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Ella parece tejer en silencio, en oro, el
aleteo de una mariposa.
El esplendor de las filigranas sedujo
desde niña a Rosemarie Recio Martens.
El oro, las esmeraldas y la plata. Los
discretos y maravillosos orfebres que
hilvanan con arte los hilos del oro fueron
el punto de partida. Así empezó la
vocación de orfebre de esta
barranquillera que estableció su taller de
joyas en una calle céntrica de Stuttugart
en Alemania.
“Vivo en Stuttgart desde hace
veinticinco años y formo parte del
Círculo de Amistad Colombo Alemán
que integra a más de medio millar de
miembros en nueve ciudades alemanas”.
Su historia es una serie de peregrinajes
culturales: ella, una barranquillera que se
quedó a vivir en Alemania. Su madre,
una alemana que se quedó a vivir para
siempre en Barranquilla. Su abuelo,
Pedro Recio Agramonte, un cubano de
Camaguey, que se casó en Barranquilla,
hijo de otro cubano que luchó contra los
españoles en 1880. Los tres atraídos por
el imán de una ciudad entrañable cuyo
misterio más alto está en la gracia de sus
habitantes. “Más barranquilleros pa´
dónde”, dice ella riéndose. Los tres
encantados con el sabor de la tierra, la
música y el Carnaval. Lo que suena en su
casa de Stuttgart es la música de
Barranquilla.
“Anduve buscando un lugar
Kolumbien Aktuell Nr.81
Rosemarie Recio Mertens
Una orfebre barranquillera en Stuttgart
Gustavo Tatis
Barranquilla, Colombia
estratégico en Stuttgart para tener mi
taller y lo encontré en esta calle, al oeste
de la ciudad en el barrio más poblado.
Cruzan a lo largo del día, la gente joven
que estudia y trabaja, los ejecutivos y
empresarios. Es un sector mezclado, hay
estratos diversos, ricos y pobres, está
muy cerca del corazón de la ciudad, y de
empresas que tienen más de medio siglo.
Aquí, a un paso está la panadería, el café,
la tienda de jamones y salchichas, el
restaurante, el museo, el teatro. Me
fascina de Stuttgart la oferta cultural que
tiene. La posición que tiene en el mapa
del mundo: su cercanía con Francia,
Suiza, Austria. Cerca de las montañas y
lejos del mar. Su paisaje cambiante y
maravilloso en las cuatro estaciones: el