El juego del trabajo - CPII
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Jorge Peña, Roy Cortés,<br />
Doris Limache,<br />
María Dávila<br />
y Rosalía Carrilllo<br />
(Textil <strong>El</strong> Pacífico),<br />
Hugo Rubinfeld,<br />
Flora de Cruz (Senati),<br />
Patricia Andrade<br />
y Walter Tupayachi<br />
(Textil <strong>El</strong> Pacífico)<br />
Es cierto que habrá variables externas a la empresa que<br />
ésta no puede controlar, como por ejemplo el tipo de<br />
cambio que marca la relación entre la moneda nacional<br />
y el dólar, que puede afectar seriamente la competitividad<br />
<strong>del</strong> país. Pero salvo esas circunstancias, es fundamental<br />
lo que la empresa haga internamente para<br />
incrementar su eficiencia operativa, su productividad y<br />
el nivel de calidad de sus productos.<br />
“Desde una perspectiva de lo que ocurre<br />
en los equipos deportivos, es lo que hace<br />
un buen director técnico cuando logra<br />
unir a sus jugadores, más allá de las habilidades<br />
y características personales de<br />
cada uno, tras un objetivo común que privilegie<br />
el resultado grupal por encima de<br />
los intereses y lucimientos individuales”<br />
En lo personal, si hablamos de <strong>El</strong> Juego <strong>del</strong> Trabajo para<br />
responder a estos retos y desafíos, creo que no hay mejor<br />
posibilidad de que el equipo “salga campeón” que contar<br />
con los jugadores unidos en un grupo de pertenencia<br />
que se encuentra armoniosa y afectivamente ligado.<br />
Ya mencioné lo que ocurre con el “trabajador-jugador”<br />
cuando esto se logra: el operario motivado y comprometido<br />
con su grupo se convierte en el mejor ingeniero, para<br />
buscar continuamente la mejor manera de hacer las actividades<br />
que él realiza cada día. Cuando contamos con este<br />
capital humano, se potencian las capacidades de respuesta<br />
y los resultados que podemos obtener. Debemos tener<br />
claro que esta es la clave fundamental; por más expertos<br />
reconocidos que traigamos para auxiliarnos, la respuesta<br />
contundente la dan los “jugadores-trabajadores”.<br />
Permítame hacer una analogía con el fútbol, dado que un<br />
ejemplo de esto es lo que ocurre a menudo con los grandes<br />
equipos. Los aficionados a este deporte conocen muy<br />
bien lo que ocurrió hace unos años con el equipo español<br />
6 Textiles Peruanos<br />
<strong>del</strong> Real Madrid, cuando alineó en sus filas a los mejores<br />
jugadores de aquellos momentos, a tal punto que recibieron<br />
el nombre de “los galácticos”. Y no era para menos, ya<br />
que en la formación aparecían las maravillas <strong>del</strong> mundo futbolístico<br />
de entonces: Ronaldo, Zinedine Zidane, David Beckham,<br />
Roberto Carlos, Robinho, Figo, Raúl, entre otros, eran<br />
las estrellas indiscutibles y los jugadores mejor pagados <strong>del</strong><br />
planeta. Sin embargo, ese equipo sólo se destacó por los<br />
nombres de las individualidades que lo conformaban; en el<br />
<strong>trabajo</strong> de conjunto, los resultados deportivos nunca se<br />
lograron. Quizá porque es difícil mantener el equilibrio<br />
cuando se está en la cima (individualmente así era), estos<br />
jugadores privilegiaron otras cosas, otros intereses personales,<br />
por encima <strong>del</strong> hambre de gloria que existe cuando<br />
el grupo se encuentra armoniosa y afectivamente ligado,<br />
unido en la búsqueda de un objetivo común. En esas circunstancias,<br />
el final era previsible y el equipo se terminó deshaciendo,<br />
cuando el club prescindió de las grandes figuras que<br />
tanta expectativa habían generado.<br />
Más allá de lo anecdótico, lo importante que nos deja<br />
esta reseña es un mensaje contundente: las grandes figuras<br />
no hacen a un gran equipo. Si proyectamos esta afirmación<br />
al campo laboral, es lo mismo que ocurre cuando<br />
contamos con excelentes operarios, reconocidos por su<br />
experiencia, habilidades y desempeño individual, pero<br />
que trabajan de manera aislada en una línea.<br />
Continuando con el fútbol, veamos como contraparte a lo<br />
que ocurrió con el señor Américo Rubén Gallego, conocido<br />
como el “Tolo” Gallego, ex futbolista y campeón mundial<br />
con el seleccionado de fútbol de Argentina en 1978. Al<br />
término de su carrera como jugador, comenzó su actividad<br />
como director técnico, labor en la que se ha destacado como<br />
líder y motivador consolidando a distintos equipos con excelentes<br />
resultados. Analicemos su trayectoria:<br />
En 1994, Daniel Passarella era entrenador <strong>del</strong> club River<br />
Plate y en el cuerpo técnico Gallego colaboraba con él<br />
como ayudante. Terminado el mundial de ese año, Passarella<br />
fue llamado a dirigir el seleccionado nacional de<br />
Argentina. Aceptó el cargo y renunció a su puesto en River,