Breviario. Pensamiento desde las estrellas, Barcelona, Grupo Tseyor

121. RECAPACITAR A TIEMPO
Como siempre es un gran placer estar con todos vosotros. Sabiendo además que
vuestra eficaz colaboración permitirá que muchos otros puedan sintonizar con este
equipo.
Equipo piloto que en definitiva no es más que un grupo de personas que trabajan
para divulgar algo que corresponde a todos. Por lo que el mérito no es tanto para los que
se dedican a informar de las comunicaciones interdimensionales, sino que lo es para
todos aquellos que leen los comunicados, y que además entienden el significado de los
mismos y la trascendencia que puedan tener.
Así, en ese espacio-tiempo vamos enseñoreando una relación amistosa,
enarbolándola como una bandera espiritual, y lo único que pretende es llegar a todos los
corazones de buena voluntad. Luego, cada uno hará de la información lo que mejor le
convenga en cada momento.
También habrá, o los habrá, que no leerán los comunicados porque estarán sobre
una base de conocimiento muy superior a la que estamos dando aquí, o al menos eso
creerán, y sin duda tendrán toda la razón del mundo. Porque nuestros comunicados no
pretenden enseñar nada en absoluto. Únicamente buscan mantener esa relación de
hermandad y fomentarla a todos y cada uno de vosotros.
Así, en este supuesto, los que no nos leen pero en cambio practican la hermandad,
en el fondo están siguiendo su propio camino. Ese camino que a través de la
comprensión se energetiza a modo de puzle holográfico cuántico y sirve a todos por
igual.
Luego los habrá que leerán los comunicados, entenderán parte de los mismos, se
motivarán, se ilusionarán y, tal vez, alguna chispa de intuición les hará saber que pueden
llegar a la libertad absoluta practicando la hermandad, y así se unirán también al primer
grupo y juntos la practicarán.
En el bien entendido de que todo es de todos, y que en el fondo todos somos lo
mismo, aunque funcionando en diferentes modulaciones de onda o de vibración, para
practicar el taller de los espejos interdimensionales. Con los que aprender a autoobservarnos,
a través del equilibrio, a través del amor. En el fondo a través de la propia
hermandad.
Y luego habrá aquellos que además de leerlos y aplicar la hermandad consigo
mismos y extrapolarla a los demás a través de una inquietud muy profunda de amor, en
principio por ellos mismos y en yuxtaposición hacia los demás, se atreverán a divulgar
los contenidos de los mensajes.
Y ahí en este punto aplicarán aquella máxima que nos indica muy claramente
cuando se nos dice que “todo lo que recibimos es para dar”. Ahí, también, cerramos un
círculo. Un círculo completo: recibimos, damos y nos hermanamos.
Así, de esta forma, vamos recorriendo un camino que propiamente es un sin
camino. Aunque sin duda alguna nos permite establecer concordancias muy profundas,
universales, infinitas.
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