Cloe - Cuento

Ella es Cloe, tiene
7 años, vive en
el barrio de La
Candelaria en
Bogotá, D.C.
Suele ser curiosa,
amante de los animales
marinos e introvertida.
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En su colegio le es difícil
socializar y no tiene
ningún amigo con el cual
compartir. Cada día, al
final de clases, espera
con ansias el auto
de sus padres para
volver a casa junto a
ellos. Sin embargo,
hoy como siempre,
la nana es quien la
acompaña hasta la puerta
de su hogar, dejándola sola.
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A la hora del almuerzo,
su madre siempre le
deja la comida lista
para calentar en el
microondas. Hoy, hay
una nota sobre la tapa
que dice:
-Hay sopa en la
nevera, puedes
calentarla.
Te quiere, mamá-
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Cloe, suele ocultar sus emociones
y su forma de expresarse cuando
está en el exterior o ante su
profesora, e incluso, junto a sus
compañeros de colegio, pero
más que todo: ante sus
padres. A veces siente que
los demás la ven como
una criatura extraña, con
larga cola, dientes, garras y
cuernos. Nada igual a los
animales marinos que
ella suele apreciar.
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Porque para los
que no saben ¡Cloe
ama los animales
marinos!:
pulpos, anguilas,
cangrejos y peces globos
son su más grande
pasión. Por la tarde, suele
ver documentales de
ballenas en la tele al
terminar tareas.
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Su plan favorito en vacaciones es ir al
acuario local de la ciudad. Donde adora
observar las grandes medusas brillantes
y los no tan divertidos peces payasos.
Su más grande ilusión es ver alguna
presentación del gran Maestro Juan
Pérez, un grandioso biólogo
marino que dirige grandes
charlas ecológicas sobre las
criaturas que viven fuera de
nuestro mundo terrestre.
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Este viernes, Cloe desea con
ansias ir a la gran apertura
del nuevo estanque de delfines
en el acuario local, donde el
gran maestro Pérez será
el anfitrión.
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Así que, cuando sus padres llegan a
casa cuando la noche es muy oscura,
Cloe muy entusiasmada y con la
invitación de la inauguración decide ir a
la oficina de su padre y comentarle.
Cloe: -Papá, papá ¡el gran maestro
Pérez dará una gran presentación
sobre los delfines!, no sé si
podríamos ir…
Padre: -Pregúntale a tu madre,
hija. Estoy trabajando.
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Cloe, algo desanimada,
decide ir a la cocina donde
su madre termina de preparar
la cena y aún con la invitación en
mano, con más timidez pregunta:
Cloe: -Mamá: ¿podríamos ir todos juntos a
una presentación de delfines?
Madre: -No lo sé, pregúntale a tu padre.
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Cloe, muy triste, se arrepiente
de haber siquiera preguntado. De
alguna forma, sospechaba que así iba a
pasar, porque sus padres siempre le han
tratado con una ligera indiferencia hacia
ella, siempre ha sido así. Y al mirar su
reflejo en el espejo de su recámara,
aquella criatura extraña y tenebrosa
reemplaza su figura.
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El viernes en la mañana, Cloe al esperar
que la nana llegara por ella, se le ocurre
una gran idea: ¡¿y si mejor voy sola a la
exposición?! Ella ya sabe cuidarse, al final
del día, andaba en casa sola y los animales
marinos eran su mayor compañía.
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Así que, después de clases, Cloe
se escabulló por la salida y
corrió hacia el acuario donde
la ceremonia del Doctor Pérez
comenzaría en una hora. Al
llegar, corrió y corrió entre los
pasillos hasta encontrar un gran
letrero que decía:
“El nuevo estanque de los delfines”
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Al correr, no pudo dejar pasar el
momento preciso cuando a través
del vidrio, una familia de delfines
jugueteaban entre sí. Haciendo sus
chirridos auténticos de emoción.
Cloe, al ver el amor de los padres
delfines a su cría, rompió a
llorar por lo majestuoso
y emotivo que se veía y
además, de lo mucho
que le gustaría sentirse
amada, en especial
por sus padres. Hasta
que una voz externa
interrumpió su llanto.
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Por otra parte, los
padres de Cloe fueron
reportados que ella
jamás llegó a casa y
desesperados, la buscaron
en la escuela, el parque,
e incluso con los vecinos,
recorriendo media ciudad
tratando de encontrarla.
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Voz misteriosa:
-¿qué sucede, pequeña niña?-
Preguntó una voz familiar. Y Cloe
al dar la vuelta, se encontró con un
hombre alto algo imponente, que
portaba un traje de explorador
y al subir la vista se encontró
con el gran Doctor Pérez.
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Los padres de Cloe desesperados,
volvieron a casa decididos a llamar a
la policía. Sin embargo, cuando la madre
de Cloe tenía el teléfono en mano, el padre
de Cloe encontró una interesante invitación
impresa sobre una función de delfines.
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Cloe, casi en sollozos
le explicó al señor
Pérez por qué andaba
sola en el acuario y que sus
padres no habían querido asistir.
A su vez, le comentó que se sentía
bastante sola y que nunca era capaz
de establecer una conversación con
ellos, ya que ellos trabajaban de
noche y de día.
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El señor Pérez, muy
comprensivo. Le comentó algo
a Cloe que se le hizo inusual,
pero curioso:
Dr Pérez: -Pequeña Cloe. ¿Sabías
que los delfines son los mamíferos
más sociales de todas las aguas?
suelen ser muy unidos como
familia y amigos, y se comunican
propiamente con sus chirridos
distintivos para señalar un
saludo, una invitación a juego,
o incluso si alguno está herido y
necesita ayuda.
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Mientras cloe seguía algo anonadada por el hecho
de ver a su héroe favorito hablando a menos de un
metro, el señor Pérez continuó:
Dr Pérez: -Con esto, mi niña. Quiero que tomes a los delfines
como inspiración y con valentía pero decisión, le comentes a
tu padre y madre sobre tu situación. Estoy seguro, que
escucharán. Solo asegúrate de hablar con palabras
humanas y no de chillar como delfín.
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Cloe sonrió, desde hace mucho
no sentía tanta paz interior
y con mucho gozo determinó
que hablaría con sus padres
al llegar a casa. Le iba a dar las
gracias al señor Pérez, hasta que
un par de voces al inicio del pasillo
llamaron por ella, interrumpiendo.
Y al asomarse, Cloe se percató que
sus padres con caras de alivio
y bastante cansados corrían
afanados hacia ella.
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Cloe, a su vez, corrió hacia
ellos con emoción en dirección
a sus brazos y cuando se
encontraron, formaron un gran
abrazo.
Cloe: -¡Mamá, papá, si vinieron
a la exposición!
Madre: - Mi pequeña Cloe,
perdón por haberlo olvidado.
Padre: -No nos percatamos
lo importante que era para tí.
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Cloe, antes de contestar con algo de timidez miró
al doctor Pérez, el cual le asintió amablemente
como señal para que ella pudiera tomar valentía
y hablar con la verdad. Ella volvió la vista hacia
sus padres y mirándolos a los ojos, habló:
Cloe: -Mamá, papá, aprecio que trabajen
por mí todos los días y que nunca me falte
la comida, que pueda tener un TV grande
para ver documentales de estrellas de mar
y que tampoco me falte educación. Pero… me
pone triste saber que nunca pasamos tiempo
juntos y que mis gustos, palabras y aportes
nunca son escuchados.
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Los papás de Cloe se
miraron entre sí con dolor y
procedieron a decir:
Mamá: -Hija mía, tus emociones son
válidas y lo lamentamos muchísimo.
Papá: -Así es. Trabajamos mucho
para que tengas lo mejor, pero
eso no quiere decir que no te
amemos. Y de hecho, tienes razón,
debemos pasar más tiempo contigo y
escucharte más.
Mamá: -Pero eso no justifica que
hayas huido del colegio, estás
castigada, señorita.
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Cloe se sintió muy a gusto al
dejar fluir sus emociones, escuchar
las respuestas de sus padres hizo
que sintiera más conexión con
ellos y paz en su interior. Ahora
tenían un trato empático y
equitativo y esto desarrollaría
una mejor relación. No hay nada
más que ella deseara. Aunque…
¡¿Castigada?! ¿Qué significa?
Cloe: -¡Oh no! ¿Me castigarán y
no veremos la inauguración de los
delfines con el doctor Pérez?
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Los padres de Cloe,
acordaron que por esta
vez el castigo se pospondría y
que el resto de tarde contemplarían la
majestuosidad de los delfines, junto al doctor Pérez.
Fin.
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Escritora:
Hanna Casallas Larrahondo
Ilustradora:
Lizeth Yessenia Cardenas
Maquetación:
Natalia Jimenez Segura
Corrección de Estilo:
Paola Andrea D’Luyz Monsalve
Primera edición 2023, Universidad CUN
Primera impresión, Mayo de 2023
Proyecto Integra CUN
Bogotá. D. C., Colombia
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