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meditaciones - Provincia La Sallista de Medellín

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consisten en estar con los hombres puros (Pr 8,31). Aplíquense también mucho<br />

a la oración, en la que Jesús les <strong>de</strong>scubrirá secretos <strong>de</strong>sconocidos a la mayoría <strong>de</strong><br />

los hombres. 63<br />

MF 88,2,1<br />

Si san Juan fue muy amado <strong>de</strong> Jesús, también él lo amó mucho. <strong>La</strong> primera<br />

muestra que le dio fue que <strong>de</strong>jó todo para seguirlo (Lc 5,11). Si san Juan siguió a Jesús<br />

en el Tabor, don<strong>de</strong> manifestó a los apóstoles su gloria (Lc 9,31; 1 P 1,16), también lo<br />

acompañó en el Calvario (Jn 19,26), don<strong>de</strong> apareció como objeto <strong>de</strong> maldición (Ga<br />

3,13), aunque todos los <strong>de</strong>más discípulos lo habían abandonado (Mt 26,56).<br />

Fue, pues, el único apóstol que lo siguió hasta la muerte, <strong>de</strong>seando ser testigo<br />

<strong>de</strong> sus sufrimientos hasta el final. También fue el primero que llegó al sepulcro <strong>de</strong><br />

Jesucristo para asegurarse <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong> su resurrección, y para po<strong>de</strong>r anunciarla<br />

luego a los <strong>de</strong>más. Esto es lo que su tierno amor animó a san Juan para agra<strong>de</strong>cer el<br />

amor <strong>de</strong> Jesús con él.<br />

MF 88,2,2<br />

Pensemos a menudo que, habiéndose dado Jesús todo a nosotros y por<br />

nosotros, también <strong>de</strong>bemos darnos <strong>de</strong>l todo a Él, hacerlo todo por Él y no buscarnos<br />

en nada. Y que todo nuestro cuidado <strong>de</strong>be estar en <strong>de</strong>sasirnos <strong>de</strong> todas las cosas<br />

para no apegarnos sino a Dios; ya que no hay nada igual a Él, y es el único a quien<br />

po<strong>de</strong>mos entregar con seguridad nuestro corazón. 64<br />

MF 88,3,1<br />

El amor <strong>de</strong> Jesús a san Juan, y <strong>de</strong> san Juan a Jesús, produjo amor recíproco<br />

<strong>de</strong> san Juan a la Santísima Virgen y <strong>de</strong> la Santísima Virgen a san Juan. Des<strong>de</strong> que<br />

Jesús, al morir, encomendó su querido discípulo a su santa madre y se lo dio como<br />

hijo, san Juan mantuvo siempre a la Santísima Virgen junto a él (Jn 19.27) , y le<br />

prodigó todas las muestras <strong>de</strong> ternura que un hijo pue<strong>de</strong> tener con su madre. <strong>La</strong><br />

asistió en todas sus necesida<strong>de</strong>s y la Santísima Virgen, recíprocamente, honró a<br />

san Juan con su protección ante Dios.<br />

Si profesamos amor a Jesús y si somos amados <strong>de</strong> Él, será imposible que no<br />

seamos muy queridos <strong>de</strong> la Santísima Virgen. 65 Pues como hay una relación<br />

63 °MD 64 2,1.<br />

64 °MF 90,2,1.<br />

65 Mientras MD 88,3,1 escribe en relación con san Juan, la santa Virgen, el resto <strong>de</strong>l<br />

tercer punto dice la santísima Virgen, cuando se trata <strong>de</strong> su relación con nosotros.<br />

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