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En este contexto, los orígenes de la celebración del 8 de marzo
que conocemos, se basan principalmente en el incendio
ocurrido en una fábrica textil de Nueva York, afirman las historiadoras
que esa teoría es extraña, ya que no coinciden las
fechas, aseguran que el accidente no ocurrió el 8 de marzo
de 1908 sino el 25 de marzo de 1911.
La manifestación, afirman, no fue ni el 8 de marzo de
1857, ni el 8 de marzo de 1908 como se asegura. Fue el
27 de septiembre de 1909, ya que las empleadas hicieron
una huelga de trece semanas.
Sobre el incendio, se cree que el dueño no aceptó la huelga,
fue entonces que las obreras ocuparon la fábrica, y así
el dueño cerró las puertas y le prendió fuego al inmueble.
LOS ORÍGENES Y LA CELEBRACIÓN DEL DÍA
INTERNACIONAL DE LA MUJER
La investigación de la filóloga española Ana Isabel Álvarez
González, doctoranda del programa Estudios de
la Mujer de la Universidad de
Oviedo, misma que realizó
durante 1997-1999, se basa
en el origen del 8 de marzo,
fue publicada en su libro “Los
orígenes y la celebración del
Día Internacional de la Mujer,
1910-1945”.
El texto provocó gran polémica pues muestra una cara
distinta de lo que se ha creído por años sobre el origen
del Día Internacional de Mujer.
Dicha teoría afirma que es un mito que la conmemoración
se haga en honor de las víctimas del incendio en la
fábrica de Nueva York, más bien lo sitúa en un contexto
histórico e ideológico. Hace una comparación entre la
historiografía española y la estadounidense, en las cuales
afirman que se trata de un mito para eliminar el carácter
socialista que tuvo esa fecha.
“El Día Internacional de la Mujer, que tiene sus orígenes indiscutiblemente
en el movimiento internacional de mujeres
socialistas de finales del siglo XIX, tenía como finalidad la
lucha por los derechos de las mujeres y no convertirse en
un mero festejo”, afirma Ana Isabel Álvarez González.
“En un principio, la celebración cambiaba de día de acuerdo
al país: en E.U. se había establecido el último domingo de
febrero y en Austria, Alemania y Dinamarca, el 19 de marzo.
Según la investigación de Álvarez González, la determinación
de elegir el 8 de marzo fue tomada por los partidos socialistas
de todo el mundo en 1917 y su origen tendría que ver con la
sublevación de mujeres rusas contra la guerra, prolegómeno
de la revolución bolchevique. La manifestación tuvo lugar en
San Petersburgo el 23 de febrero del calendario juliano –por
entonces vigente en Rusia–, que se corresponde con el 8 de
marzo gregoriano”.
Es así como diversos historiadores consideran que el Día Internacional
de la Mujer, tiene sus orígenes indiscutiblemente en
el movimiento internacional de mujeres socialistas de finales
del siglo XIX, que promovía la lucha por el derecho al voto
femenino, sin restricciones.
De acuerdo con Ana Isabel
Álvarez, que en ese breve
informe se silencian de manera
absoluta los sucesos vividos
en Rusia en 1917, que
precisamente fueron los que
harían del 8 de marzo el día
elegido para celebrar el Día
Internacional de la Mujer: El Día Internacional de la Mujer
fue propuesto por primera vez por Clara Zetkin, una representante
de la Conferencia de Mujeres Socialistas, celebrada
en Copenhague en 1910”.
Según la historiadora canadiense Renée Côté, no existen
pruebas documentales sobre el incendio, sin embargo,
“es bueno anotar que la historia sobre los orígenes del
8 de marzo está cruzada por situaciones y hechos que a
la luz de investigaciones realizadas a lo largo del tiempo,
nos muestran un escenario más complejo y rico en acontecimientos
marcados por las dos Guerras Mundiales, la
Revolución Rusa, la lucha por el sufragio femenino, las
pugnas entre socialistas y sufragistas, y el creciente auge
del sindicalismo femenino durante las primeras décadas
del siglo XX en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica”.
Fin a la Violencia contra las Mujeres
El 25 de noviembre de este año, Día Internacional de la Eliminación
de la Violencia contra las Mujeres, la Directora Ejecutiva
de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, presenta “NOS COM-
PROMETEMOS” , una nueva iniciativa global que llama a los
y las líderes de todo el mundo a que cumplan sus promesas y
adopten un papel activo para poner fin a la violencia contra mujeres y niñas.
En su mensaje señala: “A menudo me preguntan si es posible poner fin a la
violencia contra las mujeres dada la predominancia y persistencia de estos
delitos. Mi respuesta es que sí. Es posible, pero solamente podemos lograrlo
juntos. Todos y todas somos responsables y ha llegado el momento de que
se cumplan las promesas hechas a las mujeres”. ONU Mujeres coopera con
la Comisión de Igualdad y Género del Senado y felicita la primera edición de
su revista. Para las Naciones Unidas, la desigualdad, la discriminación y su
expresión extrema en la violencia contra las mujeres y las niñas constituyen la
más extendida violación de derechos humanos y tienen graves repercusiones
en la salud, la libertad, la seguridad y la vida de las mujeres y las niñas,
al tiempo que socava el desarrollo de los países, genera inestabilidad en las
sociedades e impide el progreso hacia la justicia y la paz.
Poner fin a la violencia contra las mujeres es una de las áreas prioritarias de
ONU Mujeres. Asimismo, coordina la campaña del Secretario General: ÚNE-
TE para poner fin a la violencia contra las mujeres, y contribuye a la movilización
social generalizada con su plataforma Di NO–ÚNETE para poner fin
a la violencia contra las mujeres. Las estrategias de esta campaña son hacer
visible el problema y las soluciones, incrementar la responsabilidad de todos los
actores, invertir en prevención y combatir la impunidad y proteger mejor a las
víctimas y sobrevivientes. El tema principal del próximo 57º Periodo de Sesiones
de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones
Unidas, que se celebrará en marzo de 2013 en Nueva York.
La legislación mexicana en materia de igualdad y no discriminación con-
tra las mujeres, ha sido pionera en la región: destaca la Ley General para
la Igualdad entre Mujeres y Hombres (LGIHM-2006) y la Ley General de
Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV-2007).
En especial, es preciso reconocer el avance fundamental que representa
la Reforma Constitucional en materia de Derechos Humanos realizada
el año 2011, la cual eleva a rango constitucional los derechos humanos
[ Por: Ana Güezmes, Representante de ONU Mujeres en México ]
que se derivan de los tratados internacionales suscritos por México.
Sin embargo, la violencia contra las mujeres continúa siendo uno de los pro-
blemas estructurales del país, ya sea en el ámbito público o privado. ONU
Mujeres considera indispensable que el Estado Mexicano implemente una
política integral para eliminar la violencia contra las mujeres, que es una crisis
de tal proporción que merece la atención de los tres poderes del Estado y
órdenes de gobierno para, entre otros: armonizar las leyes y códigos locales
con los Instrumentos Internacionales; estandarizar los protocolos de actuación
de las instituciones de procuración e impartición de justicia para eliminar la
impunidad; mejorar la prestación de servicios, atención y medidas de protección
para mujeres y niñas víctimas de violencia; mejorar los registros administrativos
y estandarizar las estadísticas sobre violencia contra las mujeres.
Asimismo, y de manera integral, se deberán implementar las recomendaciones
que diversos organismos internacionales o regionales han dirigido al
Estado Mexicano, especialmente las sentencias de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de
violencia, y las más recientes emitidas por el Comité de la Convención para
Eliminar todas las formas de Discriminación contra las Mujeres.
No se deja de trabajar nunca por el respeto a los derechos. No estamos so-
las. Hay millones de personas trabajando a diario por un mundo en el que
hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades, podamos desarrollar
nuestras capacidades y donde los principios de igualdad de género y no discriminación
estén incorporados en las agendas de desarrollo, paz y seguridad.
Estoy convencida de que sólo una democracia sólida y en constante perfeccionamien-
to puede crear las condiciones para que la causa de la igualdad de género avance
de verdad y cambie la vida de millones de mujeres en todos los continentes. Sólo la
democracia genera un ambiente de valoración de la dignidad de las personas, de
respeto real de las garantías individuales, de protección del pluralismo y promoción de
la cultura de la libertad como fundamento de una sociedad más justa y más humana.
No comenzamos de cero. América Latina y el Caribe han hecho progresos
significativos y las experiencias que compartiremos son una muestra de ello. El
tiempo es ahora y juntos podemos hacer la diferencia para detener la violencia.
Como dice la señora Bachelet: “las expectativas son altas y así debe ser”.
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