Infancia Juventud y Ley
Infancia, Juventud y Ley - Derecho y Cambio Social
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Articulado<br />
Cabe destacar en este estudio la opinión de los jóvenes respecto<br />
a la actitud a tomar frente al acoso entre iguales y el papel<br />
de los adultos.<br />
La primera sorpresa fue encontrar porcentajes similares entre<br />
colectivos que pensábamos estarían muy alejados en su percepción<br />
de la violencia entre iguales. A la pregunta si pedirían<br />
ayuda a un adulto si ven o viven situaciones de violencia entre<br />
iguales, responden que ellos no lo harían, aunque consideran<br />
que no podría considerarse cobarde al que lo hiciera (solo el<br />
15% de los jóvenes de instituto pedirían ayuda y el 7% de los<br />
de un centro de justicia juvenil). A la pregunta respecto a cómo<br />
lo solucionarían, la respuesta mayoritaria es sin ayuda de terceros,<br />
intentando cortar la situación (40% en todos los grupos),<br />
si bien no responden de la misma manera si el implicado no es<br />
un amigo, en ese caso la mitad se inhibirían de actuar.<br />
La segunda sorpresa fue encontrar muy poca receptividad/<br />
aceptación entre los jóvenes del papel del adulto para poder<br />
solucionar la violencia entre iguales. A la pregunta sobre a<br />
quien recorrerían para pedir ayuda, acudirían a amigos o compañeros<br />
un 34% de jóvenes en todos los grupos, y sólo un 18%<br />
recorrería a un profesor en el caso de jóvenes de instituto y<br />
un 27% recorrería a un educador en el caso de jóvenes de un<br />
centro de justicia juvenil. A la pregunta respecto a cuál es la<br />
actitud que según ellos tienen los adultos cuando ven una situación<br />
de violencia entre iguales, si se suma las respuestas “no<br />
se enteran” “no saben intervenir” “miran hacia otro lado” llegan<br />
en los 4 grupos al 30%.<br />
3.4. Los estilos educativos familiares como factores de riesgo<br />
Otro estudio financiado por el CEJFE 14 se centra en comparar<br />
la opinión de dos muestras de jóvenes respecto a la educación<br />
que habían recibido de sus padres. Las muestras estaban compuestas<br />
por 50 sujetos del Centro Penitenciario de Jóvenes de<br />
Barcelona por un lado, y 150 sujetos de centros educativos de<br />
enseñanza secundaria postobligatoria (ciclos formativos) por<br />
el otro. Todos eran hombres, con edades comprendidas entre<br />
los 17 y 23 años y su participación fue voluntaria y anónima.<br />
Si bien este estudio no analiza específicamente la violencia en<br />
el delito en el caso de los jóvenes penados, las diferencias entre<br />
los dos grupos de jóvenes nos parecen altamente interesantes<br />
desde un punto de vista educativo.<br />
Las principales características que diferenciaron al grupo de los<br />
jóvenes de conducta delictiva respecto al resto fueron: a) que<br />
habían recibido en proporciones mucho más significativas por<br />
parte de los padres comportamientos hostiles; b) la interacción<br />
familiar era coercitiva; c) las normas domésticas se utilizaban de<br />
manera inconsistente; d) los progenitores eran insensibles a los<br />
comportamientos prosociales de sus hijos y , de manera muy destacada,<br />
e) existía una ausencia de supervisión de las actividades<br />
que hacían su hijos, y los lugares y compañías que frecuentaban.<br />
14. Molinuevo,A.; Pardo, Y.; Andión, O., Torrubia, R. (2004):<br />
Los estilos educativos familiares como factores de riesgo para la<br />
inadaptación social y la conducta delictiva. Consultable en web: www.<br />
gencat.cat/justicia/cejfe/<br />
Respecto a los jóvenes, se apreciaron como principales diferencias<br />
entre la muestra de infractores y la de jóvenes estudiantes,<br />
la presencia de trastornos antisociales u otros síntomas psicopatológicos,<br />
y el abuso de alcohol u otras drogas.<br />
4. Reflexinaes finales<br />
Para finalizar este artículo, recogemos algunas reflexiones que<br />
nos ha suscitado la lectura de las investigaciones presentadas.<br />
En primer lugar, destacar el hecho de que las cifras previas y<br />
las presentadas en la primera investigación reflejan un cierto<br />
despunte de las actividades delictivas violentas protagonizadas<br />
por menores, y nos hablan de una incorporación progresiva de<br />
las chicas como protagonistas de este tipo de actos. Sería interesante,<br />
pues, mejorar la capacidad de prevención de este tipo<br />
de conductas, también desde el ámbito de la justicia juvenil.<br />
Prevenir en un sentido amplio puede resultar algo de difícil<br />
concreción cuando hablamos de un fenómeno tan complejo<br />
como el de la violencia. Ahora bien, cuando nos centramos en<br />
menores específicos, protagonistas de conductas dañinas hacia<br />
otras personas, se nos ocurren algunas actuaciones educativas<br />
básicas que podrían propiciarse en cualquier caso (más allá de<br />
la gravedad del acto, de la medida impuesta o de la necesidad<br />
de otras intervenciones de tipo psicoterapéutico). Más tarde<br />
volvemos sobre este tema.<br />
En segundo lugar, una reflexión acerca de las violencias.<br />
Apuntábamos en la introducción diversos tipos de violencias<br />
protagonizadas por jóvenes. Hemos abordado a través de las<br />
investigaciones presentadas la violencia filioparental y la violencia<br />
entre iguales. Los estudios nos han aportado datos interesantes<br />
que nos permiten apreciar que cada violencia tiene<br />
matices significativamente distintos y que actos violentos de<br />
un mismo tipo pueden responder a perfiles de jóvenes diversos.<br />
Al final, lo relevante a nivel educativo, es que cada acto<br />
esconde un/a menor irrepetible que requiere de una intervención<br />
multidisciplinar, y educativa en particular, que se ajuste<br />
a sus necesidades específicas. Destacaríamos la necesidad<br />
de evitar generalizaciones y mirar a los jóvenes más allá del<br />
acto violento que cometieron, si bien comprendiendo este acto<br />
como síntoma de una situación que requiere ser analizada y tal<br />
vez intervenida.<br />
Un tercer aspecto que quisiéramos comentar hace referencia a<br />
los factores que la investigación empírica señala como significativamente<br />
vinculados a la aparición o repetición de conductas<br />
violentas o delictivas. Veíamos en la última investigación<br />
presentada la incidencia del estilo educativo de los padres y<br />
existen numerosas investigaciones y meta análisis que aportan<br />
datos relevantes que debemos tomar en cuenta.<br />
A modo de conclusión de nuestras reflexiones, y volviendo a<br />
aquello que decíamos unos párrafos atrás, nos gustaría destacar<br />
algunas actuaciones educativas básicas, que podrían propiciarse<br />
en cualquier caso (más allá de la gravedad del acto<br />
violento, de la medida impuesta o de la necesidad de otras<br />
intervenciones de tipo psicoterapéutico):<br />
16 <strong>Infancia</strong>, <strong>Juventud</strong> y <strong>Ley</strong>