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FORO PURPLE ROSE
The Awakening Kelly Armstrong
Él tomó un paso lento y sin dejar de mirar alredor, casi de mala gana, como si él
quisiera correr a la puerta principal tanto como yo lo hice. Entonces seguimos a
lo largo de la calle, las piedras chillaban bajo nuestros tenis mojados.
Derek estaba tan ocupado mirando el bosque que yo fui quién tuvo que agarrar
su brazo esta vez. Le tiré y dirigí su atención a nuestro camino.
La puerta principal estaba entreabierta.
Derek juró. Entonces él respiró hondo, como rechazando los primeros tirones
del pánico. Me hizo señas para que me pusiera detrás de él, luego pareció
pensarlo mejor y agitó su mano señalándome que me pusiera al lado de la
puerta, contra la pared.
Cuando lo hice, él empujo un poco la puerta para abrirla un poco. Entonces
otro más. Un tercer golpe y él percibió un olor, ya que sus fosas nasales
llamearon y sus cejas se juntaron en la confusión.
Después de un momento, lo olí, también. Un olor fuerte, amargo, familiar...
"Café". Articulé. Él asintió con la cabeza. Esto es lo que era — café quemado.
Él empujó la puerta hasta abrirla totalmente. Presioné mi espalda contra la
pared, resistiendo el impulso de echar una ojeada. Lo miré en cambio, cuando
su mirada fija exploró el cuarto más allá, su expresión me dijo que nada agarró
su atención.
Él hizo señas para que me quedase quieta y se entró a la casa. En ese instante
me agité, dando un toque a mis muslos, encogiendo mis dedos del pie en mis
zapatos, el sonido ligero de mi corazón. Lamenté que yo no fuera la clase de
muchacha que siempre llevaba un espejo compacto. Yo podría usarlo como
hacen en las películas de espías, para ver lo que pasaba a la vuelta de la
esquina.
Cuando me incliné demasiado cerca a la puerta, mi voz interior grito,
diciéndome que no fuera estúpida. El tipo con sentidos biónicos estaba mejor
equipado para esto.
Finalmente Derek volvió.
Él comenzó la pantomima de que él entraría y miraría alrededor mientras me
quedaba aquí fuera. Entonces, después de un vistazo a la oscuridad
circundante, pareció que él pensó mejor en su primer instinto.
Él señaló a mi bolsillo e imitó la apertura de una navaja. La saqué. Me señalo
que me quedara cerca de él, siendo demasiado enfático y acompañado con un
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