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El_Pendulo_Nro2-OCR_Bookmarks

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percha. Empezó a sentirse excitado y lo expresé,<br />

caracteñsticamente, rnostnSndose belada.<br />

estatuariamente tranquilo.<br />

Usó la escalera hasta la plan.. baja y aDr<br />

tropezó con la señora Beele, que fingra estar<br />

baniendoel limpio sueJo de la entrada.<br />

-Buenas tardes... aunque supongo que<br />

para usted será buenos dias, ¿eh?<br />

- Buenas taroes, señor.> Beale.<br />

- ¿lJegó su carta?<br />

- Aún no.<br />

- No falta tanto para elprimero.<br />

-3[, tiene razón, señera BeaJe.<br />

En la estad6n del subterráneo se detuvo un<br />

momento a pensar: ¿Una ficha o dos? Dos,<br />

decidió. Después de todo no tenia més remedio<br />

que regresar al departamento. Todavía<br />

falta ba mucho para el primero de mes.<br />

SI Jean Va/jean hubiese tenido cuenta romente<br />

nunca habrfa ido a parara lac6rcel.<br />

Consolado ante ese pensamiento, se puso a<br />

disfrutar de losanuncios del vagón del su bterráneo.<br />

Fume. Pruebe. Coma. Done. Vea.<br />

Beba. Use. Compre. Pensó en Allce, la de los<br />

hongos: Cómeme.<br />

Al llegar ala calle T_ ta y Cuatrose bajó, y<br />

desde la plataforma entró directamente en la<br />

tienda de ramos generales de Underwood's.<br />

En el primer piso se detuvo en la cigaJTerta a<br />

comprar un cartón de dgarriOos.<br />

- ¡JtJ contado o a cuenta?<br />

-Acuenl.ii.<br />

En tregó la _ de plástico laminado a la<br />

empleeda, La empleadaconsuIt6 por teléfono<br />

elestado dela cuenta.<br />

la sec:d6n Comestibles estaba en el quinto<br />

piso. Hizola selección con mucho cuidado. Un<br />

tarro de instantáneo y una lata de cefémolido<br />

de un kilo, una lata grande de cecina, sopa<br />

envasada y cajas de panqueques y leche condensada.<br />

Conservas, pasta de maní y miel<br />

Seis latas de atún. Luego se dedicó a los perecederos:<br />

galletitas, un queso de Edam, un felsan<br />

pequeño congelado... hasta un pastel de<br />

frutas. Nunca comía tan bien como cuando<br />

andaba sin dinero. S6Io entonces podIa permitirse<br />

esos lujos.<br />

-Catorce dólares con ochenta y siete.<br />

Esta vez. después de consultar la cuenta. la<br />

empleada verificó si el número de la tarjeta<br />

74 1 ELPncu.o2<br />

estaba en la lista de cuentas cerradas o dudosas.<br />

Disculpándose con una sonrisa, le devolvi61a_<br />

-Lo siento, pero tenemos que verificar.<br />

- Entiendo.<br />

La bolsa de comestibles pesaba sus buenos<br />

diez kilos. Con eDa en la mano y con la exqui­<br />

\ita naturalidad. de un ladrón que pasa con el<br />

botín por delante de un polida, tomó la escek?ra<br />

mecánica hasta la Iibreña del piso ocho.<br />

La selecd6n de libros fue determinada por el<br />

mismo principioque laselecd6n de loscomestibles.<br />

Primero, los més importantes: dos novelas<br />

vk:torlanas que nunca bebje leido, Ferio<br />

de vanidades y MiddJemarch, la traducd6n de<br />

Seyers del Dante y una antologia en dos voIú.<br />

menes de piezas teatralesalemanas que nunca<br />

habra leído y de pocas de las cuales había a rdo<br />

hablar. Luego los perecederos: una novela<br />

escandalosa que había llegado a la lista de<br />

best-sellers con ayuda de la Corte Suprema y<br />

dos novelas de misterio.<br />

Empezaba a atolondrarlo tan to desenfreno.<br />

Buscó una moneda en el boIsi1lo de la<br />

chaqueta<br />

Cara, un troje nuevo; cruz, el Sky Room.<br />

Cruz.<br />

<strong>El</strong> 5ky Room, en el pso quince, estabe casi<br />

vado. Habla sólo unas pocas mujeres que<br />

conversaban sobre tazas de café y bizcochos.<br />

No tuvo dificultadespara conseguir una mesa<br />

junto a una ventana. P\di6 del1ado a la corto<br />

del menú y cu1min6 la cena con expresso y<br />

baklava. Entregó la t:aJjeta a la camarera y le<br />

dio una propina de cincuenta centavos.<br />

Mientras tomaba elsegundocafé, empezó a<br />

leer Feria de vanidades. Descubrió, bastante<br />

sorprendido, que le sustaba. La camarera regresó<br />

con la tarjeta y un recibo por la comida.<br />

Como el Sky Room estaba en el último piso<br />

de Underwood.'s, 5610 existía una escalera me ­<br />

cá nica . .. la que iba hacia abajo. Mientras<br />

bajaba, siguió leyendo Feria de vanidades.Podía<br />

leer en cualquier lado: en los restaurantes,<br />

en los subterráneos. hasta caminando por la<br />

calle. Encada descanso caminaba desde el pie<br />

de la esca1era mecánica hasta el principio de la<br />

siguiente sin levantar los ojos del libro.<br />

Cuando Degase a la secd6n de articuIos rebejedes,<br />

en el sótano, ya estaría a pocos pasos<br />

del molinete del subterráneo.

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