Ni Lágrimas Ni Culpa
Además del realizado en el 2010, también menciona a ‘Ni Lágrimas Ni Culpa’ fotolibro del 2017, elcual habla sobre situaciones personales que sucedían en su vida por dichos años. A pesar de haberpensado en un trabajo con una temática totalmente distinta, decidió, desde su aflicción, comenzara crear desde su sentir; donde trabaja con disidencias, animales y con ella misma, es además unode sus primeros proyectos en donde ocupa distintos formatos al momento de retratar, “mezclofotografía de celular, ilustraciones, poemas de algunos amigues y foto puesta de escena, entoncesme meto en algo variado y algo más intuitivo que lógico en hacerlo”. Trabajar desde el sentimientoabsoluto logró que podamos ver registros llenos de expresión y sobre todo, lo que sentía Zaida enesa etapa de su vida.En el fotolibro mencionado, aparece una imagen en particular, se muestra a una mujer sentada enun bar, con una cabeza de gato (desprendiendo algunas lágrimas) en vez de una humana, dichatransmutación nos muestra los sentires melancólicos de la autora.“Me tenía que autorretratar en este trabajo, aunque ya lo estaba haciendoen fotografías personales, a pesar de que ya lo había hecho a través de fotosde celular o viajes. Pero en la puesta de escena quería hacer un autorretrato,sin embargo me sentía apática, como si no fuera yo, como si no hubierarostro de ese periodo, no me veía, estaba como invisible (…) ahí se meocurrió crear una máscara de gato junto a un amigo que es diseñadorescénico; esa cabeza de gato proviene de un tatuaje en mi brazo que mehizo una amiga que solo tatúa gatos, y mi amigo diseñador a partir de esetatuaje me hace esta máscara para yo poder usarla en las fotografías.”Cuando se habla de autorretrato, se habla siempre de aparecer en las fotografías: el cuerpo, lasombra, un espacio propio. Para algunas de las representaciones personales, Zaida no aparecefísicamente, sino que aparece otra persona con la máscara puesta, pero esta máscara se representalo suficientemente bien, como si fuera una extensión de la autora, con lo que, al fin y al cabo, terminaconsiderándose un reflejo de sí misma.Entre medio de toda la conversación, se le pregunta sobre consejos que se hubiera dado, desde suyo actual, a su yo que recién comenzaba en todo este rubro. Lo que más recalcó fue que no fueratan ‘hocico de tarro’ como ella lo define, refiriéndose a los nervios primerizos que la hacía hablardesde el desconocimiento y sobre la soberbia que se puede llegar a tener al no saber de un tema,“cuando una está empezando debe poner atención y no hacerse una idea previa de las situacioneso cosas que uno ve, hago una retrospección y pienso que era muy mala onda de repente, eso no sehace.”