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En mis orígenes en la poesía, solía utilizar la rima consonante, pero al comenzar a leer poemas
más allá de la literatura de las aulas, me percaté que no toda la poesía tenía que ser rimada,
que de hecho me empezó a parecer anticuada. Con el tiempo, poco a poco fui asumiendo un
estilo intermedio, de un verso libre pero que al mismo tiempo tiene musicalidad incluso
subliminal; o un verso rimado, que de pronto la pierde y reaparece al final, siempre en función
del texto.
El siguiente poema es un caso típico, en que la rima llega y el poeta solo tiene que transcribirla
al papel.
CON MOTIVO O SIN MOTIVO (15)
Me gustas porque me gustas.
Te quiero porque te quiero.
Qué importa la causa o el motivo,
ni quién vio al otro primero.
Te quiero porque me gustas.
Ni Dios sabe que te quiero.
No me importa si es bonita
tu imagen en el espejo.
Me importa que todo el mundo
sepa lo que yo te quiero,
y si al Diablo no le gusta,
o a Dios le parezco bueno,
¡que importa la causa o el motivo!
Me gustas porque me gustas.
Te quiero porque te quiero.
Frank Calle (21/oct/2018)
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