PENSEMOS CON EL CORAZÓN ( REVISTA ELEGIR VOLUMEN 9 )

algunas dificultades catalogadas como dificultades de aprendizaje, o dificultades en
algunas áreas, han sido definitivamente consideradas como muy creativas.
Hace algún tiempo, hablar, jugar, soñar despiertos, cantar en el coro, entre
otras, eran actividades para las personas poco inteligentes, o no se valoraban
adecuadamente. Se pensaba, así mismo, que teníamos un solo cerebro. Se
compartía poco lo que se sentía, porque no se consideraba que sentir o compartir los
sentimientos con los demás fuese algo que entrara en el campo de la inteligencia.
Comenzaron poco a poco a evidenciarse conflictos entre la forma de sentir y pensar,
es decir, entre las emociones, y su relación con la inteligencia.
Lynn ponderó bastante el hecho de que hoy en día se habla del
“modelamiento”, del uso adecuado del corazón como algo importante, como una de
las estrategias para romper estos patrones y comenzar a manejar estos conflictos,
especialmente con los hijos.
¿Qué nos impide, realmente, vivir con el corazón?
¿Por qué, en ocasiones, es tan difícil acercarnos a las personas que más
queremos? Lynn cree que la respuesta está en el miedo. El miedo nos conduce a
pensar que lo adecuado es estar en lo correcto, estar en control, ser únicos y
especiales y, por lo tanto, separados.
Estar realmente abiertos a los demás, trabajar y divertirnos juntos sanamente
implica un conjunto de destrezas complejas, las cuales, en últimas, sólo requieren
que estemos verdaderamente abiertos de corazón.
En esta presentación la maestra Lynn Sumida dio una mirada a la forma como
el miedo opera en nuestro sistema humano, destacando cómo el emplear el miedo
como motivador tiene consecuencias fatales y qué podemos hacer para abrir nuestro
corazón y liberarnos del temor en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
Podemos, de tal manera, descubrir cómo deshacernos del miedo, de modo que todo
nuestro potencial se haga disponible y podamos trabajar y jugar con el corazón
abierto.
Lynn observó que el miedo en el sistema humano es como un virus de
computador: correrá desaforadamente por nuestro sistema si se le da la menor
oportunidad y, como cualquier virus, aparecerá sólo en ciertas ocasiones o en
determinados lugares. Estará presente y latente por largos periodos de tiempo,
permitiéndonos creer que ha desaparecido para, de repente, volver a atacar. De otra
parte, utilizar el miedo como motivador, es como utilizar combustible con impurezas.
¿De qué manera se utiliza el miedo como un motivador? La mayoría de las
personas que utiliza esta forma de motivación se atemoriza a sí misma con las
posibles consecuencias negativas. Esto los impulsa a actuar, en realidad, a nivel
celular, y esto constituye algo muy diferente. Cuando utilizamos el miedo como
motivador o “combustible”, se está pagando un precio del cual quizás no estemos
conscientes. Por ello,