Revista Pedro Velarde 2022-23

mayoritariamente apoyaron y defendieron a sus hijos, negando que sus hijos
estuvieran metidos en aquello e incluso culpabilizando al agredido.
Demasiadas veces ocurre lo mismo, se defiende al maltratador, o se culpa a la
sociedad y las circunstancias, cuando los que humillan y maltratan tienen
nombre y apellidos.
Pasaron unos cuantos años y no volvimos a ver al Tele, hasta que un día
cualquiera a eso de media tarde vimos venir a dos chichos muy altos, de unos
dieciocho o veinte años, nosotros rondábamos los 15 por aquél entonces. Uno
de aproximadamente dos metros y el otro un poco, sólo un poco más bajo,
pero más corpulento. Caminaban rápidamente y charlaban entre ellos
animadamente y al pasar junto a nosotros el más alto nos dedicó una
inexpresiva mirada de reojo, sin dejar de marchar a paso rápido, altivo y
orgulloso. Fue la última vez que le vimos.
Espero que Luna esté en el mismo lugar que “El Perro Cojo” que también
canta Rafael Amor y sirva de compañía a todos aquellos y aquellas que
pasaron y siguen pasando por lo mismo que sufrió El Tele.
AUTOR TERIO
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