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conoció a su amante, la bailarina Alexandrine Fijan con la que tuvo un hijo, Louis Alfred, a los que legó una<br />
parte de su fortuna.<br />
Poco después, Aguado invierte en la concesión del Teatro Italiano de París y nombra director a Louis<br />
Viardot.<br />
También ayudó a financiar la publicación cultural La Revue de París, fundada por Louis Véron. En ella<br />
escribieron personalidades de la talla de Víctor Hugo, Lamartine y Delacroix. Sin olvidar su labor de ayuda<br />
a la prensa, subvencionando periódicos como Le Messager y Le Constitutionnel.<br />
Junto con ello, Aguado y su mujer celebraban numerosas fiestas en sus palacios a las que invitaban a<br />
intelectuales y músicos célebres de la época como Gioachino Rossini, que se convirtió en uno de los<br />
amigos íntimos de Alejandro. Por ello, Rossini compuso la Cantata per il battesimo del figlio del banchere<br />
Aguado con motivo del bautizo de su segundo hijo, Olimpo Clemente, celebrado en Petit-Bourg en 1827.<br />
En este palacio compuso también su ópera Guillermo Tell, y gracias a Aguado, Rossini recibió el encargo de<br />
componer un Stabat Mater para la capilla de San Felipe el Real de Madrid.<br />
Balzac era otro de los asistentes a las recepciones palaciegas, y quizá se inspiró en Aguado para alguno<br />
de sus personajes, como el del La Maison Nucingen (1837) y Alejandro Dumas le cita junto con Rotschild<br />
como sinónimo de riqueza, incluso se cree que se refiere a él, sin nombrarle, en algunos pasajes de El Conde<br />
de Montecristo.<br />
Vemos pues que Alejandro fue un personaje controvertido, tanto por su viraje francés y su servicio a<br />
Soult, como por su forma de hacer fortuna de una manera tan rápida, recurriendo a la especulación en<br />
algunos casos. Fue también un hombre dotado de una habilidad extraordinaria para los negocios y de una<br />
generosidad indudable, pues ayudó a muchos españoles refugiados en Francia, y contribuyó al<br />
florecimiento de las artes y de la cultura.<br />
5. EL RETRATO EN EL SIGLO XIX<br />
....<br />
El género del retrato experimentó un gran auge, en número y calidad, durante el siglo XIX debido al<br />
aumento de la demanda por parte de un grupo social creciente: la burguesía, que se sumaba a los<br />
tradicionales comitentes de la realeza, la nobleza y diferentes estamentos religiosos. Factor al que se unía la<br />
creciente valoración del individuo. En España 17 , además, la originalidad del retrato en el Siglo de Oro tuvo<br />
gran influencia en el desarrollo de este género en el siglo XIX, como señala Javier Barón.<br />
Si bien, el retrato era considerado por los pintores como un género menor al que se dedicaban como<br />
sustento, pues muchos aspiraban a realizar cuadros de composición, mejor considerados académicamente.<br />
Esto fue así hasta la última década del siglo, cuando dejaron de pintarse cuadros de historia y cuando se<br />
impuso el Realismo, siendo entonces cuando el retrato se convirtió en un género privilegiado.<br />
17 Barón, J., “El arte del retrato en la España del siglo XIX” en El retrato español en el Prado (cat exp.), Madrid, Museo<br />
del Prado, 2007, p. 17.