Oda a lo pequeño

1- Punto de partida: elegir objetos, tal vez pudiendo
inspirarse en alguna de estas características…
Desmesurados, modestos, silenciosos, impuros,
desmañados, diáfanos, débiles, nostálgicos,
tranquilos, opacos, imprevistos, directos,
desequilibrados, alegres, antipáticos, majestuosos,
simples, compactos, bondadosos, discretos,
inviolables, anónimos, inconmesurables, ásperos,
leves, desolados, vibrantes, burdos, perfectos,
fallados, diminutos, intrascendentes, toscos,
novedosos, adustos, imperceptibles, armoniosos,
avasallantes, finísimos, valiosos, resplandecientes,
densos, afilados, suaves, mullidos, estridentes,
neutros, cotidianos, misteriosos, mágicos,
inestables, duros, agresivos, graciosos,
seductores, notables, luminosos, oscuros,
pesados, inclasificables, transparentes, coloridos,
tristes, fantásticos, infrecuentes, desangelados,
inadvertidos, esenciales, decaídos, triviales,
barrocos, recargados, sobredimensionados,
inexplicables, feos...
2- Se gesta la Colección: según el tema al que refieren
los objetos elegidos, seleccionar otros objetos, bocetos, sonidos,
fotografías, videos, textos, etc. (pertenecientes a ese universo) que
podrían formar parte de ese agrupamiento / colección. Considerar la
variedad y complementariedad entre los objetos, haciendo foco en
la diversidad formal y en la multiplicidad de miradas o perspectivas
sobre el tema abordado.