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David Alfaro Siqueiros. (Chihuahua, México, 1896 – Cuernavaca, Morelos,
1974)
Militar, activista político, pintor, muralista y teórico del arte, uno de los tres
grandes del Movimiento Muralista. Realiza estudios en las escuelas maristas
de la capital, ingresa en 1911 a la Escuela Nacional Preparatoria y recibe
clases nocturnas en la Academia San Carlos, donde participa en huelgas
estudiantiles. En el panorama político post-maderista, se enrola en el ejército
de Venustiano Carranza, que primero combate al dictador Huerta y luego a los
movimientos campesinos de Zapata y Villa. Se desplaza a Europa en 1919,
primero en París donde es seducido por Cezanne y el cubismo. Conoce a
Diego Rivera, y realizan juntos un viaje a Italia, donde estudian los frescos del
Renacimiento. Con el manifiesto “Tres llamados a los artistas plásticos de
América”, publicado en Barcelona, 1921, va definiendo tanto la misión artística
como su proyección latinoamericana.
A su regreso a México en 1922, es encargado por José Vasconcelos, ministro
de Educación de Álvaro Obregón, para la realización de murales con fines
didácticos en edificios significativos de la capital. Un año después, participa en
la fundación del Sindicato de Pintores, Escultores y Grabadores Mexicanos
Revolucionarios, publica en El Machete, su órgano de difusión, un llamado
hacia un arte colectivo contra la burguesía, y pinta el mural Entierro de un
trabajador. Las contradicciones entre las ideologías oficiales y las posturas
radicales de los artistas del Sindicato, así como visiones distintas en torno a la
relación arte-política, provocarán su separación de Diego Rivera. Miembro del
Partido Comunista Mexicano, conoce a Julio Antonio Mella, líder
antiimperialista cubano exiliado en México, y es encarcelado a inicios de los
años 30. Expone obras en el estudio de Alma Reed, Estados Unidos, adonde
viaja en 1932. Participa en la muestra Arte Gráfico Mexicano (Galería Weyhe),
junto a estudiantes ejecuta el mural América Tropical, en Los Angeles y
acomete otros proyectos. En 1933 se desplaza a Buenos Aires, donde ofrece
conferencias y conoce a Antonio Berni.
Regresa a Nueva York en el mes de febrero de 1936, junto a los artistas José
Clemene Orozco y Rufino Tamayo para participar en eventos destinados a la
lucha contra el fascismo. En Manhattan organiza el Siqueiros Experimental
Workshop- Laboratory of Modern Techniques in Art (Taller experimental
Siqueiros-Laboratorio de técnicas modernas en el arte) junto a discípulos de los
murales en Los Angeles y jóvenes estudiantes de arte, entre ellos Jackson
Pollock. Realizan intensos experimentos utilizando pinturas industriales de
secado rápido que aplican directamente sobre soportes diversos, en franco
desafío a las técnicas tradicionales, para el dibujo recurren a la fotografía
proyectada y aprovechan los accidentes ocasionales en la aplicación del
pigmento como elementos expresivos. Realiza murales como Eco de un grito
(1937) y El suspiro (1939), ambos en la colección del MoMA, NY. Durante la
Guerra Civil española, participa como voluntario en las Brigadas
Internacionales, donde reencuentra al intelectual cubano Juan Marinello.
Encausado en 1940 por presunto atentado a León Trotsky en su casa de
Coyoacán, se exilia a Chile, donde lanza el concepto “En la guerra, arte de

guerra”, que difundirá en viajes y conferencias por Perú, Ecuador, Quito,
Colombia, Bogotá, Panamá y Cuba, adonde arriba en abril de 1943. Participa
activamente en intervenciones radiofónicas del Ministerio de Defensa Nacional,
ofrece numerosas conferencias, en la Asociación de Dependientes, la
Academia San Alejandro y es comisionado para realizar un mural en la casa de
María Luisa Gómez Mena, marchante y promotora de arte cubano. Junto a
Mario Carreño, artista y compañero de Mª Luisa, acomete Alegoría de la
Igualdad y Confraternidad de las Razas Blanca y Negra en Cuba, utilizando la
piroxilina sobre masonite. El mural, inaugurado en octubre de ese año, se
complementa con Dos Cumbres de América, Lincoln y Martí, encargado para el
Centro Cultural Cubano-Norteamericano de La Habana por mediación de
Nelson Rockefeller, y Día de la Nueva Democracia, para el hotel Sevilla-
Biltmore.
En 1946 regresa a México, pinta los murales en la hoy Secretaria de Educación
Pública, un año después Nueva Democracia, tríptico en el Palacio de Bellas
Artes y el lienzo Nuestra imagen actual. Inicia en 1952 los trabajos en la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que serán inaugurados
cuatro años después. En los comienzos del año 1960 retorna a La Habana,
ofrece conferencias, adelanta un mural en las afueras de la ciudad, y realiza
retratos de Frank País, mártir de la lucha anti-batistiana, y de Fidel Castro. En
el Castiillo de Chapultepec, México, concluye Del Porfirismo a la Revolución,
meses después es encarcelado durante cuatro años en los que dibuja
numerosos proyectos, entre ellos la sala de convenciones del hotel Casino de
la Selva, que dará lugar en 1966 al Poliforum Siqueiros en Ciudad México.
Inaugura en 1971 el mural La Marcha de la Humanidad.