Breviario. Pensamiento desde las estrellas, Barcelona, Grupo Tseyor

91. EL RAYO SINCRONIZADOR MOLECULAR
El rayo sincronizador es a modo de esperma humano que facilita el nacimiento de
un nuevo ser.
El rayo sincronizador actúa fecundando aquellas mentes que, habiendo superado
un primer nivel de consciencia, se preparan para recibir en sí mismas el nuevo cuerpo
sincronizador.
EL Cristo cósmico, que nada tiene que ver con religión alguna, y sí con una gran
verdad cósmica, cual es la manifestación de ese mismo Cristo cósmico en todos y cada
uno de nosotros, se vale de exponentes tales como las configuraciones hormonales,
neuronales, celulares, adeneísticas y cromosómicas para ir reactivando procesos que
deben estar ya a punto, o debieran estar ya a punto, para recibir una nueva
configuración “espermatozoidal.”
El rayo sincronizador pues, activa a aquellas mentes que habiendo superado unos
determinados niveles se preparan para acercarse mucho más a la verdad objetiva, cual es
el reconocimiento de sí mismas a través de sí mismas.
Esto quiere decir que el rayo sincronizador provee a todo ser humano consciente
de los oportunos y correspondientes espejos, y con los que sin más se apercibirá que
exactamente está situado en un lugar que no es lugar, pero que al mismo tiempo lo
comprende todo.
Imaginaros el complejo e infinito universo en el que habitamos todos. Imaginaros
también que os preguntara en qué punto de ese infinito universo estáis situados ahora
mismo, y en relación a qué constantes podríamos despejar incógnitas para situarnos en
un punto concreto de dicha geografía cósmica, y esto sería labor imposible.
Cada punto del universo, cada átomo del universo molecular, tiene su propio
centro. Así pues, eso nos ha de dar a entender que el concepto distanciamiento, la
palabra largo recorrido, no es. Siendo también un largo recorrido.
Por eso, por eso mismo, cuando a veces debo referirme a cuestiones tan relativas,
pueden resultar de cierta incomprensión mis palabras. Aunque en realidad estoy
diciendo la verdad: somos y no somos, hay espacio y no hay espacio, vivimos y no
vivimos… En definitiva, nada es fijo, nada es real. Y todo es real al mismo tiempo.
En la relatividad debemos movernos, y nuestra mente debe posicionarse en ese
punto de relativismo para dar importancia relativa, claro está, a todo.
Así pues, todo será importante y no lo será. Y en este punto, valga la
consideración anterior, el rayo sincronizador no será tal rayo, pero sí será.
Y así, en la paradoja, me limito a informar de una forma muy relativa para que
intentéis comprender dicho proceso. Como digo, el rayo sincronizador actuará en unas
mentes, determinadas mentes ya preparadas, y fluirá en ellas el amor.
Claro, hablamos del amor, y hemos dicho infinidad de veces que el amor es todo.
Podríamos empezar a desgranar qué particularidades propias va a desarrollar el gran
rayo sincronizador. Que además de traernos el amor en nuestras mentes, nos traerá
también la comprensión, la paciencia, la tolerancia… La hermandad por encima de todo.
BREVIARIO 209
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