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Nota: Gonzalo Sosa
¿Qué momentos te marcaron en un escenario?
Por suerte tengo varios, por ejemplo, teníamos una banda con gente de Colón y
nos toco en el festival de la Artesanía, abrir para Karina la princesita y había
30.000 personas. Otro momento que me marcó, fue tocar en la fiesta de los
cincuenta años de COMEPA, porque estaba haciendo una de las cosas que
más disfruto con los compañeros que nos vemos todos los días y el lugar
estaba lleno y se dio una conexión bárbara, siempre me quedó el recuerdo y
también los comentarios de la gente que estaba que disfrutó, son momentos
que te quedan marcados y en el recuerdo.
¿Cómo se siente ponerte en la piel de Eduardo Franco?
Eduardo Franco y su obra, tienen una magia muy particular, se me dio en varios
lugares de tocar en festivales, que muchas veces abrimos o tocamos en el
medio de bandas de cumbia o folclóricas y en la previa pensas que no va a
funcionar porque el público es muy joven y cuando comienzan a sonar los
primeros acordes, se da esa magia y todo funciona, conocen las canciones,
cantan, bailan. Evidentemente la música de Franco, trasciende estilos y
edades.
¿Existe una diferencia en los diferentes públicos?
Por suerte pude tocar en varios lugares, Argentina que es donde más tocamos
la conocemos bastante, después Bolivia y Perú, son culturas diferentes pero la
adrenalina de la música es la misma, el respeto a la obra de Los Iracundos se
da en todos lados. Nos pasó en Bolivia, que nos hicieron una ceremonia oficial
de bienvenida, era rarísimo.