Tercer BoletÃn 2012 (pdf 831 KB) - PBI Guatemala
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BRIGADAS INTERNACIONALES DE PAZ<br />
Peace Brigades International<br />
Lorena Cabnal, feminista comunitaria,<br />
defensora del territorio cuerpo-tierra<br />
“Así como ha sido dificultosa la lucha de las mujeres feministas<br />
en el mundo, a las mujeres originarias nos ha llevado una cuota<br />
de trabajo arduo nombrarnos”. La Asociación de Mujeres Indígenas<br />
de Santa María Xalapán (AMISMAXAJ) es una organización<br />
de mujeres xinkas de la Montaña de Santa María Xalapán<br />
(departamento de Jalapa) que lucha por la recuperación y<br />
defensa del territorio cuerpo - tierra. En esta entrevista, Lorena<br />
Cabnal, mujer maya-xinka, feminista comunitaria y defensora<br />
de los derechos de las mujeres y de los bienes naturales, nos<br />
cuenta qué significa ser feminista en las comunidades Xalapanecas.<br />
¿Cuándo comienzan ustedes esta lucha en defensa<br />
del territorio cuerpo? Desde el año 2005 empieza nuestra<br />
lucha por la defensa del territorio cuerpo, porque en ese<br />
año iniciamos la denuncia pública de casos de violencia sexual<br />
contra niñas, por rapto involuntario y por trata, en la montaña<br />
de Xalapán. Asimismo, en ese mismo año, impulsamos con<br />
mayor fuerza el reclamo por el respeto de los derechos sexuales<br />
y reproductivos de las mujeres, dada la cantidad de hijos de<br />
las mujeres xinkas, el número de abortos y la muerte materna<br />
en mujeres embarazadas por desnutrición. En noviembre de<br />
2005 nos movilizamos para las jornadas de resistencia contra<br />
el Tratado de Libre Comercio (TLC); fuimos las mujeres las que<br />
hicimos una toma de la carretera de Sanarate y denunciamos<br />
la entrada masiva de maíz transgénico en la montaña, por parte<br />
de partidos políticos, para mediar con el hambre de las mujeres<br />
y las comunidades. Para el 2008, levantamos la primera<br />
bandera de resistencia contra la explotación y exploración de<br />
minería de metales. A la fecha, continuamos aportando desde<br />
nuestro feminismo comunitario, para develar la importancia de<br />
construir un mundo nuevo y en armonía con la naturaleza, entre<br />
mujeres y hombres.<br />
¿Cómo nace en AMISMAXAJ el Feminismo<br />
Comunitario? Es el resultado de un proceso de años y nace<br />
a partir de habernos organizado en la Montaña de Santa María<br />
Xalapán. Al inicio, mirábamos necesario fortalecer el conocimiento<br />
sobre los derechos de las mujeres, dado el empobrecimiento;<br />
también la necesidad de colectivizar nuestra fuerza<br />
como mujeres para lograr algo. En ese camino surgieron los<br />
espacios de formación política de AMISMAXAJ. Una de las<br />
primeras y muy fuertes reivindicaciones políticas que nosotras<br />
hacemos tiene que ver con nuestros cuerpos, porque empezamos<br />
a ver la importancia de que nos reconocieran como<br />
mujeres que existimos y que somos parte de un pueblo. Así,<br />
empezamos con el tema de los derechos, el derecho a la salud,<br />
el derecho a estar organizadas... Después apareció uno<br />
de los elementos fundamentales que es la defensa del territorio<br />
cuerpo y una denuncia muy fuerte y permanente contra la violencia<br />
sexual. A partir de ahí nosotras asumimos la lucha por<br />
nuestra visibilización como mujeres indígenas pertenecientes<br />
a un pueblo. Creo que en este camino de defensa de nuestro<br />
territorio cuerpo, las mujeres nos juntábamos para hablar sobre<br />
las opresiones, sobre cómo las vivíamos.<br />
Foto: <strong>PBI</strong> <strong>2012</strong><br />
Mujeres de Amismaxaj durante la escuela feminista<br />
el 15 y 16 de octubre de <strong>2012</strong>.<br />
¿Qué ofrece AMISMAXAJ, las mujeres xinkas, a esta<br />
experiencia colectiva? Para nosotras, un elemento que<br />
aportamos las mujeres xinkas es una cosmovisión liberadora, y<br />
con eso enriquecemos al feminismo como movimiento de amor<br />
y de construcción de la vida en plenitud. Ser transgresoras es<br />
un proceso de mucha auto-conciencia pero tiene que tener<br />
condiciones también históricas. En este sentido, es la herencia<br />
de nuestras ancestras la que nos ha motivado. Si el cuerpo<br />
es oprimido y vive las desventajas históricas del patriarcado<br />
ancestral originario y del colonial occidental, es en el cuerpo<br />
también donde radica la potencia política de liberación. Y este<br />
cuerpo que habita en la tierra, con el aire, las montañas, el<br />
agua, los minerales, necesita armonizar su entorno, armonizarse<br />
con su entorno y consigo mismo. Esto es parte del pensamiento<br />
cosmogónico, por eso decimos los pueblos originarios<br />
“tú no vales más que un árbol”, “un árbol no vale más que una<br />
piedra”. Esta relación de ser y estar con el cosmos invita a<br />
oponerse a la violencia y a generar acciones para la defensa<br />
de la vida.<br />
¿Les ha traído consecuencias negativas su lucha en<br />
defensa del territorio cuerpo? En mi caso, me han dicho<br />
algunos hombres que soy una amenaza por la forma en la que<br />
pienso; que pienso como mujer extranjera; que esto me pasa<br />
por juntarme mucho con las feministas, o que quiero imponer<br />
un pensamiento foráneo; incluso he debido escuchar comentarios<br />
sobre mi orientación sexual o mi salud mental. Toda la<br />
estigmatización que se ha hecho del feminismo también la vivimos<br />
con particularidad dentro de las comunidades, y en organizaciones<br />
mixtas e indígenas, al hablar de nuestros cuerpos y<br />
8 <strong>Tercer</strong> Boletín <strong>2012</strong> • No. 28