PENSEMOS CON EL CORAZÓN ( REVISTA ELEGIR VOLUMEN 9 )

PENSEMOS CON EL CORAZÓN ( REVISTA ELEGIR VOLUMEN 9 )
El día 28 de Julio de 2007, la maestra canadiense del instituto William Glasser,
Lynn Sumida, realizó un seminario en el Colegio Rochester de Bogotá con el título
“Pensemos con el Corazón”, basado en los más recientes descubrimientos acerca
del desarrollo del cerebro y del corazón humano y su relación con el
comportamiento y la inteligencia, así como en sus propios trabajos de investigación.
Por considerarlo de gran importancia para educadores, padres de familia y público
en general, la revista ELEGIR se permite publicar este resumen de la conferencia
principal de la maestra Lynn Sumida.
Lynn Sumida, maestra del Instituto William
Glasser comenzó su presentación planteando
algunos interrogantes, con el fin de ubicarnos
frente a lo que puede significar la inteligencia para
cada uno de nosotros.
Esos interrogantes son:
•¿Cuáles son mis principales creencias, respecto
a la inteligencia?
• Tenemos un solo cerebro ¿Y se ubica
únicamente en la cabeza?
• ¿Qué recordamos de nuestra niñez/adolescencia, en relación con el ejercicio,
aprendizaje de la inteligencia?
• ¿Qué escuchamos de nuestros mayores, cuando éramos pequeños, en relación
con nuestra inteligencia?
• Hoy, ¿qué creemos frente a la inteligencia?
• ¿Cuándo dejamos de ser inteligentes?
• ¿Se puede incrementar la Inteligencia?
• ¿Podríamos ser más inteligentes hoy?
• ¿Podríamos hablar otros idiomas?
Lynn Sumida aseguró que el concepto de inteligencia, como tal, es complejo y
abarca muchos aspectos. No sería muy arriesgado afirmar que no se encuentra una
definición precisa y exacta de inteligencia. Hoy por hoy, el psicólogo cognitivo Howard
Gardner habla incluso de inteligencias múltiples.
Antes se pensaba que sólo teníamos un cerebro, con unas células especiales y
muy diferenciadas. Hoy se piensa que las células especiales que existen en el
cerebro se encuentran en el corazón, en una proporción aproximada de 60 a 65%. El
corazón puede pensarse entonces como uno de los cerebros más sofisticados que
existe.
La maestra Lynn Sumida nos invitó a observar cómo ocurre esto:
Es diferente usar el cerebro, o usar el corazón, existen muchas diferencias,
entre las cuales se des-tacan las siguientes:
• Se utiliza para facilitar el aprendizaje.
• Tiene que ver con el aprovechamiento escolar.
• Interviene definitivamente en la capacidad y habilidad de relacionarse con otros.
• Se sabe también que existe una relación bien importante entre la inteligencia y las
creencias de cada uno, a su vez, transmitidas por la familia, que juega un papel
definitivo. Estas ideas, junto con las del ambiente dan a cada uno un parámetro para
creerse más o menos inteligente, o tan inteligente como otros.
• Ser inteligente también es ser creativo. Muchas personas, no obstante tener

algunas dificultades catalogadas como dificultades de aprendizaje, o dificultades en
algunas áreas, han sido definitivamente consideradas como muy creativas.
Hace algún tiempo, hablar, jugar, soñar despiertos, cantar en el coro, entre
otras, eran actividades para las personas poco inteligentes, o no se valoraban
adecuadamente. Se pensaba, así mismo, que teníamos un solo cerebro. Se
compartía poco lo que se sentía, porque no se consideraba que sentir o compartir los
sentimientos con los demás fuese algo que entrara en el campo de la inteligencia.
Comenzaron poco a poco a evidenciarse conflictos entre la forma de sentir y pensar,
es decir, entre las emociones, y su relación con la inteligencia.
Lynn ponderó bastante el hecho de que hoy en día se habla del
“modelamiento”, del uso adecuado del corazón como algo importante, como una de
las estrategias para romper estos patrones y comenzar a manejar estos conflictos,
especialmente con los hijos.
¿Qué nos impide, realmente, vivir con el corazón?
¿Por qué, en ocasiones, es tan difícil acercarnos a las personas que más
queremos? Lynn cree que la respuesta está en el miedo. El miedo nos conduce a
pensar que lo adecuado es estar en lo correcto, estar en control, ser únicos y
especiales y, por lo tanto, separados.
Estar realmente abiertos a los demás, trabajar y divertirnos juntos sanamente
implica un conjunto de destrezas complejas, las cuales, en últimas, sólo requieren
que estemos verdaderamente abiertos de corazón.
En esta presentación la maestra Lynn Sumida dio una mirada a la forma como
el miedo opera en nuestro sistema humano, destacando cómo el emplear el miedo
como motivador tiene consecuencias fatales y qué podemos hacer para abrir nuestro
corazón y liberarnos del temor en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
Podemos, de tal manera, descubrir cómo deshacernos del miedo, de modo que todo
nuestro potencial se haga disponible y podamos trabajar y jugar con el corazón
abierto.
Lynn observó que el miedo en el sistema humano es como un virus de
computador: correrá desaforadamente por nuestro sistema si se le da la menor
oportunidad y, como cualquier virus, aparecerá sólo en ciertas ocasiones o en
determinados lugares. Estará presente y latente por largos periodos de tiempo,
permitiéndonos creer que ha desaparecido para, de repente, volver a atacar. De otra
parte, utilizar el miedo como motivador, es como utilizar combustible con impurezas.
¿De qué manera se utiliza el miedo como un motivador? La mayoría de las
personas que utiliza esta forma de motivación se atemoriza a sí misma con las
posibles consecuencias negativas. Esto los impulsa a actuar, en realidad, a nivel
celular, y esto constituye algo muy diferente. Cuando utilizamos el miedo como
motivador o “combustible”, se está pagando un precio del cual quizás no estemos
conscientes. Por ello,

El combustible con impurezas
• Deteriora el cuerpo.
• Limita nuestras capacidades y restringe nuestras opciones.
• No es sostenible y tiene fecha de caducidad.
El combustible limpio
• Fortalece y repara el cuerpo físico.
• Optimiza nuestras capacidades y abre posibilidades.
• Es completamente sostenible y no caduca.
Nuestras capacidades para ver, escuchar y sentir se afectan cuando estamos
asustados. El miedo tergiversa y distorsiona nuestra capacidad de ser en el
momento, en el presente; perdemos de vista las oportunidades que tenemos justo en
frente. Algunos autores que han planteado esto mismo, son: Peter Senge, Otto
Scharmer, Joseph Jaworski y Betty Sue Flowers.
¿Qué pasa a nivel celular?
El biólogo molecular Bruce Lipton, explica en su libro “Biología de las
Creencias” 1 que las células tienen dos modos de operación: Protección y crecimiento.
Cuando percibimos el ambiente como peligroso, nuestras células entran en modo de
protección. Cuando nos sentimos seguros y queridos, nuestras células se disponen
para un crecimiento saludable. El miedo tiene un poderoso impacto sobre el
comportamiento de nuestras células.
¿Cómo percibimos el peligro? ¿Qué nos dice que sintamos miedo? Nuestras
creencias juegan un papel muy importante en la manera en que filtramos el mundo.
Millones de bits de información entran en nosotros a través de nuestros sistemas
perceptual y la manera como filtramos la información está ampliamente determinada
por las creencias que tenemos y por el tipo de cerebro que estamos usando.
Seis cerebros piensan mejor que uno
Lynn sostiene que investigaciones frecuentes identifican cuatro centros
neurales en el cerebro. Un quinto centro neural es el corazón, y un sexto las vísceras.
Así como hemos evolucionado, también lo ha hecho nuestro cerebro.
Joseph Chilton Pierce en su libro “La biología de la trascendencia” 2 sostiene
que “la naturaleza nunca abandona un sistema que funciona, sin querer decir esto
que no construya sistemas nuevos, más amplios y eficientes sobre el sistema
original. Parece haberse creado cada cerebro evolutivo para corregir problemas en
un sistema más antiguo o para expandir sus posibilidades”.

Los cerebros y la manera como han evolucionado
Lynn planteó que, en términos generales, podemos observar la siguiente
clasificación relacionada con la evolución del cerebro:
1. Cerebro reptil (sistema motor-sensorial)
Se forma en el primer trimestre de gestación. Registra únicamente el presente y
no recuerda el pasado; es de predominio visual, y mayormente orientado a la
supervivencia. Está relacionado con comportamientos básicos, con peleas, huída,
una especie de comportamiento de “congelamiento”. No tiene mucha flexibilidad
(personas por lo general tercas, obstinadas), y que en muchas ocasiones utilizan
patrones repetitivos en su comportamiento.
Comienza sus funciones en la primera etapa de gestación. Su principal función
es mantener la vida. Se especializó en camuflarse o mimetizarse (cambiar de color),
cambiar el color de la piel, etc. En esta conceptualización, a veces pensamos que el
otro es el culpable, y por ello utilizamos comportamientos como la manipulación, y
aprendemos a mentir, volviéndolo un comportamiento sistemático. En este evento, es
importante entonces saber porqué una persona está mintiendo o comportándose de
esta manera, y sobretodo, qué busca con ello.
De igual manera, el castigo, ante este tipo de comportamientos es inefectivo
debido a que su efecto es temporal y no logra que desaparezcan las causas.
Entonces, ¿qué podemos hacer para manejar esta situación y lograr que
desaparezcan dichos comportamientos? La clave reside en estar conectados. Puede
ser, entonces, que la persona esté min-tiendo porque hay una dificultad en la relación
o conexión con los demás.
2. Cerebro emotivo-cognitivo (sistema límbico)
Se forma en el segundo trimestre en los mamíferos. Tiene que ver con los
sentidos de olfato, audición y emociones básicas. Combina presente y pasado. Sus
funciones principales son alimentar a los pequeños. Hay mayor énfasis en el presente
y el pasado.
3. Cerebro nuevo de los mamíferos (neocorteza)
Procesa el lenguaje, el pensamiento y la conciencia sobre el pasado, el
presente y el futuro; se forma en el tercer trimestre de gestación. Es cinco veces
mayor en tamaño que el primero y el segundo. Ocupa la mayor parte de la cabeza,
regula los procesos de creatividad, imaginación, y el pensar en el futuro, a la vez
que promueve mayores destrezas para creatividad y motivación.
4. Corteza pre-frontal
Es la fuente de todas las capacidades intelectuales superiores, hace su mayor
debut después del nacimiento y continúa forjándose hasta principios de la década de
los veinte años. Está diseñado para integrar y funcionar con el cerebro reptil y el
límbico. Es algo así como un control maestro, su tiempo aproximado de desarrollo
máximo está entre los 15 y los 18 años. A mayor amor, creatividad, juegos y
actividad, tendrá mejor desarrollo.
5. Cerebro visceral
Es mayormente intuitivo e involucra a los otros.
6. Cerebro del corazón

Tiene grandes cantidades de materia neural (Células cerebrales). El corazón es
más que una bomba. Tiene gran inteligencia y produce un campo electromagnético
con un radio de 12 a 15 pies alrededor del cerebro visceral. Tiene grandes cantidades
de materia neural que también ha sido identificada en las vísceras; las palabras
“intuición” o “sentimiento visceral”, no son sólo expresiones.
Lynn afirmó, además, que:
• Lo que hemos venido observando hace tiempo, de manera cotidiana, está siendo
documentado por la ciencia.
• Realmente pensamos con nuestro corazón y nuestras vísceras, y no sólo con
nuestra cabeza.
• Es esencial que demos un paso más allá del miedo porque éste encamina la
energía lejos de nuestro cerebro superior y hacia nuestro cerebro más básico, el
cerebro reptil, llevándonos a un modo de lucha, huida o congelamiento. El miedo no
nos permite utilizar nuestras capacidades de funcionamiento superiores.
En esencia, no somos tan inteligentes cuando estamos asustados, como
cuando estamos abiertos, relajados y amorosos.
Como se había mencionado inicialmente, es importante que, como adultos y,
en particular como docentes y padres, modelemos el manejo del corazón, y
recuperemos su inteligencia. A nivel energético, su capacidad es aproximadamente
50 veces mayor a la de cualquier otro órgano.
Pearce, sugiere que para la especie humana es un imperativo biológico el
trascender el estado básico de supervivencia. Destaca que nuestros cerebros están
diseñados para hacerlo. De hecho, contamos con una habilidad innata de superar las
restricciones, incapacidades y limitaciones, y como resultado de esta habilidad,
poseemos un espíritu vital adaptativo al cual aún no hemos accedido completamente.
Cuando estamos en un estado de apertura y buena disposición, activamos el
cerebro de nuestro corazón. Esto nos abre posibilidades más allá de la supervivencia
y nos lleva a dominios ulteriores del ser. Cuando el corazón está abierto de forma
natural es más fácil apreciar las cosas y las personas.
Es importante, entonces, efectuar una reflexión personal para revisar qué
ocurre cuando actuamos con el corazón abierto, y qué sucede, cuando actuamos
con el corazón cerrado. Pero especialmente, en nuestro caso, reflexionar en torno a
qué ocurre en relación con el aprendizaje y, aún más allá, con la forma como nos
relacionamos con los demás y las consecuencias de esto en nuestra vida.
Combustible limpio: ¿Qué es y cómo obtenerlo?
Alguna vez se le preguntó a la madre Teresa qué le había permitido hacer
grandes cosas en la vida. Ella contestó: “Uno no puede hacer grandes cosas, sólo
puede hacer pequeñas cosas con amor”.
El combustible limpio es amor, compasión, creatividad y un estado de
apertura del corazón. Los corazones abiertos son capaces de gran amor y pasión. La
maestra Lynn Sumida nos invitó a reflexionar sobre esto: “¡Imagine cómo sería su
vida si no tuviera ningún miedo en sus sistemas y ninguna razón para proteger su
corazón!”

¿Es posible? Sí. Y es un camino. El corazón cuyos límites son desconocidos, tiene
una habilidad increíble para expandirse. Entre más nos liberemos del miedo, más
podemos abrir nuestro corazón. Imaginemos nuestra capacidad de colaborar con los
demás si no hubiera miedo en nuestro sistema. Este es ciertamente el potencial no
descubierto del mundo. Entonces, ¿Cómo liberar nuestros corazones para
llenarlos con gran amor, con gran pasión?