Revista por las Bodas de Rubi del CTAM

Muchos de nosotros tenemos una infancia sin
cariño y ternura que nos envuelve en una
profunda tristeza, no tenemos con quien compartir
nuestras destrezas.
Después del nacimiento, se llega a la vida como
un desconocido en este mundo/llenó de triste*
za, sin alégrías, buenos y malos nromantos. 5
MI INFANCIA SIN AMOR
El tiempo pasaba y mi vida era como lín barco a
la deriva, que no sabía ni quien era rpi madre,
¿dónde estaba? ¿Por qué me ha dejado? ¿Acaso
he sido producto de una violación? Ó ¿un amor
ignorado por falta de comunicación^No se
comprendieron mi bella madre con mi padre?
No lo podía comprender, atardecía y se despedía
el sol del ocaso y amanecía otro día y me
despertaba al trinar de las aves, hermosa golondrinas
cruzaban veloces el jardín de rrii abuela.
Ella mi abuelita linda me repetía constantemente,
no estás sola; estamos contigo, tú eres
flor hermosa que nos inspiras confianza^tú eres
el paño de mis lágrimas y por eso todo ie doy y
te educaré para que seas una persona humilde,
intelectual a través del estudio. Pero eso no era
todo, quería un amor que me diera mi .propia
madre, anhelaba tenerla conmigo en casa, me
acorralaban las preguntas ¿Se fue acasp de mi
lado sin importarle mi destino? ¿Tal vez murió?
¡No!, me dijo mi tía, ella está en Európa^y té
pregunté ¿Dónde ella está? y me replicó es
demasiado caro para llegar dond£ élláxme
quedé tan decepcionada al oír tal contestación
que me puse a llorar sin cesar.
Pasaron los años y ya tenía catorce' yw¡n¡ abuelita,
cierto día me dice: hija, me siento mal, creo
que me voy a morir. Me asuste, la abracé y le
pregunté qué le
Llamé a mis tíos y vinieron de inmediato; pero,
a yá""'rfa era te'rnísmá. Comencé a
mirareTcielo^v^né ;Porqué Dios míotgquieres
Jle va q u
ha cuidado a pesar de
no ser mi madre, ella
me educó. ¿Por qué
Dios mío?.
Se4a llevaron mis tíos
ha/hacerla ver con un
medico y yo me quedé
tan atontada que no
sabía que hacer.
j Pero una tarde del 21 Srta. Karen Espinoza
de febrero del 2003 a Alumna del Décimo “A”
las 16:23 minutos,
sonó el teléfono
diciendo:
Se encuentra Karen.
5í,con la misma
Su abuelita acaba de fallecer
No, no, no puede ser he vivido sin madre y
todavía hoy me quedaré sin abuelita ¡No
puede ser!
Comencé a apretarme las manos, cogí todas
las cosas, las destrocé. Desesperada quería
encontrar a mi madre quién me trajo al
mundo, fui a su cuarto solo encontré su foto,
donde estábamos abrazadas en un parque de
‘distracciones, grité ¡Por favor dónde estás!
¡Madréquerida te necesito!.
Así paso y hoy tengo 16 años y me doy cuenta
que la vida continúa a pesar de tantas cosas
que me suceden.
Finalmente, esta es mi historia que con el caminar
del tiempo nos encontramos en una nueva,
generación.jdeL^ialQ^jCt en el que debemos
prepararnos a flore'pal^fePOTÍfesen nuestra
Patria y Ta realidad solo la sabe quienes pasa-*
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mos por estos mómentoST“ 3^""“