La mona Simona - Hiberus

La mona Simona
Carmen Gil
Xan López Domínguez

La mona Simona
Carmen Gil
Xan López Domínguez

Ayer la mona Simona,
con un lazo de cretona,
salió la mar de compuesta,
vestida para ir de fiesta.

Con una moña en la cola
emprendió el camino sola;
iba con pasito lento
a asistir a un casamiento.

Y vio a la cebra Juliana
trotando por la sabana.
“¿Dónde vas, mona Simona,
tan arreglada y tan mona?”

“Voy a las bodas de Lino,
que vive en el quinto pino.
¿Crees que voy bien vestida
a fiesta tan distinguida?”

“¿Una mona de postín
con una moña carmín?
Lucirás más donde vayas
con mi camiseta a rayas”

Y la mona, muy coqueta,
feliz con su camiseta,
siguió con mucho salero
andando por el sendero

Hasta que en una solana
vio a la avestruz Emiliana.
“¿Dónde vas, mona Simona,
tan arreglada y tan mona?”

“Voy a las bodas de Lino,
que vive en el quinto pino.
¿Crees que voy bien vestida
a fiesta tan distinguida?”

“¿Una mona tan graciosa
con camiseta tan sosa?
Resaltarán tu belleza
tres plumas en la cabeza.”

Simona iba entusiasmada
con la cabeza emplumada
y con su plumosa prenda
siguió andando por la senda.

Llegó en esto, sigilosa,
la serpiente Sinforosa.
“¿Dónde vas, mona Simona,
tan arreglada y tan mona?”

“Voy a las bodas de Lino,
que vive en el quinto pino.
¿Crees que voy bien vestida
a fiesta tan distinguida?”

“¿Una mona de nobleza
con plumas en la cabeza?
Irás la mar de elegante
con mi camisa brillante.”

Simona, muerta de risa,
presumiendo de camisa,
anduvo camino abajo
por un escondido atajo.

Se topó con don Leonardo,
que era un galante leopardo.
“¿Dónde vas, mona Simona,
tan arreglada y tan mona?”

“Voy a las bodas de Lino,
que vive en el quinto pino.
¿Crees que voy bien vestida
a fiesta tan distinguida?”

“¿Una mona tan friolera
con una blusa ligera?
Como soy un buen amigo,
voy a prestarte mi abrigo.”

Simona estaba orgullosa
de llevar piel tan lujosa.
Presumida y abrigada,
llegó a una angosta cañada.

Y vio a la elefanta Elena
dándose un baño de arena.
“¿Dónde vas, mona Simona,
tan arreglada y tan mona?”

“Voy a las bodas de Lino,
que vive en el quinto pino.
¿Crees que voy bien vestida
a fiesta tan distinguida?”

“¿Una mona tan sencilla
con una piel amarilla?
Lo mejor para una mona
es un lazo de cretona.”

Simona cayó en la cuenta:
“Si quiero vivir contenta,
no puedo estar tan pendiente
de lo que opine la gente.”

Y la mona perinola
llegó con moña en la cola
al casamiento de Lino,
que vive en el quinto pino.

Ayer la mona Simona,
con un lazo de cretona,
salió la mar de compuesta,
vestida para ir de fiesta.
Con una moña en la cola
emprendió el camino sola;
iba con pasito lento
a asistir a un casamiento.
Y vio a la cebra Juliana
trotando por la sabana.
“¿Dónde vas, mona Simona,
tan arreglada y tan mona?”
“Voy a las bodas de Lino,
que vive en el quinto pino.
¿Crees que voy bien vestida
a fiesta tan distinguida?”
“¿Una mona de postín
con una moña carmín?
Lucirás más donde vayas
con mi camiseta a rayas.”
Y la mona, muy coqueta,
feliz con su camiseta,
siguió con mucho salero
andando por el sendero.
Hasta que en una solana
vio a la avestruz Emiliana.
“¿Dónde vas, mona Simona,
tan arreglada y tan mona?”
“Voy a las bodas de Lino,
que vive en el quinto pino.
¿Crees que voy bien vestida
a fiesta tan distinguida”

“¿Una mona tan graciosa
con camiseta tan sosa?
Resaltarán tu belleza
tres plumas en la cabeza.”
Simona iba entusiasmada
con la cabeza emplumada
y con su plumosa prenda
siguió andando por la senda.
Llegó en esto, sigilosa,
la serpiente Sinforosa.
“¿Dónde vas, mona Simona,
tan arreglada y tan mona?”
“Voy a las bodas de Lino,
que vive en el quinto pino.
¿Crees que voy bien vestida
a fiesta tan distinguida?”
“¿Una mona de nobleza
con plumas en la cabeza?
Irás la mar de elegante
con mi camisa brillante.”
Simona, muerta de risa,
presumiendo de camisa,
anduvo camino abajo
por un escondido atajo.
Se topó con don Leonardo,
que era un galante leopardo.
“¿Dónde vas, mona Simona,
tan arreglada y tan mona?”
“Voy a las bodas de Lino,
que vive en el quinto pino.
¿Crees que voy bien vestida
a fiesta tan distinguida?”

“¿Una mona tan friolera
con una blusa ligera?
Como soy un buen amigo,
voy a prestarte mi abrigo.”
Simona estaba orgullosa
de llevar piel tan lujosa.
Presumida y abrigada,
llegó a una angosta cañada.
Y vio a la elefanta Elena
dándose un baño de arena.
“¿Dónde vas, mona Simona,
tan arreglada y tan mona?”
“Voy a las bodas de Lino,
que vive en el quinto pino.
¿Crees que voy bien vestida
a fiesta tan distinguida?”
“¿Una mona tan sencilla
con una piel amarilla?
Lo mejor para una mona
es un lazo de cretona.”
Simona cayó en la cuenta:
“Si quiero vivir contenta,
no puedo estar tan pendiente
de lo que opine la gente.”
Y la mona perinola
llegó con moña en la cola
al casamiento de Lino,
que vive en el quinto pino.

© Carmen Gil
© Ilustraciones: Xan López Domínguez
© ItsImagical 2012
PLA-ZA. C/ Osca, 4. 50197 Zaragoza
www.imaginarium.es

La bella Simona
se nos va de fiesta,
vestida a la moda.
Todos sus amigos
la quieren muy mona
y le dan consejos
que la vuelven loca.