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Edición para la Biblioteca Saavedra Fajardo de José Luis Villacañas Berlanga

Biblioteca SAAVEDRA FAJARDO
de Pensamiento Político Hispano
Normas de edición
Alfonso de Cartagena,
Cicerón, De Inventione Retorica.
1. El símbolo “e” se vierte como “e” para no cortar el ritmo de los versos.
2. No se indicarán las lagunas en el texto, sino que se completarán por
lecturas procedentes de otras ediciones y manuscritos.
3. Se aceptarán todas las palabras en su literalidad, de tal manera que se
puedan mantener todos los elementos históricos en relación con la
lengua y su evolución.
4. No se dotará de coherencia la aparición de las palabras, manteniéndose
las variaciones tal y como figuran en el manuscrito.
5. No se incorporan los signos de transcripción.
6. Se añadirá, cuando sea necesario, la puntuación de tildes, comas y
puntos para hacer fácil la lectura del texto, en la idea de que estos
símbolos sólo marcan la forma de leer y no alteran el contenido del
texto. Sin embargo, no se marcarán.
7. Los nombres propios aparecerán escritos con mayúscula, pues son
también señales decisivas para la comprensión del texto y su fácil lectura.
8. Se mantiene la serie de folios del manuscrito.
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de Pensamiento Político Hispano
BETA CNUM 0963.
Madison TEXT-RHE.
Cicerón; Alfonso de Cartagena tr.
De inventione; Retórica.
Escorial Monasterio T-II-12.
Alfonso de Cartagena,
Cicerón, De Inventione Retorica.
CNUM 963. BOOST3 492. Transcr. Roderic C. Diman.
Marcus Tullius Cicero. De inventione (Retórica) [tít. var.: Libro de Marco Tulio Cicerón].
Traducido al castellano del latín, 1420 a quo - 1433 ad quem.
Tr. Alonso de Cartagena (obispo de Burgos); dedicado a Duarte (el rei de Portugal). TEXID 1446.
San Lorenzo de El Escorial: Monasterio, T.II.12 (olim II.P.8, V.{THETA}.5, III.e.25). Copiado 1435 a
quo - 1500. Papel. 45 + 2 ff. Prov.: Granada: Capilla Real. MANID 1682.
Ocupa ff. 1r-45r. Título en MS: Libro de marcho tullio çiçeron que se llama de la Retorica
Notes: Mascagna ed. a base de este MS.
Bibl.: Viña Liste (1991), Cronología de la literatura española. I. Edad Media, p. 68, n. 171; Cicerón
(1969), La retórica de M. Tullio Cicerón.; Bibl.: Zarco Cuevas (1924-29), Catálogo de los manuscritos
castellanos de la Real Biblioteca de El Escorial, II, pp. 389-90; Simón Díaz (1965), Bibliografía de la
literatura hispánica, n. 5312.
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Alfonso de Cartagena,
Cicerón, De Inventione Retorica.
[fol. 1r]
Libro de Marcho Tullio Çiceron que se llama De la retorica
trasladado de latin en romançe por el muy reuerendo don Alfonso
de Cartajena obispo de Burgos a ynstançia del muy esclaresçido
prinçipe don Duarte rey de Portogal.
Prologo en la traslaçion
Fablando con vos, prinçipe esclaresçido, en materias de
sçiençia en que vos bien sabedes fablar, en algunos dias de aquel
tiempo en que en la vuestra corte por mandado del muy catholico
rey mj sseñor estaua, vínovos a voluntad de auer la Arte de la
retorica en claro lenguaje por conoscer algo de las doctrinas que
los antiguos dieron para fermoso fablar. E mandástesme, pues yo
a esa sazon paresçia aver algun espacio para me ocupar en cosas
estudiosas, que tomase vn pequeño trabajo e pasase de latyn en
nuestra lengua la Rethorica que Tullio conpuso. E commo quier
que en el estudio della fuy yo tan poco ocupado e despendi tan
poco tiempo que non digo para la trasladar, mas avn para entender
algo della, me reputaua e reputo ynsufiçiente. Pero acatando al
vuestro studioso deseo, començé a poner en obra vuestro
mandamjento. E començando ocupar en ello la peñola sobrevino
mj partida e quedó a vos segunt se suele fazer [fol. 1v] en las
compras commo por manera de señal vna muy pequeña parte del
comjenço. E vino comjgo el cargo de lo acá conplir e pasaron
despues tiempos asaz en que otra obra mucho mayor e de mas
trabajo e estudio se podiera acabar. Mas esta non se acabó fasta
aquj. Çiertamente non por olujdo njn por menospreçio. Ca lo
primero fuera torpeza muy grande, lo segundo jnmensa
presunçion.
Mas por sobrevenjr tales tiempos que a los semejantes
estudios otorgaron ferias noctorias, lo qual para mj escusaçion
allegar non sé por quales otras mejores njn tan buenas palabras
que por aquellas que escriujó sant Bernardo al papa Eugenjo en el
Libro de la consideraçion diziendole asi: “Menbrandome del
prometimjiento en que so obligado a ty, o muy buen varon papa
Eugenjo, qujérome librar siqujera tarde. E verguença avría yo de
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Cicerón, De Inventione Retorica.
la dilaçion si sopiese que en mj oujera negligençia o menosprecio.
Pero non es así, mas sobrevjno commo tú sabes tiempo graue tal
que al huso de la vida paresçia enbargar, quanto mas a los
estudios.” E paresceme que puedo a proposito dezir algo de lo
semejante, non porque entiendo que vino a uos tanta graueza de
tiempo commo a él por uentura vjno, njn que la presente
traslaçion sea de tanto estudio njn requjera tanto trabajo commo la
conpusiçion que él fazia. Mas njn el yngenjo e sçiençia de quien
esto escriue es egual por çierto, njn ha proporçion njn respecto
con la de aquel santo e famoso varon. E asi non es de maraujllar
que pequeño [fol. 2r] yngenjo en la pequeña obra con menor
ynpedimento tanto se enbargue commo el grande en la obra más
alta por el ynpedimento mayor. Por ende, la tardança que en esto
ouo, si la afeçtion non me engaña, que suele defender las culpas
propias, non es mucho de culpar. Ca ocupado nuestro muy ynclito
prinçipe en su graçiosa juuentud contra vna parte de sus vezinos
en defension de su honor real e anparo de la su republica e contra
otra en exaltaçion de la santa fee catholica e opresion de los
enemigos de la vera cruz que dentro de los nuestros termjnos
tanto tiempo ha que moran, rasonable cosa es que todos sus
subditos, dexadas las otras cosas en que en los otros tiempos se
suelen ocupar, bueluan su coraçon enteramente e ocupen su
voluntad ponjendo su poderio en quanto el estado e fuerça de cada
vno basta para le en ello serujr.
Pero entre las otras ocupaçiones [quede]me algunt poco
espaçio para conplir vuestro mandado e pagar ya esta debda. E
llamada la ayuda diuinal fízelo asi commo vedes, non tal sin
dubda commo fazer se deuja e pertenesçia enbiar a vos, a qujen se
dirige. Mas [??] la jnbeçilidat e flaqueza del yngenjo del
escriujente en ta[?? ??] basto, confiando en vuestra virtuosa
equanjmjdat que rescebiredes begnjnamente esta paga avnque
tarde, tollerando los defectos que en la presente traslaçion
fallaredes, donde tollerarse podieren, e hemendándolos donde
hemendarse deujeren. E para más clara ver la jntençion, ante que
oyades a Tullio, oyd la yntroduçtion sigujente.
[fol. 2v]
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Jntroduçtion
Alfonso de Cartagena,
Cicerón, De Inventione Retorica.
Muchos fueron los que de la rethorica en los tiempos
antiguos fablaron, asi griegos commo latynos. Pero avnque de la
eloquençia de asaz dellos oy dura la fama e de algunos sus
famosas oraçiones, asi commo entre los griegos de Demostens e
de Esthines e entre los latinos de Salustio e de otros más, libros
conpuestos de la arte liberal mesma que llaman Rethorica yo non
sé que de aquellos muy antiguos en este tiempo parescan si non
de dos actores: el vno griego, el otro latino. El griego fue
Aristotiles que fabló en ello profundamente Ca non entendió
aquel philosopho que del todo acabaua la obra moral si despues
de las ethicas e politicas non diese doctrinas de lo que a la
eloquençia pertenesçe e conpuso vn libro que se llama De la
Rethorica en que escriujó muchas e nobles conclusiones
pertenesçientes a esta arte, de las quales asi por theologos commo
por juristas son muchas [en] diuersos logares allegadas cada vna a
su proposito. El otro fue latino e este es Marcho Tullio Çiçeron el
qual escriujo muchos libros e tractados de diuersas materias
escriptos so muy eloquente estilo, e entre ellos conpuso algunos
pertenesçientes a la doctrina desta arte. Ca avnque en todos
guardó él bien las reglas de la eloquencia, pero non fabló en todos
della. Ca vna cosa es fablar segunt la arte e otra es fablar de la
arte. E él en todos guardó la arte, pero non en todos, mas en
algunos fablo de la arte. Estos si son [fol. 3r] muchos o quántos
son non lo sé, mas los que comunmente parescen son los
siguientes: El libro de la Rethorica vieja e otro de la Rethorica
nueua, e vn libro que dizen Del orador e otro Del orador menor,
e vn breue tractado que se llama De la muy buena manera de los
oradores, e otro que se yntitula La Topica. Los quales avnque por
diuersas maneras todos tienden a dar doctrinas de la eloquençia e
destos porque el de la Rethorica vieja es primero e avn porque
fabla mas largo, fue por vos escogido para que se posiese en
nuestro lenguaje.
E fízose asi por vuestro mandado en la traslaçion del qual
non dubdo que fallaredes algunas palabras mudadas de su propia
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Cicerón, De Inventione Retorica.
signjficaçion e algunas añadidas, lo qual fize cuydando que
conplia asi. Ca non es este libro de Santa Escriptura en que es
herror añader o menguar, mas es conposiçion magistral fecha para
nuestra doctrina. Por ende, guardada quanto guardar se puede la
yntençion avnque la propriedat de las palabras se mude, non me
paresce cosa ynconuenjente. Ca commo cada lengua tenga su
manera de fablar, si el ynterpetrador sigue del todo la letra,
necesario es que la escriptura sea obscura e pierda grant parte del
dulçor. Por ende en las doctrinas que non tienen el valor por la
abtoridat de qujen las dixo, njn han sseso moral njn míxtico, mas
solamente en ellas se cata lo que la sinple letra signjfica, non me
paresce dapñoso retornar la yntençion de la escriptura en el modo
del fablar que a la lengua en que se pasa conujene, la qual manera
de trasladar aprueua aquel singular trasladador sañt Geronjmo en
vna solepne epistola que se sobre escriue de la muy buena manera
[fol. 3v] del declarar que enbió a Pamachio entre otras cosas
diziéndole asi: “yo no solamente lo digo, mas avn con libre voz lo
confieso que en la ynterpetraçion de los libros griegos non curo
de expremjr vna palabra por otra, mas sigo el seso e efecto saluo
en las Santas Scripturas, porque alli la horden de las palabras trae
mjxterio”. E esta manera seguj aquj porque mas sin trabajo lo
pueda entender qujen leer lo qujsiere.
E avn por lo mas aclarar: commo qujer que en latin está todo
junto e non tiene otra partiçion saluo la de los libros, es a saber
entre el primero e segundo, pero yo party cada libro en diuersos
titulos e los titulos en capitulos, según me paresció que la
diuersidat de la materia pidía. E donde el vocablo latino del todo
se pudo en otro de romançe pasar, fízelo; donde non se pudo
buenamente por otro canbiar, porque a las vezes vna palabra
latina requjere muchas para se bien declarar. E si en cada logar
por ella todas aquellas se ouiesen de poner, farian confusa la obra
en el tal caso. Al primero paso en que la tal palabra ocurrió se
fallara declarada e avnque despues se aya de repitir non se repite
la declaraçion. Mas qujen en ella dubdare, retorne al primero
logar donde se nonbró, el qual está en los margines señalado e
verá su signjficaçion. Pero avnque esto todo se faga, las
conposiçiones que son de sçiençia o de arte liberal, para bien se
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entender, todavia piden estudio, porque non consiste la dificultad
de la sçiençia tan solo en la obscuridat del lenguaje. Ca si asi
fuese, los buenos gramaticos entenderian qualesquier materias
que en latin fuesen escriptas. E [fol. 4r] veemos el contrario, ca
muchos bien fundados en la arte de la gramatica, entienden muy
poco en los libros de theologia e derecho e de otras sçiençias e
artes, avnque son escriptas en latyn, sy non oujeron doctores
dellas que los enseñasen. Por ende, avnque esta Rethorica sea
traspuesta en llano lenguaje, qujen entender la qujsiere cunple que
con actençion la lea.
E de mas desto es de saber que algunos cuydan que la
Rethorica toda consiste en dar dotrinas espeçiales para escriujr o
fablar o trasmudar o hordenar las palabras, mas non es asi. Ca
commo quier que della sale la buena hordenança del fablar, pero
non es este su total yntento. Ca grant parte della se ocupa en
enseñar commo deuen persuader e atraer a los juezes en los
pleitos e otras contiendas e a las otras personas en otros fechos
quando acaescen. E qujen bien lo qujsiere considerar fallará que
el ofiçio que entre nos tienen los juristas que llamamos abogados,
ese era prinçipalmente el de los rethoricos antiguos e lo que estos
oy qujeren fazer allegando testos e determjnaçiones, los otros
fazian diziendo razones fermosas cada vno en fauor de su parte, e
a las vezes jnserir aquellas pocas leyes que entonçe auja, lo qual
bien puede ver qujen las famosas oraçiones de aquellos tiempos
leyere. Ca aquellas dos que en Athenas se fizieron, que oujeron
tanta nombradia que Tullio mesmo les conosce ventaja e sant
Geronjmo faze dellas en el prinçipal prólogo de la Biblia
mençion, la vna fizo Echines acusando a Thesifon, la otra
Demostens defendiendo al acusado e reacusando al acusador. E
muchas de las que de Tullio leemos son fechas acusando a vnos e
[fol. 4v] defendiendo a otros, commo fazen los abogados
solepnes. Por ende, qujen lo presente leyere, non cuyde que
fallará escripto cómmo escriua las cartas njn commo trasporte las
palabras, ca avnque dello otros mas modernos en tiempo e non de
tan alta manera algo escriujeran, pero los prinçipes de la
eloquençia preçipuos escriptores della en los prinçipales libros
non se ocuparon del todo en esto, mas dieron sus generales
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doctrinas para arguyr e responder, para culpar e defender e para
mouer los coraçones de los oyentes a saña o a mjsericordia o a las
otras pasiones que en la voluntad humana cahen. E dende cada
vna saque por su yngenjo aquello que entendiere que para en lo
que qujere fablar cunple. E desto Aristotiles en el libro que
deximos fabló muy profunda e sçientificamente e Tullio en este
non con tanta sçiençia, mas por mas clara e mas particular
hordenança dixo algunas cosas notables que del otro tomó, e avn
añadiendo de suyo, entre las quales hay algunas que, si bien
entendidas e a buen fin traydas son, pueden mucho aprouechar. E
si con maliçiosa jntençion dellas se husa, podrian algo dapñar,
mas njn por esto son de dexar. Ca el fierro non es de dexar avnque
con él se cometen a las vezes ynjustos omeçidos e muertos a mala
verdat, porque las armas fechas del aprouechan ha esforçar la
justiçia e ha justa defension de la republica e opresion de los
ynjustos e malos; njn las doctrinas del especulador e de los otros
juristas praticos son de menospreçiar, porque con ellas los malos
abogados fazen muchas caujlaçiones. Pues los buenos donde
toman mucho avisamjento para gujar la justiçia [fol. 5r] e oujar a
las maliçias que contra ella se tientan. Por ende, a buen fin e con
recta e sana yntençion oyamos ya que dize Tullio.
Prologo de Tullio
Muchas vezes pensé algunt tanto comjgo sy la copia e
abundançia del fablar e el soberano studio de la eloquençia, que
es la fermosura de la fabla, si fizo mas mal que bien o mas bien
que mal a los omes e a las çibdades e fázenme esto dubdar las
razones que hay de amas partes. Ca de la vna parte, quando
considero los dapños de nuestra republica e recojo en mj coraçon
las viejas desauenturas de algunas muy grandes çibdades, veo que
non pequeña parte, mas bien grande de los males vino por omes
eloquentes e muy polidos en fablar. E de la otra parte, quando
torno a repetir en mj coraçon las cosas que son muy aredradas de
la nuestra memoria por la su grande antiguedat e las leo por las
ystorias, fallo muchas çibdades pobladas, muchas guerras
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qujtadas, muy firmes conpañjas fechas, muy santas amistades
ayuntadas con la razon del coraçon, ayudando a ello la
eloquençia.
E pensando yo luengamente en esto, la razon me traxo en
vna tal conclusion; es a saber: que pienso que la sabiduria sin la
eloquençia puede aprouechar poco a las çibdades, mas la
eloquençia sin la sabiduria nunca puede aprouechar e puede
mucho dapñar. Por ende, si alguno dexa los muy buenos e muy
honestos studios de la razon e de la [fol. 5v] virtud e pone todo su
trabajo e gasta su tiempo solamente en el exerçiçio del fablar, este
será omne sin prouecho asi e çibdadano muy dapñoso a su tierra.
Mas el omne que se aderesça e arma de la eloqueçia non para
contradezir a los prouechos de su tierra, mas para pugnar por
ellos, este me paresce varon muy prouechoso a los sus fechos e a
los publicos e çibdadano muy amjgo de su çibdat.
E si queremos considerar perfectamente el comjenço desta
cosa que es llamada eloquençia, quier sea arte quier studio qujer
algunt exerçiçio o facultad de la naturaleza, fallaremos que es
nasçida de muy honestas causas e acabada de muy buenas
razones.
Ca cuydo yo que fue vn tiempo en que los omnes andauan
en los canpos vagabundos a manera de bestias e gouernauan su
vida con el mantenimjento que los animales fieros se goujernan. E
non fazian cosa alguna por la razon del coraçon, mas lo mas
admjnjstrauan con las fuerças del cuerpo. Non era honrrada avn
entonçe la diujnal religion njn el humanal ofiçio e virtud e non
auja avn alguno que oujese visto bodas legitimas nin conosçiese
fijos çiertos. Non cuydauan que en el derecho e egualdat auja
algunt prouecho e asi por herror e por non saber la cobdiçia çiega
e loca enseñoreadora del coraçon, para fartar sus deseos husaua
muy mal de las fuerças del cuerpo asi commo de muy maliçiosos
serujdores.
E en aquel tiempo pienso yo que ouo algunt grande varon e
sabidor que conoscio que auja en los coraçones de los omnes vna
grande materia e opprtunjdat para grandes e honestas cosas, es a
saber la razon e la jnclinaçion [fol. 6r] natural que los omnes han
al bien si oujese qujen la podiese descobrir e fazer la mejor con
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enseñanças. E este con buena razon apremjó a los omnes que
andauan desparzidos por los campos e morauan en las cueuas
ascondidas de las montañas e ayuntolos en vn lugar e ynduzialos
a las cosas honestas e prouechosas. E luego a comjenço
reclamauan con la soberuja que tenjan e despues por la razon e
por la eloquençia oyan mas voluntariosamente e de fieros e
crueles que eran, tornolos mansos e paçificos.
E por çierto a mj paresçe que la sabiduría, si fuera callada e
pobre de fabla, non pudiera tan ayna conuertir a los omnes de su
costunbre e traerlos a diuersas maneras de biujr. E acatemos
despues de las çibdades pobladas qujén podiera atraher los omnes
ha que aprendiesen guardar la fee e mantener la justiçia e se
acostunbrasen obedescer a otro por su propia voluntad e que
qujsiesen non solamente sofrir trabajos por el bien comun, mas
avnque pensasen que deujan perder la vida por ello. ¿E esto
cómmo se podiera fazer si los omnes con la eloquençia non
podiesen amonestar e ynduzir a los otros a aquellas cosas que
fallasen que son buenas con la razon? E sin dubda non hay
njnguno que, si non fuese moujdo por madura e dulce fabla, que
qujsiese descender sin fuerça al derecho, quando él es mas
poderoso de fuerças e padesçiese egualarse entre aquellos que él
puede sobrepujar e por su voluntad se partiese de la muy alegre
costunbre que por la antiguedat tiene ya en él fuerça de natura.
E primeramente, segunt a mj paresce, nasceria la eloquencia
asi commo dexjmos e yria acrescentandose poco a poco e faría
grandes bienes en las muy grandes cosas. Pero despues [fol. 6v]
que el que los omnes llaman prouecho, que es el acrescentamjento
destas cosas temporales, el qual es mal semejador de la virtud,
cobró copia e abundancia de fablar sin saber la razon de la virtud,
es a saber, quando los omnes cobdiçiosos fueron eloquentes,
entonçe la maliçia ayudada con yngenjo subtil començaría ha
reboluer las çibdades e amanzillar las vidas de los omnes.
E commo dixjmos el comjenço del bien, digamos el
prinçipio del mal. E paresceme que es berisimjle e cosa de creer
que començaste asy. Que fue algunt tiempo en el qual los que non
eran bien fablantes njn sabidores non tractauan las cosas publicas.
Mas los grandes e muy entendidos varones tractauan lo publjco e
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Cicerón, De Inventione Retorica.
non se ocupauan en las cosas priuadas de las singulares personas.
E commo entonce los notables omnes admjnjstrasen las cosas
publicas, ymaginé yo que ouo otros que non eran rudos, mas
serian agudos de yngenjo que se ynterponjan en las contiendas
pequeñas de las singulares personas. E commo en estas
contençiones se acostunbrase muchas vezes tenjendo mentira
porfiar contra la verdat, la continuaçion que estos tales oujeron
del fablar crió en ellos grande osadía, de gujsa que aquellos
grandes varones que admjnjstrauan las cosas publicas, por
remediar a las ynjurias de los çibdadanos oujesen de resistir a los
osados e ayudar cada vno a sus parientes e amjgos. E commo
acaesce muchas vezes que, el que dexa el studio de la sabiduria e
non cura de otra cosa si non de la eloquençia, paresce a los omnes
egual e avn mejor que el sabidor, e contesce que por juyzio del
pueblo e por su presunçion es repuctado digno para regir la cosa
publica, serian estos puestos en el regimjento de lo publico. [fol.
7r] E asi non es maraujlla njn es sin razon que quando estos
atreujdos e osados omnes venjesen a gouernar la cosa publica
recresçiesen las çibdades muy grandes destruymjentos e dapños.
E por estas cosas creo yo que la eloquençia seria muy aborresçida
de los buenos, por que veyan que era cabsa de tanto mal.
E por ende los omnes de muy grande jngenjo se apartarian
de la vida reboltosa de las çibdades e se allegarian al studio qujeto
e manso, commo fuyen los omnes de alguna tormenta peligrosa e
se acogen al puerto. E por esto es de creer que los otros studios
buenos e honestos de la sabiduria e de la philosophia fueron
mucho husados por los muy buenos varones en oçtio e
resplandesçieron segunt por sus libros paresce. Mas este studio de
la eloquençia fue desierto dexado por los mas dellos e olujdose en
aquel tiempo en que mucho más lo deujeran retener e acrescentar
con grant cuydado. Ca quanto mas yndignamente e mas contra
razon la locura e osadia de los locos e malos con grande dapño de
la cosa publica tractauan mal e dapñauan esta cosa muy honesta e
buena que es la eloquençia, tanto con mayor deligençia deujera
ser resistido a ellos e remediado a la cosa publica.
Lo qual por çierto non olujdó nuestro Caton njn Lelio njn
aquel que yo puedo llamar verdaderamente disçipulo dellos, el
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Africano, njn los Grachos sus njetos. Ca en estos omnes auja
soberana virtud e con la virtud muy grande abtoridat. E lo que
estas cosas guarnesçia e enderesçaua e fazia mas fermosas e
ayudaua a la defension de la cosa publica era la eloquençia, que
era grande en ellos.
Por ende, a mj parescer non es menos de estudiar en la
eloquençia porque husan algunos della mal, asi en los fechos
publicos commo en los particulares; mas ante por esto es más [fol.
7v] de curar della porque los malos con grant dapño de los buenos
e con destruyçion comun de todos non puedan con ella mucho
mal fazer. Señaladamente porque la eloquençia es vna cosa que
mucho pertenesce a todas las cosas asi publicas commo priuadas.
Ca por ella se faze la vida segura e honesta e resplandesçiente e
muchos prouechos vienen a la cosa publica si la sabiduria, que es
tempradora de todas las cosas, está muy presta, lo qual se faze con
la eloquençia. E de alli vienen a los que la alcançan loor e honrra
e dignjdat, e a sus amjgos muy çierto e muy seguro anparo.
E por çierto a mj juyzio los omnes en muchas cosas son mas
flacos e mas enfermos que los anjmales brutos, mas en esto les
lieuan muy grande ventaja: que pueden fablar e los anjmales non.
Por ende, paresceme que alcança muy fermosa cosa qujen, en
aquello en que los omnes lieuan ventaja a las bestias, lieua el
ventaja a los otros omnes. E esta eloquençia, si se alcança por
aventura, non sola mente por naturaleza e por exerçiçio, mas avn
dizen cerca della aquellos que escriujeron algunas doctrinas desta
arte.
Mas ante que digamos de los mandamjentos de la
eloquençia me paresçe que deuemos dezir de la manera de la arte
e del ofiçio e de la fin e de la materia e de las partes della. Ca
conosçidas estas cosas podra el coraçon de cada vno mas ligera e
mas libremente considerar la via de la arte.
Titulo primero: de la materia de la Rethorica.
La buena hordenança del beujr que llaman poliçia e a manera de
sçiençia fablando llamamos la sçiençia çeujl, ayúntase de muchas
e grandes cossas [fol. 8r], pero vna e grande parte della es la
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Cicerón, De Inventione Retorica.
artifiçial eloquençia, la qual es llamada Rethorica. Ca nos non
concordamos con aquellos que cuydan que la sabiduria çeujl non
ha menester a la eloquençia, e tanbien discordamos mucho de
aquellos que piensan que toda la çeujl sabiduria se contiene en la
arte de la Rethorica. Mas tomamos vna medianera conclusion, es
a saber: que la facultad del fablar njn es toda la sçiençia çeujl njn
es arredrada della, mas es vna parte della.
El oficio desta facultad e arte me paresce que es fablar
apostadamente para amonestar e atraher a los omnes. El fin della
es atraherlos fablando. La diferençia entre el ofiçio e la fin es esta;
que en el ofiçio consideramos qué es lo que se deue fazer en la
fin, que es aquello para que se faze. Commo dezimos en el fisico
que el oficio suyo es curar bien para sanar e el fin es sanar con la
cura. E asi conosceremos qual es el oficio e qual es el fin del
orador . Ca lo que deue fazer aquello llamamos ofiçio. E aquello
por cuya cabsa lo deue fazer llamamos fin.
La materia de la arte se dize aquello en que toda la arte e la
facultad della consiste, commo si dixiessemos que la materia de la
mediçina es las enfermedades e las llagas, porque en esto toda la
sçiençia de la mediçina se rebuelue. E asi podemos dezir que
aquellas cosas en que consiste la arte e facultad oratoria, es a
saber de la eloquençia, son materia de la arte Rethorica. 1 E estas
cosas en que consiste la materia desta arte, algunos de los
Rethoricos antiguos dixieron que eran muchas, algunos cuydaron
que eran mas pocas. Ca vn muy antiguo rethorico que llamaron
Gorgias Leontino dizía que el buen orador deuja poder fablar muy
bien en todas las cosas. E segunt esto [fol. 8v] fazia infinjda e sin
medida la materia desta arte. Ca si en todas las cosas el orador en
quanto orador puede bien fablar, ssyguese que todas las cosas son
materia deste arte. Aristotiles, que fue despues el qual dio a esta
arte muchas ayudas e muchos ornamentos e aparejos, dizía que en
tres maneras de cosas consiste el ofiçio del rethorico, las quales el
nonbraua asi: demostractiua, deliberactiua e judiçial.
Demostractiuo es aquello que se faze en loor o vituperyo de
alguna çierta persona, commo quando loamos o vituperamos e
1 GL: eloquençia e Rethorica e arte oratoria todo se entiende aqui por vna cosa
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denostamos a alguno; deliberactiuo es aquello de que husan en
alguna discreptaçion e consultaçion çiujl para hordenança de
sentençia, commo quando se toma consejo para fazer alguna cosa.
Judiçial es aquello de que se husa en el juyzio e tiene en si
acusaçion e defension e petiçion e contradiçtion; commo quando
los abogados contienden qujer sea cabsa crimjnal, qujer çiujl. E
por çierto, segunt nuestra opinjon, la arte e facultad del orador en
esta materia partida asi en tres partes consiste segunt que
Aristotiles dixo.
Ca vn sabidor que llamaron Hermógoras que en esto qujso
fablar, njn paró mientes lo que dixo njn entendió quanto dizía. Ca
dixo así que la materia del orador se partía en dos partes: a la vna
llamaua cabsa, a la otra quistion. La cabsa dizía que era aquella
cosa que tiene en si contienda en fablar con ynterposiçion de
çiertas personas e esta nos bien la atribuymos al orador. Ca segun
desuso deximos en tres partes la distingujmos, es a saber: judiçial,
deliberactiua e desmostractiua. E esto a la demostratiua [fol. 9r]
paresce pertenescer. La qujstion dizía él que era aquella cosa en
que hay contienda en fablar sin declaraçion de çiertas personas en
esta manera, commo si se preguntase alguno si hay algunt bien en
la vida saluo la honestad o si son verdaderos los sentidos de los
omnes, o qual es la forma del mundo o quanta es la grandeza del
sol. E magnjfiesta cosa es que non dixo bien, ca todo omne puede
entender que estas questiones son muy arredradas del ofiçio del
rethorico. E grant locura me paresce atribuyr al orador asi commo
pequeñas cosas aquellas en que los soberanos yngenjos de los
philosophos con muy grande trabajo fueron gastados; es a saber:
las questiones muy altas e prinçipios profundos de las sçiençias,
asi commo estas questiones en que posimos enxiemplo en que
despendieron sus vidas los antiguos sabidores.
E si por ventura Hormágoras en estas cosas sopo mucho,
alcançándolo por su studio e por doctrina, paresceme que
esforçándose en su sçiençia dixo falso de la arte del orador e non
declaró lo que la arte podía, mas lo que él por su persona
alcançaua. E aquj non preguntamos lo que sabe cada vno por su
persona, mas lo que le pertenesce saber por razon desta arte. Ca si
alguno sabe muchas e diuersas cosas, non es razon de las atribuyr
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todas a vna sçiençia o arte, mas déuese atribuyr cada vna a su
propria arte o sçiençia. E quanto agora paresceme que tal es la
fuerça de los omnes que mucho mas ayna les qujtarian la rethorica
que añader la philosophia. Ca mas ayna fallarian omnes que non
sepan alguna dellas que otros que sean habiles para saber las
amas. Por ende non es de poner sso la rethorica lo que es mas
difiçile que ella, commo es lo que pertenesçe [fol. 9v] a las
sçiençias mas altas. Njn digo yo esto porque me paresca escripta
mentirosamente la arte de rethorica que este Horagoras fizo, ca
asaz yngenjosa e diligentemente ayuntó en ella algunas cosas
escogidas de las antiguas artes. E avn él alguna cosa dixo de
nueuo. Pero muy poca cosa es al orador fablar de la arte segunt
que Hermágoras fizo, ca mayor cosa es fablar segunt la arte, lo
qual todos veemos por sus scripturas que él non sopo fazer.
Por ende dexadas las otras opinjones parescenos que la
materia de la arte rethorica es la que deximos que Aristotiles
dizía.
Titulo ij: de las partes de la Rethorica
Las partes desta arte son aquellas que ya muchos rethoricos
dixieron e son las que se siguen: Jnuençion, disposiçion,
elocuçion, memoria, pronunçiaçion. La jnuençion que quiere
dezir fallamjento es aquel pensamjento e ymaginaçion que omne
ha para fallar cosas verdaderas o verjsimjles, que qujere dezir
aquellas que parescen verdaderas que muestran la cosa que quiere
prouar ser razonable. La disposiçion, que en este proposito qujere
dezir hordenança, es el repartimjento que faze omne de las cosas
falladas, ponjendo cada vna en su horden. La elocuçion, que
qujere dezir fablar apuesto, es el apropriamjento que se faze de
palabras e de conclusiones fermosas e sufiçientes para declarar lo
que omne qujere desir. Memoria, que es remenbrança, es aquel
retenjmjento firme que el coraçon faze de las palabras e de las
[fol. 10r] cosas en que qujere fablar. Pronunçiaçion, que en este
proposito quiere dezir la buena expresion de la lengua, es el
enderesçamjento de la boz e de los gestos del cuerpo que
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conuengan con la qualidat de las palabras que dize e con la
dignjdat de la materia en que fabla.
E asi breuemente declaradas estas cosas dilataremos para otro
tiempo las razones por ende podemos prouar el genero e el fin e el
ofiçio desta arte. Ca estas cosas han menester muchas palabras e
non son tan nescesarias para declaraçion desta arte njn para las
dotrinas della. Mas qualquier que escriue de la Rethorica, deue
escriujr destas otras dos cosas que a ella atañen que agora
nombramos; conujene a saber: de la materia de la arte e de las
partes della. E por çierto amj paresce que deuemos fablar destas
dos cosas materia e partes ayuntadamente. E en comjienço desta
fabla deue ser prjnçipalmente considerado que tal deue ser la
jnuençion que nombramos suso por primeramente. Ca en
qualqujer manera de las cabsas, qujer la cabsa demostratiua, qujer
deliberatiua o judiçial es prinçipalmente la jnuençion. E esto es de
saber que toda cosa que tiene en si disputaçion o alguna contienda
conujene que contenga alguna question de fecho o de nonbre o de
genero o de açtion. 2
Genero se llama aquella cosa que contiene en si muchas e
diuersas speçies distintas e apartadas; commo dezimos animal, ca
sso él se contiene la speçie de los omnes e la speçie de los
cauallos e de los leones e de las otras cosas que tienen anjma
sensitiua. La qujstion de que nasce la cabsa llamamos
constituçion. Constituçion en este proposito se dize aquel primero
debate e rebuelta de las cabsas el qual se faze quando vno dize
algo e otro le contradize. Commo en este [fol. 10v] exemplo dize
vno a otro: “tu feziste esto”; responde el otro: “non lo fize”, o
dize: “fizelo con derecho”. 3 E esto asi propuesto deuemos saber
que quando la contienda es sobre fecho que se aya de prouar con
presunçiones llamasse contienda conjetual, que qujere dezir de
sospecha. Quando es sobre nonbre por que el debate es sobre la
propiedat del vocablo e porque la natura del nombre se ha de
definjr e declarar con palabras, llamase contienda difinjtiua,
2 (N.d.e.)De aquí en adelante, la versión se hace muy libre.
3 (N.d.a.) Esta constituçion de que fabla Tullio es poco mas o menos la que llaman los juristas
contestaçion. Mas nos, por fablar generalmente, esta constituçion llamar la hemos contienda.
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porque es sobre difinjçion e declaraçion del vocablo 4 . E quando
acaesce que la contienda es sobre conoscer la cosa de que fablan
de qué genero es. Ca vno dize que es de vn genero el negoçio e
otro dize que es de otro genero, entonce se llama contienda
general, que qujere dezir contienda que es sobre conoscer el
genero de la cosa. E quando la contienda depende sobre esto, es a
saber, que se dize que non pide aquel que deue pedir o que non
pide a qujen deue o non delante qujen o non en el tiempo o non
por la ley o non por el delito o non por la pena que devria, esta se
llama contienda traslatiua, que qujere dezir que ha menester
trasladaçion e mudamjento. Ca se contiende sobre que se deue
mudar o la persona o la manera. E en todo genero de cabsas es
nescesario [fol. 11r] que aya algunas destas contiendas. Ca donde
algunas destas contiendas non oujere, non puede aver debate njn
deue ser llamada cabsa njn pleyto.
E declaremos todas estas cosas por exemplos. Ssobre fecho
puede auer contienda en todos tres tiempos passado, presente, por
venjr. En el pasado commo si preguntasen si Vlixes, aquel
cauallero griego, mató a Ajas otro cauallero o non e sobre esto se
debatiese. En el presente commo si preguntase si los singelianos,
que son gente de vna çibdat, si tienen buena voluntad a los
romanos e contendiesen sobre ello en el por venjr commo si
preguntasen: si dexaremos en paz a Cartago o si verná dende
algunt dapño a la Republica de los Romanos e porfiasen en ello.
Contienda sobre el nombre es quando son concordes en el
fecho e preguntan qué nonbre deue aver. E este debate nasce
porque, avnque son concordes en el fecho, contienden sobre dezir
qué cosa es aquel fecho. Porque vn fecho mesmo a vnos paresçe
vno e a otros otro, e vno le pone vn nombre e otro le pone otro. E
en las contiendas desta manera es nescesario de declarar la cosa
por su difinjçion e que se entienda el nombre del vocablo por
otras palabras e breuemente, commo si alguno furtase alguna cosa
sagrada de vna casa de vn lego e dubdasen si le deuen condepnar
4 (N.d.a.) Difinjçion es aquella razon que declara qué es la cosa que qujeren saber. Commo si
preguntasemos qué cosa es omne e sse respondiese: “omn es anjmal razonable e mortal”. Ca non ay en el
mundo cosa que sea anjmal razonable e mortal que non sea omne. Por ende estas palabras se llaman
difinjçion e por esto la contienda que es sobre ello llamase difinjctiua.
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commo a ladron o commo a sacrillegio e por la difinjçion e
declaraçion dello mostrar que aquel fecho non deue aver aquel
nombre que los aduersarios le ponen.
Contienda de genero es quando son concordes en el fecho e
avn en el nombre que deue aver, mas el debate es sobre [fol. 11v]
conoscer qué tamaño es aquel fecho e de qué manera es o que tal;
commo quando contienden si es justo o ynjusto lo que se fizo o si
es prouechoso o non. E asi non debaten sobre el fecho njn sobre el
nombre del, mas sobre saber qué tal es. Ca vno dize que era liçito
otro dize que non.
E sso esta manera de debate puso Hermágoras, aquel
rethorico que deximos, quatro partes las quales llamó asi:
deliberatiua, demostratiua, juridisçial e negoçial. E en esto non
herró poco. Por ende entendemos que este herror suyo es de
reprehender, mas deue ser la reprehension en breues palabras. Ca
si del todo callásemos e sin allegar razon alguna le dexasemos,
parescería a los que lo oyesen que sin cabsa razonable le dexamos
de ssegujr. E si luenga tardança fiziesemos en el reprehender
enbargariamos lo que auemos de dezir en las dotrinas desta arte.
Por ende njn del todo callaremos njn tardaremos mucho en le
reprehender, mas mostraremos su ynsufiçiençia de la manera que
se sigue.
Si lo deliberatiuo e demostratiuo son generos de cabsas,
çierto es que non pueden ser dichos partes de algunt genero de
cabsas. Ca vna cosa mesma bien puede ser genero por respecto a
vna cosa e parte por respecto a otra. Mas por respecto a vna cosa
mesma non puede ser genero e parte. Exiemplo desto: esta cosa
anjmal por respecto al omne es genero, ca conprehende en sí la
speçie de los omnes e de otros anjmales. E por respecto a la
substançia es parte, ca la substançia conprehende al anjmal e otras
cosas non animadas. Mas por vn respecto mesmo vna cosa non se
puede dezir genero e parte. E que deliberatiuo e demostratiuo sean
generos de cabsas pruéuase asy por sufiçiente deujsion. Ca o
diremos que hay vno solo [fol. 12r] que llaman judiçial o que son
tres. E si dezimos que non hay genero alguno de cabsas, esto seria
locura; ca el mesmo Hermágoras dize que son muchas cabsas e da
sus doctrinas en ellas. E si muchas son, nescesario es que aya
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algunt genero dellas. E si dezimos que es vn solo genero judiçial,
non se podria defender; ca la deliberaçion e demostraçion non son
semejantes entre sy. E mucho son diuersas de lo judiçial e cada
vna tiene su fin ha que tiende. E asi nescesario es de concluyr que
todas tres son generos de cabsas, de lo qual se sigue que
demostraçion e deliberaçion non pueden ser partes de algunt
genero de cabsas, ca ellas son generos. E asi mal dixo
Hermágoras en dezir que eran partes de la contienda que es sobre
genero la qual se llama general.
E desto se sigue otra tal razon que si lo demostratiuo e
deliberatiuo non pueden ser dichas partes de alguna cabsa, mucho
menos se pueden dezir partes de la parte de la cabsa. E la
contienda parte es de la cabsa, ca non se yncluye la cabsa so la
contienda, mas la contienda se yncluye so la cabsa. E pues
demostraçion e deliberaçion non pueden ser dichas partes de
algunt genero de cabsas, porque ellas mesmas son generos,
mucho menos se puede dezir que son partes de la parte, commo
Hermágoras dixo; ende mas: que la contienda e qualqujer parte
della non es al si non el enpuxamjento e contrariaçion que faze
omne a la jntençion del otro; de lo qual se sigue que lo que non es
contrariamjento ha jntençion, del otro njn es contienda njn parte
de contienda. E commo la deliberaçion e demostraçion non sea
contrariaçion ha jntençion del otro, siguese que non es contienda
njn parte de contienda. E pues Hermágoras bien confesó que la
contienda es contraria [fol. 12v] ha Jntençion de otro, nescesario
es que confiese tanbien que la deliberaçion e demostraçion non
son contienda njn parte de contienda. E esta razon mesma allego
contra él, avnque diga que la primera afirmaçion que faze el
acusador o el primero ruego que faze el defensor son contienda.
Ca todavia ha lugar la razon por quanto demostraçion e
deliberaçion non pertenescen a esto.
E avn puedesse allegar otra razon la qual es esta. La cabsa
conjetural non puede ser en vno e avn respecto e en vn genero
mesmo conjetural e difinjtiua, njn la cabsa difinjtiua puede ser
difinjtiua e traslatiua. E generalmente fablando non hay alguna
contienda njn parte de contienda que pueda juntamente tener su
natura e la de la otra. Ca cada vna dellas se deue considerar
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sinplemente segunt su natura. E si otra alguna se ayunta, doblase
el numero de las contiendas, mas non se acresçienta la fuerça e la
natura de cada vna, commo si acaesçiese que oujesen contienda
sobre fecho e sobre entendimjento de vocablo conjuntamente. Ca
por ende non se puede dezir que estas dos cosas pertenescen a vna
manera de contienda. Ca la vna es conjetural e la otra difinjtiua e
njn la conjetural conprehende a la difinjtiua, njn la difinjtiua a la
conjetural, mas son dos juntas la qual non acaesce en la cabsa
deliberatiua. Ca en su genero mesmo contiene contienda
conjetural e contienda de genero e difinjtiua e traslatiua o vna
dellas o a las vezes muchas. Esso mesmo acaesce en la
demostraçion, de lo qual se sigue que la demostraçion e la
deliberaçion njn son contienda njn parte de contienda, commo
Hermágoras dixo, mas son generos de cabsas commo nos ante
deximos.
Capitulo iij [fol. 13r]
Tornando a nuestro proposito esta contienda de genero la
qual llamamos general, parescenos que tiene dos partes las quales
son estas: juridisçial e negoçial. Juridisçial es aquella en que se
cata qual es lo egual e lo justo e si deue ser dado galardon o pena.
Negoçial es aquella en que se considera qué derecho cunple e qué
egualdat segunt la costunbre de la çibdat e este cargo parescen
tener cerca de nos los jurisconsultos.
E esta parte juridisçial se distinge en otras dos partes, las
quales se llaman asy: absoluta e asuntiua. Absoluta se dize
aquella que contiene en sí quistion si es derecho o non aquello
sobre que se contiende. Asuntiua es aquella que de sí mesma non
da cosa firme para defender, mas de fuera toma alguna defension.
E esta asuntiua tiene quatro partes las quales son estas:
otorgamjento, qujtamjento del delito, relaçion del delicto,
comparaçon.
Otorgamjento es quando el reo non defiende lo que es fecho,
mas pide que sea perdonado. E esta parte que se dize
otorgamjento distingese en otras dos partes, las quales se llaman
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assy: purgaçion e ruego. La purgaçion es quando se otorga el
fecho, mas njegase la culpa. E esta purgaçion tiene otras tres
partes las quales se llaman asi: jndiscreçion, caso, nescesidat.
El ruego es quando el reo confiesa que pecó sçientemente e
pide que le sea perdonado, la qual manera acaesce tarde.
Qujtamjento del delicto es quando el reo qujere qujtar el
delicto que le ponen de sy e de su culpa e trabaja por lo pasar en
otro. E esto se puede fazer de dos maneras: la vna quando la cabsa
del fecho se pasa a otro, la otra quando el fecho se pasa en otro.
La cabsa se pasa en otro quando el reo dize que aquel fecho se
fizo por fuerça o poderio de otro. El fecho se [fol. 13v] pasa en
otro quando el reo dize que otro deujera e pudiera fazer aquel
fecho que le aponen razonablemente.
Conparaçion se dize quando el reo allega que fizo aquel
fecho de que le reprehenden porque otro alguno fiziese alguna
cosa buena e prouechosa para lo qual conplia que el reo fiziese
aquello que fizo.
En la quarta contienda que llamamos traslatiua el debate es
sobre si se demanda la cosa por qujen o a qujen o delante qujen o
por la manera o por la açtion o en el tiempo que deue o quando
sobre otra qualqujer manera de mudamjento se entiende. E esta
manera de contienda dizen que la falló Hermágoras, ca commo
qujer que muchos de los viejos oradores husasen della, non
curaron de la escriujr njn la posieron los scriptores desta arte en el
numero de las contiendas. E despues venjeron algunos rethoricos
que dixieron que Hermágoras non la fallara de nueuo, mas non
dixieron verdat en ello, lo qual fizieron non tanto por non lo
saber, commo por enbidia e detraer de Hermágoras.
E asi commo oystes auemos declarado las contiendas e las
partes dellas, mas los exemplos de cada vna paréscenos que los
declararemos mas prouechosamente quando en cada genero
fiziéremos los argumentos. Ca la razon del argumentar se faze
mas clara quando cerca del genero de la cabsa se pone luego el
exemplo.
Capitulo iiijo
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Asi declarada la contienda de la cabsa, es bien de considerar
si la cabsa es sinple o es ayuntada. E, si es ayuntada, si es por
ventura ayuntada de muchas [fol. 14r] questiones o si es ayuntada
de alguna conparacion. Sinple se dize la cabsa que tiene vna
question, commo si preguntásemos si es bien fazer guerra a
Corinthio o non. Ayuntada de muchas questiones la cabsa en que
se fazen muchas preguntas en esta manera; commo sy dixiesemos
si es bien destruyr del todo a Cartago o si es bien dexar morar en
ella a sus naturales, o si seria bien fazer la colonja; es a saber: tirar
dende todos los naturales e poblarla de otras gentes, ca a esto
llamauan colonja. Por conparaçion se dize ayuntada la cabsa
quando se pregunta por manera de contençion quál es lo mejor
entre diuersos fechos commo si preguntasemos, qual seria mejor
enbiar hueste a Maçedonja para que ayuden a nuestros conpañeros
e amjgos o tenerla en Ytalia para que aya grande copia de gentes
contra Anjbal.
E es de considerar demas desto si el debate es sobre scripto
o sobre razon. Debate de scripto se dize aquel que nasce de la
manera de la scriptura e deste debate son çinco generos, los
quales son estos.
El primero quando las palabras de la scriptura parescen
contradezir con la jntençion del scriptor. El segundo quando dos
leys o tres o mas entre si discuerdan. El terçero quando lo que es
scripto paresce signjficar dos cosas o mas. El quarto quando por
lo que es scripto se puede considerar lo que non es scripto. El
qujnto quando se pregunta de la fuerça de la palabra segunt que
deximos en la contienda difinjtiua. E estos çinco generos se
llaman asi: el primero llaman de scripto e de jntençion. El
segundo de contrarias leyes. El tercero anbiguo es a saber
dubdoso. El quarto dizen disputatiuo. El qujnto difinitiuo.
Disputar se dize quando toda la question non está en la scriptura,
mas está en alguna argumentaçion.
E quando considerado el genero de la cabssa [fol. 14v]
conosçieres la manera de la contienda e entendieres si es sinple o
ayuntada, deues avn más adelante considerar que tal es la question
e quál es la razon e quál es la judicaçion, que qujere dezir en este
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proposito dubda; e qual es el firmamento de la cabsa, que qujere
dezir prueua. Las quales cosas todas salen de la contienda.
La question es aquel debate que se engendra e nasce de la
rebuelta de las cabsas en esta manera, quando dize vno a otro:
“non feziste esto con derecho”, e responde el otro: “con derecho
lo fize.” La rebuelta de las cabsas es aquella en que está la
contienda e desta nasce el debate que llamamos question. En esta
manera si fizo aquel esto con derecho o non.
La razon es aquella que contiene la cabsa e si esta es tirada,
non queda debate alguno en la cabsa. 5 E para declaraçion desto
husemos de vn exiemplo publico e pongamos que acusan a
Orestes porque mató a su madre. Çierto es que non tiene
defension alguna saluo si dize que lo fizo con derecho, porque
ella mató a su padre. Ca si esta razon non oujese, non avria debate
alguno. Por ende la razon desta cabsa es que ella mató a
Agamenon.
La Judicaçion es aquel debate que nasce de la confirmaçion
e de la destruyçion de la razon. Commo en este mesmo exiemplo
dize Orestes: maté a mj madre por que ella mató amj padre.
Replica el aduersario: njn por ende deujeras tú matar a tu madre.
Ca pudiera ella ser punjda sin que tú cometieses tamaña maldad.
E desta rebuelta de la razon nasce aquel debate que llamamos
judicaçion e rebuelta. E esto es si fizo Orestes bien o mal en matar
a su madre porque mato a su padre.
Firmamjento se dize aquella argumentaçion muy firme e
rezia que faze el defensor para traer por sí la judicaçion. Commo
si qujsiese dezir Orestes que esa mesma voluntad [fol. 15r] tenja
de fazer a él que a su padre, ca le qujsiera matar e a ssus
hermanos e dstruyr su regno e la fama de su linage, e por ende
que a sus fijos prinçipalmente conuenja darle la pena.
E en esta manera nasce la judicaçion en los otros generos de
contiendas saluo en la que llamamos conjectural, porque en ella
non se contiende sobre la razon porque el fecho non se otorga, e
por ende non nasce la judicaçion de la rebuelta de la razon, mas es
5 GL: Tulljo aquj tanne la ystoria de Troya en que se cuenta que Agamenon fue
muerto por su muger quando tornó de la conquista e su fijo Orestes matola por ello, avn
que era su madre.
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nescesario que la question e la judicaçion sea todo vno e es esta si
el fecho que se dize se fizo o non e quántas contiendas son en la
cabsa e quantas partes dellas, tantas es nescesario que sean las
questiones e tantas las razones e judicaçiones e firmamentos
Titulo .iij. de las partes de la causa e primeramente del exordio
que qujere dezir comjenço.
Capitulo primero.
Falladas todas estas cosas que son en la cabsa deuemos
considerar las partes de toda la cabsa, ca non es nescesario que se
considere primero lo que primero se ha de dezir, porque las cosas
que primero se han de dezir para que se apropien bien a la cabsa,
deuense traer de las que despues se sigujeren; por ende desque
deligentemente e con la arte fueren falladas las cosas que
pertenescen a la judicaçion e dubda e los argumentos della e
tratados con cuydado e pensamjento, entonçe son de hordenar las
otras partes de la oraçion que quiere dezir fabla.
E estas segunt a nos paresce son seys, las quales son estas:
exordio, que quiere dezir comjenço; narraçion que qujere dezir
recontamjento [fol. 15v]; partiçion, confirmaçion, que qujere
dezir prueua; reprehension e conclusion. E porque el exordio deue
ser prinçipio de todas las otras partes, por ende primeramente
daremos del dotrinas algunas.
El exordio es aquella fabla que atrae sufiçientemente el
coraçon de qujen oye a lo que adelante se ha de dezir. E esto se
fará si se fiziere el coraçon de qujen oye benjuolo, que qujera bien
a qujen fabla e actento, que pare mjentes en lo que se dize e
enseñable. Por ende, qujen bien qujere fazer su exordio e
començar su cabsa, nescesario es que con deligençia conosca
primero el genero della.
Los generos de las cabsas son çinco, los quales son estos:
honesto, maraujllosso, baxo, dubdoso, obscuro.
Honesto genero de cabsa se dize quando la cabsa es tal en
que el coraçon de qujen oye da fauor sin njnguna fabla nuestra.
Maraujlloso se dize aquel en que el coraçon de los que han de oyr
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está enagenado e se estraña dello. Baxo se dize quando la cabsa es
menospreçiada por el oyente e non cura mucho de parar mjentes
en ella. Dubdoso se dize quando non paresce en que esta la dubda
o la cabsa es tal que tiene parte de honestad e parte de torpeza de
gujsa que puede traer bien querençia e saña e odio. Obscuro se
dize quando los oyentes están tardineros o perezosos o la cabsa es
rebuelta con negoçios difiçiles para entender.
E pues tan diuersos generos son de las cabsas, necesario es
que los exordios sean diuersos, porque en cada genero se deue
fazer el exordio de su manera. E el exordio partese en dos partes:
la vna se llama prinçipio e la otra jnsinuaçion.
El prinçipio se dize aquella fabla que claramente faze al
oyente benjuolo e enseñable e actento.
Jnsinuaçion se dize aquella fabla que con vna simulaçion e
con obscuro rodeo entra en el coraçon del oyente. E en el genero
de [fol. 16r] cabsa que llamamos maraujlloso, si del todo non
están sañudos los oyentes, pueden auer la benjuolençia por
manera de prinçipio; es a saber: fablando en ella claramente. Si
por ventura están mucho sañudos los oyentes, estonçes es forçado
de recurrir a la jnsinuaçion; es a saber: a fablar en la benjuolençia
por manera de rodeo. Ca si la paz e benjuolençia se pide a los
sañudos claramente, non solamente non se alcança, mas
acresçientase e ençiendese el odio. En el genero baxo de la cabsa
es forçado de fazer actento al oyente por tirar el menosprecio. En
el genero dubdoso de la cabsa, si es duboso porque tiene dubdosa
la judicaçion es de començar el esordio de la mesma judicaçion; si
es dubdosa porque tiene parte de torpeza e parte de honestad
cunple buscar benjuolençia de los oyentes e fazer que paresca
pasar la cabsa al genero honesto. Quando es el genero honesto,
puedese dexar este prinçipio e si cunpliere començar la fabla de la
narraçion o de alguna ley o de alguna muy firme razon de nuestro
yngenjo. E si por ventura nos plugujere husar de prinçipio,
buscaremos con él commo acrescentemos la benjuolençia de los
oyentes. E en el obscuro genero de la cabsa cunple que fagamos
con nuestro prinçipio ensennables a los oyentes
Capitulo .ij.
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Ya deximos qué cosas se deuen fazer en el exordio. Queda
que mostremos con qué razones se podrá esto acabar.
E es de saber: que la benjuolençia de los oyentes se alcança
por vna de quatro cosas: o por nuestra persona, o por la persona
de los aduersarios, o por la persona de los juezes, o por la natura
de la [fol. 16v] causa.
Por nuestra persona se alcançara si de nuestros fechos e de
nuestras buenas obras dixieremos algo sin hufana, si
desfiziéremos los malefiçios que nos aponen e las non honestas
sospechas, si declaráremos los dapños que nos han acaesçido e los
trabaJos e dificultades, si husaremos de humjlde ruego.
Por la persona de los aduersarios se alcançara benjuolençia
si los fizieremos venjr en odio e en jnujdia o en menospreçio de
los oyentes. En odio vernán si dixieremos lo que ellos fizieron
soberujosa e cruelmente e con maliçia. En jnujdia vernán si
dixieremos de sus riquezas, de su poderio, de sus parientes e que
husan dello con soberuja perezosamente, de guisa que paresca que
mas confian en estas cosas que en la justiçia de su cabsa. E en
menospreçio vernán si dixieremos de su rudeza e de su
negligençia e de su poquedat e de su studio perezoso e oçio
luxurioso.
Por la persona de los oyentes se alcançará la benjuolençia si
contáremos las cosas que por ellos son fechas con fortaleza, con
sabiduria, con mansedat. E que non se faga esto con mucha
adulaçion e ronçeria. Esso mesmo si dixieremos en quan honesta
reputaçion están e qué esperança tienen todos de su juyzio e
abtoridat.
De las cosas mesmas se alcançara la benjuolençia si
ensalçaremos nuesttra cabsa loándola, si abaxáremos la cabsa de
los aduersarios e la traxiéremos en menosprecio.
Actentos faremos los oyentes si demostráremos que las
cosas que auemos de dezir son grandes o nueuas o jncridibiles o
tales que tañen a todos e a los que las han de oyr, o a Dios
jnmortal o a la Republica. E si prometiéremos que declaráremos
[fol. 17r] en breue nuestra cabsa e la judicaçion o judicaçiones
que a ella pertenesçen.
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Enseñables faremos los oyentes si fermosamente e en breue
declaráremos el efecto de nuestra cabsa; es a saber aquello en que
está todo el debate. Ca si qujeres fazer enseñable al oyente,
nescesario es que le fagas actento. Ca aquel es mucho enseñable
que esta muy actento e con grande deligençia aparejado para oyr.
Capitulo iij.
De aquj adelante digamos de las jnsinuaçiones cómmo se
han de tractar, que son aquellas fablas que por manera de
disimulaçion e de rodeo se fazen. E es de husar de la jnsinuaçion
quando el genero de la cabsa es maraujlloso; es a saber quando el
coraçon del oyente es contrario segunt desuso deximos. E esto se
faze señaladamente por tres razones o alguna dellas. La primera si
en la cabsa es alguna torpeza. La segunda si el oyente está
enformado de otros en el contrario. La tercera si dan lugar al
orador que fable en el tiempo que están ya enojados los oyentes
de oyr a otros. Ca por esto a las vezes non menos que por las otras
razones acaesce de se enojar el oyente e a sañarse contra el
orador, si la torpeza de la cabsa trae aborresçmjento al oyente.
Si es porque tañe a omne que él non qujera bien, es de fablar
de otro que él ama. Si es por que la cosa non le paresce bien, es de
fablar de otra que a él plega, o a las vezes por la cosa que
aborresce es de fablar de omne que le plaze, e por el omne que
qujere mal es de fablar de la cosa que le paresce bien, de gujsa
que el coraçon del oyente sea traydo de lo que aborresce a lo que
ama. E disimularás que non qujeres defender aquello cuya
defension cuydan que tomas e desque el oyente fuere fecho mas
manso puedes entrar passo a passo en la defension e dezir que
aquellas cosas [fol. 17v] de que los aduersarios dizen mal, tan
poco parescen a ty bien. E despues que oujeres amansado el
oyente, demostrarás que cosa alguna de aquellas non tañe a ty e
que non qujeres dezir mal alguno de los aduersarios, njn vna cosa
njn otra de gujsa que abiertamente non digas de aquellos que son
amados, avnque obscuramente algo se diga fasta que en quanto
pudieres aredres dellos la voluntad del oyente e traerás a
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proposito abtoridat e juyzio que es digno de sser semejado de
algunos que dieron en semejante fecho, demostrando que esse
mesmo es el que tú tratas o semejante o mayor o menor.
E si por ventura los oyentes están ynformados por los
aduerssarios e creyeron lo que por ellos les fue dicho, lo qual
ligeramente conoscerá aquel que sabe quáles cosas son aquellas
que fazen al omne ser creydo, entonce conujene que diga el
orador que qujere començar a fablar de aquello que los
aduersarios pensaron que era mas çierto e mas firme e
començarás de los dichos del aduersario, señaladamente de
aquellos que el postrimeramente dixo, o dirás commo
maraujllándote que dubdas qué es lo que primero digas o a qual
argumento primero respondas. Ca quando el oyente vee que aquel
que él cuydaua que estaua turbado, con las razones del aduersario
está aparejado para contradezir con coraçon muy firme, a las
vezes entiende que non confia sin razon el orador, mas que él
creyó de ligero.
Si por venture el coraçon del oyente se enoja de oyr porque
está cansado de aver oydo a otros, prometerás que qujeres dezir
mas breue que cuydauas, non semejando al aduersario que dixo
largo. E si el negoçio lo lieua, prouechoso es començar de alguna
cosa nueua o que sea de reyr, qujer sea nasçida de lo que se dixo
allj lo qual trae bozes e estruendo, quier sea antigua commo [fol.
18r] fablilla o otra cosa que traya riso. E si a la dignidat del
negoçio non pertenesce obra de juego njn burla, non es dapñoso
traher a proposito en comjenço alguna cosa triste nueua o
espantable. Ca asi commo la fartura e enojo de la vianda se
relieua a las vezes con alguna cosa amarga, o se amansa con cosa
dulce, el coraçon cansado de oyr se refuerça con alguna maraujlla
e se renueua con riso. E las cosas que nos parescía que
apartadamente deujamos dezir de las partes del exordio, es a saber
del prinçipio, de la jnsinuaçion, son las que deximos. Agora
digamos en breue de amas juntamente aquello que nos paresce
que dezir se deue.
Capitulo iiijo
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El exordio deue auer mucho de maduridat e de buenas
conclusiones e generalmente deue contener en si todas las cosas
que pertenescen a dignjdat e honestad. Ca aquello se deue fazer
muy bien que cunple para que el orador paresca bien al oyente. E
non deue el orador demostrar en el exordio grañt fiesta e
solepnjdat e resplandor demasiado. Ca estas cosas fazen
sospechar que la fabla se hordenó con artifiçial deligençia e con
mucho aparejo e cuydado, las quales cosas tiran la fee a la fabla e
la abtoridat al orador.
Los herrores muy çiertos de los exordios, los quales con
grañt deligençia se deuen esqujuar son estos: Vulgar, comun,
mudable, luengo, apartado, traspasado, contra dotrinas. Vulgar se
dize el exordio que se puede apropriar a muchas cabsas, de gujsa
que a cada vno paresca conuenjble. Comun es el que puede
conuenjr tanbien a la contraria parte commo a aquella por qujen
se faze. Mudable es aquel que puede [fol. 18v] ligeramente por el
aduersario ser mudado e traydo por la parte contraria. Luengo es
aquel que es mas prolixo en palabras o en conclusiones que
cunplia. Apartado es aquel que non se saca de la cabsa mesma njn
conujene a la fabla asi commo vn mjenbro della. Traspasado se
dize aquel que faze otra cosa que el genero de la cabsa pide,
commo si alguno con el exordio faze enseñable al oyente quando
en la cabsa conplia procurar bien querençia, o quando husa de
prinçipio donde el negoçio pide jnsinuaçion. Contra doctrinas se
dize el exordio que non faze cosa alguna de aquellas porque los
exordios son fallados; es a saber: que njn faze al oyente benjuolo
njn actento njn enseñable o por ventura lo que es peor faze lo
contrario e del exordio asaz auemos dicho.
Titulo iiijo.
De la narraçion que qujere dezir recontamjento
Capitulo primero
La narraçion es aquella declaraçion e recontamjento que se
faze de las cosas fechas e tres generos son de las narraçiones. El
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primero es aquel en que la cabsa mesma e toda la razon del debate
se declara. El segundo es aquel en que salen a contar algunas
cosas de fuera de la cabsa, o por culpar a otros o por traer alguna
semejança o por delectaçion que non sea agena njn estraña del
negoçio que se trata, o por fazer mas fermosa la fabla. El tercero
genero es apartado de los pleitos e delos juyzios e este es aquel en
que por cabsa de delectaçion non dapñosa con exerçiçio de algunt
saber se dize algo o se scriue.
E las partes deste genero son dos. La vna consiste
prinçipalmente en los negoçios. La otra en las personas.
La parte que consiste en recontamjento de negoçios tiene
tres partes, las quales son estas: fablilla [fol. 19r], ystoria,
argumento. Fablilla es aquella en que se recuentan cosas que non
son verdaderas nin avn virisimjles, commo dixo vn poeta que las
angujllas muy grandes estauan atadas en vn yugo. Ystoria es
recontamjento del fecho que passó que es ya aredrado de la
memoria de nuestra hedat, commo dezimos que Sçipion fizo fazer
guerra a Cartago. Argumento es la cosa que es jnfingida e non
fue, mas es tal que podiera ser. Commo dize Terençio en vna
poetria fablando de vno este quando salio de Effesso.
Aquella narraçion que consiste en personas es de tal natura
que en ella en vno con las cosas mesmas se pueden considerar las
palabras de las personas e los coraçones en esta manera. Commo
dize Terençio 6 en aquella poetria, fingiendo que fablaua vno con
otro: “vjno a mj muchas vezes llorando: ¿qué fazes Mjçio, por
qué pierdes este moço?, ¿porque ama, porque beue, porque le das
espensas para estas cosas, porque le das demasiadamente de
bestir? Mucho eres tu jnabile para castigar el moço, mucho es el
moço duro alliende de lo que deuja ser segun egualdat e bondat.”
En este genero de narraçion deue aver mucha fiesta e
solepnjdat, la qual deue el conponedor hordenar e fazer de la
diuersidat de los fechos de la desemejança de los coraçones, de la
maduridat, de la mansedat, de la esperança, del mjedo, de la
sospecha, del desseo, de la disimulaçion, del herror, de la
6 (N.d.a.) Finge Terençio en vna poetria que fablauan vnos omnes en vno, lo qual non
fue, mas era cosa que podiera acaesçer.
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mjsericordia, de la mudança, de la fortuna, del dapño a desora, de
la alegria subita, del alegre fin de las cosas. E para esto tomaran
ornamentos de aquello que dizemos adelante çerca de la
elocuçion.
Capitulo .ij.
Agora digamos de la narraçion que contiene declaraçion de
la cabsa e esta deue aver tres cosas, las quales son [fol. 19v] estas:
que sea breue e clara e razonable.
Breue será si se tomare el comjenço de donde es necesario e
non se repitiere desde lo postrimero, e si el fecho de que basta
dezir el efecto non se recontare por menudo. Ca a las vezes
abonda dezir que es la cosa fecha avnque non cuentes commo se
fizo. E si non proçediere a recontar luengamente el fecho, mas de
lo que cunple e si non se pasare a contar otras cosas. E si dixiere
de tal gujsa que a las vezes se entienda por lo dicho lo que non se
dize. E si non solamente se dexare aquello que dapña, mas avn
aquello que njn daña njn aprouecha e si vna vez e non mas se
dixiere cada cosa e si non començare a dezir de lo que entonce
acabó. E a muchos acaesce que son engañados sigujendo breujdat
e cuydan que son breues e son muy luengos. Ca trabajan por dezir
muchas cosas en breue e no trabajan por dezir pocas e non mas de
aquellas que es nescesario commo en este exiemplo ssy dixieste
alguno: “fue a casa de Tiçio, llame al moço, respondiome,
pregunte por su señor, negome que estaua en casa.” E algunos
cuydarian que es esta narraçion breue. E es çierto que tantas cosas
non las podia dezir mas en breue, pero bastaua dezir la vna es a
saber: que le negaron en casa a Tiçio. E asi es luengo con
muchedunbre de cosas, avnque non con muchedunbre de
palabras. E en este género mucho es de esqujuar esta semejança
de breujdat. Ca non solamente es de desechar la demasia de las
palabras, mas avn la demasia de las cosas que nescesarias non
son.
Clara puede ser la narraçion si recontaremos los fechos
segunt que cada vno pasó, guardando la horden del tiempo.
Recontando primero lo que primero fue, diziendo cada cosa
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segunt passó o paresçiere que [fol. 20r] pudo pasar. E aquj es de
considerar que non se diga cosa alguna turbada njn rebueltamente,
njn pase a contar otras cosas, njn se repita el fecho desde lo
primero, njn llegue a lo que es del todo postrimero
demasiadamente, njn se dexe cosa de lo que pertenesçe al fecho.
E generalmente todas las doctrinas que son dadas para la breuedat
son de guardar en este genero. Ca a las vezes acaesce que se dexa
de entender la cosa por la longura tanto e mas que por la
obscuridat de la narraçion. E es de husar de palabras claras, de lo
qual diremos en las doctrinas de la eloquçion.
Razonable sera la narraçion si paresçiere que se contienen
en ella aquellas cosas que se suelen contener en la verdat si se
guardan las dignjdades de las personas, las cabsas de los fechos,
si paresçiere que ouo poderio de fazer aquel fecho qujen dize que
lo fizo, si ouo ende tiempo sufiçiente e asaz de espaçio e lugar
oportuno para lo que se cuenta. E si la cosa es tal que conujene a
la natura de los fechos que se dizen e a la costumbre del pueblo e
a la opinjon de los que oyen. Ca por estas cosas se faze el fecho
verisimjle e de creer.
E alliende desto es de considerar que non se faga la
narraçion de lo que dapña e que non se ynterponga lo que non
aprouecha e si se ynterpusiere que la ynterposiçion non se faga en
lugar non conuenjble o non commo el negoçio demanda. Dapñoso
es recontarse aquello que recontado trae grant saña e odio de los
que oyen, ca esto tal deue se amansar argumentando e
prosegujendo su cabsa. E quando esto acaesce cunple partir por
mjenbros el fecho e desparzerlos por la cabsa e a cada parte dar
luego la razon ante que a otro proceda, de gujsa que a la llaga esté
presta la melezina e el odio sea mitigado luego con la defension.
La narraçion se faze de lo que non cunple quando la [fol.
20v] cosa es declarada ya por los aduersarios. E es tal que non da
fuerça en que se cuente otra vez o que se cuente en otra manera, o
si los que oyen entienden que la cosa pasó de vna manera e a nos
non va dapño njn prouecho en que lo entiendan asi o non. Ca
quando esto acaesce es de sobreseer en la narraçion.
La narraçion se faze en lugar non conuenjente quando las
cosas non se recuentan en el lugar en que el negoçio lo requjere. E
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desto diremos quando tractaremos de la disposiçion, ca a ella
pertenesce esto.
La narraçion se faze non commo el negoçio demanda
quando lo que aprouecha al aduersario se recuenta clara e
fermosamente e lo que ayuda a si mesmo se recuenta obscura e
negligentemente e este viçio es de esqujuar. E el que recuenta
deue retornar todas las cosas a prouecho de su cabsa. E las que
son contrarias dexarlas si pudieren dexar e sy non las pudiere
dexar, tocarlas liujanamente. E lo que tañe a su prouecho
recontarlo con deligençia e con claridat.
Titulo quinto: de la partiçion.
Capitulo priermo
Asaz auemos dicho de la narraçion e recontamjento,
pasemos agora a fablar de la partiçion, la qual, quando bien se
faze en la cabsa, faze toda la fabla muy esclaresçida. E las partes
de la partiçion son dos e cada vna dellas cunple mucho para abrir
la cabsa e conosçer la contienda. La vna parte es aquella en que se
declara quál es aquello en que concordamos con los aduersarios e
quál es lo que queda en debate. E por esta sabe el oyente quál es
lo çierto e quál es lo que queda en debate para que ocupe su
coraçon en lo parar mjentes [fol. 21r] La otra parte es aquella en
que se declara breuemente e se destribuyen e reparten las cosas de
que auemos de dezir e esta faze que el oyente tenga en su coraçon
çiertas las cosas de que ha de dezir el orador e dichas aquellas
entiende que es acabada la fabla.
Agora dexamos estos generos de la partiçion, digamos
breuemente commo deuemos husar de cada vno dellos.
E aquella partiçion que demustra quál es aquello en que
están concordes e qué es en lo que discuerdan deue traer a
prouecho de su cabsa aquello en que están concordes, en esta
manera en el exiemplo que de suso posimos. Concordes estan
amas las partes que el fijo mató a su madre e de la otra parte
puedese dezir que estan concordes que Clitomestra mató a
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Agamenon e aquj cada vno allegó aquello en que eran concordes,
mas solamente allegó lo que aprouechaua a su cabsa. Despues es
de allegar para declaraçion de la judicaçion lo que está en
contienda.
La partiçion que contiene declaraçion de las cosas
departidas e destribuydas esta deue aver tres cosas, las quales son
estas: breujdat, absoluçion, poquedat. Breujdat se guarda quando
non se dize palabra alguna si non nescesaria e es prouechosa. La
breujdat en este genero porque al coraçon del oyente deuemos le
tener con las cosas mesmas, non con palabras njn ornamentos
estraños. Absoluçion es aquella razon por donde concluymos en
la partiçion todos los generos que fazen a la cabsa e en esta
partiçion es de parar mientes que non sea dexado algun genero
prouechoso, njn sea traydo despues tarde fuera de la partiçion, ca
esto es cosa muy viçiosa e torpe. La poquedat se guarda en la
partiçion si ponemos en ella los generos de las cosas e non
mesclamos con ellos las partes. Ca genero es aquello que contiene
so sí muchas partes, commo dezimos anjmal parte es aquella que
está so el genero commo cauallo. Mas a las vezes [fol. 21v]
acaesce que vna cosa mesma es genero por respecto a vno e parte
por respecto a otro. Enxiemplo desto: omne es parte por respecto
a animal e es genero por respecto a los omnes de Thebas e a los
omnes de Troya, ca cada vno dellos es omne.
E esta declaraçion posimos aqui mas deligentemente porque
claramente entendida la general partiçion se pueda en ella mejor
guardar la poquedat de los generos. Ca el que asi parte su fabla
que dize en esta guisa: “yo qujero mostrar que por la cobdiçia, por
la osadia, por la auariçia de los aduersarios venjeron todos estos
dapños a la Republica,” bien paresce que non entendió que dicho
el genero mesclaua la parte tener. Ca la cobdiçia es genero de
todas las solturas e la auariçia sin dubda es parte deste genero.
Por ende esto es de esqujuar: que si genero posieres en la
partiçion, non deues poner parte suya commo cosa diuersa. E si
en el genero hay muchas partes, avnque en la primera partiçion de
la cabsa se faga mençion del generalmente, despues se puede
mejor repartir a sus partes quando la cabsa venjere en estado en
que se aya de declarar aquel genero. Pertenesce eso mesmo a la
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poquedat que deximos, que non digamos que queremos mostrar
mas cosas de las que son menester en esta manera, commo si
dixiese alguno: yo qujero mostrar que los aduersarios podieron
fazer e qujsieron e fizieron esto. Ca abasta mostrar que lo fizieron.
Esso mesmo si la cabsa non ha menester partiçion e la repetimos e
husamos en ella de distribuçion, lo qual acaesce pocas vezes.
Capitulo .ij.
Son demás desto otras doctrinas en las partiçiones que non
son mucho nescesarias para la arte de rethorica, las quales están
en la philosophia de donde nos trasladamos estas que dichas
auemos, porque paresçian conuenjr a esta arte e non fallamos
algunas dellas en la otra arte de Rethorica [fol. 22r] que otros
conpusieron.
Eso mesmo deuemos nos menbrar que en toda fabla segunt
la horden que las partes leuaron en la partiçion, asi se prosigan en
el fablar e todas declaradas se acabe la fabla e non se diga cosa
alguna despues de la conclusion. E podemos allegar a esto aquello
que escriue Terencio de cómmo partia su razon breue e
prouechosamente vn viejo en la comedia de Andria, 7 ca queria
ynformar a su liberto e diziale asi: “tú conosceras la vida de mj
fijo e mj consejo e que quiero yo que fagas tú en este fecho.” E
asi commo lo propuso en la partiçion asi lo recuenta. Ca
primeramente dize la vida del fijo diziendo “esto despues que
salió de Epheso”, despues dize su consejo diziendo “yo agora
trabajo en esto,” depues lo que qujere que faga Sosias dizelo
postrimeramente diziendo “agora tu deues fazer”. E asi commo
este viejo de que faze mençion Terencio declaró la primera parte
que tenja propuesta e todas declaradas fizo fin de fablar, asi
deuemos fazer llegar a cada vna de las partes e todas declaradas
acabar la fabla.
Titulo sexto de la confirmaçion.
7 La comedia de andria es nonbre de vna poetria que conpuso Terençio.
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Capitulo primero
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Agora de aquj adelante segunt que la horden demanda
arésceme que deuemos dezir de la confirmaçion.
E es la confirmaçion aquella razon por la qual argumentando
ayuntamos firmeza e abtoridat de fee a nuestra cabsa. E desta
parte que se dize confirmaçion hay çiertas doctrinas las quales se
partirán por cada vno de los generos de las cabsas. Pero
paresceme que non será dapñoso que digamos vna commo
montaña e materia vnjuersal mesclada e confusa de todas las
argumentaçiones e despues digamos cómmo cunple confirmar
cada genero de cabsa sacando desta montaña las razones del
argumentar.
E es de saber que toda cosa se confirma argumentando o por
aquello que es atribuydo a las [fol. 22v] personas o por aquello
que es atribuydo a los negoçios.
A las personas pensamos que son atribuydas estas cosas que
se siguen: nonbre, natura, criança, fortuna, habito, afeçtion,
studios, consejos, fechos, acaesçimjentos, fablas.
Nonbre es aquello que se da a cada vna persona por el qual
es llamada por su propio e çierto vocablo.
Difinjr la natura seria difiçile e mas ligero es contar las
partes della, solamente aquellas que auemos menester para esta
doctrina que difinjr la toda. E destas partes de la natura que para
esto cunple conoscer algunas son en lo diujnal, algunas en genero
mortal, alguna es en el genero de los omnes, alguna es en el
genero de las bestias. E en el genero de los omnes hay diferençia
en los sexos. Ca los vnos son varones e las otras son fenbras. En
la nasçion en la tierra, en el linage e en la hedat. En la nasçion
commo si es griego o barbaro. En la tierra commo si es de
Athenas o de Laçedemonja. En el linage de quales desçiende o
que parientes tiene. En la hedat si es njño o moço entrado en dias
o viejo. E consideran se eso mesmo los prouechos segunt la
natura dada al coraçon o al cuerpo en esta manera. Si el omne de
quien fablan es rezio o flaco, luengo o pequeño, fermoso o feo,
ligero o pesado, sotil de yngenjo o rudo, de buena emoria o
olujdadizo, si es mansso, bien serujdor, vergonçoso, paçiente o
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Alfonso de Cartagena,
Cicerón, De Inventione Retorica.
non. E generalmente todas las cosas que son dadas por la natura al
coraçon o al cuerpo son de considerar en la consideraçion que
llamamos de natura. Ca las cosas que se alcançan por la yndustria
del omne pertenescen a la consideraçion del habito, de la qual
diremos adelante.
En la criança es de considerar con quáles o en qué manera o
sso cuyo poderio se crió, qué maestros ouo de las artes liberales,
qué enseñadores ouo en las maneras de beujr, con qué amjgos
husa, en qué negoçios, en qué ganançias, en qué artefiçio se
ocupa, de qué guisa admjnistra [fol. 23r] su fazienda, de qué
manera biue en su casa.
En la fortuna sse considera si es sieruo o libre, rico o pobre,
si es persona priuada o sy tiene algunt poderio o jurisdiçion. E si
poderio tiene, si lo tiene justamente o non, si es omne de grande
estado e bien andante o famoso o non, qué fijos tiene. E si de
omne que non es biuo preguntan, es de considerar qué muerte
murio.
Háito llamamos alguna firme perfeçtion del coraçon o del
cuerpo por alguna cosa o alguna doctrina de virtud o de arte o
alguna sçiençia o alguna buena manera del cuerpo, que non sea
dada por la natura, mas que sea ganada por su trabajo e yndustria.
La afeçtion se dize aquella mudança que acaesce en el
coraçon o en el cuerpo en algunt tiempo por algunt cabsa, commo
alegria, cobdiçia, miedo, tristeza, dolençia, flaqueza o otras cosas
semejantes.
El estudio es la ocupaçion del coraçon continua e rezia que
omne pone con grande voluntad çerca de alguna cosa, commo en
la philosophia o en poetria o en geometria o en otras sçiençias o
artes.
El consejo es aquella razon que omne piensa
verdaderamente para fazer alguna cosa o non la fazer.
Los fechos o los acaescimjentos e las fablas se deuen
considerar por tres tiempos: pasado o presente o futuro; es a
saber: qué fizo aquel de qujen fablamos o que le acaesçió o qué
dixo o qué faze o qué le acaesce o qué dize o qué ha de fazer o
qué le ha de acaescer o de qué fabla ha de husar. E esto es quanto
a las personas.
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Capitulo ij
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Quanto es a los negoçios lo que a ellos se atribuye es de
muchas maneras. Ca algo dello es aquello que se contiene en el
negoçio, algo se considera en la expediçion del negoçio, algo es
ayuntado al negoçio, algo se sigue del negoçio.
Las cosas [fol. 23v] que se contienen con el negoçio se
dizen aquellas que siempre estan fincadas en el e non se pueden
del apartar. E destas el primero es el breue ayuntamjento de todo
el negocio que contiene la suma e efecto; es a saber: por qué e
para qué e por cabsa de qué se fizo el fecho. Despues cátanse las
cosas que se fizieron ante del fecho fasta el mesmo negocio. E
despues destas se considera qué se fizo en el negocio e qué se fizo
despues.
En la expediçion del negoçio es de considerar qué manera
ouo de aquellas que se atribuyen a los negoçios, las quales son
estas: Logar, tiempo, modo, ocasion, facultad. El logar se
considera en la cosa que se dize ser fecha segunt la opportunjdat
que ouo para se fazer tal fecho. La opportunjdat se considera de la
grandeza del espaçio do estas lexos o çerca, de la soledat, de la
fama,de la natura del logar e de la vezindat de la otra tierra. E si
era sacro el logar o profano, que en este proposito qujere dezir
seglar o publico o priuado, ageno o de aquel de qujen fabla.
El tiempo es aquello de que agora husamos. Difinjrle
generalmente seria cosa difiçile, mas quanto a nuestro proposito
es vna parte de la eternjdat, que qujere dezir perdurableza con
çierta signjficaçion de çierto espaçio de dja o de noche. E cerca
desto deue considerar que son las cosas que pasaron asi aquellas
que por la antiguedat son ya olujdadas, de guisa que non se creen
e son tornadas en el cuento de las fablillas, commo aquellas que
ha grant tiempo que pasaron e son arredradas de nuestra memoria,
pero auemoslas por çiertas, porque hay dellas ystorias e
escripturas abtenticas. E esso mesmo las que ha poco tiempo que
pasaron e las pueden muchos saber e las que son presentes e
muchas vezes se fazen e las que se siguen dellas, segunt las quales
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se puede considerar quál es la cosa que se faze ayna o quál mas
tarde. E comunmente en la consideraçion del tiempo se deue
considerar la longura [fol. 24r] dél, ca muchas vezes es nescesario
medir el negoçio con el tiempo e ver si pudo la grandeza del
negoçio e muchedunbre de las cosas acabarse en tanto tiempo. E
es de considerar el tiempo del año e del mes e de la noche e del
dia e de la vigillia e de la ora e de la parte de la ora.
Ocasion se dize aquella parte del tiempo que tiene en si
opportunjdat sufiçiente para fazer alguna cosa o non la fazer. E
hay diferençia entre esta e el tiempo, ca maguer que son vnos en
genero, porque amos signjfican tiempo, pero son diuersos en esto,
que quando dezimos tiempo, signjficamos el espaçio que hay en
los años o en el año o en alguna parte del; quando dezimos
ocasion signjficamos alguna opportunjdat ayuntada al espaçio del
tiempo. Por ende, avnque sean vnos en genero, son diuersos en
speçie, segunt agora deximos. E esta ocasion se parte en tres
generos, los quales son estos: publico, comun, singular. Publico
es lo que toda la çibdat costunbra, commo los juegos, el folgar de
las fiestas, la guerra. Comun es lo que acaesce a todos poco mas o
menos en vn tiempo, commo el coger de los panes, la vendimja,
la callentura, el frio. Singular es lo que por alguna cabsa suele
acaescer singularmente a alguno, commo fazer bodas, ofrescer
sacrifiçio, sepellir finado e conbidar.
Modo es aquel en que se considera de qué manera o con qué
yntençion se fizo la cosa e las partes del modo son dos, las quales
son estas: fazerse las cosas sçientemente o fazer se non sabiendo.
Si se fizo la cosa sçientemente, puedese considerar de aquellas
cosas que dixo o fizo ascondidamente o en plaça, o si se fizo por
fuerça o por amonestamjento de otro. Quando la cosa se fizo non
sabiendo, esto pertenece a la purgaçion e tiene tres partes, las
quales son estas: nescesidat, o sinpleza, acaesçimjento. Nescesidat
e puede traerse a esto la grande ynclinaçion del coraçon, commo
tristeza, saña, amor [fol. 24v] e las otras cosas que son en
semejantes generos.
Facultad se dize aquello con que la cosa se faze mas
ligeramente o sin lo qual non se puede fazer.
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Ayuntado al negoçio entendemos que es aquello que es
mayor o menor o semejante al negoçio que se trata e lo que es
egual en grandeza o contrario o apartado o es genero dello o parte
o el euento que se suele dende segujr. Mayor o menor o egual en
grandeza se considera la cosa segunt la quantidat e calidat e figura
del negoçio, commo consideramos la grandeza de vna cosa
corporal por el estado e medida del cuerpo. Semejante dezimos en
las cosas jncorporales, ca a semejança de las cosas corporales que
se pueden conparar se juzga e conpara la natura de los negoçios
que tienen manera para se poder semejar. E por este respecto se
dizen grandes o pequeños. Contrario es lo que se pone so diuerso
genero de aquel so qujen está aquello a qujen es contrario e es
mucho diuerso desto, commo el frio del calor o la muerte de la
vida. Apartado se dize lo que se aparta mucho de la otra cosa,
añadiendo negaçion, commo si dixiesemos aquel sabe o aquel non
sabe. Genero es lo que contiene algunas partes, commo cobdiçia.
Parte se dize lo que está so algunt genero, commo amor e
auariçia, ca la cobdiçia conprehende mas cosas. Euento es la
salida del negoçio e en esto se suele considerar que salio de cada
cosa e que sale e que salirá. E porque en este genero pueda omne
mas çierta e mas prouechosamente ver lo que ha de salir del fecho
ante que salga, es de considerar que suele salir de lo semejante en
esta manera: del desdén suele salir malquerençia e de la soberuja
suele salir desden.
La quarta parte de las que deximos que se suelen atribuyr a
los negoçios es el segujmjento de las cosas que dellos se siguen. E
en esta parte suelense considerar qué son las cosas que se
consiguen de aquel fecho, e primeramente aquel fecho que se fizo
por qué nonbre se deue llamar e dende en adelante quáles fueron
los capitanes e falladores de aquel fecho e quáles le dieron
abtoridat. E quáles aprouaron aquella ynuençion e fueron [fol.
25r] segujdores della. E esso mesmo de aquella cosa, qué ley hay,
qué costunbre, qué açtion, qué juyzio, qué sçiençia, qué artefiçio,
qué natura. E si suele acaescer a menudo o si acaesce de tarde en
tarde. E despues desto es de considerar si los omnes suelen
aprouar por su abtoridat aquella cosa o si suelen escandalizar
della o auerla por mala. E todas las otras cosas que de tal fecho se
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suelen segujr luego o despues de algunt espacio. E
postrimeramente es de acatar si se sigue alguna cosa de aquellas
que son contadas en las partes de la honestad e del prouecho, de
las quales mas clara mente diremos adelante.
E estas cosas que desuso auemos nombrado son las que
poco mas o menos se atribuyen alos negoçios.
Capitulo .iij
Toda argumentaçion que se toma de los fundamentos que
de susso deximos partese en dos maneras; ca deue ser o probabile,
que en este proposito qujere dezir razonable o nescesaria. E para
que breuemente declaremos qué cosa es argumentaçion, es de
saber que argumentaçion es la razon fallada e sacada de algunt
genero para demostrar alguna cosa razonablemente o la concluyr
nescesariamente e dizense concluyr nescesariamente las cosas
quando son tales que se non podrian fazer njn prouar en otra
manera si non segunt se dizen, commo si arguyese alguno desta
guisa: si parió aquella muger, síguese que dormjó con varon. E
este genero de argumentar que consiste en demostraçion
nescesaria por la mayor parte se tracta en las fablas por vna de
tres maneras: o por conplexion, que en este proposito qujere dezir
vn tranamjento que a las vezes se faze de dos partes contrarias; o
por enumeraçion, que qujere dezir recontamjento; o por sinple
conclusion.
Argumentaçion por manera de conplexion se dize aquella
que qualquier de las partes que omne otorgare será reprehendido,
commo en este exienplo: si malo es aquel omne, por qué husas
con él; si bueno, por qué le acusas. Argumentaçion por manera de
enumeraçion es aquella en que se recuentan muchas cosas [fol.
25v] e, quitadas todas, queda alguna nescesariamente; commo en
este exiemplo: nescesario es que si este omne mató a aquel, que lo
fiziese o por enemjstad que con él tenja, o por mjedo o por
esperança de auer algo por su muerte o por fazer plazer a algunt
amjgo. Ca si alguna destas cabsas non hay, non le mató él; ca sin
cabsa non se puede cometer malefiçio. E pues njn auja enemjstad,
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njn algunt mjedo, njn esperança de prouecho que de su muerte le
venjese, njn conplia su muerte a algunt amjgo suyo, síguese que
non lo mató él.
Argumentaçion por sinple conclusion nescesariamente se
sigue en este exiemplo: “vos dezides que yo fize esto en aquel
tiempo; yo en este mesmo tiempo estaua alliende la mar, de lo
qual se sigue que non solamente non fize lo que vos dezides, mas
avn que non lo pude fazer.” E es deligentemente de acatar en este
genero de argumentaçion que non se pueda desfazer por alguna
manera e que la prueua que con esta argumentaçion se faze non
tenga solamente semejança de conclusion nescesaria, mas que de
fecho esté la argumentaçion asentada en nescesaria razon.
Probabile se dize aquello que poco mas o menos se suele fazer, o
lo que está puesto en la opinjon de los omnes, o lo que tiene en si
alguna semejança a esto que dicho es; qujer sea falso, qujer
verdadero en aquel genero de aquellas cosas que se suelen poco
mas o menos fazer. Fázese probabile la argumentaçion desta
manera: “si madre es, ama al fijo; si auariento es, menospreçia el
juramento.” Ca avnque esto non sea nescesario, porque puede
acaescer que alguna madre non ame al fijo e algunt auariento
guarde lo que jura, pero acaesce muchas vezes, en aquello que es
puesto en opinjon será probabile la argumentaçion en esta manera
diziendo asy: “a los malos están las penas aparejadas en el
ynfierno, e a los que trabajan en la philosophia la bien andança
diujnal.” 8
La semejança se suele acatar por la mayor parte en las cosas
contrarias e en las eguales e en aquellas que caen so esa mesma
razon. En las contrarias se faze la argumentaçion commo en este
enxiemplo: “si alguno dixiese assy, si es [fol. 26r] razonable
perdonar a los que fizieron mal non sabiendo, siguese que es
razonable non dar galardon a los que fizieron bien por
nescesidat.” En las eguales se arguye commo en este enxiemplo:
“asi commo en la mar non puede ser logar seguro a las naues si
non el puerto, asi non puede ser coraçon firme a los amjgos sin
8 GL: Aquj fabla Tullio errando commo gentil, ca las penas del ynfierno non se
creen por manera de opjnjon, mas por firme e verdadera e jndubdable fee sin dubda e
esitaçion alguna.
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fee.” En las cosas que caen so esta mesma razon se considera lo
probabile commo en este enxiemplo. “Si a los de Rodas non es
feo alqujlar el puerto, non fue feo a Ermacreonte tomarlo por
alqujler.” E destas cosas algunas son verdaderas, commo si
dixiesemos: “señal tiene, síguese que ouo llaga.” Algunas son
virisimjles, commo si dixiesemos: “mucho poluo trae en las
calças, síguese que viene de camjno.” 9
E porque en çiertas partes partamos todo lo probabile que se
toma para argumentaçion, es de saber que se parte en quatro
partes, las quales son estas: señal, creyble, juzgado, conparable,
que qujere dezir semejable. Señal es aquello que cae so sentido e
signjfica alguna cosa que paresce saber del fecho o que passo ante
o en el mesmo negoçio o fue despues, enpero es tal que ha
menester menor certenjdat e testimonio de prueua, commo la
sangre que sale de la ferida o la fuyda del omne o el amarillura de
la cara o él, e las cosas que son semejantes a estas.
Creyble es aquello que, sin algunt testigo, lo prueua la
opinjon del oyente, commo en este enxiemplo: non hay omne que
non desee que sus fijos sean sanos e bien andantes.
Juzgado es aquello que por consentmjento o abtoridat o
juyzio de alguno o de algunos es aprouado. E esto consiste en tres
generos, los quales con estos: religioso, comun, aprouado.
Religioso es aquello que juzgaron aquellos que son jurados para
juzgar segunt las leys. Comun es lo que todo el pueblo aprouó e
sigue, commo que nos leuantemos a los mas viejos e que ayamos
misericordia de los que a nos suplican. Aprouado es aquello que
los omnes por su abtoridat establesçieron que era bueno, avnque
era dubda si seria aujdo por bueno o por malo, commo el [fol.
26v] fecho de Graco el padre, que el pueblo romano le fizo consul
despues de la censura porque durante el ofiçio non fizo cosa
alguna sin sabiduria de su conpañero.
Conparable es aquello que tiene alguna semejante razon en
cosas diuersas, e esto se parte en tres partes las quales son estas:
ymagen, collaçion, exiemplo. Ymagen es la fabla que demuestra
camjno.
9 GL: Ca esto non es nescesario, por que puede traer poluo e non venjr de
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Cicerón, De Inventione Retorica.
semejança de cuerpos o de naturas. Collaçion es la fabla que
eguala vna cosa con otra por alguna semejança. Exiemplo es la
razon que qujere aprouar o reprouar alguna cosa, allegando
abtoridat o acaesçimjento de algunt omne o de algunt negoçio. E
los enxiemplos e las declaraçiones destas cosas se verán adelante
quando diremos las doctrinas de la elocuçion.
Capitulo .iiijo.
La fuente de la confirmaçion que es el argumentar ya la
abrimos segunt se pudo abrir, ca mostramosla tan claramente
commo la natura de la cosa padesçia mas commo la contienda e la
parte de contienda e qualquier debate, qujer consista en fabla,
qujer en escripto, se deua tratar. E quáles argumentaçiones
conujenen a cada cosa en el segundo libro lo diremos fablando
singularmente de cada genero. Ca en este primero libro solamente
desparzimos los numeros e las maneras e las partes del
argumentar confusa e mescladamente. Pero despues escogeremos
e discerneremos desta copia quál conuenga a cada vna de los
generos de las cabsas.
E la argumentaçion bien se puede fallar por estos
fundamantos que deximos, mas despues de fallada hornarse e
enderesçarse e polirse e partirse en çiertas partes es cosa muy
fermosa e muy nescesaria. E por la mayor parte non fablaron en
ello los escriptores desta arte, por ende paresceme que deuemos
dezir deste polimento e enderesçamjento porque la execuçion del
argumentar se ayunte a las ynuençiones [fol. 27r] de los
argumentos. E esto es de considerar con grant cuydado e
deligencia e non solamente hay grant prouecho en ello, mas avn
ay grant dificultad en dar las dotrinas que a ello pertenescen.
E es de saber que toda argumentaçion se deue fazer por vna
de dos maneras, las quales son estas: ynduçtion e raçionaçion.
Ynduçtion es aquella fabla que diziendo cosas non dubdosas e
çiertas atrae a si consentimjento de aquel con qujen fabla, con el
qual consentimjento le faze que aprueue aquello que era dubdoso
por semejança de aquellas cosas en que consintió; commo en este
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exiemplo: cuenta Esquines Socratico que dizía Socrates que
fablara Aspasia con Xenofon e con su muger en esta gujsa.
“Ruegote muger de Xenofon que me digas: si tu vezina toujese
mejor oro que tú tienes, ¿quál querrias más, el tuyo o el suyo?”
Respondió ella el suyo. Pereguntole: “mas toujese vestiduras e
hornamentos que valiesen mas que los tuyos, ¿quales querrías
más, los tuyos o los suyos?” Respondió ella los suyos. E esto
dicho preguntole si toujese mejor marido que el tuyo, “¿qual
querrías más, el tuyo o el suyo?” Ouo verguença la muger de
Xenofon e calló.
Entonce dixo a Xenofon: “Ruégote Xenofon que me digas si
tu vezino touiese mejor cauallo que tú, ¿quál querrías más, el tuyo
o el suyo?” Respondió Xenofon el suyo. “E si toujese mejor
heredat que tú ¿qual querrías más, la tuya o la suya?” Respondió
la suya. “¿E si toujese mejor muger que tú, quál querrías más, la
tuya o la suya? A esto calló Xenofon.
Entonce dixo Aspasia: “porque cada vno de vosotros non me
respondió a aquello que yo solamente quería saber e por lo que
preguntaua las otras cosas, yo mesmo diré lo que cada vno de vos
piensa, lo qual es esto: tú, muger de Xenofon, querrías muy buen
marido e tu Xenofon querrías muy buena muger; por ende si non
fizieredes que tú seas el mejor omne de la tierra e tu la mejor
muger [fol. 27v] siempre querredes aquello que pensaredes que es
mejor. E tú desearás ser siempre marido de muy buena muger e tu
ser casada con muy buen varon.
E asi Aspasia, diziendo cosas que non eran dubdosas, ouo
consentimjento; de gujsa que por la semejança de aquellas e por la
razon del preguntar, se otorgase aquello que fuera dubdoso si
apartadamente lo preguntaua.
E desta manera de fabla husaua mucho Socrates, ca non
queria él de suyo dezir cosa alguna para ynduzir al otro mas de lo
que dizía el que disputaua con él; formaua las argumentaçiones
porque, segunt lo que auja dicho, oujese de otorgar lo que él
queria.
E en este genero de argumentaçion primeramente auemos de
parar mjentes que aquello que traemos para semejança sea tal que
nescesario se aya de otorgar, ca pues por ello queremos fazer
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otorgar lo dubdoso conujene que ello non sea dubdoso. Es eso
mesmo de acatar que aquello que queremos prouar sea semejante
a aquellas cosas que traemos por claras para lo prouar. Ca en otra
gujsa non nos aprouecharía que nos otorgasen lo que dezimos, si
non es semejante a ello aquello para cuya prueua lo traemos. E
demas desto es de acatar que non entienda aquel contra qujen se
trae ha qué fin se fazen aquellas ynducçiones, ca el que vee que si
otorga lo que le preguntan que averá nescesario de otorgar lo que
le desplaze, por la mayor parte o non respondiendo o mal
respondiendo non consentirá prosceder adelante la razon. Por
ende, por esta manera de preguntas non sabiendolo, es de traer de
lo que otorgó a lo que non qujere otorgar. E asi atraydo forçado es
que o calle o lo otorgue o lo njegue e si lo njega entonçes es de
demostrar la semejança de las cosas que otorgó con la que non
qujere otorgar. O es de traer otra ynduçtion. Si lo otorga es de
concluyr la argumentaçion. Si calla es de afincar que responda. O
por quanto el callar paresce confesion, es de concluyr la
argumentaçion commo si fuera otorgada.
E asi este genero [fol. 28r] de argumentaçion se faze de tres
partes: la vna consiste en las semejanças vna o dos o más que se
traen para prouar lo que qujeren. La segunda consiste en lo que
queremos que nos otorguen, por cuya cabsa se traen las
semejanças. La tercera consiste en la conclusion que aprueua el
otorgamjento o demuestra qué es lo que se sigue del.
E porque por aventura parescera a alguno que non auemos
claramente esto demostrado si non ponemos algunt exiemplo en
genero de cabsas de pleitos, es bien que husemos de vn exiemplo
de pleito, non porque la doctrina sea diuersa. Ca quanto a esto esa
mesma doctrina ha logar en las contençiones de los juyzios que en
las otras fablas, mas porque satisfagamos a la voluntad de
aquellos que lo que veen en vn logar non lo saben conoscer en
otro, si non gelo muestran, pongamos vn exiemplo.
E este sea aquella cabsa que fue mucho publicada entre los
griegos, la qual fue quando Ephamjnudas, enperador de los
thebanos, no dio hueste a su subsçesor segunt la ley e detóuola
pocos dias e venció con ella del todo a los de Lacedemonjia. Ca
en esta cabsa podria qujen le acusase husar de vna argumentaçion
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Cicerón, De Inventione Retorica.
por manera de jnduçtion atenjéndose a la escriptura de la ley,
contra la yntençion de qujen la fizo. E diziendo a los juezes en
esta gujsa: “O, Juezes, si esto que Ephamjnudas dize, es a saber,
que la yntençion de qujen fizo la ley es de punjr al que detiene la
hueste ssaluo si lo faze por prouecho de la republica, sy él lo
qujsiese añader en la ley mesma e escriujrlo asi, ¿consintiriades
gelo o non? Por çierto pienso que non. E si vos mesmos, lo que
vos non fariades, ca es cosa muy arredrada de vuestra religion e
sabiduria, qujsieredes por honrra suya añader esta excepçion a la
ley sin mandado del pueblo, ¿cuydades si el pueblo thebano lo
consentiría? Por çierto non. Pues lo que es maldat añaderlo a la
ley paresce vos que es bien segujrlo commo si fuese escripto en
ella. Por çierto, yo conosco vuestro entendimjento [fol. 28v] ¡O,
Juezes! e sé que vos non parescerá asi. Por ende, si la voluntad de
qujen la escriujó non puede ser corregida por escriptura por vos
njn por él, parad mjentes si es cosa mucho mas fea mudar de
fecho por vuestra sentençia lo que avn de palabra non podriades
mudar.
Capitulo v.
Asaz auemos dicho quanto a lo presente de la
argumentaçion que se faze por manera de ynduçtion. De aquj
adelante consideremos la fuerça e naturaleza de aquella que se
faze por manera de raçionaçion. La raçionaçion es aquella fabla
que saca de la question mesma alguna cosa probable, la qual,
declarada e conosçida por sí, confirme e prueue a sí mesma. Ca
los que deligentemente consideraron este genero de
argumentaçion, avnque en el huso del fablar fueron concordes,
pero en la manera de la doctrina fueron algunt tanto discordes. Ca
algunos dellos partieron este genero en çinco partes. Algunos
dixieron que non se podria partir mas que en tres. E paresceme
que es prouechoso que declaremos la discordia destos en vno con
la razon que cada vno dellos por si tiene. Ca breue es e non es de
tal gujsa que alguna destas opinjones sea del todo vana. Mas cada
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Cicerón, De Inventione Retorica.
vna dellas tiene alguna verdat. E este fundamento de argumentar
non es de menospreçiar en las fablas.
E es de saber que aquellos que piensan que en çinco partes
se destribuye esta manera de argumentaçion dizen asi: que aquel
que desta manera quiere argumentar deue primeramente declarar
el efecto de su argumentaçion, commo en este exiemplo,
diziendo: “mejor se fazen las cosas que se gujan con consejo que
aquellas que se admjnjstran sin consejo.” E esta cuentan ellos por
la primera parte e dizen que se deue prouar [fol. 29r] por diuersas
razones e por muy abundosas palabras en esta manera: “la casa
que se rige e se goujerna por razon es más enderesçada e mas
aparejada en todas las cosas que aquella que se admjnjstra
locamente e sin ningunt consejo. La hueste que es gujada por
emperador sabidor e sotil se rige muy mas prouechosamente en
todos sus fechos que aquella que es admjnjstrada por locura e
nesçio atreujmjento de alguno. E esta mesma razon ha logar en el
naujo. Ca aquella nao faze su viaje muy bien que tiene
gouernador muy sabio.”
E quando la propusiçion en esta manera es ya prouada e
pasaron estas dos partes de la raçionaçion, dizen ellos que deues
ya dezir lo que qujeres mostrar por fuerça de la proposiçion que
has dicho en esta gujsa. “E non hay cosa alguna entre todas las
cosas que mejor sea admjnjstrada que todo el mundo” e esta es la
tercera parte de la raçionaçion.
E despues della en el quarto logar dizen que es de tomar otra
aprouaçion, commo diziendo, asi en este exiemplo, que posimos:
“los nasçimjentos de los signos e el poner dellos guardan vna
horden limjtada e los mudamjentos de cada año non solamente se
fazen de vna gujsa por nescesidat, mas avn son apropiados a
prouecho de todas las cosas e las mudanças de los dias e de las
noches nunca fueron mudadas, mas alternanse todavia de vna
gujsa e nunca dañaron a cosa alguna”, las quales cosas todas son
señal que la natura del mundo es admjnjstrada con consejo non
mediano, mas muy grande.
E en el qujnto logar es de dezir vna conclusion que concluye
en vna de dos maneras: o solamente aquello que de todas las
partes qujso concluyr, diziendo asi en el exiemplo suso dicho:
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“síguese que el mundo es admjnjstrado con consejo”; o ayuntando
en vn logar todas las proposiçiones e prueuas dellas diziendo asi
en el exiemplo ya dicho: “pues que asi es, que mejor se
admjnjstran las cosas que se fazen con consejo que las que sin
consejo se fazen. E non hay cosa en todas las cosas que mejor
[fol. 29v] se admjnjstre que todo el mundo, siguese que el mundo
es admjnjstrado con consejo.” E asi piensan que es partida esta
argumentaçion en çinco partes.
Los otros que dizen que es partida en tres partes non dizen
ellos que se ha de fazer de otra guisa, ca bien entienden que así es
de fazer commo deximos, mas reprehenden la partiçion della, ca
dizen que las prueuas de la primera proposiçion e de la terçera
non son partes apartadas, mas son vnas con sus proposiçiones. Ca
non se dize propusiçion acabada la que está confirmada con su
prueua. E por ende aquellas que los otros dizen que son dos
partes, es a saber, primera e segunda e llámanlas proposiçion. Ca
si non toujese aprouaçion non seria proposiçion de la
argumentaçion. E eso mesmo las que los otros dizen que son dos
partes, es a saber tercera e quarta, e llámanlas asumpçion e
aprouaçion, dizen estos que es vna e llamanla asumpçion e asi la
argumentaçion que se faze de vna manera paresce a los vnos que
tiene tres partes e a los otros çinco. De lo qual se sigue que la
diuersidat destas opinjones non trae diferençia en el exerçiçio del
fablar. Ca en esto amas concuerdan, mas trae diferençia en la
manera de la doctrina.
E quanto a nos, parece que es mas prouechosa aquella
partiçion que parte esta argumentaçion en çinco partes. E esta
sigujeron por la mayor parte todos aquellos que fueron segujdores
de las doctrinas de Aristotiles e de Theufrasto. Ca asi commo
Socrates e los Socraticos husauan por la mayor parte de aquel
genero de argumentar que de suso deximos que se llama
argumentaçion por ynduçtion, asi Aristotiles e los periphateticos e
Theofrasto husaron mucho este genero de argumentaçion que se
faze por raçionaçion. E despues lo sigujeron aquellos que fueron
aujdos por rethoricos muy sotiles e muy dulces. E parescenos que
deuemos dezir por qué razon nos paresce esta partiçion mejor,
porque non piensen que la segujmos locamente e deuemos lo
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dezir en breue porque non tardemos en ello mas que la razon de la
doctrina demanda.
E digamos asy: si hay alguna argumentaçion en que seria
[fol. 30r] flaca la proposicion si non se ayuntase a ella aprouaçion,
siguese que la aprouaçion es cosa apartada de la proposiçion. Ca
lo que se puede ayuntar a alguna cosa e apartar della non es
aquello mesmo ha que se ayunta e de que se aparta. E pues hay
alguna argumentaçion en que la proposiçion non ha menester
prueua e hay alguna argumentaçion que non vale cosa alguna sin
prueua segunt demostraremos, siguese que la aprobaçion es cosa
apartada de la proposiçion. E mostrarse ha esto que prometimos
en esta manera.
Aquella proposiçion que contiene en si alguna cosa
magnjfiesta e que es nescesario que todos la ayan por çierta, non
cunple quererla firmar njn aprouar, commo en este exiemplo si
alguno dize asi: “Si el dia que esta muerte se fizo en Roma yo
estaua en Athenas non pude ser en ella.” Ca esto porque es
claramente verdadero non cunple prouarlo. Mas conujene segujr
la proposiçion e dezir en esta gujsa: “en aquel dia estaua yo en
Athenas.” E si esto non es çierto, ha menester prueua, la qual
fecha vienen a la conclusion. E puede dezir: “síguese que yo non
puedo ser en esta muerte.” E asi hay alguna proposiçion que non
ha menester aprouaçion, ca de auer algunas que han menester
prueua, non es nescesario de lo mostrar porque cada vno se lo
vee. E si asi es, síguese que es apartada la aprouaçion de la
proposiçion, de lo qual se concluye que es falso dezir que la
argumentaçion non tiene mas de tres partes.
E semejante se puede dezir en la terçera parte que llamamos
asumpçion. Ca si hay alguna argumentaçion en que basta husar de
la asumpçion e non es menester de ayuntar prueua e hay alguna
argumentaçion en que seria flaca la asumpçion si non le fuese
ayuntada prueua, síguese que la aprouaçion es cosa apartada de la
asumpçion. E çierto es que hay alguna argumentaçion en que la
asumpçion non ha menester prueua. E hay otra en que non valería
cosa sin prueua. E asi nescesario se concluye que la aprouaçion es
cosa apartada de la asumpçion e mostraremos esto que
prometimos en esta gujsa: hay argumentaçion en que la
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asumpçion [fol. 30v] non ha menester prueua e ay otra en que non
valería cosa sin prueua. E asi nescesario se concluye que la
aprouaçion es cosa apartada de la asumpcion e mostraremos esto
que prometimos en esta gujsa, commo en este exiemplo si dixiese
alguno asi: “Conplidero es querer saber, conujene trabajar en la
philosophia.” Esta proposiçion ha menester prueua, ca non es
clara njn la han todos por çierta, porque muchos hay que cuydan
que la philosophia non aprouecha, e avn algunos piensan que
dapña, mas la asumpçion es clara la qual es esta. Cosa complidera
es saber, ca esto es cosa clara de si mesma e cada vno la entiende.
Por ende non ha menester prueua. Mas luego es de concluyr la
argumentaçion en esta gujsa: síguese que conujene trabajar en la
philosophia. E asi paresce que hay alguna asumpçion que non ha
menester prouaçion. Ca de aver alguna que aya menester prueua,
claro es. E asi se concluye que la aprouaçion es cosa apartada de
la asumpçion, de lo qual se sigue que es falso dezir que la
argumentaçion non tiene mas de tres partes.
E de lo que dicho es, asaz claro paresce que hay alguna
argumentaçion en que njn la proposiçion njn la asumpçion ha
menester prueua. E pongamos vn exiemplo breue porque sea
çierto. Si alguno dixiese asi: “Si con grant deligençia la sabiduria
se deue catar, con grañt deligençia la nescedat e locura es de
esqujuar.” E pues la sabiduria se deue catar con grañt deligençia
siguese que la nescedat es de esqujuar con grande deligençia. E en
esta argumentaçion la asumpçion e la proposiçion son claras e
amas non han menester aprouaçion. E de todas estas cosas se
demuestra claramente que la aprouaçion, a las vezes se ayunta, a
las vezes non, de lo qual se sigue que la aprouaçion non se
contiene en la asumpçion njn en la proposiçion, [fol. 31r] mas
cada vna dellas tiene su logar e su fuerça apartada. E asi bien
partieron aquellos que la argumentaçion destribuyeron en çinco
partes.
Capitulo .vj.
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Concluyendo lo suso escripto es de saber que la
argumentaçion que se faze por raçionaçion contiene çinco partes,
las quales son estas: proposiçion, por la qual se declara
breuemente el fundamento de donde salle toda la fuerça de la
raçionaçion; aprouaçion por la qual aquello que breuemente es
dicho se prueua por razones e se faze mas abierto e mas claro;
asumpçion, por la qual se trae a proposito aquello de la
proposiçion que faze al fecho que qujeren prouar; aprouaçion de
la asumpçion, por la qual se confirma con razones aquello que es
traydo ha proposito; conclusion, por la qual breuemente se declara
aquello que de toda la argumentaçion qujeren concluyr. E asi la
argumentaçion que mas partes tiene en estas çinco esta otra
argumentaçion hay que tiene quatro partes, otras tres, otras dos. E
cada vno puede ver que es asi. E de aquellas cosas que son çiertas
poneremos exiemplo e de las que son dubdosas daremos razones.
Argumentaçion de çinco partes se podria fazer en este
exiemplo, commo si alguno dixiese: 10 “¡O Juezes!, todas las leys
se deuen traer aprouecho de la Republica e son de ynterpretar
segunt el prouecho comun e non segunt la escriptura de las letras.
Ca esta virtud e sabiduria tenjan nuestros antecesores que en
escreujr las leys non curauan de otra cosa si non de la salud e
prouecho de la Republica. E njn ellos querian escreujr cosa que
dapñase e avnque lo escriujesen, bien [fol. 31v] entendian quando
fuese entendido sería refusada la ley que dapño troxiese. Ca non
hay alguno que qujera guardar las leys por cabsa de las leys, mas
por cabsa de la Republica e todos piensan que se admjnjstra muy
bien la Republica con las leys. Por ende, segunt aquel fin para que
las leys se mandan guardar, conujene ynterpretar la escriptura
dellas. E pues a la Republica serujmos, deuemos jnterpretar las
leys segunt el prouecho della. Ca asi commo de la mediçina non
cunple otra cosa tomar si non aquello que pertenesce a prouecho e
sanjdat del cuerpo, porque por cabsa del fue leuantada, asi de las
leys non conujene alguna cosa aluedriar si non lo que cunple a la
Republica, porque por cabsa della fueron establesçidas. Por ende
Ephamjnudas.
10 (N.d.a.) Torna Tullio a argujr en el exiemplo que de suso puso en la cabsa de
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en este juyzio dexad de escodriñar las letras de la ley e considerad
la ley segunt que es razonable al prouecho de la Republica. Ca
¿quál cosa fue más prouechosa a los de Thebas que ser
supremjdos los de Laçedemonja, que eran sus enemjgos?, o ¿quál
cosa pertenescía más que acatase Ephamjnudas, enperador de los
thebanos, que los suyos oujesen vitoria?; o ¿quál cosa por más
cara e más amada o por mejor conujene aver que tamaña gloria de
los thebanos con tan claro e tan fermoso trihunpho? Por ende,
dexada la escritura de la ley, deujó Ephamjnudas considerar la
jntençion de qujén la escriujo. E esto asaz cosa considerada es que
non hay alguna ley escripta si non por cabsa de la Republica. Por
ende penso que era soberana locura non jnterpretar segunt la salud
de la Republica lo que por salud della era escripto. E si todas las
leys conujenen ser referidas a prouecho de la Republica, e este
Ephamjnudas fizo prouecho a ella, síguese que non se puede dezir
que en vn mesmo fecho fizo prouecho a toda la comunjdat e
desobedesçió a las [fol. 32r] leyes, ante paresce auerlas
obedesçido, pues por el prouecho comun, el qual el guardó, son
establesçidas.”
En quatro partes se faze la argumentaçion quando
proponemos o asumjmos sin prouaçion lo qual se deue fazer
quando la proposiçion se entiende por si mesma o la asumpçion
es clara e non ha menester prueua e dexada la prueua de la
asumpçion, fazese la argumentaçion en quatro. Commo en este
exiemplo, si alguno contra Ephamjnudas dixiese asi: “¡O Juezes!,
vos que sodes juramentados a juzgar segunt la ley,
nescesariamente deuedes obedescer las leyes. E obedescer a las
leys non podedes si non segujdes lo que es escripto en ellas. Ca,
¿quál mas çierto testimonjo de su voluntad puede dexar el que
escriujó la ley que la escriptura la qual él escriujó con grant
cuydado e deligençia. E si las letras non toujésemos con grant
trauajo las buscariamos por conoscer por ellas la voluntad del
escriptor. E non consentiríamos a Ephamjnudas si non toujese
pleito que le tañese que nos jnterpretase la yntençion de la ley,
pues más razonable es que non le suframos, tenjendo presta e
clara la ley, jnterpretar la voluntad del scriptor non segunt que
está magnjfiestamente escripto, mas segunt que cunple a su
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negoçio. E si vos, juezes, deuedes obedescer a las leys, e esto non
podedes fazer si non seguides lo que es escripto en la ley, ¿por
qué dubdades de juzgar que este Ephamjnudas fizo contra la ley?”
Dexada la aprouaçion de la asumpçion, se puede fazer la
argumentaçion en quatro partes segunt este exiemplo. Si alguno
dixiese: “Non deuemos dar fee a las palabras de aquellos que
muchas vezes contra la fee nos engañaron. Ca si algunt dapño
resçibiésemos por la su deslealtad, non podríamos
razonablemente acusar a otro saluo [fol. 32v] a nos mesmos e ser
omne egañado . La primera vez es dapño, la segunda es liujandat,
la tercera es torpeza e nescedat. E pues los de Cartago muchas
vezes nos engañaron, soberana locura es aver esperança en la fee
de aquellos por la deslealtad de los quales tantas vezes somos
engañados.”
Dexada la aprouaçion asi de la proposiçion commo de la
asumpcion, se puede fazer la argumentaçion en tres partes.
Commo en este exiemplo, si alguno dize asy: “Vna de dos cosas
nos cunple: o auer temor de los de Cartago, si los dexamos asi
seguros; o que destruyamos su çibdat e çierto es que non cunple
aver themor dellos, pues siguese que deuamos destruyr su çibdat.”
Capitulo .vij.
Algunos hay que piensan que algunas vezes se puede callar
la conclusion quando lo que se sigue de la proposiçion es claro. E
quando esto acaesce fazese la argumentaçion de dos partes; en
esta manera, commo si alguno dixiese asi: “si la muger parió, non
es virgen.” E “esta muger parió” aquj dizen que basta asaz fazer la
proposiçion e asumpçion e dexar la conclusion porque es tan clara
que non es menester de la dezir. Pero a nos paresce que toda
raçionaçion es de concluyr e aquel viçio que a ellos desplaze, es a
saber: poner en la conclusion lo que es mucho claro, se deue
esqujuar con grant cuydado, lo qual todo se puede fazer si son
bien entendidos los generos de los ayuntamjentos de las
propossiçiones. Ca o ayuntaremos e pornemos en vno la
proposiçion e la asumpçion en esta manera, commo diziendo en el
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exiemplo suso escripto: “si todas las leyes conujene ser eferidas al
prouecho [fol. 33r] de la Republica, e este Ephamjnudas a
prouecho a la salud publica, por çierto non puede ser dicho que en
vn fecho mesmo fizo bien a la salud comun e non obedesçio a las
leys.” O tomaremos el contrario de la conclusion en esta manera,
en el exiemplo suso dicho de Cartago diziendo: “siguese que es
soberana locura auer esperança en la fee de aquellos por la
deslealtad de los quales tantas vezes eres engañado.” O de otra
gujsa que concluyamos solamente aquello que queremos dezir,
commo en este mesmo exiemplo diziendo: “siguese que
destruyamos la çibdat.” O que esprimamos lo que se sigue de
aquello que queremos concluyr, commo en el exiemplo de la
muger que diziamos en esta gujsa: “si la muger pario, çierto es
que dormjó con varon.” Esta parió, siguese que “dormjó con
varon”. E si non quieres dezir esto por que es muy claro,
conclúyelo que dello se sigue e dirás: “síguese que cometió
jncesto o adulterio” segunt la calidat del caso en que se fabla. E
asi concluyrás la argumentaçion e non será la conclusion muy
clara la qual qujeres esqujuar. E por ende en las argumentaçiones
muy luengas es de concluyr por estos atraymjentos o por los
contrarios. En las breues es de declarar solamente aquello que
omne quiere prouar. E en aquellas en que la conclusion seria muy
clara, es de husar de aquello que se sigue de la conclusion segunt
que de suso deximos.
E si algunos hay que piensan algunas vezes basta asaz
fazerse la argumentaçion con vna parte sola, commo en el
exiemplo suso dicho, diziendo asi: “pues parió, con varon
dormjó”, porque en tal caso pueden pensar que njn es menester
asumpçion njn aprobaçion njn conclusion. Pero a nos paresce que
estos yerran en la signjficaçion del nombre. Ca la argumentaçion,
avnque tiene vn nombre, signjfica dos cosas, es a saber: que
argumentaçion es la cosa fallada razonable o nescesaria para
prouar alguna cosa, e el polimjento artefiçioso desta cosa fallada.
E quando dizen algo en esta manera: “pues parió, con varon
dormjó”, dizen la cosa fallada, mas non dizen el polimjento della.
E nos fablamos de las partes deste polimjento.
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Por [fol. 33v] ende aquella razon que estos dizen non
pertenesce a este fecho e con esta respuesta podemos desechar
otras razones que parescen fazer contra la partiçion que deximos
de algunos si hay que piensan que la asumpçion se puede tirar o la
proposiçion la qual tiene alguna osa probabile o nescesaria sin
dubda en algo mouera al oyente. Ca solamente curasemos de la
cosa que se dize e non fiziesemos mençion de la manera en que se
dize lo que es pensado, non se faria tan grant diferençia commo se
faze entre los soberanos oradores e los medianos. Mas non
solamente es de acatar lo que se dize, mas avn la forma en que se
dize. Por ende el que tracta de la argumentaçion deue curar non
solamente de la cosa fallada, mas avn del polimjento de la manera
del fablar.
Capitulo viijo.
Con grande cuydado cunple diuersificar e variar la oraçion ca en
todas las cosas la semejança es madre de la fartura. E esto se
puede fazer si non començaremos siempre de vna manera la
argumentaçion. E lo primero conujene distingujr la fabla en los
mesmos generos e a las vezes husar de manera de jnduçtion, a las
vezes de raçionaçion e en la argumentaçion non començar
siempre de proposiçion, njn siempre fazer argumentaçion de çinco
partes, njn polir las partiçiones de la razon siempre por vna
manera. Mas a las vezes començar de la asumpçion, a las vezes de
la aprouaçion e alternarlas e trocarlas, e a las vezes husar de vna
manera de conclusion e a las vezes de otra. E para que esto se vea
bien o escriujendo o fablando en qualquier de los exiemplos, se
puede ver quán ligero es de fazer.
E parescenos que asaz auemos dicho de las partes de la
argumentaçon e bien queremos que entiendan los que esto leyeren
que nos sabemos que por otras razones muchas e obscuras se
tractan las argumentaçiones [fol. 34r] en la philosophia, de las
quales hay çierta arte. Pero paresçionos que non son para el huso
de orar e para la arte de la eloquençia, mas aquellas que
pertenescen para fablar e orar nos non afirmamos que las deximos
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mas prouechosamente que los otros, mas dezimos que las auemos
escripto con mayor deligençia e cuydado. E agora segunt que
presumjmos por aquella horden pasaremos a las otras cosas.
Titulo septimo de la reprehension
Capitulo primero
Reprehension es aquella por la qual argumentando omne o
destruye o aflaca o adelgaza la confirmaçion de los aduersarios. E
esta fázese por aquella mesma fuente de jnuençion por la qual se
faze la confirmaçion. Ca por aquella manera de fundamjentos que
se puede la cosa confirmar e prouar, por esa manera e por essos
mesmos fundamantos se puede destroyr. E non hay de considerar
en todas estas jnuençiones si non aquello que es atribuydo a las
personas e a los negoçios. Por ende de las doctrinas que ya
auemos dicho, las quales se han de traspasar a esta parte de fabla
que llamamos reprehension, se deue hordenar la jnuençion e
argumentaçion e polimjento della. Pero porque alguna doctrina
espeçial se dé en esta parte, declararemos las maneras de la
reprehension e qujen las guardare mas ligeramente podrá desfazer
o destruyr las argumentaçiones que contra él se fazen.
E toda argumentaçion se reprehende por alguna de las
maneras que se siguen. La primera si por ventura non se otorga
alguna cosa o muchas de las que fueron puestas en la asumpçion.
La segunda si se njega que de las cosas otorgadas se ssygue la
conclusion que el arguyente qujso prouar. La tercera si se muestra
que el genero de la argumentaçion non es bueno. La quarta si
contra alguna firme argumentaçion se trae otra tanto o más firme.
[fol. 34v] De las cosas que fueron dichas en la asumpçion, non se
otorga algo, commo quando aquello que dizía el que argumentaua
que era creyble se njega ser así o lo que dizía que era semejable se
muestra que non es semejante o lo que allegaua por juzgado se
rebuelue por la otra parte o se reprueua del todo el juyzio o lo que
dizía el argumentador que era señal se njega ser asy o si se
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reprehande el ayuntamjento de diuersas razones en la vna parte o
en amas o si el cuento de diuersas cosas se prueua ser falso o si la
sinple conclusion se demuestra contra él en alguna cosa falsa.
Ca todo lo que se toma para argumentar, qujer sea de cosa
probabile, quier de cosa nescesaria, conujene que se tome de los
fundamentos que desuso deximos. Lo que es tomado por cosa
creyble se destruya si se muestra ser claramente falso en esta
manera, commo si dixiese alguno: “Non hay alguno que non
qujera mas el dinero que la sabiduria.” Ca esto magnjfiestamente
es falso, porque algunos hay que qujeren mas la sabiduria que el
dinero. O si hay alguna cosa contraria que sea creyble, commo si
dixiese alguno: “¿quál hay que non sea mas cobdiçioso de los
actos de la virtud que del djnero?”, porque hay algunos que farían
el contrario. Que si se dize que del todo non es creyble aquello
que era puesto por creyble, commo si alguno, que es çierto que es
auariento, dixiese que por cabsa de algunt acto de virtud mediano
menospreçió muy grant quantia de djnero; o si aquello que en
algunas cosas acaesce e en algunos omnes, digan que se faze
comunmente en todos en esta manera, commo si dixiese alguno:
“los que pobres son, más qujeren el djnero que los actos de la
virtud”, ca non lo fazen todos los pobres. O si dixiese alguno asy:
“pues aquel logar es desierto, nescesario es que allj se fiziese esta
muerte”; ca aquel omne podia ser muerto en logar publico. Ca
esto non ha logar todavia, porque a las vezes acaesce [fol. 35r] el
contrario. O si aquello que se faze pocas vezes, dizes que nunca
se faze, commo dizja Courio en fauor de Fulujo que non podia
alguno en vna vista njn de pasada enamorarse; ca esto avnque
comunmente sea, pero podria en algunt caso acaescer el contrario.
E lo que es tomado por señal, por aquellos mesmos
fundamentos porque se prueua, se puede destroyr. Ca en la señal
primeramente es nescesario que sea verdadero aquello que por
señal se toma e dende que sea propria señal de aquello porque se
toma e de que se tracta. Commo la sangre es señal de la muerte,
despues que sea tal cosa la que se fizo que non se deujera fazer. E
postrimeramente es menester que aquel de qujen tratan sopiese la
ley e la costunbre de aquella cosa. Ca estas cosas son atribuydas a
la señal, las quales declararemos con mas deligençia quando
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fablaremos de la contienda conjectural. E asi en la reprehension es
de dezir o que non es señal o que es pequeña para tamaño fecho o
que faze mas por el que fabla que por los aduersarios o que del
todo es falso lo que dizen o que se pudo traer a otra sospecha
demas de aquello ha que ellos lo qujeren traer.
Capitulo .ij
Quando alguna cosa se trae por manera de semejable por
quanto aquello se tracta por semejança, conuerná en reprehender
negar que es semejante a aquello para que se trae; lo qual se podrá
fazer si se demostrare que es diuerso en genero o en natura o en
fuerça o en grandeza o en tiempo o en logar o en persona o en
opinion. E si se muestra en qué reputaçion se puede tomar aquello
que se trae por semejança e en qué logar aquello para cuya
semejança se trae. E mostrado esto, mostrar luego qué diferençia
hay entre [fol. 35v] la vna cosa e la otra, de lo qual mostraremos
que se deue reputar e tener por otra cosa aquello que se compara e
por otra aquello ha que se conpara. E esta manera de reprehension
auemos mucho menester quando queremos reprehender alguna
argumentaçion que es fecha por manera de jnduçtion.
E si se trae contra uos alguna cosa judgada, porque esto
prinçipalmente se confirma e toma actoridat por estos
fundamentos, es a saber, por loor de aquellos que lo judgaron. E
por semejança de aquella cosa de que se tracta a aquella que fue
juzgada e remenbrando e diziendo que non solamente non fue
reprehendido aquel juyzio, mas avn que fue de todos aprouado e
loado, e demostrando que mayor e más difíçile cosa fue aquella
que fue judgada que traen para prouar, que aquella que está en
juyzio, en tal caso conplirá reprehender la tal argumentaçion por
fundamentos contrarios, si hay para ello razon verdadera o
verisimjle e será de acatar deligentemente si por ventura non faze
a propósito de lo que se tracta aquello que fue judgado. E es de
ver si es tal cosa la que traen en la qual se ha de reprehender el
que la judgó, de gujsa que paresca que qujeren reprehender e
judgar a aquel que la judgó.
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Cumple eso mesmo parar mjentes si son otras cosas
juzgadas de otra manera, de gujsa que aquello que traen por
judgado paresca cosa singular o tal que se fizo pocas vezes. Ca
por estas razones la actoridat de lo judgado se puede mucho
destroyr o amenguar. E aquellas cosas que se traen commo
razonables por la manera suso dicha se puede temptar de las
desfazer.
Capitulo iij
Aquellas cosas que se traen commo nescesarias e semejan
argumentaçion nescesaria e non lo son, puedense reprehender en
la manera que se sigue. Primeramente, la conplexion [fol. 36r] e
ayuntamjento de dos partes que es fecha de tal guisa que
qualqujer parte otorgada paresce enteramente concluyr, si
verdadera es, nunca se puede reprehender; si falsa es, reprehender
se ha por vna de dos maneras. O por conuersion o por destruçion
de la vna parte. Por conuersion es a saber: retornando la razon
contra el arguyente en esta manera, commo si alguno dixiese asy:
“si este que tú acusas es omne de verguença, ¿para qué acusas a
aquel que tiene en poco ser acusado?” Ca el que faze esta razon,
entiende que qujer confieses que es omne de verguença, qujer non
que avrás de otorgar que non deue ser acusado. E esta
argumentaçion se puede reprehender por manera de conuersion en
esta gujsa, diziendo asi: “ante se deue acusar. Ca si es omne de
verguença, no terná en poco la acusaçion. E si tiene el yngenjo
desuergonçado, razon es de acusarle, pues es mal omne.” Por
destrucçion de la vna parte se puede reprehender en este mesmo
exiemplo respondiendo asy: “si omne de vergüença es, por la
acusaçion se corregirá e se partirá del herror.”
La enumeraçion e recontamjento de las partes se dize
viçiosa si se dexa alguna cosa para lo que queremos que sea
otorgado o si contamos cosa flaca que se pueda contradezir, o tal
que non aya cabsa alguna porque non se pueda otorgar
honestamente dexase algo en la enumeraçion, commo en este
exiemplo, si dixiese alguno asi: “tú que tienes este cauallo,
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nescesario es que o lo conpraste o lo heredaste o te fue dado o
nascio en tu casa. E sy esto non es, siguese que lo furtaste. E pues
non lo conpraste, njn lo heredaste, njn te fue dado, njn nasçio en
tu casa, concluyese que lo furtaste.” Esto se puede reprehender
bien respondiendo que aquel cauallo fue tomado de los enemjgos
e le ouo en su parte, lo qual al dicho se [fol. 36v] destruye la
enumeraçion e recontamjento, porque aquello que se responde
non fue recontado en ello. En otra manera se reprehenderá si se
dize contra aquello commo en el exiemplo suso dicho, si muestra
que ouo el cauallo por herençia, o si aquello que qujeren que
confiese non es cosa torpe e se puede bien otorgar, commo si
dixiesen los aduersarios a alguno: “o tú quesistes poner
asechanças o quesiste fazer plazer a tu amigo o te mouiste con
cobdiçia”, ca bien puede responder: “qujse fazer plazer a mj
amjgo”, lo qual non es cosa torpe.
Capitulo iiijo
La sinple conclusion se puede reprehender si aquello que
qujere que se siga non paresce segujrse nescesariamente de lo que
ante se dixo. Ca dezir asi: “si spiritu tiene, bjue”; “si de dia es, luz
hay”, es de tal gujsa que de lo primero nescesariamente se sigue
lo postrimero. Mas si alguno dixiese asi: “si aquella es madre,
ama”; “si aquel alguna vez pecó, nunca se corregirá”, conujene
que se reprehenda, demostrando que non se sigue nescesariamente
lo primero de lo postrimero. Ca acaesce a las vezes la madre non
amar al fijo e el que pecó corregirse. Este genero e las otras cosas
nescesarias a la arte del argumentar e la reprehension de las
argumentaçiones contienen vna mayor materia e mas largamente
e mejor se deue declarar que aquj se declara, mas el
conosçimjento e la doctrina de aquella arte es tamaña e de tal
manera que non se puede ayuntar del todo a alguna parte desta
arte de Rethorica que tractamos, mas es tal que requjere grande
ensenamjento e de luengo tiempo e apartado desta arte. [fol. 37r]
Por ende aquellas cosas que a ello pertenescen en otro tiempo e
para otro proposito, si buenamente pudieremos las declararemos.
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Agora conujene nos que seamos contentos para el huso del fablar
de las doctrinas de los Rethoricos.
E quando de lo que se toma en la asumpçion alguna cosa
non se otorga, destruyese el argumento segunt que dexjmos.
Mas quando de las cosas otorgadas non se sigue la
conclusion, es de considerar esto si por ventura se dize vna cosa e
se faze otra. Commo si alguno diga que partió de su casa para yr a
la hueste e contra él qujera otro husar de tal argumento: “sy
venjeras a la hueste vierante los capitanes de los caualleros. E
pues non te vieron, siguese que non partiste para la hueste.” Ca
aquj, si otorgares la proposiçion e la asumpçion, es de destroyr la
conclusion porque otra cosa se concluyó que de nescesidat se
concluya. Porque bien puede ser partir para la hueste e non llegar
njn lo ver el capitan.
E agora porque mas claramente se entendiese la materia,
posimos este exiemplo que tienen claro e grande herror, porque se
canbian las palabras. Ca al comjenço dize del venjr e despues
concluye en el partir. Mas muchas vezes acaesce que el herror es
mas obscuro e pasa por verdat. Commo quando non te mjenbras
bien de lo que otorgaste, o si otorgaste cosa dubdosa por çierta. E
quando otorgares cosa dubdosa e por aquella confesion te
qujsieren concluyr, conujene que demuestres que non se sigue la
conclusion de lo que tu otorgaste en la manera que tú lo
entendiste, mas que el aduersario la qujso traer a otro
entendimjento. E asj que la conclusion non sale de lo que tú
otorgaste, mas de lo que él qujso entender. Commo en este
exiemplo, si alguno qujsiese prouar a algunos mercadores que
eran pobres e argumentase asi: “sy avedes menester djnero, non
tenedes djnero, [fol. 37v] si non tenedes djnero pobres sodes e
çierto es que auedes menester dinero, ca en otra gujsa non
trabajaríades en mercadoria, pues syguese que sodes pobres.” Este
argumento se reprehende asy que dirá la otra parte: “quando tú
dizias: `si aujades menester djnero non tenedes djnero´, esto
entendia yo si tanto era el menester que tornaua en pobreza e por
ende lo otorgaua; e quando tú dizías adelante `auedes menester
djnero´, entendía yo que querías dezir que querríamos tener más
djnero.” E asi destas confesiones non se concluye que somos
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pobres, mas bien se concluyera si al comjenço confesáramos que
el que quería auer mayor quantia de la que tiene, non tiene djnero
alguno. Mas esto non se confesó.
A las vezes cuydan que has olujdado lo que confesaste. E
por ende ponen en la conclusion lo que non se sigue. Commo si
qujsiesen concluyr en esta manera, si alguno dixiese asi: “si a
aquel pertenesçía la herençia de fulano, verisimjle es que él lo
mató”, e va prouado esto por muchas palabras, e despues dize que
a aquel pertenesçia la herençia. E dende concluye que aquel lo
mató. Ca non se sigue esto de lo que auja dicho, porque otra cosa
es ser versimjle que lo mató e otra dezir que lo mató. Ca lo vno
muestra presumpçion, lo otro certenjdat. Por ende cunple
diligentemente acatar qué es lo que primeramente se dixo e qué es
lo que se sigue dello.
Capitulo v.
El género de la argumentaçion se puede mostrar errado por
estas cabsas que se siguen, es a saber: si en el mesmo hay herror,
o si non faze propiamente a proposito lo que se dize. Herror ay en
el argumento en las maneras sigujentes: [fol. 38r] si es todo falso,
o si es todo comun, o si es vulgar, o si es flaco, o si es apartado, o
si husa de mala difiniçion, o si es en si rebuelto, o si es claro o si
es non otorgado, o si es torpe, o si es ofensoso, o si es contrario, o
si es moujble o si es dapñoso.
Falso argumento es aquel en que claramente se contiene
mentira, commo si dixiese alguno: “non puede ser sabidor aquel
que menospreçia el djnero, Socrates menospreçiaua el djnero,
siguese que non era sabidor.” Ca magnjfiestamente mjiente el que
dize que el que menospreçiaua el djnero non puede ser sabidor.
Comun es aquel argumento que tanbien faze por los
aduersarios commo por él. Commo si dixiese alguno: “¡O Juezes!,
por esto razoné breuemente, porque tenja verdadera cabsa.” Ca
tan bien podrá dezir esto el aduersario contra él, commo él lo dixo
contra el aduersario.
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Vulgar es aquel que si non se otorga se puede traspasar a
cosa non probabile njn razonable, commo si dixiese alguno: “si
parara mjentes non lo cometiera,” o si la cosa que es claramente
torpe qujere encobrir con flaca defension, commo si dixiese
alguno a otro: “avnque todos los otros te acatauan quando
floresçias, yo te dexé, e agora que eres dexado de todos, yo solo
con muy grañt peligro trabajo por te restituyr.”
Apartado se dize el argumento quando alguno allega alguna
cabsa para reprehender a otro mas de lexos de lo que es razon.
Commo si reprehendiendo los males que venjeron en Roma por
los Gracos, dixiese alguno asy: “si Plubio Sçipion non diera su
fija Cornelia por muger a Tiberio Graco, e él non oujera en ella
dos fijos, aquellos que llamaron los Gracos, non se leuantaran
tantos boliçios en Roma commo se leuantaron. Por ende este
dapño es de ynputar a Sçipion.” Ca esta razon mucho es de lexos
e poca culpa ha Sçipion en los malefiçios que fizieron sus njetos.
E desta guisa [fol. 38v] es aquella querella que escriue el poeta
diziendo asy: “bueno fuera que en el Montepellio non cayeran en
tierra las vigas cortadas con segures,” ca demas lueñe viene esta
quexa que demanda el fecho, ca el cortar de la madera mucho es
aredrado del mal que despues se faze con ella, si fazen naujos
para flota o pertrechos para conbate o astas para armas e se sigue
algunt mal dello.
Mala difiniçion es quando en ella se ponen cosas comunes,
commo si alguno dixiese asi: “bolleçedor e leuantador de pueblo
es aquel que es çibdadano malo o sin prouecho.” Ca estas
palabras non conuenjeron mas al bollecedor e leuantador del
pueblo que al mouedor de malos pleitos calupniosamente, o al
que qujere la honrra más de razon o a otro mal omne; o si
contienen alguna falsedat en esta gujsa, commo si dixiese alguno:
“sabiduria es el cuydado de allegar djnero”, ca esto non es así: asi
contiene alguna cosa non tan grande njn tan pesada commo deue,
commo se dixiese “la locura es cobdiçia de gloria sin medida”. Ca
commo qujer que esto es locura, pero es vna manera della. E non
contiene todas las otras maneras de la locura, las quales son
muchas.
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En si rebuelto es el argumento quando, para declarar vna
dubda, traen otra cosa dubdosa en esta gujsa, commo si dixiese
alguno: “los dioses de Ehoeçia que tienen el poderio de los
soberanos e de los ynfiernos, fazen paz entre sy e dan concordia a
los omnes”. Ca njn lo vno njn lo otro se sabe.
Claro es aquello en que non hay debate, commo si aquello
de que acusauan a Oreste qujsiesen prouar, es a saber, que mató a
su madre, ca çierto es que la mató e la dubda non era sobre la [fol.
39r] muerte, mas contendían sobre si deujó matarla o non.
Non otorgado es quando aquello que se acresçienta e se trae
para prouar lo otro non es çierto e está en debate, commo si aquel
que acusaua a Vlixes trabajase en prouar que es cosa yndigna que
vn omne perezoso e de poco bien matase a Ajaz, que fue varon
muy fuerte.
Torpe es quando aquello que se dize segunt el logar en que
se dize o el omne que lo dize o el tiempo en que se dize o segunt
los que lo oyen o segunt la materia de que fabla es yndigno e non
honesto.
Ofensoso es aquello que enoja las voluntades de los que lo
oyen, commo si alguno que cobdiçiase aver algunt juzgado entre
los caualleros de Roma loase la ley agraria, la qual fue desplazible
al estado de la caualleria.
Contrario es quando alguno reprehende aquellas cosas que
fizieron aquellos que lo oyen, commo si delante Alixandre de
Maçedonja acusando alguno a otro que destruyera alguna çibdat,
dixiese el acusado que non hay cosa mas cruel que destroyr las
çibdades. Ca el mesmo Alixandre destruyo la çibdat de Thebas.
Moujble es quando vn omne mesmo de vna cosa fabla
desuariada e diuersamente, commo si alguno dixiese que el omne
virtuoso non ha menester otra cosa alguna para bien beujr saluo la
virtud, e despues dixiese que sin sanjdat non puede omne bien
beujr; o si dixiese alguno que husa con su amjgo por la bien
querençia e dize despues que espera dél aver prouecho.
Dañoso es quando aquello que se dize daña en algo e
enpesce a lo que el que lo dize qujere fazer, commo si el capitan
quando esfuerça los caualleros para pelear, loase la fuerça e la
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muchedunbre e la bien andança de los enemjgos. Ca esto faze a
las vezes enflaqueçer el esfuerço de los suyos [fol. 39v]
Quando alguna parte de la argumentaçion non faze al
proposito de lo que fablan, forçado será que en algunt herror de
los que se siguen caya, es a saber: si prometió de prouar muchas
cosas e prueua pocas; o si deuja prouar toda la razon e prueua
parte della, en esta gujsa, commo si alguno dixiese: el linaje de las
mugeres es auariento, ca Eriphila vendió por oro la vida de su
marido. Ca non se sigue por ende que todas las mugeres sean
auarientas. O si defendiese aquello que non le acusan, commo si
alguno fuese acusado que por djneros mercaua dignjdat e él se
defendiese diziendo que era fuerte en armas, segunt cuenta
Euripides que fazía Anphion e Pacurio. Cuenta que vno a qujen
dizian mal de la musica, defendiéndola, loaua la sabidoría. O si
culpa las cosas non por culpa dellas, mas por culpa del omne.
Commo si alguno reprehendiese la doctrina por los herrores de
algunt doctor o si alguno queriendo loar a otro non le loase de la
virtud, mas de la bien andança. O si alguno conpara de tal gujsa
vna cosa con otra que piensa que non loa a la vna si non denuesta
a la otra; o si loa de tal gujsa a la vna, que non faze mençion de la
otra; o commo quando algunos deliberan si avrán guerra o non,
otro loa la paz del todo e non demuestra si aquella guerra es
dapñosa o sin prouecho. O si quando fablan de çierta cosa, otro
fabla de cosa comun e general. O si dan razon falsa de alguna
cosa, commo si dixiese alguno: buena cosa es el djnero, porque
ello mas que otra cosa faze la vida bienauenturada. Ca esto non es
asy. O si dan razon flaca commo dizía Plauto, el qual dixo: “grant
mal es, e crueldat, castigar al amjgo por culpa avnque lo meresca,
pero en la moçedat prouechoso es e atráelo a la virtud el castigo.
Ca yo a mj amjgo non le castigaré por su culpa njn [fol. 40r]
meresçimjento,” ca esta Razon es flaca, porque avnque él asi lo
fiziese, non se sigue por ende que es asi de fazer. E en otro logar
dixo asy: “muy grant mal es la auariçia, porque la cobdiçia del
djnero a muchos trae grandes dapños”. Ca otras razones hay
porque la auariçia es mala. O si non es sufiçiente la razon, commo
si dixiese alguno: “muy grant bien es la amjstad, porque hay
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muchas delectaciones en ella”. Ca non es esta la prinçipal razon
porque es buena la amjstad.
Capitulo vij.
La quarta manera de la reprehension era quando contra
argumentaçion firme se trae otra tan firme o más. E esta manera
de reprehension se husa señaladamente en las deliberaciones
quando aquello que contradezimos confesamos que es razonable,
mas lo que nos defendemos demostramos que es nescesario; o
quando confesamos que lo que los otros defienden es prouechoso,
mas demostramos que lo que nos dezimos es honesto.
Titulo octauo: de la conclusion
Capitulo primero
Estas cosas pensamos que se deujan dezir de la reprehension.
Agora de aquj adelante djremos de la conclusion. E Hermágoras
pone que para la postrimera conclusion se deue fazer vna
digresion que en este proposito qujere dezir traspasamjento de vna
razon en otra. E en esta digresion e traspasamjento piensa él que
deue entremeter vna fabla que sea apartada [fol. 40v] de la cabsa
e de la dubda della, la qual fabla contenga o loor de si o denuesto
de su aduersario, o traya alguna otra razon de que faga algo de
confirmaçion o de reprehension, non reprehendiendo njn
argumentando, mas acresçentando lo reprehendido o
argumentando por vna manera de engrandesçimjento dello e de
reforçamjento. E si alguno pensare que esta digresion es parte de
la oraçion e fabla, sigualo si le plugujere. Ca nos ya djmos en
parte las doctrinas del acrescentar e loar e denostar e en parte en
su lugar sean dadas, mas a nos non plaze que esta parte que
llaman digresion sea puesta en cuento de las partes, porque non
auemos por bien que se traspasse de la cabsa a la conclusion si
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non por materia comun e non por materia apartada. E deste
genero despues se dirá, mas a nos non plaze que los loores e los
denuestos se tracten apartadamente, mas que sean ynxeridos en
las mesmas argumentaçiones.
Agora diremos de la conclusion. E la conclusion es la salida
e determjnaçion de toda la fabla. E esta tiene tres partes:
enumeraçion, yndignaçion e conquestion. Enumeraçion que
qujere dezir recontamjento por el qual las cosas que son dichas
desparzida e derramadamente se recogen en vn logar e porque
mejor se remjenbren se ponen so vn acatamjento. Si se faze
siempre en vna manera, todos entenderán claramente que se tracta
con arte, mas si se faze en diuersas maneras, qujtase esta sospecha
e avn qujtase el enojo de los oyentes. Por ende cunple fazer
commo muchos fazen: primeramente pasar por lo mas ligero e
tañer cada cosa singularmente e pasar por todas las
argumentaçiones breuemente e despues dezir lo que es mas
difiçile e graue [fol. 41r] diziendo quales partes oujste declarado
en la partiçion e de quales prometiste que dirias, por quáles
razones prouaste cada vna de las partes e entonçe preguntar a los
que lo oyen qué es lo que más deuen querer que les sea
desmostrado, diziendo en esta gujsa: aquello prouamos, esto otro
mostramos claro. E asi retornará el oyente en su memoria todas
las cosas en vno e pensará que non queda ya cosa que deua pedir
que le muestren, porque todo es demostrado.
E en estos generos segunt que desuso es dicho, deues pasar
tus argumentos apartadamente cada vno sobre sí. E lo que mas
difiçile es ayuntar los argumentos contrarios con los tuyos e
quando dixieres tu argumento mostrar cómmo desfeziste la razon
que contra él se fazía. E asi por breue comparaçion la memoria
del oyente será enteramente reformada en todo lo que fue dicha en
la confirmaçion e en la reprehension. E estas cosas conujene que
se digan por diuersas maneras. A las vezes lo puedes recontar
commo de tu persona, diziendo qué es lo que dexiste e cada cosa
en qué logar lo dexiste, a las vezes ynduzir otra persona o otra
cosa que fabla. Persona puedes ynduzir en esta manera diziendo
asy: “por ventura si el que escriujo la ley estudiese aquj e vos
preguntase, `¡O Juezes!, qué es lo que dubdades´, qué le podríades
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dezir. Pues que esto e esto vos es demostrado. E desta gujsa
podemos en persona de otro asi commo por nuestra persona pasar
por todas las argumentaçiones remenbrándolas singularmente. E
eso mesmo retornar cada vno de los generos a las partiçiones e a
las vezes preguntar al oyente qué desea mas saber. E fazer esto a
las vezes por comparaçion de sus argumentos con los contrarios,
alguna cosa se ynduze, commo qué fabla si atribuymos la razon a
alguna cosa non biua, commo a la ley o al logar o a la çibdat o al
moujmjento, commo diziendo [fol. 41v] asi: “¡O Juezes!, si las
leyes podiesen fablar, por ventura en estas cosas dubdaríades. Ca
qué deseades mas saber, pues que esto e esto vos es manjfestado
claramente.” E en este genero de fablar podemos husar de todas
las maneras de que husaríamos si en nuestra persona fablásemos.
Ca hay vna doctrina comun en qualqujer manera de recontamjento
que se deue guardar, la qual es esta que de cada argumento,
porque todo non se puede dezir otra vez, se escoja lo que fuere
mas graue e mejor e se diga lo mas breuemente que ser pueda, de
gujsa que non paresca que se repite la razon otra vez, mas que se
renueua en la memoria.
Capitulo .ij
Indignaçion es aquella razon por la qual se faze que se
leuante alguna grande malquerençia contra algunt omne o graue
enojo de alguna cosa. E en este genero deuemos primeramente
saber que de todos los logares e fundamentos de que posimos
doctrinas de la confirmaçion, se puede tractar la yndignaçion. Ca
de las cosas que son atribuydas a las personas e a los negoçios,
pueden nascer qualesqujer acrescentamjentos de razones e
yndignaçiones e leuantamjentos de saña. Pero consideremos
aquellas doctrinas que apartadamente se pueden dar desta
yndignaçion e enseñamjento. E es de saber que se pueden tomar
de muchos fundamentos, los quales son los que se siguen.
El primero fundamento es de abtoridat, quando
remenbramos quánto cuydado oujeron de la cosa en que fablamos
los dioses non mortales o aquellos omnes cuya abtoridat fue muy
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grande. Este fundamento se toma de las [fol. 42r] suertes de las
reuelaçiones de los prophetas, de las cosas que acaesçieron contra
natura, de los mjraglos, de las respuestas que se dan por manera
de reuelaçion e de las semejantes cosas. E eso mesmo de nuestros
mayores, de los reyes de las çibdades, de las gentes, de algunos
omnes que fueron muy sabidores, del senado del pueblo, de los
que escriujeron las leys.
El segundo fundamento es aquella razon por donde se
demuestra aquella cosa de que fablan a quáles pertenesce
acresçentándola e exçitando a saña e diziendo si pertenesce a
todos o a la mayor parte, lo qual es cosa muy crua, o si pertenesce
a mayores omnes commo eran aquellos de cuya abtoridat se toma
la yndignaçion, lo qual es cosa muy yndigna, o a eguales en
bondat o en fazienda o en cuerpo, lo qual es cosa muy mala; o si
pertenesce a omnes mas baxos, lo qual es cosa muy soberuja.
El tercero fundamento es quando preguntamos qué
jnconuenjentes vernjan si fazen otros lo que este fizo. E
declaramos que si esto asi passa, que avrá muchos que cometan
semejante osadia e mostraremos qué mal puede desto venjr.
El quarto fundamento es por el qual demostraremos que
estar muchos alegres esperando ver lo que determjnaran sobre
esto, porque puedan entender que segunt lo que a vno fuere
consentido, semejante será a cada vno dellos otorgado en la
semejante cosa.
El qujnto fundamento es por el qual mostraremos que,
avnque hay otras cosas que maguer sean mal determjnadas son de
tal natura que si vna vez es juzgada non se puede mudar por otra
sentençia, njn corregir por poderio alguno.
El sexto fundamento es quando mostramos que el malefiçio
que acusamos fue fecho a sabiendas e con maliçia e ayuntamos
[fol. 42v] luego a ello diziendo que al malefiçio voluntario non es
de dar perdon, avnque a las vezes se otorgue al que es fecho con
sinpleza.
El septimo fundamento es quando nos ensañamos diziendo
que el fecho que acusamos es espantable, cruel, maliçioso e obra
de tirano e cometido por fuerça e por mano poderosa, lo qual es
aborresçido de las leys e de la egualdat del derecho.
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El octauo fundamento es quando demostramos que el
malefiçio que culpamos non es comun njn husado, non solamente
de los omnes llanos, mas avn de los muy osados e atreujdos e que
es tal que lo non suelen cometer los fieros omnes njn las gentes
barbaras njn las crueles bestias. E esto se puede dezir quando se
dize alguna cosa ser fecha cruelmente contra los padres o madres
o contra los fijos o contra las mugeres o contra los parientes o
contra los homjlles. E eso mesmo si se dize algo ser fecho contra
los viejos e mayores de hedat o contra los huespedes o contra los
vezinos o contra los amjgos o contra aquellos con qujen ouo
conuersado o de qujen fue mantenjdo o de qujen fue enseñado el
que lo fizo o contra los muertos o contra los desanparados e baxos
o contra los que son dignos de mjsericordia e piedat o contra los
omnes famosos o nobles o contra aquellos que oujeron grandes
honrras e dignjdades o contra aquellos que non podieron defender
asi njn fazer mal a otro, commo son los moços e los viejos e las
mugeres e de todas estas cosas leuantada agramente la
yndignaçion e saña puede mouer muy grande odio contra aquel
que a alguno de los suso dichos ofendió o dapñó.
El [fol. 43r] nono fundamento es quando conparas aquello
que acusamos a algunos pecados que es çierto que son pecados. E
por conparaçion mostramos quánto es peor e más feo aquello que
nos acusamos que los otros pecados.
El deçimo fundamento es quando recojemos e ayuntamos en
vno todas las cosas que en el fazer del malefiçio pasaron e todas
las cosas que dél se sigujeron, reprehendiendo e culpando a cada
vna e ponemos el fecho en quanto podemos por tales palabras
delante los ojos de aquel a qujen lo dezimos, de tal gujsa que el
malefiçio que acusamos le paresca tan malo commo si el mesmo
se acertara ende quando se cometió e fuera presente e lo viera.
El onzeno fundamento es quando mostramos que se fizo el
malefiçio por aquel a qujen menos conuenja de lo fazer e qujen lo
deujera vedar si otro lo fiziera.
El dozeno fundamento es quando mostramos grañd
sentimjento porque el fecho acaesçió primeramente contra nos, e
non se husó en algunt tiempo fazer contra otro.
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El trezeno fundamento es quando mostramos que el fecho se
faze por ynjuriar e desonrrar, ca por esta manera se leuanta
malquerençia de qujen lo oye contra la soberuja e vanagloria de
qujen lo fizo.
El catorzeno fundamento es quando pedjmos a los que lo
oyen que consideren nuestras jnjurias por sus fechos e si
acusamos el malefiçio fecho contra moços, pidiéremos que
piensen de sus fijos e si contra mugeres que piensen de sus
mugeres e si contra viejos que piensen de sus padres e de sus
ahuelos.
El qujnzeno fundamento es quando dezimos que avn a los
contrarios e a los enemjgos suele parescer mal aquello que nos fue
fecho. E la yndignaçion e saña poco mas o menos destos
fundamentos que dichos son se leuantará muy grauemente.
Capitulo iij [fol. 43v]
Las partes de la conqujstion, que qujere en este proposito
dezir quexamjento, de las cosas mesmas se ha de tomar. E la
conquestion e quexamjento es aquella fabla que procura mouer a
los oyentes a mjsericordia e conpasion. E en esta conquestion e
quexamjento conujene primeramente fazer el coraçon del oyente
mjsericordioso, porque más ligeramente se mueua a la
mjsericordia que le piden. E esto se podrá fazer por aquellas
razones comunes por las quales se muestra la fuerça que ha la
fortuna contra todos e quánta es la flaqueza de los omnes, la qual
fabla si se faze madura e breuemente mucho abaxara el coraçon
de los que lo oyen e le mouerá a mjsericordia quando en el mal
ageno consideraren su flaqueza e enfermedat. E demás destas
comunes razones ay otros fundamentos espeçiales para mouer a
los oyentes a mjsericordia.
El primero fundamento es mostrando quantos bienes
toujeron aquellos para qujen pedimos mjsericordia e en quantos
males están agora.
El segundo es declarar los tiempos e dezir por qujén e en
quáles males fueron e son e serán si dellos non han conpasion.
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de Pensamiento Político Hispano
Alfonso de Cartagena,
Cicerón, De Inventione Retorica.
El tercero fundamento es llorar cada vno de los males
apartadamente sobre sy, commo en la muerte del fijo dezir la
delectaçion que auja el padre con su njñez e el amor e la
esperança e el solaz e la criança e en semejantes cosas quexarse
de cada vno de los dapños.
El quarto fundamento es mostrar que las cosas que fazen a
aquellos para qujen pedjmos misericordia son feas e viles e de
escaseza e muy jndignas, segunt su hedat e linaje e la fazienda e
honrra que toujeron e segunt los benefiçios que resçibieron o han
de rescebir.
El qujnto es declarar todos los dapños cada vno sobre sí
apartadamente [fol. 44r] ponjéndolos ante los ojos del oyente, de
gujsa que paresca al que lo oye que lo vee, de manera que non
solamente las palabras, mas la cosa mesma, commo si fuese
presente, le mueua a mjsericordia.
El sexto es mostrar commo aquel para qujen se pide la
mjsericordia está en grandes miserias e aflictiones e non tiene otro
bien si non la esperança e que esperaua algunos bienes e non
solamente non los alcançó, mas ante cayó en graues males. El
septimo fundamento es quando retornamos semejante caso en los
mesmos que lo oyen e los pedjmos que en veyendo a nos, se
remjenbren de sus fijos o de sus padres o de alguno que les deue
ser mucho amado a qujen vieremos que mas razonablemente
podria acaescer lo semejante. El octauo fundamento es quando
dezimos que fue fecho lo que non se deuja fazer o que non fue
fecho lo que deuja, commo si alguno quexándose de la muerte de
otro dixiese asi: non fuy yo ende presente, non lo vi, non oy su
postrimera boz, non rescebi su postrimero spiritu; o diziendo
desta gujsa: en las manos de los enemjgos fue muerto, en la tierra
de los enemjgos yogo sin sepoltura desonrradamente. Los fieros
anjmales le atormentaron grande espacio e non solamente de las
otras honrras, mas avn de la comun honrra caresçio en la muerte.
El nono fundamento es retornar la fabla a las cosas mudas que
non tienen razon, commo fablando en persona del cauallo o de la
casa o de la vestidura, ca por esto se mueue mucho el coraçon de
los que lo oyen e amaron a aquel cuyas eran aquellas cosas.
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Alfonso de Cartagena,
Cicerón, De Inventione Retorica.
El deçimo fundamento es quando demostramos pobreza,
enfermedat e soledat. El onzeno fundamento es quando loamos el
sepelljr [fol. 44v] de los fijos o de los padres o de su cuerpo de
cada vno e otra cossa desta gujsa.
El dozeno fundamento es quando se llora apartamjento de
alguno, commo si te apartan de aquel con qujen de muy buena
voluntad has biujdo, commo del padre o del fijo o del famjliar o
del amigo.
El trezeno fundamento es quando con vna manera de saña
nos quexamos que somos maltratados de aquellos a qujen non
conuenja tratarnos mal, commo son los parientes, los amjgos e
aquellos a qujen bien fezimos e los que cuydamos que nos aujan
de ayudar; o si somos mal tractados de aquellos que es cosa
yndigna que nos tracten mal, commo si son sieruos o fueron
nuestros sieruos o criados o omnes de baxa gujsa.
El catorzeno fundamento es que se faze por manera de
suplicaçion, commo quando rogamos suplicando a los que lo oyen
con homjllde fabla e piadosa, que qujeran aver mjsericordia.
El qujnzeno fundamento es quando demostramos que non
nos quexamos de nuestras desauenturas, mas de las de aquellos a
qujen deuemos amar.
El sextodeçimo es quando demostramos que nuestro coraçon
fue a otros mjsericordioso e piadoso, pero que es ancho e grande e
paçiente para sofrir todos estos dapños e que lo será si mas le
acaesçieren. Ca a las vezes la verdat e magnjfiçençia e grandeza
del coraçon en que esta maduridat e abtoridat, aprouecha más para
atraer los oyentes a misericordia que homjlldat njn ruego njn
suplicaçion. E desque fueren comoujdos los coraçones a piadat,
non cunple tardar mucho en la conqujstion e quexamjento, ca
segunt dize el Rethorico, non hay cosa que mas ayna se seque
[fol. 45r] que la lagrima. E por quanto nos paresce que auemos
dicho asaz de todas las partes de la fabla e la grandeza deste
volumen proscedio mucho, de aquj adelante diremos las cosas que
se siguen en el segundo libro.
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