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La distinción aristotélica entre Lógica, Dialéctica y Retórica y ... / L. Be r m e J o L.<br />
mente, cierta conclusión. Sin embargo, como vamos a ver, esta concepción<br />
tradicional del silogismo se enfrentaría al hecho de que Aristóteles también<br />
define el entimema como un silogismo, en este caso, retórico, y no como un<br />
silogismo incompleto, tal como habrían convenido, desde una concepción<br />
netamente deductivista, la mayoría de intérpretes posteriores. Además,<br />
este deductivismo formal chocaría con la importancia que Aristóteles le<br />
concede a la condición de que las premisas sean relevantes para la conclusión.<br />
Nuestra propuesta va a ser, por el contrario, concebir el silogismo como<br />
sinónimo de argumento o proceso inferencial, en general, y no como un tipo<br />
particular de éste.<br />
Según Aristóteles, el silogismo procede a través de proposiciones universales<br />
(Analítica Primera I.27 43b11-14). Bajo la concepción deductivista<br />
tradicional, estas proposiciones universales se han identificado como las<br />
premisas del silogismo. Sin embargo, tal como M. Frede (1987: 117) ha argumentado,<br />
eso supondría descartar como silogismos ejemplos aristotélicos<br />
típicos en forma Darii (premisa universal afirmativa, premisa particular<br />
afirmativa, conclusión particular afirmativa). Quizá entonces cabría pensar<br />
que tales proposiciones universales mediante las que “procede” el silogismo<br />
son en realidad los principios de inferencia que, en su aplicabilidad general,<br />
confieren justificación a toda proposición deducida a partir de ellos. De este<br />
modo, podría decirse que una de las causas de que un razonamiento no fuese<br />
un verdadero silogismo, sino sólo un silogismo aparente, sería que no existiese<br />
un principio que garantice que de las premisas se sigue efectivamente<br />
la conclusión.<br />
En la Analítica Posterior, Aristóteles mantiene que los principios de<br />
una demostración han de ser verdaderos, primarios, mejor conocidos en<br />
sí mismos, anteriores a la conclusión y la causa de la conclusión. Pero si<br />
reparamos en que para Aristóteles existen cuatro tipos de causas –material,<br />
formal, eficiente y final– habríamos de colegir que existirían cuatro tipos de<br />
principios del silogismo según el tipo de causa que se establecería entre lo<br />
expresado en las premisas y aquello que se dice en la conclusión. Así, mantener<br />
que la validez del silogismo depende de la existencia de un principio que<br />
garantice la inferencia desde las premisas a la conclusión conllevaría admitir<br />
que la normatividad silogística no sería exclusivamente de carácter formal,<br />
sino que también podría ser material (relaciones de pertinencia), eficiente<br />
(relaciones causales) o final (razonamientos prácticos). Como vamos a ver,<br />
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