Acuerdo

Pedagogía de acuerdos:
Acuerdo sobre las drogas ilícitas
Colombia ha padecido durante las últimas décadas las consecuencias del auge de
economías criminales, entre estas la del narcotráfico, flagelo que tiene una estrecha
relación con cultivos de uso ilícito y que ha sido uno de los grandes generadores de
violencia en las diferentes regiones del territorio nacional. El fenómeno, ligado también al
recrudecimiento del conflicto, se abordó como uno de los puntos en discusión en las
negociaciones entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc.
Así, el 16 de mayo de 2014, ambas partes dieron a conocer los alcances de este punto, que
se divide en tres componentes básicos: la sustitución y erradicación de cultivos de uso
ilícito, consumo y narcotráfico. Se trata de un acuerdo que se entrecruza con el punto 1 de
la negociación, en este caso el de Política de Desarrollo Agrario Integral, porque involucra
población rural y territorios alejados de las grandes metrópolis. De igual forma, y como se
especifica en el sitio web de la Oficina del Alto Comisionado para la paz a través de un
video en que se entrevista a María del Pilar Barbosa (del equipo de este acuerdo), “si no
hay solución el problema de las drogas ilícitas no se sentarán las bases para construir la
paz”.
En el documento Entérese del Proceso de Paz, de dicha dependencia de la Presidencia de la
República, se explica, de igual manera, que “en el marco del fin del conflicto será posible
dar un tratamiento diferenciado a este problema promoviendo la sustitución voluntaria de
los cultivos de uso ilícito y la trasformación de los territorios afectados, dando la prioridad
que requiere el consumo de drogas ilícitas bajo un enfoque de salud pública e
intensificando la lucha contra el narcotráfico”. Este fue uno de los puntos clave en la
negociación si se tiene en cuenta que Colombia figuró durante muchos años en las listas de
países con más cultivos ilícitos en su geografía.
Pero, ¿de qué tratan los tres componentes del acuerdo? El primero de los ítem, sustitución
y erradicación de cultivos de uso ilícito, prevé, la sustitución voluntaria de dichos cultivos
“mediante la transformación de las condiciones territoriales de las zonas afectadas y la
generación de condiciones de bienestar para la comunidad en general, sobre todo para
quienes derivan”. Este componente integra un Programa de sustitución de cultivos de uso
ilícito y desarrollo alternativo de alcance nacional en desarrollo de la Reforma Rural
Integral. Estima también la suscripción de acuerdos de sustitución y no resiembra con las
comunidades y puesta en marcha de procesos de planeación participativa. En este sentido,
forjaría, a su vez, una “nueva alianza en el territorio alrededor de la construcción y
ejecución conjunta y participativa entre las comunidades y las autoridades nacionales,