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TEXTOS DIALECTALES DE DOCUMENTOS RELIGIOSOS VASCOS
gamitw eriotzian, wre vittartecotasun poderosuarequin erditsi demgun Arwyaq
eta ardiyaq vetico gloriya Amen.
La doctrina eclesiástica de las indulgencias llegó a canalizar la piedad popular
de la Iglesia postridentina. La celebración de novenarios, la participación en las
procesiones, la asistencia a determinadas funciones religiosas, el rezo del rosario
y otras oraciones, se contabilizaba por un cómputo de días, meses, años y jubi-
leos plenarios, referidos a la remisión de la culpa que conlleva la transgresión de
los preceptos morales.
Esta concepción contable de la economía de la salvación tiene una proyec-
ción escatológica, que se centra en la figura del purgatorio como lugar de purifi-
cación y sufrimiento, con trasvase de tesoros de gracia y méritos aplicables por
los fieles a las almas que se encuentran en ese trance.
El párroco de Zugarramurdi fundó para su feligresía una asociación piadosa
o cofradía denominada «La Piedad)), cuyos estatutos he localizado en la cubierta
de una de sus pláticas. El documento viene a ser el exponente de iniciativas si-
milares existentes en la mayor parte de las parroquias de Navarra y revela el es-
píritu que inspiraba la conducta de estos celosos sacerdotes, sin que registrara
cambios sustanciales hasta la celebración del reciente Concilio Vaticano 11.
He aquí el documento original de la fundación:
La Piedad Sociedad á honra de la Ssma. Trinidady en favor de las Almas del
Purgatorio. Año 1 8 70. Novena mensua1.
Esta sociedad á honra de la Ssma. Trinidad, se formó con eljn de favorecer á
las Benditas Almas del Purgatorio con una Novena mensual hecha por Tres indivi-
duos de la Sociedad, y en las oraciones y ganancias espirituales tienen parte todas las
almas de los Socios vivos y difuntos. Los Socios, aun cuando por pereza no hiciesen la
consavida Novena en el mes que á cada grqo de Tres socios señalare el Director, no
pecarán; pero tampoco merecerán. El Director será el Sr. Cura Párroco. Nadie paga-
rá nunca nada. LTnicamente se desea que cuando muera algzln Socio hagan los que so-
breviven una buena confesion y comunion en alivio del alma del Difunto. Mientras se
pueda honestamente, los que pertenezcan á esta Sociedad huirán cuidadosamente de las
concurrencias mundanas, especialmente de los Bailes. La Novena harán, ó en la Ygle-
sia, ó en casa; y si pudiesen, los tres á la vez juntos. La principiarán el primer dia
del mes que se les designt; y la concluirán el dia nueve, y si pueden y gdan conjesen
y comukuen en este dia. Si las Familias quisieren tomar parte, entonces, la Novena
pueden hacerla ántes, ó despues del Sto. Rosario. Feliz la Familia que se resolviese á
hacer siquiera una vez al año en casa esta Sta. Novena. El Director al designar el
grupo de tres individuos para la Novena mensual les dir%irá ztn Billete qtle espresa-
rá los nombres de los tres socios, y el mes que toca á ellos para hacer su novena. Este
billete, conchidos los nueve dias, lo devolverán jrmado, ó si no supieren escribir, ma-
nifestando si han hecho ó no la Novena, si los tres juntos, ó separadamente; si en la
Yglesia ó en casa; y finalmente si confesaron y comulgaron al concluir la novena ó du-
* 1 obre 1873.