PORTADA REVISTA
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ASÍ QUE YO LES DIGO: PIDAN, Y SE LES DARÁ; BUSQUEN, Y<br />
ENCONTRARÁN; LLAMEN, Y SE LES ABRIRÁ LA PUERTA.<br />
PORQUE TODO AQUEL QUE PIDE, RECIBE; Y EL QUE<br />
BUSCA, ENCUENTRA; Y AL QUE LLAMA, SE LE ABRIRÁ<br />
La Revista Buena Noticia de Jesús inicia con este número, en un contexto consignado por la<br />
buena noticia del evangelio. La convocatoria para dirigirla constituye para mí un compromiso<br />
debido al prestigio de la educación que me están inculcando. Con la colaboración de algunas<br />
personas allegadas, buscamos la mejor información acorde a hechos reales que consolidan la<br />
información contenida, preservando los rasgos de calidad.<br />
Si hay algo que merece la pena leer, sin menos preciar esos libros con que nos deleitan los<br />
buenos escritores, me refiero a los que escriben y dicen algo al asomarse a sus páginas; otros<br />
parecen como si la mano de Dios hubiera guiado la del escritor pero hay otros que son como<br />
páginas en blanco, sin mensaje, además de aburridos; otros que faltan a las realidades<br />
históricas, lo mejor de lo mejor: Los Evangelios y las historias basadas en hechos reales.<br />
Donde la vida y obras del Señor nos guían por el buen camino.<br />
Solo hay que probar, arranca, comienza despacio. No hace falta leerse un capitulo en un día.<br />
Poco a poco, con atención. Toma nota de lo que te va diciendo, deja correr el lápiz sobre el<br />
papel, deja que suavemente se deslice, pon tu mente en lo que vas leyendo. Busca, pregunta lo<br />
que no entiendas. Después prueba a leer lo que el Señor te ha dicho en esa lectura, (hasta te<br />
servirá de oración)<br />
. Veras que descubrimientos vas haciendo, fíjate, por ejemplo, en las personas con<br />
discapacidades, deficiencias, con minusvalía entre otras tienen que enfrentar las pruebas del<br />
señor, en las que unos salen exitosos y otras se quedan en el intento. Pero de las que uno<br />
tiene que aprender son aquellas que siguen adelante con un nuevo propósito en la vida.<br />
Cuando estés seco como el desierto, retoma tus anotaciones, léelas. Y vuélvelas a leer desde<br />
el corazón.