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ANDARES es una publicación de la sección de Información Pública del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR. Su objetivo es dar a conocer historias, noticias y testimonios sobre los esfuerzos que el ACNUR y otras entidades e individuos están llevando a cabo para superar la crisis humanitaria en Colombia. La información que aquí se reproduce no pretende reflejar exhaustivamente todas las actividades del ACNUR en el país, y no representa necesariamente la opinión del ACNUR. 2 EQUIPO DE REDACCIÓN William Spindler Gustavo Valdivieso Ana María Rodríguez COLABORADORES Luisa Fernanda Morales TRADUCCIONES Paolo Tufano DISEÑO VISUAL Juán Sebastián Moyano FOTO PORTADA Ana María Rodríguez ACNUR EN BOGOTÁ calle 114 #9-01 oficina 601 torre A Edificio Teleport PBX (571) 658 0600 FAX (571) 629 2790 y 658 0602 colbo@unhcr.ch ACNUR EN APARTADÓ Calle 100 D #111-56 TEL (574) 828 2162 y 828 7719 colap@unhcr.ch ACNUR EN BARRANCABERMEJA Carrera 27 #44-06, Barrio El Recreo TEL (577) 621 1684 y 622 3400 colba@unhcr.ch ACNUR EN BARRANQUILLA carrera 54 #68-196 oficina 901 TEL (575) 3681138, 3688283 y 3600195 · FAX (575) 360 0195 colbq@unhcr.ch ACNUR EN PASTO calle 18 #28-84 oficina 907 TEL (572) 731 3009 y 731 3016 colpa@unhcr.ch ACNUR EN MOCOA calle 17 #7-22, Villa Diana TEL/FAX (578) 420 4797 acnurmocoa@hotmail.com © ACNUR 2004 CON EL APOYO DE SE PERMITE LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL CITANDO LA FUENTE FRANCISCO GALINDO VÉLEZ REPRESENTANTE TAREAS COMIENZA UN NUEVO AÑO, Y NUEVAS OPORTUNIDADES Y RETOS SE PERFILAN. PRESENTAREMOS AQUÍ algunos de los temas que concentrarán la atención del ACNUR en Colombia. Continuará la búsqueda de soluciones duraderas al desplazamiento, sobre la que insistiremos en dar opciones de integración local y reubicación, y en que los retornos sean siempre voluntarios, dignos y seguros —y la voluntariedad incluye dar a quienes retornan toda la información necesaria sobre qué encontrarán y qué apoyo tendrán. Enfatizaremos la importancia de no suspender el reconocimiento como desplazado a ninguna persona cuyos derechos no hayan sido efectivamente restablecidos, y también revisaremos la percepción que se tiene de la situación humanitaria a partir de las cifras. Muchos han interpretado las cifras recientes como una reducción del desplazamiento, cuando en realidad muestran un descenso en la velocidad con que sigue creciendo el número de colombianos que han debido escapar de sus hogares a causa del conflicto armado interno. A los casi un millón de colombianos que registró la Red como desplazados sólo entre 2000 y 2002 se sumaron 175 mil personas más en 2003. El desplazamiento es una medida de protección, y si las personas no tienen necesidad de desplazarse eso es positivo. Ahora bien, si hay otras razones para no desplazarse o no registrarse la situación cambia, y debemos saber claramente las razones que han llevado a que el desplazamiento no haya aumentado en 2003 como en años anteriores. En 2004 volveremos a insistir en respetar el carácter civil de las poblaciones, buscando humanizar la guerra para que en ningún momento la población se vea involucrada en el conflicto armado, ni sea utilizada como objetivo o instrumento de quienes están en el conflicto. Y volveremos a llamar la atención sobre la necesidad de una respuesta integral a la crisis, que incluya estos elementos: 1.Tener como objetivo claro garantizar la plena vigencia de los derechos de la población. 2.Abordar el problema en términos de prevención, protección y soluciones duraderas. 3.Tener un enfoque diferencial y una perspectiva de género en todas las acciones que se emprenden. 4.Tener un plan nacional con responsabilidades claras para diferentes instancias. 5.Un enfoque participativo incluyendo a Naciones Unidas, instituciones del Estado, sindicatos, universidades, empresa privada, y ONGs. 6.Buscar la articulación entre lo humanitario y el desarrollo. 7.Lograr protección tanto al interior del país como al exterior de Colombia. 8.Asegurar protección para todos los que realizan la labor humanitaria. Cada una de estas tareas es urgente, y la acometeremos como tal.
EN NOVIEMBRE PASADO, UNA EXPEDICIÓN PATROCINADA POR EL ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS REFUGIADOS LLEVÓ UN DEJEN LIBRE LOS SESENTA BARCOS QUE NAVEGABAN EL RÍO diariamente con productos para las comunidades desaparecieron hace mucho, y las gentes de la zona han sido condenadas a una economía estrictamente de subsistencia, sin poder comerciar y con cada vez menos recursos para adquirir incluso aquellos bienes que logran llegar a la zona. Pero entre el 16 y el 21 de noviembre, 13 embarcaciones cruzaron el solitario río llevando a más de 200 trabajadores humanitarios, periodistas y miembros de las comunidades por más de 500 kilómetros entre Quibdó, la capital del Chocó, y Turbo, en el corazón del llamado ‘Eje Bananero’ en Antioquia, un área habitada mayoritariamente por pueblos indígenas y comunidades afrocolombianas. La campaña Atratiando fue organizada por la Iglesia Católica, las comunidades indígenas y afrocolombianas, y apoyada por el ACNUR, la Comisión Europea y la Consejería en Proyectos (PCS), con el propósito de llevar alimentos esenciales a las comunidades, y más importante, visibilidad para esas comunidades aisladas de las cuales aún el caserío ACNUR/ G. Valdivieso más pequeño recibió a los visitantes con música, banderas y sonrisas. La importancia de apoyar a las comunidades se hizo evidente desde la primera parada de la campaña. La comunidad de Tanguí, a tan sólo veinte minutos de Quibdó en lancha, todavía guardaba luto por un líder asesinado por un grupo armado unas pocas semanas antes. En lugar de distanciarse de la familia del líder muerto, la comunidad de pescadores que no podía comerciar sus productos había recogido 800 dólares para ayudarla. Esta solidaridad es lo que mantiene al Atrato vivo tras años de conflicto armado que dejó más de 800 muertes entre 1996 y 2002, y obligó a más de 25 mil personas a dejar sus hogares por miedo, de acuerdo con la Iglesia local. Atratiando mostró la enorme fortaleza de la asociación de comunidades afrocolombianas (ACIA) y su contraparte entre los indígenas (OREWA), que movilizaron a miles de personas en los pueblos ribereños. Cuatro centros humanitarios para proteger a los civiles en caso de ataques fueron inaugurados durante la campaña, y el ACNUR también RAYO DE ESPERANZA A LAS COMUNIDADES A LO LARGO DEL RÍO ATRATO, EN LOS DEPARTAMEN- TOS DE ANTIOQUIA Y CHOCÓ AL OCCIDENTE DE COLOMBIA, DONDE CERCA DE 100 MIL PERSO- NAS HAN ESTADO SOMETIDAS AL BLOQUEO ECO- NÓMICO POR GRUPOS GUERRILLEROS Y PARAMILITARES QUE INTENTAN PRIVAR A SUS ENE- MIGOS DE LOS BIENES MÁS ESENCIALES. ALRIO ACNUR/ G. Valdivieso abrió un centro de capacitación en derechos humanos donde la población puede aprender y ejercitar sus derechos. Aún antes de que llegaran el conflicto y el bloqueo, muchos lugares en el Atrato no tenían agua potable o un sistema sanitario. —«Esas personas están acostumbradas a no tener agua potable, buenas ropas, un sistema de alcantarillado o educación»,— nos decía un joven sacerdote que trabaja con las comunidades. —«Pero también están acostumbradas a cantar su música, comerciar sus productos, y sobre todo, vivir en libertad». Es ese derecho básico a vivir lo que Atratiando comenzó a rescatar.
Page 4: VARGASLLOSA DURANTE UNA VISITA A CO

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