Breviario. Pensamiento desde las estrellas, Barcelona, Grupo Tseyor

Y la micropartícula que está fuera de esas coordenadas y que es Nada, no es nada,
pero tiene la particularidad de que puede crear estados ilusorios en todo el mundo de la
manifestación.
Y dichos estados siendo, como son, origen de un pensamiento poderosísimo como
es el pensamiento del Absoluto, todos esos estados, digo, son reales. Y pueden serlo
siempre y cuando nosotros aceptemos el juego de esa realidad.
Dentro de esa realidad, tendremos dos componentes: una realidad trascendental y
otra ilusoria. Y la ilusoria lo es por cuanto es una realidad conformada por partículas
atómicas. Por lo tanto, con un peso específico. Por lo tanto con una densidad. Y, por lo
tanto, pueden permanecer fijas en el tiempo dando la sensación o ilusión de que son
perdurables en el tiempo. Pero tan solo es una ilusión, por cuanto, como digo, están
formadas por átomos, cuya densidad es una determinada ecuación que hace posible
apreciarlo como una temporalidad.
Y para llegar a desarrollar nuestra mente de una forma concreta y correcta, para
“limpiar” nuestra mente de falsos entendidos, de burdas explicaciones, y sabidurías
obsoletas causadas por una mala interpretación de la génesis del conocimiento absoluto,
aplicado en el mundo de la manifestación, la proyección que dimana de ese ser absoluto
nos obliga a concretar una vez más un nuevo paralelismo, y esta vez objetivo.
Pero, como sabemos, partimos de un mundo de formas. La realidad es que
debemos continuar manteniendo las formas tradicionalmente conocidas, para empezar a
proyectarnos debidamente en el mundo absoluto, adimensional.
Así, para mejorar en esas expectativas, Tseyor ha creado una nave interplanetaria
con sus correspondientes espacios, cubículos o compartimentos, para el alojamiento de
vuestras personas. Para que cuando penetréis en ese espacio adimensional,
automáticamente paséis al interior de esa nave plasmática, y os encontréis como en
vuestra casa.
Todo eso viene a cuento porque estáis recibiendo energías que están
transformando vuestros procesos adeneísticos y cromosómicos. Y estos cambios
energéticos os van catapultando hacia el mundo de la trascendencia. Os están separando
muy sutilmente del mundo de la manifestación tridimensional, y empujando hacia ese
nivel vibratorio superior.
Y en ese momento o en esos momentos en que sois empujados hacia ese plano
superior, os encontraríais sin una medida de tiempo con que conformar vuestro
pensamiento, si en aquellos instantes, o a través de aquellos instantes de extrapolación
mental, acudierais a un mundo o universo sin conocerlo apenas. Os encontraríais sin
saber qué hacer ni hacia dónde ir.
Entonces, el mismo crecimiento adeneístico prevé esas necesidades, que podrían
entrar dentro del campo de la abiótica, y generosamente nos dota a través de nuestro
pensamiento creativo de la facultad de generar elementos de forma, dentro del mundo
adimensional, para continuar el proceso evolutivo.
Y, como dije la semana pasada, este elemento o nave interdimensional, en
cualquier instante del tiempo y del espacio si así es necesario, se magnificará en una
posición física y penetrará los espacios tridimensionales para ayudar a cuerpos físicos y
mentes, objetos o cosas, incluso animales, para navegar por otros mundos. Si así se hace
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