Revista de Letras - Utad

La Interpretación de los Enunciados Concesivos 99
no tienen un carácter universal o necesario (como sí lo tienen las conclusiones
obtenidas en un razonamiento lógico), sino un valor local: resultan únicamente
adecuadas para un determinado universo de discurso.
Por su parte, Sperber y Wilson (1986) parecen asumir una concepción muy
similar de los procesos inferenciales que tienen lugar en la comunicación humana.
Según ellos, se trata de procesos deductivos no-demostrativos (luego, no estric-
tamente sometidos a las leyes de la lógica bivalente), en los que el hecho de que
una determinada inferencia resulte adecuada o no se debe más a la existencia de
ciertas restricciones cognitivas sobre la formación y confirmación de los supuestos
que dan lugar a ella, que a la validez de los procesos lógicos utilizados. Asimismo,
cada una de las inferencias alcanzadas cuenta con un mayor o menor grado de
fuerza, según el contexto en que ha sido obtenida y la confianza que el oyente les
concede como posibles contenidos que su interlocutor quiso realmente comunicar
(en una relación inversamente proporcional: a menor número de contextos de los
que la inferencia pueda ser colegida, mayor grado de confianza del receptor en
que tal inferencia constituye el contenido informativo que su interlocutor quiso
transmitirle, y viceversa).
La naturaleza difusa —o, si se prefiere, flexible— del razonamiento humano
y de los procesos comunicativos posibilita, pues, que en un determinado tipo de
enunciados —como, por ejemplo, los enunciados concesivos— se extraigan, en un
momento dado, inferencias que resultan entre sí contradictorias y que tal contradic-
ción pueda ser luego soslayada mediante una jerarquización de los contenidos que
dan lugar a ellas (de forma que las inferencias extraíbles de una parte del enunciado
resulten más pertinentes que las deducibles de la otra parte). En esta jerarquización
de los contenidos proposicionales, de nuevo los conectores desempeñan un papel
fundamental.
Hemos señalado con anterioridad cómo los conectores concesivos trans-
miten una doble instrucción. La primera instrucción se relacionaba con el estable-
cimiento de la oposición entre contenidos; esta segunda instrucción —o segunda
parte de la misma, si se prefiere— se encuentra, en cambio, vinculada con la gestión
de la contradicción y la resolución de la paradoja que de tal oposición se derivan.
En esta segunda instrucción, el conector concesivo indica la no pertinencia en el
contexto comunicativo considerado de la extracción de una inferencia que el desti-
natario estaría a priori conminado a obtener en esas circunstancias comunicativas
de alguna de las dos partes del enunciado; en otras palabras, el conector concesivo