastadas.<br />

Dos diferencias sustanciales con el primero.<br />

Este era un hombre bueno, pero<br />

lejos de la abstención total del otro, era<br />

dependiente incurable del alcohol.<br />

Su tragedia se profundizó hasta hacer<br />

añicos las escasas fuerzas que le quedaban.<br />

Fue cayendo en desconexión progresiva<br />

con la realidad, al punto que dejó de<br />

identificarse, y proclamaba, oronda, ser<br />

una famosa actriz parisina.<br />

Después de haber sido proveedora de<br />

tantos, su ocaso le llegó de pésima manera<br />

.<br />

Tanto, que su sepultura duró pocos<br />

minutos por lo inútil que era mantener en<br />

la morgue, un cadáver sin reclamar.

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