Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia
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cAPítuLo 4<br />
nosotros… Necesitamos ayuda. Somos propensos a hacer aquello<br />
que nos conducirá a problemas y oscuridad, y a aquel<strong>la</strong>s cosas que<br />
no tien<strong>de</strong>n [a ser] para nuestro bien, pero con <strong>la</strong> ayuda <strong>de</strong>l Conso<strong>la</strong>dor<br />
que el Señor ha prometido a Sus santos, si estamos atentos para<br />
escuchar Sus susurros y compren<strong>de</strong>mos <strong>la</strong> naturaleza <strong>de</strong> Su idioma,<br />
podremos evitarnos muchos problemas y graves dificulta<strong>de</strong>s 10 .<br />
Depen<strong>de</strong>mos completamente <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> inspiración, y si es<br />
que alguna vez ha habido tiempo alguno <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que Adán habitó el<br />
Jardín <strong>de</strong> Edén en que el Espíritu <strong>de</strong> Dios haya sido más necesario<br />
que en <strong>la</strong> época actual, no estoy al tanto <strong>de</strong> ello. Las señales <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
tiempos y el rápido advenimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s escenas que probarán el<br />
corazón y <strong>la</strong> integridad <strong>de</strong> <strong>los</strong> Santos <strong>de</strong> <strong>los</strong> Últimos Días exigen<br />
que procuremos sinceramente ahora el Espíritu <strong>de</strong> Dios y <strong>la</strong> ayuda<br />
divina, puesto que ciertamente serán necesarios en <strong>la</strong>s escenas que<br />
se acercan rápidamente. Sabemos que lo hemos necesitado en el<br />
pasado. Po<strong>de</strong>mos ver con facilidad que si no hubiéramos estado<br />
en posesión <strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> Dios para que nos guiara a través <strong>de</strong><br />
muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s escenas que hemos pasado, no hubiésemos gozado<br />
<strong>de</strong> nuestras actuales posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> exaltación y gloria, y nuestras<br />
circunstancias hubieran sido mucho menos favorables. Y si hemos<br />
necesitado al Santo Espíritu en el pasado, ciertamente enten<strong>de</strong>mos<br />
que será necesario en el futuro 11 .<br />
Debemos enten<strong>de</strong>r, y supongo que en general lo hacemos,<br />
que <strong>la</strong> obra que hemos venido a efectuar en esta vida no pue<strong>de</strong><br />
realizarse para gloria <strong>de</strong> Dios ni para nuestra propia satisfacción<br />
meramente por medio <strong>de</strong> nuestra propia inteligencia natural. Depen<strong>de</strong>mos<br />
<strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong>l Señor para que nos ayu<strong>de</strong> y nos manifieste<br />
<strong>de</strong> cuando en cuando lo que nos sea necesario lograr bajo<br />
<strong>la</strong>s peculiares circunstancias que nos ro<strong>de</strong>en 12 .<br />
Sería simplemente absurdo esperar que <strong>los</strong> Santos <strong>de</strong> <strong>los</strong> Últimos<br />
Días <strong>de</strong> estos días cumplieran con <strong>la</strong> ley celestial, con <strong>la</strong> ley<br />
que proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> Dios y con Sus <strong>de</strong>signios para elevar al pueblo a<br />
Su presencia, a menos que <strong>los</strong> sostuviera un po<strong>de</strong>r sobrenatural<br />
[celestial]; el Evangelio promete eso; promete el don <strong>de</strong>l Espíritu<br />
Santo, que es divino en Su carácter, el cual no lo goza ninguna otra<br />
c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> pueblo, y <strong>de</strong>l cual el Salvador nos dice que nos guiará a<br />
toda verdad, inspirará a quienes lo posean, les dará conocimiento<br />
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