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común Toulouse-Lautrec, Bonnard y Rabier? El tema que escoge un artista noenfrena ni su inspiración ni su estilo del momento. Las ilustraciones de JuanGris para Alma América de Santos Chocano (1906) y aquellas para La Guitareendormie de Pierre Reverdy son evidentemente diferentes, pero, en los doscasos, conservan su personalidad y al mismo tiempo están en perfecta sintoníacon el texto que acompañan. El joven artista, de trazo ya más que seguro,se ríe del art nouveau que caracterizaba el momento y, más tarde, considera -do como un maestro del cubismo, va más allá de su época. El punto en comúnentre los dos es una perfecta elegancia. Pasar del uno al otro fue posiblegracias a los años de búsqueda plástica donde la experiencia del dibujo deprensa fue capital.Nacido en Madrid en 1887, José Victoriano Carmelo González cursa estudiostécnicos que parecen destinarle a profesiones editoriales, luego decidededicarse a la pintura considerándose, en aquel tiempo, todavía mal preparadopara ésta. Sus primeras creaciones conocidas son trabajos de ilustraciónen revistas o en libros que firma Juan Gris, nombre con el cual se dio rápidamentea conocer y se hizo apreciar. Algunos de sus dibujos se publican enóptimas revistas madrileñas como Blanco y Negro y ¡Alegría! a partir de 1906.Ya en esa época desea ardientemente ir a París, no sólo porque ésta es entoncesla capital del arte moderno sino también con el fin de evitar un serviciomilitar cuya perspectiva le desagrada. A punto de cumplir 21 años se instalaen Francia donde las publicaciones ilustradas son muchas y generosas. A partirde 1907, lo vemos aparecer en L’Indiscret, Le Témoin, y Le Rire sin que ello leimpida colaborar con las revistas de su país; de hecho emprenderá una fructíferacolaboración con la revista catalana Papitu fundada en 1908. Aunque seremunere mal este trabajo, las decenas de dibujos que realiza se convierten enuna buena fuente de ingresos. ¿Tan ingrato le resulta este trabajo? ¿No ve enél al mismo tiempo un perfecto entrenamiento para adquirir una gran habilidadgráfica antes de lanzarse públicamente a la pintura? Además, parece queun clima amistoso reina entre los colaboradores de revistas como Le Témoin oL’Assiette au Beurre. Una emulación de buena calidad permite apreciar la habilidaddel trazo, un ágil manejo del lápiz.¡Alegría!, n. o 12 (29-V-1907)Jacques Villo, Le Rire, n. o 266Se ha dicho a menudo que el dibujo de prensa no era más que una soluciónde último recurso, una escapatoria para los pintorzuelos sin dinero. Se hapuesto como ejemplo el caso del joven Pablo Ruiz Picasso llegando a París pobre,desconocido y feliz con publicar unos pocos dibujos en revistas como LeFrou-Frou. Sin duda, estos dibujos tienen por objetivo recaudar un poco de dinero.Sin destacar sobre lo que se hacía en aquel momento, éstos habrían sidoignorados (como los de Marcel Duchamp) si Picasso no hubiese tenido posteriormentela carrera que conocemos. En aquel momento carece de especialinclinación para este tipo de ilustración. No se puede reprochar a un artista eltener otra vocación. De hecho, después del éxito de su primera exposición enla galería de Ambroise Vollard, Picasso podía estar tranquilo por su futuro.Pero en el caso de otros futuros maestros de la pintura moderna no es seguroque la razón económica fuese la única. Jacques Villon colaboró en Le Courrierfrançais entre 1897 y 1910: más allá de los ingresos habituales, no le debía desagradarel estatus de dibujante estrella que ahí se le reconocía. Llegando deHolanda sin ningún tipo de notoriedad, el joven Van Dogen estaba más quecontento frecuentando los grandes del dibujo de prensa, los Steilen y losForain de los cuales aprendería tanto. Cuando Kupka se plantó en París no eramás rico y el sueldo por los trabajos de ilustración era bienvenido, aunquetuviese una razón de carácter menos material: en cuanto tenía la ocasión,sus dibujos y grabados de inspiración anarquista arremetían contra las tarasde la sociedad. Una de sus primeras litografías muestra un enfrentamientoentre patriotas belicosos, religiosos fanáticos y gamberros bajo la mirada divertidade simpáticos payasos. Puesta a la venta en 1899 en La Plume, estalitografía ocupará una doble página en Cocorico, el mismo periódico que presentaráluego una imagen familiar al artista: un mono echando un torrente decruces y medallas sobre una piara de cerdos abundantemente condecorados.Entonces, era tan sólo un Kupka bromista; se volvería mucho más violento enLe Canard sauvage y en L’Assiette au Beurre. Sin llegar a ser militante de formatan agresiva, Juan Gris sabía pasar del humor franco a la sátira mordaz.Como la mayor parte de sus colegas de profesión, Gris se mofó de las típicascabezas de turco del momento: los agentes de policía, los jueces, losPapitu apparue en 1908. Assurément,même si le travail en est assez mal rémunéré,les dizaines de dessins qu’ilexécute lui sont une importante sourcede revenus. Cette tâche lui paraît-elle siingrate? N’y voit-il pas aussi un précieuxexercice pour acquérir unegrande dextérité graphique avant de selancer publiquement dans la peinture?Il semble de surcroît qu’une ambianceamicale règne entre les collaborateursde revues comme Le Témoin ouL’Assiette au Beurre. Une émulation debon aloi fait qu’on sait y apprécier unhabile tour de main, une alerte coup decrayon.On a souvent soutenu que le dessinde presse n’était qu’une planche de salut,une solution d’attente pour les rapinsdésargentés. On a avancél’exemple du jeune Pablo Ruiz Picassoarrivant à Paris pauvre, inconnu etheureux de publier un petit nombre dedessins dans des revues comme LeFrou-Frou. D’évidence, ces dessins nevisent qu’à rapporter un peu d’argent.Ne ressortant pas de la productioncourante, ils seraient demeurés inconnus(comme ceux de Marcel Duchamp)si Picasso n’avait eu par la suite la carrièreque l’on sait. A ce moment-là, iln’a aucun goût particulier pour ce typed’illustration. On ne saurait reprocher àun artiste d’avoir une autre vocation.D’ailleurs, après le succès de sa premièreexposition chez AmbroiseVollard, Picasso pouvait se rassurersur son avenir. Mais pour d’autres futursmaîtres de la peinture moderne, iln’est pas certain que l’argument pécuniaireait été le seul. Jacques Villon acollaboré au Courrier français de 1897à 1910: outre l’apport financier régulier,il ne devait pas être mécontent du statutde dessinateur vedette qu’il y avait.En arrivant de Hollande sans la moindrenotoriété, le jeune Van Dongen étaitbien aise de côtoyer des aînés qui dominaientle dessin de presse, lesSteinlen et les Forain dont il devait justementapprendre beaucoup. Kupkadébarquant à Paris n’était pas plus fortunéet la rémunération de travauxd’illustration était bienvenue, mais ilavait aussi une raison moins matérielle:dès qu’il en avait l’occasion, sesdessins et gravures d’inspiration anarchistes’en prenaient aux tares de lasociété. Une de ses premières lithographiesmontre un affrontement depatriotes belliqueux, de religieux fanatiqueset de filous, sous le regardamusé de clowns sympathiques. Miseen vente en 1899 à La Plume, elle seratransposée en une double page pourCocorico, ce même journal qui présenteraensuite une image familière àl’artiste: Un singe jetant une pluie decroix et de médailles sur un troupeaude porcs déjà amplement décorés. Cen’était là qu’un Kupka moqueur; il seraitbien plus violent dans Le Canard sauvageet L’Assiette au Beurre. Sans êtreaussi agressivement militant, Juan Grissavait délaisser la franche plaisanteriepour la satire mordante.A l’instar de la plupart de sesconfrères, Gris s’est gaussé des têtesde Turc traditionnelles du moment: lesagents de police, les juges, les députés,les parvenus, les femmes... Ces dernièreslui ont été un sujet privilégié etson insistance à s’en moquer l’a parfoisfait soupçonner de misogynie. Enplus de nombreux dessins isolés, il leura consacré effectivement plusieursnuméros complets de L’Assiette auBeurre; seul, il a dessiné Les Veuves(1909) ainsi que Les Femmes honnêtes(1911) et, avec la complicité de Galanis,Les Q.M. féminins (1910), et, avec Radiguet,La Recherche de la paternité(1910). La couverture des Femmeshonnêtes porte en épigraphe unephrase du polémiste catholique LéonBloy que Gris a expressément voulue,comme le prouve l’original du dessinoù il l’a recopiée de sa main, dessinconservé au Musée du Monastère deMontserrat: «Une sainte peut tomberdans la boue et une prostituée monterdans la lumière mais jamais ni l’une nil’autre ne pourra devenir une honnêtefemme, parce que l’effrayante vachearide qu’on appelle une honnêtefemme, et qui a refusé naguère l’hospitalitéde Bethléem l’Enfant-Dieu, estdans une impuissance éternelle de18 19

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