Octubre - Diciembre 2012 - WWF

Foto: Hernán Povedano
Un ambiente “natural”,
artificial
Las dunas costeras representan el destino turístico
por excelencia en nuestro país. Esta situación
ha sido acompañada por un proceso de urbanización
a través del cual se formaron las principales
ciudades y balnearios turísticos que en su mayoría
se crearon sin tener en cuenta el efecto de
los cambios producidos sobre el ecosistema. Por
ejemplo, en muchos casos, las dunas fueron decapitadas
o fijadas con vegetación exótica (mayormente
pinos) a fin de evitar su movimiento.
Si bien los pinares evocan una agradable sensación
de naturaleza se trata en realidad de ambientes
artificiales. Es decir, la presencia de bosques
Foto: Alejandro D. Sánchez
de pinos emplazados sobre dunas nos hablan de
una transformación radical del hábitat original del
cual dependían un gran número de especies. Este
es el caso de la lagartija de las dunas, para la cual
se ha podido observar que prefiere hábitats más
bien abiertos, en los cuales puede hallar alimento,
asolearse y zambullirse rápidamente bajo la arena
en caso de amenaza. Entre las principales causas
que explicarían el rechazo de esta especie por los
pinares podemos nombrar el efecto de estos árboles
sobre el sustrato, lo que le impide a las lagartijas
enterrarse o cavar cuevitas. También existe
un efecto de sombra permanente, que estaría impidiendo
que se asoleen, actividad de gran importancia
para la termorregulación de estos animales
de sangre fría. Otra causa importante de deterioro
en ambientes costeros es el creciente "frenesí
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