Revista nº 9. Huellas 2012 - CEPA FAUSTINA ÁLVAREZ GARCíA

Huellas n.º 9////////////////// ////////// //// //////////// junio 2012
4 Relatos de Emigración
Inmigrante de Cabo Verde en León
Me llamo Ana Paula. Soy de Cabo Verde, un conjunto de
islas en el océano Atlántico que están situadas un poco más
debajo de las islas Canarias. Llevo en España casi cinco
años, pero hace ya seis que estoy fuera de mi país. Y
tengo una hija de 4 años.
Mi experiencia como inmigrante no es de las mejores, pero
tampoco de las peores. Me enfrento a muchos problemas,
es cierto, porque la vida es una lucha; tengo claro que encuentro
espinos por el camino. No obstante, la vida en muchas
ocasiones también me sonríe.
Cuando salí de mi tierra, hubo un tremendo cambio en mi
vida. Cabo Verde es un país pobre, carece de muchos recursos;
pero cuando uno está cerca de su familia se encuentra
amparado casi siempre.
Partí de Cabo Verde con 29 años con la intención de estudiar,
ya que había realizado un curso de bachillerato en
Ecoturismo y una pequeña formación en italiano, lo que
concretamente me permitió salir para Italia para continuar
mi formación en Hostelería. Allí estuve unos 6 meses, pero
me vi obligada a venir para España porque quería que mi
hija naciese en un país con mejores condiciones, y porque
yo me encontraba con muchísimos problemas de salud.
Así que mi hija nació en España y, cuando cumplió los 3
meses, tuve que empezar a trabajar en la hostelería. Como
el trabajo me impedía estar con mi hija, esa temporada se
encargaba de cuidármela la familia que tengo aquí, que
además me apoyaba en todo lo que me hiciera falta. Por
todo ello les estoy muy agradecida.
Un día me tocó vivir sola y procurar que a mi niña no le
faltase de nada. Como cualquiera se puede imaginar, es
muy duro tener que solicitar ayuda del Estado y de otros
Organismos cuando uno no tiene documentos. De hecho
a mí siempre me la denegaron.
Me costó tres años para poder solicitar los papeles por
“Arraigo”, pero aún estando sin papeles pude trabajar en
un restaurante donde ganaba bien, pero sin ningún provecho,
porque todo lo que ganaba era para pagar a alguien
que cuidara de mi hija. Por eso vi que no era la
solución más viable.
Un día me apareció un “hermoso” trabajo como empleada
del hogar. ¿Por qué lo llamo así? Porque allí encontré
una familia y ese es uno de los motivos para hablar bien
de los españoles. Me dieron mucho cariño y siempre se
preocuparon por mí y por mi hija. Hicieron que retomase
mis estudios, aunque no de la forma como a mí me hu-
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biera gustado, porque mi objetivo era hacer algo más
avanzado y dar continuidad al curso que había hecho en
mi país. Aun no puedo seguir una carrera porque surgieron
muchos problemas económicos para homologar mi título.
Así que estoy repasando en el Centro de Educación
de Personas Adultas todo lo que ya había estudiado hace
mucho y había caído en el olvido. Es de resaltar que es
una escuela que me encanta. Los profesores son todos buenos
profesionales y me fascina la forma que tienen de enseñar
y motivar a los alumnos. Siempre están dispuestos a
colaborar para que estudiemos y se muestran comprensivos
cuando, por diversas razones, tengo que llegar tarde
o no puedo asistir a las clases. Ellos saben que mis motivos
son reales y que, como inmigrante, y sola, me resulta un
poco difícil conciliar casa, trabajo y estudio entre otras
cosas.
¿Os habéis dado cuenta de que soy estudiante y trabajadora?
Tengo que decir que el rendimiento de una no es el
más deseado, porque muchas veces estás agotada y eres
incapaz de asimilar todo lo que se enseña.
Os diré que mi propósito es llegar más allá. No sé si lo
voy a lograr. Entretanto, lo que esté en mis manos, y con
la gracia de Dios, hago todo lo posible para conseguirlo.
¿Qué pretendo con esta redacción? Solamente llamar la
atención de mis compañeros, incluyendo a los que a lo
mejor piensan que es tarde. Pero yo digo que nunca es
tarde para luchar y progresar, que podemos alcanzar
nuestras metas. Todo depende del esfuerzo o empeño que
uno ponga en lo que hace y desea. Si no conseguimos lo
que deseamos es porque no nos sacrificamos lo suficiente.
Ana Paula Gomes Correia
ESPA. Módulo 3. Mañana