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200 años de la gesta
libertaria insular
VERNI SALAZAR
La gesta libertaria de los margariteños
reviste importancia y relevancia en la
independencia de Venezuela y América,
es así que desde el 4 de mayo de
1810 cuando los insulares se adhieren
a los sucesos acaecidos el 19 de abril de 1810 en
Caracas hasta que el español Pablo Morillo el 17
de agosto de 1817 sale por el Puerto de Pampatar,
no se detiene dando el más alto ejemplo de
heroicidad y amor por la defensa de su territorio.
El coronel José de Austria, en su “Historia
de Venezuela en su guerra de Independencia”
en 1855, escribió:
“La pequeña e insignificante Isla de Margarita,
según la pintó Morales en su nota oficial al
Capitán General Don Juan Manuel Cajigal, vino
á ser el baluarte inexpugnable de la libertad, el
sepulcro de un considerable número de orgullosos
expedicionarios, el insuperable escollo, por
último, en donde se estrellaron el poder y la
fama del bárbaro y valeroso Morillo, como se
verá más adelante, pues que la lucha continuó
sin descanso, hasta que la victoria coronó tanto
heroísmo”.
Con el levantamiento y toma de Juan Griego
por Juan Bautista Arismendi, se inicia el movimiento
independentista margariteño que enaltece
la esperanza tanto de los nativos como los
habitantes de tierra firme; es este patriota motor
de todas las acciones que se sucederían desde
aquel 15 de noviembre de 1815 hasta el 8 de
agosto de 1817, son dos años de luchas, de pérdidas,
de alegrías, de muertes, pero sobre todo de
esperanzas.
El 5 de enero de 1816, el gobernador Urreiztieta
escribió al Brigadier Moxó en estos términos:
“V. S. formará una idea del empeño y obstinación
con que se bate esta canalla, consentida
ya en morir tarde ó temprano, cuando ocupa
una ventajosa posición, con decir que cuantos
puntos hemos tomado hasta ahora, han sido
materialmente a bayonetazos, y ha habido
insurgente que con su mano ha arrancado la
bayoneta del fusil de nuestros soldados, que es a
lo que puede llegar el arrojo de un hombre
temerario…” y agrega: “ Posterior á la acción
que llevo referida, el enemigo no sale de su nueva
línea, y allí permanece viendo saquear y
quemar la ciudad de La Asunción por nuestros
soldados irritados, sin que se atreva á molestarlos
tan siquiera con un solo tiro; lo que me hace
creer se hallarán del todo exhaustos de municiones”.
Testimonios que ponen de manifiesto la
heroicidad del margariteño y que estamos en el
deber de resaltar y dar a conocer a las nuevas
generaciones, se cumplen doscientos años de
los diferentes eventos más importantes que se
sucedieron en Nueva Esparta entre los años
1815, 1816 y 1817, así tenemos:
15 DE NOVIEMBRE DE 1815: Toma de Juan Griego.
31 DE MARZO DE 1816: Expedición de Los Cayos.
2 DE MAYO DE 1816: Batalla Naval de Los Frailes.
3 DE MAYO DE 1816: Arribo de Bolívar a Margarita
por el Puerto de Juan Griego.
6 DE MAYO DE 1816: Asamblea de Notables e Inicio
de la Tercera República en Santa Ana del
Norte.
12 DE MAYO DE 1817: Reunión del Congreso de
Cariaco en Pampatar, donde se le otorga el
nombre de Nueva Esparta a la provincia de
Margarita.
15 DE JULIO DE 1817: Combate de Los Barales.
31 DE JULIO DE 1817: Batalla de Matasiete.
7 DE AGOSTO DE 1817: Combate del Portachuelo
de El Maco.
8 DE AGOSTO DE 1817: Combate en el Fortín de
La Galera.
17 DE AGOSTO DE 1817: salida de Pablo Morillo
de la Isla de Margarita por el puerto de Pampatar.
Aunque no se posesionó por completo de la
Isla de Margarita, la tenacidad y valentía de
Juan Bautista Arismendi y los margariteños causó
sorpresa al invasor español y de admiración
a nuestros patriotas; su levantamiento permitió
que el Libertador Simón Bolívar se dirigiese a
este destino, al ser invitado por Arismendi, para
regresar al país.
La expedición partió de Los Cayos el día 31
de marzo de 1816, precediéndola una proclama
de Bolívar, del tenor siguiente:
“Venezolanos, la isla de la Margarita, al mando
del intrépido Arismendi, ha dado nuevo ser
á la independencia. El resto de nuestros hermanos
y de nuestros amigos que se dispersaron
después de la pérdida de Cartagena, se halla
reunido en Haití. Con ellos y con nuestro magnánimo
Brión estamos formando un armamento
bastante fuerte para derribar para siempre jamás
la dominación de los tiranos. Venezolanos, el
congreso será restablecido luego que lo queráis…”
(continuará).
Los olvidados
de Dios
SOR ELENA SALAZAR
Los Olvidados de Dios (2006) es una pieza dramática escrita
y dirigida por Rodolfo Rodríguez. Hace varios días realizó
su preestreno en la sala El Reventón del teatro Simón Bolívar
con un elenco de más de 10 dramatis personae, quienes
desde sus trágicas máscaras escenificaron y recrearon
el viacrucis de un heterogéneo grupo de seres marginados, resucitados,
humildes, “que surgen del silencio” y que solo aspiran sobrevivir
a la tragedia que fueron sometidos. La obra recoge parte de la
memoria colectiva del municipio Marcano de finales de los años
cincuenta. Los personajes del pueblo crepusculario como el Padre
Justo, Boca Chica, Toromocho, Palomita Blanca, el ciego Tomás,
Toña la loca, la China, Camacha, Kolumbá y otros, resucitan y reviven
a través de las cuidadosas interpretaciones de Mauro Rojas, Alexander
Rodríguez, Ada Bauza, Ana Marcano, Rodolfo Rodríguez,
Alfa Lárez, Héctor Oliveros, John Cristian Pérez, Alfredo Müller,
Jackeline Barrios, Jesús Sebastián Brito y Luisfer Arciniegas. El espacio
escénico de este drama presenta un teatro vacío y desolado
caracterizado por “la marca biológica de la naturaleza: bizcos, tuertos
y ciegos, palanquines, obesos, fuños, mancos, ñecos, jorobados,
pelotosos”. Esta particular y genuina procesión de personajes episódicos
se revela constantemente contra Dios, el personaje en ausencia:
la voz de Gaspar es implacable cuando dice: “¡Escúchalos, Señor!
Si no hablan más fuerte, es porque están acostumbrados al murmullo,
Señor. Si no hablan más fuerte, es porque el hambre les comió la
boca, Señor. Les comió el estómago, les comió las tripas, les borró la
memoria. Señor, te lo suplico: óyelos, óyelos, Señor”. Sin duda, Los
Olvidados de Dios compromete al espectador emotiva e intelectualmente
a un reencuentro con la memoria histórica de Juangriego, a
un reencuentro donde se conjuga lo profano y lo religioso, lo vulgar
y lo sublime, el humor y la ironía, la emoción y la reflexión, la historia
y la ficción. El humor y la ironía están bien conquistados en el
lenguaje popular, escatológico, descarnado y crudo de Bocachica y
Toromocho. Estos personajes contribuyen a esa parte de comicidad a
Los Olvidados de Dios. Esta pieza apela a la memoria del espectador
porque el dramaturgo ha querido convertir el teatro en un escenario
de la memoria colectiva. Rodolfo Rodríguez fiel a su convicción dramatúrgica
de que nada sea ni unívoco o unidimensional, estructura
la obra a través de la evocación y la remembranza de la época. Los
Olvidados de Dios resulta además una crónica dramática, conmovedora
de la memoria de un pueblo y a su vez un cálido homenaje a
esa gente abandonada por todos. Los Olvidados de Dios es una obra
de teatro confeccionada bajo el espíritu brechtiano de mostrar a través
del cortejo de marginados, la complejidad de la humanidad. No
deje de ver esta pieza en junio bajo la experta dirección de Rodolfo
Rodríguez.
SOL DE MARGARITA Porlamar, sábado 2 de abril de 2016 / www.elsoldemargarita.com.ve (3)