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cróNIcA GASTrONóMIcA<br />
restaurante indochine<br />
Fuimos gracias a la invitación sorpresa de unos amigos,<br />
por lo tanto al hecho de ir a cenar se suma el misterio y<br />
la magia de un lugar desconocido, de exótico nombre.<br />
[por Anna i Jaume]<br />
Hoy vamos a cenar al restaurante<br />
Indochine, vamos los dos solos, mi<br />
mujer y yo. Nunca hemos estado<br />
en ese restaurante, incluso desconocíamos<br />
su existencia. Fuimos<br />
gracias a la invitación sorpresa de<br />
unos amigos, por lo tanto al hecho de ir a cenar se<br />
suma el misterio y la magia de un lugar desconocido,<br />
de exótico nombre. El nombre de Indochine<br />
despierta en nosotros rápidamente las imágenes<br />
de los países de Indochina que hemos visitado y<br />
disfrutado, Tailandia, Vietnam y Camboya, de la<br />
zona únicamente nos queda por visitar el misterioso<br />
y desconocido Laos y la turbulenta pero preciosa<br />
antaño conocida como Birmania, hoy Myanmar.<br />
Llegamos al restaurante y la primera sorpresa es la<br />
amplitud del espacio de bienvenida y la decoración<br />
oriental de estilo tan moderno como sencillo.<br />
Conforme te acercas al comedor la luz va disminuyendo<br />
con lo cual el alto techo del local desaparece<br />
al estar pintado de tonos oscuros, dando la sensación<br />
que la noche se hace dueña del comedor.<br />
Cuando los ojos se van adaptando a la situación<br />
[12] MErbEyé’S <strong>MAGAZINE</strong><br />
comienzan a aparecer bellas orquídeas naturales<br />
con magníficas y coloridas flores, que junto con<br />
otras plantas tropicales se van adueñando del lugar,<br />
convirtiéndolo en una pequeña jungla.<br />
Al mirar a nivel de suelo te das cuenta que estás<br />
caminando por una pasarela de madera sobre un<br />
lago lleno de grandes peces de colores. El lago<br />
ocupa la totalidad del comedor, levantándose en<br />
su punto central una cabaña de madera sobre las<br />
aguas. Cuando dominas la situación te das cuenta<br />
que las mesas no están donde deberían, ¡oh! sorpresa,<br />
las mesas están en el interior del lago, quedando<br />
los asientos a nivel del agua.<br />
Una vez salvada la relativa dificultad de acceder<br />
a los asientos, te encuentras sentado rodeado de<br />
agua, que puedes tocar con las manos y contemplar<br />
como los peces nadan tranquilamente por el<br />
gran lago. Las mesas son de madera natural, hechas<br />
a base de troncos de árboles tropicales, por<br />
ello algunas tienen un caprichoso contorno. Están<br />
decoradas con delicadas orquídeas e iluminadas<br />
con grandes velas. Es una sensación irreal que te<br />
predispone a nuevas sorpresas.<br />
Nuestra mesa era la nº 6 denominada la “Mesa<br />
de los Enamorados”, una mesa magnífica que tenía<br />
como telón de fondo una alta cascada rodeada<br />
por un vergel de plantas tropicales, muy bien<br />
iluminada, por lo que el lugar tiene un magnífico<br />
fondo visual con el agradable sonido del agua<br />
al caer.<br />
El ambiente general es tranquilo y pausado, e invita<br />
a una charla íntima, las mesas del entorno<br />
están ocupadas con gente de cara tan sonriente<br />
como sorprendida, que charlan tranquilamente.<br />
Estás a gusto sentado en medio de un lago rodeado<br />
de abundante vegetación con flores de variado<br />
colorido, que trae a tu memoria los hermosos<br />
jardines de orquídeas de Tailandia. La situación<br />
me traslada mentalmente a lago “Tole Sap” de<br />
Camboya donde la gente vive en el interior del<br />
lago en poblados flotantes, en otra escala nosotros<br />
también estamos viviendo un fragmento de<br />
nuestra vida en el interior de un lago.<br />
Las paredes están decoradas con figuras y relieves<br />
que recuerdan los existentes en los templos<br />
de Angkor en Camboya. En el lago hay unas rocas<br />
aisladas que sobresalen verticalmente del<br />
mismo que en cierto modo te hacen recordar al<br />
paisaje vietnamita de la Bahía de Halong.<br />
En un perfecto y exótico marco para la cena que<br />
nos espera. El personal de servicio está vestido<br />
sobria pero elegantemente, es amable, eficaz y<br />
el español que hablan, bañado en acento oriental,<br />
da un toque simpático. Los platos tienen una<br />
presentación muy cuidada, tanto en las vajillas<br />
empleadas como en la disposición de las viandas<br />
sobre las mismas. Cada plato va servido en platitos,<br />
bandejas o soportes diferentes y específicos<br />
para el tipo de comida. Al colocar el plato en<br />
la mesa, la camarera o el camarero te explican<br />
los ingredientes y la preparación, y te indican la<br />
mejor manera de degustarlo.<br />
Los platos son deliciosos y un placer para los<br />
sentidos. En primer lugar te entran por la vista<br />
a causa de su presentación y colorido, inmediatamente<br />
los aromas perfumados te rodean invitándote<br />
a saborearlos, apreciando la mezcla de<br />
sabores y texturas, incluso en algún caso el componente<br />
sonoro también tiene su papel.<br />
De entre todos los platos degustados y disfrutados<br />
destacaría la brocheta de langostinos y la<br />
ternera a la salsa de cítricos.<br />
Al final de la comida y a pesar de tener el engañoso<br />
nombre de “Menú corto”, terminas absolutamente<br />
satisfecho, tanto por la calidad, presentación<br />
y cantidad de los platos, como por el<br />
ambiente y servicio del establecimiento.<br />
En resumen, una excelente cena en un magnífico<br />
lugar, un espléndido regalo por parte de unas<br />
personas que, con esta elección, demuestran su<br />
aprecio por las cosas diferentes y con gusto.<br />
la gran nevaDa<br />
<strong>Merbeyé</strong>, bon dia! Avui he fet fotos de la muntanya que<br />
tens darrera… era pirenaica!!!... Ahir, desprès de la feina,<br />
encara vaig tenir sort d´agafar els ferrocarrils fins la Plaça<br />
Kennedy i em vaig trobar amb un “manto blanco” cobrint<br />
carrers, cotxes, mobiliari urbà!!!<br />
El Passeig de la Bonanova, el Passeig de Sant Gervasi i la<br />
mateixa Plaça Kennedy, desolats!!!!<br />
No hi havia transit, gairebé ningú pel carrer i nomes eren<br />
les 5 de la tarda!!!! Amb el servei de bus interromput,<br />
l’única manera d’arribar a casa era caminant, i ja a la meitat<br />
de l’avinguda Tibidabo, em vaig trobar un llevaneus,<br />
un camió de bombers retirant un autobús travessat, cotxes<br />
relliscant, altres col·locant les cadenes per primer cop<br />
a la seva vida, uns pares portant uns nens petits en uns<br />
trineus fabricats casolanament per a poder-los transportar<br />
ràpidament, i ninots de neu al Passeig de Sant Gervasi...<br />
Va ser tan diferent, preciós, espectacular i també va haver<br />
un moment perillós.... entre el silenci sepulcral que desprèn<br />
la neu i els meus turmells que ja eren blocs de gel,<br />
tenia moltes dificultats per a caminar... Fins que no vaig<br />
arribar a casa i entrar en calor, notant que els meus peus<br />
responien... quina por que vaig passar!! Només sentia<br />
agulles punxant-me contínuament!!!!<br />
I el premi: avui pel matí!! Mai oblidaré la sensació de<br />
llevar-me, anar corrents a la finestra i veure<br />
LA CIUTAT BLANCA ALS MEUS PEUS!!!!<br />
El 8 de Març del 2010, la ciutat de <strong>Bar</strong>celona va rebre una gran nevada.<br />
MErbEyé’S <strong>MAGAZINE</strong> [13]<br />
MAIlS DE vIcky bOOp