Revista EXPORTEMOS 22.fh10 - IBCE
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“Exportar con responsabilidad social, generando empleo”<br />
6<br />
La apertura de Europa y<br />
la política de la<br />
globalización<br />
En una conferencia dictada en Cambridge, el mes de febrero de este<br />
año, Peter Mandelson, con el aval de sus tres años de experiencia<br />
como Comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), efectuó una<br />
evaluación de lo que él llama "el auge de la apertura ", es decir el<br />
surgimiento sin precedentes de la integración económica global desde<br />
el año 1990.<br />
Haciendo una evaluación de la crisis financiera reciente, la retórica de<br />
las elecciones presidenciales en los Estados Unidos y la creciente<br />
ansiedad en Europa acerca de la globalización, Mandelson desafía a<br />
aquellos quienes argumentan que el “auge de la apertura” no es<br />
sostenible, o que se ve socavado por sus propias consecuencias<br />
ambientales, económicas y políticas. Según Mandelson, a fin de<br />
"humanizar" el auge de la apertura y preservar sus enormes beneficios<br />
a nivel mundial, los países europeos tienen que reevaluar algunos de<br />
sus enfoques básicos a esta política.<br />
El “boom” de la apertura. Durante 30 años, entre 1960 y 1990, el<br />
número de personas que vivían en sociedades con economías abiertas<br />
permaneció constante (aproximadamente dos de cada diez personas).<br />
Sin embargo, después de la caída del muro de Berlín la situación cambió<br />
dramáticamente. Con la liberalización económica la cifra se duplicó.<br />
En el año 1990, cinco de cada diez personas en este planeta vivían en<br />
sociedades que estaban significativamente integradas dentro una<br />
economía global. Hoy en día, nueve de cada diez habitantes en el<br />
mundo viven en esta condición. Esto no significa sociedades políticamente<br />
abiertas, pero sí suficiente abiertas en términos económicos como para<br />
formar parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y con<br />
ello de un sistema de comercio mundial abierto. Esto significa que más<br />
de tres mil millones de personas y probablemente mil millones de<br />
trabajadores han entrado en la economía mundial. Según Mandelson,<br />
estamos viviendo en el despertar de un “auge de la apertura”.<br />
Los desafíos de la apertura. El “auge de la apertura” plantea enormes<br />
desafíos tanto para Europa como para los países en desarrollo. Primero<br />
y quizás el más importante: los costos medioambientales para los que<br />
el auge de la apertura no da señales de autorregulación. Segundo: la<br />
apertura y el cambio tecnológico han causado dolorosos ajustes para<br />
muchos países en Europa por la presión de la intensa competencia<br />
aplicada en las manufacturas, tradicionalmente intensivas en el uso de<br />
mano de obra. Tercero: una elevada integración de la economía global<br />
crea tanto riesgos como beneficios. Una mirada a las páginas de<br />
negocios es suficiente para explicar el porqué. Los mercados financieros<br />
globales han demostrado ser eficientes tanto en movimientos de capital<br />
alrededor del mundo, como en amplificar la volatilidad financiera causada<br />
por préstamos imprudentes, codicia o especulación.<br />
Mejor globalización o mejor sin globalización. Si bien el auge de la<br />
apertura no ha sido la panacea para el desarrollo económico, se trata<br />
de una poderosa fuente de transformación, más no de una varita mágica.<br />
Mandelson no ha encontrado ningún “policymaker” en los países en<br />
desarrollo que niegue que la integración en la economía global es la<br />
mejor herramienta que tienen sus países para el desarrollo. Crece el