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Polvos de manzana (2009)

El primer boleto de avión hacia el exilio patriarcal fue escribir a partir de la ultima visita de Carlos Fuentes a El Paso, TX, fue justo el 31 de octubre cuando empecé a confiar en mis sueños, mi intuición en el cumulo de voces que anhelaban contar su historia, pero no tenían cuerpo. Empecé por la mía, el dolor de abortar y mis visiones fatalistas sobre la realidad de aquel tiempo. Muy pronto me di cuenta que yo no sería la gran voz literaria de la frontera, ni la revelación, ni siquiera. No escuche a nadie, ni a mí misma, solo escribía día y noche y leía solo lo escrito y publicado por las mujeres. Disfruta Polvos de manzana, tiene ilustraciones al final, por si en algún momento de la lectura, te pierdes, es que yo estaba muy perdida y tuve que emprender los primeros pasos a encontrarme, yo sola. Los primeros años nadie me acompañó en mi aventurada misión. A partir del #MeTooEscritoresMexicanos supe que no estaba sola, y es justo en ese momento cuando el dolor intenso en medio del pecho, fue cesando hasta soltarme de la literatura como la conocía. Reconocí a la víctima, le puse atención, la abracé, estuve para ella durante muchos, largos meses. Deje de leer y escribir por varios meses. Había sanado, ya no tenia necesidad de escribir. Ah, que sensación de libertad tan bella experimenté al dejar de crear como me habían ensenado. Ahora, escribo desde mi cuerpo fuerte, saludable. Nos vemos en esta y otras novelas

El primer boleto de avión hacia el exilio patriarcal fue escribir a partir de la ultima visita de Carlos Fuentes a El Paso, TX, fue justo el 31 de octubre cuando empecé a confiar en mis sueños, mi intuición en el cumulo de voces que anhelaban contar su historia, pero no tenían cuerpo. Empecé por la mía, el dolor de abortar y mis visiones fatalistas sobre la realidad de aquel tiempo. Muy pronto me di cuenta que yo no sería la gran voz literaria de la frontera, ni la revelación, ni siquiera. No escuche a nadie, ni a mí misma, solo escribía día y noche y leía solo lo escrito y publicado por las mujeres. Disfruta Polvos de manzana, tiene ilustraciones al final, por si en algún momento de la lectura, te pierdes, es que yo estaba muy perdida y tuve que emprender los primeros pasos a encontrarme, yo sola. Los primeros años nadie me acompañó en mi aventurada misión. A partir del #MeTooEscritoresMexicanos supe que no estaba sola, y es justo en ese momento cuando el dolor intenso en medio del pecho, fue cesando hasta soltarme de la literatura como la conocía. Reconocí a la víctima, le puse atención, la abracé, estuve para ella durante muchos, largos meses. Deje de leer y escribir por varios meses. Había sanado, ya no tenia necesidad de escribir. Ah, que sensación de libertad tan bella experimenté al dejar de crear como me habían ensenado. Ahora, escribo desde mi cuerpo fuerte, saludable. Nos vemos en esta y otras novelas

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Ya me vi


<strong>Polvos</strong> <strong>de</strong> <strong>manzana</strong><br />

Escrito en <strong>2009</strong>: Mi primer intento por sacudirme voces machistas. Mi primer intento<br />

por estructurar mi voz política y creativa. La última vez que olí a gas y vi la luz.<br />

Dedicado a Arturo Vázquez Díaz, mejor amigo ayer.<br />

A Édgar Rincón, poeta y amigo hoy, hombre que a diario intenta romper el pacto<br />

patriarcal: “Y los hombres, nos <strong>de</strong>diquemos a lo que sea, somos los más enfermos,<br />

los más resentidos y los más inseguros".<br />

A las mujeres a quienes la "mala" fama basada en valores patriarcales ha intentado<br />

<strong>de</strong>saparecerlas para que no hablen, escriban, sin embargo seguimos con toda la fuerza<br />

feminista. La lucha es interior, entre las que nos hemos <strong>de</strong>dicado a organizarnos en las calles<br />

y en el interior <strong>de</strong> cada una.<br />

Este libro no tiene ediciones ni<br />

arbitrajes literarios. En el 2016<br />

se lanza a las re<strong>de</strong>s sociales.<br />

Ahora vine otra vez con<br />

ilustraciones y AMOR<br />

Copyright 2010 © Hilda Sotelo<br />

Todos los <strong>de</strong>rechos reservados.<br />

Kindle ISBN: 9781535262613<br />

Siempre, gracias a las colectivas<br />

feministas <strong>de</strong> Ciudad Jz.<br />

#MiPrimerAcoso<br />

2


3


Arturo es la estrella más brillante <strong>de</strong>l hemisferio celeste, es gigante naranja <strong>de</strong> tipo<br />

espectral<br />

Primera parte: <strong>Polvos</strong><br />

I. Sirenas amarillas. El fantasma <strong>de</strong> la esquina <strong>de</strong>l Camino<br />

Real.<br />

II.<br />

III.<br />

IV.<br />

Virgen ver<strong>de</strong> que extien<strong>de</strong> sus brazos, regresa la virtud.<br />

Apariciones <strong>de</strong> café. La correspon<strong>de</strong>ncia electrónica.<br />

Semillas con alas.<br />

V. Vástagos.<br />

VI.<br />

VII.<br />

VIII.<br />

IX.<br />

Carne <strong>de</strong> <strong>manzana</strong>.<br />

Flor <strong>de</strong> rosa a blanco.<br />

Aves negras <strong>de</strong> raya blanca.<br />

Negra <strong>de</strong> Arkansas. The Beautiful People.<br />

X. Lágrimas menstruadas.<br />

XI.<br />

Despedidas.<br />

Segunda parte por Gemo, el ilustrador estrella que agra<strong>de</strong>cido<br />

rompe el pacto patriarcar y es muy feliz con su vida personal<br />

y profesional.<br />

4


I. Sirenas amarillas. El fantasma <strong>de</strong> la esquina <strong>de</strong>l Camino Real.<br />

Ante la seria sonrisa <strong>de</strong>l fantasma, en la esquina <strong>de</strong>l Camino Real, se esfuma el<br />

<strong>de</strong>seo, llegó el encuentro, la cuenta, el elevador, el beso sin promesa al <strong>de</strong>sdoblarse cínico.<br />

Era gesto nuevo en rostro conocido, los <strong>de</strong>dos saltaban, el viento camina, a cada paso el<br />

fantasma se retira. Después, al final, como te dije, el elevador. Tendría que volver,<br />

confirmaré si sigue ahí el fantasma <strong>de</strong> la esquina...<br />

…tendría que volver, ver si sigue ahí el fantasma <strong>de</strong> la esquina. Aunque nadie lo haya<br />

visto, todavía el escalofrío <strong>de</strong> la noche cubre mis recuerdos convertidos en él. Afuera era<br />

<strong>de</strong> día, las manos no cesan <strong>de</strong> bailar, seductoras, arrepentidas por <strong>de</strong>jarlo atrás. Su índice<br />

recorrió mi espalda … vi el abismo en su mirada, ahí estaba él otra vez y el elevador<br />

también...Y sin más, te vuelvo a <strong>de</strong>cir que los fantasmas sí existen…<br />

-¿y luego? -<br />

Después te digo… Te lo cuento en serio pero inisistes en tomarlo como broma<br />

porque traes el pedo bien atorado y eso no es mi muerte ni mi problema.<br />

Por lo pronto Salvador está aquí, y ha prometido noche única. Sin reclamos. Me he<br />

puesto encima mientras en la TV hay juicio, alguien es juzgado en Veracruz, clama por<br />

amor. En ese momento algo tiembla <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mí. Es el ja<strong>de</strong>o infinito, es la faja que<br />

horma mi cintura. Con su morena mano mueve mis piernas, me doy cuenta que estoy<br />

<strong>de</strong>scubierta. Acaba <strong>de</strong> cambiar la violación <strong>de</strong> mi infancia. Recorre por mi mente mil<br />

imágenes, me da pena por mis hermanas que no se han permitido gozar el placer.<br />

Confirmé mis sospechas, se rebelan ante el violador. Pienso que ya saben <strong>de</strong> mí, muy<br />

pronto les veré sonrisa en su rostro y sabré que han <strong>de</strong>jado el pasado, han <strong>de</strong>jado el<br />

fantasma <strong>de</strong> la esquina.<br />

Minutos antes <strong>de</strong>l explosivo acto, Salvador me había reclamado mientras yo hojeaba el<br />

Juárez en Rojo. Me preguntó si alguna vez durante las terapias <strong>de</strong> hipnosis lo había visto<br />

en vida pasada en Francia, me sorprendió y le respondí afirmativa.<br />

-Es que lo entiendo, recuerdo… te asesiné… eras prostituta… me obsesioné contigo<br />

porque me <strong>de</strong>jaste por una mujer. Por eso no soporto verte en amista<strong>de</strong>s con mujeres que<br />

se crean hombres. Prefiero mil veces que me <strong>de</strong>jes por macho real.<br />

5


Me dijo subiendo el tono cada vez más<br />

-Deja <strong>de</strong> alucinar, eso quedó en el pasado muy pasado si es que existe. A<strong>de</strong>más, eso <strong>de</strong> las<br />

vidas pasadas es charra <strong>de</strong> cuento.<br />

Le dije en tono serio abrumada por tanto supuesto.<br />

-¿Todavía lo dudas, no te das cuenta? Estamos a punto <strong>de</strong> separarnos. Alguien viene a tu<br />

vida, es hombre mayor.<br />

Sonreí libre <strong>de</strong> culpa. Mis labios se mojaban al compás <strong>de</strong> mi lengua. Eran color <strong>manzana</strong>,<br />

así les <strong>de</strong>cía Salvador. A cada lengüetazo mi nerviosismo aumentaba. Estuve a punto <strong>de</strong><br />

confesarle, pero pensé que nadie merece ser <strong>de</strong>cepcionado <strong>de</strong> tal forma. Decía que me<br />

amaba con toda su alma, yo malagra<strong>de</strong>cida <strong>de</strong>l amor, mal encarada, malhumorada, no<br />

aceptaba tanta melosidad junta.<br />

-Te dije que vas a conocer a hombre mayor, viene a tu vida.<br />

… Salvador, continuó en forma enérgica, casi casi a punto <strong>de</strong>l golpe.<br />

-Ten cuidado porque sólo va a usar tu cuerpo, así como a todas las tontas seducidas.<br />

Mucho ojo, acuérdate.<br />

-Mira, calma tus nervios.<br />

Le dije con la voz entrecortada, tragando saliva<br />

-Calma esa inseguridad tuya que me tiene harta. Deja <strong>de</strong> ir por la vida alucinando, por<br />

favor. Déjame en paz, déjame caer, déjame morir, volver a vivir. No interfieras en mi<br />

vida, en mis experiencias. Eres obsesivo, tonto total.<br />

Salvador ignoraba que habían pasado algunos meses <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que conocí a ese hombre<br />

mayor y el hecho <strong>de</strong> verme <strong>de</strong>scubierta me irritaba <strong>de</strong> la tal forma que me daban ganas <strong>de</strong><br />

abofetearlo. Sentía testoretona al saberlo subyugado por la confesión. Sentía el po<strong>de</strong>r, ese<br />

po<strong>de</strong>r raro que una persona tiene sobre otra. Opté por callar, la confesión echaría por tierra<br />

veite años <strong>de</strong> bendita relación, veinte años <strong>de</strong> amor consagrado, veinte largos y aburridos<br />

años.<br />

El hombre mayor <strong>de</strong>l que tanto hablaba Salvador se manifestó en humano, hizo lo suyo.<br />

Ahora es fantasma. fantasma nos penetra a su antojo.<br />

6


-Todo empezó una tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> 31 <strong>de</strong> octubre. Compartíamos juego raro. Algo, alguien<br />

ejercía hechizo en esa misma esquina <strong>de</strong>l Camino Real. Mi amiga rubia hermosa, me<br />

<strong>de</strong>cía que su alma había sido tocada por las palabras que salieron <strong>de</strong> mí, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces<br />

ella recordaba el momento, el momento <strong>de</strong>l encuentro con su propio ser, al <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong>l<br />

pervetido <strong>de</strong> Monsi que siempre la quiso besuquear con el mal aliento. Me sorprendió<br />

hasta la lágrima, dijo haber <strong>de</strong>scubierto parte <strong>de</strong> su niñez y sin fin <strong>de</strong> frases. Hasta el día<br />

<strong>de</strong> hoy no logro recordar, pero ella asegura que le hablé con tal profundidad que no me<br />

quedó <strong>de</strong> otra que creerle.<br />

-¡Escucha! Esa misma tar<strong>de</strong> llegaron a la mesa cuatro varones. Sin inmutarme los saludé<br />

uno por uno, me quedé tiesa en el mismo lugar. Ahí permanecí congelada. Estoy segura<br />

que al volver, la esquina será la misma y yo también. Podría ser diferente, hacía varias<br />

décadas, en ese mismo espacio, se consumó acto que marcaría la memoria <strong>de</strong> los ahí<br />

presentes el 31 <strong>de</strong> octubre.<br />

(-La violación textual cuando empezamos a jugar a las cuatro sillas ellos ocupando las<br />

nuestras y nosotras sin po<strong>de</strong>r ocupar las <strong>de</strong> ellos porque al menor intento nos tumbaban,<br />

nos pegaban sus penes al miedo ¡<strong>de</strong>jen nuestras sillas en paz!-)<br />

Cada centímetro <strong>de</strong> ese cuarto, <strong>de</strong> esa esquina <strong>de</strong>l Camino Real tiene impregnado el<br />

aliento, el <strong>de</strong>seo, la falda <strong>de</strong> cuadros negra, los tacones, las medias, la bolsa azul, su<br />

sonrisa, su <strong>de</strong>seo, sus manos, sus palabras. Ese saco que cubría toda su experiencia, gesto<br />

que renovó al fantasma <strong>de</strong> la esquina. Ahí se acababa <strong>de</strong> recrear él mismísimo. Hacía<br />

muchos años, había sido jefe <strong>de</strong> imprenta, capataz, maestro, escritor, homosexual, lí<strong>de</strong>r<br />

revolucionario, enfermó <strong>de</strong> amor y quedó plasmado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la tierra hasta el horizonte. Ese<br />

mismo varón no atinaba acercarse, no se animaba a mostrar su encanto.<br />

soplo <strong>de</strong> curiosidad lo volvió hacia mí, la música ruidosa no cabía, traté <strong>de</strong> traducirla, en<br />

mi mente resonó el canto. repente sopla por la curiosidad y las sirenas. Las sirenas<br />

encargadas <strong>de</strong> per<strong>de</strong>rte, distraerte, seducirte. Las sirenas eran varias, muy hermosas. Las<br />

pu<strong>de</strong> ver, juro que las pu<strong>de</strong> ver. Se acercaron y sonaron, algo así<br />

-Espera, espera ¿qué no me dijiste que Salvador casi te <strong>de</strong>scubre? ¿Qué pasó?<br />

7


-Nada, no pasó nada. Salvador se quedó conmigo como para verificar sus predicciones.<br />

El sabía que mi Corazón se mudó temporalmente con el fantasma, sin embargo, ahí se<br />

quedó, junto a mí. Soportó <strong>de</strong>sprecios, humillaciones, locuras <strong>de</strong> mi parte.<br />

-Es que no lo puedo creer, ¿cómo te enamoraste <strong>de</strong> ese fantasma? ¿Cómo perdiste la<br />

cabeza, Corazón?<br />

Copiosas lunas.<br />

Mías lunas <strong>de</strong> octubre que firmaron el pacto.<br />

Una noche embrujada cuyo olor emana.<br />

Ojos suyos serenos, su palabra encanto.<br />

Hipnótico aliento, seducción alineada.<br />

Amando, amando, amando. Los vio la octubre noche.<br />

Abril ya los buscaba. Triste julio fue <strong>de</strong>rroche.<br />

Latiendo, beso, aliento. Boca ajena difusa.<br />

-Pero eso parece soneto mal logrado, no te acerques a los sonetos, hacen daño ¿no crees?<br />

Jijiji, no sabes escribir sonetos, <strong>de</strong>ja la métrica por la paz, y la rimas, ando, yendo, por<br />

ahí no va lo nuestro, mijita. A<strong>de</strong>más, eso tiene que ver con la gestación. De abril a julio<br />

son nueve meses, luego las lunas el florecimiento. ¿Por qué habrán escogido ese tono?<br />

Te has pasado la vida <strong>de</strong> subrogada, pariendo i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> ellos y moviendo puertas para que<br />

salgan los ratones, ji-ji-ji-ji-ji.<br />

(- ¿Se cancela el Siglo <strong>de</strong> Oro por falta <strong>de</strong> audiencia?-)<br />

8


- Creo saberlo, pero <strong>de</strong>spués te lo cuento, no me gusta el asomo <strong>de</strong> tu burla, aunque en<br />

ese momento no atiné a pensar nada. Pasaron las horas… me di cuenta <strong>de</strong> la<br />

imperfección <strong>de</strong>l soneto. No lograba seducirme, le veía errores, <strong>de</strong>saciertos. Pensaba y<br />

menos me convencía. Yo no iba a torturarme la vida para <strong>de</strong>stacar en el mundo <strong>de</strong> las<br />

letras, mis oportunida<strong>de</strong>s eran nulas, hija <strong>de</strong> padres campesinos, habitante <strong>de</strong> la ciudad<br />

bajo cero, solo buscaba la ca<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> mi madre para acomodarme a parasitar, salir a ellos,<br />

los intelectuales era ser su taza <strong>de</strong> café o su árbol caído para hacer leña.<br />

Yo seguía sentada en mi trono, en esa esquina. Alguien envió las sirenas, pensé. Qué<br />

bueno que sé este juego seductor <strong>de</strong> otra forma ya estaría entre las sábanas <strong>de</strong> este<br />

caballero.<br />

- Le estás exagerando, pero dime ¿qué te pasó?<br />

- Te juro que cada célula <strong>de</strong> mi cuerpo grabó el momento, el viento, la esquina, esa<br />

esquina <strong>de</strong> la que te estoy hablando. Dicen que es mágica, hace bastante tiempo se<br />

aparece una mujer celeste, brillante. Mujer que en vida <strong>de</strong>sarrolló la capacidad <strong>de</strong>l<br />

embrujo. Dice estar junto a las sirenas. Las sirenas transmutan en cuerpos <strong>de</strong> mujeres<br />

alcoholizadas, prefieren Martini, una bebida seca, muy seca que a veces la endulzan. El<br />

propósito es sacarte el jugo <strong>de</strong> tu inocencia y luego te preparan para las sirenas, la risa <strong>de</strong><br />

la medusa. Siete Martini son los necesarios para manifestarse. La mujer celeste las<br />

li<strong>de</strong>rea. Dicen que en venganza <strong>de</strong> su asesinato cometido en aquel hotel. Su esposo la<br />

encontró con otro y lleno <strong>de</strong> furia la asfixió con una almohada. Des<strong>de</strong> entonces conjura a<br />

los amantes a ser infieles, sentir que se enamoran y luego los suelta. Les quita el hechizo,<br />

para entonces, hay dolor, pena, divorcios, frustración, drogadicción y baja<br />

9


estima. Por eso te digo que ahora lo veo claro. Te voy a narrar cómo pasó aquella noche<br />

<strong>de</strong>l 31 <strong>de</strong> octubre.<br />

Recuerdo que vi a ese hombre encantado, <strong>de</strong>rrochaba seguridad, era escritor su mirada<br />

entraba en la comisura <strong>de</strong> mis labios, en mis mejillas, mis piernas, mi falda. soplo <strong>de</strong><br />

curiosidad lo volvió hacia mí, la música ruidosa no cabía, traté <strong>de</strong> traducirla, en mi mente<br />

resonó el poema. Versos por la curiosidad y las sirenas. Las sirenas encargadas <strong>de</strong><br />

per<strong>de</strong>rte, distraerte, seducirte. Las sirenas eran varias, muy hermosas, solo alcancé a<br />

sentir el velo <strong>de</strong> la mujer celeste. Se escondía la muy <strong>de</strong>sgraciada, se carcajeaba porque<br />

supo <strong>de</strong>spertar mi carne. A las que sí vi bien claro fueron a las sirenas, eran ocho. Las<br />

pu<strong>de</strong> ver, juro que las pu<strong>de</strong> ver. Se acercaron y soplaron <strong>de</strong> buena vez el canto.<br />

- ¿Y luego?<br />

- Pues nada, bailamos a lo soberano loco. Perdimos todo el pudor, me avergüenzo tanto al<br />

recordarlo. Después nos fuimos a otro lugarcito, lugarcito <strong>de</strong> mala y buena fama. Se<br />

llama el Tap. Tú y yo nunca fuimos ahí, no lo recuerdo. Sólo recuerdo que íbamos a los<br />

lugarejos, así les <strong>de</strong>cías. Los lugarejos gays, El Albatros, La Ma<strong>de</strong>lón. ¡Uf! ¡Cómo<br />

molestabas con lo mismo! Te encantaba per<strong>de</strong>rte en los abismos terrenales. Así les<br />

<strong>de</strong>cías, así. Abismos terrenales. Hasta hoy comprendo tus referencias al <strong>de</strong>cir esa frase,<br />

abismos terrenales. Recuerdo que nos <strong>de</strong>cíamos cuerpo, sí, cuerpo, asegurabas que eso<br />

éramos, cuerpas feministas. En esta parte <strong>de</strong>l planeta estamos en esos abismos. Algo,<br />

alguien succiona nuestro ser, ejerce extraña atracción, atracción <strong>de</strong>sintegradora,<br />

atracción que te divi<strong>de</strong>.<br />

- Sí, sí pero no estamos hablado <strong>de</strong> ti y <strong>de</strong> mí, cuerpazo. Sígueme contando <strong>de</strong> la<br />

seducción. Hablemos <strong>de</strong> la seducción.<br />

- Pues no sé cómo <strong>de</strong>scribirte El Tap, pero buen amigo salió vomitando <strong>de</strong> ahí. Varios<br />

días <strong>de</strong>spués me envió correo <strong>de</strong>scribiendo el bar. Dice que le pasó algo extraño. Eran<br />

10


las cuatro <strong>de</strong> la mañana cuando llegaba a su apartamento que se encuentra en la montaña,<br />

casi justo al Camino Real. Sintió nauseas, todo le daba vueltas. Se sentó frente a su<br />

escritorio lleno <strong>de</strong> computadoras, algunas funcionan otras no. Había trabajado sin<br />

<strong>de</strong>scanso por siete días en programar laptop, <strong>de</strong> pronto uno <strong>de</strong> los programas estaba<br />

instalado. No le llamó tanto la atención, lo asustó hasta zurrarse, así me dijo, fue al abrir<br />

los programas, vio hoja <strong>de</strong> Word completamente llena. El or<strong>de</strong>nador se movía sin<br />

control, en vano trató <strong>de</strong> controlar los archivos, programas y documentos <strong>de</strong> la pantalla.<br />

Se limpiaba el sudor, producto <strong>de</strong>l miedo, con mano extraía las gotas saladas <strong>de</strong> su<br />

rostro y con la otra trabajaba. Se llevó ambas manos al rostro en señal <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación,<br />

entre la visibilidad que le <strong>de</strong>jaban sus <strong>de</strong>dos semi abiertos, leyó hoja que <strong>de</strong>cía Mi Bar,<br />

recordó El Tap y como volando dice que escribió lo que al siguiente día me envió por<br />

correo electrónico.<br />

Mi Bar- Por A<br />

bar como uno y mil tantos, tanto como <strong>de</strong> este lado <strong>de</strong>l río como <strong>de</strong>l otro. Indistintos<br />

<strong>de</strong>stellos <strong>de</strong> luces adornan su fachada, <strong>de</strong>stellos <strong>de</strong> encanto que por siglos han<br />

hipnotizado nuestras mentes, <strong>de</strong>stellos y magia que invitan a fantasear, <strong>de</strong>stellos y magia<br />

que incitan al goce, la gula, la lujuria. Bajo el influjo <strong>de</strong> las suculencias ingresamos,<br />

incautos y sobrecogidos. Al abrir la puerta <strong>de</strong> inmediato la pesada atmósfera golpea<br />

nuestros sentidos., Ese típico olor a humedad y ranciedad predomina en todas partes…<br />

sudor, alcohol, cigarro. alfombra enmohecida rematada por la elocuente falta <strong>de</strong><br />

esplendor. Al continuar andando, lóbrego pasillo nos guía alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la interminable<br />

barra <strong>de</strong> color negro brillante, adornada en la parte trasera por incontables elixires <strong>de</strong><br />

variados colores y formas que invitan irónicamente tanto a la fiesta como a la<br />

pesadumbre. Al entrar se observa persona por aquí otra por allá, gente inmutada ante<br />

nuestra presencia, individuos envueltos en sus pensamientos, pensamientos gobernados<br />

por copa, encerrados en vaso, en tarro <strong>de</strong> turbia cerveza amarga, recluidos en su<br />

consciencia, confinados por la eternidad. Miro las<br />

11


inconfundibles mesas <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> color rojo escarlata que adornan las estrechas<br />

esquinas con imperiosa invitación a la plática o al olvido, las amplias sillas <strong>de</strong> piel<br />

negra lustrosa o grasosa se encuentran en don<strong>de</strong> quiera, se confun<strong>de</strong>n a la vista entre los<br />

turbios colores y manchones <strong>de</strong> las oscurecidas pare<strong>de</strong>s y el <strong>de</strong>slucido piso. Manchas <strong>de</strong><br />

qué o <strong>de</strong> quién nunca sabremos, piso o alfombra no lo averiguaremos, toda interminable<br />

gama <strong>de</strong> colores sombríos que se pier<strong>de</strong> a la distancia. En la mitad <strong>de</strong>l salón,<br />

encontramos pequeña pista <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra. Ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>scolorida con esquinas <strong>de</strong>sgarradas y<br />

<strong>de</strong> variados colores, <strong>de</strong> manchas e incontables muescas. En el centro pista que invita a<br />

fantasear, invita a inyectar sutil chispa <strong>de</strong> energía, resplandor que avive, conmoción<br />

que nos apresure, que nos empuje, que nos active. Junto a la pista rockola, aparato <strong>de</strong><br />

múltiples matices <strong>de</strong> neón, engalanada por canciones y recuerdos gratos. Sus agudos<br />

tonos iluminan nuestras mentes, levemente activan memorias y antiguos placeres,<br />

levemente advirtiendo en nuestro ser la posibilidad <strong>de</strong> fiesta y fulgor, <strong>de</strong> alegría y gozo,<br />

<strong>de</strong> indiscutible satisfacción. Todo esto suce<strong>de</strong> en este instante en mil ciuda<strong>de</strong>s, en<br />

pequeños callejones oscuros, en pequeños bares, en pequeños sumi<strong>de</strong>ros que proliferan<br />

por todos los gran<strong>de</strong>s orbes.<br />

-Oye, que bien se oye ese barezucho. Pasaré a visitarlo algún día.<br />

-Te digo que al leerlo me gustó, primero porque es lo que la mayoría siente cuando<br />

visitan ese bar. Después, ¿qué te puedo <strong>de</strong>cir? A ni siquiera sabía que era escritor, esa<br />

noche el fantasma letrado se posó en él. Des<strong>de</strong> entonces escribe sin cesar, aprovecha sus<br />

tiempos libres para per<strong>de</strong>rse en la letra. Retrata la oscuridad que le fascina, pero sabe que<br />

no pue<strong>de</strong> entrar ahí porque teme no po<strong>de</strong>r salir. Igual les pasa a mis invitados a ese bar,<br />

primero me juzgan, luego lo reprochan y cuando estamos ahí, terminamos todos bien<br />

felices. se embriagan otros bailan, otros juegan billar, otros comen como si ahí no<br />

existieran las cucarachas más gigantes <strong>de</strong> la ciudad, otros platican, planean, ¡ah! Otros<br />

ven<strong>de</strong>n droga, pero cuidado con eso porque yo casi casi ni me entero, hasta esa<br />

mismísima noche que <strong>de</strong>scribe A. Esa noche les pedí a dos jóvenes que se acercaran a la<br />

12


mesa con nosotras. Ellos accedieron, se tomaron cerveza, luego nos invitaron afuera a<br />

fumar cigarrito. Yo sin ninguna maldad iba muy puesta rumbo a la puerta <strong>de</strong> salida, <strong>de</strong><br />

pronto A me <strong>de</strong>tiene y dice “Mujer que no ves, ellos son narquillos o puchadores o como<br />

les quieras llamar”<br />

Por cierto, uno <strong>de</strong> ellos nos narró la <strong>de</strong>sgracia que tuvo en J-twon (Ciudad Juárez) al<br />

toparse con fe<strong>de</strong>rales. Lo <strong>de</strong>tuvieron para revisión <strong>de</strong> rutina, <strong>de</strong>spués lo amenazaron con<br />

llevarlo preso porque le faltaba placa a su coche e iba a exceso <strong>de</strong> velocidad. Finalmente,<br />

dice él, que les soltó cien dólares y regresó a El Paso dispuesto a ya no volver jamás a<br />

aquella ciudad. Anécdotas como esa circulan en esta frontera, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que llegaron los<br />

militares y fe<strong>de</strong>rales. Dentro <strong>de</strong> las filas <strong>de</strong> los vigilantes <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, los hay <strong>de</strong> todos y<br />

claro cuando andas metido en cosas raras o diferentes, pues allá tú. Como esos jóvenes<br />

que finalmente ni comprobé si vendían droga o no.<br />

-Te estás distrayendo chiquita, me estabas contando <strong>de</strong>l señor fantasma que acababas <strong>de</strong><br />

conocer en El Camino Real y que <strong>de</strong> ahí se fueron al Tap.<br />

Me dijo mi amigo atrayendo mi atención hacia el centro <strong>de</strong> su pecho, más y más<br />

transparente. Quiso cruzar mi mano por su corazón. No me atreví, me temía lo peor.<br />

Decidí continuar con mi relato.<br />

- Entramos al bar y nos sentamos enseguida <strong>de</strong> la rocola. Íbamos con <strong>de</strong>recho<br />

humanista que <strong>de</strong>spués te platico <strong>de</strong> él. También iba el editor <strong>de</strong>l periódico <strong>de</strong> la ciudad,<br />

buen amigo mío, abogado, el fantasma y yo. No es cierto el abogado ya no nos<br />

acompañaba.<br />

- De segurito, tocaste la música que te dio la gana, bailaste y hablaste como loca. Estoy<br />

seguro que pretendías encantar a todos los ahí.<br />

- ¿Cómo sabes?<br />

13


- ¡Ay, por favor! Como si no te conociera. Típico <strong>de</strong> ti, no te hagas, cuerpo, cuerpo,<br />

cuerpito.<br />

- Ey no me hago loca, me han hecho creer que estoy. Pues sí efectivamente, busqué<br />

pesetas en mi cartera para tocar la rocola. Los Bukis sonaron. Invité al fantasma a bailar y<br />

nuestras manos se entrelazaron <strong>de</strong> forma familiar, como si hubieran estado esperando<br />

tocarse. A lado <strong>de</strong> la pista, esa pista <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra hay espejo gigante. Y ahí, ahí me di<br />

cuenta que estaba bailado con fantasma. Me estremecí, nadie ponía atención a mi baile.<br />

Estaba concentrada en aspirar su aroma, sentía sus manos tocándome. Nuestros cuerpos se<br />

contoneaban al compás <strong>de</strong> Mi Fantasía. Es que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el centro <strong>de</strong> mi corazón, te lo digo.<br />

No me importaba fingir, no me interesaba nada, no pensé nada. Me entregué al momento.<br />

Estaba en la fantasía, eso fue dulce fantasía.<br />

- ¡Uy no! El que nace para naco, <strong>de</strong>l cielo le caen Los Bukis. ¿No habías escuchado eso?<br />

- Pues sí querido amigo, las nacas sabemos vivir al cien, con pasión tropical, júbilo.<br />

A<strong>de</strong>más, así pasó y <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> juzgarme porque te apago en este momento y <strong>de</strong>jo <strong>de</strong> contarte<br />

lo que sigue.<br />

- Por eso yo <strong>de</strong>cía que a mí también me gustan Los Bukis, pero es algo que lo llevo bien<br />

escondido, muy <strong>de</strong>ntro.<br />

-Lo miré como diciéndole, no manches (no jodas), <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> chingar o cojones o jo<strong>de</strong>r tío.<br />

Pero mejor seguí platicando muy tranquila. Al fin y al cabo, mi amigo podía aparecer y<br />

<strong>de</strong>saparecer a capricho mío.<br />

-Otra cosa que quiero <strong>de</strong>jar claro en estas fechas, ¿te acuerdas <strong>de</strong>l pedorro <strong>de</strong> E, aquel que<br />

nos <strong>de</strong>cía que no podíamos escribir sobre menstruación ni tus joteadas?<br />

14


-Ay, no, ¿Por qué a mí? Claro que recuerdo la carita <strong>de</strong>l profe mastuerzo y la carita <strong>de</strong><br />

todos nosotros queriendo hacerle al poeta. Dejamos <strong>de</strong> ir a los tallercillos miedos <strong>de</strong>l<br />

INBA en Juárez, mejor nos lanzamos a vivir la noche, ritmo, ritmo <strong>de</strong> la noche… Pero a<br />

ti te gusta mucho meter memorias random, mejo sígueme contando <strong>de</strong> la noche, aquella<br />

noche, chiquilla.<br />

Te <strong>de</strong>cía que, al terminar el baile, nos dirigimos a la salida <strong>de</strong>l bar. Íbamos a paso<br />

pausado, íbamos lentos retratando cada pisada, cada meneo <strong>de</strong> brazos, cada aspiración.<br />

Salimos sin <strong>de</strong>spedirnos, salimos con la sensación <strong>de</strong> seguir en otro lugar, nos invadía la<br />

nostalgia porque estábamos seguros que ya no volveríamos ahí, nos cimbró la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que<br />

ese momento había sido eterno. Alguien lo estaba plasmando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro lado, alguien que<br />

ahora me lo está dictando aquí. Nos dirigimos regreso al Camino Real, mi amigo el<br />

editor, nos condujo. El fantasma y yo bajamos juntos. Esperamos el elevador que nos<br />

llevaría al subterráneo, mientras esperábamos, él me tomó <strong>de</strong> la cintura. Se acercó, me<br />

besó. Al día siguiente mi amigo el editor me llamó para preguntarme sobre el beso y lo<br />

que siguió. Muy integrado me dijo -Yo no sé que embrujo tenías anoche, pero lo último<br />

que vi fue alguien besándote frente al elevador, me quedé preocupado porque pensé que<br />

habías visto al fantasma que se aparece ahí o algún loco borracho te haya abordado y<br />

como eres medio metafísica, pues me dije, esta mujer ya materializó al fantasma que<br />

enloquece a todas las chicas que llegan aquí.<br />

Colgué el teléfono sin darle ninguna explicación al editor, no tenía sentido el explicar<br />

cómo me invadían los recuerdos <strong>de</strong> la noche anterior. En mi cabeza sólo resonaba el<br />

soneto, ese soneto que pasadas las horas más imperfecciones le encontraba, no lograba<br />

seducirme, los sonetos eran viejos, tan viejos como no estar autorizada a escribir <strong>de</strong><br />

menstruación, maternidad, bisexualidad, tal viejo como no conocer Amora si no vives en<br />

la Ciudad <strong>de</strong> México, tan agonizante como escuchar a Carlos Fuentes en pleno <strong>2009</strong>,<br />

tomar café rancio. Pasado sin remedio, pasado <strong>de</strong>l siglo <strong>de</strong> oro sin luces, aburrido.<br />

15


Bosteza en mis recuerdos <strong>de</strong> esa noche, seguía sentada en mi trono, en esa esquina.<br />

Alguien envió las sirenas, pensé. Se dibuja la sonrisa <strong>de</strong> la medusa.<br />

Qué bueno que sé este juego seductor <strong>de</strong> otra forma ya estaría entre los brazos <strong>de</strong> ese<br />

caballero. Ellas volvían a repetir el tono, el canto, les indiqué la salida por el ventanal, las<br />

besé en la frente y les dije que ellas podían <strong>de</strong>sarrollar su estado en seres evolucionados y<br />

menos estúpidos. Se molestaron, me chiflaron que esa había sido su función, reencontrar<br />

los verda<strong>de</strong>ros lazos <strong>de</strong> los amantes, el amor romántico no <strong>de</strong>bería morir, no era<br />

permitido quitar el <strong>de</strong>do <strong>de</strong>l renglón en la sexualización <strong>de</strong> las lolitas.<br />

Una ellas dijo llamarse Partenope o Penélope, su ahora borroso rostro en algún tiempo<br />

fue hermoso, maldición la alcanzó por esperar tejiendo y <strong>de</strong>stejiendo, ¡qué tonta! Creyó<br />

ser merecedora <strong>de</strong> semejante mal trato, permitió ser fulminada. Ahora se aburre cantando<br />

los mismos versos y otra vez. Jamás llega a la perfección porque solo existe en la cabeza<br />

<strong>de</strong>l macho, su piel perdió la sensibilidad el día que fue arrojada <strong>de</strong> los cantillos dorados<br />

<strong>de</strong> Neptuno. Se confesó agobiada <strong>de</strong>l mito, y ella a diferencia <strong>de</strong> las otras estaba a punto<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sintegrarse como sirena. No sabía su <strong>de</strong>stino, tampoco le preocupaba y al parecer<br />

este encarguito era su último. Debería distraer el alma <strong>de</strong> varias mujeres <strong>de</strong> esa esquina,<br />

complacer a la mujer celeste y explotar.<br />

No supe dón<strong>de</strong> había quedado mi cuerpo con semejante <strong>de</strong>scubrimiento, busqué <strong>de</strong> entre<br />

mis contactos alguien que supiese <strong>de</strong>l mito y no encontré nada. Elevé mis ojos al<br />

hemisferio <strong>de</strong>recho, ahí tenía que encontrar la mentira que me llevase a la verdad y <strong>de</strong><br />

entre mis vagos pensamientos vi esto….<br />

Las sirenas se alimentaban <strong>de</strong> las químicas que segregan las mujeres al sentirse<br />

hechizadas. También hacían su parte con los hombres, pero no me dijeron qué porque no<br />

se los permitían. Les pregunté que si la mujer celeste era su dueña y me dijeron que sí<br />

porque había logrado conquistar al Dios <strong>de</strong> los mares, a Neptuno. Hacía ya muchos años<br />

16


que Neptuno se encontraba apacible, esperando a la mujer celeste. Las sirenas intentaron<br />

todo, pero ninguna supo como atraerlo. Cuando la mujer celeste llegó, las sirenas cayeron<br />

rendidas ante ella. Traían variados y nuevos conjuros <strong>de</strong> amor. Las callé, me asustaron,<br />

me transmitieron la soledad <strong>de</strong> las medianías <strong>de</strong>l mar, sentí su llanto perene por no tener<br />

matriz, vagina. No recordaba la maldición que se había vertido sobre ellas, pero si<br />

entendí su necesidad <strong>de</strong> ser mujer humana. Traté <strong>de</strong> explicarles que no era gran cosa ser<br />

mujer en la tierra, pero estaban tan distraídas en sus propios cantos, en su soberbia que ni<br />

siquiera se enteraron. Ella buscaba a sus hijas y a las hijas <strong>de</strong> otras, y las otras nos<br />

buscábamos entre nosotras, y no nos hallábamos, estábamos <strong>de</strong>saparecidas, por eso<br />

salíamos a encontrar su línea entre la borradura en el Camino Real.<br />

-Pero es que las sierenas sí existen, las han creado para que sufran y se suici<strong>de</strong>n en los<br />

conventos cuando las violan y obligan a abortar. Les han arrancado la matriz en vida, los<br />

pezones, les hicieron surcos en la piel para vaciar el semen, las han torturado por ser<br />

mujeres. Y esos tallercillos <strong>de</strong> escritura no quieren que ellas <strong>de</strong>spierten, yo vi cuando nos<br />

aventaban los velos en la entrada, lo vi claro por eso me arrumbaron, pero como yo soy<br />

jota, mejor me fui a la rumba, tú eres mujer, y hasta eso, tu consciencia no te <strong>de</strong>jaba<br />

escapar en la risa, escapabas a otros lugares. Las sirenas sí existen tanto como la jotería.<br />

Me confirmó Arturo con el tono que te da la seguridad <strong>de</strong> poseer verdad absoluta.<br />

La afirmación me cimbró los pies en la tierra para asegurarme <strong>de</strong> no flotar o salir<br />

corriendo. Quise comprobar que mi amigo era <strong>de</strong> carne y hueso. Por primera vez fijé mis<br />

ojos en él. No daba crédito a la belleza <strong>de</strong> su rostro que entre blanco y azul. Di salto<br />

sobrecogida por el <strong>de</strong>scubrimiento. Me froté con fuerza los parpados que recién habían<br />

sido cerrados por sus manos. Su crueldad al <strong>de</strong>scribir a las sirenas. Las musas arrastradas<br />

en los avisos <strong>de</strong> cuidarnos.<br />

17


El suspiro que expulsó mi cuerpo estremeció la estancia, mi mente quedó <strong>de</strong>solada, no<br />

voces ni imágenes. Cuando regresé mi vista a su rostro, él llevaba ya puesto sombrero<br />

que le cubría sus ojos. Mi mu<strong>de</strong>z no atinó a preguntar, en cambio, mi amigo <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> serlo<br />

para transformarse en bello ser azulado que me escuchaba con todos sus sentidos y más.<br />

De ahí en a<strong>de</strong>lante la convivencia no fue la misma. Ahora <strong>de</strong>bería reforzar mi terquedad y<br />

saberlo vivo, humano. Le repliqué enfadada.<br />

-El hecho <strong>de</strong> que estés en otro lugar, no sé don<strong>de</strong>, no significa que sepas todas las<br />

verda<strong>de</strong>s ocultas, Arturito. De hecho, conservo tu último correo electrónico. Cuando<br />

<strong>de</strong>seo ver tus palabras, pues, lo abro y ya. Tú le has enseñado a la medusa la risa, pero te<br />

has ido a los 33, te has muerto <strong>de</strong> la peste homosexual, el gobierno pedófilo, así lo dijo en<br />

los noventas. No pue<strong>de</strong>s ser real, no es posible, te cremamos hace mucho, ¿qué hago<br />

aquí? ¿Qué hago?<br />

Le dije mofándome <strong>de</strong> su estado actual, estado ausente <strong>de</strong> placeres, dolores, sabores,<br />

ten<strong>de</strong>ncias, atinos y <strong>de</strong>satinos.<br />

- Pero ¿qué más viste en tus pensamientos?<br />

Me preguntó intrigado sin darme ninguna explicación <strong>de</strong> su estado.<br />

- <strong>de</strong> ellas tocó el violín.<br />

Continué el diálogo llevando impreso el asombro, miedo e intriga.<br />

- La sirena que tocaba el violín no logró la melosidad suficiente. vez separada <strong>de</strong> su<br />

grupo quise persuadirla, pero la mujer celeste estaba en todas partes y <strong>de</strong> santiamén le<br />

arrebató el violín e intentó estrellarlo en mi rostro. Sin el mayor recato me quité <strong>de</strong><br />

encima el mosco que se aproximaba a mi frente. Le sonreí, ella muy enfadada se esfumó.<br />

Penélope <strong>de</strong>cidió acompañar a la mujer celeste. Lo supe porque cuando el caballero me<br />

18


esó en la entrada <strong>de</strong>l elevador, ahí estaban las dos. Las sirenas lograron colocar el<br />

hechizo, pero <strong>de</strong>spués les iría muy mal. Ya no quiere seguir viendo, estaba agotada <strong>de</strong> ver<br />

hacia el hemisferio <strong>de</strong>recho, hacia la esquina <strong>de</strong> mi cabeza, ya mi sangre se había casi<br />

<strong>de</strong>tenido, mis pies se encontraban completamente dormidos.<br />

Recuerdo que cuando salimos <strong>de</strong> el Tap, me <strong>de</strong>spedí <strong>de</strong>l fantasma, él me instaba a<br />

quedarme sin embargo salí corriendo, salí como alma que lleva el diablo, afuera me<br />

esperaba mi buen amigo editor que la Virgen había enviado para llevarme a mi casa.<br />

Agra<strong>de</strong>cí a la Virgen haberse manifestado, me salvó <strong>de</strong> noche posterior arrepentida.<br />

II. La Virgen ver<strong>de</strong> que extien<strong>de</strong> sus brazos.<br />

-A ver, ¿qué tiene que ver la Virgen en todo esto?<br />

Me insistió Arturo, ahora con una mueca <strong>de</strong> predicción, con su boca hacía sonidito <strong>de</strong><br />

fastidio, ttt…ttt…ttt, se escuchaba mientras movía su <strong>de</strong>do índice y cabeza en señal <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>saprobación. No le puse mucha atención y traté <strong>de</strong> no involucrarme en sus sentimientos<br />

<strong>de</strong> rechazo y como si nada continué mi diálogo.<br />

-La virgen era ajena. No la había visto bien. En mis recuerdos existía como la sufrida <strong>de</strong>l<br />

Rosario <strong>de</strong> mi abuela. Mi madre jamás me habló <strong>de</strong> ella, cosa curiosa siendo mexicanas.<br />

Crecí careciendo <strong>de</strong> la feminidad divina. Dios era masculino, puramente hombre y ya. Así<br />

es que lo odiaba por todos los medios posibles, no lo sabía hasta apenas meses antes <strong>de</strong><br />

los orgasmos que siguieron al fantasma. ¿Qué cómo <strong>de</strong>scubrí a la virgen? Fue mañana <strong>de</strong><br />

hastío esperando en la línea <strong>de</strong>l puente que divi<strong>de</strong> a Ciudad Juárez y El Paso. Eran las<br />

6am. No atinaba ninguna canción o buena programación en la radio. Sintonicé am, al<br />

Rosario matutino con acento argentino. Era la voz suave, inspiradora <strong>de</strong> mujer madura,<br />

<strong>de</strong> esas que ya saben todo <strong>de</strong> la vida. De pronto en el tercer misterio rompí en llanto,<br />

llanto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo <strong>de</strong>l todo, llanto que partía pen<strong>de</strong>jo. llanto<br />

19


<strong>de</strong>sahogado, muy estremecedor. Por primera vez no cuestioné la emoción, por primera<br />

vez viví la gloria inmersa en el averno, entre los autos, las miradas <strong>de</strong> cansancio y<br />

<strong>de</strong>solación <strong>de</strong> los cursantes. Lloré por varios minutos tres para ser exacta. Ese día fui<br />

muy feliz impartiendo mi clase <strong>de</strong> español. Pue<strong>de</strong> ver los sentimientos <strong>de</strong> mis jóvenes<br />

alumnos, sonreí y comprendí que ningún afán es tan gran<strong>de</strong> o pequeño, comprendí que la<br />

existencia es mucho más que trabajo, seguridad económica, futuro que no existe ahora.<br />

Me di con todos, finalmente entendía esa frase <strong>de</strong> que todos somos . Mientras partía<br />

<strong>manzana</strong> para el <strong>de</strong>sayuno vi el mal él bien en instante. La forma en corazón <strong>de</strong> la<br />

<strong>manzana</strong> se manifestó en su geometría perfecta, el interior , vagina, superficie <strong>de</strong> los<br />

secretos <strong>de</strong>l origen, los secretos <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong>l hombre sabiduría. Comprendí los<br />

símbolos <strong>de</strong> la tentación, me parecieron tremendamente injustos, absurdos. La<br />

femineidad divina recién <strong>de</strong>scubierta se fugaba por el centro transvasando las semillas.<br />

Jalé con fuerza el vástago <strong>de</strong> la <strong>manzana</strong>, comprobé su apego al inicio <strong>de</strong> la forma<br />

corazón. Jalé con fuerza hasta arrancarlo. El sonido <strong>de</strong> platos blancos rotos en la<br />

cafetería escolar, me regresó <strong>de</strong>l viaje a<strong>manzana</strong>do.<br />

Al siguiente lunes repetí la misma rutina. Surtir la <strong>de</strong>spensa a las 5am, cruzar la línea<br />

fronteriza a las 6am y por supuesto escuchar el Rosario <strong>de</strong> voces argentinas. Así pasaron<br />

siete lunes y varias mamadas <strong>de</strong> frente.<br />

Noche. tranquila, apacible y azul noche. Ella se manifestó. Recuerdo perfectamente la<br />

fosa <strong>de</strong> tres metros <strong>de</strong> profundidad, y ahí en el fondo estaba el manto ver<strong>de</strong>, el rostro, sus<br />

tiernas manos abiertas a abrazarme. Recuerdo su fina voz, recuerdo lenguaje diferente<br />

sin acento que me <strong>de</strong>cía “Sácame <strong>de</strong> aquí, quiero vivir en ti”. Le pregunté por los ángeles<br />

y los querubines, me dijo que ellos ya no serían más estatuas en mi vida. Los animó y en<br />

gesto <strong>de</strong> infinito amor, ellos respondieron, me acariciaban el rostro. Muy incrédula, aún<br />

en mis sueños, los regresé a su estado fósil, inerte y ahí se quedaron. Des<strong>de</strong> entonces, en<br />

vano, he tratado <strong>de</strong> dinamizar a esas estatuas, estatuas congeladas por mis miedos y<br />

dobleces, yo temía regresar a las andas católicas, esas que<br />

20


creen en los monitos, esas que jalan hilos <strong>de</strong> santos y santas, andadas <strong>de</strong> esquizofrenia <strong>de</strong><br />

las abuelas, andadas <strong>de</strong> sarcasmos atorados que pactan el or<strong>de</strong>n.<br />

Tenía varios años tratando <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r el por qué <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scuido a mi belleza, a mis<br />

dotes. No sabía que algo <strong>de</strong> mi feminidad se había fugado entre tantas <strong>de</strong>cepciones. vez<br />

<strong>de</strong>scubierta la virgen, le supliqué que me guiara a ser bella, a ser mujer, <strong>de</strong> esas que<br />

saben todo en la vida. De esas mujeres perfectas que termina invadidas por el cáncer,<br />

pero mientras eso suce<strong>de</strong>, inspiran todo lo que tocan. Or<strong>de</strong>nan, planean, administran,<br />

limpian, futurizan, aman, crían, crean, aman, limpian, trabajan, gritan, manipulan, se<br />

maquillan, usan joyería, oran, creen, aman, se apasionan, se <strong>de</strong>cepcionan, las golpean, les<br />

regalan joyas, las abandonan, enferman y mueren. De esas perfectas <strong>de</strong>seaba ser.<br />

Salvador escuchó muy atento mi experiencia y siendo hombre <strong>de</strong> fe, me felicitó por el<br />

don <strong>de</strong> ver esas zonas erróneas en mí, ahora que me recuerdo me doy güevil. Le agra<strong>de</strong>cí<br />

estar conmigo y le prometí cuidarme y ser mujer, ¿cómo? no lo sé, pero yo estaba<br />

<strong>de</strong>cidida a lograrlo.<br />

Que fiasco al lograrlo, que frágil relación el ser mujer mujer, verse bella, materializarse<br />

mujer como lo dice la sociedad. Es <strong>de</strong>cepcionante porque cuando lo había logrado<br />

Salvador me propinó tunda, me golpeó frustrado <strong>de</strong> no po<strong>de</strong>r manipularme. Supe que<br />

había logrado ser mujer cuando <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> golpearme me regaló joya. Confieso<br />

haberme sentido feliz, halagada al abrir la cajita y <strong>de</strong>scubrir diamante. En ese momento,<br />

en ese preciso momento, me maravilló el <strong>de</strong>scubrir las patrañas <strong>de</strong> estar mujer, estar<br />

mujer bajo el yugo <strong>de</strong> tus convicciones, las convicciones <strong>de</strong> los nefastos roles. Me<br />

conmovió el <strong>de</strong>scubrimiento al igual que Salvador siendo él también víctima <strong>de</strong> la misma<br />

circunstancia. Se lo hice saber. Aseguró no haber comprando la joya a cambio <strong>de</strong> mi<br />

perdón. El sueño parecía aletargado. Abrimos la boca para gritar, pero no salía nada, el<br />

grito helado, gas <strong>de</strong> luz para las dos.<br />

21


Arturo estaba boquiabierto con mi experiencia e indagó.<br />

-Entonces tú no tenías fe en la virgen y <strong>de</strong> pronto se <strong>de</strong>spertó eso en ti. Pobrecita, no<br />

sabes que daño te hará ser creyente sufrida y andar hilado virtud, ¡no mana, no ¡Mira, no<br />

sé como explicártelo sin ofen<strong>de</strong>rte! No quiero <strong>de</strong>sbaratar la belleza que acabas <strong>de</strong> crear.<br />

Me lo has confirmado con los golpes, los diamantes.<br />

No le permití continuar, intuía su discurso <strong>de</strong>structivo y bruscamente lo interrumpí.<br />

-Como si me importara lo que me vas a <strong>de</strong>cir. Na<strong>de</strong> vive a través <strong>de</strong>l otro, o sea, nadie<br />

experimenta en cabeza ajena. Y cuando tu me cuentes tus visiones o fantasías que te<br />

sigues creando allá don<strong>de</strong> estás, pues yo estaré preparada con tijera para que no me<br />

alcance tu influencia. Con todo respeto, te quiero, te amo, has sido trascen<strong>de</strong>ntal en mi<br />

existencia, pero fuera <strong>de</strong> estarte contando no permitiré que tu jotería a lo Almodóvar me<br />

alcance….<br />

Con gesto <strong>de</strong> infinito amor, tolerancia con la visión que ahora poseía, me dijo.<br />

-Ya, ya. No te agobies ni te enojes, ni veas rojiza, ni te me pongas Todo sobre mi madre.<br />

Mira las chispas que salen <strong>de</strong> tus pupilas. Voy a <strong>de</strong>cirte que la virgen es símbolo sólo<br />

eso, símbolo que se ha manifestado en ti, para bien o para mal, sólo tu lo <strong>de</strong>scubrirás.<br />

-Pues te comparto que los siguientes días a mi <strong>de</strong>scubrimiento me entró <strong>de</strong>seo ferviente<br />

por ser monja. Le supliqué a Salvador alejarse <strong>de</strong> mí. Rezaba <strong>de</strong> sol a sol. Aprendí a<br />

persignarme. Me encontré en paz absoluta y ver lo que le pasaba a mi J’Twon (Ciudad<br />

Juárez) me llenaba <strong>de</strong> conmoción, oré por todos, oré por los buenos y malos lí<strong>de</strong>res, los<br />

presidiaros, las víctimas, los <strong>de</strong>lincuentes. Oraba con tanto fervor que la misma oración<br />

me la llevaba al sueño, ahí <strong>de</strong>scubrí la otra realidad. realidad que partía <strong>de</strong> mi interior.<br />

Manejé tan bien los símbolos oníricos que pu<strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir eventos en mi entorno. Veía a la<br />

gente y les sabía sus miedos, sus <strong>de</strong>monios más recónditos. A<br />

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veces, hablaba sin ser consciente <strong>de</strong> mi discurso. Pasaron eventos extraños que poco a<br />

poco se normalizaban en los cuerpos <strong>de</strong> otras.<br />

III. Apariciones, café, correspon<strong>de</strong>ncia electrónica.<br />

-De hecho, conservo tu último correo electrónico. Cuando <strong>de</strong>seo ver tus palabras, pues, lo<br />

abro y ya. Y eso <strong>de</strong>l café matutino recuerdo que lo odiabas, preferías el cigarrito en<br />

mano, mana. Por aquello <strong>de</strong> que se te quitara el apetito y seguir flaca, flaca. Te<br />

enfermaste, le metiste todo el pie a la vida, y ¿te sientes mal <strong>de</strong> no haber cuidado el<br />

cuerpo?<br />

-No sé, solo te digo que el pasado no es intocable, tú dale, hazme garras pedorras. Del<br />

pasado lo mejors y tú eres parte <strong>de</strong> eso maravilloso.<br />

Re: te quiero<br />

Sent<br />

To:<br />

Thu 7/31/03 11:15 AM<br />

emino182001@yahoo.com<br />

>From: Arturo <br />

>To: yaneth <br />

>Subject: te quiero<br />

>Date: Tue, 29 Jul 2003 18:00:39 -0500 (CDT)<br />

>hola amiga a ver si esta chinga<strong>de</strong>ra si te llega ahora por que ya te he mandado como<br />

4256 y tu bien gracias ni en cuenta sabes quiero <strong>de</strong>cirte que siempre vas a contar<br />

conmigo para lo que sea así sea lo mas dificil en tu vida alli voy a estar cuidandote<br />

gracias por tu amistad y por todos estos, años <strong>de</strong> felicidad tristezas y alegrias por<br />

supuesto jijijiji tambien quiero <strong>de</strong>cirte que siempre estas en mi corazon todos los dias no<br />

23


creas que se me olvida que tengo a mi lado la verda<strong>de</strong>ra amiga como mi hermana<br />

gracias 1000000 gracias por todo y ya sabes que no te tengo que <strong>de</strong>cir que cuentas<br />

conmigo tu ya lo sabes te quiero mucho cuidate mucho besos... ten cuidado con el<br />

violador <strong>de</strong>l metro taxqueña..cuidate mucho.<br />

>From: Yaneth <br />

>To: Arturo <br />

>Subject: Re: te quiero<br />

>Date: Tue, 30 Jul 2002 11:11:11 -0100 (CDT)<br />

Jaja, no había visto tus correos todos llenos <strong>de</strong> errores ortográficos pero saturados <strong>de</strong><br />

amor y ternura. Te quiero mi enfermero, supe que te graduaste finalmente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

varios intentos y connatos <strong>de</strong> carreras, Comunicación y Psicología, no pu<strong>de</strong> ir al pase <strong>de</strong><br />

la luz en las velas, o sea a tu graduación porque ya sabes que en mis días hay maquila y<br />

estudios, me <strong>de</strong>spierto a las 4am y me duermo a las 10pm bien jodida.<br />

Conocerte ha sido lo mejor que me ha pasado durante mis estudios, eres pura regazón,<br />

fiesta y alegría, este fin <strong>de</strong> semana sí me <strong>de</strong>scuelgo para la calle Texcoco, a tu casita en el<br />

centro, ¿vamos al cine a ver la nueva <strong>de</strong> Almodóvar y <strong>de</strong> ahí nos lanzamos a enlodar el<br />

apellido a la Juárez, luego a la Mariscal? A lo mejor nos alcanza el domingo para caerle<br />

al Whatever y al OP en El Chuco aunque ya sé que no te gusta ver a los jotos viejos con<br />

chancletas, a esos <strong>de</strong> El Paso que no saben español, te caen regordo.<br />

No entiendo porque no había leído tu correspon<strong>de</strong>ncia si reviso vez por semana esta<br />

chiva, mejor llámame, no seas remamón. Emino es tu gato, ¿verdad? Ah ¡cómo fregaste<br />

con eso! Yo también te quiero muuuuuucchhhooo, Picudo Florencia. Pue<strong>de</strong>s enten<strong>de</strong>r que<br />

mi religión no me <strong>de</strong>ja hacer muchas cosas y que la llevo hasta el tuétano <strong>de</strong> los huesos, y<br />

el pene lo llevo en la vagina hasta cuando hablo, ¿te acuerdas que supimos distinguir a las<br />

mujeres que andan apretando la verguilla con la vagina todo el tiempo cuando hablan?<br />

Jajajaja, te pasas Picudo, -esas cantantes, concursantes <strong>de</strong> belleza y escritoras los traen<br />

a<strong>de</strong>ntro-<br />

24


¿De dón<strong>de</strong> sacas tanto?<br />

Bueno, ya te <strong>de</strong>jo que estoy usando la computadora <strong>de</strong>l trabajo para contestarte y me está<br />

gritoneando el jefe Estudillo y Picoy.<br />

-Carro blanco a su <strong>de</strong>recha- Cuidado con la policía <strong>de</strong> Juárez, mijoooooo. Ah y con la<br />

panochilla valiente.<br />

Nota importante: No le vayas a enseñar este correo a nadie porque me daría mucha pena<br />

que leyeran lo que solo te puedo <strong>de</strong>cir a ti.<br />

>From: Arturo <br />

>To: yaneth <br />

>Subject: te quiero<br />

>Date: Tue, 30 Jul 2003 12:00:00 -0700 (CDT)<br />

Jijiji… mi pinchi carro con el mofle caido anunciando que voy a llegar a como <strong>de</strong> lugar,<br />

le hice amarre con la corbata que le quite al ultimo amante que levanté en el monu…<br />

apenas se usar el teclado y quieres que ponga acentos, no chingues….a mi me gusta ir <strong>de</strong><br />

corrido tronando los <strong>de</strong>dos para hacer circulos en el aire y que reacciones que Solo se<br />

vive vez… y A quien le importa… ya le dije a la malcogida que se le nota hasta en lo<br />

que escribe, ay ay… el soplo <strong>de</strong>l llanto en las sirenas <strong>de</strong>l siglo <strong>de</strong> oro molido… Ya le dije<br />

y que suelte al Viejo que sus chamacos ya estan vergudos, que no tiene que aguantar mal<br />

sexo, ya saben que yo las voy a sacar <strong>de</strong> la muina pero si aceptan sexo jodido no las voy a<br />

llevar ni a la esquina a la joteada, cuerpos, ¡qué escandala! Y las pinches kas que me caen<br />

en los tanates….Lo mismo te digo a ti, no seas luchona contigo, no vale la pena, <strong>de</strong>ja el<br />

rosario, y las oraciones…la escuela no sirve… solo te quitan dinero y tiempo valioso para<br />

hacer negocios o cuidar a las abuelas… no creas que yo solo estoy a la pepencha… le<br />

busco por todos lados para que salga para las caguamas, la ropa <strong>de</strong> moda y las lociones,<br />

a<strong>de</strong>mas ahora tengo a emino….eeesss….tupiiiiddddaaa, salte bien a bien <strong>de</strong>l closet,<br />

Atrévete, somos cuerpos, cuerpazos. Este 31 <strong>de</strong> octubre voy a preparar la mejor fiesta <strong>de</strong><br />

disfraces <strong>de</strong> la comarca, y <strong>de</strong> refilon estare invitando a las vestidas <strong>de</strong> la Mariscal… este<br />

fin nos iremos en tu carrito azul que todavia sobrevive …pasa por mi <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Viernes<br />

25


por la noche… aca te quedas en mi cama <strong>de</strong>l rey Harturo aunque me la pase a dieta y<br />

quiera <strong>de</strong>saparecer …llamame a tu hora <strong>de</strong>l loche para contarte el chisme mas reciente<br />

<strong>de</strong>l vampire <strong>de</strong> la colonia roma, y <strong>de</strong> la enclosetada. Coge rico y si no hay con quien pues<br />

jalate el yoyo con el <strong>de</strong>do… jijijijiji, cuidado con la mama <strong>de</strong> Norman Bates, el pelito!<br />

Arturo me observó sorprendido <strong>de</strong> la belleza <strong>de</strong> sus propias palabras, la broma con la que<br />

cerraba sus conclusiones. Me insistió que la conversación giraba en torno al fantasma y<br />

que esa correspon<strong>de</strong>ncia no <strong>de</strong>bería restarle seriedad al asunto que nos atañía ahora, dijo<br />

que él no se reconocía en el estado noventero, que ya no era la misma persona y que por<br />

favor no jodiera la borrega queriendo vivir para siempre con la psique en las calles <strong>de</strong><br />

Ciudad Juárez. Así es que continué….<br />

-Después <strong>de</strong>l 31 <strong>de</strong> octubre estaba tan agobiada por el fantasma <strong>de</strong> la esquina. Es que juro<br />

que lo veía en todas partes que le suplicaba a mi recién <strong>de</strong>scubierta virgencita alejarlo <strong>de</strong><br />

mí. Y ni con veladoras ni nada se apartaba, al contrario me tentaba, <strong>de</strong> la nada aparecían<br />

cuentos en mi correo electrónico, cuentos don<strong>de</strong> yo era la reina, vestía falda a cuadros,<br />

botas largas, tenía cuerpo firme, blusa negra que alcanzaba hasta el cuello, sonrisa y<br />

labios que le dan forma a cada palabra. buen día le contesté el cuento, como para torearlo<br />

y ver qué tan fantasma era. En mañana <strong>de</strong> tedio, me preparé a soñarlo, esa era la única<br />

forma que podía ir a su imagen, su imagen que me causaba pavor, seducción ganas <strong>de</strong><br />

vivir para siempre o al menos hasta los 120 años.<br />

Me asomé por la ventana <strong>de</strong> cristal, la nieve cayó, se quedó en mis ojos, me arrulló hasta<br />

el hipnótico cansancio. Después lo vi en la cuarta dimensión.<br />

…Y me dormí, estaba segura <strong>de</strong> que ahí lo iba a ver, y <strong>de</strong> día lo pensaba y lo sentía. Los<br />

días pasaban y me volvía a dormir, su imagen no aparecía. Se había esfumando <strong>de</strong> este<br />

mundo, el mundo onírico, el mundo don<strong>de</strong> todas las consciencias se comunican<br />

libremente.<br />

26


Y por fin, noche, en sueño, ahí estaba. No daba crédito, y me esforzaba por no<br />

per<strong>de</strong>rme la historia, no quería <strong>de</strong>spertar. Ahí estaba su historia. ...<br />

Él cortejaba a mujer… Lola…<br />

… me moría <strong>de</strong> celos sin enterarlo.<br />

De pronto <strong>de</strong>sperté, ya iba tar<strong>de</strong> al trabajo, quería seguir durmiendo para continuar el<br />

sueño, para verlo. Nunca lo vi. Me quedé profundamente dormida y nunca lo vi. Parecía<br />

que su imagen estaba reservada para los <strong>de</strong> carne y hueso, su imagen era humana, <strong>de</strong><br />

razón no <strong>de</strong> emoción, mucho menos <strong>de</strong> corazón.<br />

-Pero, ¿qué no era fantasma?<br />

-Sí lo era, déjame termino <strong>de</strong> leerte el sueño-cuento…<br />

Seguía sin verlo y mi pulso acelerado motivaba el sudor, me esforzaba por olvidar que<br />

entre él y yo existía otra, la Lolita <strong>de</strong> todos los perversos.<br />

En santiamén, mi celular, en mi celular, ahí, ahí estaba, estaba su voz suave con aliento<br />

limpio y profundo, su voz con timbre autopsiéis, voz que se crea a sí misma, voz <strong>de</strong><br />

hombre poeta. Me <strong>de</strong>cía las palabras <strong>de</strong>seadas me cantaba como se canta en la<br />

dimensión don<strong>de</strong> se gestan las gran<strong>de</strong>s i<strong>de</strong>as, en la dimensión <strong>de</strong> la mente. Me cantaba<br />

sin melodía ni cursilería. Hablaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los más amoroso profundo y suave. Era él,<br />

hablaba por él o a través <strong>de</strong> él. Sólo timbraba, sonaba y me hacía feliz, y nunca lo vi.<br />

Solo sonó.<br />

Desperté pensando que últimamente vivo en los sueños, me enfurecía, me amargaba,<br />

tomaba café lo suficientemente negro. Endulzó el día y podía seguir recordando…<br />

-Le escribiste el cuento? Digo, ¿se lo enviaste?<br />

-No lo recuerdo, cuando lo leía vi números y letras. Era programa al que tenía acceso<br />

fácilmente. Debería seguir leyendo, ¿me permites?<br />

-Espera, tal vez tiene que ver con tu amigo A, el escritor, el que programa las<br />

computadoras. A lo mejor por ahí se cuela el fantasma. Es que bárbaros necesitarían estar<br />

bien distraídos para no darse cuenta.<br />

-Tal vez sí, pero para ese entonces yo no había conocido a A.<br />

27


-Pero en el mundo, al que has ido, no tienes que haber conocido a las personas para<br />

comunicarte con ellas. Ya las conoces, las almas están listas para materializarse en<br />

cualquier momento. Se van ayudar, te lo juro que se van ayudar a ser más y más felices<br />

cada día.<br />

Mientras mi buen Arturo me platicaba lo que el podía ver <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su estado, el<br />

violeta inundó la estancia <strong>de</strong> nuestra conversación. El amor entre los dos se renovó, aire<br />

fresco movía nuestras palabras, con la palma <strong>de</strong> mi mano quise acariciar su letra. Mis<br />

ojos se llenaron cristalinos, llanto continuo que no cesa, llanto <strong>de</strong> placer, llanto que<br />

purifica su alma y la mía mientras conversamos. Abro los ojos y las lágrimas me impi<strong>de</strong>n<br />

ver el teclado. Abro la mirada y ahí está él, Arturo, otra vez. Arturo que ha prometido<br />

estar conmigo en los tiempos más difíciles, Arturo sexual-textual.<br />

Seguí leyendo el cuento a mi amigo, el cuento que le había escrito al fantasma, al<br />

fantasma <strong>de</strong> la esquina <strong>de</strong>l Camino Real.<br />

-Era ella, la más fea y oscura <strong>de</strong> todas. Así inicié mi diálogo. Y él me atendía con todos<br />

sus sentidos con amabilidad, <strong>de</strong>seo. Me preguntaba queriendo entrar a mi mundo. Yo le<br />

<strong>de</strong>scribía a la abuela. A esa mujer que estropeaba mi existencia, mi niñez, a esa mujer a<br />

quien le <strong>de</strong>bo mi amargura. Le <strong>de</strong>scribía al tío violador.<br />

La noche ver<strong>de</strong> oscuro, era silenciosa, tranquila. Se parecía a la aceituna en la copa, que<br />

si no la mueves, ahí se quedará, se quedará hasta exterminarse.<br />

Los dos muy cansado <strong>de</strong> la noche <strong>de</strong> anoche, <strong>de</strong>svelados <strong>de</strong> vinos y besos, embelesados,<br />

atentos escuchando, hablando.<br />

-Ya vámonos, ¿no te molesta?<br />

Me dijo el fantasma.<br />

-Por supuesto que no.<br />

Afirmé, queriendo irme.<br />

Nos dirigimos a su automóvil. Él me pasaba su mano firme y segura por el hombro. Con<br />

su mano sobre mí, el cuerpo sentía <strong>de</strong>scarga que inmediatamente mi mente alejaba,<br />

rayo rojo que me negué a escuchar.<br />

28


- ¿Luego?<br />

Insistió Arturo con eterna paciencia.<br />

- Luego llegaron los violines, el piano y la pianista. Los violines me recordaron a mi<br />

abuelo, se parecían a Lola, la mujer <strong>de</strong>l sueño, la otra. Era chiquitos, melosos, sutiles. Los<br />

violines cumplieron su función, me llevaban con mis antepasados. Ahora no era mi<br />

abuela, era el abuelo, era el tío musical. La amargura se estaba transformando. Vibraban,<br />

hacían eco a Paganini <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el infierno. El violín transmutó a la oscura mujer que osó<br />

amargarme la vida. La convertía en música, cuerda, vibración que la expulsaba <strong>de</strong>l<br />

inframundo, la llevaba y me llevaba a disfrutar el momento.<br />

No quería escuchar comentarios, sólo me envolvía en los recuerdos y su compañía. Ahí<br />

estaba él, el que no podía ver en mis sueños, el que <strong>de</strong>seaba meterse en mi imaginación.<br />

Después conversamos con la pianista, ella vestía <strong>de</strong> negro, tenía su pierna fracturada, su<br />

voz <strong>de</strong>lataban el dolor, el cansancio. Ella intentaba ser amable conmigo pero en realidad<br />

lo quería a él. Les permití conversar y me fui, me distraje y luego regresé.<br />

Regresé a sentarnos frente a botella <strong>de</strong> vino, quesos, sabor a toronja adictiva. El canto<br />

<strong>de</strong> las sirenas siempre estaba ahí. Él veía mi rostro y <strong>de</strong> cuando en cuando mi escote. Yo<br />

veía sus palabras, sus ojos, y esa mirada abismal que no lograba ver en mis sueños. Jamás<br />

lo olvidaré.<br />

Esa mirada esponjaba mi cabello, arrancaba mis sonrisas. Y esta vez si escuché la<br />

<strong>de</strong>scarga, vi los rayos coloridos. Me provocaba.<br />

Su mirada, las palabras, su soplo, el vino, los violines se han quedado penetrados en mi<br />

aura, esperando ver, esperando verlo en mis sueños para así juntos terminar <strong>de</strong> escribir El<br />

fantasma <strong>de</strong> la amargura. El fantasma y yo <strong>de</strong>seábamos escribir juntos pero el tiempo, el<br />

espacio, la voluntad y Salvador no lo permitieron<br />

Arturo me escuchaba embelesado con ganas <strong>de</strong> estar ahí. Su corazón <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> lanzar<br />

<strong>de</strong>stellos. Se había ido por instantes. Regresó y me dijo que no le permitieron ir a mis<br />

experiencias con el fantasma que por favor continuara…<br />

- Arturo, ahora recuerdo que si le envié el cuento por correo electrónico.<br />

29


Le insistí con asombro <strong>de</strong> recordar algo que pensé olvidado.<br />

-En cuanto terminé <strong>de</strong> escribir lo repliqué a la misma dirección electrónica. Esperé<br />

paciente la respuesta. Como te <strong>de</strong>cía en el cuento, ya se me hacía tar<strong>de</strong> para el trabajo y<br />

me fui. Abría mi correo vez por hora y nada <strong>de</strong> nada. Así pasaron otros trece días hasta<br />

que lo vi, juro que lo vi, en la esquina <strong>de</strong> mi recámara, lo invité a mi cama pero me señaló<br />

que buscara en mi computadora. Ahí estaba otro cuento, cuando leía su narrativa, él<br />

parecía haberme observado varias lunas. Cada palabra ejercía conjuro. Después <strong>de</strong> leer<br />

me metí a mis suaves cobijas, sentí la tibieza ingenua <strong>de</strong> mi cuerpo, aspiré la escénica.<br />

Tenía la capacidad <strong>de</strong> olfatear su mirada, sus palabras. La sensación me conmovió y el<br />

recuerdo <strong>de</strong> Salvador trajo a mi alma consuelo. Esa mismísima noche olvidé mi Rosario<br />

en la mesa, durante mi sueño quise salir a traerlo junto a mí, pero mis fuerzas se estaban<br />

<strong>de</strong>bilitando. Algo o alguien vertía aceite ardiente en mis pies. Me advertían que el conjuro<br />

ya estaba hecho. Recé Padre Nuestro con todas mis fuerzas, me <strong>de</strong>cidí a no caer durante<br />

la vigilia. El rostro seductor, brillante con ojos amarillentos <strong>de</strong> la sirena me perseguía.<br />

Desperté y corrí rumbo al baño el sudor casi me ahoga y frente al espejo recé en voz alta.<br />

Me repetí siete veces que tan solo había sido sueño, prometí no esperar correos <strong>de</strong>l<br />

fantasma.<br />

Sin pisca <strong>de</strong> miedo o arrepentimiento, retando mis sueños, envié correo para exorcizar el<br />

conjuro don<strong>de</strong> me negué a pactar pensaba que con ello el fantasma <strong>de</strong> la esquina<br />

enten<strong>de</strong>ría que ya me había percatado <strong>de</strong> su juego y ni todas sus sirenas, ni todos sus<br />

<strong>de</strong>seos, ni todos sus po<strong>de</strong>res mi iban hacer caer. Antes <strong>de</strong> enviar el correo lo releí. Entre<br />

más lo leía, más reforzaba el amarillo <strong>de</strong> la sirena. En el correo le suplicaba que se<br />

materializara <strong>de</strong> lo contrario mi autismo se iba aseverar, le <strong>de</strong>scribí parte <strong>de</strong>l rito don<strong>de</strong><br />

me negué a pactar. Pasaban las horas, mi curiosidad aumentaba, el arrepentimiento<br />

también. Quería volver al conjuro pero esta vez a pactar, aunque eso significara mi<br />

muerte espiritual, mi muerte mujer, pobre <strong>de</strong> mí convertida en títere <strong>de</strong>l escritor y sus<br />

dobleces en otras perversas igual o peor que él, politólogo, violador <strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s. Le<br />

volví a escribir esto,<br />

30


Sí, <strong>de</strong>bí haber pactado. No me lo <strong>de</strong>jo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, constantemente vuelvo al silencio. Ahí,<br />

don<strong>de</strong> recién he aprendido a estar. Dejar que me tocaran sería interrumpir el silencio. Y<br />

en medio <strong>de</strong> la noche, la nieve afuera, el calor sofocante <strong>de</strong> mi cama. El rito se iba a<br />

iniciar en el más completo abandono, sin ruidos…. sigiloso, extraño, sin protección ni<br />

santos ni nada. La conversión llegaría en cualquier momento y la vida entraría por los<br />

pies. Los besos me quemarían hasta transformarme en cenizas. Su beso cerraría mi boca<br />

y mis arrebatos protestantes. Quitaría la amenaza, removería el castigo <strong>de</strong> la mu<strong>de</strong>z.<br />

Alejado <strong>de</strong> su silla mostrando su encanto, ocupa mi silla, me hace volver a la noche al<br />

silencio a los sueños que estoy segura día se juntarán, día, tar<strong>de</strong> sin polvos <strong>de</strong><br />

tormenta dorada.<br />

noche cuando no tenga que someter mi alma a nadie. En momento cuando vea la señal<br />

segura… la señal, la palabra libre … <strong>de</strong>je <strong>de</strong> escuchar el rostro ausente.<br />

tar<strong>de</strong> cuando las imágenes alegres regresen y el ruido intercepte los<br />

fantasmas producto <strong>de</strong> la brevedad y el silencio.<br />

- minutos <strong>de</strong>spués recibía respuesta…<br />

-¿Cómo así?<br />

Me preguntó<br />

-Sí, así, tenía que <strong>de</strong>jar mi cristiandad. Debería abandonar virgencita ver<strong>de</strong> al pactar<br />

contigo.<br />

Le contesté.<br />

-Si quieres yo me convierto.<br />

Me dijo burlándose<br />

-Es que podía leer el tono <strong>de</strong> sus frases, sabía cuándo se burlaba, cuándo era solemne o<br />

cuándo me <strong>de</strong>seaba.<br />

Estaba a punto <strong>de</strong>l enojo, el arrebato. Lo tomé con alegría y <strong>de</strong>sperté segura <strong>de</strong> que el día<br />

traería otros recuerdos que ahora se escriben.<br />

Arturo me seguía con atención. Llegaban a él memorias <strong>de</strong> nuestra vida juntos. No cesaba<br />

<strong>de</strong> repetirme “como has cambiado” “vaya que has cambiando”.<br />

31


IV. Semillas con alas<br />

Arturo había <strong>de</strong>sertado <strong>de</strong> varias universida<strong>de</strong>s. Terminó la preparatoria porque “Dios es<br />

bien gran<strong>de</strong>”, lo repetía conste. Le aburría hasta el cansancio los métodos didácticos <strong>de</strong><br />

los maestros. Lejos <strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r la lección se distraía formando mundos fantásticos<br />

paralelos a su acelerada realidad, fumaba como chacuaco en el salón <strong>de</strong> clases. A falta <strong>de</strong><br />

guía y a gobierno rechazarte <strong>de</strong> su diversidad sexual, salía <strong>de</strong>sesperado a materializar sus<br />

fantasías exponiéndose a toda clase <strong>de</strong> peligros. Amaba coleccionar música <strong>de</strong> los artistas<br />

<strong>de</strong> moda, vestir ropa <strong>de</strong> marca, saber los chismes <strong>de</strong> la farándula, organizaba tremendas<br />

fiestas <strong>de</strong> disfraces el 31 <strong>de</strong> octubre. Me ayudó a renunciar a los machistas, seguido<br />

imitaba a los hombres lujuriosos, los hacía pedazos con sus bromas.<br />

Sus fiestas <strong>de</strong> disfraces se fueron convirtiendo en tradición <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l círculo amistoso.<br />

Decoraba su misteriosa casa con imágenes alusivas al Día <strong>de</strong> las Brujas. Se aficionaba<br />

coleccionando películas <strong>de</strong> terror que le causaban risa. Se aseguró en acumular las<br />

suficientes historias <strong>de</strong> horror en su acelerado corazón que sus últimos días no fue capaz<br />

ni <strong>de</strong> mirarse al espejo pensando ser la semejanza <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los tantos personajes <strong>de</strong> sus<br />

películas, varios meses me obligó a llamarlo Horrors. A veces solía interesarse en temas<br />

fantásticos. En su plantel se llevó a cabo la conferencia impartida por Halo Buendía<br />

doctorada en Escritura Creativa. El evento fue semana antes <strong>de</strong> Halloween. Arturo<br />

<strong>de</strong>cidió asistir, así tendría tema diferente <strong>de</strong> conversación el fin <strong>de</strong> semana y la próxima<br />

semana, criticaría Halo y su maravilla encontrada, intentaría hacerla pedazos para que ella<br />

<strong>de</strong>sistiera <strong>de</strong> ser tan tan seria, no lo logró porque Halo vivía en él, era<br />

él...pensaba.<br />

Sentado en primera fila, bien vestido con la promesa <strong>de</strong> ofrecer superfiesta-borrachera el<br />

viernes 31 <strong>de</strong> octubre, viernes <strong>de</strong> la clausura, entregó su inquieto temple al ambiente <strong>de</strong><br />

la conferencista fue tanta la influencia <strong>de</strong> las palabras <strong>de</strong> Halo Buendía que<br />

constantemente trazaba o extraía i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> la conferencia, Arturo absorbía las mentes y las<br />

32


acomodaba a sus versiones, fue el mejor actor, <strong>de</strong>cía que las personas se le metían, se le<br />

trepaban para liberarlas <strong>de</strong> algún obstáculo, ¡mucho, mucho, mucho amorts! Se<br />

imaginaba capaz <strong>de</strong> magia para transformar el mundo a su antojo. Inició la plática, las<br />

miradas expectantes <strong>de</strong> los presentes fueron capturadas por la conferencista que tenía la<br />

capacidad <strong>de</strong> encapsular los pensamientos expulsados por los corazones y los ojos <strong>de</strong> los<br />

oyentes…<br />

“Cuando vivía en México soñaba con La Rareza <strong>de</strong> Bronce <strong>de</strong> Vasconcelos, la primera<br />

vez que escuché esa profunda frase <strong>de</strong> Por mi raza hablará el espíritu, me asaltó la<br />

curiosidad por saber cómo enlazar el espíritu y la razón en la aca<strong>de</strong>mia, quise investigar y<br />

sin ganarme la risa típica al salir <strong>de</strong> la enajenación, me puse a mí en pe<strong>de</strong>stal”. Encontré<br />

las bases <strong>de</strong>l sistema educativo mexicano. Fui a la biblioteca <strong>de</strong> mi ciudad y ahí encontré<br />

la biografía <strong>de</strong> Vasconcelos, Mistral y Francisca Alas.<br />

Me llamó la atención la hazaña <strong>de</strong> la maestra Francisca quien había inspirado a toda<br />

nación a practicar el autoconocimiento aunque eso significara<br />

- (ser el eco <strong>de</strong> narciso y chinga<strong>de</strong>ra en torrentes <strong>de</strong> gases <strong>de</strong> luz y <strong>de</strong> la cola)-<br />

Arturo y su cabeza sentado en la silla <strong>de</strong> Halo<br />

Había prometido ser serio.<br />

Francisca Alas, transformó la mentalidad <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong> la SEP. La nación buscó en sus<br />

antepasados la sabiduría perdida.<br />

- (Y dale con los chamanes, chamacos, perdidas, perdidas, perdidas)-<br />

Me pongo serio, no estamos para bromas ni chistes pesados en medio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>nsidad.<br />

Desafortunadamente consecuencia <strong>de</strong> años <strong>de</strong> arduo trabajo, Francisca Alas terminó sus<br />

días librerando la mente, recluida en las lejanías <strong>de</strong> la montaña, respirando el aire puro,<br />

feliz.<br />

Leí poco <strong>de</strong> sus antece<strong>de</strong>ntes. Nació en Avolcnom, pintoresco pueblo cruzado por<br />

caudaloso río don<strong>de</strong> los lugareños gustaban <strong>de</strong> pasear los fines <strong>de</strong> semana libremente por<br />

las montañas, mezclados con las liebres y los conejos, se bañaban en El Cariño <strong>de</strong> la<br />

Montaña. Ahí se reunían a vivir y pasar sus felices horas. Francisca era amante <strong>de</strong> la<br />

33


educación, dicen que a la edad <strong>de</strong> 5 años sabía leer y escribir. La madre <strong>de</strong> Francisca muy<br />

angustiada por no contar con los materiales ni el dinero, propinó tremenda regañada a<br />

Francisca por estar <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lantada. La directora <strong>de</strong>l kín<strong>de</strong>r, había mandando nota sobre<br />

los requisitos para continuar los estudios, la madre se llevó la nota al pecho tratando <strong>de</strong><br />

buscar respuesta a la petición y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> la pequeña. Recordó que Doña Aura, la<br />

abuela paterna <strong>de</strong> Francisca, acababa <strong>de</strong> recibir el dinero <strong>de</strong> la mensualidad <strong>de</strong> la venta <strong>de</strong><br />

las tierras <strong>de</strong> los Llanos <strong>de</strong> Villalobos. Tomó el papel, lo llevó consigo a la abuela.<br />

Francisa seguía a su madre, su pequeño corazón latía esperanzado. gran sonrisa se trazó<br />

en su rostro al ver a la abuela que muy gustosa sacó $10.00 pesos <strong>de</strong> su viejo y apestoso<br />

mone<strong>de</strong>ro. Francisca y su madre pasaron las horas <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> semana buscando el<br />

material. Entre los cua<strong>de</strong>rnos, lápices y colores ya usados formaron el paquete escolar.<br />

Las hojas restantes <strong>de</strong> los cua<strong>de</strong>rnos viejos fueron arrancadas e hilvanadas con bonito<br />

estambre, los lápices perdieron su tamaño normal, los rompieron para convertirlos en dos,<br />

los afilaron. El borrador tuvo que ser cortado a la mitad y pegado en el otro lápiz. Los<br />

colores encontrados por Francisca fueron suficientes para formar otros colores,<br />

casualmente encontró el rojo, azul, ver<strong>de</strong>. La madre les sacaba punta con cuchillo a<br />

ausencia <strong>de</strong> sacapuntas. Los materiales fueron sostenidos o amarrados con lazo color<br />

ver<strong>de</strong>. El lunes siguiente la pequeña Francisca llegó al salón <strong>de</strong> clases, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces<br />

supo que ese sería su mundo, amaba cada día escolar sin ser muy inteligente para las<br />

tareas metódicas y exactas., supo sobrellevar el peso que le causaban las matemáticas, la<br />

química y la física. En cambio <strong>de</strong>sarrolló lo que antes no se apreciaba, la inteligencia<br />

emocional. Se repuso ante la violación sexual <strong>de</strong> su tío paterno, se repuso <strong>de</strong> la<br />

convivencia con su oscura y enferma abuela, pasó su infancia y adolescencia en la<br />

carencia económica, llena <strong>de</strong> cariño y <strong>de</strong>satención por parte <strong>de</strong> sus padres. Al llegar a su<br />

pequeño salón <strong>de</strong> clases lo consi<strong>de</strong>raba su Maravilla Encontrada. Francisca fue la hija<br />

número siete <strong>de</strong> familia <strong>de</strong> diez, trataba a toda costa llamar la atención <strong>de</strong> sus padres al<br />

igual que sus hermanos, llegaba a su hogar con premios <strong>de</strong> oratoria, poesía, composición<br />

y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces supo que les tenía gusto especial a los<br />

34


premios. Así creció entre la pobreza, la religión mormona, la suciedad <strong>de</strong> su abuela, la<br />

esperanza, la <strong>de</strong>scomposición <strong>de</strong>l medio ambiente <strong>de</strong> su querida Avolcnom, el<br />

saquea<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> cal y carbón las montañas, el fin <strong>de</strong>l río y los conejos.<br />

Estudió en la Normal Superior <strong>de</strong> Ollitlas y sirvió su internado en primaria <strong>de</strong>l ejido Al<br />

Zurc. Los primeros meses se prometió invertir el primer cheque en la compra <strong>de</strong> zapatos<br />

para los pequeños estudiantes que llegaban <strong>de</strong>scalzos a su mal construido salón <strong>de</strong><br />

clases. Cada mañana se llenaba <strong>de</strong> angustia al saber que los niños no habían probado<br />

bocado. Sacaba a escondidas <strong>de</strong> la raquítica alacena <strong>de</strong> su casa, latas <strong>de</strong> maíz, consúmate,<br />

pan, queso, preparaba sándwiches que sabían a gloria a los paladares <strong>de</strong> los hambrientos<br />

nenes. Dejaba a sus hermanos sin la comida <strong>de</strong>l día. En cambio les daba algo <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sayunar a sus alumnos, les pedía por favor no comentarlo con nadie porque el director<br />

les prohibía a los maestros hacer otras funciones ajenas a las académicas. La madre <strong>de</strong><br />

Francisca se percató <strong>de</strong> la falta <strong>de</strong> alimentos en su <strong>de</strong>spensa e inmediatamente supo que<br />

Francisca era la autora <strong>de</strong>l hurto por las pláticas que a diario le compartía. Casi la lincha<br />

pero en cambio la abrazó y le dio la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que hablara con sus primos a ver quién le<br />

podía donar algo para sus jóvenes estudiantes.<br />

Cuando llegó su primer sueldo <strong>de</strong> maestra, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l interinato y eterna espera, le<br />

compartió poco <strong>de</strong> dinero a su madre, se compró dos trajes que usaría los próximos dos<br />

años y el resto no dudó en gastarlo en chanclas, par para cada uno <strong>de</strong> sus treinta<br />

alumnos. El director le llamó la atención y le advirtió que la próxima vez si quería seguir<br />

con su actitud caritativa tenía que darle el 30% <strong>de</strong> su sueldo <strong>de</strong> lo contrario la reportaría<br />

con sus superiores. Francisca calló, accedió a las peticiones <strong>de</strong>l director y durante año su<br />

sueldo se le fugaba entre su madre, sus estudiantes y el director. De cuando en cuando<br />

adquiría ropa interior en la tienda Ofertas, cada vez que iba a la tienda <strong>de</strong> ropa barata,<br />

admiraba la súper tienda <strong>de</strong> enfrente don<strong>de</strong> había toda clase <strong>de</strong> ropa colorida y bien<br />

diseñada. Ni pensarlo, se <strong>de</strong>cía, a Toñito le hacen falta pantalones, casi todos ya<br />

necesitan cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> dibujo, mejor lo olvido.<br />

En eso estaba cuando vio pasar por la acera <strong>de</strong> enfrente a uno <strong>de</strong> sus primos, le hizo<br />

35


señal para llamar su atención y este corrió a su encuentro.<br />

-Francisca, te estaba buscando, le dijo.<br />

-Mira me enteré que les ayudas a los niños <strong>de</strong>l ejido Al Zurc.<br />

Francisca muy asustada por las amenazas <strong>de</strong>l director no supo que <strong>de</strong>cir. Su primo<br />

continuó, es que acabo <strong>de</strong> hablar con el gerente <strong>de</strong> la tienda esa, la <strong>de</strong> enfrente.<br />

-¿Qué crees?<br />

-¿Qué?<br />

Muy entusiasmada contestó, replicando el júbilo <strong>de</strong> su primo.<br />

-Pues resulta que tiene cierta cantidad para donativo y quiere pasar ese dinerito a alguna<br />

escuela que les haga falta mobiliario o remo<strong>de</strong>lación.<br />

Muy aletarga e ingenua Francisca quiso salir corriendo para darle la noticia al director, las<br />

horas se le hacían eternas a amanecer y al siguiente día compartió la buena noticia. Este<br />

llamó inmediatamente al primo <strong>de</strong> Francisca quien en secreto se reunieron. Al siguiente<br />

día el director convocó a reunión urgente a los maestros y padres <strong>de</strong> familia para<br />

compartirles pequeño plan <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino <strong>de</strong>l donativo. Los padres tendrían que aportar<br />

cuota <strong>de</strong> $200.00 pesos para efectos <strong>de</strong> trámite <strong>de</strong>l donativo. fortuna pensaba los padres.<br />

A cambio tendremos pizarrones nuevos, remo<strong>de</strong>lación <strong>de</strong> baños, tiendita y en las<br />

celebraciones festivas incluirían ensalada <strong>de</strong> pollo, tamales, asado y grupo musical, les<br />

<strong>de</strong>cía el director mientras <strong>de</strong> sus ojos saltaban chispas <strong>de</strong> ambición.<br />

Algunos padres enviaron la cuota, otros enviaban pagos y otros padres igual <strong>de</strong> rateros<br />

que él <strong>de</strong> plano hicieron caso omiso, conociendo al ladrón.<br />

Francisca confiaban en el buen corazón <strong>de</strong> las personas y <strong>de</strong>seó con toda el alma ver los<br />

bienes en su escuela. buen día la llamaron a la dirección. Ahí estaba su primo, la<br />

presi<strong>de</strong>nta <strong>de</strong> padres <strong>de</strong> familia, el director, contratista. Se preguntó que hacía su primo<br />

ahí.<br />

El primo, según él, le dio la buena noticia <strong>de</strong> que el dinero <strong>de</strong>l donativo se lo repartirían<br />

<strong>de</strong> la siguiente forma, 40% al director, 20% al gerente <strong>de</strong> la tienda, 10% a la presi<strong>de</strong>nta <strong>de</strong><br />

36


padres, 5% al contratista, 5% al primo y el otro cinco a ella por haber sido el enlace y<br />

quedarse callada.<br />

Muy consternada Francisca no supo que <strong>de</strong>cir, y les preguntó en voz baja, y qué <strong>de</strong> los<br />

niños y la escuela. Los presentes cabizbajos esperaban la respuesta <strong>de</strong>l director. Este no<br />

dijo nada, en cambio tomó a Francisa <strong>de</strong>l brazo, la llevó afuera para advertirle que<br />

aceptara o <strong>de</strong> lo contrario la correría inmediatamente, y enviaría a maleantes a violarla a<br />

ella y sus hermanas. También el primo corrió a suplicarle que aceptara el dinero.<br />

Francisca sin <strong>de</strong>cir palabra, se dirigió a su salón <strong>de</strong> clase recogió sus pocas pertenecias,<br />

se encaminó a la calle para abordar el autobús que la llevó hasta el centro <strong>de</strong> la ciudad.<br />

Ahí la encontraron recostada en la plaza. Llevaba varios días vagando preguntando por su<br />

mamá, no había probado bocado, su aliento se confundía con la caca <strong>de</strong> los pájaros que<br />

muy temprano se juntan en los árboles <strong>de</strong> la plaza a cantar. En unas horas aprendió a<br />

comunicarse con ellos, eso la reconfortaba cada vez que imaginaba a sus hermanas en<br />

charco <strong>de</strong> sangre violadas, ultrajadas, golpeadas. Se sentaba en la banca y repasaba las<br />

letras <strong>de</strong> los trabajos <strong>de</strong> sus estudiantes, las repasó tanto que unas hojas terminaron rotas<br />

<strong>de</strong> tan sobre puesto trazo. A nadie le extrañó verla en la plaza don<strong>de</strong> solía sentarse a<br />

calificar los trabajos. Al cabo <strong>de</strong> varios días los paseantes vieron sus orines salir <strong>de</strong> su<br />

<strong>de</strong>sgastado pantalón pero igual fueron indiferentes. Su familia la buscó por todas partes,<br />

el director les dijo que probablemente se había fugado con novio. El director con su<br />

sucia lengua falseó haber reprendido a Francisca día al sorpren<strong>de</strong>rla en actos incómodos<br />

con el novio.<br />

Cuando el director supo que Francisca había perdido la razón suspiró aliviado pensando<br />

que ella ya no sería obstáculo para seguir robando.<br />

Los estudiantes escuchaban con atención a la conferencista, murmuraban entre ellos la<br />

versión repetitiva por todo el país <strong>de</strong> personajes como el director.<br />

La conferencia continuó…<br />

El ensayo que encontré <strong>de</strong> Francisca Alas relata que enfermó <strong>de</strong> los nervios durante<br />

37


largo año, incluso hay fotografía don<strong>de</strong> lleva paliacate amarillo en la cabeza, su sonrisa<br />

infantil, su mirada tierna y ausente, la acompañan.<br />

Cuando terminé <strong>de</strong> leer este aspecto <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> esa gran maestra, solté el llanto. Pensé<br />

en infinidad <strong>de</strong> casos similares en México. Me pregunté cuántos i<strong>de</strong>alistas ingresan a sus<br />

profesiones con la intención <strong>de</strong> construir mejor país, al igual que Francisca se topan con<br />

personajes como el director que han encontrado en sus bajezas la forma <strong>de</strong> sofocarnos.<br />

La audiencia movía la cabeza en señal <strong>de</strong> aprobación. Arturo sin inmutarse, ni ejercer<br />

crítica al respecto, bromeaba con las palabras <strong>de</strong>l director. Volteó su rostro al compañero<br />

<strong>de</strong> enseguida, apuntándole con el <strong>de</strong>do índice le dijo ándale eh, síguele <strong>de</strong> vivillo,<br />

or<strong>de</strong>naré que violen a tu abuelita. Mejor aún, cuidado con el violador <strong>de</strong>l metro<br />

Taxqueña…<br />

El don <strong>de</strong> la vacuidad<br />

El compañero no atinó a reír o enfadarse. La conferencista continuaba mientras Arturo<br />

iba y venía a cuerpo…<br />

La biblioteca estaba a punto <strong>de</strong> cerrar y quise arrancar las siguientes páginas al ensayo<br />

pero me acordé <strong>de</strong> la ética, esa que a veces te pica en todas partes. Dejé el libro en el<br />

carrito, me enfilé hacia la calle. Caminé inmersa en la experiencia que acababa <strong>de</strong> vivir<br />

con la lectura. Quise recostarme para imaginarme los pelos y señales <strong>de</strong> la narrativa. Me<br />

quedé profundamente dormida. La mañana siguiente regresé, volví a leer la <strong>de</strong>sgracia que<br />

se vertió sobre Francisca. Durante la lectura me imaginaba diferentes finales, pensaba que<br />

si hubiese sido valiente, fuerte tal vez el director terminaría preso. También jugaba con la<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> mujer que sabía artes marciales y <strong>de</strong> buen golpe sometía al director, pero ni uno<br />

ni otro sucedieron, la vida y obra <strong>de</strong> Fancisca Alas ya esta escrita al igual que unas<br />

páginas inconclusas <strong>de</strong> la propuesta educativa <strong>de</strong>l futuro.<br />

El ensayista la tituló la propuesta o el escrito <strong>de</strong> Francisca Alas “El proyecto ilusión”.<br />

Agrega que Francisca a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> maestra habría sido excelente escritora. Las páginas<br />

narraban mundo cósmico en el que los estudiantes eran si no felices por lo menos<br />

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aceptados durante su estadía en la escuela.<br />

Recosté mi cabeza en el escritorio, continuó la conferencista, reposé mis manos a lado,<br />

<strong>de</strong> reojo leí Las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la existencia juvenil, escrito con antece<strong>de</strong>nte en poema<br />

libre, Arturo me había motivado a salir <strong>de</strong>l apretado soneto, aseguraba no iba a lograr<br />

mucho porque así como se ceñía la poesía, así los petit comité que tenían la mierda <strong>de</strong><br />

frente.<br />

La conferencista observa a Arturo en su cómodo sillón aterciopelado. Mientras recordaba<br />

ella jugó con las páginas <strong>de</strong> la novela incompleta <strong>de</strong> Francisca Alas. Frotó la llema <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>dos contra el papel, les dio calor, los preparó a leer entre líneas. Cual fue su sorpresa<br />

que la narrativa le entregó la sensación <strong>de</strong> estar en vuelo. Unas pequeñas y coloridas alas<br />

parecían emerger <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos, la piel que ro<strong>de</strong>aba a cada <strong>de</strong>do se esfumó. Ahora tenía<br />

<strong>de</strong>dos sin piel. Los extendía lo más alejado posible el uno <strong>de</strong>l otro porque las alas<br />

requerían su espacio, creyó estar tocando el piano a la velocidad <strong>de</strong> la luz.<br />

Hasta hoy no sé si lo que lees a continuación fue exactamente lo que escuché ese día, o si<br />

me lo está dictando Francisca Alas, o si es sólo genuino <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> conjurar hacia sembrar<br />

la semilla <strong>de</strong> la educación con alas en México y el mundo. O si he estado enajenada,<br />

bailado al son que me toquen.<br />

La conferencista continuó invitando al <strong>de</strong>l sillón rojo a observar su secreto <strong>de</strong> lectura,<br />

advirtiendo que no había tal secreto, el asunto era abrir el libro y leerlo y para eso se<br />

necesitaba tiempo pero bueno las manos formaron inmensa esfera <strong>de</strong> luz que se esparció<br />

por el podum al tomar lectura. Hasta ahí llegó Arturo quien aprendió el secreto <strong>de</strong> la otra<br />

lectura, ¡apagar la tv y el teléfono, cerrar el correo electrónico y mudarse a otra ciudad<br />

don<strong>de</strong> se ofertara libros en lugar <strong>de</strong> vicios. A esos escases <strong>de</strong> libros, le seguía la<br />

imaginación <strong>de</strong>sbordada, le seguía abortarlo todo. Le seguía escon<strong>de</strong>rse en otra parte, en<br />

el lugar, ¿cuál lugar? No hay tal lugar<br />

Juntos la conferencista y Arturo recorrieron las letras <strong>de</strong> Francisca Alas.<br />

Escrito por Francisca Alas:<br />

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En este momento mientras escribo siento el Corazón que palpita incesante al segundo, mi<br />

pensamiento hacia el centro. Veo que emana colores, colores que tu imaginación que<br />

inicia en la partícula <strong>de</strong> Dios, llegará a ver si se lo permites. El or<strong>de</strong>nador<br />

automáticamente me pone en mayúsculas Corazón, he tratado <strong>de</strong> regresar a corregirlo y<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> varios intentos no me lo permite. El corazón <strong>de</strong> los juarenses es <strong>de</strong> piedra, ahí<br />

han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> llorar, la risa mofona les gana.<br />

He <strong>de</strong>cidido <strong>de</strong>jarlo tal cual esa mayúscula porque voy entrando a los laberintos <strong>de</strong> las<br />

personajas que quieren que las ponga aquí….<br />

Estas fueron las palabras <strong>de</strong> la conferencia que la afamada escritora Halo Buendía<br />

había pronunciado en la sala que recién estrenábamos en la preparatoria don<strong>de</strong> asistía<br />

allá por el año 2050. Ese día había buen clima en la ciudad don<strong>de</strong> nací. Ese día<br />

bastante entretenido escuchando al maestro <strong>de</strong> Historia, que nos proyectaba imágenes <strong>de</strong><br />

unas protestas estudiantiles que se llevaron a cabo en el 2006 en Estados Unidos.<br />

Insistía mucho en pequeña ciudad situada en lo que antes había sido la frontera <strong>de</strong><br />

México con Estados Unidos. ciudad cuyos nombres se habían mezclado, les <strong>de</strong>cían las<br />

ciuda<strong>de</strong>s gemelas y ahora nada queda <strong>de</strong> aquel horror que el maestro nos señalaba.<br />

Incrédulos boquiabiertos no atinábamos a parpa<strong>de</strong>ar viendo las espantosas imágenes<br />

que se asemejaban mucho a lo que antes le llamaban Holocausto. En mi plantel<br />

educativo solo se permitían imágenes que alimentaran nuestra mente en forma <strong>de</strong><br />

diamante, cualquier imagen que se nos proyectara y que <strong>de</strong> nuestra campo físico o<br />

energético emanaran colores y formas hacia mundos <strong>de</strong>structivos, pues, inmediatamente<br />

el maestro las suspendía o las regulaba a través <strong>de</strong> ejercicio <strong>de</strong> visualización revertida,<br />

al principio renegamos porque los apegos feroces no nos <strong>de</strong>jaban reconciliar que los<br />

extremos eran lo mismo, nos dábamos <strong>de</strong> topes con el maestro porque todavía teníamos<br />

referencias <strong>de</strong> lo sabroso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sastre insuperable. En ocasiones le costaba mucho<br />

trabajo traernos al lugar don<strong>de</strong> habíamos empezando. En aquel tiempo el maestro era el<br />

pilar <strong>de</strong> la sociedad y había maestros para cada disciplina <strong>de</strong>l conocimiento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la pre<br />

primaria hasta los post grados. Las ciencias exactas ya no<br />

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eran tan exactas y las llamaban ciencias inciertas. Cada vez que científico comprobaba<br />

alguna hipótesis estaba obligado a rebatirse él mismo y otra vez, claro con la ayuda <strong>de</strong><br />

otros. El científico consi<strong>de</strong>raba que sus hallazgos <strong>de</strong>berían <strong>de</strong> inducir a otros y otras<br />

hasta llegar a la conclusión <strong>de</strong> que su estadía en la ciencia era el aprendizaje solamente<br />

y su tarea era la exposición <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as. A los jóvenes les encantaba asistir a sus<br />

presentaciones que por regla general se llevaban a puerta abierta.<br />

Ese tiempo los egos fastidiosos había <strong>de</strong>saparecido, pues las i<strong>de</strong>as no se le adjudicaban<br />

a nadie. No existían los <strong>de</strong>rechos reservados. Trabajaban en colectivo y durante las<br />

noches sabían que existía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ellos material oro alterado que los guiaba a los<br />

hallazgos más sorpren<strong>de</strong>ntes, (-el loro <strong>de</strong> Eco-).<br />

Poco a poco las imágenes confusas <strong>de</strong> los sueños se fueron disolviendo porque ya no<br />

manejaban arquetipos que causaran miedo o terror. Así es que el hecho <strong>de</strong> ir a dormir o<br />

relajar la inteligencia, era muy placentero para ellos porque ahí encontraba respuestas a<br />

lo que no podían contestar mientras estaban usando la mente. El amor elevó sus aprecios<br />

y autoestima, las sensaciones y las palpitaciones <strong>de</strong> los corazones eran cada vez más<br />

rítmicas que <strong>de</strong> buena vez los que palpitaban similar hacían tipo <strong>de</strong> baile o vuelo<br />

repentino formando figures geométricas, provocando en ellos el éxtasis corpóreo grupal<br />

que no era igual al individual, el tacto no era necesario, la mente y el corazón lo podían<br />

todo. A veces trazaban las figuras en el patio o las pare<strong>de</strong>s, todo esto tenía que ser<br />

espontaneo. Cuando grupo superaba al otro en armonía y exaltación, la figura anterior<br />

se borraba para darle paso a más elevada y sofisticada. Existía maestro <strong>de</strong>dicado<br />

exclusivamente a explicar los alcances <strong>de</strong> los trabajos artísticos grupales, los<br />

significantes y significados <strong>de</strong> cada figura. Había ocasiones que los movimientos eran<br />

tan pero tan rítmicos que cuando unían sus manos los cuerpos se liquidaban y<br />

alcanzaban alturas insospechadas. Para ellos tuvo que <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> existir el termino gran<strong>de</strong><br />

o pequeño porque las dimensiones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su interior adquirieron forma plana que<br />

podría estar y ser en cada momento o lugar.<br />

41


Ya hacia mes que gracias a estas figuras diferentes proyectadas en la clase <strong>de</strong> semiótica<br />

uno <strong>de</strong> mis compañeros se había mudado al pasado paralelo. La maestra explicaba que<br />

en el año 2010 la gente estaba sumamente aterrorizada por el cambio climático y la<br />

llegada <strong>de</strong>l 2012. A<strong>de</strong>más alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l planeta existía psicosis colectiva por los escases<br />

<strong>de</strong> alimentos y enfermedad que <strong>de</strong>scaradamente intentaban inyectarla a nuestra<br />

generación x, nos habían separado, los cuerpos ya no serían los mismos y nuestras<br />

relaciones tampoco. Las diferencias entre los humanos eran enormes y mientras comían<br />

<strong>de</strong>más, otros no comían nada en día. Por cierto el día constaba <strong>de</strong> 24 horas, día y noche<br />

pero durante la enfermedad no se supo don<strong>de</strong> quedaron las horas, dormían cinco por la<br />

noche y tres por el día para completar el ciclo necio gregoriano, hasta que muy truchas<br />

supieron que habían entrado a otra era,<br />

¿capean?<br />

Los jóvenes asistían a la escuela ocho horas diarias para po<strong>de</strong>r entretenerse mientras<br />

sus padres trabajaban en lugares que les llamaban fábricas o maquiladoras pero durante<br />

la enfermedad las madres trabajaban casi 16 horas porque ahora <strong>de</strong>berían ser las<br />

maestras <strong>de</strong> sus hijos y hermanas.<br />

Los dueños <strong>de</strong> estas fábricas eran los que comían a veces <strong>de</strong>más y tenían varias casas<br />

don<strong>de</strong> pasarla. Mira, tenían casa <strong>de</strong> verano cerca <strong>de</strong> la playa, sí, tenían ese concepto <strong>de</strong><br />

playa porque ¾ <strong>de</strong>l planeta era agua y el resto tierra. A<strong>de</strong>más tenían casa que le<br />

llamaban mansiones hasta quince o veinte recámaras. Los dueños <strong>de</strong> estas fábricas o<br />

negocios eran prácticamente los amos y señores <strong>de</strong> los recursos <strong>de</strong>l planeta. Mira,<br />

cuando los padres <strong>de</strong> los estudiantes iban a trabajar, fabricaban objetos en serie, estos<br />

productos que ellos mismos fabricaban los tenían que comprar o adquirir con su propio<br />

dinero, mismo que ganaban por entregar su energía y talento.<br />

(-What a hell! Nos gustaba que nos vieran la cara <strong>de</strong> pen<strong>de</strong>jos y encima nos<br />

enamorábamos <strong>de</strong> esos señores-)<br />

Los padres estaban muchas horas fuera <strong>de</strong> su casa fabricando estos objetos y los jóvenes<br />

cada vez se sentían más alejados <strong>de</strong> ellos. Es por eso que la música, los vi<strong>de</strong>o juegos, la<br />

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internet les absorbía. Época don<strong>de</strong> a grupo que le llamaban el Club <strong>de</strong> Bolas se le<br />

ocurrió la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> fabricar artistas en serie así como fabricaba productos. Decía que<br />

gracias al invento <strong>de</strong> la tv podían fabricar /a cantante y que probarían si los jóvenes<br />

iban a imitarlos, y así clonarían mentes. Les llamaron estrellas <strong>de</strong> la música y los<br />

jóvenes confundían los términos y pensaban que imitarlos los llevaría al cielo <strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />

vinieron. El primer experimento fue grupo llamado Bochi. Constaba <strong>de</strong> cuatro<br />

integrantes, estos alcanzaron fama hasta creerse más populares que Dios sacrificado<br />

llamado Jesús. El día que uno <strong>de</strong> los integrantes lo mencionó en público su fama fue en<br />

<strong>de</strong>clive hasta al asesinato <strong>de</strong>l cantante por parte <strong>de</strong> el fanático que otros le crean.<br />

En <strong>de</strong> tantas conferencias personaje <strong>de</strong>l año 2000, pudo comprobar que durante este<br />

tiempo había sido científico ubicado en lo que antes le llamaban el norte <strong>de</strong> Europa. Le<br />

llamaban Stense Hak. El había sido el único científico científico <strong>de</strong> aquella época que<br />

advertía a los humanos <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> mundos paralelos, o se vida extraterrestre y<br />

que no era posible el contacto con ellos en aquel momento porque sería catastrófico<br />

para la vida en la tierra.<br />

(- ¿cuáles dioses vendrán luego? -) (cancelados los in<strong>de</strong>finidos una, , uno)<br />

Gracias Arturo, pue<strong>de</strong>s volver a tu aterciopelado sillón.<br />

Continuó la conferencista…<br />

Terminé <strong>de</strong> leer las páginas anteriores, me quedé atónita, no atinaba a imaginar nada.<br />

Quise ser parte <strong>de</strong>l grupo que coordina los ritmos <strong>de</strong>l corazón y forma elegantes figuras<br />

automáticas. Figuras que sólo ellos, los que están en ese nivel pue<strong>de</strong> ver, yo era<br />

<strong>de</strong>masiado insignificante y humana para acce<strong>de</strong>r a semejantes lujos.<br />

(- ¿Te acuerdas <strong>de</strong>l dios llamado Carlos Fuentes? -)<br />

Levanté mi cabeza, mis brazos ya dormidos, sacudí el papel, conté las hojas que recién<br />

había leído quería continuar con la lectura y sensación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconcierto me invadió.<br />

Muy enfadada con Francisa Alas por no haber terminado la escritura, me <strong>de</strong>spedí <strong>de</strong>l<br />

bibliotecario, me veía impaciente a punto <strong>de</strong> llamar al hospital psiquiátrico más cercano.<br />

Halo Buendía se <strong>de</strong>spidió<br />

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(-Gracias a dios le pedí encarecidamente que se fuera, tenía muchos pendientes que<br />

preparar para la fiesta <strong>de</strong> disfraces-)<br />

Los estudiantes aplaudieron a la conferencista que días anteriores le había pedido<br />

aplauso al unísono sin sonido ni movimiento. Estaban zoombos hablando a través <strong>de</strong>l<br />

cristal pensando que hacían algo.<br />

Después <strong>de</strong> varios días la conferencia había terminado. Arturo li<strong>de</strong>ró el festejo que<br />

terminó con sus huesos en el hospital.<br />

-Usted es candidata a morir porque <strong>de</strong> niño le gustaba Parchís, luego Menudo.<br />

-Mátenseme mil veces, juro que regresaré, ¡bastardos <strong>de</strong> mierda! No creen que fue<br />

suficiente con ser Halo Buendía y Francisa Alas y todos esos personajes floridos.<br />

(-se cancelan las ilusiones y el sistema educativo <strong>de</strong>bido a remo<strong>de</strong>laciones-)<br />

V. Vástagos.<br />

-Pero <strong>de</strong>jemos a la virgen, Halo Buendía y el fantasma.<br />

Le dije a Arturo que me veía sorprendido <strong>de</strong> las tantas fiestas que había organizado<br />

cuando nos conocimos en la universidad.<br />

-Después que conocí… vi el fantasma <strong>de</strong>l Camino Real. renació en mi la escritora que<br />

llevo <strong>de</strong>ntro. Lejos <strong>de</strong> ser fantasma, significó para mí, algo así como muso a quien le<br />

regresé todas las que nos habían hecho en los talleres <strong>de</strong> los noventas en Ciudad Juárez.<br />

Lo i<strong>de</strong>alicé, admiraba los cuentos que <strong>de</strong>positaba en mi correo electrónico. La<br />

inspiración me invadió inevitablemente. La consecuencia fue la continuación <strong>de</strong> la<br />

escritura <strong>de</strong> cuentos y poemas incompletos, la consecuencia fue <strong>de</strong>strozarlo y<br />

<strong>de</strong>strozarme, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sido obligada a abortar dos cigotos. La consecuencia fue<br />

que él se creía muy galán y yo lo hice mi toy. El grave problema fue que agarré parejo<br />

jugando al autor hasta <strong>de</strong>struirme y asegurarme que no quedara nada <strong>de</strong> lo que ellos me<br />

habían enseñado. Bueno, el pene se marchó por don<strong>de</strong> vino porque ya no creí en sus<br />

patrañas. Lo primero era lo primero, sacar esos chamacos <strong>de</strong> mi memoria torturada por<br />

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haber abortado, ¿si vieras como se sufre? Empecé por colocarlos en cuentos y la cagada<br />

fue que al abrirme tanto quise salvar el mundo, el mandato <strong>de</strong> reciclar emociones tóxicas<br />

subrogando para parir traumas ajenos me acompañó varios años.<br />

Los cuentos infantiles, los escribí entre los espacios <strong>de</strong> Farewell <strong>de</strong> Pablo Neruda. Era 24<br />

<strong>de</strong> noviembre Día <strong>de</strong> Acción <strong>de</strong> Gracias y mientras cocinaba para la cena, llegó el<br />

recuerdo <strong>de</strong> la gata. gata que vi convertida en niña. Era niña preciosa que llevaba<br />

vestido blanco, Salvador me llamó la atención hacia el rostro <strong>de</strong> la niña. Era rostro<br />

<strong>de</strong>forme, distorsionado, sucio que me <strong>de</strong>cía. Aquí estoy para cuidarte. En santiamén nos<br />

encontramos Salvador y yo en lo más alto <strong>de</strong> edificio. Des<strong>de</strong> ahí arrojamos a la niña, ya<br />

joven, al vacío. La soltamos, la <strong>de</strong>jamos ir. Yo lloraba sintiendo que algo grave pasaría.<br />

Al siguiente día me di cuenta <strong>de</strong> que algo le pasaba a mi vientre. Se sentía más abultado<br />

que <strong>de</strong> costumbre, esa misma tar<strong>de</strong> me fui al gimnasio y me inscribí en programa<br />

intensivo para bajar <strong>de</strong> peso. Muy convencida <strong>de</strong> que lo que tenía era grasa, gordura. Me<br />

sometí a la más estricta dieta y ejercicio. Pasaron semanas y mi peso seguía igual. Fui a<br />

revisión médica y sin más me dijeron que llevaba cuatro semanas <strong>de</strong> embarazo. Recuerdo<br />

al ginecólogo diciendo “váyase Ud. dichosa y feliz, lleva en su vientre sano bebé.<br />

Felicida<strong>de</strong>s”.<br />

¡Uy que fiasco! Nada <strong>de</strong> ser feliz, bueno te confieso que fui feliz por uno instantes<br />

pensando en el futuro <strong>de</strong> mi bebé al lado <strong>de</strong> Salvador. Ahí en esa imaginación,<br />

futurizando fui inmensamente feliz, cinco minutos para ser exacta. Afuera Salvador me<br />

esperaba. Le informé <strong>de</strong> nuestro embarazo y lleno <strong>de</strong> furia <strong>de</strong>scargó toda su filosofía, su<br />

miserable vida, sus traumas y me advirtió que ese bebé no nacería que él estaba para<br />

otros menesteres en la vida. Muy asustada atiné sólo a escucharlo. Deseaba con toda mi<br />

alma concebir, dar a luz, amamantar, educar a tierna criatura, darle mi amor, mi<br />

comprensión, mi amargura, mi alegría, mi energía entera, mi vida.<br />

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Regresé al 24 <strong>de</strong> noviembre, quería huir <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión. Me mal<strong>de</strong>cía haber acompañado a<br />

Salvador a ese mercado don<strong>de</strong> compró las pastillas que expulsaron a la gata. Así le llamó<br />

a la bebé <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces porque el que siguió fue pollo. Del mercado nos fuimos a mi<br />

apartamento en la montaña. Des<strong>de</strong> allá me acosté boca abajo e inserté dos pastillas en mi<br />

vagina. La otra me la tomé. Entré a la tina <strong>de</strong> baño y el sangrado salió profuso, doloroso e<br />

intenso. De mis ojos sin fin <strong>de</strong> sal, <strong>de</strong> mis manos fuerte <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> <strong>de</strong>tener el hecho. Me<br />

llevé las manos al rostro, golpeé mis mejillas. Llevé el <strong>de</strong>do índice al centro <strong>de</strong> mi frente y<br />

me dije que sólo era experiencia más. <strong>de</strong>sgarre <strong>de</strong> dolor invadía cada célula <strong>de</strong> mi<br />

cuerpo. Vi el humo salir <strong>de</strong> mis oídos y grité, grité alto y feroz. Salvador no se inmutó y<br />

me apuró a irnos. Nos trasladamos a su casa en J´Twon, ahí lo maldije y le supliqué que<br />

se llevara el karma que caía sobre mí. Des<strong>de</strong> entonces mi historia fue al revés, dolorosa,<br />

podrida, empeñada en castigarme y fracasar. Pedí perdón mil veces y al parecer la gata y<br />

el pollo me escucharon porque jamás me han perseguido.<br />

Imaginé que Arturo me iba a reprochar, ya lo veía ser más cerca <strong>de</strong> Dios. Mi pensamiento<br />

le adjudicó le po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l juicio. Lo vi juez. Esperé pacientemente su sentencia. Cual fue mi<br />

asombro al sentir su cálida mano sobre mi rostro, limpió mis lágrimas. Me instó a<br />

continuar…<br />

-Salvador puso sus manos en mi vientre, me masajeó y se quejó <strong>de</strong> fuerte dolor en el<br />

pecho. Muy asustado retiró sus manos y sin asomo <strong>de</strong> arrepentimiento aseguró que lo<br />

peor había pasado.<br />

Salí <strong>de</strong> su casa dos días <strong>de</strong>spués. Ahí había <strong>de</strong>jado mi sueño <strong>de</strong> ser madre, ahí se había<br />

quedado la ilusión creada en mí, la ilusión <strong>de</strong> materialízame en esta tierra. Ahí durante<br />

esos dos días me amargura, mi sed <strong>de</strong> venganza se reforzó. Mis culpas fueron cediendo<br />

poco a poco y le dieron paso a la mujer que soy ahora. Mis culpas se corrompieron, no<br />

fueron culpas fue cinismo, fue arrepentimiento juzgado. Ese día cerré el caso pero la ley<br />

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<strong>de</strong> causa y efecto patriarcal se empeñaba en <strong>de</strong>jarlo abierto. Los días subsecuentes<br />

pequeño piquetito acompañaba a mi vientre y me recordaba el acto.<br />

Regresé al 30 <strong>de</strong> julio, Salvador y la gata eran recuerdo, recuerdo extraño y nublado.<br />

Abrí el libro <strong>de</strong> poemas <strong>de</strong> Neruda, <strong>de</strong>scubrí los cuentos entre los espacios, los leí. A mi<br />

lado tenía a Paola (la gata) quien ahora me dictó las líneas <strong>de</strong> su existencia, sigue llevado<br />

el vestido blanco, parece princesa, tiene tres años, muy pronto festejaremos sus cuatro<br />

años. Hacía dos noches había tenido pesadilla y se <strong>de</strong>spertó gritando que era gata que se<br />

convertía en niña. Antes <strong>de</strong> dormir me había pedido que le cantara Gloria, gracias gatas a<br />

la vida. A<strong>de</strong>más estaba junto a Pablo (el pollo). Me <strong>de</strong>cía que juntos habían atravesado<br />

travesuras con animales. Era tanta su entrega con la lectura que inmediatamente se<br />

imaginaban los personajes principales <strong>de</strong> los cuentos. Por eso, cuidaba mucho lo que<br />

ponía en sus mentes. No sé exactamente qué pasaba en el cerebro <strong>de</strong> Paola y Pablo pero<br />

solían absorber el mundo como si jamás fuesen volver. Tenían tanta prisa por verlo y<br />

apren<strong>de</strong>rlo todo que a veces mientras dormía iban a mundos paralelos, <strong>de</strong>senvolvían<br />

realida<strong>de</strong>s, se entregaban con fulgor que durante las primeras horas <strong>de</strong>l día me asustaba a<br />

tal grado que no probaba bocado hasta ya muy entrada la tar<strong>de</strong>. Tenía que cuidarlos con<br />

esmero y paciencia. Paola me pidió que les leyera lo que había escrito para honrar sus<br />

cortas estadías en mi vientre. El cuento, me dijo, el cuento. Ahí nos vamos a quedar en el<br />

cuento, solo ahí. Me repetía constantemente. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces mi vida es puro cuento, se<br />

han convertido en auto ficción, ¡Ay, Amora!<br />

Asomé mis ojos a los <strong>de</strong> Arturo para encontrar sabia respuesta. Tal vez él los había visto<br />

allá don<strong>de</strong> está. Adivinó mi pensamiento, y dijo…<br />

-No no los he visto para nada por estos rumbos, pero ahora que me dices sus nombres<br />

pues te los busco y te digo, léeme el cuento, me interesante en el cuento. Te advierto, por<br />

estos rumbos las personas, los egos <strong>de</strong>saparecen, no hay nombres., rara vez nos po<strong>de</strong>mos<br />

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i<strong>de</strong>ntificar por lo que fuimos, nos comunicamos telepáticamente. Es más ni siquiera<br />

tienes que leerme los cuentos, bastan señalar el archivo y yo lo puedo casi casi pre<strong>de</strong>cir.<br />

En gesto <strong>de</strong> incredulidad y enojo por no tener las mismas capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Arturo abrí el<br />

archivo don<strong>de</strong> se encuentran los cuentos. En voz alta se los leía. Le advertí que<br />

estábamos en mi mundo y que acá nuestro único elemento <strong>de</strong> comunicación en la lectura<br />

era, esa voz, la voz. Se sentó junto a mí. Vio mi dolor por la <strong>de</strong>vastadora experiencia <strong>de</strong><br />

los vástagos expulsados. Tomó nuestras manos, llevó el <strong>de</strong>do índice al or<strong>de</strong>nador, <strong>de</strong> las<br />

palmas <strong>de</strong> nuestras manos salía viento, había recorrido millones <strong>de</strong> chips, el viento<br />

dorado. Cada partícula iba al contorno <strong>de</strong> las letras <strong>de</strong> los cuentos. En silencio llegó la<br />

lectura. Había aprendido los inicios <strong>de</strong> la técnica en la conferencia <strong>de</strong> Halo Buendía.<br />

Juntos recorríamos cada línea <strong>de</strong> los cuentos don<strong>de</strong> Pablo y Paola vivían.<br />

Des<strong>de</strong> el fondo <strong>de</strong> ti, y arrodillado, .. niño triste, como yo, nos mira…<br />

Por sus ojos abiertos en la tierra veré en los tuyos lágrimas día.<br />

Pablo Neruda<br />

Y por tus historias misóginas y llora cundas, me gusta cuando callas porque estás bien<br />

pen<strong>de</strong>jo, Pablo Neruda.<br />

Atte.: Arturo<br />

Des<strong>de</strong> afuera en la TV, muy altaneros, dos niñas alegres, como él, nos miran. Por sus<br />

ojos cerrados en el cielo, cegó mi felicidad en la tierra .. día.<br />

Atte. El Yo <strong>de</strong> este año<br />

Pablo, Paola. Maravillas dimensionales <strong>de</strong> payaso animal<br />

Era mañana fría ausente <strong>de</strong> sol. niño <strong>de</strong> ojos profundamente tristes veía por la ventana.<br />

Miraba a los hombres pasar y <strong>de</strong>ambular por las calles.<br />

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Don nostalgia se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong>l niño, ese día era Acción <strong>de</strong> Gracias y recordaba como en<br />

algún lugar <strong>de</strong>l mundo, en algún tiempo alguien <strong>de</strong> pies <strong>de</strong>scalzos y <strong>de</strong> sueños blancos,<br />

había sido muy pero muy feliz.<br />

El niño quiso vivir en ese lugar don<strong>de</strong> la gente paseaba, se reía, comía bombones y todo<br />

era <strong>de</strong> brillo espectacular. Ese lugar, alguien le había dicho, se llamaba La Maravilla<br />

Encontrada, pero ningún ser humano viviente sabía darle direcciones <strong>de</strong> cómo llegar ahí.<br />

Esa misma mañana fría y oscura, viejecita le insistía que la escuchara quería advertirle<br />

que todo lo había soñado y que La Maravilla Encontrada no existía.<br />

El niño dudoso <strong>de</strong> lo que había visto y escuchado se retiró <strong>de</strong> la ventana. Apenas se<br />

dirigía hacia su cama cuando, <strong>de</strong> pronto, alguien afuera arrojó piedra hacia el cristal <strong>de</strong> la<br />

misma ventana. El niño sorprendido recogió la piedra y la quiso regresar hacia fuera, era<br />

<strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong> porque la calle estaba <strong>de</strong>sierta, nadie caminaba y el niño pensó que se<br />

trataba <strong>de</strong> acci<strong>de</strong>nte. Cogió la piedra y notó que era fría y redonda y que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ella<br />

estaba dibujo en forma <strong>de</strong> espiral. El niño sintió que hielo rodaba por su espalda e<br />

intentó moverlo con su camisa. No pasaba nada, solo había imaginado el hielo pero la<br />

sensación fría al tocar la piedra no se le quitó <strong>de</strong> la cabeza. Pasaron varias horas y<br />

mientras el niño observaba la piedra, alguien tocó a la puerta.<br />

De la nada hombre le avisaba que tuviera cuidado porque la siguiente piedra que llegaría<br />

sería gigante.<br />

El niño muy asustado corrió hacia su abuela y vio que la gente adormecida salía <strong>de</strong> sus<br />

casas. Ahora la calle se encontraba atacada <strong>de</strong> personas sin rumbo, y en silencio se<br />

preguntó –hacia dón<strong>de</strong> se dirige tanta gente. Alguien afuera murmuró -Vamos a don<strong>de</strong> el<br />

gigante <strong>de</strong> piedra…<br />

Con júbilo y curiosidad emprendió hacia el grupo.<br />

El niño se dio cuenta que la música que tocaba el gigante era muy sutil y hermosa pero<br />

también vio que la gente seguía dormida como sonámbula.<br />

La abuela muy asustada sin saber si seguir la música y tratando <strong>de</strong> no caer dormida le<br />

or<strong>de</strong>nó al niño refugiarse bajo techo <strong>de</strong> rejas.<br />

49


Los dos corrieron a guarecerse. El tiempo transcurrió don<strong>de</strong> cada vez más personas se<br />

reunían a adorar al gigante <strong>de</strong> piedra que a minuto transcurrido se tornaba más y más<br />

infiernos.<br />

Dicen que cuando el ChaChaMan <strong>de</strong> la Trompeta llegó a Ciudad Juárez, él pidió conocer<br />

al diablo y cuál fue su sorpresa que lo llevaron a ver al gigante <strong>de</strong> piedra, nada nada, el<br />

ChaChaMán solo necesitaba reapren<strong>de</strong>r a llorar poco <strong>de</strong> alfabetización <strong>de</strong> las emociones.<br />

Las piedras <strong>de</strong>l gigante eran <strong>de</strong> color bronce, blanco, amarillo y negro y sus manos<br />

estaban hechas <strong>de</strong> cuerdas musicales. Hasta los oídos <strong>de</strong> Pablo y la abuela llegaba el<br />

sonido <strong>de</strong> la embelesarte música. Al gigante solo le faltaba corazón para seguir<br />

habitando la tierra y ser el dueño <strong>de</strong> los humanos.<br />

De sus manos extrajo aguja para po<strong>de</strong>r succionar la pulpa <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong>l alguien<br />

<strong>de</strong>spierto. Vio a su alre<strong>de</strong>dor, notó a los humanos apagados aburridos, iba se metían<br />

mucho al zoom. Enfadado <strong>de</strong> ellos, quiso retirarse, ya ningún corazón le serviría. Por<br />

minutos <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> tocar su música, se dispuso a escuchar atentamente el latido <strong>de</strong>l corazón<br />

<strong>de</strong> los niños.<br />

Sabía que Pablo y la abuela no le prestarían la pulpa, así es que convirtió la aguaja en<br />

Pepsi Cola y con su larga blanqui negra mano, la pasó por las rejas <strong>de</strong>l techo don<strong>de</strong><br />

estaban Pablo y su abuela.<br />

Pablo sintió sed, <strong>de</strong>cidió tomar el refresco. La abuela recordó ser niña, se olvidó <strong>de</strong> guiar<br />

a su nieto para transformarse en necia niña. Pablo y la ahora niña tomaron el refresco <strong>de</strong><br />

sorbo. Inmediatamente <strong>de</strong>spués los niños <strong>de</strong>cidieron llevar flores blancas al gigante. La<br />

abuela <strong>de</strong>sesperada, triste, liberando la voluntad <strong>de</strong>l evento, los acompaño. Des<strong>de</strong><br />

entonces, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la TV, la internet y los vi<strong>de</strong>ojuegos el gigante vive a través <strong>de</strong> la<br />

somnolencia que te provoca la música suave, can<strong>de</strong>nte y bélica ¡tu cabeza es pantalla<br />

que no lo apantalla! Tu mente le pertenece al gigante y cada día se vuelve más y más<br />

exigente. Ahora te pi<strong>de</strong> flores imaginarias <strong>de</strong> colores con <strong>de</strong>stellos cromo. Estás tan<br />

preocupado por no enojarlo, que tu ser produce algo así como 2000 flores al día. Cuando<br />

50


el gigante arranca estas flores blancas <strong>de</strong> tu mente, no te permiten ver quién eres<br />

realmente y jamás te <strong>de</strong>jarán disfrutar <strong>de</strong> lugar llamado La Maravilla Encontrada que se<br />

encuentra justo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ti en realidad paralela diseñada para ti <strong>de</strong> ti pero como te la<br />

pasas encerrado con el cuadrito frente a ti, pues tu cuerpo se va a po<strong>de</strong>r bien cuadrado.<br />

Al escuchar esto Pablo invirtió la mirada hacia a<strong>de</strong>ntro y se percató <strong>de</strong> sí mismo se vio<br />

transparente y azul, sintió que todavía tenía la oportunidad <strong>de</strong> cambiar. Vivía en la quinta<br />

dimensión. Ahí don<strong>de</strong> se encuentran todos los niños que quieren vivir en la tierra.<br />

Contemplaba, contemplaba hacia a los humanos y no sabía quién sería su mamá. El sol le<br />

recomendó observar pacientemente a hombre y mujer que se quisieran mucho. Pablo<br />

pensó esperaría largo tiempo pero <strong>de</strong> pronto escuchó a una pareja que tenía algo en<br />

común. De los ojos <strong>de</strong> la mujer salían ilusiones que las <strong>de</strong>positaba en vaso transparente<br />

y cristalino. El hombre tomaba el vaso y lo veía, lo veía <strong>de</strong>l amanecer hasta el anochecer.<br />

El sol y la luna también observaban el vaso, pero como no tenían tiempo <strong>de</strong> llenarlo<br />

porque estaban muy ocupados apagando el fuego que salía <strong>de</strong> la tierra <strong>de</strong>bido al<br />

calentamiento global., <strong>de</strong>cidieron <strong>de</strong>jar al hombre sólo para que escogiera el tiempo<br />

indicado a llenar el vaso.<br />

El hombre tocaba el vaso y se encontraba maravillado. A<strong>de</strong>más las chispas que la mujer<br />

vertía a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l vaso, lo hacían brillar aún más. bonita mañana el hombre llenó el vaso<br />

sin darse cuenta. Lo llenó <strong>de</strong> ternura, entusiasmo y sobretodo <strong>de</strong> mucho amor. De pronto<br />

el vaso cayó y al estrellarse se convirtió en hermoso huevo. huevo que <strong>de</strong> nada y por<br />

acci<strong>de</strong>nte se rompió. La mujer llena <strong>de</strong> llanto quería rescatar el huevo pero se dio cuenta<br />

que era <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>. En cambio <strong>de</strong>l interior <strong>de</strong>l huevo salió pollito, pollito tierno<br />

que cuando dormía soñaba ser niño como tú. No recordaba que ya había estado entre los<br />

humanos.<br />

La mujer quiso conce<strong>de</strong>rle el <strong>de</strong>seo a Pollito. Durante sueño vio el <strong>de</strong>seo tan profundo<br />

<strong>de</strong> Pollito, este quería ser niño. La mujer fue hacia el sol y la luna, les suplicó que<br />

convirtieran en niño a Pollito. La luna le dijo:<br />

51


-Yo puedo iluminarlo <strong>de</strong> noche y también puedo darle mi semilla pero adviértele que<br />

probablemente será niña.<br />

Pasaron los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas, los meses, los años,<br />

las décadas, los siglos, los milenios, los millolenios. Finalmente el sol se asomó, la luna se<br />

fue.<br />

-Querido sol quisiera que Pollito se convirtiera en niño, ¿tú pue<strong>de</strong>s?<br />

Claro que sí, dijo el sol, pero es muy chiquito será <strong>de</strong>lgado y enfermizo.<br />

La mujer corrió hacia Pollito llevándole las nuevas <strong>de</strong>l sol y la luna.<br />

-No importa, dijo Pollito, yo quiero ser niño y estar contigo siempre.<br />

La mujer subió a montaña muy alta y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahí pudo ver el futuro <strong>de</strong> Pollito convertido<br />

en niño inteligente. Pollito tocaba el violín y jugaba a camachito, juego que su primo le<br />

había enseñado y consistía en subirse a los hombros para salir corriendo. La mujer<br />

también vio como a Pollito lo inyectaban, éste sufría y sufría al ver a las enfermeras, los<br />

médicos. Se pasaba la vida en los hospitales, muy pocas horas <strong>de</strong>l día era feliz.<br />

Viendo todo esto se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> Pollito y lo besó en la frente. Con mucho cariño y<br />

cuidado lo regresó al cascarón <strong>de</strong>l huevo. Después el hombre lo convirtió en vaso y vació<br />

todo el amor, el entusiasmo y la ternura que había <strong>de</strong>positado.<br />

Ahora Pollito se encuentra en la quinta dimensión y el sol y la luna cuidan <strong>de</strong> él…y<br />

¿sabes qué? Pollito es hermoso niño allá don<strong>de</strong> está, pero no es <strong>de</strong> carne hueso como tú.<br />

Pollito está hecho <strong>de</strong> colores que jamás ojo humano haya visto.<br />

Pablo se observó <strong>de</strong>tenidamente, saboreó por instantes le i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> ser niño, se compa<strong>de</strong>ció<br />

<strong>de</strong> pollito.<br />

A la existencia <strong>de</strong> Pablo, en la quinta dimensión, llega recuerdo hecho música, y <strong>de</strong> las<br />

supercherías surge su contrario. vibración suena Pa///o////la.<br />

Pablo no se explica por qué, pero sabe que Paola es su contrario y complemento al mismo<br />

tiempo, y cuando sus manos chocan los dos se <strong>de</strong>svanecen al son <strong>de</strong> los rayos.<br />

52


Alguien los observa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> afuera, eso piensan ellos, ven el recorrido <strong>de</strong> veinte yemas <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>dos, que entran a través <strong>de</strong> una pantalla, son las manos <strong>de</strong> Yanel y Arturo leyendo<br />

el cuento. Pablo y Paola observan asombrados que <strong>de</strong> la palma <strong>de</strong> la mano se vierte tipo<br />

<strong>de</strong> conjuro hacia los ellos, conjuro en sustancia <strong>de</strong>sconocida, escuchan letanía.<br />

“Eran dos pero en el fondo solo se veía uno. Cuando este hablaba, el otro le contestaba<br />

casi igual. Como si el este fuese espejo. El otro se <strong>de</strong>sesperó y este le seguía hablando.<br />

Así pasaron las horas porque no iban a ninguna parte, estaban congelados en las<br />

crisis <strong>de</strong> dos mundos.<br />

Muy incrédulo el otro ya no quiso ser el este. Al final el este y la otra fueron uno”.<br />

(-El <strong>de</strong>ste <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sta jajaja-)<br />

Después <strong>de</strong> escuchar Pablo y Paola se contrajeron en sola pieza, las partículas juagaban<br />

excitadas formando fractales <strong>de</strong> esplendoroso entero. Juntos notaron que la fuerza era<br />

más. Vieron que podían saltar <strong>de</strong> lado a otro en menos tiempo. Decidieron ir con los<br />

cuentacuentos que se ubican el la Biblioteca Cental <strong>de</strong> Ciudad Juárez. Ahora los dos<br />

están frente a voz que <strong>de</strong>sesperada cuenta la <strong>de</strong>sgarradora vida <strong>de</strong> los pavos en planeta<br />

llamado Tierra. El cuentacuentos muy angustiado contaba…<br />

Llegó el tercer jueves <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 2025, en la tierra alguien recordaba que los ojos<br />

<strong>de</strong> niña habían sido testigos <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> hermoso pavo.<br />

La niña se llamaba Paola y lejano día había vivido con las estrellas, los soles, las lunas,<br />

las plantas y los animales que en los últimos dos mil años no habían sido respetados por<br />

los humanos.<br />

Paola sabía comunicarse con cada uno <strong>de</strong> ellos. El sol se llamaba Pablo, la luna<br />

Pamela, las plantas Primores y los animales habían sido llamados Payasos.<br />

Sí, en la tierra los animales hacían reír a los hombres y cuando estos hombres se los<br />

comían, pues, se inflaban como globos listos para irse al cielo. El pavo <strong>de</strong>bía entregar su<br />

vida a cambio <strong>de</strong> unas gracias y cada vez que el hombre se sentaba a comérselo en<br />

Acción <strong>de</strong> Gracias el pavo se convertía cada vez en más y más payaso.<br />

53


Los pavos le habían dicho a Paola que sus antepasados se llamaban Hueyxolotl o<br />

monstro gran<strong>de</strong> y que habían servido para adornar las pra<strong>de</strong>ras y que les niñes poco a<br />

poco se hicieron sus amigos. Lo que más les gustaba a los pavos era que nadie los<br />

mataba o se los comía. También le dijeron a Paola que los pavos <strong>de</strong>l <strong>2009</strong> no se parecían<br />

en nada a los Hueyxolotl, es más los pavos <strong>de</strong> ese tiempo eran producto <strong>de</strong> la<br />

imaginación racional <strong>de</strong> grupo <strong>de</strong> científicos locos que habían encontrado la fórmula <strong>de</strong><br />

hacerlos crecer en menos <strong>de</strong> dos semanas.<br />

¿Te imaginas?<br />

Cada año en dos ocasiones los ojos <strong>de</strong> los niños podían ver humeante y <strong>de</strong>licioso pavo<br />

por primera vez. Antes <strong>de</strong> esto, los niños comelones <strong>de</strong> pavos, ni siquiera los habían<br />

tocado, olido, o visto en vivo. Los niños solo comían la carne blanca y rosada que<br />

envolvía los buenos <strong>de</strong>seos y la energía <strong>de</strong>l pavo.<br />

Paola había convivido con los pavos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía mucho tiempo y sentía ganas <strong>de</strong> que<br />

todos supieran que el pavo ya no era animal fuerte, sano y bondadoso que al contario<br />

era payaso que seguía en la tierra por acci<strong>de</strong>nte y que el pavo original se había<br />

marchado junto con el sol, la luna, las estrellas, las plantas y el resto <strong>de</strong> los animales, la<br />

secuencia <strong>de</strong> los pavos aquí había terminado. Lo único que estaban comiendo los<br />

humanos eran gracias <strong>de</strong>l pavo, llamado Payaso. Paola sabía que seguir comiendo<br />

Payaso significaba juntar células <strong>de</strong>l infierno con células medias y sanas y que al final<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tanta mezcla el siguiente paso era la <strong>de</strong>cisión unánime <strong>de</strong> las células para<br />

ocupar el siguiente lugar en el mismo espacio, o sea, lo que los humanos llamaban<br />

muerte. Entonces, ¡no coman nada que tenga ojos porque estarán practicado el<br />

canibalismo y la auto<strong>de</strong>strucción!<br />

Pablo sentía celos <strong>de</strong> Paola por haber estado en esa historia y no comprendía por qué<br />

ahora su nombre robaba toda la atención en el cuento. Paola <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> Pablo supo <strong>de</strong> sus<br />

sentimientos oscuros, fue paciente y sintió la masculinidad, se dio cuenta que Pablo usaba<br />

54


solo parte <strong>de</strong> su composición, también supo que, al igual que ella, habían sido apenas<br />

sueños <strong>de</strong> humanos y que tenían aventuras y experiencias que vivir antes <strong>de</strong> juzgarse.<br />

Los dos son conocedores <strong>de</strong> la física y los cinco elementos, saben que las posibilida<strong>de</strong>s<br />

en este ambiente don<strong>de</strong> están ahora son infinitas. Nada los sorpren<strong>de</strong> ni los asusta por el<br />

contrario todo los impresiona y les da miedo (- ¿? -).<br />

Paola y Pablo ven y no ven y se fun<strong>de</strong>n en colores, matices, formas, materiales que si te<br />

los <strong>de</strong>scribo se parecen al acero líquido que se vacía <strong>de</strong> los hornos <strong>de</strong>l inframundo <strong>de</strong> tus<br />

pesadillas. Son tan, pero tan líquidos, <strong>de</strong>lgados e invisibles que recorren hasta el quark<br />

bailarín que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> los átomos <strong>de</strong> cada pensamiento.<br />

Como sólo grupo <strong>de</strong> científicos han entendido las fórmulas físicas-matemáticas para<br />

explicar la materia, ellos experimentan con cada quarks encantado y extraño <strong>de</strong> su<br />

existencia. Paola y Pablo saben que La Maravilla Encontrada (- ¿? -), su confianza, su fe,<br />

y sobre todo en la capacidad <strong>de</strong> amar. Los dos han sabido convertir en cuentos<br />

quarkcianos <strong>de</strong> arriba, abajo, <strong>de</strong> cima y fondo sus experiencias.<br />

A<strong>de</strong>más Paola y Pablo han aprendido el secreto <strong>de</strong> la risa y el humor blanco-negro y<br />

reducen sus experiencias a payasadas <strong>de</strong> animal transgénico. Animales transgénicos<br />

alejados <strong>de</strong> su célula original llevados a pantalla <strong>de</strong> computadora protagonista <strong>de</strong>l<br />

apagón <strong>de</strong> la felicidad en la tierra. La misma pantalla que ahora es avivada por las palmas<br />

<strong>de</strong> Arturo y las mías propias.<br />

(-Me tienes zzzzumbo-)<br />

Arturo <strong>de</strong>sprendió nuestras manos <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>nador, preguntó sobre la gata Paola que sólo<br />

era sueño humano.<br />

- Pablo y Paola me han llevado a otros mundos, mundos hermosos llenos <strong>de</strong> juego, color<br />

e inocencia.<br />

Dijo Arturo.<br />

- Antes <strong>de</strong> leer los cuentos con nuestras palmas <strong>de</strong>cías que Paola había sido gata que<br />

aseguraba haberse quedado en cuento, ella dijo haber sido sueño <strong>de</strong> humana,<br />

¿cómo es eso?<br />

55


-Bueno ahora te digo, el cuento se llama La Gata y la Niña. Dentro <strong>de</strong> él Pola se llama<br />

Estefanía Gloria <strong>de</strong> la Vida. Ahora te lo leo.<br />

Arturo escuchaba con atención mientras le narraba el sueño que Paola había sido. El tono<br />

<strong>de</strong> la voz, la vibración reconocida por sus sentidos lo llevó aten<strong>de</strong>r a Paola.<br />

-Estefanía Gloria <strong>de</strong> la Vida. Así le <strong>de</strong>cían los niños <strong>de</strong>l pueblo.<br />

A Estefanía le gustaba mero<strong>de</strong>ar por las avenidas empedradas y daba rienda suelta a su<br />

libertad <strong>de</strong> caminar y traspasar las pare<strong>de</strong>s y puertas <strong>de</strong> las casas. Des<strong>de</strong> hace buen<br />

tiempo y sin saber por que no tenía que pedir permiso para escuchar o convivir con los<br />

adultos.<br />

buen día le pareció muy atractivo subir la pra<strong>de</strong>ra, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahí vio varios gatos y gatas que<br />

al maullar parecían <strong>de</strong>cir su nombre. A Estefanía le pareció raro escuchar que <strong>de</strong> los<br />

labios felinos surgían sonidos extraordinarios y quiso acercarse a ellos por curiosidad y<br />

para saber que si lo que oía era verdad o mentira.<br />

De pronto y sin darse cuenta gata le saltó a las piernas y se prendió <strong>de</strong> su hermoso y<br />

blanco vestido. En ese momento se percató que no sentía nada y que las garras <strong>de</strong> la gata<br />

no le hacían daño. Empujó la gata pero ésta había traspasado, se había atorado. Estefanía<br />

gritó fuerte, muy fuerte, hasta que su garganta se <strong>de</strong>sgarró. mujer dormida la escuchó y<br />

permitió que Estefanía se metiera en sus sueños. La mujer pudo ver como <strong>de</strong> la gata salía<br />

niña sucia y triste que vestía <strong>de</strong> blanco. Estefanía le suplicó que le ayudara a quitarse la<br />

gata <strong>de</strong>l corazón y que a cambio la cuidaría para siempre. La mujer muy confundida tuvo<br />

que <strong>de</strong>spertar y la gata muy asustada <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> robar el Corazón <strong>de</strong> Estefanía hizo<br />

gesto <strong>de</strong> amabilidad, se soltó y corrió, corrió hasta per<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> vista. Ahora Estefanía sabe<br />

que no es <strong>de</strong> carne y hueso y que su corazón pu<strong>de</strong> ser fácilmente traspasado. A<strong>de</strong>más la<br />

mujer la ha <strong>de</strong>jado ir, allá don<strong>de</strong> solo viven los que quieren nacer. Los gatos siempre<br />

están ahí esperando que las niñas entren en llanto, amargura, confusión, anorexia,<br />

aburrimiento para aparecerse y entrar a arañar sin avisar.<br />

56


día Estefanía fue vista cantando… Gloria y gatas gracias a la vida, es por eso que en el<br />

pueblo la llaman Estefanía Gloria <strong>de</strong> La Vida aunque hace muchos años haya muerto y<br />

ninguna mujer ha querido traerla vez más a habitar el pueblo.<br />

Arturo finalmente comprendió la conclusión <strong>de</strong> Paola. Ella y Pablo sólo habían estado en<br />

el sueño <strong>de</strong> mujer.<br />

Dejo <strong>de</strong> amargura subió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el piso don<strong>de</strong> estábamos, la amargura se convirtió en<br />

odio, el oído en solitud, la solitud en reflexión y la reflexión en perdón. El perdón partió<br />

en llanto y el llanto en amor, reparaba los daños. Pasado el tiempo continué con la<br />

versión <strong>de</strong> las últimas visitas <strong>de</strong> Pablo y Paola.<br />

-Cuando Paola y Pablo quieren, vienen a la lectura <strong>de</strong> cuentos. Dicen que les gusta mucho<br />

la vibración <strong>de</strong> la voz cuando hablo <strong>de</strong> ellos. Casi siempre la tristeza embarga el espacio.<br />

Me consuelan, me dicen <strong>de</strong>l milagro <strong>de</strong> Dios cuando todo ha sido perdonado, todo, todo.<br />

A veces no los quiero <strong>de</strong>jar ir pero se van. Y cuando vuelven, vuelven con tanta fuerza<br />

que rompo en llanto. Casi siempre cuando están aquí, en mi cuerpo, en mi Corazón, en mi<br />

casa, me <strong>de</strong>jan la sensación <strong>de</strong> amor, <strong>de</strong> perdón y luego por arte <strong>de</strong> magia me topo con<br />

amigas que tienen hijos <strong>de</strong> su edad. Pablo y Paola me hacen ver que sería la más loca e<br />

histérica <strong>de</strong> todas al tenerlos aquí y me dictan amar a todas los Pablos y Paolas en mi<br />

camino. Entre el arrepentimiento, el tiempo, la resignación, la vida pasa sin nada- todo.<br />

-Que tristeza, creo que necesitas poco <strong>de</strong> glamours en tu espacio.<br />

Me sonrió Arturo, a la vez, me recostaba asemejando a la madre que recuesta a su bebé.<br />

Sentí la ternura <strong>de</strong> la maternidad en él, ahora compruebo su omnipresencia, él podía estar<br />

en todas partes.<br />

-Duerme, duerme. Descansa, <strong>de</strong>scansa. Cierra tus ojos. Me voy por instante y regreso,<br />

verás que lograré sacarte <strong>de</strong> don<strong>de</strong> te has metido ahora. Te lo aseguro. Ya en varias<br />

ocasiones te he regresado <strong>de</strong> ese callejón <strong>de</strong> tristeza ¿Recuerdas el día <strong>de</strong> Dante, el<br />

polvoriento libro que me robé <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Rogelio Treviño? Fue la noche que<br />

conocimos a SuChaCa.<br />

57


Me preguntó para distraerme <strong>de</strong>l letargo bañado en sudor, lágrimas, peste <strong>de</strong> culpa,<br />

añoranza.<br />

-Si recuerdo perfectamente que me dijiste “no voy solo… Dante me acompaña”. Te fuiste<br />

muy ufano caminado hasta tu casa en la calle Texcoco. Recuerdo perfectamente esa tar<strong>de</strong>noche.<br />

No sabíamos otra cosa que tomar licor, conocer gente, mofarnos. Éramos bastante<br />

ligeros. Así muy light. Íbamos en el coche <strong>de</strong> tu amigacha esa, esa amiga que ahora se<br />

siente dueña <strong>de</strong> ti. Ella es la única que tiene <strong>de</strong>recho a <strong>de</strong>cirse amiga.<br />

¿Te imaginas? ¿Que, cuál amiga? La rubia preciosa y brillante, <strong>de</strong>dicada, hija <strong>de</strong> la mejor<br />

maestra <strong>de</strong> secundaria en Jz.<br />

- Ah, Karina divina, Ka-ri-na mi amor. Ka-ri-na maravillas. Siempre <strong>de</strong>dicada a sus<br />

amigues, alma buena que ha experimentado la vida, vi-vir. La amamos. Jajaja, ¡oye papi<br />

dámelo todo! Es peor caer en letrina que su hocico! Dijo Arturo muy sonriente. Chiquito,<br />

ella es preciosa, era la reina <strong>de</strong> la noche, hermosa la con<strong>de</strong>nada y bien inteligente la<br />

petocha <strong>de</strong> la familia burrons. Muy claro recuerdo esa noche. Fuimos al súper y pedimos<br />

aguas minerales, cuando íbamos cruzando la Constitución y Mejía y tú con el mofle<br />

anunciando tu recorrido por las avenidas juareñas, el mofle caído. Vimos a hombre<br />

contoneándose, hombre con su capingón negro, tenía buen lejos, nos llamó la atención.<br />

Lo abordamos, ni muy tardo nos invitó a su <strong>de</strong>partamento ubicado exactamente frente a la<br />

oficina <strong>de</strong> correos. Después supimos que era Rogelio Treviño, sabías que falleció <strong>de</strong><br />

hipotermia, indigente. Llegamos los tres, nos asomamos al balcón <strong>de</strong> su <strong>de</strong>pa, llenísimo <strong>de</strong><br />

bolsas <strong>de</strong> basura. Tú, Arturo, tú. Te probaste todos los sombreros que el pobre poeta había<br />

coleccionado, estabas en tu propio país <strong>de</strong> las maravillas. Te asomabas al espejo,<br />

admirabas tu belleza. Tu larga nariz se reflejaba chueca en el espejo, te lo hice notar y<br />

soltaste la carcajada. Te probabas los sombreros, casi pu<strong>de</strong> adivinar… en algún tiempo<br />

diseñabas sombreros. Eras el diseñador <strong>de</strong> sombreos felices.<br />

Había libros viejos por doquier, las sillas habían abrazado tantas nalgas como pedos. No<br />

recuerdo los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> las palabras, <strong>de</strong> seguro mil estupi<strong>de</strong>ces. Lo que si recuerdo fue tu<br />

hurto, Arturo, estabas <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> vivir a Dante en tu estómago, te lo llevaste completito,<br />

<strong>de</strong>spués me lo regalaste. Todavía lo tengo, todavía conservo las páginas rojas. Te<br />

58


agra<strong>de</strong>zco haberme llevado a esa palabra <strong>de</strong>sconocida para mí. El infierno es y será sin<br />

fin <strong>de</strong> símbolos materializados en ciuda<strong>de</strong>s azufrosas, ¡pura imaginería!<br />

Arturo me veía con asombro, comparecencia. La primera vez que vi esa mirada en él fue<br />

el día que tomó la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> estudiar enfermería. Ese día noté en él entusiasmo <strong>de</strong> ser,<br />

servir, aunque él siempre jugaba a ser-vil.<br />

Lo que vi a continuación me ha <strong>de</strong>jado mareada la reflexión.<br />

-Por ahora te voy a sorpren<strong>de</strong>r, te acuerdas que te dije que aquí don<strong>de</strong> estoy podía<br />

camufla todas las veces a mi antojo, puedo ser reina, princesa, rey, amo, esclavo todo lo<br />

que quiera. Pues ahora soy Queen soy, soy. Me dijo animadamente Arturo.<br />

Cerré mis ojos mientras el recuerdo <strong>de</strong> Pablo y Paola se esfumaba lentamente, se fueron<br />

como succionados por hoyo sin fin. Me prometieron volver en el momento oportuno. Mis<br />

párpados estaban cansados, mi rostro reseco <strong>de</strong> tanta lágrima. Mis pestañas pesaban <strong>de</strong><br />

humedad. La misma humedad que atraía Dancing Queen tocado en la rocola <strong>de</strong> La<br />

Cucaracha, sí, La Cucaracha. Ese último bar <strong>de</strong> México, ese que se encuentra en la<br />

esquina, casi en la puerta <strong>de</strong> Estados Unidos. En ese lugar don<strong>de</strong> tantas historias se han<br />

escrito.<br />

La melodía tarareaba mis <strong>de</strong>dos, <strong>de</strong> la vibración <strong>de</strong> mis yemas salió la imagen clara, esa<br />

imagen <strong>de</strong> fiesta, fiesta, fiesta. A su vez emergía <strong>de</strong> mi la sensación final provocada por<br />

el fantasma y yo en ese lugar.<br />

El fantasma había pedido Anis, yo cerveza con limón para pasar la amargura <strong>de</strong>l recordar<br />

a mi amigo Arturo que se burlaba <strong>de</strong> las reinas, esos hombres que se visten <strong>de</strong> mujeres. El<br />

fantasma, ahora con aliento a Anis, me besó y otra vez mientras yo recordaba a esas<br />

reinas que pululan por toda la ciudad. Reinas que nacieron hijos. Reyes sin voluntad,<br />

varones humillados. Vástagos forzando su ser los gestos nuevos <strong>de</strong> la vida. Vástagos<br />

amados por Dios por igual. Ellos que nacieron ellas, ellas que se hicieron ellos. Ellas que<br />

<strong>de</strong>sean las feromonas, la testosterona. Ellas que se cercenan el cuerpo, sintiéndose presos<br />

<strong>de</strong> exuberancia. Ellas que aman sentir el corazón y a fuerza <strong>de</strong> ensayarlo y <strong>de</strong>searlo tanto<br />

terminan siendo la frívola versión <strong>de</strong> la mujer, <strong>de</strong>l hombre.<br />

59


Ellas, las perversas, las perras, las perdidas, las hermosas, las payasas, las sufridas que<br />

sueñan que macho las conquiste, ellas que viven esta realidad en la otra realidad, ellas<br />

juegan al rol, juegan, se divierten, se contonean, y cuando macho las <strong>de</strong>sea, casi siempre<br />

las usan, las humillan, porque a su vez el macho se siente humillando por <strong>de</strong>searlas porque<br />

así se ven ellas retorcidas <strong>de</strong>safiando la naturaleza, siéndole infiel a los roles, ¿hasta<br />

cuándo?<br />

Imitan son hacendosas, querendonas, son capaces <strong>de</strong> criar a las criaturas abandonadas por<br />

otros que se dicen normales. Ellas las que han encontrado en su transformación bálsamo a<br />

su estadía aquí en la tierra, a la levedad <strong>de</strong>l ser y el odioso caminar. A ellas y <strong>de</strong> ellas se<br />

burlaba Arturo, el vástago <strong>de</strong> más brillo observado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la tierra, las criticaba, las<br />

admiraba. Y ahora es una <strong>de</strong> ellas si quiere, si él quiere con tan solo <strong>de</strong>searlo se transforma<br />

en santiamén. Ya está todo predispuesto, cámbiale a la historia.<br />

(-se cancela la maternidad y los cuentos infantiles hasta nuevo aviso-)<br />

VI Carne <strong>de</strong> <strong>manzana</strong><br />

- ¿A poco no lo has vuelto a ver? Me preguntó Arturo.<br />

-Pues sí y no. Mientras escribo estas líneas te a<strong>de</strong>lanto que Salvador me <strong>de</strong>jó. Se fue harto<br />

<strong>de</strong> mis gritos, <strong>de</strong> mi egoísmo. Le he marcado unas cinco veces para no sonar histérica<br />

pero en realidad le he marcado unas veinte. Siento que ya se fue, te dije que me advirtió<br />

que alguien lo rondaba. Es que se siente premio y por lo general las mujeres lo<br />

conquistan, lo seducen. Sus padres le <strong>de</strong>cían el niño <strong>de</strong> 10 cuando nació. Dicen que nació<br />

perfecto en todos los sentidos, él creció con esa i<strong>de</strong>a metida en la cabeza y los testículos<br />

inflados. Conmigo había aguantado varios meses <strong>de</strong> <strong>de</strong>sprecio cuatro para ser exacta. El<br />

<strong>de</strong>sprecio inició cuando <strong>de</strong>cidí arreglarme poco. ¿Te acuerdas <strong>de</strong> la Virgen ver<strong>de</strong>?Pues<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la <strong>de</strong>scubrí me invadió la sensación primero <strong>de</strong> ser monja, y como no lo hice,<br />

pues quise ser bella, hermosa. noche me fui al sueño don<strong>de</strong> vestía color blanco, el talle<br />

proponía esbelto cuerpo, cargaba paraguas rojo al igual, enorme sombrero rojo<br />

enmarcaba mi bello rostro. No estoy segura si se trataba <strong>de</strong> mi boda, era<br />

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fiesta al aire libre. Salvador arrimaba cazuelas plateadas, lo veía con altivez, me <strong>de</strong>scubrí<br />

hermosa. Más claro no podía ser, me traje la imagen al día, esa mañana caminé erguida<br />

segura <strong>de</strong> la hermosura que se acababa <strong>de</strong> recrear en mí. De igual forma la inseguridad<br />

me atrapó, saqué carta <strong>de</strong>l Tarot preguntando si era buena i<strong>de</strong>a someterme a<br />

liposucción. Me contestaron que los <strong>de</strong>fectos que me veían era producto <strong>de</strong> mi<br />

imaginación. Dudosa saqué otra carta y me advirtieron que ya todo estaba arreglado.<br />

- ¿A poco te hiciste lipo? No lo puedo creer, ¿tú?, metida esas frivolida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida. Tú,<br />

tú, tuuuuuu?<br />

- Sí, yo, yo yoooooooo. Deja <strong>de</strong> burlarte hermoso, <strong>de</strong> plano contigo no se pue<strong>de</strong>.<br />

- Todo inició con visita <strong>de</strong> cortesía a masajista <strong>de</strong> cincuenta años. doctor moreno,<br />

<strong>de</strong>lgado, con sus manos me relajaba el cuerpo, mi pudor no se <strong>de</strong>jó esperar. Al parecer<br />

eso le provocaba risa y me <strong>de</strong>cía “vamos mujer, si veo <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> mujeres <strong>de</strong>snudas a<br />

diario. Poco a poco nos fuimos ganando la confianza hasta permitirle regalo para mis<br />

labios. El rostro se le fue entregado a sus <strong>de</strong>licadas manos, las horas siguientes la cara<br />

sufría los embates <strong>de</strong> las inyecciones <strong>de</strong> compuesto que hasta la fecha no sé que es. Los<br />

resultados, carnosos e inflados <strong>de</strong> ego labios. La siguiente barbarie a la que sometí el<br />

cuerpo pasó dos o tres meses <strong>de</strong>spués. Fui con el cirujano. Muy nerviosa me senté frente a<br />

su escritorio, mientras él me cuestionaba yo trataba <strong>de</strong> verle su corazón y <strong>de</strong>scubrí a niño<br />

ingenioso, explorador. De sus manos saltaban cuchillos filosos pero amigos. Sus enormes<br />

lentes resaltaban su mirada. Hablamos <strong>de</strong> frivolida<strong>de</strong>s como para ganar confianza,<br />

<strong>de</strong>spués, me pidió que me <strong>de</strong>snudara. Quise ocultar mi sonrojo pero mis piernas<br />

temblorosas me <strong>de</strong>lataron. Sin embargo seguí con el procedimiento. Mi cuerpo quedó al<br />

<strong>de</strong>snudo, mi figura pudorosa quedo fotografiada. Algo por <strong>de</strong>ntro se burlaba <strong>de</strong> mí, <strong>de</strong>cía<br />

que era locura, me sentí absurda, ahí, <strong>de</strong>snuda frente a <strong>de</strong>sconocido. Me consoló<br />

diciendo que todo tipo <strong>de</strong> mujeres se<br />

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someten a ese procedimiento. Mujeres inteligentes, mujeres bobas, mujeres académicas,<br />

intelectuales, mujeres <strong>de</strong> negocios, mujeres madres, mujeres esposas, mujeres prostitutas,<br />

mujeres actrices, mujeres poetas, mujeres reporteras, mujeres jóvenes, mujeres viejas,<br />

mujeres lesbianas, mujeres promiscuas, mujeres castas, mujeres. Mujeres… y hombres<br />

que quieren ser mujeres. Le pregunté si ellas iban ahí por su propio pie o si alguien las<br />

obligaba a embellecerse. También le pregunté si alguien había muerto o quedado muy<br />

mal parada <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>. Me dijo que la mayoría <strong>de</strong> las mujeres, van ahí entran por su<br />

propio pie, nadie ha muerto en sus manos. Pues qué más podía <strong>de</strong>cir él. Quería enlazar mi<br />

corazón al <strong>de</strong> él para leer poco <strong>de</strong> su ser pero no me lo permitió. Lo sentí <strong>de</strong>solado,<br />

mecánico, escultor, frío. No quise interferir más y <strong>de</strong>cidí <strong>de</strong>jarlo en paz.<br />

Esa misma noche le notifiqué a Salvador <strong>de</strong> mi <strong>de</strong>cisión, se emocionó y <strong>de</strong>spués se<br />

molestó y posteriormente me lo prohibió. Ya había agendado la cirugía así es que lo que<br />

pensara Salvador ya no importaba. Muy lejos estaba yo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scifrar el futuro arrepentido<br />

<strong>de</strong> mi virginiana <strong>de</strong>cisión. Sí, porque fue <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que <strong>de</strong>scubrí a la virgen que me<br />

llenó <strong>de</strong> valor para hospitalizarme por primera vez en mi vida. Me encomendé a ella y<br />

exactamente el 12 <strong>de</strong> diciembre a las 10 am entré al Centro Médico. Nadie me acompañó<br />

ni mi familia, ningún amigo, mucho menos Salvador que se había negado rotundamente a<br />

apoyarme. No quise notificar a mis hermanas y mi madre ni pensarlo. Mi madre todavía<br />

llora cuando ve en la TV a la cantante Lucha Villa quien quedó en estado grave por mala<br />

administración <strong>de</strong> la anestesia durante liposucción. Cada vez que mi santa madre ve el<br />

caso se asegura <strong>de</strong> recordarnos a todas sus numerosas hijas, lo absurdo <strong>de</strong> esos<br />

procedimientos. No se quieren, los médicos son absurdos y corruptos solo quieren<br />

dinero, se necesita estar bien ciega para no ver que hay <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> todo ese ardid <strong>de</strong> verse<br />

<strong>de</strong>lgada bella. Deberían apren<strong>de</strong>r a comer bien. Mi liposucción es toronja diaria… Ya<br />

la oigo con sus frases que me taladran la cabeza y me llenan <strong>de</strong> culpa al estar en el cuarto<br />

preoperatorio.<br />

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Me llevaron a lugar tibio pero <strong>de</strong>solado. mujer era <strong>de</strong>spierta por par <strong>de</strong> practicantes. Le<br />

escullaban los signos vitales. La mujer parecía muerta. Dudé <strong>de</strong> mi <strong>de</strong>cisión, me sentí<br />

ridícula, estaba en medio <strong>de</strong>l lugar que había <strong>de</strong> llevarme a lucir bella. Llegó el<br />

anestesiólogo prometió estar ahí todo el tiempo. Después el doctor cargando lata <strong>de</strong> coca<br />

cola light me aseguró que todo iba a salir bien. Ay. Dios mío, pensé en silencio. Cuanta<br />

fantasía hay en mí. Cuánta tontería se acumula en la mente <strong>de</strong> mujer cuando se empeña<br />

en serlo. En fin, ahí voy a ser mujer bella, seductora, inteligente, hogareña, encantadora,<br />

mujer, mujer. Voy a usar colores morados, rosas, fuichas, colores, colores, muchos<br />

colores. Pero no necesito la lipo para ser ingenua e inocente<br />

(-hasta soñas y crees-)<br />

eso siempre lo he sido, lo seré, pero si necesito la lipo para ser nalgona, para contonear el<br />

bote y que me vean, me vean, al fin me vea. Uf, cállate, me <strong>de</strong>cía a cada instante,<br />

concéntrate, concéntrate. Eso estaba pensando cuando el cirujano me dijo “Es sólo<br />

piquetito, te vas quedar profundamente dormida”.<br />

Y así fue, no <strong>de</strong>sperté hasta pasadas cuatro horas. Cuatro rápidas horas. Quise <strong>de</strong>spedirme<br />

<strong>de</strong> mi grasa, pero el Dr me dijo que la grasa había regresado a mis pompis y que en<br />

cuatro meses iba a estar muy contenta con los resultados. Me aseguró que iba a ser mujer<br />

muy dichosa. ¡Uy sí! Cuanta dicha, pinche fantasía en la que se mete uno y <strong>de</strong> pasadita<br />

esos doctores que viven muy cómodos <strong>de</strong> extraer grasa producto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n en el que<br />

vivimos. Muy agusto se harta uno a diario, si sufres <strong>de</strong> gula o eres comedora compulsiva,<br />

conozco muy bien ese <strong>de</strong>monio, esa vocecita que te dice, mmmmhhhh, ¿no se te antoja<br />

hamburguesa doble con queso y papas fritas? ¡Bah qué jodi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> <strong>de</strong>monio! Cuánta<br />

porquería se mete al cuerpo. En fin, ahí va la señorita a quitarse la grasa <strong>de</strong> encima, que<br />

por cierto, ni sirve <strong>de</strong> nada si tienes monótono trabajo al que ya le has dado mil vueltas.<br />

Dicen que cuando el cuerpo está estresado genera cortisona ésta<br />

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atrapa la grasa en tu cuerpo. En fin no te digo que estoy gorda, te digo que estoy<br />

estresada. ¿Cómo ves?<br />

(-estresada, seguro/ se cancela tragar marranadas hasta hacernos amigues <strong>de</strong>l cerdo-)<br />

Arturo sonrió cortésmente con las nuevas expresiones extraídas <strong>de</strong>l mismo tema <strong>de</strong>l sobre<br />

peso.<br />

-Yo me acuerdo perfectamente <strong>de</strong> tu lío con la comida, Arturo, es que te metías en cada<br />

dieta. ¿Te acuerdas <strong>de</strong> la dieta <strong>de</strong> atún, la <strong>de</strong>l nopal, la bebida que tomaste por casi dos<br />

años? Es que a<strong>de</strong>lgazabas bien pronto. Y el Fredy Mercury con su dieta <strong>de</strong> sandía.<br />

Sí, competíamos por ver quien tenía cinturita ¿Recuerdas?<br />

Todavía hay foto nuestra en casa <strong>de</strong> Paola. Ahí nos tiene en el centro <strong>de</strong> colach <strong>de</strong><br />

fotografías. Estamos con la cintura <strong>de</strong>scubierta diciendo…la cinturita <strong>de</strong> avispa que te<br />

atrapa. ¡Ay, qué recuerdo mi buen Arturo, qué recuerdos! A<strong>de</strong>más me gustaría que vieras<br />

la nueva modalidad en dietas. No creas que es Teo o la cáscara <strong>de</strong> toronja o matarse en el<br />

gym. Lo <strong>de</strong> hoy, lo <strong>de</strong> hoy es la alcachofa. No se cómo se las ingenian los comerciantes<br />

para distribuir la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que producto es eficiente. Mira, tu hermana, La Panzona, tú la<br />

apodaste así, ¿recuerdas? A<strong>de</strong>lgazó bastantes kilos, es más ya <strong>de</strong>jó al estúpido marido<br />

que tenía. Vive en la calle Coyoacán, vive ahí llena <strong>de</strong> tus recuerdos, vacía <strong>de</strong>l estómago.<br />

Es feliz a<strong>de</strong>ntro a pesar <strong>de</strong> la violencia afuera, ha encontrado paz en su corazón.<br />

¿Recuerdas que nos dijo haber leído la biblia enterita esperando que Dios tocara a su<br />

puerta? Dios entró a su sensibilidad, tocó sus cotidianos actos, su sencillez, su amor, dios<br />

es ella misma, diosa, la ha encontrado en cada minuto <strong>de</strong> su día. Se nota que nada le hace<br />

falta. A<strong>de</strong>más el compuesto <strong>de</strong> alcachofa le ha caído muy bien. En esas andamos todas<br />

consumiendo cantida<strong>de</strong>s exorbitantes <strong>de</strong> alcachofa, esperemos que mínimo los<br />

productores <strong>de</strong> la alcachofa sean mexicanos y se beneficien <strong>de</strong> estas locuras <strong>de</strong> las dietas.<br />

Ya hasta bromeamos, <strong>de</strong>cimos pertenecer al Cartel <strong>de</strong> la Alcachofa.<br />

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-Ya no te pongas nostálgica, dime, ¿qué me perdido en tu vida?, síguele que aquí don<strong>de</strong><br />

estoy el tiempo no existe, es hermoso bello estar en todas partes en instante. Lo que tú<br />

ves en episodios cortos, sin imágenes, yo lo puedo ver a color exaltado. Toda mi<br />

composición me lleva a vivir ahí otra vez y cuanto quiera me alejo para volver hasta<br />

cruzar el muro que mi<strong>de</strong> ciento cuarenta cuatro codos. Lo que mi<strong>de</strong> ángel, tu lo sabes.<br />

¿Verdad?<br />

-No sé si mi mente lo sabe. He sentido mis brazos alargarse hacia arriba, no puedo dar<br />

medida, es incierto la razón pero veritas al cuerpo. Lo cierto es tu fortuna al vivir en la<br />

ciudad <strong>de</strong> jaspe, zafiro, ágata, esmeralda y ónice. Las ciuda<strong>de</strong>s don<strong>de</strong> vivo son gemelas,<br />

así les dicen, por su dinámica. Aquí se respira la tragedia a cada paso, las sustancias que<br />

las componen han sobrepasado la transmutación <strong>de</strong>l oro y plata. Los metales sufrieron la<br />

alquimia <strong>de</strong> alguna forma se extraviaron, la tierra succionada y tu subrogada. Es más hay<br />

dos calles que llevan ese nombre y exactamente ahí vivía el antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> tanta<br />

<strong>de</strong>sgracia, <strong>de</strong> la tragedia <strong>de</strong> J´Twon, la mujer se llamaba Ignacia Jasso ¨La Nacha¨. Mira,<br />

así le <strong>de</strong>cimos por estos rumbos a las nalgas, el trasero, el culo, les <strong>de</strong>cimos nachas, como<br />

si el nombre <strong>de</strong> esa hembra anunciara la <strong>de</strong>sgraciada reacción en ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong>rechito a la<br />

cola <strong>de</strong>l infierno o el paraíso para muchos.<br />

(-ahí hablando por el machista que llevo <strong>de</strong>ntro, ¡la culpa <strong>de</strong> todo la tienen las mujeres!)<br />

Arturo no pudo evitar sonora carcajada producto <strong>de</strong>l chistecito <strong>de</strong> las nachas y sus<br />

reflexiones culposas.<br />

La mismas agrandadas, bien formadas nalgas que no me sirvieron <strong>de</strong> nada sólo para<br />

aplastarlas frente a la computadora que forma parte <strong>de</strong> nosotras. En tiempo me aficioné<br />

tanto por las re<strong>de</strong>s sociales cibernéticas que casi me olvido <strong>de</strong> lo qué vale la pena en mi<br />

vida. Fue tanta mi adicción que pasaba horas sentada frente a mi computadora<br />

contestando y actualizando comentarios que finalmente no supe dón<strong>de</strong> quedaron. En<br />

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ocasión quise acceso a mi post <strong>de</strong> meses anteriores y nos los encontré, ese día reflexioné<br />

sobre lo que mencionaba Sartori en su pensamiento <strong>de</strong> la sociedad teledirigida, esa<br />

sociedad que se <strong>de</strong>sarrolló paralelo a la tecnología y que si bien se benefició en algunos<br />

aspectos, en otros tuvo que reconsi<strong>de</strong>rar lo prejudicial que había sido para la generación<br />

net los vi<strong>de</strong>o juegos, la tv y la internet. Al final concluía en lo mismo, “nadie pue<strong>de</strong><br />

cambiar el curso <strong>de</strong> las re<strong>de</strong>s, aquí no existe tal predicción diabólica, <strong>de</strong>jémonos <strong>de</strong><br />

cuentos y usémosla a beneficio, vayamos orgánicas”.<br />

Según yo, querida lectora, estaba exenta <strong>de</strong> cualquier adicción. En los últimos meses se<br />

había <strong>de</strong>sarrollado en mi ten<strong>de</strong>ncia casi casi suicida a querer compartir cada uno <strong>de</strong> mis<br />

conclusiones y hallazgos, escribía lo que pensaba en forma <strong>de</strong> repente, cuando estaba<br />

alejada <strong>de</strong> la computadora ya sentía que algo me faltaba. Varios meses me llevó<br />

compren<strong>de</strong>r que eso que me tenía frente a la máquina, programa diseñado para publicar<br />

lo que se te antojara, mostraba lo mejor <strong>de</strong> uno, a veces lo peor, pero te mostraba y en<br />

algunas ocasiones te balconeaba, es <strong>de</strong>cir, presentaba las i<strong>de</strong>as, fotografía <strong>de</strong> otros sobre<br />

ti. Ahí no/sí se podía tener doble vida, a menos que abrieras varias cuentas. Cuando<br />

salías con los mismos amigos a quienes veías en el Facebook, estos te fotografiaban y<br />

automáticamente los subían a la red, varios días <strong>de</strong>spués ya medio entorno tuyo sabía<br />

dón<strong>de</strong>, cómo y con quién habías estado. Bueno, bueno, me preguntaba que era eso tan<br />

atrayente y adictivo <strong>de</strong> la red social, no me había percatado que las fotografías <strong>de</strong> Arturo<br />

estaban en los muros <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> mis contactos. Arturo me había estado buscando<br />

incansablemente para reiniciar el diálogo, me dijo que había que mo<strong>de</strong>rnizarse.<br />

Estuve por aquellos rumbos buen tiempo, tan buen tiempo que casi me cuesta mi<br />

relación con Salvador, varias lecturas <strong>de</strong> libros y varias páginas <strong>de</strong> esta narrativa. Arturo<br />

me aconsejaba no entrar en pánico, <strong>de</strong>cía que cada evento llega en su momento, así es<br />

que le obe<strong>de</strong>cí y seguí por el cibermundo como si nada. Lo peor <strong>de</strong> todo es que ya no me<br />

restaban ganas <strong>de</strong> socializar, para qué, sólo bastaba arrimarme buena copa <strong>de</strong> vino<br />

sentarme frente al or<strong>de</strong>nador y ahí les voy, toda festiva y mareada, plática y plática. No<br />

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fui la única, los solitarios <strong>de</strong> corazón ahí estábamos éramos millones en el mundo las<br />

eda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los cautivos oscilaban entre los 25 a los 45 años. Divorciados <strong>de</strong> la generación<br />

X, solterones <strong>de</strong> la generación Y, aburríamos a los <strong>de</strong> la generación net que preferían<br />

twitter por veloz, por rápido, chismoso y oportuno. Como todas las adicciones que, o<br />

terminan o te enferman o te matan, esta adicción mía terminó por fastidiarnos y <strong>de</strong> pronto<br />

organizábamos vacaciones cibernéticas, nos <strong>de</strong>sprendimos por pares o a veces no sabías<br />

<strong>de</strong> grupos enteros por prolongado tiempo, casi siempre volvíamos a darnos vueltecita a<br />

ver que pepenábamos <strong>de</strong> los comentarios viejos. Nos poníamos al tanto finalmente lo<br />

<strong>de</strong>jábamos como herramienta y ahí íbamos todos otra vez a manifestarnos en el rostro<br />

<strong>de</strong>l libro.<br />

(-puras farsanteadas-) (-cancelado el cruce <strong>de</strong> muros en los binarios hasta que la muerte<br />

nos -)<br />

Arturo me advirtió que para cuando esta narrativa sea terminada, se habrá transformado<br />

en chip que podrá ser ido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el lugar más remoto, leído por millones <strong>de</strong> mentes<br />

creativas e ilustres. Eso me encantaba, pero nada me encantaba más que po<strong>de</strong>r<br />

comunicarme con los <strong>de</strong> la cuarta, la quinta dimensión.<br />

(-qué son esas y dón<strong>de</strong> están-)<br />

Ellos, ellas que a veces usaban nuestra tecnología para manifestarse. Me comunicaba con<br />

ellos a placer, con o sin tecnología. Aunque he <strong>de</strong> reconocer que la inspiración <strong>de</strong> amigas<br />

en la red <strong>de</strong>sataba reacciones en ca<strong>de</strong>na que culminaban en la manifestación <strong>de</strong> cuentos,<br />

novelas, poemas explosivos <strong>de</strong> emoción y cordura, dando paso al nacimiento <strong>de</strong> nuevos<br />

vástagos.<br />

(-ah, ¿lxs nuevas diosxs?) (se cancelan las religiones, los generos literarios y a quien<br />

intente abrazarme-)<br />

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68


VII Flor <strong>de</strong> rosa a blanco<br />

bella mujer se manifestó mientras cocinaba salmón a la nuez, estaba a punto <strong>de</strong> poner el<br />

salmón en la mesa cuando alguien llamó a la puerta, no quise aten<strong>de</strong>r, me senté a<br />

disfrutar <strong>de</strong> mi fresco y <strong>de</strong>licioso festín cuando vi la sombra larga y hermosa cabellera<br />

que esculcado mi ventana casi me da infarto si es que no recuerdo lo que Arturo me<br />

advirtió en su última visita. Me dijo po<strong>de</strong>r transformarse a placer. Esta vez me quedé<br />

boquiabierta cuando <strong>de</strong>scubro su exuberante temple como <strong>de</strong> portada <strong>de</strong> revista <strong>de</strong> La<br />

vida misma es brutal, por la sonrisa supe que traía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí mundo fan iluso.<br />

Él había adquirido la femenina con tetas y todo, <strong>de</strong>scribió su atmósfera. Estábamos<br />

sentadas frente a otra, el monólogo subió el tono <strong>de</strong> voz. Suspiró letras que vez<br />

aprendimos <strong>de</strong> memoria en las películas. La memoria se enclava en lo familiar para no<br />

asustarnos <strong>de</strong> lo que sigue.<br />

- ¿Y el Chanel este es auténtico?<br />

- Mujer, ¿cómo iba a gastarme medio millón en Chanel auténtico con la <strong>de</strong> hambre que<br />

hay en el mundo? Yo lo único que tengo <strong>de</strong> verdad son los sentimientos y los litros <strong>de</strong><br />

silicona que me pesan como quintales.<br />

Ella volteaba la cabeza <strong>de</strong>scribiendo su entorno, habíamos memorizado fragmentos <strong>de</strong> la<br />

película Todo sobre mi madre, esa memoria estaba intacta.<br />

- Aquí don<strong>de</strong> estoy, entran al supermercado, toman lo que necesitan sin pagar la cuenta.<br />

No existe el sistema monetario. Los hijos son hijas <strong>de</strong> to<strong>de</strong>s, se han relajado tanto que a<br />

otro tiene la capacidad <strong>de</strong> leer el pensamiento, exorcizar o entrenar los males. Al parecer<br />

Perséfone renegó <strong>de</strong> su oficio, se negó rotundamente visitar el inframundo. La mitología<br />

griega ni la estudian ni la recuerdan. A<strong>de</strong>más Lucifer y Cristo perdieron fuerza. Han<br />

inventado alimento que sólo es necesario ingerirlo vez al día, sus células son <strong>de</strong> sanidad<br />

jamás experimentada y hasta el color <strong>de</strong> su campo áurico se confun<strong>de</strong> con el <strong>de</strong> su piel.<br />

Las diferencias son doblemente matizadas que las <strong>de</strong> este mundo don<strong>de</strong> vivimos, se<br />

pue<strong>de</strong>n en este tiempo. Sus escuelas se titulan Autopsiéis, son<br />

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Dioses hablando con otras Diosas que esta vez no caerán porque la gravedad nos ha<br />

abandonado. Los hallazgos, las experiencias las comparten con los <strong>de</strong>más sin ningún<br />

juicio ni problema. Son espaciosos, pero ligeros, usan toda su capacidad, viven haciendo<br />

presente conectados directamente a fuente estable para experimentar, las re<strong>de</strong>s, las re<strong>de</strong>s<br />

que ingeniosas buscan problemas para enlazar lo brutalmente cortado.<br />

(- ¿y a qué la silicona y tanto maquillaje? -)<br />

-Me pregunto para asegurarme <strong>de</strong> que sé lo que piensas. Si me <strong>de</strong>jas te digo más sobre el<br />

proyecto ilusión <strong>de</strong> Florencia. Poco a poco las imágenes <strong>de</strong>l averno no tuvieron cabida en<br />

este proyecto y creo que estas mismas imágenes se han quedado en la tercera dimensión.<br />

Allá don<strong>de</strong> estamos y estuvimos sentadas ella y yo la frente a la otra. Aquí en el veinte<br />

bajo cero, don<strong>de</strong> recién leí la experiencia <strong>de</strong> sicario corta cabezas que se ufanaba <strong>de</strong><br />

meter la mano por el cuello <strong>de</strong> su víctima, se regocijaba al sentir la sangre todavía caliente<br />

y po<strong>de</strong>r extraer el corazón para hacerlo reventar. Sí, aquí se quedaron esos. Aquí en esta<br />

dimensión que conoce la ley <strong>de</strong> gravedad, don<strong>de</strong> al día 34<br />

000 niños mueren <strong>de</strong> hambre y enfermeda<strong>de</strong>s prevenibles. En este mundo nuestro don<strong>de</strong><br />

los hombres han aniquilado todo a su paso, don<strong>de</strong> se aborrece las matemáticas por el<br />

simple hecho <strong>de</strong> no ser entendidas por la mayoría, don<strong>de</strong> existe grupo que dice tener la<br />

fórmula en palabra para llamar a Dios y hacen guerra por eso.<br />

Me sorprendió la profundidad <strong>de</strong> sus palabras. Arturo siendo ella en mí, me hablaba con<br />

tanta sabiduría que por momento viví en ese mundo. Aquí en esta mesa redonda <strong>de</strong><br />

ma<strong>de</strong>ra en sillas rojo cromadas, ella seguía sentada frente con su labial violeta, el Chanel,<br />

hizo mueca <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconcierto, yo estaba segura <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> la cuarta dimensión, a<br />

través <strong>de</strong> ella había podido vivir por instantes ahí. Decidí escucharla mientras sus labios<br />

eran recubiertos <strong>de</strong>l labial. Me invitó a contarle más <strong>de</strong> mi vida, me dijo saber <strong>de</strong> mi<br />

experiencia con Flor. La experiencia había llegado hasta allá, hasta ese mundo <strong>de</strong>l que él<br />

platicaba. Me mojé los labios, me los mordí para asegurarme, asirme igual que el<br />

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vástago a la carne <strong>de</strong> la <strong>manzana</strong>, asegurarme <strong>de</strong> no <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rme sin retorno. Mordí el<br />

labio inferior hasta sangrar, la sangre me regresó a mi dimensión conocida. Regresó la<br />

vista a los elementos tangibles. Me olvidé por completo <strong>de</strong>l salmón a la nuez, mi comida<br />

<strong>de</strong>l día, estaba a punto <strong>de</strong> entrar a recuerdo extrasensorial, esquizoi<strong>de</strong>.<br />

-Mira, Arturo, ¿te puedo <strong>de</strong>cir Arturo?<br />

Le pregunté dudosa<br />

- No por supuesto que no, llamame Florecia.<br />

Me dijo en todo dulce y españolado mientras sus manos <strong>de</strong>licadas en su bolso, regresan el<br />

lápiz labial violeta. Me sorprendió verle tan afeminando, exquisito, con ese vestido color<br />

rosa, que cubría el alargado cuerpo, <strong>de</strong>lgadas piernas, el cabello anaranjado con discreto<br />

broche blanco cromado, sus finas pequeñas zapatillas <strong>de</strong>lataban a mujer, mujer mujer.<br />

No sabía si estaba siendo engañada o timada por algún otro ente que luego pasan a<br />

visitarme, quise comprobar que estaba frente a mi amando y fiel amigo. Fijé mis ojos en<br />

él y su mirada coquetona me sumergió en el mundo conocido por los dos. Le pedí su<br />

mano, la extendió, la entrelazó con la mía. Llegaron imágenes <strong>de</strong>l hombre mágico <strong>de</strong> los<br />

sombreros, inmediatamente supe que se trataba <strong>de</strong> él… continué contándole <strong>de</strong> Flor.<br />

-No me preguntes cómo, sólo te contaré que no hace mucho tiempo creí estar enamorada<br />

<strong>de</strong> Cha-Cha-Man. Este mismo había tenido acceso a mi subconsciente, prometió sanar<br />

mis problemas emocionales y sexuales, dijo que me quitaría lo lesbiana.<br />

(-espera, jijijijijijijijijijijijijijij, que ahí siga y <strong>de</strong> vueltas como dijo la Mataviejitas-)<br />

-La realidad <strong>de</strong> mi psique casi me vuelve loca. Existía tremenda culpa por la experiencia<br />

materializada <strong>de</strong> mi cuerpo. Me volví escalva <strong>de</strong> los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong>l Cha-Cha-Man y todavía<br />

recuerdo cómo la nueva realidad me enca<strong>de</strong>naba. Primero fue una imagen<br />

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<strong>de</strong> Hermes quien entró por la ventana, llevaba consigo piñas y discos. Hermes hizo girar<br />

los discos y en santiamén estaba frente a salón <strong>de</strong> belleza. Ahí conocí a Flor y vaya que<br />

sí parecía flor, cada vez que se movía se balanceaba con la invisible ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l viento.<br />

Vestía lista para la seducción me prometió <strong>de</strong>saparecer las arrugas <strong>de</strong> mi rostro.<br />

-Aquí nos conectamos con Las Pléya<strong>de</strong>s, a través <strong>de</strong> este aparato<br />

Dijo Flor.<br />

-Yo acabo <strong>de</strong> sufrir trasplante <strong>de</strong> riñón y durante la cirugía me transporté al lugar cuya<br />

tecnología es muy avanzada. Ahí me dotaron <strong>de</strong> conocimiento para sanar a<br />

los humanos y me guiaron a comprar este artefacto que ahora ves.<br />

Insistía Flor.<br />

-Muy a menudo el ChaChaMan que no era otro que…, culpaba a Flor <strong>de</strong> su propia<br />

enfermedad, <strong>de</strong>cía mafufadas como que si sus propias emociones la llevaron a su<br />

condición. Pobre morra, le creía todo a ese pelafustán<br />

(-pobres las dos, digo las tres porque yo aquí agentándome las ganas <strong>de</strong> regresar el<br />

tiempo y darle chinazos al ojete-)<br />

-La máquina tenía mango, causaba resonancia al contacto con la piel, calentaba mis<br />

mejillas, las sonrojaba. Flor sabía <strong>de</strong> comunicación telepática y durante la sesión entró a<br />

mi mente. Vio el color <strong>de</strong> mi alma y el origen <strong>de</strong> mi cuerpo terrestre. También vio el Cha-<br />

Cha-Man convertido en Hermes y me aseguró que cerca <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong> San Lorenzo en<br />

Ciudad Juárez existía el espacio don<strong>de</strong> habría <strong>de</strong> conocernos. La cabrona estaba entrando<br />

a mi alma, robaba cuánto podía, ¿cómo sabía <strong>de</strong> mis sueños?<br />

72


No pasaron ni trece días cuando llegué al lugar llamado Marrakech, quería verme bella<br />

para el Cha-Cha-Man y recordé que en Las Pléya<strong>de</strong>s la belleza se mi<strong>de</strong> por la sabiduría<br />

entre más sabia eres mas hermosa, pero me vi forzada a ubicarme en la tercera dimensión<br />

y entrar al salón <strong>de</strong> belleza.<br />

(- ya sé, la tercera dimensión es la tierra y la segunda y primera y veinte bajo cero es<br />

Ciudad Juárez, ya veo-)<br />

-Mis ojos no daban crédito pero mi otra parte <strong>de</strong>cía que sí. Ahí estaba Flor, era ella, la<br />

pleyediana <strong>de</strong> ojos aceituna. Fingió no verme y saludó al Cha-Cha-Man. Durante su<br />

saludo sentí la vibra <strong>de</strong> los recién enamorados. Sentí el rayo, las chispas, las vibro<br />

frecuencias invisibles pero olfatéales. Sentí asco al contacto, al darme cuenta <strong>de</strong> mi<br />

<strong>de</strong>scubrimiento. Ellos estaban ahí para vivirse, no sabía cuánto tiempo ni cómo pero<br />

serían territorialmente humanos. Me convertí en esclava <strong>de</strong>l Cha-Cha-Man. Obe<strong>de</strong>zco<br />

cada uno <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>seos, ni siquiera tiene que hablar porque vivo por él y he aprendido a<br />

leerle el pensamiento. En Las Pléya<strong>de</strong>s yo no era esclava, era especie <strong>de</strong> enlace entre los<br />

jóvenes y los viejos. No tengo que moverme si no quiero y si en algún momento <strong>de</strong>cido<br />

asistir a alguna reunión estoy segura <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n al conocer a los seres ahí presentes. En<br />

cambio aquí en este lugar don<strong>de</strong> habita el Cha-Cha-Man me obligan a trabajar aunque mi<br />

cuerpo me diga que no, tomamos bebida café débil<br />

-¿Con qué fin?<br />

Preguntó Florencia<br />

- Todavía no lo sé.<br />

- ¿Y cómo sobrevives? ¿Existe la autopoiesis? ¿Conocen la simpoeisis?<br />

73


-Ni siquiera conocen la i<strong>de</strong>a, aquí hay grupo que dicta lo que los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>ben hacer. Al<br />

principio me gustó mucho lo <strong>de</strong>l libre albedrío pero <strong>de</strong>spués me di cuenta que no existe<br />

como tal. La autoría rifa y la falocracia quiebra. Me di cuenta que su cerebro está<br />

segregado y hay parte que le llaman el subconsciente pero aún ahí las imágenes son<br />

preconcebidas y están tan saturados que no permiten a los otros cerebros actuar. Así que<br />

el libre albedrío no existe, fue invento <strong>de</strong> dios. La única herramienta que he encontrado en<br />

esta experiencia humana para acceso a cuarta dimensión son los sueños. Claro que<br />

existen plantas que te llevan a otros mundos cuando estás <strong>de</strong>spierto. Tal es el caso <strong>de</strong> la<br />

Ayahuasca o la mariguana pero esas están igual <strong>de</strong> tocadas que el veinte bajo cero. A esta<br />

planta le cantan y le bailan toda la noche, existe tipo <strong>de</strong> transferencia entre la creencia, la<br />

bioquímica <strong>de</strong> los seres vivos involucrados, y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> escapar <strong>de</strong>l sufrimiento. Estos<br />

rituales son vivamente monitoreados por Cha-Cha-Man experto. La promesa, es la cura<br />

<strong>de</strong> tus males y ahuyentar los malos espíritus que hayan osado poseer tu cuerpo. En fin,<br />

mito o realidad, charlatanería o adicción. No lo sé. Lo único real, narrable, tangible y<br />

vivamente experimentado es el acceso que algunas, lo que soy ahora, mujer, el acceso al<br />

orgasmo cósmico.<br />

(-now what? -) (se cancelan los orgasmos, las musas y los musos)<br />

-Intuimos una realidad exaltada o la posibilidad <strong>de</strong> existencia <strong>de</strong> extraterrestres, ángeles,<br />

vírgenes, <strong>de</strong>monios. Hasta que la ciencia mente su narizota, nos obliga a creer o preten<strong>de</strong>r<br />

darle explicación racional a lo que obviamente se nos manifiesta. Luego las<br />

pseudociencias<br />

-¿Y qué fue <strong>de</strong> Flor y el Cha’Cha’Man?<br />

-Pues se atrajeron inevitablemente, me rompieron, se fueron a vivir juntos y yo locamente<br />

enamorada <strong>de</strong> él. Mira si te fijas bien en el centro <strong>de</strong> mi frente pue<strong>de</strong>s ver lo que sucedió.<br />

74


Cuando Florencia colocó el <strong>de</strong>do en mi frente la información llegó. Dice que soñaba con<br />

dimensión <strong>de</strong> dos lunas azules. seres celestes <strong>de</strong> dos metros <strong>de</strong> alto que irradiaban pasos.<br />

De pronto vio que Flor sacaba aguja <strong>de</strong> entre sus mandiles y me la colocaba en el centro<br />

<strong>de</strong>l corazón. Flor sustrajo tanta sangre como pudo y se sentó a contemplar las lunas. Flor<br />

sabía que el corazón era cinco mil veces más po<strong>de</strong>roso que la mente, éste transmitía<br />

fermostela medida <strong>de</strong> frecuencia. Era con el corazón que humanas tejían sus conexiones.<br />

Las conexiones fueron visibles en alguna etapa pero poco a poco la visión se esfumó.<br />

vez <strong>de</strong>satendidos <strong>de</strong> sus propios enlaces se formaron instituciones <strong>de</strong>cididas a unir o<br />

dividir los grupos a través <strong>de</strong> imposiciones <strong>de</strong> repetitivos credos que los enloquecieron.<br />

El tejido <strong>de</strong> los seres vivos en la tierra se había roto. Flor conocía estas referencias,<br />

<strong>de</strong>seaba seguir viva por eso viajaba por las noches para succionar cuanto podía, cuando<br />

supo que yo sufría lo in<strong>de</strong>cible ella se alegró. Así era el juego, ver caer para gozar, gozar<br />

para ver caer y no salíamos <strong>de</strong> eso.<br />

Flor regresó a Flor renació. Olvidó que el Cha’Cha’Man la esperaba. Había preparado<br />

canasta con chocolates que llevó al festín <strong>de</strong> la noche pero ella nunca llegó presintiendo<br />

el rechazo y la usa<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l Cha Cha. Sabía que su hora había llegado, caer, <strong>de</strong>caer, morir.<br />

Decidió <strong>de</strong>jarlo y a la primera llamada <strong>de</strong> Salvador, yo regresé. Yo lo amaba a pesar <strong>de</strong><br />

todo.<br />

De pronto, Florencia, retiró el <strong>de</strong>do <strong>de</strong> mi frente y dijo,<br />

- ¿comoooo? Ya sé quien es el ChaChaMan. Es el vergudo que llegó a Jz a practicar la<br />

hipnosis y seducir a las mujeres ¿verdad? Es el Salvador ese.<br />

-Durante las sesiones <strong>de</strong> belleza e hipnosis, mis sentidos se exaltaban al máximo tan esa<br />

así que llevé al sueño lo que Flor veía, era yo la que invertía a placer los roles, alguna<br />

especie <strong>de</strong> intercambio divino por no haber sido madre, mi sueño más hermoso. La vida<br />

te va dando regalitos para consolarte.<br />

75


Veía naves color plata, planeta <strong>de</strong> dos lunas, seres expertos en todas las áreas, seres que<br />

obviamente al igual que ella necesitaban sangre <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong> los humanos. Era China<br />

y su gran lámpara iluminando la ciudad.<br />

Incrédula <strong>de</strong> mí, olvidé los sueños. No me interesó <strong>de</strong>codificar el mensaje hasta varios<br />

meses <strong>de</strong>spués que sentía el pecho ar<strong>de</strong>r <strong>de</strong> dolor por verme separada <strong>de</strong>l ChaChaMan.<br />

Fue en ese momento que interpreté aquel sueño que me avisaba <strong>de</strong> fuga <strong>de</strong> amor, <strong>de</strong><br />

fuga <strong>de</strong> sangre azul <strong>de</strong> mi plexo. La sangre azul <strong>de</strong> nuestra menstruación anunciada en<br />

la cajas y comerciales sobre toallas sanitarias, la sangre azul <strong>de</strong> las reinas que <strong>de</strong>ben<br />

guardar el reino oculto, las gotitas antes <strong>de</strong> caer a la toalla siempre fueron azules, ¿por<br />

qué la ponen azul, qué no es roja? En los veinte grados bajo cero, los velos eran.<br />

Lo <strong>de</strong>jé tal cual, traté <strong>de</strong> odiar <strong>de</strong> anunciarlo por cuanto medio me era posible, vi que mi<br />

voz no tenía volumen, gritaba sola en medio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto. Vi que en Ciudad Juárez<br />

nuestra voz era apagada, asesinada. Organicé mi rabia en las marchas estudiantiles 2006<br />

en El Paso, TX.<br />

76


VIII. Aves negras <strong>de</strong> raya blanca.<br />

Arturo había estado ausente los últimos meses. En algún tiempo habló <strong>de</strong> <strong>manzana</strong>.<br />

Preparé <strong>manzana</strong> con polvo dorado para ver si el brillo lo acercaba. Ese día se<br />

pronosticaba tormenta <strong>de</strong> arena por la tar<strong>de</strong>.<br />

Arturo no llegó. No pasó nada. Dejé <strong>de</strong> insistir pensando que él/ella ya tendría algo más<br />

importante entre manos. Los celos, la amargura coquetearon en mis vísceras, fue tanto el<br />

coqueteo que <strong>de</strong>jé <strong>de</strong> <strong>de</strong>fecar por varios días. Mi temperamento se agudizó. Puse sin vida<br />

a la mosca revoloteadora <strong>de</strong> chillido estri<strong>de</strong>nte. En el centro <strong>de</strong> las palmas <strong>de</strong> cada mano,<br />

cuatro negras patas, pus, sangre, coraje, ira, venganza. Acerqué la palma a la pantalla<br />

violeta <strong>de</strong> la computadora, la pantalla se apagó en automático. Extrañé la lectura <strong>de</strong><br />

cuentos infantiles, Arturo me había enseñado a leer diferente, espontaneo con alas.<br />

Intenté, sin éxito, leer con la palma <strong>de</strong> mi espontaneidad. Entré en el callejón <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>sesperación. Pensé emborracharme pero el sólo hecho <strong>de</strong> saber mi cuerpo caído<br />

producto <strong>de</strong>l alcohol me provocó tremenda flojera. Ya no existía nada atrayente en mi<br />

estar. Mis seres no llegaban, ¿dón<strong>de</strong> estaba mi premio <strong>de</strong> consolación? Dón<strong>de</strong> habían<br />

quedado los hologramas que me hacían pasar las horas, ¿dón<strong>de</strong>?<br />

estallido <strong>de</strong> súplica salió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pulmón, los gritos se esparcieron en diagonal con<br />

límite hacia arriba. El vecino interrumpió con fuerte toquido a la puerta, trajo la emoción<br />

retorcida a tierra. El cuerpo agotado llegó a la cama, la cama acogió al cuerpo, el llanto,<br />

la <strong>de</strong>sesperación cerró los ojos y ausentó cada órgano, tejido, huesos. El cuerpo se dilató,<br />

difirió cada célula propagada a la comprensión <strong>de</strong> la siguiente realidad. La comprensión<br />

toleró, guio encauzó la corriente hacia el río, el río se cruzó hasta los pies <strong>de</strong> Arturo<br />

siendo enfermero. Los mares fueron ahí. La Maravilla Encontrada convino el canal <strong>de</strong> la<br />

aspiración, el hallazgo en la mar. Arturo, era Arturo finalmente. La mar formó<br />

77


al enfermero, el enfermero curaba, la sanación enloqueció en el hospital <strong>de</strong> la escuela <strong>de</strong><br />

psiquiatría. La mente comunicó en las ciencias la facultad <strong>de</strong> la universidad, la<br />

universidad se abandonó. El abandono <strong>de</strong>sconoció la misión, la misión quedó olvidada.<br />

El olvido aprovechó, encauzó la gula, la gula se infló, la pesa<strong>de</strong>z lo enterró, el entierro<br />

lloraba, el llanto se propagó, se quedó plasmado en las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s don<strong>de</strong><br />

Arturo ahora es enfermero. Esta aquí, en esas se quedó.<br />

Quedo su vocecita <strong>de</strong>volvió el cuerpo a la cama, la cama se estremeció, los órganos<br />

circularon, la circulación cedió la gracia <strong>de</strong> la vida. Las gracias sonrieron en los labios,<br />

los labios se vieron en el espejo, el espejo traspasó el rostro <strong>de</strong> los dos, él y yo,<br />

<strong>de</strong>sesperadamente comprendidos., la compresión volvió al cuerpo sobre sí, la reacción<br />

simétricamente sintonizada entró por el agujero negro a las dos ciuda<strong>de</strong>s que han<br />

aprendido a pelar la cáscara <strong>de</strong> la <strong>manzana</strong> con sumo cuidado.<br />

Las dos mazanas ya no están en el árbol son flores rosas blancas en forma <strong>de</strong> cruces<br />

anunciando feminicidios, son polvo. La ciencia escondió la fuente. Los pobladores ni<br />

siquiera alcanzaron a ver las aguas porque cuando la imagen <strong>de</strong>l árbol llegó a sus vidas el<br />

tiempo se había agotado, ya nadie creía sin ver. Ellos contaban con mal logrados cinco<br />

sentidos, su olfato empequeñeció, su vista se acortó, su tacto se <strong>de</strong>leitó con el calor <strong>de</strong> la<br />

sangre sufrida, las contracciones, el odio. El oído seleccionó voces <strong>de</strong> inframundo. El<br />

quinto elemento se satanizó. El sabor <strong>de</strong> la santa palabra fue escupida por pe<strong>de</strong>rastas<br />

recordando a Roma a diario so pretexto, <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser escuchada para avocarse a la propia<br />

palabra. La santa palabra fue <strong>de</strong>scubierta, no tenía nada <strong>de</strong> perfecta, distaba mucho <strong>de</strong> la<br />

palabra interna, individual guiada por voces <strong>de</strong> experiencias corpóreas <strong>de</strong> sustrato<br />

<strong>de</strong>sconocido.<br />

Los pobladores se extraviaron, <strong>de</strong>safiaron el arquetipo, lo revirtieron se sintieron<br />

humanos abandonadas, no existían Dioses a quien culpar, ni Dioses a quien seguir.<br />

El entendimiento poco a poco se transformó, conoció los matices <strong>de</strong>l gris para ubicarse<br />

en tonos nuevos. Cuando el rojo transmutó, hasta el sueño se percató. La carne <strong>de</strong> las<br />

78


<strong>manzana</strong>s, no fue ni amarillo, ni blanco, ni café ni negro se batía entre expresiones<br />

conocidamente nuevas. Los vástagos se han roto, están divididos. El color <strong>de</strong> la piel fue<br />

indistinto a su exaltado sentido <strong>de</strong> la vista. Los aromas, los humores, las plegarias, los<br />

gritos, las imágenes <strong>de</strong> horror, el rasposo, el suave, el amargo, el dulce, el salado, el frío,<br />

el calor, fue remplazado por ilusión. La semilla es dorada, encandila, la piel se <strong>de</strong>scubre.<br />

Human@ adoró la ilusión al no tener a quién mostrar su pleitesía, estar tremendamente<br />

aburrido produce amanecía, recuerda perfectamente lo que vivió millones <strong>de</strong> vidas atrás.<br />

La ve enfrente, las dibuja, habla con ellas.<br />

Los lados mimetizan las lenguas, la olvidaba el ser, la trasfería al estar solamente. La<br />

otra conquistaba, borraba el ser, el ser persona era <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> serlo pasaba por el ja-ja-ja.<br />

Ahí estaba Mar, había nacido ser. A Mar la cáscara <strong>de</strong> la <strong>manzana</strong> no le era ajena, estaba<br />

<strong>de</strong>más. Después <strong>de</strong> dos matrimonios, dos infi<strong>de</strong>lida<strong>de</strong>s, dos hijas, dos casas, dos trabajos,<br />

dos enfermeda<strong>de</strong>s, dos amores, dos veinticincos, ha <strong>de</strong>cidido remover la piel corazón.<br />

Dos noches. Dos días. Ella hombre, él mujer. Ahora está en su espejo, ahora están dos<br />

mares, está ilusionada, vuelve el oro a su pupila, está encantada, está hechizada, está<br />

feliz. No está, es infeliz.<br />

Hay festejo, hay renuncia, hay encuentro sexual diferente, hay otro lugar esperándola y<br />

mientras llegó allá, promueve la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> asomarse al otro lado, te sugiere, te reta, te dice<br />

que nunca sabrás que habrá si no te animas a ver la línea en lo que te han borrado. Se<br />

manifiesta tal cual. Se ha encontrado en su espejo. Incomoda a los hipócritas <strong>de</strong> vida<br />

perfecta <strong>de</strong> perfecta agonía, es sincera en su presente. Los hipócritas la <strong>de</strong>sprecian, la<br />

juzgan, la echan <strong>de</strong> sus palacios construidos <strong>de</strong> santos invisibles, sus palacios formadores<br />

<strong>de</strong> robots, clonadores escolares.<br />

Mar <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ser expulsada <strong>de</strong> los palacios, llega allá don<strong>de</strong> la escenografía está<br />

diferente, la gente es diferente, el clima es otro, el trabajo es el mismo, su rostro es el<br />

mismo, su corazón con más latidos en su haber se siente viejo, su ser es el mismo. Su voz<br />

transforma la acusación <strong>de</strong>l primer filerazo a la piel <strong>de</strong> la fruta, el espejo la mira. Mar no<br />

quiere ver, se eva<strong>de</strong>, se droga, se alcoholiza, se vuelve promiscua, se hun<strong>de</strong>, huye, huye<br />

79


<strong>de</strong> allá también.<br />

Mar se eleva, se observa <strong>de</strong> arriba hacia abajo, no está frente al huidizo espejo, éste se ha<br />

marchado agotado <strong>de</strong> esperarla. Ahora se muda arriba <strong>de</strong>l espejo. Lo que la torturaba la<br />

sigue torturando doblemente, la incomodidad es dos veces mayor. En abrir y cerrar <strong>de</strong><br />

ojos se da cuenta que está en otro lugar siendo la misma. No es tar<strong>de</strong> todavía, se cubre la<br />

cabeza, está <strong>de</strong> monja siendo Mar. Le obligan a vestir <strong>de</strong> negro con cuello, cabeza blanca.<br />

Le <strong>de</strong>sagrada parecer cuervo hacia la salvación, constantemente bromea con su atuendo,<br />

ahora se siente feliz, pero no sabe si es feliz. Se dice a sí misma cuervo <strong>de</strong> raya blanca,<br />

ignora que alguien más ha visto el mundo como ella.<br />

Mar sufre al regresar a este lado <strong>de</strong>l muro. Está cansada, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> leer a la ciudad que<br />

cuida. Reposa su cabeza en la blanca almohada, dirige su vista hacia el techo, abre su<br />

diario y ante su abundante mirada, las aves la persiguen, la entonan, la acompañan. La<br />

fuente situada afuera se traslada con el sonido, parece estar a<strong>de</strong>ntro en Mar, renovando el<br />

agua que expulsa. El manzano <strong>de</strong> a lado es gigante carente <strong>de</strong> hojas lleno <strong>de</strong> frutos. ave<br />

negra <strong>de</strong> largo pico posa a lo alto <strong>de</strong>l árbol. El pico absorbe la pulpa <strong>de</strong> la única <strong>manzana</strong><br />

amarilla. El amarillo le entrega conocimiento al pico, el pico entra en el ave negra, el ave<br />

negra abre sus ojos, los ojos se comunican con Mar. Arturo es el enfermero <strong>de</strong> Mar, le<br />

ayudó en el juicio final.<br />

Mar se incorpora e inicia el micro relato hacia la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los cuervos <strong>de</strong> raya blanca.<br />

Esta es su única oportunidad en meses, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> recordarse. Había escrito incansablemente<br />

en algún tiempo, se esfuerza por recordar, el recuerdo la agota, el agotamiento la revivió,<br />

lee para salir <strong>de</strong>l juicio hacia Arturo, él ha muerto en su estela, ella que fue su madre en<br />

varias vidas, quiere leer, solo eso, quiere leer a la Cósmica…<br />

Estaba inmersa en la lectura <strong>de</strong> la columna la Generación Nini que se había publicado<br />

en el periódico hispano local <strong>de</strong> la ciudad norteamericana don<strong>de</strong> vivo, cuando sufrí<br />

mareo que hasta la fecha me ha <strong>de</strong>jado con arritmia cardiaca, lagunas mentales y susto<br />

que jamás olvidaré.<br />

80


Mis recuerdos son todavía vagos pero aún puedo sentir el aroma, oler la piel <strong>de</strong> esos<br />

animales que llegaron a mi por la ventana., iban acompañados <strong>de</strong> halo cafesero o<br />

bronceado no lo recuerdo bien, anunciaban que <strong>de</strong>bería participar en el juicio final <strong>de</strong><br />

enfermero. Sí, cuando ya casi leía las conclusiones, mis ojos vieron especie <strong>de</strong> nubes<br />

pequeñas y como últimamente me había inventado una miopía, pues no le di mayor<br />

importancia, me froté los ojos con <strong>de</strong>sesperación hasta enrojecerlos, mientras con la<br />

vista que me quedaba libre durante la frotación, continué la lectura. La columnista<br />

opinaba que en Estados Unidos, específicamente en mi ciudad existen varias categorías<br />

<strong>de</strong> ninis (personas que ni estudian ni trabajan). Clasificaba a los ninis en temporales,<br />

diagnosticados y permanentes. En discurso <strong>de</strong> mofa, acusaba al Tío Sam (gobierno <strong>de</strong><br />

EU) <strong>de</strong> haber provocado estas amorfas creaciones.<br />

Levanté mi vista para <strong>de</strong>scansarla poco, vi el abanico <strong>de</strong> aspas bronce dando vueltas<br />

lentamente, el blanqueado techo <strong>de</strong> mi apartamento y pequeñísimo mosquito que<br />

pretendía pasar <strong>de</strong>sapercibido. Cuando pu<strong>de</strong> vislumbrar la movida veloz <strong>de</strong> las patas <strong>de</strong>l<br />

zancudo me percaté que la vista había vuelto a mí y en arranque <strong>de</strong> júbilo por haber<br />

ampliado mi visión, <strong>de</strong>cidí <strong>de</strong>jar al pobre insecto en paz. El insectito, al igual que los<br />

ninis merecía vivir, pensé. Arturo merece el pase a la luz.<br />

Regresé a mi lectura, la escritora citaba la opinión <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Madrid. “En la<br />

televisión española se transmite programa llamado generación Nini. No sólo se ha<br />

perdido la oportunidad <strong>de</strong> progresar económicamente, sino que las nuevas<br />

generaciones han perdido el respeto a todo, a los valores. Qué pena. Aparte <strong>de</strong>l daño que<br />

se hacen a sí mismos, a la sociedad, la tv los premia replicándolos. Envían mal mensaje<br />

a la siguiente generación. Me pregunto, con qué fin”.<br />

Siendo activista <strong>de</strong>fensora <strong>de</strong> cuanto sea <strong>de</strong>fendible, traté <strong>de</strong> justificar a estos<br />

<strong>de</strong>safortunados personajes, víctimas <strong>de</strong>l capitalismo rabioso. Continué la lectura ansiosa<br />

81


<strong>de</strong> leer alguna i<strong>de</strong>a similar a mi pensamiento y efectivamente los renglones siguientes<br />

menguaron poco el tono acusador, justificando la existencia <strong>de</strong> estas criaturas<br />

“Las justificaciones propuestas para la existencia <strong>de</strong> los ni-ni son <strong>de</strong> toda índole: que si<br />

son jóvenes <strong>de</strong>sanimados que <strong>de</strong>sertaron <strong>de</strong> la escuela por cuestiones económicas; que si<br />

no existen suficientes incentivos; como la posibilidad <strong>de</strong> tener casa, seguro médico,<br />

vivir en pareja, o alguna otra clase <strong>de</strong> necesidad para su satisfacción personal. Que si<br />

los jóvenes encuentran en la <strong>de</strong>sanimada situación actual <strong>de</strong> México salida falsa y se<br />

integran a las filas <strong>de</strong>l crimen organizado. Los ni-nis <strong>de</strong> los países en vías <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo<br />

que <strong>de</strong> plano se cansaron <strong>de</strong> trabajar para empresas que maquilan producto a costo <strong>de</strong><br />

dólar. Es <strong>de</strong>cir, sus gobiernos son tan corruptos y retrógradas que <strong>de</strong>jan entrar<br />

compañías globalistas que explotan los recursos, –tanto naturales como humanos–, <strong>de</strong><br />

su propia tierra. Su energía, creatividad y ánimo son exprimidos a tal grado que<br />

terminan extenuados viendo por tv o internet las comodida<strong>de</strong>s o bienes a los que ellos<br />

jamás tendrán acceso. Hartos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sear y no tener, terminan por renunciar y quedarse<br />

en casa mientras vez más la adoración <strong>de</strong> sus familiares les permite ser ni-ni. Tienen<br />

comida y techo seguros”.<br />

¡Ah! Me dije, entonces los ninis existen en todas las clases sociales son como los insectos<br />

que se ponen en los techos blancos <strong>de</strong> los pisos o las casas. Reflexioné sobre la reciente<br />

plática que había tenido con mi mejor amiga. Ella se notaba cansada, molesta <strong>de</strong> su<br />

hermano menor. Al hermano le apodaban “El ave” por cuervo, le <strong>de</strong>cían así porque su<br />

cuerpecito <strong>de</strong> niño se asemejaba al <strong>de</strong> cuervo negro volador. Más tar<strong>de</strong> en la vida, El<br />

Ave, le haría honor a su apodo por ser libre, tan libre que vivía bajo el lema “que el<br />

mundo rue<strong>de</strong>, yo aquí estoy listo pa’ volar”.<br />

Mi amiga y yo hablamos <strong>de</strong>l tema <strong>de</strong> los sin qué hacer, ahora ya sabemos que les dicen<br />

ninis. Definía a su hermano menor… hombre <strong>de</strong> treinta años que se quedó estancado en<br />

la adolescencia, adolescente que iba por el mundo culpando a sus padres y<br />

82


hermanos <strong>de</strong> su mala suerte en los estudios, trabajo y relaciones amorosas. El único<br />

aspecto don<strong>de</strong> había corrido con fortuna fue en el amistoso, a diario se ro<strong>de</strong>aba <strong>de</strong><br />

cuanto amigo se <strong>de</strong>cía ser. En días recientes grupo <strong>de</strong> sicarios lo procuraba, le insistían<br />

llegarle al crimen. Muy ufano, El Cuervo, les <strong>de</strong>cía…<br />

– “Yo no tengo necesidad <strong>de</strong> eso, mi carnal le entra cuando yo necesito dinero. A<strong>de</strong>más<br />

eso <strong>de</strong>l sicarito… no se me da. Anoche anduvo por aquí “El Rato” y me contó lo que hizo<br />

con el <strong>de</strong>scabezado <strong>de</strong> la semana pasada. Me dijo que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cortarle la cabeza le<br />

había metido la mano por el cuello y que la sangre estaba caliente, metió la mano tan<br />

a<strong>de</strong>ntro que si hubiera querido le sacaba el gaznate y el corazón por el cuello. Guacala!<br />

No, no, no…eso no me late. Ya le dije que se sacara <strong>de</strong> esas pen<strong>de</strong>jadas pero no me hace<br />

caso. Y a uste<strong>de</strong>s les digo que pongan raya blanca a sus malda<strong>de</strong>s, nosotros somos<br />

pisteadores, distribuidores al menu<strong>de</strong>o, nos encanta la borrachera, las morras, el baile,<br />

el refuego, el <strong>de</strong>smadre, pero no somos asesinos, ¿o sí?”.<br />

Sus recientes amigos lo escuchaban atento, veían algo en sus palabras. Queriendo<br />

encajar con El Ave movían sus cabezas en señal <strong>de</strong> acuerdo con su pensar.<br />

Hacía siete días que mi amiga, su madre, yo habíamos estado en bar sobre la avenida<br />

Airway. Mientras me sacudía el mosquito negro que ahora estaba en mi nariz, recordé a<br />

la madre <strong>de</strong> mi amiga, quien nos narró que el pobre <strong>de</strong> su hijo menor casi se le muere<br />

cuando apenas tenía dos meses <strong>de</strong> nacido.<br />

Ese día que El Cuervo enfermó la madre se encontraba sola, el marido la había<br />

abandonado. Durante la mañana hizo lo <strong>de</strong> costumbre, le cambió su pañalito, le amantó<br />

y mientras le daba pecho notó que la piel <strong>de</strong>l bebé estaba amarillosa. No se preocupó<br />

pensando que la hora <strong>de</strong> bañarlo había llegado. Cuando El Ave dio la última mamada<br />

suspiró como si estuvise listo a pasar a mejor vida. La madre lo acarició lentamente<br />

otorgándole el suspiro final a lo <strong>de</strong>licioso <strong>de</strong> la leche materna. Más tardó en asumirlo<br />

83


que el <strong>de</strong>lgadísimo moribundo en convulsionarse. Los gritos pasaron a formar parte <strong>de</strong><br />

la escena, la madre se tronaba los <strong>de</strong>dos recorriendo apresuradamente el breve espacio<br />

<strong>de</strong> la recámara, <strong>de</strong> cuando en cuando se llevaba las manos a la cabeza presa <strong>de</strong> gran<br />

<strong>de</strong>sesperación por no saber qué hacer. Los gritos llegaron hasta autobús <strong>de</strong> transporte<br />

colectivo que casualmente pasaba por la acera <strong>de</strong> enfrente. Ahí se <strong>de</strong>tuvo el conductor<br />

tratado <strong>de</strong> adivinar <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> salían esos bramidos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación. La madre se acercó<br />

a la ventana sin cortinas y <strong>de</strong> entre lo encandilado <strong>de</strong>l sol, lo pañoso <strong>de</strong> los vidrios vio a<br />

la mujer casi arrancándose los cabellos. Bajó inmediatamente <strong>de</strong>l autobús. La gente a<br />

bordo veía con <strong>de</strong>senfado y morbo al chofer correr, patalear para llamar la atención <strong>de</strong><br />

la mujer …<br />

–Pues, ¿qué le pasa?, le puedo ayudar, señora, señora, acá, acá. Abanicaba sus brazos<br />

en señal <strong>de</strong>l auxilio que había llegado.<br />

Así pasaron cinco eternos minutos cuando viajero le sugirió arrojar piedra hacia la<br />

ventana. Y así lo hizo, empujó con fuerza su brazo izquierdo para alcanzar el cristal <strong>de</strong><br />

la ventana que estaba en el segundo piso, arrojó la roca con tal entusiasmo que fue a dar<br />

hasta la cabecita <strong>de</strong>l <strong>de</strong>safortunado iba boquiabierto con los pequeños labios morados.<br />

–¿Y ahora qué? Dijo la madre – Como si no bastara con lo que le está pasando a mi<br />

niño alguien me lo quiere rematar con piedras cristales y todo.<br />

Se asomó e inmediatamente <strong>de</strong>spués bajó con su hijo en brazos, lo envolvió muy bien y<br />

suplicó ser trasladada al hospital comunitario.<br />

Durante el viaje, una viejecita acercó sus manos a la cabecita <strong>de</strong>l escuálido bebé. La<br />

fuentecita aún sangraba copiosamente.<br />

-Al parecer la tremenda pedrada le ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>volver la vida a este hombrecito.<br />

84


Con suave voz la viejecita continuó…<br />

-Te he <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir mujer que <strong>de</strong> aquí en a<strong>de</strong>lante <strong>de</strong>berás consagrar tus días a este ser cuya<br />

misión en la tierra no será fácilmente comprendida ni por él mismo.<br />

La viejecita bajó cuadra antes <strong>de</strong> llegar al hospital. Todavía treinta años <strong>de</strong>spués la<br />

madre <strong>de</strong>l Cuervo recuerda con claridad ese día. Tan impregnadas se quedaron las<br />

sensaciones <strong>de</strong>l infortunado hecho que aún, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> pasados treinta largos años se le<br />

llenan los ojos <strong>de</strong> lágrimas cuando platica sobre su ave preferida, su hijo que va <strong>de</strong><br />

cuervo al ave según sus intereses.<br />

Al igual que a mí ahora me recorre escalofrío al recordar la plática <strong>de</strong> la casi muerte <strong>de</strong>l<br />

Cuervo, como ya habíamos tomado varias copas <strong>de</strong> Casillero <strong>de</strong> Diablo mis sentidos se<br />

exaltaron al momento <strong>de</strong> la narrativa y grabé cada gesto <strong>de</strong>l sufrido rostro <strong>de</strong> madre al<br />

verse tremendamente preocupada por el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> su pequeño hijo. Hice a lado la<br />

angustia que me provocaba el recordar el rostro <strong>de</strong> la madre y me dije “Bah, la viejecita<br />

lo dijo bien claro, este niño tiene misión que ni el mismo enten<strong>de</strong>rá. Pues yo la acababa<br />

<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r. El Cuervo por ser eso, ave con <strong>de</strong>masiado tiempo en sus manos, podría<br />

socializar con medio mundo, especialmente con criminales, ahí <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l crimen ejercía<br />

grado <strong>de</strong> consciencia que no le permitía escalar más bajo <strong>de</strong> lo que se había propuesto.<br />

El Cuervo había persuadido a algunos a no asesinar o violar a mujeres.<br />

Bueno, algo es algo, me dije para consolarme sobre la posibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>stino fatal <strong>de</strong>l<br />

Cuervo.<br />

Atraje mi atención hacia la culminación <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> la columna sobre los ninis, me<br />

acomodé en el incómodo sillón que recién había adquirido en las segundas. Me froté<br />

levemente las nalgas para hacer circular la sangre más rápido. Ahí fue cuando sentí el<br />

estúpido mareo y fuerte golpe en la cabeza, golpe similar a la pedrada que cayó sobre El<br />

Cuervo siendo bebé. Mi cuerpo azotó <strong>de</strong> bruces, mi pecho palpitaba confundido entre<br />

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los recuerdos <strong>de</strong>l recuerdo <strong>de</strong>l Cuervo, el sicario, las letras los ninis, el mosquito, mi<br />

amiga, la madre y el juicio final <strong>de</strong> Arturo. Mis párpados estaban entre abiertos dirigidos<br />

hacia el ventanal y las pestañas formaban tipo <strong>de</strong> celda, celda que pu<strong>de</strong> traspasar <strong>de</strong><br />

alguna forma. Inmóvil, <strong>de</strong>sconcertada, traté <strong>de</strong> mover mis <strong>de</strong>dos para asegúrame <strong>de</strong> que<br />

estaba viva. No pasó nada, en lugar <strong>de</strong> ello las pestañas <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> ser barrotes <strong>de</strong><br />

celda. Los barrotes transmutaron el sólido a líquido vertiéndose en mol<strong>de</strong>s que formaba<br />

variadas imágenes. Formaron cuervos, varios cuervos. Uno <strong>de</strong> ellos me ofreció su patita,<br />

su pequeña patita que ahora era gigante comparada a la levedad <strong>de</strong> mi cuerpo. Gustosa<br />

posé mi mano en su pata en santiamén me elevó para cruzar muro gigante. Del otro<br />

lado <strong>de</strong>l muro, vi otros cuervos revolar, estos cuervos eran diferentes llevaban raya<br />

blanca, raya blanca que cruzaba su pecho. Escuché murmullo y con suma claridad me<br />

advertían que no todo era oscuro en ellos, me preguntaron si podía distinguir su<br />

blancura y le dije que solo una gruesa raya. “Algo es algo”, me contestaron.<br />

- De ahora en a<strong>de</strong>lante tu nos vas a representar, seremos tus fieles aliados y aquí<br />

estaremos a tus ór<strong>de</strong>nes. Hablarás por nosotros, hablarás por nosotros, nosotros…-<br />

En la penumbra <strong>de</strong> mi conexión con no sé qué, el movimiento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos me regresó a<br />

mi cuerpo. Muy arrepentida recé Padre Nuestro suplicándole a Dios no volverlo a<br />

ofen<strong>de</strong>r maldiciendo a mis maestros o entrando a tantos laberintos e historias.<br />

Es que apenas anteayer había pedido carta <strong>de</strong> recomendación a mi maestro cubano,<br />

carta para ingresar a la cátedra <strong>de</strong> literatura. El maestro me la negó alegando que no me<br />

la merecía. Muy enojada lo maldije y mil veces, <strong>de</strong>seé su muerte con todo mi ser, a lo<br />

lejos escuché a los buitres, los llamé, les dije cuervos vengan a asistir esta injusticia que<br />

se acaba <strong>de</strong> cometer sobre mí, vengan, vengan. Así se fugaron varios minutos entre la<br />

maldición, el odio con sentido, y mi llanto. Me retiré a comer, compartí mi recién<br />

experiencia, convertida en anécdota con mis colegas maestros <strong>de</strong> preparatoria,<br />

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omeé sobre mis po<strong>de</strong>res. Mis colegas me advertían, entre broma y broma que esos<br />

pactos son po<strong>de</strong>rosos. Disimulé mi miedo. Cual fue mi sorpresa…cuando regresé a mis<br />

labores, cúmulo <strong>de</strong> pájaros negros, grises, cuervos, buitres estaban atrás <strong>de</strong> mi salón <strong>de</strong><br />

clase. No le di mayor importancia hasta hoy que me encuentro tirada en medio <strong>de</strong> este<br />

drama…<br />

Alguien que cruzaba por el ventanal <strong>de</strong> mi apartamento escuchó mis quejidos. A lo lejos<br />

vi su sombra marcando al número <strong>de</strong> emergencias 911. Me <strong>de</strong>smayé por completo, <strong>de</strong><br />

entre mi nuca vi unas varoniles y negras manos que retiraban el pesado abanico <strong>de</strong> mi.<br />

Recordé la promesa que había hecho a los cuervos, me entregué a los brazos <strong>de</strong>l<br />

paramédico quien entre arrullos me consolaba diciendo<br />

-La ayuda llegó, la ayuda llegó, mírame a los ojos no te vayas. Dime algo yo hablo por<br />

ti, dime que me escuchas, yo hablo por ti<br />

Elevando mi <strong>de</strong>do índice hacia mis pestañas, la única frase que atiné a <strong>de</strong>cir fue…<br />

-Cuervos <strong>de</strong> raya blanca, ahí…ahí…El juicio <strong>de</strong> Arturo, él solo amaba no tiene nada que<br />

ver con el cuervo.<br />

El paramédico muy consternado dijo<br />

-Algo es algo, ya le pusimos la camisa <strong>de</strong> fuerza, no se nos vuelve a escapar.<br />

Mar se agota en la palabra, el cuervo, ahora buitre baja a los helados pies. La cabeza <strong>de</strong><br />

Mar fue <strong>de</strong>scubierta, el hábito negro removido, el blanco quedó intacto. El todavía fue<br />

tar<strong>de</strong>, la salvación voló al cuervo, el hábito hacia la broma en lo alto <strong>de</strong>l árbol, el sentir<br />

hacia la plenitud. El mundo la ve a ella <strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong>l muro, la ciudad la cuida. La<br />

fuente es succionada hacia afuera, la <strong>de</strong>ja sola, sin persecución ni entonación, el árbol se<br />

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llena <strong>de</strong> hojas, se va, sal cegada. Mar al piso, el piso la eleva mientras la almohada siente<br />

la cabeza.<br />

El diario se cierra, las letras y los juicios han terminado para ella. La ambulancia la lleva<br />

segura, custodiada.<br />

Mar se evapora.<br />

IX. Negra <strong>de</strong> Arkansas. The Beautiful People.<br />

Arturo, ¿estás ahí? Le dije insistente sin obtener respuesta mientras recordaba la playa <strong>de</strong><br />

mis vacaciones.<br />

-Este viejo loco se esfumó, pensé.<br />

Ni Arturo ni el fantasma me acompañaban al presenciar a The beautiful people. La gente<br />

hermosa <strong>de</strong> Arkansas. Ya habían pasado varias semanas y el fantasma no se apersonaba.<br />

Quedaban en el rincón, al parecer en el punto <strong>de</strong> broca, don<strong>de</strong> se albergan los recuerdos<br />

<strong>de</strong> la memoria. Dejé que mis impulsos me llevaran a don<strong>de</strong> les diera la gana y me<br />

encontré caminando muy pensativa mientras parvada <strong>de</strong> pelicanos musicales distrajo mi<br />

autismo. Vi cómo sonaban, me permitieron escuchar su simetría al volar, al aterrizar.<br />

Ellos conocen muy bien el consciente colectivo <strong>de</strong> su raza y trazan símbolos en sus<br />

movimientos, cuando termina uno que otro se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> para disfrutar la orgásmica<br />

conexión en privado. Uno <strong>de</strong> ellos extendió tanto sus alas y sus patas al aterrizar que lo<br />

tomé como invitación a acercarme. Fui hacia él. Los dos nos encontramos mientras atrás<br />

otra parvada <strong>de</strong> hermosas adolescente criaturas terminaban botella <strong>de</strong> tequila en medio<br />

<strong>de</strong> cascarita <strong>de</strong> futbol. Eran rubios como parte <strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong>l pelicano y mi bisabuelo<br />

vasco. Muy rubios. Nos invitaron a jugar y con su perfecta figura, su perfecta lengua, su<br />

perfecto modo, me pasaban en balón <strong>de</strong> cuando en cuando. El pelicano se fastidió muy<br />

pronto se fue a las alturas. El juego le pareció bastante complicado para sus pequeñas<br />

patas. No entendía don<strong>de</strong> quedaba la armonía, la comunicación. A<strong>de</strong>más estos Spring<br />

Breakers estaban algo golpeados <strong>de</strong> la noche que pasaron en vela.<br />

88


-Selorita, ¿quiere jugar?<br />

Me dijo personaje hermoso<br />

Con gusto accedí y el pelicano también le respondió con aletada <strong>de</strong> fastidiosa <strong>de</strong>spedida.<br />

-¿Por qué tienes golpes en el rostro?<br />

Pregunté<br />

-Es que bailé con la novia <strong>de</strong> otro<br />

Dijo sonriendo.<br />

Cuando vi sus dientes. Cuando me di cuenta que ya no era su maestra <strong>de</strong> preparatoria,<br />

cuando los comparé con la danza <strong>de</strong> los pelicanos, cuando le exigí al sentido <strong>de</strong>l oído<br />

afinarse, cuando abrí mis ojos fue cuando alcancé a escuchar a Marilyn Manson and The<br />

Beautiful People. Estos hombres producto capitalista, había <strong>de</strong>jado atrás las amenazas<br />

mexicanas, las advertencias <strong>de</strong> los peligros <strong>de</strong> viajar a México siendo su país responsable<br />

directo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sgracia mexicana. Este grupo que para nada sabía formar el signo<br />

infinitésimo, este grupo que huía, no <strong>de</strong>l terrorismo ni <strong>de</strong>l peligro, tampoco huía <strong>de</strong>l<br />

hambre, la gripe porcina, la pobreza o la reciente masacre estudiantil en Ciudad Juárez.<br />

No, este grupo huía por cuestiones mucho más profundas que esa. Estaban HARTOS <strong>de</strong><br />

su propia vida, quería correr lo más lejos posible <strong>de</strong> odio incrustado e injustificado que su<br />

país les había heredado. Estaban ahí para alentarse, volverse lentos con tequila,<br />

mariguana, futbol y señoritas. Sólo en ese lugar, frente a los pelicanos, las olas, el<br />

español., terminaban <strong>de</strong> ser más brutos <strong>de</strong> lo que ya eran. Los pelicanos les pasaron <strong>de</strong><br />

largo, al igual que ellos a los pelicanos.<br />

Quise indagar más pero ahí, en esas miradas, no quedaba nada. En ese corazón había<br />

resonancia maquillada disfrazada <strong>de</strong> juventud, en sus manos y pies torpeza heredada. En<br />

sus labios gusto recién <strong>de</strong>scubierto, el futbol. En sus piernas firmeza, músculo que quiere<br />

endurecerse. En sus estómagos vacíos <strong>de</strong> alimento y llenos <strong>de</strong> almidón producto <strong>de</strong> la<br />

coca cola o la pepsi cola, llenos <strong>de</strong> transgénico que les sirven en sus cafeterías a diario,<br />

llenos <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos. Sus vísceras se mueven a todo tono con la música, y mientras la roca<br />

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voz corean hate…hate…a todos por igual. Estos asumen liberar <strong>de</strong>l racismo, al fin odian<br />

a todos por igual, empezando con ellos mismos. Alguien vino a liberarlos y les justificó<br />

el hecho <strong>de</strong> vivir entre primates los exime <strong>de</strong> ser limpios, felices, armónicos. Culpan al<br />

capitalismo. Sus mentes lo saben, lo han platicado varias veces cuando el gigante los <strong>de</strong>ja<br />

conversar, han dialogado en los momentos que logran conectarse con la realidad natural.<br />

Desafortunadamente sus conclusiones filantrópicas, sus hallazgos son escondidos al<br />

momento <strong>de</strong> sumergirse a sus fastidiosas vidas mecanizadas. Cuando regresan a Arkansas<br />

y Arizona tienen que ser racistas con los mexicanos para estar in or cool. Tienen que<br />

volver a odiar distintamente, tienen que <strong>de</strong>jarse hipnotizar por sus medios. Algo hay algo,<br />

es que en el fondo ellos son consecuencia <strong>de</strong> la gente hermosa y aquí, en las playas<br />

mexicanas, se ven horrendos, espantosos.<br />

Me <strong>de</strong>sperté pensando en esos jóvenes que no son responsables <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sgracia.<br />

Finalmente el fantasma me había <strong>de</strong>jado en paz por rato.<br />

Bajé el elevador <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el séptimo piso, me sobrecogió el recuerdo <strong>de</strong>l sueño y esa<br />

melodía odiaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace años, empezaba a tener sentido ahora. Marilyn Manson había<br />

representado al Diablo. No soportaba ver ninguna <strong>de</strong> sus escurridas fotografías. Era como<br />

enviado <strong>de</strong>l infierno a distraerme. La negra figura. Era figura osuda, sin inspiración por<br />

todos los ángulos. Que lejos estaba <strong>de</strong> imaginarme que para los adolescentes futboleros<br />

este payaso <strong>de</strong>l arte iba a representar momento <strong>de</strong> relajación matutina frente al mar. Al<br />

igual, su yoga enseguida <strong>de</strong> botella <strong>de</strong> tequila, y balón <strong>de</strong> futbol los animaba a relajarse.<br />

Me quite tata pesa<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l pensamiento. Me uní a los chavos, a los jóvenes. Íbamos muy<br />

frescos cambiando por las calles mal olientes <strong>de</strong> la zona dorada cuando <strong>de</strong> pronto vimos a<br />

otro personaje hermoso. Pero éste si era realmente hermoso y <strong>de</strong> verdad. señor <strong>de</strong><br />

cincuenta años aproximadamente, llevaba cubre cabello azul, estaba recostado en<br />

esquina, cubierto <strong>de</strong> sus pertenencias incluyendo la orina <strong>de</strong> varios días. El señor<br />

platicaba muy sabroso, era su forma <strong>de</strong> recibir el día. Recostado <strong>de</strong> lado, sosteniendo<br />

taza <strong>de</strong> café imaginario, y vigilando que su recién adquirida boina no saliera volando <strong>de</strong><br />

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tanto pensar y darle vueltas. Nos vio cruzar, se mofó <strong>de</strong> los gringos, <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> jóvenes,<br />

les rechifló y uno por uno pasaron a saludarlo. Me dijeron que tenía varios días<br />

platicando con él, les había enseñado el español que sabían. Uno <strong>de</strong> ellos se llevó la mano<br />

a la frente y me dijo…I got it..he´s for real. Me sonreí pensando que tal vez lo que<br />

escuchaba era eco <strong>de</strong>s<strong>de</strong> who knowa wherw, le supliqué no olvidar ese momento <strong>de</strong><br />

iluminación. Apenas le acababa <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir eso cuando el Señor <strong>de</strong> verdad me pasó palo que<br />

terminaba en forma <strong>de</strong> lámpara.<br />

Dijo<br />

-Es mi báculo y a la vez es <strong>de</strong>tector <strong>de</strong> oro, cuando encuentro a gente honesta, gente<br />

virtuosa y <strong>de</strong> verdad, suena, te lo juro que suena. No <strong>de</strong>jo que nadie lo toque pero como tú<br />

andas poco <strong>de</strong>spierta te <strong>de</strong>jo que lo lleves por rato.<br />

Los jóvenes quisieron tocar el báculo y el Señor <strong>de</strong> verdad se enojó tanto que ahora sé <strong>de</strong><br />

don<strong>de</strong> salieron los moretones que llevaba el joven hermoso aquel día <strong>de</strong> la cascarita <strong>de</strong><br />

futbol .Los golpes fueron producto <strong>de</strong> la tizna que el vagabundo, el hombre <strong>de</strong> verdad le<br />

había propinado al atrevido joven.<br />

Mientras miraba las heridas en el rostro <strong>de</strong>l joven, mareo me atacó. Me confundí entre el<br />

sueño y la vigilia. Llamé al fantasma para verificar el número dimensional <strong>de</strong>l momento y<br />

como no llegó, asumí que el torneo <strong>de</strong> futbol, The Beautiful People <strong>de</strong> Marylin Manson,<br />

los pelicanos, el mar, la botella <strong>de</strong> tequila, Diógenes, el hermoso vagabundo, la gente <strong>de</strong><br />

verdad y yo… estábamos ubicadas en el menos veinte y que nada <strong>de</strong> lo que escribí <strong>de</strong> la<br />

gente hermosa existía pero sí <strong>de</strong> los tumultuoso spring breakers. Al día siguiente, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

realidad terrestre me pasaron el chisme que estos spring breakers no son rareza por estas<br />

tierras. Alejandro Hidalgo, presi<strong>de</strong>nte municipal panista había <strong>de</strong>salojado estas plagas <strong>de</strong><br />

su playa mexicana. Los espantó lo más que pudo su conservadora vida. Conservador y<br />

yunkero rescató la playa y arrojó por agujero negro a semejantes pecadores. Des<strong>de</strong><br />

entonces solo se miran unas quinientas hermosas criaturas hijos <strong>de</strong> Marylin Manson. El<br />

pulmonero me narraba la tragedia económica que representó la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Alejandro<br />

Higueras cuando dos requetehermosos hombres fieles<br />

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seguidores <strong>de</strong> Terrorismo Santa y Attak 77 se aproximaron. Uno <strong>de</strong> ellos llevaba tatuado<br />

el número 169 fijó sus ojos en mi rostro, ni me inmuté pero vi, vi lo que suce<strong>de</strong> en la<br />

nocturnidad <strong>de</strong> esta ciudad. Me llevaron a sus muy emocionadas, alteradas vidas.<br />

Ejercían po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> atracción que te juro me encantaría haber estado en brazos <strong>de</strong> él<br />

aunque sea por unas horas. En lugar <strong>de</strong> sonreír, dirigí mi mirada indiferente., recé por su<br />

ajetreada alma. Ni modo, el <strong>de</strong>stino estaba escrito y ni por más rezos esa atractiva y<br />

hermosa creación iba zafarse <strong>de</strong> su <strong>de</strong>stino.<br />

Al rato muy al cabo rato abordé pulmonía que todavía persiste hasta el día <strong>de</strong> hoy. Claro<br />

pulmonía que me llevó a ver a la realidad que hasta entonces era virtual. Fui a dar al<br />

hospital porque la trifulca con Diógenes fue a lo gran<strong>de</strong>. Mientras le acariciaba el rostro<br />

al joven golpeado, llegaron los <strong>de</strong>l número 169, tenía toda la noche buscando a los spring<br />

breakers y por fin los encontraron con mis manos en el rostro. Quise zafarme y salir<br />

corriendo a pedir ayuda. Le reclamé al hombre tatuado, le dije que había estado rezando<br />

por él la noche anterior. Muy poco le importó al muy <strong>de</strong>sgraciado. Me dio tremendo<br />

batazo en la espalda que me tiró al piso. Muy humillada, no llamé a ningún ángel a mi<br />

rescate. Ahora sí, éramos humanos contra humanos y <strong>de</strong> plano sí estaba en la viva,<br />

encarnizada y en<strong>de</strong>moniada tercera dimensión. Como pue<strong>de</strong> me levanté y vi a Diógenes<br />

el vagabundo, el hombre hermoso que se acercaba con cubeta llena <strong>de</strong> hielos. Eran<br />

hielos que usamos <strong>de</strong> armas <strong>de</strong> piedra. Diógenes riéndose como si estuviera en circo me<br />

sugirió aventar los hielos con todas mis fuerzas. Afortunadamente uno <strong>de</strong> los hielos fue a<br />

dar a la cabeza rapada <strong>de</strong>l 169 y este sucumbió. Ya para entonces el hielo se había<br />

convertido en agua fría. Le grité a Diógenes que corriera, corriera y el lugar <strong>de</strong> correr<br />

aventó la cubeta <strong>de</strong> agua fría sobre mi cuerpo, la piel se rebeló, se estremeció mientras mi<br />

garganta se cerraba para darle paso a tremendo estornudo, estornudo que se esparcía por<br />

el suelo don<strong>de</strong> mis hueso lentamente caían, la cabeza se enteró <strong>de</strong>l agravio varios<br />

segundos <strong>de</strong>spués, con el estruendo <strong>de</strong>l piso al caer <strong>de</strong> costado, mis manos contrajeron<br />

los <strong>de</strong>dos y alcancé a levantar el <strong>de</strong>do medio con señales <strong>de</strong> enfado a Diógenes, los oídos<br />

registraron su risita burlona, mal formada, a la vez que<br />

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gritaba “policía, policía”.<br />

Al siguiente día <strong>de</strong>sperté en el hospital presa <strong>de</strong> la anunciada pulmonía casi fulminante.<br />

Mira que sí en ratito, estaba <strong>de</strong>lirando, ahora sí estaba entre y otra dimensión. Pensé que<br />

era mejor irme <strong>de</strong>rechito a don<strong>de</strong> tuviera que irme porque el dolor en el pecho, la espalda<br />

era insoportable. Las enfermeras me suministraban torrente medicinal. Las horas corrían<br />

bien lento, mi boca estaba seca, completamente seca. Veía <strong>de</strong>stellos <strong>de</strong> Diógenes<br />

aventando hielos a mi cabeza también las imágenes <strong>de</strong> los pelícanos, Marilyn Manson,<br />

los rubios jóvenes, nítidas. Des<strong>de</strong> mi cama vi en la TV el breve reportaje <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong><br />

Diógenes y joven rubio. Esperé ver al 169 esposado rumbo a la cárcel, pero en México<br />

esos son sueños inalcanzables.<br />

Pasados trece días me recuperé. En realidad me daba igual. Yo había ido a ese lugar a<br />

pasarla bien y ver la presentación <strong>de</strong> libro y así fue. La pasé bien en el hospital y fui a la<br />

presentación <strong>de</strong>l libro.<br />

Ya convaleciente vi al periodista escritor Alejandro Pan. Presa <strong>de</strong> mareos constantes por<br />

el medicamento que aún circulaba en mi sistema, mis sentidos se magnificaron hasta<br />

olfatear los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong>l escritor.<br />

El periodista escritor, había nacido en 1968, el año <strong>de</strong> Octubre Rojo. espectro lo<br />

rondaba, era el fantasma <strong>de</strong> su vida pasada. conserje <strong>de</strong> prestigiado periódico <strong>de</strong> la<br />

Ciudad <strong>de</strong> México. Se juraba a diario que algún día terminaría su preparatoria nocturna,<br />

compraría cámara y se lanzaría a acompañar a reportero. Cuando todos en la redacción<br />

se marchaba, él se quedaba a solas, practicaba con las máquinas <strong>de</strong> escribir y <strong>de</strong> vez en<br />

vez se atrevía a tocar las cámaras Polaroids, las Cannon que se guardaban celosamente<br />

bajo llave. madrugada alguien olvidó cerrar el gabinete, ese día el conserje, ahora<br />

escritor acarició la cannon, sus manos le temblaban, remolinos se anidaba en su vientre.<br />

El mismo remolino le subía al pecho. No se atrevió a sacar la cámara pero si practicó<br />

poco, por si acaso el fotógrafo enfermaba o moría y <strong>de</strong> repente el subdirector lo llamaba a<br />

cubrir la vacante. Soñaba con eso casi a diario hasta que buen día su hija estudiante<br />

sangraba consecuencia <strong>de</strong> bala ¨perdida¨. No podía creer que su<br />

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corazón retumbara al mismo tiempo que su primogénita y única hija era asesinada a<br />

manos <strong>de</strong> militares enviados por Estados Unidos solapados por el entonces presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong><br />

México.<br />

(-se cancelan las vidas pasadas-)<br />

El conserje abandonó inmediatamente las instalaciones <strong>de</strong>l periódico, tomó el metro<br />

construido año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1968. Aún así alcanzó a llegar trepado en bultos que cargaba<br />

camión. Vio a su pequeña arrumbada en esquina, alguien la quería <strong>de</strong>saparecer para<br />

borrar las huellas. Gritó lo más alto que pudo y suplicó ser asesinado también, el <strong>de</strong>seo se<br />

le concedió. En cuanto <strong>de</strong>jó su cuerpo se vio en túnel azul y ver<strong>de</strong>. Pensó que era<br />

bendito sueño pero <strong>de</strong> pronto volvió a sentir el dolor <strong>de</strong> ser arrojado <strong>de</strong> centro <strong>de</strong> mujer<br />

que moría <strong>de</strong> espanto al dar a luz. Supo inmediatamente que le dolía el pecho, el centro,<br />

el corazón pero ignoraba el por qué.<br />

El ahora escritor-periodista siempre se quejó <strong>de</strong> ese espasmo ardiente <strong>de</strong> su pecho es por<br />

eso que la mayoría <strong>de</strong>l tiempo y energía lo <strong>de</strong>dicaba a escribir novelas <strong>de</strong>l corazón, <strong>de</strong>l<br />

amor. Esa era la única forma <strong>de</strong> aminorar el ardor.<br />

La misma tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> 1969. El escritor había estado en la cuarta dimensión, no recuerdo<br />

muy bien el encuentro, ni lo que me dijo. Pero en la tercera, durante la presentación <strong>de</strong> su<br />

libro nuestros corazones se comunicaban muy bien. Me di cuenta que es todo reto<br />

materializar las conversaciones <strong>de</strong> lo que ves y fueron. O sea, que este grado <strong>de</strong> materia<br />

es hostil, banal, y bastante estúpida. El escritor pidió tequila. Mientras sorbía su tequila<br />

alcancé a escuchar su olor, sus pequeños anteojos, su gastada materia corpórea. Llevaba<br />

una camiseta azul y jeans. calva que ahí te la encargo, elocuencia y sinceridad que<br />

cautivaba. Por primera vez <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cuarta me soplaron lo que <strong>de</strong>bería <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>jé mi<br />

timi<strong>de</strong>z a lado y profiero toda clase <strong>de</strong> elogios, preguntas y conexiones. No sé si captó el<br />

mensaje y la verdad no me importa. Me quedé con la sensación <strong>de</strong> haber cumplido, ¿qué?<br />

No sé pero así andaba por aquel mundo, pensando en el <strong>de</strong>ber. Después <strong>de</strong> terminada la<br />

presentación me lancé a comprar su libro. fuerte, entrañable abrazo nos sorprendió a los<br />

dos. Arkansas y Arizona nos volverían a unir otra vez en tiempo, espacio, enojo,<br />

injusticia, causa, proyecto.<br />

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La gente horrenda se junta por todas partes y The Beautiful People también.<br />

X. Lágrimas menstruadas.<br />

Dos meses <strong>de</strong>spués el escritor presentaría la segunda edición <strong>de</strong> su libro en Cd. Juárez.<br />

A la mañana siguiente <strong>de</strong> la presentación había perdido el norte, me ahogaba, llanto<br />

suspendido. Desperté con tremenda resaca producto <strong>de</strong> seis copas <strong>de</strong> vino, dos cervezas y<br />

tequila. La noche anterior habíamos estado en el Tap. Habían cambiado la alfombra y la<br />

ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la pista. Los <strong>de</strong>stellos surgían, esos <strong>de</strong>stellos <strong>de</strong> los que quieren salir a<br />

escaparse <strong>de</strong>l averno. Destellos <strong>de</strong>l hombre que hacía tres meses se había suicidado en el<br />

mismísimo baño <strong>de</strong>l lugar, me contaron que se colgó.<br />

¿Quién en el mundo escogería el sanitario <strong>de</strong> bar para suicidarse? Aparentemente el buen<br />

y sufrido hombre había escogido el lúgubre para adornar su agonía. No pregunté más<br />

<strong>de</strong>talles, para qué, si ya lo estaba viendo. Entraba y salía muy apurado <strong>de</strong>l baño a la barra,<br />

cruzaba la pista, se llevaba las manos a la cabeza como reprochándose el agravio <strong>de</strong><br />

haberse suicidado, repetía la misma acción y otra vez. Logró sacarle chispas a la pista,<br />

chispas que tradujimos en invitación a bailar. Los Bukis sonaron vez más, hermosa y<br />

joven mujer <strong>de</strong>tuvo la indignísima vuelta <strong>de</strong>l suicida. Este se <strong>de</strong>tuvo a observar su vestido<br />

<strong>de</strong> flores azules con rojo, la dama, llevaba cinturón café muy entallado y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos se<br />

sospechaba curveado cuerpo que terminaba en su enseñante y firme pecho. La hermosa<br />

mujer se llevó las manos a la cabeza, al igual que el suicida algo quería acallar en su<br />

mente, el gesto <strong>de</strong> su rostro fue sutil, su lengua se asomó para ser cómplice <strong>de</strong> sus labios,<br />

sus <strong>de</strong>dos jugueteaban con el alaciado, movió la ca<strong>de</strong>ra lenta y se topó con las nalgas <strong>de</strong>l<br />

suicida, este finalmente se congeló a observarla. Ella sabiéndose vista por los presentes y<br />

ausentes se llenó <strong>de</strong> erotismo, nos invitó a bailar. El suicida se cruzó con mi mirada y en<br />

instante supo que yo lo podía ver. Fingí, quise alcanzar la belleza <strong>de</strong>l baile, caminé<br />

lentamente, traté <strong>de</strong> mimetizar mi cuerpo con los <strong>de</strong>stellos <strong>de</strong>l piso, el recuerdo <strong>de</strong>l<br />

fantasma <strong>de</strong> la esquina, el espejo, la música, ella. Ella que ahora es fantasma también.<br />

Dejé que mis piernas me llevaran pero el suicida volvió a penetrar mi corazón. Muy<br />

molesta le or<strong>de</strong>né <strong>de</strong>jarme en paz, le dije que yo no iba hacer ningún<br />

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encarguito y le sugerí salir <strong>de</strong> ahí. También le mostré el espejo, le dije que lo cruzara si<br />

podía. Seguí el ritmo <strong>de</strong> la música concentrándome en la seductora belleza <strong>de</strong> la escena.<br />

Alguien <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mesa nos gritó ¡Y tu mamá también!<br />

Supe que el suicida podía escuchar solo murmullos y que esa noche aprendió a ir<br />

<strong>de</strong>jando su dolor en la gente que lo percibiera. Lo supe porque al siguiente día rompía en<br />

llanto inexplicable a cada instante. Lo sé porque ahora que tú lo lees estás sanando su<br />

alma a través <strong>de</strong> las letras, para cuando millones <strong>de</strong> personas hayan penetrado estas<br />

palabras, el suicida ya se habrá trasmutado y el asesinato <strong>de</strong> la continuidad nos habrá <strong>de</strong><br />

hablar para unirla.<br />

(-anegados <strong>de</strong> dolor y alegría y patrones <strong>de</strong> injusticia, con las palabras generas líneas <strong>de</strong><br />

conexión ingeniosas- -se cancela llorar, <strong>de</strong>primirse, sentirpensar-)<br />

Ese dolor se palpita en el centro <strong>de</strong> la frontera <strong>de</strong> México con Estados Unidos, ese dolor<br />

que algún día experimenté, <strong>de</strong>jé allá y ahora cada vez que voy me traigo.<br />

Había buscado a Arturo para contarle que la ciudad que nosotras conocimos solo quedaba<br />

en nuestra memoria.<br />

La ciudad ya no era la misma ciudad, platicábamos mientras esperábamos largas horas en<br />

la fila <strong>de</strong>l puente internacional. Alguien dijo que la ciudad era amorfa, tal vez tuvo forma<br />

alguna vez. Me callé para concentrarme en la opinión <strong>de</strong> mi compañero <strong>de</strong> aventura quise<br />

ver la ciudad en sus ojos y en los ojos <strong>de</strong> todos los ahí presentes. La ciudad había sido<br />

<strong>de</strong>vastada por años y años <strong>de</strong> negligencia gubernamental, la ciudad era estéticamente la<br />

más fea <strong>de</strong> todas las poblaciones <strong>de</strong>l país, tenía infraestructura con hasta 50 años <strong>de</strong><br />

atraso, sus calles jamás habían sido planas, planas., cada vez que llovía se inundaba a más<br />

no po<strong>de</strong>r, cuando la lluvia cesaba, aparecían tremendos hoyos en las calles, como para<br />

recordarnos que este territorio es el favorito <strong>de</strong> ¿quién? Y esos hoyos eran como respiros<br />

<strong>de</strong>l laberinto maya. A<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> pronto y <strong>de</strong> la nada las calles se tragaban autos y<br />

personas. Alguien <strong>de</strong>cía que era el diablo que tragaba su cuota <strong>de</strong> cuando en cuando. No,<br />

que Diablo ni que nada, el drenaje se había convertido en traga<strong>de</strong>ro producto <strong>de</strong>l<br />

ineficiente trabajo <strong>de</strong> pavimentación.<br />

96


gran parte <strong>de</strong> la ciudad estaba aún sin pavimentar lo que provocaba tremendas tolvaneras<br />

en ciertas épocas <strong>de</strong>l año, había que cubrir los muebles, y sellar las ventanas, <strong>de</strong> otra<br />

forma el polvo hacía estragos en los electrónicos. Eran tan fuertes los vientos y tan<br />

sueltito el polvo que varias tragedias sucedían al caerse espectaculares encima <strong>de</strong> autos<br />

circulando. Como si no bastase con las más <strong>de</strong> 1800 feminicidios, los miles <strong>de</strong> asesinatos<br />

<strong>de</strong> hombres <strong>de</strong> todas las eda<strong>de</strong>s producto <strong>de</strong> la guerra mal <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte Cal<strong>de</strong>rón,<br />

todavía como si la ciudad necesitara <strong>de</strong> más oscuridad nos llegaban lluvias y tolvaneras.<br />

A los habitantes no les quedó más que vivir el día con día, en cualquier momento<br />

presenciarían fuego cruzado o sería víctimas <strong>de</strong> bala perdida. Des<strong>de</strong> que la guerra<br />

frontal contra el narcotráfico y el crimen organizado había sido <strong>de</strong>clarada, más <strong>de</strong> 230 mil<br />

personas habían abandonado la ciudad. Algunos comerciantes mudaron sus negocios a<br />

El Paso y esto le trajo a la ciudad norteamericana pujancita económica. Extrañamente se<br />

vivía en especie <strong>de</strong> espejismo porque la ciudad <strong>de</strong> El Paso había sido <strong>de</strong>clarada la<br />

segunda ciudad más segura <strong>de</strong> el Estados Unidos y Ciudad Juárez la ciudad más insegura<br />

<strong>de</strong>l mundo.<br />

No podía dar crédito a lo que sentía y vacié mi emoción gota a gota en breve<br />

pensamiento, pensamientos que se <strong>de</strong>tenían a cada visita. Los publicaba por cuanto medio<br />

me era posible. Algunos me instaban a no exagerar otros continuaban los versos con la<br />

misma tristeza.<br />

En J´twon don<strong>de</strong> el aire se estanca, la nube duele y pasa. El recuerdo es Escondido, la<br />

música es lejana. Hay silencio, hay presencia. Alguien se muda, me acongojo, me retiro.<br />

Estamos solos, sólo mío. ¿Quién lo vive?<br />

97


La dinámica <strong>de</strong> la ciudad no fue la misma <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que llegaron las tropas militares y<br />

fe<strong>de</strong>rales que inmediatamente se i<strong>de</strong>ntificaban con los criminales para hacer sus tratos y<br />

hundir más a la ciudad. De nada sirvió la estrategia napoleónica <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte, cada día<br />

aumentaban más y más los asesinatos e inseguridad. Periodistas <strong>de</strong> inciertos rincones <strong>de</strong>l<br />

mundo llegaban a escribir sus temerosos reportajes. En nada se publicaban reportajes <strong>de</strong><br />

eventos trágicos <strong>de</strong> la ciudad, los medios <strong>de</strong> comunicación locales replicaban las notas <strong>de</strong><br />

horror tras la primicia <strong>de</strong> que su tarea era la <strong>de</strong> informar. Poco a poco nos recluimos en<br />

casa, no frecuentábamos antros ni restaurantes, las fiestas se organizaban en privado y<br />

hasta ahí los alcanzaban los asesinatos. El evento que más nos conmocionó fue el<br />

asesinato <strong>de</strong> 13 jóvenes estudiantes. Se respiraba enorme tristeza en el ambiente, no<br />

podíamos ser indiferentes, circulabas por las calles y nos mirábamos con <strong>de</strong>sánimo,<br />

espanto, <strong>de</strong>sorientación. En vano esperábamos palabras <strong>de</strong> aliento porque en el fondo<br />

sabíamos que nadie la tendría. Lo políticos hicieron lo suyo, política y ya. Las<br />

asociaciones civiles se manifestaron aturdidas y dolidas, las escuelas se escurrían en<br />

llanto, los sacerdotes se hincaban a rezar. Los periodistas más encarnizados y molestos<br />

que nunca preguntaban, preguntaban, cubrían la nota como podían porque no se los<br />

permitía o porque su ánimo no los <strong>de</strong>jaba hablar. Esos días el ambiente se oscureció peor.<br />

La noticia corrió como reguero <strong>de</strong> pólvora y en París tenían los <strong>de</strong>talles a<strong>de</strong>lantando a los<br />

mismísimos medios locales y nacionales. Cada ciudadano <strong>de</strong> la frontera se manifestó<br />

según sus medios.<br />

Recuerdo que era una mañana <strong>de</strong> domingo y Salvador cocinaba <strong>de</strong>liciosos chilaquiles<br />

mientras yo hojeaba las noticias. Cuando leí el encabezado mis ojos no daban crédito,<br />

llamé a Salvador<br />

-Es que ahora sí se pasaron <strong>de</strong> laza estos <strong>de</strong>sgraciados asesinos. Mira que irrumpir en<br />

fiestecita <strong>de</strong> jóvenes y sembrar así el terror.<br />

Nos abrazamos y lloramos mientras tratábamos <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r que había pasado. Poco a<br />

poco fuimos digiriendo la noticia, muy entrada la tar<strong>de</strong> con el corazón roto <strong>de</strong>cidí<br />

recostarme.<br />

98


Deseaba con toda el alma ver a mi amigo Arturo, pero algo me <strong>de</strong>cía que no lo vería en<br />

buen tiempo porque a él no le interesaba saber <strong>de</strong>l terror en estos tiempos. En vida había<br />

visto varias naturalistas y encarnizadas películas, eso no le llamaba la atención, las<br />

mismas imágenes que captaba en las películas se le estuvieron repitiendo constantemente<br />

por años y años. Hasta que en momento <strong>de</strong> hartazgo se pudo <strong>de</strong>shacer <strong>de</strong>l horror que él<br />

mismo había creado en vida. Así es que, no albergaba la más mínima esperanza <strong>de</strong><br />

atraerlo por estos pasadizos <strong>de</strong> tristeza y horror en los que ahora estaba.<br />

Desperté ansiosa <strong>de</strong> saber alguna noticia o <strong>de</strong>talles y <strong>de</strong>scubrí <strong>de</strong>jo <strong>de</strong> morbo.<br />

Me intimidó saberme morbosa, me avergonzó estar unida a las noticias por curiosidad.<br />

En lugar <strong>de</strong> salir a buscar mi periódico, <strong>de</strong>cidí servirme el <strong>de</strong>sayuno. Frente a unas rajas<br />

<strong>de</strong> tomate, queso panela, pan tostado y café no evité abrir las primeras páginas, consolé al<br />

corazón leyendo el área <strong>de</strong> opinión. columnista había retratado el sentimiento… escribió,<br />

¨No se pue<strong>de</strong> pasar por alto el más reciente hecho <strong>de</strong> violencia en Ciudad Juárez. Hasta<br />

el momento <strong>de</strong> escribir este artículo, 16 han muerto a consecuencia <strong>de</strong> la masacre<br />

perpetrada el sábado 30 <strong>de</strong> enero en la colonia Villas <strong>de</strong> Salvárcar; la mayoría jóvenes<br />

estudiantes <strong>de</strong> secundaria, preparatoria, y universidad.<br />

Tampoco se pue<strong>de</strong> pasar por alto la escalada que ha alcanzado la violencia e impunidad<br />

en México, especialmente en Juárez. ¿Por qué hombres, tal vez jóvenes, se atreven a<br />

irrumpir y masacrar en colonia, calle, casa, fiesta, a joven estudiante, y a la<br />

sociedad?<br />

El móvil no se conoce aún, por lo que esperamos que en esta ocasión las autorida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>muestren poco <strong>de</strong> sentido <strong>de</strong> pertenencia y congruencia con su cargo y encuentren a<br />

los responsables.<br />

Las autorida<strong>de</strong>s y los aspirantes políticos <strong>de</strong>berían consi<strong>de</strong>rar <strong>de</strong>jar la diplomacia y la<br />

hipocresía, –que tanto daño social hacen–, a lado, para vivir el macabro presente y<br />

enfrentarlo, abandonando las agendas ocultas, los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y sus ambiciones<br />

99


para ejercer futuros puestos públicos. Deben admitir su vulnerabilidad y pedir ayuda<br />

internacional, porque la situación está totalmente fuera <strong>de</strong> control y la sociedad está<br />

sedienta <strong>de</strong> honestidad.<br />

Pensemos por momento que esta <strong>de</strong>sgracia mexicana surge a raíz <strong>de</strong> nuestra<br />

idiosincrasia, nuestro escaso sentido <strong>de</strong> pertenencia, a los elevados niveles <strong>de</strong><br />

corrupción individual y <strong>de</strong> grupo, a la ignorancia que se ha apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> México en<br />

todos sus niveles.<br />

Alguien trata <strong>de</strong> convencernos <strong>de</strong> que el mexicano está dividido. Hay buenos, muy<br />

buenos, malos y muy malos. ¿Se ha puesto a pensar que in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> las<br />

condiciones, los asesinados son seres humanos que en su origen tenían potencial que<br />

aportar a la sociedad? Son vidas, vi-das. Que-re-mos vi-vir<br />

Este fin <strong>de</strong> semana nadie ganó, ahí estaban los estudiantes, los buenos. En esta ocasión,<br />

vez más atacaron a nuestros estudiantes, a juarenses que creían en la educación como<br />

posible medio para transformar su ciudad, a seres humanos en pleno <strong>de</strong>sarrollo, con<br />

inquietu<strong>de</strong>s, i<strong>de</strong>as, aspiraciones, y ganas. Entre los asesinados están jóvenes<br />

sobresaliente por sus logros académicos.<br />

¿De qué se trata ahora?<br />

Es obvio <strong>de</strong> que la ceguera que guía a los <strong>de</strong>lincuentes no dista mucho <strong>de</strong> la ceguera que<br />

guía a la sociedad, las instituciones y a nuestros dirigentes.<br />

Si usted <strong>de</strong>sea pensar que lo que pasa a las víctimas <strong>de</strong> la violencia no nos afecta, es<br />

libre <strong>de</strong> hacerlo. Por el contrario, con el simple hecho <strong>de</strong> darse cuenta <strong>de</strong> que los<br />

muertos más recientes son jóvenes educandos como su hijo/a o como su nieto/a,<br />

sobrino/a, amigo/a, conocido/a, entonces ésto le interesa.<br />

Probablemente usted es uno <strong>de</strong> tantos que tuvo que abandonar su trabajo, negocio o<br />

vivienda, movido por la inseguridad, o conoce a alguien que lo hizo, y en contra <strong>de</strong> todos<br />

sus <strong>de</strong>seos y pronósticos, ha tenido que habitar en otro lugar simplemente porque quiso<br />

100


encontrar refugio seguro para sus seres queridos. Permítame informarle que el hecho<br />

<strong>de</strong> cruzar la línea fronteriza, el muro que nos divi<strong>de</strong>, o emigrar, no le garantiza esa paz<br />

que tanto busca, tampoco lo exime <strong>de</strong> su responsabilidad social. Permítame <strong>de</strong>cirle, es<br />

imposible que permanezca indiferente ante los estudiantes asesinados.<br />

Esa impotencia, rabia, frustración y dolor por la que están pasando los sobrevivientes,<br />

los familiares <strong>de</strong> los asesinados., <strong>de</strong>be ser compartida por los habitantes <strong>de</strong> la frontera,<br />

el país entero los mexicanos que habitan alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l mundo. Se preguntará… ¿qué<br />

puedo hacer?<br />

Tal vez manifestarse por cualquier medio posible, realmente simpatizar con las víctimas,<br />

orar, <strong>de</strong>nunciar cualquier dato que lleve a la captura <strong>de</strong> los asesinos, y si <strong>de</strong> alguna<br />

forma está relacionado con el asunto <strong>de</strong> resolver, pues, esta vez dé lo mejor <strong>de</strong> sí.<br />

Las preguntas pudieran ser las mismas ¿y el gobierno, qué hace? Y los padres, ¿por qué<br />

los <strong>de</strong>jan asistir a fiestas? Como también estará pensando, eran picadores<br />

(distribuidores al menu<strong>de</strong>o) o ahí vendían droga. Tal vez fue ajuste <strong>de</strong> cuentas, <strong>de</strong><br />

seguro <strong>de</strong>bían algo, y los soldados y los fe<strong>de</strong>rales son bola <strong>de</strong> inútiles corruptos, las<br />

instituciones en México son asco, el sistema es aberrante. Todo lo anterior resultará ser<br />

cierto mientras así usted lo crea, lo permita o las evi<strong>de</strong>ncias los comprueben. Ellos no<br />

andaban en algo, el que anda en algo es usted con su indiferencia, el que anda en algo<br />

es Cal<strong>de</strong>rón y su servidumbre que no sirve para nada.<br />

Este hecho nos <strong>de</strong>jó pasmados. Días <strong>de</strong>spués la trifulca no se <strong>de</strong>jó esperar. Los políticos<br />

se presentaban a las puertas <strong>de</strong> los dolientes poniendo cara <strong>de</strong> yo no fui. Nadie<br />

absolutamente nadie se responsabilizó por la masacre. El gobierno <strong>de</strong>l estado en<br />

arranque, típico <strong>de</strong>l carácter <strong>de</strong>l mexicano, amenazó con mudar los po<strong>de</strong>res a la ciudad.<br />

El presi<strong>de</strong>nte y su comitiva se <strong>de</strong>jó venir, afuera <strong>de</strong>l recinto don<strong>de</strong> se llevaría a cabo la<br />

reunión lo esperaban los radicales, los que protestaban por todo, los que según ellos, eran<br />

activistas <strong>de</strong> corazón, anárquicos, rojillos, político como para darse a notar los<br />

acompañaba, algunos reporteros sacaban la nota a placer <strong>de</strong> la filosofía <strong>de</strong> los periódicos,<br />

101


el chayotaje, tanatos, eros. Lo que más se venda, violencia, ataque al gobierno fe<strong>de</strong>ral,<br />

ufanos, teatreros, al fin todos en el gran teatro haciendo escarnio <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra tragedia,<br />

el espectáculo <strong>de</strong> hacía 100 años se volvía a repetir en Ciudad Juárez, 1910-2010, los<br />

mira lejos en el lado norteamericano, los mira lejos <strong>de</strong> 1910, “sin medios no hay<br />

revolución” <strong>de</strong>cían, familias enteras pagan por ver, en El Paso se vendías boletos y<br />

cómodos lugares para ver la balacera <strong>de</strong> la toma. Cien años <strong>de</strong>spués venía Cal<strong>de</strong>rón a<br />

“poner or<strong>de</strong>n”, ahora los boletos <strong>de</strong>l espectáculo eran las series <strong>de</strong> televisión.<br />

(-zaz-)<br />

Los jóvenes asesinados, ni siquiera sabían que habían muerto. El fantasma <strong>de</strong> la estrella<br />

celeste <strong>de</strong> cuando en cuando me <strong>de</strong>cía que ellos, los jóvenes, sentían que estaban<br />

soñando. Dice que nos vio llorar a todos en la frontera, viajo a través <strong>de</strong> la espiral para<br />

darse color <strong>de</strong>l asunto. Vio a adolescentes <strong>de</strong>sesperados esperando <strong>de</strong>spertarse, uno <strong>de</strong><br />

ellos sentía que soñaba que veía a su mamá en el piso, llorando, arrastrándose <strong>de</strong> dolor,<br />

eso le causaba extrañeza y se <strong>de</strong>cía a sí mismo que esto <strong>de</strong>bería ser pesadilla. Después<br />

vio luz encendida, eran las manos <strong>de</strong> su madre rezando Padre Nuestro, veía que <strong>de</strong>l<br />

corazón formaban curva que llegaba a su corazón a la vez, recordó el lazo que ellos<br />

habían formado en vida <strong>de</strong> pronto le llegaron imágenes <strong>de</strong> su niñez, se estremeció y<br />

quiso buscar a su hermano. No lo encontró pero se dio cuenta que el sueño no terminaba<br />

y una y otra vez entraba en <strong>de</strong>sesperación hasta que el llanto <strong>de</strong> su madre lo traía vez<br />

más. Quiso espantar la unión entre él y su madre pero no pudo. Quería con todo su ser<br />

<strong>de</strong>spertarse y volver a comer, correr, gritar. Prometió que ten<strong>de</strong>ría su cama, que<br />

estudiaría más duro, que ya no saldría que amaría a sus padres más que nunca. Gritaba<br />

<strong>de</strong>sesperado queriendo <strong>de</strong>spertar. No vio su cuerpo, no lo veía hasta que túnel oscuro se<br />

presentó frente a él, se sintió aliviado y recorrió con cuidado el túnel confiado <strong>de</strong> que<br />

pronto, muy pronto <strong>de</strong>spertaría. En cambio al final <strong>de</strong>l túnel, vio a sus amigos y quiso<br />

juguetear con ellos, los vio reunidos a todos, a los <strong>de</strong> su salón <strong>de</strong> clase, a los <strong>de</strong>l A, B, C,<br />

D y no sabía por qué estaban todos juntos, también vio al director <strong>de</strong> la escuela a los <strong>de</strong>l<br />

equipo <strong>de</strong> futbol. Entre los asistentes estaba Micaela quien sí lo alcanzó a ver y le<br />

102


señaló el ataúd. Hasta entonces supo que estaba en otro lugar, supo que su vida en la<br />

había terminado. Besó a su mamá en la frente y la paz nunca experimentada lo inundó,<br />

aceptó su <strong>de</strong>stino porque ser amarillo le mostraba el siguiente paso. El joven tenía<br />

muchas preguntas y quiso preguntarle al ser pero <strong>de</strong> sus labios no salió sonido alguno.<br />

Supo que ya no tenía aparato fonador, supo que sus labios no se movían al compás <strong>de</strong> sus<br />

palabras, también se entregó que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su corazón surgían colores <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>seos, aquello<br />

se trataba <strong>de</strong> ver. Deseó <strong>de</strong>spertarse y volver a su cuerpo, <strong>de</strong>seó su cuerpo otra vez, y <strong>de</strong><br />

su pecho surgían agra<strong>de</strong>cimientos, <strong>de</strong>seó que su madre no sufriera y quiso romper el lazo<br />

y se dio cuenta que el inicio <strong>de</strong>l lazo estaba en ella y que era ella la que <strong>de</strong>bería apren<strong>de</strong>r<br />

a soltarlo. Ahí se quedó entre la espiral <strong>de</strong> colores, nubes, paisajes y el corazón <strong>de</strong> su<br />

madre. La sensación fue tan grata que no <strong>de</strong>seaba salir <strong>de</strong> ahí nunca. Poco a poco pudo<br />

ver a seres más avanzados, vio a guías espirituales, ángeles gigantes, aves <strong>de</strong> todas<br />

formas. No se comunicaba con ellos todavía, <strong>de</strong>bería formar los sueños que tuvo siendo<br />

humano, <strong>de</strong> alguna forma intuía que era libre y supo usar su libertad. Estaba sólo pero no<br />

se sentía sólo, experimentaba con los pensamientos que se convertían en realidad,<br />

realidad que podía llevar a su barrio, con sus camaradas <strong>de</strong>l equipo <strong>de</strong> futbol. Tenía la<br />

certeza <strong>de</strong> que muy pronto ese punto <strong>de</strong>l planeta sería ver<strong>de</strong>, pacífico y pujante, que <strong>de</strong><br />

ahí saldría talentosos jugadores <strong>de</strong> su muy querido futbol. El tiempo fue diferente y no<br />

experimentaba impaciencia, por el contrario el lazo con su madre era el camino hacia los<br />

eventos <strong>de</strong> su casa, su ciudad. La maldad no iba a triunfar. La justicia llegaría tar<strong>de</strong> o<br />

temprano, él no tenía cuerpo, su madre sí, sus vecinas, sus amigas, las pobladoras <strong>de</strong> la<br />

ciudad, a las que todavía caminábamos, íbamos a exigir justicia a su nombre. En<br />

momento vio a su madre sumamente fuerte, lo atrajo hacia ella y en fortaleza <strong>de</strong> otro<br />

mundo le hacía ver al presi<strong>de</strong>nte que él no era bienvenido a la ciudad, lo interrumpió y le<br />

habló como mujer fuerte, sabia, tranquila y tremendamente triste por la partida <strong>de</strong> su<br />

hijo. Los reporteros no daban crédito a lo que escuchaban, la forma en que María<br />

enfrentaba al presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la república era digna <strong>de</strong> aplauso y admiración. Los<br />

periódicos al siguiente día informaban en primera plana la osadía <strong>de</strong> María. Ella trajo a<br />

103


los ciudadanos momento <strong>de</strong> protección, voz, i<strong>de</strong>a compartida, pero como todo lo<br />

bueno, brillante y mágico en la tierra no progresa, esto no fue la excepción. María al<br />

igual que otras madres víctimas <strong>de</strong> tanta tragedia e injusticia no llegarían muy lejos.<br />

El joven disfrutó momento <strong>de</strong>l entusiasmo, volvió a su espiral y <strong>de</strong> cuando en cuando<br />

vio los lentos progresos en su colonia, estaban construyendo estadio <strong>de</strong> futbol, los<br />

dirigentes <strong>de</strong> la NFL nacional se habían apersonado a saludar al equipo, Salvador había<br />

llegado con cargamento <strong>de</strong> tenis Nike y playeras para los jóvenes.<br />

Ya todos los eventos fueron irrelevantes para el joven, él se encontraba en otra realidad<br />

paralela, estaba más allá sin su cuerpo, <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> saber más prometió volver <strong>de</strong>spués,<br />

<strong>de</strong>spués cuando en el espacio que lo vio crecer se sintiera poco <strong>de</strong> paz, menos egoísmo.<br />

Se marchó llorando, se fue con la abuela.<br />

XI. Despedidas<br />

-Arturo, ¿estás ahí?<br />

Le llamé <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber ingerido dos Martini <strong>manzana</strong> sabor a miel. Abrí el correo, no<br />

encontré ningún mensaje que me indicara el norte hacia Arturo. Llegó la <strong>de</strong>silusión, la<br />

soledad, el silencio, la nada. Mi insistencia se agudizaba al cabo <strong>de</strong> unas largas horas <strong>de</strong><br />

búsqueda, resignada me a<strong>de</strong>ntré en mí, a muy ensayado monólogo.<br />

Antes <strong>de</strong> llegar a mi apartamento <strong>de</strong> la calle Tierra Nueva en el complejo Castilleja,<br />

recordé haberle advertido a Salvador que me <strong>de</strong>jara en paz que tomara sus pertenencias y<br />

se ubicara en otro lugar lejos. Anoche se había <strong>de</strong>saparecido, me envió mensaje <strong>de</strong> texto<br />

diciéndome que pasaría la noche en J´Twon, inmediatamente le marqué. Su voz sonaba<br />

apurada recién <strong>de</strong>scubierta. Trató <strong>de</strong> fingir pero <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus palabras se encontraba la<br />

clave <strong>de</strong> su infi<strong>de</strong>lidad, opté por huir <strong>de</strong>l hallazgo, le <strong>de</strong>seé buenas noches. Me recosté<br />

trayendo conmigo al fantasma por última vez.<br />

104


El corazón había avisado….Y así fue, él se ha convertido en fantasma <strong>de</strong> la cabeza<br />

blanca. El caribe azul entona el recuerdo, recuerdo que apenas eriza mi piel, ya la eriza<br />

la vuelve suya y otra vez. Es cada poro <strong>de</strong> ese ser que fui con él, con ella también él fue.<br />

Al oído recuerdo tanto, tanto. Cierro los ojos, escucho, lato. Me embarga la tristeza <strong>de</strong> no<br />

saberlo, me enfada no po<strong>de</strong>r verlo. enorme oso trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenerme, soy tu consciencia,<br />

détente, me avisa. Hago caso omiso.<br />

(-qué oso-) (-se cancela la consciencia)<br />

Es que si lo hubiera visto, lo hubiera visto muchas veces, me hubiera <strong>de</strong>jado ver, me<br />

hubiera convivido, me hubiera vivido, se hubiera enamorado. Estoy segura que lo volveré<br />

a ver, le pido a todos mis santos volver a verlo pero esta vez lo quiero mío. Quiero gozar<br />

<strong>de</strong> su presencia, quiero, quiero, quiero soñarlo. Sólo así estaré feliz. Es que mis párpados<br />

se caen, mis ojos se cierran como cortinas <strong>de</strong>l telón <strong>de</strong> teatro, estas cortinas son rojas, son<br />

oscuras pero viven, se corrompen, se caen, se separan y luego se vuelven a levantar, se<br />

vuelven a subir. Así están mis parpados cerrándose con fuerza porque quieren atrapar<br />

cada recuerdo, cada imagen suya, cada aliento, cada momento. No puedo, mi corazón me<br />

lo ha prohibido, mi corazón me prohibió pertenecer a ese halo, a esa quimera. Así me lo<br />

dijo soñando, él es sólo eso, imagen, holograma. Esquizofrenia, dijo el médico.<br />

(-es-qui-zo-fre-nia-) (-se cancela ver allen<strong>de</strong>-)<br />

No abras los ojos, mientras te entregas cierra los ojos, tras bambalinas suce<strong>de</strong>rá todo. Yo<br />

te aviso cuando los abras, yo te digo qué pasará. Yo te ayudo a adivinar sus intenciones,<br />

las intenciones <strong>de</strong>l otro corazón. Las intenciones <strong>de</strong> su ego porque esos corazones se<br />

asemejan a sus pieles, son viejos al igual sus almas, sus i<strong>de</strong>as, sus ten<strong>de</strong>ncias, sus formas.<br />

Cierra bien los ojos cuando lo beses, cierra la consciencia, cierra la palma <strong>de</strong> tus manos<br />

cuando te toque, elévate como si estuvieras sentada en la nube. Entrega tu aliento, entrega<br />

tu momento, tu cuerpo, entrega tu femineidad, pero yo te aviso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora durante este<br />

sueño que ese Señor elocuente, ese Señor culto, ese Señor, ese hombre mayor que tú, sólo<br />

105


preten<strong>de</strong>, preten<strong>de</strong>. Te va a doler pero es mejor que te lo diga ahora, se lo digo a tu otro<br />

yo a ese que tu tanto obe<strong>de</strong>ces mientras estás dormida, a ese a quien no te le rebelas. Te<br />

lo digo alegre, acongojada. Ese hombre sólo quiere sexo contigo, quiere tu momento,<br />

quiere tu encanto, quiere tus mieles, quiere penetrarte. Le causas curiosidad, le eres<br />

interesante, sólo eso. Ahora lo sabes. Es tu <strong>de</strong>cisión, la <strong>de</strong>cisión es tuya. Voy a <strong>de</strong>círtelo ,<br />

dos, y hasta tres veces. Vendrá a ti la figura masculina avisarte. Vendrá tu padre, tus<br />

primos, tus hermanos. Si <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> avisarte tu misma tantas veces, quieres seguirlo<br />

viendo, pues a<strong>de</strong>lante. Soy tu corazón avisándote, soy tu corazón que te grita no me<br />

mates, respétate. Necesito <strong>de</strong> tu amor para seguir confiando, creyendo. Necesito palpitar,<br />

necesito la ilusión en la vida. En esta existencia que es sólo eso, alucine. Soy tu corazón<br />

que se ha partido varias veces. Soy tu corazón que lo has maltratado.<br />

Ahora te ruego, por favor, vuelve a sentir. Confía, cree, crea. Por favor, el amor es mucho<br />

más gran<strong>de</strong>. La musa perdida está a punto <strong>de</strong> tocarte vez más. Déjala llegar, consíguela,<br />

es hermosa, así como tú cuya belleza te la <strong>de</strong>vuelve el espejo. El espejo que acabas <strong>de</strong><br />

ver, ese espejo que esta a cada milésima frente a ti. Ese espejo, está atrás <strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong><br />

cada ser humano. Ese espejo te dice<br />

(-ufff, cancelados los espejos, los in<strong>de</strong>finidos, eliminados-)<br />

Me incorporé para asomarme al espejo, no vi gran cosa. Arturo me tocaba la espalda.<br />

Abandoné las lágrimas <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida en el lavabo <strong>de</strong>l baño. El espejo entonaba Todas las<br />

palabras. No había prisa ni viento ni pasos que recorrer ni voz. Las palabras<br />

escalofriantes danzaban a la cercanía <strong>de</strong>l tacto <strong>de</strong> la estrella más brillante, el silencio<br />

había terminado. Arturo permanecería ahí eternamente, su soplo se volvió polvo<br />

El mismo espejo refleja a la estrella más gigante vista <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la tierra, me recorre la<br />

espalda. Regresa al 12 <strong>de</strong> abril. El último encuentro percata a las sirenas en lo suyo al<br />

repetir el décimo verso <strong>de</strong>l soneto…abril ya los buscaba, triste julio fue <strong>de</strong>rroche.<br />

106


Efectivamente abril presenció nuestra silenciosa <strong>de</strong>spedida, en abril, día antes <strong>de</strong>l trece,<br />

el fantasma se materializó mujer durante el acto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces no quise saber nada <strong>de</strong><br />

los placeres sexuales. Espantada, el vacío acompañó la mañana, la ausencia me entregó<br />

el fruto hasta entonces prohibido. Confieso, las horas transcurrían a tortuga buscando la<br />

sabiduría no encontrada. Me asomé por la rendija que hacían las persianas blancas <strong>de</strong> mi<br />

salón <strong>de</strong> clase, auto <strong>de</strong>portivo rojo circulaba por el amplio estacionamiento, presencia la<br />

presencia <strong>de</strong>l auto rojo frente a mi <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó el recuerdo <strong>de</strong> alguna noche en el<br />

pasado, compartiendo sueño raro don<strong>de</strong> él, era dama <strong>de</strong> cabello oscuro lacio, era necia,<br />

recta, estrecha, dama. El fantasma burló la confesión que varias lunas <strong>de</strong>spués traería su<br />

experto cuerpo a materializar en mi moral renunciada.<br />

(-Se cancela sentir. Se cancela crear. Se cancela ser hombre o mujer-)<br />

Él poco a poco se fue revelando. Supe que era afamado escritor casado con dos hijos. Su<br />

edad rebasaba los 70 años, me extrañó reconocer las canas y tantísima experiencia en él.<br />

Lo amaba, lo notaba jovial, recién <strong>de</strong>scubierto. En el instante que recordaba sus manos,<br />

las mías se movían a escribir poema inspirado en todos por él. De alguna forma el<br />

fantasma tocaba variados símbolos mudos. El día que nos conocimos no hizo falta que<br />

habláramos, le reproché el lenguaje no verbal que su longeva transmitía. Sonrió<br />

complacido, precipité la aventura <strong>de</strong> habernos cruzado. Desconocía que era hombre<br />

comprometido. En mi era libre, libre como la fortuna <strong>de</strong> nuestro encuentro, joven como<br />

el tiempo <strong>de</strong> conocernos. No lo supe, no lo quise saber, no pregunté, no me interesaba<br />

preguntar. Me percaté en otros <strong>de</strong>talles, mujer experimentada curada <strong>de</strong> espanto <strong>de</strong> tanto<br />

pecado purificado a latigazos y hacer preguntas básicas me pareció per<strong>de</strong>r el tiempo. Ahí<br />

estábamos los dos para sonreír, gozar, enamorarnos al amar.<br />

(-Qué asco, y luego él que se prendió <strong>de</strong> ti, tus cuentos y tus nalgas, terminó escribiendo<br />

Amores que se van, ¡ay no ¡viejillo apestoso, arrugado, nalgas secas y pensar que él<br />

presumía sus múltiples publicaciones y a ti te valía chistorra. Te espantó a tu verda<strong>de</strong>ro<br />

amor. Pobre Andrés, quemó el libro en <strong>de</strong> esos asados y locuras, él lo odiaba y tú, sin<br />

inmutarte. El <strong>de</strong>stino se está encargado <strong>de</strong> ese fantasma.<br />

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(-Bueno, esta voz entrometida ya se va, ¿a quién le importa fantasma? Por cierto.<br />

Cancelado por metiche-)<br />

Las semanas siguientes a la noche <strong>de</strong> brujas, me encomendé a todos mis ángeles, ellos me<br />

propusieron vivir, amar, vivir. Antes <strong>de</strong> nuestros encuentros convivía mi rutina con<br />

música suave <strong>de</strong>leitosa como para asegurarme <strong>de</strong> conservar mi estado endorfínico,<br />

ferómonico, embelesado, enamorado.<br />

Como toda relación humana <strong>de</strong> amor, llega el momento <strong>de</strong> encararse, llegan los<br />

momentos <strong>de</strong> los espejos, los cuestionamientos, las dudas, la carne, la pasión, el drama. Y<br />

una noche frente a unas copas <strong>de</strong> vino tinto, ensalada, pan con maná y mantel judío, le<br />

pregunté si estaba comprometido. Todo su rostro engalanado con lentes <strong>de</strong> escritor me<br />

dio la respuesta afirmativa.<br />

En ese entonces me había alejado <strong>de</strong>l drama, según yo, la vida era miel y <strong>manzana</strong><br />

pelada. Pobre <strong>de</strong> mí, <strong>de</strong>scubrí, la confesión me quemaba por <strong>de</strong>ntro, y como soy cristal, el<br />

fuego llegó hacia él, me dijo que entre las llamas mi fealdad se acentuaba, también me<br />

acusó <strong>de</strong> repentina y exabrupto. En silencio, me tomé varias copas <strong>de</strong> vino que lejos <strong>de</strong><br />

avivar el fuego lo transmutaron al olvido <strong>de</strong>mencial. Mi mente calló, como si querubín le<br />

hubiese sugerido el silencio. La prosa al corazón se escribió, recorrió la emoción <strong>de</strong> las<br />

últimas horas. Inteligente, momentáneo, escribía. Al siguiente día como <strong>de</strong> costumbre el<br />

fantasma aparecía en mi correo electrónico. Quiso <strong>de</strong>leitarme con cuento que tituló La<br />

queja. Dio lectura <strong>de</strong> mí la noche anterior, con su estilo aventaba lo que le venía en gana.<br />

Reflexioné el <strong>de</strong>sencuentro, el enojo, el fuego e inmediatamente respondí.<br />

Habíamos acordado vernos, él parecía querer complacerme en todo y <strong>de</strong>jarme el control,<br />

aunque en el fondo algo me <strong>de</strong>cía que yo podría llegar a ser como títere que <strong>de</strong> pronto<br />

se percata <strong>de</strong> sí mismo y cuando quiere zafarse es <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>. Nunca me resistí a<br />

verlo, jamás dudé en el encuentro pero tampoco lo anticipaba. Esa tar<strong>de</strong> me preparé<br />

poco, la seducción, la incertidumbre me invadían a cada instante. Recordaba el último<br />

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encuentro no lo lograba, sentí escalofríos tibios. Ignoraba su estado civil, para mí,<br />

únicamente era, no estaba. Deseaba regresar a perfeccionar el encuentro. Frente al<br />

mantel judío como testigo, la conversación fue <strong>de</strong>cayendo hasta encontrarme envuelta en<br />

mi propia espiral <strong>de</strong> mujer que cree, se ofen<strong>de</strong>, siente, se empecina, i<strong>de</strong>aliza y regresa.<br />

“Yo no había sido infiel, tampoco había provocado que alguien lo fuese” … me<br />

torturaba con esa frase.<br />

-Que flojera<br />

Pensé. No sé a dón<strong>de</strong> va todo esto, entonces, ¿por qué sigo aquí? Y ¿cómo me escapo?<br />

Mi moral se esfumó y antes <strong>de</strong> tragarme bien el cuento, ya me había perdonado la falta.<br />

En el fondo lo que me molestaba era la tibieza, la pobreza que representa involucrarse<br />

con casado. En instantes comprendí que así es el juego machín. El juego don<strong>de</strong> está<br />

obligada a sentir antes que otra cosa. A él parecía no importarle nada, ni su confesión,<br />

ni mi reacción y con toda <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> hacer su parte <strong>de</strong>l juego, me subió, cerró mi boca,<br />

me abrió la pasión, mostró quien es. caballero loco <strong>de</strong> remate, acosador, dueño <strong>de</strong> la<br />

patente <strong>de</strong>l gaslighting.<br />

Ya nada fue igual <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la confesión. Bien me <strong>de</strong>cía mi virgencita y los ángeles que<br />

mantener esa relación significaba faltarle al respeto a mi integridad <strong>de</strong> mujer, <strong>de</strong> ser<br />

humano. Finalmente comprendí, era <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>, lo buscaba <strong>de</strong>ntro, la respuesta era<br />

contun<strong>de</strong>nte, me había enamorado, vivíamos en la misma ciudad, me llamaba, me<br />

negaba, me llamaba, aceptaba, lo llamaba corazón cariño, lo quería, lo quería con la<br />

misma intensidad que <strong>de</strong>seaba olvidarlo. Me contuve, me tuve paciencia. Determinada a<br />

matarlo hundí en mi pensamiento hacia el autogaslighting.<br />

noche mientras dormía vi a su esposa seria, solemne como su cabello lacio y su<br />

cuerpillo, me acusaba. Desperté con la culpa a flor <strong>de</strong> piel y me dije “Dios me libre <strong>de</strong><br />

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obarle el marido a cristiana”. Me consoló saberla judía. Daba lo mismo, daba lo mismo.<br />

Lo comparaba con mi estima baja, la relación representaba pérdida, pérdida <strong>de</strong> alguna<br />

forma. Mi corazón lo extrañaba, la piel lo buscaba, supliqué olvidarlo. De entre mis<br />

curiosida<strong>de</strong>s mentales emergió el significado, la significante muerte, ahí estaba el ataúd<br />

con mi rostro muerto y dispuesta a enterrar al fantasma <strong>de</strong> la esquina, dispuesta a olvidar<br />

sus palabras, sus cuentos. Dispuesta a sacar mi voz <strong>de</strong>l ático sin flores. Dispuesta a ser<br />

tragada por la serpiente hasta renacer.<br />

Las semanas transcurrían, la emoción me advirtió el olvido, entré en la nada. A cambio le<br />

escribí, le envié el poema Cuentos soñados…<br />

La respuesta aún no llega a mi correo electrónico. Presiento pronto arribará con los<br />

vientos <strong>de</strong> Santa Anna. Los vientos traerán el aroma. Él se ha mudado <strong>de</strong> atuendo, <strong>de</strong><br />

casa, <strong>de</strong> mujer, <strong>de</strong> amor <strong>de</strong> amor. Yo he enmu<strong>de</strong>cido, el silencio es mi mejor aliado, trae<br />

consuelo a mi mente tortura a mi centro dividido. A cada soplo <strong>de</strong>l viento, olfateo el<br />

polvo que prepara la escena a traducir en palabras, palabras que me comunican el estado<br />

<strong>de</strong>l fantasma, me dicen si todavía sigue escribiendo, avisan cuando ha seducido a otras<br />

amantes, avizoran futuro libre.<br />

(-La libertad ante todo-)<br />

- ¿No que ya te ibas?<br />

(-Me corrieron pero no me fui-)<br />

Los fantasmas se acumularon como los archivos <strong>de</strong> la máquina <strong>de</strong>l tiempo. Arturo,<br />

Salvador, Flor, Florencia, Diógenes, The Beutiful People, Alejandro Pan, Sami Schmidt,<br />

yo. Aquí se rompió taza. Aquí inicia la mi vida feminista literaria. Vivo cerca, muy cerca<br />

<strong>de</strong> lo que no me <strong>de</strong>jaron ser y voy a llegar. La vida siempre da segundas oportunida<strong>de</strong>s y<br />

así como el 31 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong>l <strong>2009</strong> conocí a Carlos Fuentes, luego lo soñé en sarape<br />

anaranjado mostrándome los tesoros <strong>de</strong>l espejo enterrado y por el Museo Nacional <strong>de</strong><br />

Arte en México para <strong>de</strong>saparecer a la salida. Y al siguiente día saber <strong>de</strong> su muerte pero no<br />

<strong>de</strong> su ausencia porque meses <strong>de</strong>spués yo leía a Fe<strong>de</strong>rico en<br />

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su balcón y vomitaba las enfermeda<strong>de</strong>s nichietnianas. Así mismo, se anuncian que la<br />

carta <strong>de</strong>l Tarot es La Estrella, así, guiada por esa estrella femenina-feminista es que<br />

gano, es que escribo, es que amo, es que esta frontera, es que la esperanza se ha<br />

renovado. Alguien confirma que el fantasma <strong>de</strong> la esquina <strong>de</strong>l Camino Real sigue ahí,<br />

para estas fechas es <strong>de</strong>masiada la gente atestiguando su presencia, las mujeres <strong>de</strong>scubren<br />

la luz <strong>de</strong> gas que casi las mata. A la vuelta se había impreso Los <strong>de</strong> abajo <strong>de</strong> Mariano<br />

Azuela y a cada paso eran ellos y yo borrando sus opresiones y ellas enojadas por<br />

atreverme a <strong>de</strong>jar el beso, el abrazo, por atreverme a pagar mis propias cuentas en el<br />

presente, libre.<br />

En este escrito el in<strong>de</strong>finido UNA merece acuerparse para <strong>de</strong>finirse .<br />

¡Oh! ¡No! ….Ahí estaban ellas.<br />

La estrella...<br />

también…<br />

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Segunda parte por Gemó2018: Sin palabras. Alfabetizar las emociones para dolerse, <strong>de</strong>jar<br />

pasar el tiempo para proponer conexiones ingeniosas <strong>de</strong> lo que se ha roto.<br />

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