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LA AVENTURA DE JESÚS DE NAZARET - iglesia bautista ...

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A<strong>LA</strong>IN PATÍN<br />

<strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong><br />

<strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong><br />

<strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong>


Alain Patin<br />

<strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong><br />

<strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

(11. a Edición)<br />

Editorial SAL TERRAE<br />

Santander


1.<br />

i:<br />

3. 1<br />

' edición: Febrero 1979<br />

' edición: Diciembre 1979<br />

* edición: Febrero 1981<br />

1<br />

4: edición: Enero 1982<br />

1<br />

5: edición: Septiembre 1982<br />

6: ' edición: Febrero 1984<br />

1<br />

i: edición: Noviembre 1985<br />

1<br />

S.' edición: Septiembre 1988<br />

9: ' edición: Marzo 1991<br />

10.' * edición: Enero 1994<br />

11.' * edición: Octubre 1997<br />

(4.000 ejemplares)<br />

(5.000 ejemplares)<br />

(5.000 ejemplares)<br />

(5.000 ejemplares)<br />

(8.000 ejemplares)<br />

(10.000 ejemplares)<br />

(13.000 ejemplares)<br />

(10.000 ejemplares)<br />

(10.000 ejemplares)<br />

(8.000 ejemplares)<br />

(5.000 ejemplares)<br />

Título del original francés:<br />

Celui qu'on apelle Jésus<br />

© Les Editions Ouvriéres.<br />

París<br />

Traducción:<br />

María G. Fernán-Gómez<br />

Para la edición española:<br />

© 1997 by Editorial Sal Terrae<br />

Polígono de Raos, Parcela 14-1<br />

39600 Maliaño (Cantabria)<br />

Fax: (942) 36 92 01<br />

E-mail: salterrae@salterrae.es<br />

http://www. sal terrae. es<br />

Con las debidas licencias<br />

Impreso en España. Printed in Spain<br />

ISBN: 84-293-0521-1<br />

Dep. Legal: BI-2034-97<br />

Impresión y encuademación:<br />

Grafo, S. A. - Bilbao


índice<br />

Pdgs.<br />

Los que dan testimonio y los que se cuestionan. . . 7<br />

Primera Parte<br />

LO QUE SUCEDIÓ EN EL PAÍS <strong>DE</strong> LOS JUDÍOS<br />

Origen de los textos 15<br />

Observaciones concretas sobre los cuatro Evangelios. 17<br />

1. EL CONTEXTO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> ÉPOCA 21<br />

1. Su aspecto económico 21<br />

2. Su aspecto político 25<br />

3. Su aspecto religioso 29<br />

4. El «medio de Jesús» 37<br />

2. <strong>JESÚS</strong>, CON QUIEN COMIERON Y BE­<br />

BIERON 41<br />

1. Se adhiere al movimiento de Juan 41<br />

2. En Galilea: La Buena Noticia del Reino . 46<br />

3. La crisis 54<br />

4. La subida a Jerusalén 59<br />

5. Los últimos días 63<br />

6. El «más allá de la muerte», existe . . . . 68<br />

Segunda Parte<br />

¿A QUIEN ENCONTRARON?<br />

1. ¿QUE HACIA? <strong>LA</strong> ACCIÓN <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> . . 77<br />

Descripción: Enorme actividad de contacto.<br />

Acciones que «hablan». Forma un grupo de<br />

discípulos. Es libre en su manera de actuar . 77


6<br />

Págs.<br />

Para seguir reflexionando: Importancia de ser-con.<br />

El por qué de las curaciones. Perspectivas . 82<br />

Interrogantes: ¿Cuál fue su acción en relación con<br />

las injusticias? Jesús no es neutral . . . . 86<br />

2. ¿QUE <strong>DE</strong>CÍA EL MENSAJE <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong>? . 89<br />

Descripción: La «Buena Noticia». Hay que elegir.<br />

El mandamiento nuevo. Vivir juntos . . 91<br />

Para seguir reflexionando: Atención a la vida. En la<br />

alegría. El hombre es sagrado. El perdón.<br />

¿Es original el mensaje de Cristo? . . . . 97<br />

Interrogantes: Amor y lucha de clases. A propósito<br />

del dinero. ¿Una moral? 103<br />

3. ¿QUE QUERÍA? EL PROYECTO <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 109<br />

Descripción: Reunir a todos los hombres en el movimiento<br />

del Reino. Iniciar los últimos tiempos<br />

de la humanidad. Organizar el nuevo<br />

pueblo de Dios 109<br />

Para seguir reflexionando: ¿Un salvador supremo?<br />

¿Hijo de Dios? ¿Destruir o construir? Revelar<br />

a Alguien 115<br />

Algunos puntos concretos: Socialismo y Evangelio.<br />

La oración 121<br />

4. ¿QUIEN ERA <strong>JESÚS</strong>? ¿QUIEN ES <strong>JESÚS</strong>? 129<br />

Su personalidad: Una «autoridad». Un hombre<br />

de relaciones. Un realista. Un hombre en<br />

búsqueda. Un hombre de oración . . . . 130<br />

T para vosotros, ¿quién soy yo?: El «Siervo sufriente».<br />

Palabra de Dios, Hijo de Dios. Hablar<br />

de Jesús, hoy 138<br />

Para seguir reflexionando: ¿Por qué la muerte de<br />

Jesús? 142<br />

Conclusión: ¿Sabes la Noticia? 145<br />

Anexo 1: Algunos datos prácticos para abordar los<br />

«testimonios sobre Jesús» 153<br />

Anexo 2: Testimonios sobre Jesús, provenientes de<br />

fuera del círculo de creyentes 156<br />

Anexo 3: Ayudas para utilizar este libro 159


Los que dan testimonio<br />

y los que se cuestionan ...<br />

•Todo comenzó con una canción de Alain, joven<br />

trabajador, electricista; en sus ratos de descanso rasguea<br />

la guitarra. Un día, cercana ya la Navidad, cantaba:<br />

Jesús, Jesús, ¿dónde estás? Yo no te veo.<br />

Jesús, Jesús, ¿dónde estás? Yo ya no te veo...<br />

Un día nuevo va a nacer,<br />

preparemos esta fiesta,<br />

y ya verás, todo se arreglará.<br />

Nació nuestro Salvador,<br />

y ahora cantamos en coro.<br />

Yo no te veo, pero te siento<br />

en las gentes que se atormentan.<br />

En resumidas cuentas, ¿existes?<br />

¡Haz un esfuerzo y muéstrate!


8 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Son muchos los que como Alain se cuestionan, se<br />

interrogan, buscan y frecuentemente chocan contra un<br />

muro: vagos recuerdos de infancia sobre «Jesús», les<br />

proporcionan más dudas que luz; recuerdan la atmósfera<br />

estrecha del catecismo y no quieren volver hacia<br />

atrás.<br />

Para otros, el Jesús al que se alude en reuniones,<br />

en publicaciones y en conversaciones, es un verdadero<br />

desconocido: con gusto querrían poderle reconocer en<br />

sus propias vidas, pero para llegar a esto, ¿no es<br />

necesario conocerle, un poco al menos, tal y como fue<br />

durante su vida entre los hombres?<br />

Hay otros que aceptan hacer alguna referencia a<br />

Jesús, pero dicen: «¿Para qué?, ¿añade algo nuevo?<br />

¿No bastan nuestros esfuerzos humanos aunque sean<br />

imperfectos? En la tarea de construir la sociedad, tarea<br />

que reclama cada día nuevas iniciativas, ir a Jesús,<br />

¿no es dar un rodeo, algo interesante quizá, pero a fin<br />

de cuentas bastante inútil? ¿No tenemos tareas mucho<br />

más importantes que reclaman nuestra actividad?<br />

He escrito este libro gracias a todos estos interrogantes<br />

que se me hacen cada día. Es un testimonio,<br />

pero sobre todo quiere ser ayuda para avanzar juntos;<br />

leer este libro, en efecto, es encontrarse con numerosos<br />

trabajadores, jóvenes y adultos, que con su escucha<br />

y su colaboración han hecho posible que llegara a<br />

redactarse.<br />

Sí, existen hoy hombres, mujeres y jóvenes que<br />

viven en referencia a Aquel hombre llamado Jesús.<br />

Dicen que aunque murió hace ya casi 2.000 años,<br />

ocupa un puesto en su vida. Afirman que vive hoy y,<br />

sin embargo, fue un hombre de otros tiempos. Van<br />

incluso más lejos al decir que su presencia es la explicación<br />

última de toda la realidad. Mejor: ven en El al<br />

que dinamiza toda la historia de los hombres, al que<br />

da un nuevo sentido a toda la existencia: reconocen


LOS QUE DAN TESTIMONIO Y LOS O.UE CUESTIONAN... 9<br />

en El el fundamento mismo de toda realidad, puesto<br />

que le llaman Dios.<br />

He aquí algunos de sus testimonios:<br />

Pedro: «A través de todas las transformaciones<br />

que hemos presenciado en la oficina después de la<br />

huelga, hemos ido descubriendo en nuestra reflexión<br />

en equipo que se operan verdaderos pasos desde una<br />

especie de muerte a otra manera nueva de vivir, a una<br />

resurrección. Hemos visto en ello el signo de la presencia<br />

de Jesucristo que quiere que los hombres pasen<br />

de la muerte a la vida. De este modo Jesús se nos<br />

descubre vivo en nuestros compañeros, en la vida diaria».<br />

Martina: «Hemos trabajado juntos para conseguir<br />

una sala para nuestras reuniones. Todos procuramos<br />

trabajar poniendo lo mejor de nuestro corazón y de<br />

nuestros sentimientos. Eramos Cristo los unos para<br />

los otros: Brigitte me escuchó, Dios me amó por medio<br />

de Brigitte. Dios ama a Maribel por medio de mí.<br />

Cristo no es un super-individuo; Cristo es nosotros,<br />

cada uno poniendo de su parte lo que tiene, nadie<br />

encerrado en sí mismo».<br />

Sergio: «Jesús tiene la iniciativa en mi vida. Por<br />

ejemplo, a través de Juana, mi novia, es El quien<br />

tomó la iniciativa; este hecho transformó mi vida y<br />

ahora ya me encuentro comprometido para el futuro».<br />

La Joc: «Nuestra esperanza es la certeza de que<br />

Jesús obtuvo la liberación integral de los hombres al<br />

dar su vida por nosotros; y de que esa liberación se<br />

sigue realizando cada día en la vida de los hombres de<br />

hoy».<br />

Fredo: «De gesto de amor en gesto de amor, de<br />

recuerdo en recuerdo, individual y colectivo, los<br />

muertos renacerán y resucitarán por el amor de Cristo<br />

y por el amor que nos hayamos tenido los unos a los<br />

otros».


10 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Es verdad que se podría eludir el problema y cerrar<br />

la cuestión, diciendo: esos tipos están completamente<br />

locos. Ya se dijo algo semejante de los primeros<br />

discípulos de Jesús y de todos los demás que ha<br />

tenido a lo largo de casi 2.000 años. Una salida de ese<br />

tipo es posible mientras no se encuentre uno ante<br />

testigos que viven lo que creen. Pero cuando uno vive<br />

esa experiencia con testigos verdaderos, cuando se<br />

siente «algo», una presencia, a través de sus actitudes,<br />

de sus luchas y de sus búsquedas incesantes, hay que<br />

buscar tiempo para detenerse y encontrar la explicación.<br />

Tampoco nosotros vemos claro algunas veces;<br />

también nosotros buscamos. ¿Por qué no caminar algún<br />

tiempo hacia el descubrimiento de Jesús con el<br />

convencimiento de que no se le descubre más que<br />

comprometiéndose personalmente?: no se puede percibir<br />

su presencia desde fuera.<br />

Todos los testigos afirman que a Jesús se le descubre<br />

caminando juntos y comprometiéndose en la acción.<br />

Es verdad: el único medio para encontrarle vivo<br />

es buscarle donde está la vida: cuando se comienza a<br />

amar, cuando uno deja de estar encerrado en sí mismo,<br />

cuando se intenta responder a las necesidades de<br />

los demás, entonces uno está vivo y hace surgir la<br />

vida; en el corazón de una vida así, Alguien se dará a<br />

conocer. Hay que comenzar escuchando, comprometiéndose,<br />

dando tiempo y vida, y en ese camino aprenderemos<br />

a descubrir, a reconocer y a amar a Jesucristo.<br />

Por tanto, las páginas que siguen sólo tendrán valor<br />

si nuestras vidas se transforman; al descubrir lo<br />

que Jesús vivió históricamente tendremos que recordar,<br />

sin descanso, que continúa hoy proponiéndonos<br />

la misma aventura.<br />

Vamos a preguntar a Juan, a Mateo y a otros<br />

acerca de Jesús con el que comieron y bebieron y que


LOS Q.UE DAN TESTIMONIO Y LOS QJUE CUESTIONAN... 11<br />

volvió del revés y por completo toda su existencia. Lo<br />

hacemos porque también hoy Andrés, Claudio, Rosa<br />

Francisca y tantos otros afirman que viven de aquel<br />

mismo Jesús y que viven a pleno pulmón. No perdamos<br />

de vista en ningún momento que este «viaje al<br />

pasado» es una nueva manera de descubrir la realidad<br />

que hoy mismo vivimos; si pretendemos averiguar lo<br />

que les pasó a aquellos hombres y cómo les pasó, es<br />

porque queremos comprender a fondo nuestra vida de<br />

hoy mismo.


Primera Parte<br />

Lo que sucedió<br />

en el país de los judíos


ORIGEN <strong>DE</strong> LOS TEXTOS<br />

Jesús no escribió. Cuanto sabemos de El proviene<br />

de los testigos que le acompañaron en su aventura<br />

humana. Tampoco ellos comenzaron escribiendo; los<br />

escritos fueron apareciendo muy lentamente; veinte,<br />

treinta, cuarenta años después de la muerte de Jesús.<br />

En aquella época el principal medio de comunicación<br />

y de información era la palabra; la mayor parte de la<br />

gente no sabía leer ni escribir.<br />

Además los primeros cristianos se reunieron alrededor<br />

de una experiencia vital y no alrededor de un<br />

texto, de una especie de «manifiesto cristiano» que<br />

fuera como la piedra fundacional de su movimiento.<br />

No tenían la preocupación de escribir porque era en<br />

ellos mismos donde experimentaban la novedad de<br />

algo que les acontecía: a través de Jesús, sus amigos y<br />

compañeros iban descubriendo una vida nueva.<br />

Comprendieron que esa experiencia no era algo<br />

que debiera quedar reservado para unos pocos, sino


16 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

que todos podían hacerla: no era necesario saber leer<br />

y escribir, ni ser capaz de largas reflexiones; tampoco<br />

era preciso ser judío, ni, incluso, ser de una moralidad<br />

irreprochable. Características éstas muy importantes,<br />

pues sin ellas la renovación que traía Jesús hubiera<br />

quedado reservada a una élite intelectual, racial o moral.<br />

Pero no: todos podían sumergirse (bautizarse) en<br />

una vida diferente y reconocer que el Espíritu de<br />

Jesús era capaz de transformarles. Esta experiencia les<br />

marcaba con tal fuerza que no pensaron en ponerla<br />

por escrito; no era necesario.<br />

Pero a medida que las comunidades se multiplicaban,<br />

aparecían también nuevas cuestiones y era necesario<br />

darlas respuesta. Entonces hombres como Pablo,<br />

Pedro, Santiago y otros enviaban cartas a las comunidades:<br />

los escritos más antiguos son estas cartas; el<br />

lugar en que ahora se las sitúa en el Nuevo Testamento<br />

podría inducirnos a pensar que son posteriores a<br />

los Evangelios: en la mayor parte de los casos es<br />

justamente al revés.<br />

Los Evangelios, que trazan más sistemáticamente<br />

las palabras y acciones de Jesús, fueron redactados<br />

más tarde para responder a las necesidades de la segunda<br />

generación cristiana (hacia los años 70-80): los<br />

primeros testigos, los que habían visto a Jesús, estaban<br />

ya muriendo y se sintió entonces la necesidad de<br />

poner por escrito lo que decían de El para garantizar<br />

la solidez de las enseñanzas recibidas.<br />

Hoy, como ayer, el texto de la Biblia no es lo<br />

primero: no es una recopilación de consejos válidos<br />

para cualquier circunstancia, ni una especie de «libro<br />

rojo» para uso de cristianos. No: la Biblia está ahí<br />

para ayudarnos a descifrar las señales que Dios nos<br />

presenta cada día a través de los acontecimientos, de<br />

las personas con quienes nos encontramos y de los<br />

proyectos que hacemos. Y por tanto es necesario bus-


LO QUE SUCEDIÓ EN EL PAÍS <strong>DE</strong> LOS JUDÍOS 17<br />

\ car juntos la luz que aporta a nuestra vida; la Biblia<br />

no se comprende en su verdadero sentido si no es<br />

leída, penetrada y trabajada con otros (en Iglesia),<br />

pues es así como nació.<br />

OBSERVACIONES CONCRETAS SOBRE<br />

LOS CUATRO EVANGELIOS<br />

El texto de los Evangelios va a ser, sobre todo,<br />

nuestra guía para descubrir la aventura de Jesús: no<br />

se escribieron de un tirón; lo que narran había sido,<br />

* Precedentemente, dicho y repetido: unos u otros se<br />

sabían de memoria este o aquel pasaje. Pero cada vez<br />

se sentía más la necesidad de fijar por escrito lo que<br />

decía tal o cual de los misioneros que, como Pablo,<br />

iban de pueblo en pueblo. Así se fueron creando grupos<br />

de hechos y gestos de Jesús y recopilaciones de<br />

sus palabras. Para que se pudiera recordar más fácilmente,<br />

se hacían como pequeños cuadernillos sobre<br />

un mismo tema:,por ejemplo, palabras de Jesús sobre<br />

el dinero, narraciones de actuaciones de Jesús...<br />

Cuando algunos se pusieron a redactar un texto<br />

seguido, utilizaron todos estos fragmentos ya existent<br />

tes: así se explican las agrupaciones que encontramos<br />

ahora en los Evangelios: por ejemplo, el que en el<br />

Evangelio de Mateo se presente a Jesús pronunciando<br />

todas las parábolas seguidas y de una vez; este hecho<br />

no quiere decir que Mateo afirme que realmente así<br />

sucedió, que Jesús dijo todas las parábolas seguidas y<br />

de una vez, sino que muestra simplemente que para<br />

construir esos capítulos se sirvió de una «recopilación<br />

de parábolas» ya existente.<br />

Estas breves observaciones nos bastan para comprender<br />

que los Evangelios ni son, ni pretendieron<br />

ser, una «historia de Jesús». Aunque parece que pre-


18 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

sentan los hechos y las palabras con cierto orden sucesivo,<br />

no pretenden reconstruir los pasos de Jesús, día<br />

a día; ésta es una perspectiva completamente extraña,<br />

tanto a los evangelistas como a la concepción sobre la<br />

historia que existía en aquella época.<br />

Marcos, Mateo y Lucas organizaron sus materiales<br />

en un marco rígido: para lograr una presentación sencilla<br />

de la aventura de Jesús los primeros predicadores<br />

la habían resumido en cuatro etapas:<br />

— en primer lugar, la época de Jesús junto a Juan,<br />

un «profeta» de aquella época;<br />

— luego, Jesús en Galilea, primera etapa de su vida<br />

pública;<br />

— a continuación, la larga marcha hacia Jerusalén, la<br />

capital;<br />

— finalmente, sus últimos días.<br />

Cuando los evangelistas toman también este esquema<br />

para construir su Evangelio, no afirman que la<br />

aventura de Jesús se desarrolla estrictamente de este<br />

modo, sino que más bien proponen una lectura<br />

determinada de su vida, mediante la cual se pueda<br />

llegar a comprender lo que realmente pasó «en profundidad».<br />

EL Evangelio de Juan, escrito para la generación<br />

siguiente, no sigue este mismo marco de presentación:<br />

aporta una luz nueva sobre Jesús.<br />

Intenta poner de manifiesto v que e! lector descubra,<br />

a través nada más de algunos acontecimientos,<br />

quién es Jesús, cuál es su intento y cuál su propuesta.<br />

Es el testimonio de alguien que ha dedicado toda<br />

su vida a dar cuenta de su encuentro con Jesús y de la<br />

experiencia formidable que transformó su vida; quiere<br />

comunicar este descubrimiento, como él mismo lo<br />

dice: «Jesús realizó en presencia de sus discípulos<br />

otros muchos signos que no han sido narrados en este<br />

libro. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es


LO Q_UE SUCEDIÓ EN EL PAÍS <strong>DE</strong> LOS JUDÍOS 19<br />

el Mesías, el Hijo de Dios y para que creyendo tengáis<br />

la Vida en su nombre» 1 .<br />

El que los Evangelios se formaran así, nos muestra<br />

bien a las claras que es inútil querer escribir una<br />

«vida de Jesús»; efectivamente, no poseemos los materiales<br />

que serían necesarios para ello. Los testimonios<br />

que tenemos (particularmente los Evangelios/<br />

permiten, nada más, evocar el itinerario de Jesús y<br />

descubrir quién fue y cómo se dio a conocer. Esto es<br />

mucho más importante que si tuviéramos una especie<br />

de reportaje, porque nos posibilita el acceso a un contacto<br />

interior con su Persona, tal y como le tuvieron<br />

sus amigos.<br />

Vamos, pues, a captar de boca de los testigos «lo<br />

que sucedió en el país de los judíos, comenzando por<br />

Galilea a continuación del bautismo proclamado por<br />

Juan; cómo Dios consagró por el Espíritu Santo y<br />

llenó de su fuerza a Jesús de Nazaret que pasó haciendo<br />

el bien y curando a todos los que estaban esclavizados<br />

por el espíritu del mal, porque Dios estaba con<br />

EL» 2 .<br />

De esta manera hablaba de Jesús Pedro, uno de<br />

sus amigos. Pero antes de ponernos a seguir el camino<br />

que recorrió Jesús, ¿no será necesario conocer el contexto<br />

social, político, religioso y el «medio» en el que<br />

se desarrolló toda esta aventura?<br />

1. Jn 20,30-31.<br />

2. Hechos 10, 37-38.


1. Su aspecto económico<br />

1<br />

El contexto<br />

de la época<br />

El país de los judíos es un territorio pequeño. Le<br />

rodea el desierto por todas partes y le penetra en<br />

cuanto falta el agua. Se distinguen en él dos regiones:<br />

Galilea, al norte, con más agua y por tanto más fértil;<br />

produce sobre todo cereales. Judea, al sur, árida y<br />

montañosa, cubierta de viñas y olivares; en los sitios<br />

en que es posible se desarrolla la ganadería, sobre<br />

todo de ovejas; en las orillas de los lagos y al borde<br />

del mar se practica la pesca.<br />

Una buena parte de la población vive agrupada en<br />

pequeñas aldeas donde los habitantes viven de sus<br />

propios productos: cada cual fabrica sus propios instrumentos<br />

rudimentarios, construyen también las po-


22 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Mapa económico del país<br />

)


1. EL CONTEXTO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> ÉPOCA 23<br />

bres edificaciones que necesitan. En algunos pueblos<br />

un poco mayores se desarrolla el comercio y el artesanado;<br />

esto requiere ya cierta especialización: éstos<br />

viven de su oficio y el dinero sirve para intercambiar<br />

los productos.<br />

Este último modo de vida está mucho más desarrollado<br />

en Jerusalén, la capital; está en la región sur<br />

y es la única ciudad de importancia; tiene alrededor<br />

de unos 100.000 habitantes: comerciantes, artesanos,<br />

empleados del Estado, conviven con toda una clase<br />

dirigente compuesta por grandes propietarios de tierras<br />

y por las familias y allegados de los «sumos sacerdotes».<br />

En Jerusalén toda la actividad tiene su eje en<br />

el «Templo», lugar del encuentro del pueblo judío<br />

con su Dios. Económicamente la importancia del<br />

Templo ha llevado consigo todo un comercio de objetos<br />

de piedad (piénsese todavía hoy en los grandes<br />

centros piadosos de peregrinación), todo un tráfico de<br />

compra-venta de animales para los sacrificios, toda<br />

una organización de cambio de moneda (pues en el<br />

Templo sólo se puede comprar con moneda especial).<br />

Las riquezas del país provienen tanto de los productos<br />

de la tierra como de todo el montaje de comercio<br />

religioso; unas y otras son acaparadas por una<br />

casta de notables que obtienen fuertes ganancias. Los<br />

propietarios sacan sumas enormes de sus fincas y acumulan<br />

tierras *. Los dignatarios religiosos exigen<br />

«los diezmos»: todo judío mayor de edad debe pagar<br />

este impuesto que representa, en principio, el 10 por<br />

100 de sus ingresos. Además recogen los donativos y<br />

regalos que los peregrinos llevan a Jerusalén. Unos y<br />

otros son la clase dominante y fuera de ellos nada hay<br />

organizado en el plano social.<br />

1. Mt 18, 25-35.


24 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Entre los trabajadores se puede distinguir a aquellos<br />

que tienen un oficio: alfareros, pescadores, carpinteros,<br />

herreros, constructores, pastores, etc. Frecuentemente<br />

son oficios «familiares»: el padre enseña<br />

a sus hijos lo que él sabe: Jesús pertenecía a este<br />

medio social. A título de ejemplo digamos que por<br />

aquella época la reconstrucción del Templo fue una<br />

gran obra de ámbito nacional: 18.000 obreros estuvieron<br />

empleados en ella y estaban bastante bien pagados;<br />

empezó el año 19 antes del nacimiento de Jesús<br />

y todavía continuaba cuando empezó a predicar.<br />

Había otro grupo de trabajadores que se alquilaban<br />

para trabajar; eran gentes sin ninguna cualificación<br />

profesional; frecuentemente eran temporeros que<br />

se contrataban para la jornada (obreros agrícolas, segadores,<br />

vendimiadores, etc.). Si un día quedaban sin<br />

ser contratados era una catástrofe familiar, pues vivían<br />

al día.<br />

Más explotados todavía estaban los esclavos, hombres<br />

y mujeres que habían perdido su libertad o porque<br />

habían nacido esclavos o por endeudamiento progresivo.<br />

Su amo disponía de ellos como le viniera en<br />

gana; unos eran esclavos domésticos vinculados al servicio<br />

de las grandes familias (cocineros, encargadas de<br />

limpieza y perfumería, profesores, etc.), otros estaban<br />

vinculados al trabajo de las tierras: campesinos reducidos<br />

a la esclavitud.<br />

El conjunto de esta situación engendraba gran<br />

cantidad de parados a los que no les quedaba más<br />

posibilidad que mendigar su sustento. Peor era todavía<br />

la situación de los disminuidos físicos o mentales<br />

(cojos, ciegos, leprosos...), pues a la pobreza material<br />

se añadían motivos religiosos para rechazarles: se les<br />

consideraba malditos. No había ayuda alguna prevista<br />

para sostener a los enfermos, a los disminuidos o a los


1. EL CONTEXTO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> ÉPOCA 25<br />

en paro: todo lo contrario, se les aplastaba y se les<br />

tenía en nada.<br />

Para completar este cuadro general de aquella sociedad<br />

hay que mencionar a la casta de los prestamistas<br />

de dinero, de los recaudadores de los diversos<br />

impuestos, de los intendentes (se les llama «publicanos»<br />

en los Evangelios): nacieron sobre todo con la<br />

ocupación romana; contribuían a acrecentar la injusticia<br />

entre la minoría dominante y la mayoría explotada;<br />

ésta era su manera de proceder: cuando un particular,<br />

un pueblo o incluso una provincia, debían sumas<br />

de dinero al poder romano en concepto de impuestos,<br />

o a los grandes propietarios, ellos pagaban<br />

esas sumas en nombre de los deudores, y luego tenían<br />

todos los poderes para recuperar por la fuerza esas<br />

cantidades, sacándoselas a la población o a los deudores<br />

particulares según los casos; y ciertamente usaban<br />

sus omnímodos poderes 2 .<br />

2. Su aspecto político<br />

El país de los judíos llevaba entonces unos cincuenta<br />

años ocupado por los romanos; le habían dividido<br />

en varias provincias. Algunas eran directamente<br />

administradas por ellos como Judea y Samaría: un<br />

gobernador romano representaba en ellas al poder<br />

central; en la época de Jesús era Poncio Pilato, que<br />

fue administrados desde el año 26 al 37. Mantuvo<br />

una buena parte de las estructuras judías, pero era él<br />

quien gobernaba directamente e incluso quien nombraba<br />

al sumo sacerdote. Otras provincias, como Galilea,<br />

estaban en manos de reyes-fantoches que sobrevivían<br />

gracias a su afán de aplicar escrupulosamente<br />

2. Le 19,1-10.


26 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

la consignas de Roma: así sucedía con Herodes, que<br />

reinaba en Galilea y Perea.<br />

La dominación romana se traducía sobre todo en<br />

la opresión económica: además de todos los gravámenes<br />

indirectos (peajes, aduanas, tasas innumerables),<br />

las provincias ocupadas pagaban a Roma el «tributo»,<br />

una suma impuesta que luego los dirigentes recuperaban<br />

sacándola de cada uno de los miembros del pueblo<br />

judío (exceptuados niños y ancianos). ¿Hay que<br />

pagar este impuesto o no?, pregunta que dividía los<br />

ánimos de la población y que luego harán también a<br />

Jesús. 3<br />

Sin embargo, esta división en diversas zonas administrativas<br />

no suponía un obstáculo para la libre circulación;<br />

se pasaba con facilidad de una parte a otra;<br />

ventajas de la «paz romana». Realmente se trataba de<br />

una ocupación bastante superficial: sólo había unos<br />

3.000 soldados romanos para una población de dos<br />

millones de habitantes.<br />

Además, aunque siempre dentro del cuadro que<br />

hemos señalado, los pueblos disponían de cierta autonomía:<br />

administrados por consejos de ancianos, ofrecían<br />

lugar y espacio para la constitución de comunidades<br />

de cierta calidad humana en las que se podía<br />

ejercitar alguna responsabilidad cívica. En realidad el<br />

Imperio Romano era, sobre todo, una gran Federación<br />

de ciudades y pueblos sometidos a Roma, la<br />

«Ciudad» por excelencia. En Jerusalén ese Consejo<br />

tenía un nombre particular: «Sanedrín», asamblea<br />

que tenía competencia no sólo sobre los habitantes de<br />

Jerusalén, sino sobre cualquier asunto de importancia<br />

relativo a los judíos. Jesús tendrá un día que responder<br />

de sus palabras y de sus actos ante este Consejo.<br />

Dirigida por el sumo sacerdote, esta asamblea estaba<br />

3. Me 12,14.


1. EL CONTEXTO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> ÉPOCA 27<br />

Mapa político del país<br />

/<br />

l<br />

GALILEA<br />

¡(rey. Herodesj|<br />

.'~r<br />

<strong>LA</strong>GO <strong>DE</strong><br />

¡TIBERIA<strong>DE</strong>S<br />

(mar de<br />

Galilea)<br />

/ federación<br />

v Ái^e las/«diez ciudades»<br />

•V* \ (<strong>DE</strong>CAPOLIS)<br />

CESÁREA<br />

(residencia de<br />

gobernadores<br />

romanos)<br />

*«. >r—v<br />

SAMARÍA<br />

JERUSALEN.<br />

del «Sanedrín»)<br />

JU<strong>DE</strong>A<br />

• — frontera de reinos<br />

... frontera de provincias<br />

¡PEREA<br />

(rey:<br />

IHerodes


28 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

compuesta por 70 miembros; se reunía en el Templo.<br />

La componían tres grupos: personas allegadas al sumo<br />

sacerdote, ancianos (sobre todo ricos propietarios) y<br />

«escribas» (personas que sabían escribir) que eran los<br />

un poco más cercanos al pueblo.<br />

Entonces, como ahora, muchos judíos vivían fuera<br />

de Palestina; estaban dispersos por todas las ciudades<br />

del Imperio: Alejandría, en Egipto, era «la mayor<br />

ciudad judía». Todos éstos tenían los mismos deberes<br />

que los demás judíos y, particularmente, estaban obligados<br />

a pagar los impuestos al templo de leiusa'.én.<br />

Estaban más abiertos a las ideas nuevas e intentaban<br />

comunicar su fe i los no-judíos de que estaban rodeados:<br />

en muchos casos fueron la base de las primeras<br />

comunidades cristianas.<br />

Evidentemente en ¡n país ocupado, como lo era el<br />

de los judíos, son varias las posturas que se pueden<br />

tomar: colaboracionista, situarse en la resistencia, o<br />

intentar sobrevivir como se vaya pudiendo. A los colaboracionistas<br />

se les encuentra, claro está, entre<br />

aquellos que se aprovechan de la situación: gentes<br />

próximas al poder, como los herodianos, partidarios y<br />

cortesanos de Herodes, o como los saduceos que pululan<br />

alrededor del sumo sacerdote y su grupo. Están<br />

muy interesados en mantener el orden establecido que<br />

les proporciona un grado muy aceptable de prosperidad.<br />

Para ellos el mejor medio para poder seguir gozando<br />

de libertad religiosa y política consiste en<br />

guardar silencio, en ser discretos y en reconocer el<br />

poder de los romanos.<br />

La resistencia recluta a sus hombres en las capas<br />

populares; son pequeños grupos constantemente diezmados<br />

por la represión y constantemente rehechos y<br />

reorganizados. Además de golpes de mano fulminantes,<br />

muy semejantes a actos de pillaje, surgen numerosas<br />

revueltas capitaneadas por hombres que pretenden


1. EL CONTEXTO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> ÉPOCA 29<br />

el título de «mesías-salvador». Efectivamente: en estos<br />

grupos la fe y la política están íntimamente entremezcladas:<br />

su pretensión consiste simultáneamente en<br />

liberar al país de la dominación extranjera y en reformar<br />

radicalmente el culto del templo y el sistema de<br />

los sumos sacerdotes, a los que tienen por corrompidos.<br />

El grupo más organizado era el de los zelotas.<br />

Jesús tuvo contactos con ellos, ya que eligió de entre<br />

ellos al menos uno de sus discípulos. Su movimiento<br />

irá tomando cada vez mayor extensión y desembocará,<br />

el año 66, en una revuelta general; la represión romana<br />

será terrible; cuando el año 70 los romanos vuelvan<br />

a tomar Jerusalén destruirán para siempre el templo.<br />

Entre los que intentan sobrevivir está la gran masa<br />

del pueblo y con ellos el grupo religioso de los<br />

fariseos. Verían con muy buenos ojos que se marcharan<br />

los romanos, pero ellos esperan la liberación del<br />

pueblo, más de una intervención directa de Dios que<br />

como fruto de la acción humana. Nada de esto impide<br />

que la masa popular esté llena de una gran esperanza:<br />

tiene el presentimiento de que van a llegar nuevos<br />

tiempos, ¡esto no puede seguir así!<br />

3. Su aspecto religioso<br />

Esta esperanza, por lo demás, hundía sus raíces en<br />

la común fe religiosa de todo el pueblo. De ella recibía<br />

el pueblo judío su originalidad: en todo el inmenso<br />

Imperio romano, que se extendía a todo lo largo<br />

del Mediterráneo, el pueblo judío era el único que<br />

había mantenido indómitamente su fe en un Dios único.<br />

Sostenían que Dios se les había dado a conocer en<br />

su propia historia: con Abraham, unos 1.800 años<br />

antes de Jesús, los antepasados de su pueblo habían<br />

comenzado a descubrir el rostro del Dios único. Por


30 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

medio de Moisés, hacia el 1250, Dios había liberado<br />

al pueblo de Israel de la esclavitud que sufría en<br />

Egipto, y este hecho les había constituido como nación.<br />

En tiempos de David, que reinó hacia el año<br />

1000, Dios les había dado aquella tierra en que habitaban.<br />

En tiempos de Jesús, los judíos llevan varios<br />

siglos de persecuciones, lo que explica su intensa vinculación<br />

a esta fe por la que han tenido que pagar tan<br />

altos precios. Han obtenido de los romanos la posibilidad<br />

de vivir según sus creencias, no sólo en su país,<br />

sino también en todas las ciudades del Imperio en las<br />

que viven dispersos.<br />

El «Mesías» y la «Ley»<br />

¿En qué consistía esta esperanza que seguía viva<br />

en los corazones? Desde largos tiempos atrás esperaban<br />

un liberador; le daban el nombre de «Mesías»<br />

(según la palabra hebrea; en griego se traducía por<br />

«Cristo»). Mesías o Cristo quiere decir: «uno que es<br />

consagrado», uno que es elegido y puesto aparte para<br />

una misión. Esta misión consistía en liberar al pueblo<br />

y en establecer el Reino de Dios, un Reino de justicia<br />

y de paz.<br />

Sobre las bases de esta convicción común, numerosos<br />

grupos han ido construyendo sus propias concepciones<br />

del Mesías y de su misión: todos se apoyan<br />

en la Biblia, el libro de la Palabra de Dios, para<br />

alimentar sus esperanzas. Con particular interés estudian<br />

la «Ley de Moisés»: tenían el convencimiento de<br />

que Dios había dictado esta Ley a Moisés de forma<br />

que les sirviera como de Constitución nacional; en<br />

ella se recordaba cómo Dios había liberado al pueblo<br />

para hacerle su predilecto; contenía además prescripciones<br />

morales, gestos religiosos, que había que cumplir<br />

y promesas. A lo largo de la historia había sido


1. EL CONTEXTO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> ÉPOCA 31<br />

precisada y completada paulatinamente. Muchos hombres,<br />

los «profetas», habían surgido, sobre todo en<br />

épocas de desolación, para reanimar la fe del pueblo y<br />

para invitarle a responder mejor a las palabras que<br />

Dios les había comunicado. La «Ley» y los «profetas»<br />

eran los documentos constitutivos de las Escrituras.<br />

Eran el alimento espiritual de aquellas gentes, ya que<br />

todas las semanas, en las asambleas del sábado, se leía<br />

un pasaje de la Ley y otro de los «profetas».<br />

Para estas reuniones semanales, cada pueblo o ciudad<br />

había construido un edificio, la «sinagoga». Casi<br />

siempre junto a la sinagoga funcionaba una escuela en<br />

la que enseñaban los «especialistas» de la Ley. Los<br />

niños aprendían de memoria determinados pasajes de<br />

la Biblia, mediante el semitonado de frases. La «Ley y<br />

los profetas» son los manuales en que se aprende a<br />

leer y escribir. De esta forma la Bilblia era el elemento<br />

base de toda la cultura de aquel pueblo y a través<br />

de ella los judíos entraban en comunión con la historia<br />

de su pueblo y descubrían el rostro de Dios.<br />

Un grupo de prescripciones de la Ley hacen de los<br />

judíos un pueblo aparte entre los demás pueblos. Los<br />

niños varones reciben en su cuerpo una señal de su<br />

pertenencia al pueblo, la circuncisión: se les debe<br />

practicar al octavo día de su nacimiento. Los incircuncisos<br />

eran considerados como impuros: no se puede<br />

tratar con ellos; no se puede entrar en sus casas y,<br />

sobre todo, no se puede compartir con ellos la comida,<br />

ya que la comida en común supone también una<br />

comunión profunda de pensamiento y estilo de vida.<br />

La idea de que la comida es un acto sagrado les llevó<br />

a fijar determinadas prescripciones relativas a los alimentos:<br />

algunos, bien determinados en la Ley de<br />

Moisés, son impuros. Si uno contrae impureza debe<br />

limpiarse de ella mediante prácticas demasiado complicadas.


32 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Uno de los mandamientos más importantes es el<br />

referente al sábado: no es día de trabajo: no se debe<br />

hacer absolutamente nada, imitando a Dios, que, según<br />

su concepción mental, descansó al séptimo día<br />

después de crear el mundo. El hombre debe seguir<br />

este mismo ritmo. Cumplir esta norma es algo tan<br />

fundamental que los «doctores de Ley» han previsto<br />

cuidadosamente cada detalle del comportamiento a<br />

guardar esos días.<br />

El templo de Jerusalén ocupa también un puesto<br />

importante en la fe judía: es el lugar del encuentro<br />

con Dios. En otros tiempos, allí estuvieron las tablas<br />

de piedra en que estaba grabada la Ley de Moisés.<br />

Pero con la destrucción del primer templo desaparecieron.<br />

Hay algunas celebraciones que ofrecen la ocasión<br />

de reunirse en el templo: en primer lugar la gran<br />

fiesta de la Pascua, en abril, que recuerda la liberación<br />

del pueblo judío de la esclavitud "de Egipto en tiempos<br />

de Moisés; 50 días más tarde tiene lugar la fiesta<br />

de Pentecostés, en la que se celebra la entrega de las<br />

Tablas de la Ley a Moisés y se ofrecen los primeros<br />

frutos de la cosecha. En setiembre-octubre la fiestas<br />

de las Tiendas, que es la fiesta del fin de la cosecha:<br />

acampaban y vivían en tiendas durante siete días, lo<br />

que dio su nombre a esta fiesta. Es cosa evidente que<br />

en estas fiestas un buen judío debe subir al templo de<br />

Jerusalén.<br />

Diversas «comentes» religiosas<br />

Estas bases religiosas comunes, espera de un Mesías<br />

y práctica de la Ley de Moisés, no impiden la<br />

existencia de movimientos espirituales diversos. Los<br />

saduceos y herodianos, a quienes ya conocemos, dan<br />

la primacía, sobre todo, al mantenimiento del orden<br />

establecido en todas las facetas de la vida: económica,


1. EL CONTEXTO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> ÉPOCA 33<br />

política y religiosa; desconfían a priori de un Mesías<br />

que pudiera perturbar la situación; se atienen a la Ley<br />

de Moisés. Más políticos que religiosos, apegados a<br />

sus privilegios, no gozan de la estima del pueblo.<br />

Los fariseos rechazan toda colaboración con los<br />

ocupadores e intentan precisar la Ley de Moisés hasta<br />

en los más nimios detalles de la vida cotidiana; ponen<br />

todo su empeño y su honor en aplicar escrupulosamente<br />

todas las reglas; reclutan sus miembros entre<br />

las personas religiosas y los especialistas de la Ley.<br />

Por su actitud estricta, por el papel de maestros que<br />

desempeñan, tienen una gran influencia en el pueblo.<br />

Zelotas y esenios son dos grupos más restringidos,<br />

más activos y más radicales. Los zelotas ponen el<br />

acento en la liberación política del país y están prestos<br />

para seguir al Mesías; son grupos de choque que con<br />

frecuencia organizan y realizan «golpes de mano».<br />

Quieren derrocar al clan de los sumos sacerdotes que<br />

para ellos es el símbolo de la corrupción materialista y<br />

de la traición nacional. Su revolución del año 66 comenzará<br />

con la ejecución del sumo sacerdote.<br />

Los esenios y otros grupos semejantes a ellos se<br />

habían retirado de esta mezcolanza de intereses:<br />

quieren ser puros y rehusan toda participación con un<br />

pueblo traidor en su conjunto. Dios vendrá a purificarlo<br />

todo con el fuego, mediante un cataclismo: sólo<br />

quienes hayan optado por su secta se salvarán.<br />

Por estas viejas querellas religiosas y raciales, los<br />

habitantes de la provincia central de Samaría habían<br />

sido rechazados por los judíos aun cuando compartían<br />

la misma fe en un Dios único y la esperanza en un<br />

Mesías; ellos tenían su propio lugar sagrado en Samaría.<br />

Entre judíos y samaritanos existía el desprecio y<br />

el odio; no se hablan unos con otros, evitan incluso<br />

encontrarse; cuando un galileo sube al templo de Je-


34 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Mapa religioso


1. EL CONTEXTO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> ÉPOCA 35<br />

rusalén, no duda en dar un rodeo para no pasar por<br />

este territorio manchado e impuro.<br />

El templo<br />

El templo de Jerusalén resume en sí los poderes<br />

económico, político y religioso: acaparado por la clase<br />

dominante, nadie puede atacarlo sin socavar profundamente<br />

las estructuras sociales de la época. Con esto<br />

se aprecia la importancia de las posturas que Jesús<br />

tomará respecto de él.<br />

Como lugar de poder económico es el centro más<br />

importante de comercio y de intercambios monetarios;<br />

tras sus muros se encierra el tesoro de las finanzas<br />

públicas; también se aceptan depósitos privados.<br />

«Allí se refugia toda la riqueza judía», dice el historiador<br />

Josefo.<br />

Como lugar de poder político, ofrece sede a las<br />

convocatorias del Sanedrín, que es la única Asamblea<br />

que tolera el poder romano; es también la sede del<br />

sumo sacerdote, y en una de sus alas los romanos han<br />

instalado permanentemente una guarnición de soldados<br />

para controlar la situación.<br />

Finalmente, como lugar de poder religioso, hacia<br />

él suben todos los judíos al menos una vez al año; es<br />

el único sitio en el que, según la Ley de Moisés, se<br />

pueden hacer los sacrificios prescritos; solamente allí<br />

puede el pueblo responder con toda fidelidad a su<br />

Dios y vivir la Alianza que Dios le propuso.<br />

Las rivalidades, los grupos opuestos, las diversas<br />

corrientes políticos - religiosas tienen al pueblo en<br />

efervescencia 4 : todo son indicios de que la situación<br />

4. Este contexto social, político y religioso nos es conocido<br />

gracias a diversos documentos: los escritos del<br />

historiador judío Josefo, los de Filón, otro autor judío<br />

de esta época; gracias también a otros documen-


36 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

El Templo de Jerusalén<br />

I Fortaleza romana<br />

para vigilancia<br />

del Templo<br />

recinto<br />

reservado<br />

_. a los judíos<br />

a los sacerdotes


1. EL CONTEXTO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> ÉPOCA 37<br />

no puede durar mucho; las revueltas son continuas.<br />

Ciertamente en el pueblo se espera a alguien, se espera<br />

un mundo nuevo.<br />

4. El «medio» de Jesús<br />

Era necesario evocar todo este entramado de la<br />

situación para comprender lo que sucedió. Veamos<br />

ahora, más de cerca, el medio en el que nació Jesús al<br />

que se llamará «Jesús de Nazaret».<br />

Nazaret es una pequeña aldea recostada en una<br />

colina que limita una fértil llanura; está en Galilea, o<br />

sea en aquella provincia del norte del país, menospreciada<br />

por las gentes de Jerusalén, porque en ella la<br />

raza es menos pura, porque allí se censan muchos más<br />

incircuncisos y porque allí se habla el arameo con<br />

acento.<br />

Jesús es carpintero, hijo de carpintero; es uno de<br />

aquellos trabajadores que han aprendido un oficio en<br />

la familia y que saben practicarlo. El oficio de carpintero<br />

englobaba entonces el conjunto de los trabajos de<br />

la construcción: no es probable que Jesús trabajara<br />

solo; en la construcción se trabaja en equipo; esta<br />

necesidad de trabajar en común, alimentó su experiencia<br />

de hombre. También tuvo que tratar a todos aquellos<br />

que, como él, sacaban de su oficio lo justo para<br />

vivir: fabricantes de lámparas de aceite, tejedores,<br />

curtidores, pequeños agricultores... Jesús creció en<br />

medio de este pueblo de trabajadores: por su trabajo,<br />

por sus relaciones, por las cosas que va aprendiendo y<br />

descubriendo con los demás, se va haciendo un hombre<br />

de manos expertas, que sabe calcular las dimensio-<br />

tos que se han encontrado en cuevas de Palestina;<br />

gracias a los mismos Evangelios y a archivos romanos.


38 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

nes y el precio de una obra 5 , t feliz de tratar con<br />

otros 6 , capaz de pensar, de reflexionar y de proyectar.<br />

Su formación no fue intelectual 7 y conservará<br />

siempre ese modo concreto de saber abordar los problemas.<br />

Más tarde evocará todas esas realidades cotidianas:<br />

el taller donde siempre se corre el riesgo de<br />

que una viruta se te meta en el ojo 8 , la torre que hay<br />

que construir haciendo bien los cálculos 9 , los cimientos<br />

que hay que echar sólidamente 10 , los graneros<br />

que hay que ensanchar cuando hay buena cosecha n ,<br />

todas las demás cosas que ve y comparte con las gentes<br />

de su alrededor:» el trabajo de la siembra 12 , de la<br />

recolección 13 , de la vendimia 14 , el hilo de la<br />

pesca 15 , el salario que se recibe por la tarde en la<br />

plaza 16 , etc.<br />

La vida de Nazaret le ha marcado profundamente:<br />

siempre seguirá siendo un carpintero de pueblo. Allí<br />

aprendió también la Ley de Moisés y sus prácticas<br />

concretas; descubrió las esperanzas de que era portadora;<br />

comulgó en la espera del Mesías. Sube con todos<br />

a Jerusalén y el templo le parece magnífico (¡qué<br />

construcción!, es hombre del oficio), pero también<br />

¡qué tráfico de dinero alrededor del altar! 17 .<br />

En los caminos ve a los enfermos y a los disminuidos,<br />

despreciados y reducidos a estado infrahu-<br />

5. Le 14,28. (De ahora en adelante pondremos muchas<br />

referencias de los Evangelios; son una invitación al<br />

estudio en grupos; ir viendo los textos concretos, tan<br />

ricos y llenos de vida, ayudará grandemente a descu­<br />

6.<br />

7.<br />

8.<br />

9.<br />

10.<br />

11.<br />

brir el verdadero rostro de Cristo).<br />

Jn 2,1.<br />

Jn 7,15.<br />

Le 6,41.<br />

Le 14,28.<br />

Le 6,48.<br />

Le 12,18.<br />

12. Le 8,5.<br />

13. Jn 4,35.<br />

14. Mt 21,34.<br />

15. Mt 13,47.<br />

16. Mt 20,8.<br />

17. Me 13,lss.


1. EL CONTEXTO <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> ÉPOCA 39<br />

mano 18 . Capta la miseria del pueblo, aplastado por<br />

las tasas, las deudas y la dominación romana 19 ; conoce<br />

a los zelotas, los hombres indómitos de la<br />

resistencia (pronto ya a escoger al menos a uno<br />

de ellos como compañero 20 ). Aun cuando no se<br />

comprometa políticamente, trata con estos grupos fervientes<br />

en los que adquiere profundidad la esperanza<br />

del pueblo; reflexionan extensamente sobre las promesas,<br />

avizoran para descubrir la figura del enviado<br />

de Dios que ha de venir; con frecuencia leen y releen<br />

pasajes del profeta Isaías 21 , están atentos a las corrientes<br />

de renovación que se manifiestan aquí y allá.<br />

A través de su familia, de su pueblo y de los<br />

problemas de su pueblo, el hombre Jesús va siendo<br />

formado por la comunidad judía: ésta le da su manera<br />

de ser, su manera de hablar, su esperanza. Muy cerca<br />

de El, María, su madre, le ha comunicado toda esta<br />

esperanza colectiva: Ella ha guiado sus primeros pasos,<br />

le ha ayudado a pronunciar sus primeras palabras<br />

que le han abierto al intercambio con los demás; le ha<br />

cantado poemas de la Biblia que han hecho que tomara<br />

cuerpo en El la esperanza de un mundo nuevo, de<br />

un reino de justicia y de paz 22 . Ella le ha ido ayu-<br />

18. Mt 12,9-14. 20. Mt 10,4.<br />

19. Le 16,19. 21. Mt 12,18ss.<br />

22- He aquí uno de los cantos que María debió enseñarle:<br />

«Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra<br />

en Dios mi salvador, porque ha puesto sus ojos en la<br />

humildad de su esclava, por eso, desde ahora, todas<br />

las generaciones me llamarán bienaventurada, porque<br />

ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo<br />

es su nombre y su misericordia alcanza de generación<br />

en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza<br />

de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su<br />

propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos<br />

y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó<br />

de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a


40 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

dando a traducir a lo concreto los hallazgos que ha ido<br />

haciendo y a poner en práctica las llamadas que sentía<br />

en su interior. Ella le ha facilitado llegar a ser el<br />

hombre que está llegando a ser 23 .<br />

En todo esto nada de superhombre, de un ser de<br />

excepción, nada de un especialista; sencillamente un<br />

hombre del pueblo, feliz de compartir su vida con el<br />

pueblo. Nada le distingue; hasta tal punto que sus<br />

convecinos se van a quedar atónitos y desconcertados<br />

ante lo que va a pasar 24 .<br />

Israel su siervo, acordándose de la misericordia —como<br />

había prometido a nuestros padres— en favor de<br />

Abrahán y de su linaje por los siglos» (Le 1,46-55).<br />

23. Le 2,51-52.<br />

24. Me 6,3.


2<br />

Jesús, con quien<br />

comieron y bebieron<br />

1. SE ADHIERE AL MOVIMIENTO <strong>DE</strong> JUAN 1<br />

Juan el Bautista<br />

Los Evangelios sitúan a Jesús, al comienzo, metido<br />

en uno de esos movimientos de renovación: el de<br />

Juan.<br />

Juan es un original: se ha instalado junto a un río<br />

que bordea el este del país, el Jordán; hay allí un<br />

1. Me 1,1-3; Le 3,1 hasta 4,13; Mt 3,1 hasta 4,11; Jn<br />

1,19-51. Antes de abordar cada etapa de la aventura de<br />

Jesús, será muy últil leer los textos evangélicos que<br />

indicamos. Si no se dispone de mucho tiempo, léase<br />

sólo lo indicado de Marcos, que es quien condensa<br />

mas brevemente los episodios.


42 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

vado y son muchas las personas que pasan por aquella<br />

ruta. Juan ha adoptado la compostura y el modo de<br />

vida de los profetas de otros tiempos, tal y como se<br />

les imaginaba la gente: vestidos rudimentarios, alimentación<br />

salvaje. Grita anunciando la venida muy<br />

cercana de Dios: cada cual será juzgado según su conducta<br />

y no habrá la menor vacilación en desgarrar, en<br />

cortar, en purificarlo todo mediante el fuego; las cosas<br />

no van a permanecer mucho tiempo como están.<br />

Toma a todo el mundo perfectamente las medidas y<br />

no recula cuando las palabras han de ser muy duras:<br />

«¡Raza de víboras!» Su intento es llevar a las gentes a<br />

un cambio de vida; es urgente porque llega el enviado<br />

de Dios.<br />

Juan propone a todos una nueva manera de vivir:<br />

los que le preguntan reciben una respuesta clara y sin<br />

tapujos: lealtad en sus ocupaciones, saberse ayudar<br />

unos a otros y nada de medias-tintas. Para adherirse a<br />

su movimiento, decidiendo cambiar de vida, Juan invita<br />

a hacer un gesto público (para eso se ha instalado<br />

junto al río): hay que quitarse los vestidos, como<br />

quien se despoja de su antigua forma de vida, y luego<br />

sumergirse en la corriente del río, como quien se decide<br />

a entrar en una corriente de renovación, y finalmente<br />

salir limpio, nuevo, liberado, como quien está<br />

presto a llevar una existencia nueva. A este gesto se le<br />

llama «bautismo», de una palabra griega que significa<br />

«baño, submersión»; por este motivo se da a Juan el<br />

apodo de bautizador o <strong>bautista</strong>.<br />

Bautizado por Juan 2<br />

Entre las gentes que se presentan a ver a Juan,<br />

muchos vienen de Galilea: el cuarto Evangelio cita a<br />

2. Me 1,9-12.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON QUIEN COMIERON Y BEBIERON 43<br />

Simón, Andrés, Felipe y Natanael. Juan les ha conquistado<br />

y le rodean como discípulos. Entre estas gentes<br />

se presenta Jesús, rambién El, para ser bautizado;<br />

su paso adelante es como el paso adelante de todo el<br />

pueblo; se reconoce en aquel movimiento espiritual y<br />

participa de aquella esperanza: se muestra de acuerdo<br />

con Juan que grita la necesidad de cambiar el corazón;<br />

expresa su concordia con todo aquel pueblo decidido<br />

a preparar el camino al Señor.<br />

Los Evangelios nos cuentan el bautismo de Jesús<br />

de un modo grandioso: nos dicen que fue el ámbito<br />

en el que hubo una toma de conciencia de su misión;<br />

¿quien tomó concienci??, ¿Jesús?, ¿Juan?, ¿Hs personas<br />

que les rodeaban? (¿Quizá una toma de conciencia<br />

colectiva?). Para Jesús aquel acontecimiento<br />

marcó el comienzo de una nueva existencia. Aquel<br />

hombre corriente, ignorado, se revela: tn adelante su<br />

vida estará completamente entregada a la misión descubierta,<br />

reconocida y fsumida: el bautismo le muestra<br />

como aquel a quien se esperaba, aquel a quien<br />

Dios envía Esta toma de conciencia surge de la profundización<br />

en las Escrituras, especialmente en el profeta<br />

Isaías (capítulos 40 a 54). Juan se reconocía<br />

como «la voz que grita en el desierto». Jesús oye que<br />

se le dice: «Tú eres mi siervo a quien he elegidos. La<br />

meditación de la Escritura es para Jesús una palabra<br />

que Dios le dirige y que le capacita para captar con<br />

precisión su misión. Feliz de corresponder con todo su<br />

ser al Espíritu de Dios, va a empeñarse contra el mal<br />

en todas sus formas y manifestaciones.<br />

Las tentaciones<br />

Para poner de relieve la importancia de esta profundización<br />

en su misión, Mateo y Lucas narran cómo<br />

Jesús se tomó un largo tiempo de reflexión justamen-


44 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

te nada más bautizarse 3 . Cuarenta días de «retiro»<br />

para ver cómo responder a la llamada de Dios. Jesús<br />

se pregunta qué medios adoptar, qué caminos emprender<br />

para revelar a los ojos de todos la amorosa presencia<br />

de Dios y la renovación total necesaria para la<br />

felicidad de la humanidad. ¿Qué elegir en aquel mundo<br />

profundamente inquieto, dividido política, social y<br />

religiosamente? Aunque está solo, su reflexión no es<br />

individual: dialoga con Dios y con el pueblo que siente<br />

en sus entrañas. Sus tentaciones son también las<br />

tentaciones del pueblo judío, más dispuesto a dimitir<br />

que a asumir la misión que Dios le ha confiado: dar a<br />

conocer su rostro a todas las naciones.<br />

Jesús quiere elegir lo que abra caminos a un pueblo<br />

nuevo. ¿Convendría actuar al modo de los saduceos<br />

y herodianos, ansiosos de prosperidad material y<br />

comunicar, por tanto, la idea de un Dios que responde<br />

al deseo de los hombres y que está ahí exclusivamente<br />

para saciarles? ¿No es rebajar a Dios, ver en El únicamente<br />

a un distribuidor de beneficios? ¿No es tener<br />

en poco al hombre, hacer de él un simple consumidor,<br />

individualmente satisfecho? Dios es para cada hombre<br />

y para todo el pueblo, llamada a una vida que se<br />

sobrepasa a sí misma continuamente...<br />

¿Convendría, a la manera de los zelotas, utilizar la<br />

violencia, la sed de venganza, para sacudir el yugo de<br />

Roma y establecer un nuevo poder que fuera, por el<br />

ministerio de Jesús, el poder de Dios? También en<br />

esta postura existe un gran riesgo de traicionar a Dios<br />

y al hombre: ¿Las relaciones con Dios y las relaciones<br />

interhumanas pueden concebirse en términos de amo<br />

y esclavo? Dios es para cada hombre y para todo el<br />

pueblo, llamada a la responsabilidad...<br />

3. Le 4.1-13.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON QUIEN COMIERON Y BEBIERON 45<br />

¿Convendría, como hacen los fariseos y los «especialistas»<br />

de la Ley, empujar a cada cual a trabajar<br />

individualmente en su promoción religiosa y moral,<br />

organizar un «sálvese-quien-pueda», un «cada-cual-para-sí-mismo»<br />

construido sobre la base del cumplimiento<br />

más nimio y estricto? Para lo demás, para la renovación<br />

social, ¿habría que esperar a un salvador caído<br />

del cielo que viniera a arrancarlo todo y a forzar la<br />

adhesión de las masas por medio de prodigios, aun a<br />

riesgo de mostrar a Dios como un hechicero y de<br />

reducir a los hombres a la categoría de ovejas? Pero<br />

Dios es para cada hombre y para todo el pueblo llamada<br />

a salvarse juntos, unos mediante otros, llamada a<br />

jugar las propias bazas en la liberación colectiva...<br />

Ser testigo de un Dios que es llamada a la creatividad<br />

colectiva y permanente, a la responsabilidad del<br />

mayor número posible de personas, a la liberación de<br />

todos para formar un pueblo que sea creador, responsable<br />

y libre: esto es lo que elige Jesús en su retiro. Se<br />

determina a ello iluminado simultáneamente por la<br />

luz de las corrientes de su tiempo y por la atenta<br />

escucha de Dios en las Escrituras. Toda su vida quedará<br />

enmarcada en estos puntos fundamentales elegidos,<br />

aun cuando tendrá que irles traduciendo de modos<br />

diferentes según las circunstancias.<br />

Esta narración, colocada al comienzo de los Evangelios,<br />

aparece ante nosotros como un combate; es lo<br />

que va a dar tono propio a toda la aventura de Jesús:<br />

su vida va a ser un combate. Jesús es consciente de<br />

que en el mundo en que vive hay que plantear una<br />

batalla; las «tentaciones» van a volver a presentarse a<br />

todo lo largo de su vida. Dios no puede ni aceptar el<br />

mundo tal cual está, ni contentarse con soluciones<br />

falsas. Jesús, su testigo, vino para hacer un replanteamiento<br />

radical: y la lucha será sin contemplaciones.


46 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Los episodios del bautismo y de las tentaciones<br />

nos muestran a Jesús como miembro de todo el pueblo<br />

que esperaba al Mesías, como quien concretó esta<br />

esperanza uniéndose al «movimiento de Juan», como<br />

quien descubre su misión de enviado de Dios, como<br />

quien es tentado por todas las corrientes de su época.<br />

Pero también como quien recibe su misión «de otra<br />

parte», como quien se afana por buscar, profundizando<br />

en las Escrituras, lo que Dios quiere de El, y como<br />

quien tiene la firme determinación de ser un testigo<br />

verdadero de Dios, su «Padre»; es una llamada que<br />

siente en lo más profundo de sí mismo: el Espíritu de<br />

su «Padre» impregna su elección, sus proyectos, toda<br />

su existencia í .<br />

2. EN GALILEA: <strong>LA</strong> BUENA NOTICIA<br />

<strong>DE</strong>L REINO 5<br />

Al principio Jesús pasa algún tiempo en compañía<br />

de Juan, proponiendo, como él, el bautismo a los que<br />

llegan: tiempo en el que se anudan las relaciones y la<br />

amistad, y por invitación del mismo Juan, algunos de<br />

sus discípulos se unen a Jesús. Muy pronto, como<br />

consecuencia de algunas palabras imprudentes contra<br />

el rey Herodes, Juan será encarcelado y poco más<br />

tarde decapitado en la prisión. Este suceso es para<br />

Jesús una señal de que debe comenzar una nueva<br />

etapa: la preparación ha terminado. Se vuelve a Galilea<br />

con los pocos discípulos que ha logrado ganar para<br />

su causa.<br />

4. Jn 5,19-20.<br />

5. Para seguir esta parte léase: Me 1,16 hasta 6,13; Le<br />

4,14 hasta 9,6; Mt 4,12 hasta 13,58.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON Q_UIEM COMIERON Y BEBIERON 47<br />

El Reino de Dios<br />

Según Marcos, Mateo y Lucas, permanece siempre<br />

en Galilea recorriendo pueblos y aldeas en todas direcciones.<br />

Leyendo el cuarto Evangelio se le ve, en<br />

ocasiones dadas, en Jerusalén. Lo importante es captar<br />

el sentido que Jesús da a su misión durante este<br />

período, y esto sí lo testimonian con claridad los<br />

Evangelios. Marcos lo dice así: «Después del encarcelamiento<br />

de Juan Bautista, Jesús se vuelva a Galilea y<br />

proclama la Buena Noticia de Dios, diciendo: "Se ha<br />

cumplido el plazo y el Reino de Dios ya está aquí;<br />

cambiad vuestros corazones y vinculaos a la Buena<br />

Noticia"» 6 .<br />

Jesús tomó este término «Reino de Dios» en primer<br />

lugar porque correspondía a lo que el pueblo<br />

esperaba febrilmente; ¿cómo podía darse a entender<br />

sin emplear las palabras que eran portadoras de esperanza?<br />

Un Reino, lo que evocaba claramente la grandeza<br />

de los tiempos pasados, pero un Reino de justicia<br />

y de paz, como el que habían anunciado los profetas.<br />

La afirmación de Jesús es que El realiza la promesa<br />

que Dios hizo a su pueblo: ¡qué carga de resonancias<br />

debía tener esta Buena Noticia...!<br />

Anunciar un Reino es lanzar una llamada dirigida<br />

no sólo a un cambio peisonal, sino a una renovación<br />

total de los hombres y de la sociedad construida por<br />

ellos: el orden social tendría que transformarse por<br />

completo para dejar espacio al «universo nuevo de<br />

Dios» 7 . Todos y cada uno reciben la invitación de<br />

participar con todos los demás en esta transformación.<br />

Pero se trata del Reino «de Dios»: Dios mismo se<br />

inserta en este mundo pa-a hacerle nuevo; su presen-<br />

6. Me 1,14-15.<br />

7. Con esta expresión se traduce el término «Reino de<br />

Dios» en las Orientaciones de la Joc para 1974.


48 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

cia, su vida, su amor son las fuerzas dinamizadoras<br />

que lo van a renovar todo, si los hombres consienten<br />

en vivir de ellas. Entrai en el «movimiento» del Reino<br />

de Dios no es dedicarse a soñar en otro mundo «de<br />

alguna otra parte» que cada cual conseguirá individualmente<br />

después de su muerte, sino, por el contrario,<br />

acoger, desde ahora mismo, este anuncio formidable:<br />

Dios está aquí, con el poder de su amor, para<br />

renovar totalmente este mundo: es la levadura que va<br />

a hacer fermentar toda la masa, es el manantial del<br />

que brotará una floración infinita, la certeza de una<br />

felicidad constantemente renovada para todos los<br />

hombres.<br />

Esta es la Buena Noticia del Reino, de la que<br />

Jesús irá haciendo traducciones concretas con su palabra<br />

y sus actos: embriagado por este mensaje, Jesús<br />

habla por todas partes, en las sinagogas, en pleno<br />

campo, al borde del lagc<br />

La llamada de Jesús se parece a la de Juan: acaba<br />

de empezar una era nueva; urgentemente cada cual<br />

debe corresponder a la nueva era cambiando su manera<br />

de vivir y acogiendo el Reino de Dios tan inmediatamente<br />

cercano. El aspecto nuevo reside precisamente<br />

en esa proximidad del Reino de Dios; por fin ya<br />

está ahí: ha comenzado el final del viejo mundo. Por<br />

tanto es la hora en que cada cual debe decidir. Esta<br />

urgencia queda constantemente subrayada: hay que<br />

hacerse libre para acoger la renovación; nada debe<br />

retener a quien ha escuchado la llamada; ya no cuentan<br />

ni las riquezas, ni la situación, ni los afectos, ni<br />

los pecados, ni el desprecio que los demás nos tengan.<br />

Todo el mundo puede volver a comenzar desde cero;<br />

no hay pasado; la fuerza de Dios se ofrece con toda<br />

seguridad a todos: todo puede cambiar radicalmente.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON QJJIEN COMIERON Y BEBIERON 49<br />

£1 año «santo»<br />

Lucas sugiere que Jesús se sirvió de un acontecimiento<br />

religioso para dar resonancia a su llamada<br />

pública 8 . La cosa sucedió en Nazaret. Jesús propuso<br />

un modo nuevo de leer un texto de Isaías: no verle<br />

como un sueño del pasado, sino ponerle en práctica<br />

hoy mismo. Estableció un vehículo de relación entre<br />

un año «santo» que debía estarse celebrando por entonces<br />

y la palabra del profeta que anunciaba un año<br />

«de gracia, de favor» del Señor, un año de renovarán;<br />

La celebración del año «santo» estaba integrada<br />

en la Ley de Moisés 9 y tenía sus normas bien determinadas:<br />

en él había que dar la libertad a los esclavos,<br />

perdonar las deudas, facilitar que todo el mundo pudiera<br />

recobrar su capital inicial vinculado a una parcela<br />

de tierra. El núcleo de esta idea era que cada 50<br />

años todo el mundo tuviera la posibilidad de volver a<br />

comenzar sobre bases nuevas; quedaba claro, de esta<br />

forma, que las relaciones humanas no deben ser ocasión<br />

de explotación, sino de desarrollarse comunitariamente.<br />

Así unos y otros recobraban su libertad: el<br />

pobre porque había sido reducido a la esclavitud; el<br />

rico porque se ahogaba bajo el peso de la acumulación<br />

de bienes.<br />

Normalmente cada 50 años el sumo sacerdote debía<br />

decretar en Jerusalén un año «santo» y proponer a<br />

todos la renovación que exigía la Ley de Moisés; pero<br />

de hecho tomaban buenas precauciones para no llevarlo<br />

a la práctica. Por eso se comprende perfectamente<br />

que la llamada de Jesús a entrar en un verdadero año<br />

«santo» era, simultáneamente, una interpelación a todo<br />

el pueblo (la Biblia les concernía a todos), la<br />

8. Le 4,16-30.<br />

9. Levítico, 25.


50 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

propuesta de una transformación social y un desafío a<br />

la autoridad religiosa. Con toda justicia podía Jesús<br />

comenzar su predicación con este anuncio: «Felices<br />

los que sois pobres, vuestro es el Reino de Dios;<br />

felices los que ahora tenéis hambre, seréis saciados;<br />

felices los que ahora lloráis, reiréis 10 . Sí. Si todos<br />

respondían a la llamada del Reino, si todos cambiaban<br />

su manera de vivir, los pobres conocerían la felicidad;<br />

muerto el egoísmo, todos podrían vivir como hermanos.<br />

Nada extraño que ya desde el comienzo Jesús<br />

inquietara a los mantenedores del orden establecido:<br />

el Reino de Dios amenazaba con desestabilizar a muchas<br />

gentes muy bien establecidas.<br />

Las curaciones<br />

La exigencia de renovación no era cosa muy original<br />

puesto que fundamentalmente consistía en recordar<br />

algo que estaba en la Biblia. Esto era tan verdad<br />

que se decía de él: «Es un profeta, como los profetas<br />

antiguos» u . Pero Jesús va a motrar que era realmente<br />

posible responder a la llamada, y esto sí era<br />

nuevo.<br />

Dios estaba cerca, y entregaba profusamente su<br />

potencia renovadora; todo el mundo podía cambiar;<br />

esta posibilidad se traducía concretamente en las numerosas<br />

invitaciones a la curación que marcan todo<br />

este período.<br />

Recordemos cuál era la situación social de los enfermos<br />

y disminuidos; una Buena Noticia para ellos<br />

tenía que integrar necesariamente el aspecto de su<br />

curación. ¿Qué verdadera novedad habría existido sin<br />

esta posibilidad de que sanaran cuantos se encontraban<br />

con Jesús? Fuera cual fuera la situación en que<br />

10. Le 6,20-21.<br />

11. Me 6,15.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON QUIEN COMIERON Y BEBIERON 51<br />

uno se encontraba, podía experimentar una transformación:<br />

el paralítico podía recobrar la agilidad de sus<br />

miembros, el pecador quedaba libre del pecado que<br />

pesaba sobre su conciencia; el rico aprendía a compartir;<br />

todo el mundo era alcanzado por la nueva vida, en<br />

la situación en que se encontrara.<br />

Las curaciones eran un lenguaje directo y concreto,<br />

adaptado a gentes que creen lo que ven, apto para<br />

manifestar con claridad que una potencia renovadora<br />

habitaba ya el mundo. Jesús daba testimonio, de esta<br />

forma, del secreto de Dios al que El llamaba su «Padre»:<br />

el Reino que está ya aquí es el amor de Dios<br />

que se ha hecho vida de los hombres. Esta es la razón<br />

de que Jesús fuera con todos y no temiera andar con<br />

los pecadores, las prostitutas y los bribones de los<br />

«publícanos»: era preciso que todos supieran que podían<br />

cambiar.<br />

Urgencia y autoridad<br />

La misión era hasta tal punto urgente, hasta tal<br />

punto importante que no había que detenerse en naderías:<br />

era necesario ir a lo esencial, y durante todo<br />

este período Jesús provoca la cólera de los fariseos<br />

porque viola alegremente sus minuciosas prescripciones;<br />

cuando se trata de testimoniar el amor cercano<br />

de Dios ni el sábado, ni las reglamentaciones sobre los<br />

alimentos pueden convertirse en coartadas; cuando se<br />

trata de salvar lo que está perdido es preciso ir resueltamente<br />

hacia adelante.<br />

Jesús habla con seguridad, con autoridad, de este<br />

convencimiento de que el Reino está ahí, de que hay<br />

que entrar en su dinamismo y de que hay sitio para<br />

todos en la tarea de renovar el mundo: todos lo notan.<br />

Muestra a las claras, desde el comienzo, que el<br />

nuevo orden está ya ahí: a lo que se dijo desde siempre<br />

—incluso en la Ley de Moisés— opone otras


52 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

exigencias, las que emanan de la Buena Noticia. Ahora<br />

que Dios se ha hecho vida de los hombres, la única<br />

regla es ser perfectos como perfecto es Dios. La única<br />

actitud posible es dejar que la energía de Dios nos<br />

penetre y nos transforme. Esta transformación que<br />

alcanza al hombre entero y a todas las esferas de la<br />

vida, es fuente de renovación para toda la humanidad:<br />

corresponder a ella es construir un mundo nuevo.<br />

Los Doce<br />

Sobre las bases de esa llamada general, Jesús realiza<br />

un gesto significativo: elige a doce hombres que<br />

serán como el punto de partida de un nuevo pueblo<br />

de Dios (el pueblo judío se asentaba sobre los doce<br />

patriarcas que originaron las doce tribus). Y les da la<br />

misión de anunciar, también ellos, la Buena Noticia<br />

con la misma fuerza: también ellos curan. Pero su<br />

primer cometido es vivir la experiencia del Reino,<br />

testimoniar lo que Dios puede hacer con la vida humana:<br />

son como el bosquejo del Reino que comienza<br />

a edificarse. Poco a poco, partiendo de lo que ellos<br />

van viviendo, de lo que van descubriendo en el ejercicio<br />

de su misión, les irá conduciendo tierra adentro<br />

para que descubran el mundo que Dios quiere para<br />

los hombres.<br />

Un día en Caíarnaún<br />

Durante todo este período, que dura algo más de<br />

un año, Jesús viaja mucho por Galilea: le vemos en<br />

Nazaret, en Naím, en Cana; frecuenta sobre todo las<br />

orillas del lago de Tiberíades, al este del país, y en<br />

particular la ciudad de Cafarnaún. Cuando abandonó<br />

el Jordán se instaló en esta ciudad 12 y partiendo de<br />

12. Mt4,13.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON O.UIEN COMIERON Y BEBIERON 53<br />

«jornada-tipo» de Jesús en Cafarnaún 13 . Aun<br />

ella hace sus giras. Los Evangelios nos cuentan una<br />

cuando es una reconstrucción artificial, plasma perfectamente<br />

la atmósfera de la vida de Jesús, caracterizada<br />

en esa época por una intensa actividad: se esfuerza<br />

denodadamente por hacer bullir al pueblo, por ayudarle<br />

a entrar en el movimiento del Reino.<br />

Era un sábado; con otras muchas personas, Jesús<br />

y sus discípulos van a la sinagoga; cualquiera podía<br />

tomar en ella la palabra si le invitaba el jefe de la<br />

sinagoga; Jesús aprovecha la ocasión y anuncia la Buena<br />

Noticia con autoridad: todo el mundo queda impresionado<br />

de su manera de hablar: no están acostumbrados<br />

a aquel aplomo. Y no sólo habla, sino que<br />

también actúa: allí hay un enfermo (seguramente un<br />

enfermo mental muy inquieto). Jesús se fija en él y<br />

con una palabra le llama a la curación; todos lo ven;<br />

con la misma autoridad que pide un cambio de corazón,<br />

cura las enfermedades.<br />

Luego le vemos fuera ya de la sinagoga. Es la hora<br />

de la comida; va a comer a casa de sus compañeros<br />

Simón y Andrés; otros confraternizan también en<br />

aquella comida. También allí su palabra está cargada<br />

de poder; a una llamada suya, la suegra de Simón que<br />

está enferma, se pone en pie. El sábado no se puede<br />

salir de casa por la tarde: así está señalado en la Ley<br />

de Moisés. Pero en cuanto se pone el sol, acabado el<br />

sábado, todo el mundo sale a las calles; durante esas<br />

horas todo el mundo ha estado hablando de la curación<br />

realizada por la mañana en la sinagoga: enfermos<br />

de todo tipo ponen cerco a la casa y Jesús les acoge:<br />

ve en ellos sed de un mundo nuevo, de una vida<br />

nueva y el esbozo del nuevo pueblo de Dios que está<br />

en vías de constituirse.<br />

13. Me 1,21-34; Le 4,31-41.


54 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Al amanecer ya está en pie; sale al campo para<br />

encontrar momentos de calma y meditar las Escrituras:<br />

ora, dialoga con su «Padre», entra en honda comunión<br />

con el Reino que ya está ahí y que poco a<br />

poco va tomando cuerpo..., pero todo el mundo le<br />

busca; hay otras muchas aldeas y ciudades en los que<br />

debe resonar la Buena Noticia, y le vemos marchar<br />

para comenzar otra jornada tan llena como la anterior.<br />

3. <strong>LA</strong> CRISIS 14<br />

Son muchos los detalles que nos inducen a pensar<br />

que en estos momentos Jesús esperó que el pueblo en<br />

bloque entraría en el movimiento del Reino: éste sería<br />

tan potente que las antiguas estructuras reventarían<br />

y brotaría una nueva creación; el Amor del Padre<br />

acogido por todos crearía un hombre y una humanidad<br />

nuevos. Una verdadera mutación de la humanidad<br />

parecía posible. Los éxitos que hemos mencionado, las<br />

multitudes que se apiñan alrededor de El, el entusiasmo<br />

de los discípulos que lo dejan todo para seguirle,<br />

aquel formidable movimiento que se iba dibujando,<br />

no podían más que confirmar su esperanza. Las parábolas,<br />

comparaciones que Jesús arranca de la vida<br />

cotidiana, son expresión de la esperanza que anida en<br />

su corazón: «¿Con qué compararemos el Reino de<br />

Dios? Se parece a una semilla muy pequeña; cuando<br />

se la siembra en la tierra es algo muy pequeño; pero<br />

cuando germina se convierte en la planta más grande<br />

del huerto; la nacen gruesas ramas y los pájaros anidan<br />

bajo su sombra» 15 .<br />

14. Para seguir esta parte léase Me 6,14 hasta 9,50; Le 9,7<br />

hasta 9,50; Mt 14,1 hasta 18,35.<br />

15. Me 4,30-32.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON QUIEN COMIERON Y BEBIERON 55<br />

Con todo, ya va siendo perceptible una sorda resistencia<br />

a su mensaje: con los primeros que choca es<br />

con los «doctores de la Ley», aquellos intelectuales,<br />

especialistas en las Escrituras que no aceptan que<br />

aquel hombre vulgar hable de Dios con tal autoridad.<br />

Luego con los fariseos, apegados al aspecto moral de<br />

la Ley, que ven que Jesús se toma demasiadas libertades<br />

con las observancias prescritas y que frecuenta<br />

muy malas compañías. A la novedad que aporta la<br />

predicación que Jesús hace del Reino, oponen ellos<br />

una tradición que hay que respetar cueste lo que cueste.<br />

Desde ese momento, todo lo que hubiera podido<br />

sugerirles preciosos interrogantes, como el poder de<br />

Jesús sobre los cuerpos y sobre los corazones, se hace<br />

motivo de sospecha. En determinados círculos se comienza<br />

a murmurar que el origen de sus poderes es<br />

dudoso 16 y su familia empieza a decir que ha perdido<br />

la cabeza 17 .<br />

«El asunto de los panes»<br />

Durante todo este período galileo lo que más llama<br />

la atención es el éxito que rodea a Jesús: un<br />

considerable número de galileos siguen sus enseñanzas;<br />

encuentra un eco muy favorable en las capas<br />

sobre-explotadas de la población. Su llamada a los<br />

más explotados encuentra la adhesión popular, sobre<br />

todo en aquella provincia en que la influencia de los<br />

zelotas es mayor. Por este mismo motivo, las razones<br />

por las que se vinculan a Jesús pueden ser muy ambiguas:<br />

un episodio va a sacarlas a plena luz.<br />

Debió ser algo tan importante para los testigos,<br />

que los Evangelios han guardado nada menos que seis<br />

16. Me 3,22.<br />

17, Me 3,21.


56 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

narraciones del acontecimiento 18 ; de ordinario se<br />

llama a este episodio la multiplicación de los panes;<br />

Marcos lo llama simplemente «el asunto de los<br />

panes» 19 .<br />

Las narraciones cuentan que una gran multitud<br />

seguía a Jesús desde hacía varios días; comenzaban a<br />

tener hambre y la necesidad de tomar algún refrigerio<br />

era ya urgente. Entonces Jesús dio a aquellos varios<br />

miles de hombres el alimento que necesitaban y sobreabundantemente:<br />

fue una comida de fiesta, una<br />

inmensa comunión. Para Jesús era la ocasión de mostrar,<br />

en una acción que tenía repercusiones sobre todos<br />

ellos, que el Reino de Dios estaba allí: Dios alimentaba<br />

a su pueblo; le daba lo que necesitaba para<br />

cambiar de vida; la respuesta debía consistir en acoger<br />

el Reino de Dios y renacer a otros modos de ver, de<br />

vivir y de pensar.<br />

Pero Jesús cayó inmediatamente en la cuenta de<br />

cierta agitación en la multitud; surgían gritos por todas<br />

partes; iban hacia El para levantarle en triunfo:<br />

era una tentativa de insurrección y se le requería para<br />

que se pusiera en cabeza. En lugar de vincularse a la<br />

llamada al Reino, el pueblo volvía a sus viejas tentaciones:<br />

las que Jesús había rechazado al comienzo de<br />

su misión. En lugar de oír la llamada a ser creativos,<br />

se contentaban con un mago que les diera pan a golpe<br />

de varita. En lugar de atender la llamada a ser responsables<br />

de nuevas estructuras, le votaban como nuevo<br />

rey del que podrían esperarlo todo. En lugar de prestar<br />

atención a la llamada a liberarse, se alienaban de<br />

nuevo. Jesús, el «testigo» del Padre, no podía soportar<br />

aquellas ambigüedades. Aquello le decidió a romper;<br />

iba a cambiar su manera de actuar; por aquel<br />

18. Me 6,35-44; Me 8,1-9; Le 9,12-17; Mt 14,13-21; Mt 15,32-<br />

38; Jn 6,1-3.<br />

19. Me 6,62.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON Q.UIEN COMIERON Y BEBIERON 57<br />

camino no cumpliría su misión. Empleó lo que le<br />

quedaba de autoridad, para mandar a aquella multitud<br />

que se dispersara y se retiró para tener un nuevo<br />

período de reflexión.<br />

Tiempo de reflexión<br />

Hubo otro motivo que impulsó a Jesús a alejarse,<br />

al menos momentáneamente, de las multitudes galileas:<br />

el rey Herodes comenzaba a inquietarse; quería<br />

«ver» a Jesús, es decir, hacerle correr la misma suerte<br />

que corrió Juan: cárcel y quizá muerte. El poder no<br />

podía soportar una agitación de aquel volumen, tanto<br />

menos cuanto que los temas que desarrollaba Jesús no<br />

eran precisamente neutros...<br />

Un rey no encuentra sus delicias precisamente en<br />

oír hablar de «otro Reino». Algunos avisaron a Jesús<br />

que Herodes lo buscaba para matarlo 20 .<br />

Estas razones llevaron a Jesús a dejar Galilea y a<br />

irse al norte, a territorio pagano: allí nadie le molestaría;<br />

sus discípulos se fueron con él, aunque no comprendían<br />

apenas lo pasado en el «asunto de los<br />

panes» 21 ; no podían comprender cómo Jesús había<br />

cortado, precisamente en el mejor momento, aquel<br />

éxito sin precedentes. Con esta postura Jesús provoca<br />

una toma de nueva postura colectiva; les invita a<br />

hacer balance 22 : «¿Qué dicen las gentes de mí?»<br />

Los discípulos le cuentan lo que han oído a unos y<br />

otros: las gentes ven en Jesús un profeta como lo era<br />

Juan Bautista, o como otros de los profetas antiguos...<br />

Entonces Jesús les interpela directamente: «Y vosotros<br />

¿quién creéis que soy?» Pedro responde en nombre<br />

de los Doce: «Tú eres el Mesías»: aceptan que el<br />

Mesías esperado sea como Jesús le muestra, al contra-<br />

20. Le 13,31. 22. Me 8,27-30.<br />

21. Me 8,14-21.


58 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

rio que la multitud que quería dictar a Jesús el comportamiento<br />

que tendría que seguir, imponiéndole ser<br />

el Mesías que ellos soñaban. La esperanza en el Mesías<br />

se había convertido para los discípulos en fe en<br />

Jesús, y a pesar de que no lo comprendían todo, a<br />

pesar de todas sus oscuridades, le daban su voto de<br />

plena confianza: «¿A qué otro iremos? Tú tienes las<br />

palabras de vida eterna» 23 .<br />

Un camino nuevo<br />

Después de esta proclamación de fe, Jesús piensa<br />

que ya son lo suficientemente fuertes como para escuchar<br />

todo el contenido de sus propias reflexiones; los<br />

últimos acontecimientos de Galilea, la amenaza de<br />

Herodes, el resultado de su meditación de las Escrituras,<br />

le han afianzado en esta convicción: para que su<br />

mensaje pueda ser recibido sin ambigüedades, para<br />

que su misión pueda ir hasta el final y producir como<br />

fruto un mundo nuevo, es preciso cambiar la manera<br />

de actuar.<br />

La hostilidad de sus adversarios que iba en aumento,<br />

la huida de las masas cuando vieron que rechazaba<br />

ponerse al frente de una insurrección, le hacen<br />

vislumbrar cada vez con mayor claridad que su camino<br />

desemboca en la muerte. La meditación del profeta<br />

Isaías y del salmo 22 que presentan la figura de un<br />

«Siervo» del Señor que con sus sufrimientos da la<br />

vida a la multitud de los hombres 24 , le hacen caer<br />

en la cuenta que hay otro camino posible para cumplir<br />

su misión.<br />

Esto es lo que dice el profeta: «Por sus sufrimientos,<br />

mi Siervo justificará a la multitud, tomando sobre<br />

sí sus pecados. Por eso yo le daré en herencia la<br />

23. KJn6,68.<br />

24. Mt 8,17 y Jn 12,38.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON QUIEN COMIERON Y BEBIERON 59<br />

multitud» 25 . Jesús asimila esta idea para sí mismo:<br />

«Si el grano de trigo no muere, queda solo; pero si<br />

muere da fruto abundante» 26 .<br />

Aceptando llegar hasta el riesgo de la vida, transparentará<br />

el verdadero rostro de Dios, un Dios que no<br />

quiere imponer desde el exterior la felicidad a los<br />

hombres, sino que da a todos y cada uno, y en todo<br />

momento, la fuerza necesaria para ponerse en pie, si<br />

quieren, y empezar a construir un universo distinto.<br />

Emprendiendo este camino, Jesús da también su<br />

total voto de confianza a su Padre, que es capaz de<br />

conducirle más allá de la muerte.<br />

4. <strong>LA</strong> SUBIDA A JERUSALEN 27<br />

El «clima»<br />

Desde estos momentos, los Evangelios nos presentan<br />

la vida de Jesús como un viaje hacia Jerusalén. No<br />

se trata de ver en esto un reportaje, sino fundamentalmente<br />

una determinada ambientación 28 . Vaya a una<br />

parte o a otra, la manera que Jesús tiene de concebir<br />

su misión está, en adelante, totalmente orientada a ese<br />

fin: subir a Jerusalén; allí se desarrollarán los acontecimientos<br />

definitivos. Jesús ha elegido ya su hora:<br />

será durante las grandiosas festividades de la próxima<br />

Pascua, en abril. En el momento en que todos celebren<br />

festivamente el nacimiento del pueblo judío, El<br />

estará allí para dar a luz un nuevo pueblo de Dios.<br />

25. Léase Isaías, 52,13 hasta 53,12 que presenta la aventura<br />

de este «siervo sufriente» y el salmo 22.<br />

26. Jn 12,24.<br />

27. Para seguir este período: Me 10,1-52; Le 9,51 hasta<br />

19,27; Mt 19,1 hasta 20,34.<br />

28. Me 10,32.


60 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Efectivamente, Jesús quiere jugarse el todo por el<br />

todo. En Jerusalén residen los jefes religiosos. Va a<br />

presentarles batalla. Su respuesta será decisiva tanto<br />

si la dan en un sentido como si lo hacen en otro.<br />

Conoce la hostilidad en aumento contra El; no se<br />

hace ilusiones. Durante este período Jesús vuelve una<br />

y otra vez sobre el sentido de esta «subida a Jerusalén»,<br />

sobre el sentido de los acontecimientos que allí<br />

pueden suceder 29 . De cualquier forma, tiene confianza<br />

absoluta en su Padre; suceda lo que suceda,<br />

habrá cumplido su misión. Los temas que ocupan su<br />

meditación y el diálogo con sus amigos, se agrupan<br />

alrededor de la idea de «morir para vivir, para dar<br />

vida» 30 . Encara la muerte como una posibilidad<br />

muy real y descubre el sentido de esa posibilidad: es<br />

un bautismo que hay que recibir, un «sumergirse» 31<br />

que lleva consigo una superación y una vida renovada.<br />

Pone todo el empeño en comunicar esta convicción<br />

suya también a los compañeros.<br />

La formación de los Doce<br />

Jesús no abandona la perspectiva del Reino, pero,<br />

por el momento, quiere, sobre todo, ayudar al grupo<br />

de los Doce a comprender los acontecimientos que<br />

pueden suceder. En momentos dados aparecen todavía<br />

alrededor de Jesús muchedumbres entusiastas 32 ,<br />

pero El no busca ya estos contactos; se consagra prioritariamente<br />

al pequeño grupo de los fieles: les forma.<br />

Es verdad que lanza todavía sus llamadas 33 , pero<br />

van dirigidas a que éste o aquél se integren en el<br />

29. Me 8,31-33; 9,30-32; 10,32-34; Le 13,33-35.<br />

30. Le 17,33; Jn 12,25; Mt 20,28.<br />

31. Me 10,38; Le 12,50.<br />

32. Le 14,25.<br />

33. Le 9,57-62; 18-22.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON QUIEN COMIERON Y BEBIERON 61<br />

«pequeño rebaño» 34 , como El le llama. Es verdad<br />

que no ha renunciado a dirigirse a todo el pueblo,<br />

pero lo hace ya de un modo diferente. Cuando sea<br />

«elevado» 35 , atraerá a todos los hombres hacia sí.<br />

Su perspectiva ya no es solamente la renovación del<br />

pueblo judío, encerrado en un nacionalismo de miras<br />

estrechas, sino la de toda la humanidad.<br />

Apoyado en estos presupuestos, dedica su tiempo<br />

a formar a sus discípulos; con ocasión de los pequeños<br />

acontecimientos que dejan su impronta en el grupo<br />

36 va concretando con ellos lo que exige la nueva<br />

vida del Reino.<br />

Así un día en que un hombre le pide ser admitido<br />

en el grupo, Jesús insiste en la libertad con que hay<br />

que comprometerse; nada puede provocar una vuelta<br />

hacia atrás, ni las riquezas, ni los afectos más<br />

queridos 37 : la misión reclama hombres completamente<br />

entregados y Jesús no teme usar las palabras<br />

más fuertes: es necesario vender todos los bienes,<br />

tomar la cruz cada día, odiar la propia vida 38 .<br />

En otras ocasiones, cuando el clima no es tan<br />

agobiante, surge todavía el pensamiento de un Reino<br />

próximo en el que será muy importante estar bien<br />

colocado: surgen las disputas de los primeros<br />

lugares 39 ; Jesús interviene: en el nuevo orden del<br />

Reino, no caben disputas de ese tipo. La única ambición<br />

debe ser la de ponerse al servicio de los demás;<br />

todos son hermanos; no hay títulos que dar ni que<br />

recibir 40 . El, el Maestro, está con ellos como un<br />

siervo; entonces, ¿no deben ser ellos también siervos,<br />

atentos a las necesidades de cada uno de los otros y<br />

no estar ansiosos por el triunfo de sí mismos?<br />

34. Le 12,32. 38. Me 8,34; Le 14,26.<br />

35. Jn 12,32-33. 39. Me 10,35-45.<br />

36. Me 10,28-31. 40. Mt 23.8-11.<br />

37. Le 9,57-62; 14,33.


62 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Estas disputas traen como consecuencia ciertos enfremamientos<br />

entre ellos; descubren de esta manera<br />

la necesidad del perdón. Jesús les hace ver que el<br />

perdón es la acción que más les hace parecerse a Dios.<br />

Dios perdona siempre 41 . En la dinámica del Reino<br />

el perdón ocupa un lugar central: es necesario aprender<br />

a vivirlo entre hermanos, lo que requiere un clima<br />

de verdad y de saberse poner en tela de juicio personal<br />

y colectivamente 42 .<br />

Y Jesús va haciendo estas observaciones subrayando<br />

siempre su conexión con los acontecimientos que<br />

quizá se acercan; hoy, lo mismo que mañana, es necesario<br />

saber servir, dar la vida, para el perdón de los<br />

pecados.<br />

Jesús y su Padre<br />

Hay otro aspecto que ocupa la atención de Jesús<br />

en la formación de sus discípulos: colocarles ante<br />

cuestiones más personales. Les provoca a reaccionar<br />

respecto a El: es necesario creer en El; vincularse a su<br />

persona, confiar en El; seguirle.<br />

Intenta también, de las más diversas formas, hacerles<br />

percibir quién es El, como aquella vez en que<br />

llevó a la montaña a Pedro, Santiago y Juan 43 . Allí,<br />

en una experiencia difícilmente comunicable, ellos<br />

captan, con mayor claridad, que Jesús es aquel que<br />

realiza el proyecto de Dios que habían anunciado las<br />

Escrituras (la Ley de Moisés y los profetas).<br />

Les habla también de su Padre: se afana porque le<br />

descubren como una persona viva; quieren que le<br />

sientan y experimenten. Para revelarles quién es su<br />

Padre, vuelve de nuevo al método de contarles parábolas:<br />

el pastor que sale en busca de una sola de sus<br />

41. Mt 18,21-35. 43. Le 9,28-36.<br />

42. ¡Mt 18,15-18.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON Q_UIEN COMIERON Y BEBIERON 63<br />

ovejas extraviada y se siente feliz cuando la<br />

recobra 44 ; el hombre que no tiene otro deseo más<br />

que el de ver volver a su hijo perdido y ofrece una<br />

gran fiesta a su regreso como si recompensara su mala<br />

conducta 45 ; el amo de la viña que contrata obreros<br />

a todas horas y que da el salario completo aun a los<br />

que sólo han trabajado una hora 46 . Así es su Padre:<br />

un amor sin cálculos, cuya felicidad es ver que la vida<br />

vuelve a renacer, que la sonrisa vuelve a iluminar un<br />

rostro. Su Padre es bueno, basta con esta palabra.<br />

A lo largo de toda esta subida a Jerusalén, las<br />

parábolas y las curaciones están al servicio de la formación<br />

de los Doce, y de fortalecer su adhesión a<br />

Jesús y su acceso a la intimidad del Padre. Tarea que<br />

duró seguramente varios meses, hasta el día en que<br />

toman resueltamente el camino de Jerusalén 47 : la<br />

hora se acerca; quedaban ocho días para la gran fiesta<br />

de la Pascua.<br />

5. LOS ÚLTIMOS DÍAS 48<br />

Jesús toma la iniciativa<br />

En los testimonios aportados por los Evangelios<br />

sobre estos últimos días, llama poderosamente la atención<br />

el dominio de Jesús: es El quien dirige los acontecimientos;<br />

sabe adonde va; nada ha quedado al azar.<br />

No es una desgraciada concatenación de acontecimientos<br />

lo que provoca su muerte, sino un modo bien<br />

determinado que El mismo ha encontrado para cumplir<br />

la misión que recibió de su Padre.<br />

44. Le 15,3-7. 46. Mt 20,1-15.<br />

45. Le 15,11-12. 47. Le 19,28.<br />

48. Para seguir esta parte se puede leer: Me 11,1 hasta<br />

15,47; Le 19,28 hasta 23,56; Mt 21,1 hasta 27,66.


64 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Entra en Jerusalén, pero lo hace solemnemente:<br />

elige afirmarse como el Mesías; esta vez es El mismo<br />

el que organiza la manifestación a su modo. Calca un<br />

texto de la Biblia, el único que describe al Mesías con<br />

rasgos pacíficos, carentes de grandeza exterior y acogiendo<br />

a los paganos: éste es el texto del profeta<br />

Zacarías: «Prorrumpe en gritos de alegría, Jerusalén,<br />

porque tu Rey viene a ti; es justo y victorioso, humilde,<br />

viene montado sobre un asno; va a suprimir los<br />

carros de combate; va a proclamar la paz para todas<br />

las naciones; su Reino se extenderá hasta los límites<br />

del orbe. 49 .<br />

En este contexto, Jesús no teme las aclamaciones;<br />

sabe que van a precipitar el desenlace. Necesariamente<br />

el poder establecido reaccionará ante tal pretensión,<br />

pero, por otra parte, El mismo ha decepcionado abundantemente<br />

las esperanzas nacionalistas para que los<br />

partisanos le apoyen y levanten al pueblo para protegerle.<br />

Después de esta chocante entrada en la ciudad,<br />

sube al templo. Y allí se lanza a una nueva provocación:<br />

arroja a los mercaderes de animales, a los cambistas<br />

de dinero, a todos los que viven del comercio<br />

religioso. Atacar de este modo al templo, era oponerse<br />

a los poderes religiosos, políticos y financieros: ¿con<br />

qué autoridad hace esto? Los jefes sacerdotales reaccionan<br />

inmediatamente. Pero Jesús daba a aquel gesto<br />

un significado más profundo en relación con su misión:<br />

quiere mostrar que en adelante aquella manera<br />

de dirigirse a Dios es ya inútil; en su misma persona<br />

se inaugura una nueva manera de relacionarse con<br />

Dios que reemplaza a todas las demás. Podía destruirse<br />

aquel templo y todo lo que simbolizaba, El era el<br />

49. Zacarías 9,9-10.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON QUIEN COMIERON Y BEBIERON 65<br />

Nuevo Templo; acogerle a El, el mensajero del Reino<br />

de Dios, era entrar en una renovación total.<br />

Sus palabras se hacen entonces tan agresivas como<br />

sus actos. Jesús pasa al ataque: quiere provocar una<br />

transformación que haga bascular a todo el pueblo<br />

con sus jefes a la cabeza, hacia el movimiento del<br />

Reino, o mejor todavía, quiere provocar su propia<br />

muerte y la de un pueblo cerrado y obtuso, para volver<br />

a nacer en el corazón de un nuevo pueblo de Dios.<br />

Las parábolas se dirigen directamente a sus adversarios<br />

y desvelan el sentido de lo que está pasando: en<br />

la muerte que están tramando (Jesús demuestra que<br />

lo sabe) todo un mundo antiguo se desploma: los<br />

jefes van a quedar desposeídos de su poder, el templo<br />

va a desaparecer, Jerusalén será destruida y la nación<br />

dispersada. Va a nacer un pueblo distinto, porque<br />

Dios tiene bien tomada la resolución de salvar a los<br />

hombres: lo va a demostrar conduciendo a Jesús más<br />

allá de la muerte.<br />

Los preparativos<br />

Efectivamente: esta vez las autoridades tienen<br />

bien decidido dar muerte a Jesús: ¡basta ya; aquello<br />

es demasiado! Lo dice el sumo sacerdote: «Es preferible<br />

que muera uno sólo y no todo el pueblo» 50 . Hay<br />

que hacerlo discretamente, antes de la fiesta de Pascua.<br />

Esta fiesta, la más importante del año, reunía a<br />

peregrinos judíos de todos los países; se reunía en<br />

Jerusalén tanta gente que el gobernador romano, que<br />

residía habitualmente en Cesárea a la orilla del mar,<br />

ocupaba esos días su puesto en la capital para estar<br />

seguro de controlar la situación. Poncio Pilato, el gobernador,<br />

estaba, pues, en Jerusalén.<br />

50. Jn 11,50.


66 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Jesús elige su hora: aquella tarde anuncia a sus<br />

discípulos que pasará la noche en el «Huerto de los<br />

Olivos», un parque público en el que acampaban muchos<br />

peregrinos. Judas, uno de los Doce, que tiene<br />

decidido traicionarle, lo sabe y comunica a los jefes<br />

las oportunas indicaciones que facilitarán apresarle<br />

discretamente. Jesús expresa su deseo de compartir<br />

previamente la cena de la fiesta pascual con sus discípulos;<br />

no era el día oficial, pero el calendario no era<br />

muy estricto; tal o cual grupo adelantaba también<br />

esta comida. En esta cena llena de símbolos, Jesús<br />

quiere que comprendan el sentido de los acontecimientos<br />

que en seguida se van a precipitar. Comiendo<br />

un cordero se festejaba a Dios que había liberado al<br />

pueblo de la esclavitud de Egipto; Jesús va a liberar a<br />

los hombres de toda esclavitud: con un alimento nuevo<br />

ofrece a todos los que quieran la posibilidad de<br />

recibir en ellos mismos la capacidad de amar y de<br />

renovar. Va a morir: es el camino que ha encontrado<br />

para lograr que pase a todos los hombres la energía y<br />

el espíritu que habitan en El.<br />

Les deja un gesto sencillo mediante el cual todos<br />

podrán injertarse en El: toma pan y vino y se les<br />

presenta como su Cuerpo y su Sangre entregados por<br />

la vida del mundo. Y les manda que repitan aquel<br />

gesto haciendo memoria de El: es una alianza nueva<br />

entre Dios y los hombres; Dios pone a disposición de<br />

los hombres su capacidad de amar. Este gesto no hubiera<br />

tenido sentido alguno para Jesús si no hubiera<br />

estado seguro de «un más allá de la muerte», tanto<br />

para El como para todos aquellos a los que integre en<br />

su aventura. Con aquel gesto expresaba el sentido de<br />

su muerte y anunciaba su vida resucitada.<br />

Después de la cena salen fuera y van al «Huerto<br />

de los Olivos». Los discípulos se duermen; a pesar de<br />

lo sucedido, creen todavía en una noche tranquila.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON QUIEN COMIERON Y BEBIERON 67<br />

Jesús es el único que no duerme; experimenta una<br />

profunda conmoción: ¿no había algún otro camino<br />

para su misión?, ¿no sería inútil su muerte como<br />

tantas otras? Desde hacía varios días afrontaba los<br />

acontecimientos como quien es señor de ellos: pero<br />

ahora repentinamente se siente abrumado, desorientado.<br />

Ante la muerte todo su ser se rebela: Jesús es<br />

como uno de nosotros. Un grupo de hombres se acerca;<br />

vienen armados; le apresan, se le llevan. A los<br />

discípulos les agarra el miedo y huyen. No hay un<br />

alma que proteste, que le defienda.<br />

La muerte<br />

Le llevan de tribunal en tribunal, más o menos<br />

oficiales. Se levantan contra El todas las acusaciones<br />

posibles. Los detalles no son lo más importante: son<br />

muchos los regímenes que nos han enseñado cómo<br />

condenar a inocentes. Los jefes de los sacerdotes reclaman<br />

su muerte conforme a la Ley de Moisés, porque<br />

se llama «Hijo de Dios». Pero como no tienen el<br />

derecho de condenar a muerte —se lo han quitado los<br />

romanos— le vuelven a presentar ante Pilato. Ante él<br />

invocan otro motivo de condena a muerte, algo que el<br />

gobernador no puede dejar pasar por bueno, sobre<br />

todo en estos días peligrosos de Pascua: este hombre<br />

anima a la revuelta, pretende ser «rey». Pilato no está<br />

muy convencido de la culpabilidad de Jesús, pero le<br />

condena a muerte. Después de todo, judío más, judío<br />

menos, poco importa. Después de algunas torturas<br />

como corresponde al caso, le cuelgan de una cruz,<br />

según la ley romana, en la cima de una colina próxima<br />

a Jerusalén.<br />

Era un día de abril del año 30. Al día siguiente<br />

comenzaban los grandes festejos de la Pascua, porque<br />

aquel año la Pascua caía en sábado, lo que era motivo<br />

mayor de gozo y fiesta. Por motivos religiosos, pero


68 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

también para terminar cuanto antes con aquella historia,<br />

no era conveniente que los cuerpos quedaran demasiado<br />

tiempo a la vista de la multitud. Rápidamente<br />

se deposita el cadáver de Jesús en una tumba que<br />

uno de sus amigos tenía en las proximidades.<br />

6. EL «MAS ALLÁ <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> MUERTE»<br />

EXISTE 51<br />

Los testimonios sobre Jesús no se detienen en la<br />

tumba; afirman que la cosa tuvo su continuación. Jesús<br />

estaba convencido de «un más allá de la muerte»;<br />

si no, la elección que hizo de aquel camino hubiera<br />

sido absurda. El paso a través de la muerte que provocaría<br />

su propio florecimiento, lo veía también como el<br />

lugar en que se realizaría la floración de vida para<br />

toda una multitud: era el modo que El había descubierto<br />

para que pudiera comunicarse a todos el dinamismo<br />

del Reino. Los testigos nos dicen: «Jesús ha<br />

resucitado. Le hemos vuelto a ver vivo».<br />

De esta convicción nacieron los cristianos: sin<br />

ella, jamás hombres y mujeres se hubieran puesto en<br />

camino siguiendo a Jesús. Todo hubiera quedado en<br />

las sombras de la muerte. ¿Cómo hubieran podido<br />

volverse a poner en pie aquellos hombres que cobardemente<br />

habían huido cuando le apresaron, aquellos<br />

compañeros que le habían dejado morir solo en la<br />

cruz, que estaban machacados por la vergüenza de su<br />

deserción y por el trágico fin de sus esperanzas?<br />

Le vieron<br />

¿En qué se fundó su convencimiento de que Jesús<br />

muerto volvía a estar vivo y presente entre ellos? Los<br />

51. Me 16,1-20; Le 24,1-53; Mt 28,1-20; Jn 20 y 21.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON QUIEN COMIERON Y BEBIERON 69<br />

Evangelios nos dan dos indicaciones: encontraron vacía<br />

la tumba en que Jesús había sido enterrado; pero<br />

sobre todo, muchos discípulos le han visto vivo después<br />

de su muerte. Aquellos hombres, dispersados<br />

por la muerte de Jesús, tuvieron una experiencia, en<br />

lugares diferentes y sin coordinación previa, que explican<br />

diciendo que han «visto» a Jesús. Estas experiencias<br />

duraron sólo un tiempo determinado; son<br />

únicas en su forma; se produjeron sin ninguna conexión<br />

entre sí; no era una vida continuada con Jesús,<br />

sino visitas cuya iniciativa estaba en manos de Jesús.<br />

La tradición era muy precisa a este respecto y<br />

Pablo la resume en una carta suya escrita el año 55; es<br />

el testimonio más antiguo con que contamos acerca de<br />

la resurrección de Jesús: «Desde el comienzo os he<br />

transmitido lo que yo mismo recibí: Cristo murió por<br />

nuestros pecados según las Escrituras, fue sepultado,<br />

y según las mismas Escrituras, resucitó al tercer día y<br />

se apareció a Pedro, luego a los Doce, después a más<br />

de 500 hermanos a la vez, de los cuales algunos ya<br />

han muerto, pero la mayor parte viven todavía» 52 .<br />

En los Evangelios estas visitas de Jesús están<br />

siempre construidas sobre un mismo esquema: se presenta<br />

de improviso, ellos se admiran, titubean, algunos<br />

dudan; luego gracias a un signo, a una palabra, la<br />

duda se desvanece y cede su lugar a un absoluto convencimiento;<br />

tienen la seguridad de haberlo encontrado<br />

de nuevo; este convencimiento engendra en ellos<br />

una esperanza indestructible; el odio, la injusticia, el<br />

dinero, el menosprecio que poco antes habían machacado<br />

a Jesús han quedado vencidos con su muerte. La<br />

Vida y el Amor triunfan con Jesús vivo. La victoria<br />

es, por tanto, posible: el manantial existe; el universo<br />

52. i Cor 15.


70 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

nuevo de Dios no es una ilusión: Jesús resucitado es<br />

su garantía.<br />

Como efecto de estos encuentros, ellos se transforman<br />

en hombres nuevos. Se renueva el contacto<br />

personal con Jesús, pero a unos niveles de profundidad<br />

que jamás habían alcanzado: la confianza, el ánimo,<br />

el espíritu de iniciativa de Jesús les penetra ahora<br />

a ellos hasta tal punto que se convierten en animadores<br />

de un movimiento que ya nadie podrá parar, ni las<br />

persecuciones, ni los fracasos, ni las divisiones. Ciertamente,<br />

algo, una experiencia única ha transformado a<br />

estos hombres; ellos afirman que ha sido el reencuentro<br />

con Jesús vivo después de su muerte. Se trata de<br />

un hecho histórico, es decir, de algo que ha cambiado<br />

la historia y el curso de los acontecimientos del<br />

mundo.<br />

La venida del Espíritu<br />

Aquella manera de ver a Jesús vivo cesó como<br />

experiencia original: de esto también dan testimonio<br />

los textos. Hubo una ocasión en que le-, vieron por<br />

última vez. Pero afirmaron también que su presencia<br />

continuaba habitando en el mundo: «Yo estoy con<br />

vosotros para siempre, hasta el fin del mundo», les<br />

dijo Jesús en esta última visita 53 .<br />

Lo que habían descubierto en Jesús: un entusiasmo,<br />

un amor, una vitalidad, un fuego, experimentaron<br />

haberlo recibido también ellos desde entonces: habían<br />

participado de su Espíritu; era como un regalo que<br />

Jesús les había hecho; el poder de renovación que estaba<br />

encarnado en Jesús les habitaba ahora a ellos. ¡A<br />

pesar de que ellos le habían abandonado, renegado y<br />

53. Mt 28,20.


2. <strong>JESÚS</strong>, CON QUIEN COMIERON Y BEBIERON 71<br />

traicionado tan cobardemente!: señal de que el perdón<br />

era total y se daba a todos gratis.<br />

Cincuenta días después de los acontecimientos de<br />

la Pascua, en la fiesta de Pentecostés, estaban reunidos<br />

y se apoderó de ellos el Espíritu de Cristo: fueron<br />

sumergidos (bautizados) como en un fuego; el poder<br />

del Espíritu ardía en ellos y a afectos de su impulso se<br />

lanzan a la calle y comienzan a anunciar la Buena<br />

Noticia: la aventura no terminará ya nunca. Llaman a<br />

cuantos encuentran a integrar la comunidad en la que<br />

se ofrece a todos gratuitamente el perdón, el fuego del<br />

Espíritu y la esperanza de un mundo nuevo. En adelante,<br />

mediante la comunidad, todos podrán adherirse<br />

a Cristo y recibir su poder renovador.<br />

La aventura humana de Jesús ha revelado a los<br />

hombres un secreto: este mundo nuestro está habitado<br />

por un amor infinito que se ofrece a cada hombre<br />

para que pueda vivir realmente, y a todos para que<br />

puedan desarrollarse juntos indefinidamente y puedan<br />

construir un mundo nuevo: acoger a Jesús, su mensaje,<br />

su vida y su Espíritu, es adherirse conscientemente<br />

a este significado del mundo, es abrirse a una vida<br />

que desborda por todas partes, es aceptar la amistad<br />

de Dios como compañía para construir un mundo de<br />

hermanos.<br />

Por su vida más allá de la muerte, Jesús reúne a<br />

todos los hombres: el Reino, el «universo nuevo de<br />

Dios» es una proposición hecha a todos para ponerle<br />

en práctica. El itinerario de Jesús, tal y como los<br />

testigos nos le han transmitido, nos interroga a todos:<br />

como en el mismo caso de Jesús, Dios no se impone,<br />

sino que se propone como una llamada dirigida a los<br />

hombres: llamada a la creatividad, a la responsabilidad,<br />

a la liberación colectiva. Cada hombre da su<br />

respuesta concreta a esta llamada, en los caminos que<br />

elige cada día. En los caminos de la vida, es donde<br />

siempre sale al encuentro el Dios vivo.


Segunda Parte<br />

¿A quién encontraron?


Los testigos no quisieron trazarnos con precisión<br />

los detalles de la historia de Jesús: para ellos (y seguramente<br />

también para nosotros) lo importante es ponernos<br />

en presencia de Alguien. El descubrimiento de<br />

una persona no se alcanza cuando se han trazado perfectamente<br />

sus acciones y palabras reseñándolas con<br />

precisión. Es algo mucho más interior y más intuitivo:<br />

lo que se proponen es hacernos sentir qué tipo de<br />

hombre se encontraron. Porque este encuentro trastornó<br />

por completo su vida y les colmó más allá de<br />

cuanto se hubieran atrevido a esperar. «Lo que entendimos,<br />

lo que vimos con nuestros ojos, lo que contemplamos,<br />

lo que tocamos con nuestras manos referente<br />

a la Palabra de Vida, porque la Vida se manifestó<br />

—nosotros la vimos— es de lo que os damos testimonio<br />

y os anunciamos esta vida eterna. Estaba junto al<br />

Padre y se nos manifestó: lo que vimos y entendimos,<br />

os lo anunciamos para que entréis en comunión con<br />

nosotros... y nuestra alegría llegue a plenitud» 1 .<br />

1. 1 Juan 1,1-4.


76 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Sólo a la luz de la resurrección comprendieron con<br />

verdad la figura de Jesús; y dan testimonio de ella<br />

partiendo de las cuestiones que se fueron planteando<br />

a los primeros cristianos. Hoy, a partir de nuestros<br />

interrogantes que son distintos, tenemos tarea por delante<br />

para descubrir de nuevo a Jesús. Puesto que el<br />

Cristo está vivo, nos habla hoy todavía, nos llama hoy<br />

todavía; todavía hoy se muestra para que nosotros le<br />

conozcamos. Estamos invitados a buscarle, en un universo<br />

social, político y religioso distinto al de entonces;<br />

cada generación, cada grupo humano (y el mundo<br />

obrero del que nosotros formamos parte) debe<br />

encaminarse hacia Cristo con sus anhelos, con sus problemas<br />

y con sus interrogantes para descubrirle vivo y<br />

experimentar la riqueza de tal descubrimiento.<br />

Tenemos que hacer juntos este trabajo. Pero para<br />

dotar de bases sólidas y exactas a nuestra búsqueda<br />

personal, vital, que es indispensable, hay que preguntar<br />

a los testigos de Jesús: ¿Qué hacía Jesús? ¿Qué<br />

decía? ¿Qué quería^ Después podremos quizá preguntarnos:<br />

¿Quién era Jesús? ¿Quién es hoy Jesús?


1<br />

¿Qué hacía?<br />

La acción de Jesús<br />

<strong>DE</strong>SCRIPCIÓN<br />

Enorme actividad de contacto<br />

Juan esperaba a las gentes a la orilla del río; Jesús,<br />

por el contrario, despliega una gran actividad<br />

para salir al encuentro de las personas, para conectar<br />

con ellas, y especialmente para relacionarse con aquellas<br />

a las que la sociedad de entonces rechazaba: le<br />

vemos con leprosos 1 , con prostitutas 2 , con «publícanos»<br />

aquellos tremendos explotadores del<br />

pueblo 3 ; trata con samaritanos heréticos 4 , acoge a<br />

los niños, categoría menospreciada en aquella<br />

1. Le 5.12. 3. Le 19,7.<br />

2. Jn 4,27. 4. Le 17,11.


78 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

época 5 , acepta también la invitación de los fariseos 6<br />

porque no teme la confrontación.<br />

Está siempre caminando de norte a sur, siempre<br />

en camino; no tiene tiempo de comer 7 , se duerme de<br />

fatiga en una barca 8 y, sin embargo, sabe reservar<br />

tiempo para la amistad, para participar en una boda 9<br />

y para pasar ratos de serenidad con los amigos 10 .<br />

Compartir la mesa es para El un medio privilegiado:<br />

le gusta encontrarse con la gente para comer juntos n ,<br />

hasta tal punto que las malas lenguas murmuran:<br />

«Es un comilón y un borracho» 12 .<br />

Tenía una palabra que transmitir, una Buena Noticia<br />

que comunicar, y no pierde ocasión de hablar;<br />

cualquier ocasión es buena para trabajar porque el<br />

mensaje corra: la naturaleza 13 , el encuentro con<br />

unos u otros u , los acontecimientos que se presentan<br />

15 . Particularmente le gusta servirse de comparaciones<br />

sacadas de la vida diaria, quizá porque<br />

sus «parábolas» sugieren más que afirman: dejan a<br />

cada cual la libertad de emprender o no el camino de<br />

búsqueda. Pero ante quienes pretenden saber más que<br />

los demás, no duda en denunciar sus maniobras 16 ,<br />

aunque sabe callarse respetuosamente ante una mujer<br />

acusada 17 o para escuchar una pregunta que se le<br />

formula 18 o para atender a una llamada que se le<br />

hace con fe 19 .<br />

5. Le 18,15.<br />

6. Le 14,1; Le 7,36.<br />

7. Me 6,31.<br />

8. Mt 8,24.<br />

9. Jn 2,1-12.<br />

10. Le 10,38.<br />

11. Le 5,29.<br />

12. Le 7,34.<br />

13.<br />

14.<br />

15.<br />

16.<br />

17-<br />

18.<br />

19.<br />

Le 12,24.<br />

Le 21,1.<br />

Le 13,1.<br />

Le 11,37.<br />

Jn 8,1.<br />

Le 10,25.<br />

Le 14,15.


1. ¿Q.UE HACIA? <strong>LA</strong> ACCIÓN <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 79<br />

Acciones «que hablan»<br />

Jesús cura: en esto hay unanimidad en los testimonios.<br />

Devuelve la vista a los ciegos 20 , la palabra a<br />

los mudos 21 , la flexibilidad de sus miembros a los<br />

paralíticos 22 , la salud y la dignidad a los leprosos 23 ,<br />

libra a muchas gentes de sus obsesiones, de los «malos<br />

espíritus» 24 , a algunos incluso les devuelve la<br />

vida 25 . Pero para realizar estas curaciones hace<br />

falta que encuentre, en los mismos enfermos o<br />

en quienes le rodean, una esperanza, un espíritu<br />

abierto, una confianza: sanar debe estar en correspondencia<br />

con anhelar 26 ; en Nazaret no sucede nada,<br />

porque aquello es el reino de la desconfianza... 27 .<br />

Jesús realizó también otras acciones significativas,<br />

que hablaban a las gentes de su época: perdonó los<br />

pecados, terreno que estaba reservado a Dios 28 , imitó<br />

pasajes bíblicos como en su entrada en Jerusalén<br />

29 , arrojó a los vendedores del templo 30 porque<br />

no toleraba que se comerciara con Dios. No podía<br />

soportar que refugiándose en motivos religiosos,<br />

la gente se sintiera dispensada de socorrer o dar<br />

amistad a quienes la necesitaban 31 . La hipocresía<br />

religiosa es una de las pocas cosas que desatan su<br />

cólera 32 : servirse de Dios para olvidar al hombre, le<br />

saca de quicio. Todo este tipo de acciones los antiguos<br />

profetas se las habían atribuido a Dios y a su Mesías:<br />

realizándolas, Jesús pone de manifiesto cuál es el origen<br />

de su propia persona 33 .<br />

20.<br />

21.<br />

22.<br />

23.<br />

24.<br />

25.<br />

26.<br />

Le 7,22.<br />

Le 11,14.<br />

Me 2,1.<br />

Me 1,40.<br />

Me 5,1.<br />

Me 5,21.<br />

Mt 20,32.<br />

27.<br />

28.<br />

29.<br />

30.<br />

31.<br />

32.<br />

33.<br />

Me 6,5.<br />

Le 5,21.<br />

Me 11,1.<br />

Me 11,15.<br />

Me 7,13.<br />

Le 11,39-54<br />

Jn 11.37-38


80 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Se percibe en El un gran dominio sobre su propia<br />

vida y sobre los elementos de la naturaleza; está como<br />

en su casa; las cosas parece que le obedecen: calma el<br />

mar con una sola palabra 34 , alimenta a la multitud<br />

con unos pocos panes 35 ... Sabe adonde va; no se<br />

deja enredar en una aventura indiscriminada: rehusa<br />

dejarse proclamar rey y ponerse al frente de una insurrección<br />

de Galilea 36 ; entra en acción a «su hora»<br />

cuando El lo decide 37 .<br />

Forma un grupo de discípulos<br />

Desde el comienzo, Jesús orienta su acción a constituir<br />

un grupo de hombres que vivan su misma<br />

misión 38 ; les asocia a sus desplazamientos, a sus<br />

predicaciones, les da plena responsabilidad 39 ; también<br />

ellos tienen la tarea de anunciar el Reino de<br />

Dios, de llamar a una transformación del corazón, y<br />

de mostrar, mediante las curaciones, que todo eso es<br />

posible. Cambia el nombre a Simón y le llama Pedro,<br />

es decir, «roca»: su misión será la de ser cimiento de<br />

una nueva construcción 40 . Les va formando mediante<br />

la misma actividad, y cada vez dedica más tiempo a<br />

prepararles: explicaciones suplementarias 41 , tiempos<br />

de retiro 42 , enseñarles a admirarse 43 , a gozar<br />

con la belleza de la creación 44 , con la fe de éste 45 ,<br />

con la generosidad de aquélla 46 .<br />

Llega hasta a lavarles los pies 47 , que es a la vez<br />

un gesto muy concreto y está cargado de enorme simbolismo:<br />

con él quiere mostrarles que entre ellos debe<br />

34.<br />

35.<br />

36.<br />

37.<br />

38.<br />

39.<br />

40.<br />

Le 8,24.<br />

Le 9,13.<br />

Jn 6,14-15.<br />

Jn 12,23; 7,30.<br />

Le 6,13-14.<br />

Le 9.1.<br />

Mt 16.18.<br />

41.<br />

42.<br />

43.<br />

44.<br />

45.<br />

46.<br />

47.<br />

Me 5,34.<br />

Me 6,31.<br />

Le 10,21.<br />

Le 12,27.<br />

Le 7,9.<br />

Le 21,3.<br />

Jn 13,1-16.


1. ¿QUE HACIA? <strong>LA</strong> ACCIÓN <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 81<br />

regir la fraternidad y el servicio mutuo y no falsas<br />

jerarquías 48 . Finalmente les confía un gesto que<br />

ellos han de renovar, de forma que sea la base sobre<br />

la que asienten todas sus reuniones 49 : compartir el<br />

pan y el vino, celebrando su recuerdo, para que su<br />

vida y su presencia continúen siendo como el alma de<br />

toda su vida; de esta forma su Cuerpo y su Sangre<br />

entregados por el mundo estarán siempre presentes<br />

para alimentarles y conducirles hacia adelante.<br />

Es libre en su manera de actuar<br />

Tiene un modo muy suyo de «practicar» la religión:<br />

atento a todo lo que bulle, va allí donde pasa<br />

algo importante; al comienzo se va a escuchar a Juan<br />

y se adhiere a su movimiento. Cuando se trata de<br />

cumplir su misión no se para en detalles, sino que va<br />

a lo esencial: ¿lo importante es lavarse las manos 50 ,<br />

no desgranar unas espigas 51 , ayunar 52 , o por el<br />

contrario salvar a un hombre 53 , lanzarse hacia adelante<br />

para anunciar la Buena Noticia? Contesta el<br />

impuesto exigido por los sacerdotes M , aunque El lo<br />

paga. Pasa por encima de los tabús religiosos y trata<br />

con los samaritanos 55 , come con todos, hasta con los<br />

impuros 56 . Pero también sabe pararse, detenerse<br />

por extenso en la oración para encontrar continuamente<br />

a Dios a quien llama su Padre; y enseña a sus<br />

discípulos a que hagan otro tanto 57 . Se ve que es<br />

libre y que está liberado interiormente: hace lo que le<br />

parece que hay que hacer en aquel momento y lo hace<br />

como le parece que hay que hacerlo.<br />

48.<br />

49.<br />

50.<br />

51.<br />

52.<br />

Mt 23,8-11<br />

Le 22,19.<br />

Me 7,5.<br />

Me 2,23.<br />

Me 2,18.<br />

53.<br />

54.<br />

55.<br />

56.<br />

57.<br />

Me 3,4.<br />

Mt 17,26<br />

Jn 4,5-<br />

Me 2,16.<br />

Le 11,1.


82 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Mediante todas sus actuaciones, mediante todo su<br />

modo de comportarse, incita a las gentes a preguntarse<br />

acerca de El. Sin hablar apenas de sí mismo, deja<br />

entrever quién es; deja transparentar el secreto de<br />

que es portador: algunas veces con enorme claridad,<br />

como aquel día en que sube a la montaña con Pedro,<br />

Santiago y Juan: aquel día estos discípulos vieron y<br />

comprendieron algo acerca de quién era El 58 .<br />

PARA SEGUIR REFLEXIONANDO<br />

Para nosotros, trabajadores, es muy claro que,<br />

precisamente la acción de Jesús, tiene una gran importancia<br />

y sirve para expresar lo que quería comunicar.<br />

Se ha engañado tantas veces a la clase trabajadora con<br />

bellas palabras que siempre las mira con sospecha.<br />

Los trabajadores creen en lo que se ve, en lo que se<br />

hace. ¿Qué podemos retener de lo que Jesús hacía?<br />

Importancia de ser-con...<br />

Es importante la decisión de Jesús de mantenerse<br />

mezclado con la gente: la mayor parte de su vida<br />

consistió en compartir plenamente, discretamente, la<br />

existencia de sus amigos, de sus vecinos, de sus compañeros<br />

de trabajo en Nazaret. Treinta años pasó madurando,<br />

desarrollándose en el aprendizaje de un oficio,<br />

en las relaciones familiares, de trabajo y de vecindad;<br />

su figura personal tomó forma para toda su vida<br />

en este contexto; Jesús que se presentará un día como<br />

procedente de Dios, es un trabajador de la construcción<br />

que aprendió en Nazaret a razonar y a establecer<br />

contactos personales: conservará el acento del terru-<br />

58. Me 9,2.


1. ¿C¿UE HACIA? <strong>LA</strong> ACCIÓN <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 83<br />

ño. Y es totalmente El mismo, está totalmente a gusto<br />

en ese tipo de vida: seguirá siempre viviendo en<br />

ese tono; le gusta la simplicidad que posibilita compartir<br />

la vida cotidiana. No tiene que hacer grandes<br />

esfuerzos para conectar con todos: salir a su encuentro<br />

es su vida. ¿No es bien importante, para unos<br />

trabajadores, que Cristo tenga este rostro?<br />

El porqué de las curaciones 59<br />

Jesús curaba y perdonaba; unía estos dos tipos de<br />

acciones, porque ambas eran un mismo combate contra<br />

todo lo que mutila al hombre. Era un lenguaje en<br />

actos; una forma simple y clara de interpelar a los<br />

paisanos galileos. Hoy tenemos dificultades para comprender<br />

estos signos y seguramente hoy Jesús no emplearía<br />

ese mismo lenguaje. Sus acciones curativas corresponden<br />

a lo que anunciaba la Biblia: los antiguos<br />

profetas habían dicho que eso sería uno de los signos<br />

de la venida de Dios: Jesús realiza esos signos. Cuando<br />

cura, cuando perdona, la actuación de Jesús infunde<br />

confianza para ser libre. No busca maravillar a las<br />

gentes, ni atraer hacia sí las miradas, sino que intenta<br />

que nazca en cada cual este convencimiento: han llegado<br />

unos tiempos nuevos en los que lo imposible es<br />

posible; yo puedo andar, yo puedo ver, yo puedo<br />

59. «En los milagros Jesús utilizaba el lenguaje de su<br />

tiempo, diferente del nuestro (una lluvia oportuna no<br />

es para nosotros signo del amor de Dios). Tenemos,<br />

pues, que saber trasponer nuestro lenguaje; tratándose<br />

de salvación, el lenguaje que hoy «habla» se expresa<br />

en términos de 'desarrollo de los países, lucha por<br />

la justicia, por la dignidad de la persona humana, por<br />

la verdad en las relaciones entre los hombres,' etc..<br />

¿Por qué no buscar por esos caminos las realizaciones<br />

concretas del amor de Dios a los hombres de<br />

hoy?» (cfr. Duprez: en la traducción de los Evangelios<br />

de Beaumont, pp. 722-26).


84 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

hablar, yo puede vivir, yo he sido liberado. Y para<br />

subrayarlo Jesús encomienda a éste y a aquél que<br />

hagan algo: «Ve y lávate en la piscina» 60 , «Coge tu<br />

camilla y anda» 61 , «Id a presentaros a los sacerdotes»<br />

62 . Su acción es una llamada, una invitación<br />

a actuar en la misma dirección que El, en la<br />

medida de las posibilidades de cada cual.<br />

El Reino que anuncia como totalmente cercano, cobra<br />

realidad y consistencia cada vez que los poderes de<br />

la muerte, de la enfermedad, del pecado ceden termo,<br />

cada vez que un hombre sale liberado y renovado del<br />

encuentro con Jesús: «Puesto que arrojo los espíritus<br />

del mal por el Espíritu de Dios, el Reino de Dios ha<br />

llegado con toda seguridad a vosotros» 63 . Al incitar<br />

a las personas con quienes se encuentra a andar, a ver,<br />

a hablar, a cambiar, a vivir, Jesús las invita a hacerse<br />

creativos y responsables. Ya no existen situaciones de<br />

muerte definitiva: con El la vida puede brotar de<br />

nuevo en todas partes. Es la Buena Noticia en acción.<br />

Jesús con sus milagros hace a la gente libre para una<br />

vida nueva.<br />

Perspectivas<br />

Cuando conecta con una persona la pide una acción<br />

concreta y posible: vender todos sus bienes 64 ,<br />

seguirle en su misión 65 , dar de beber 66 , invitar a<br />

la mesa 87 . También a toda la colectividad, a todo el<br />

pueblo, les propone actos concretos cuando declara<br />

abierto al año «santo»: devolver la libertad a los esclavos,<br />

perdonar las deudas, dar la oportunidad de<br />

60. Jn 9,7. 64. Le 18,22.<br />

61. Mt 9,6. 65. Le 5,27-28.<br />

62. Le 17,14. 66. Jn 4,7.<br />

63. Mt 13,28. 67. Le 19,5.


1. ¿QUE HACIA? <strong>LA</strong> ACCIÓN <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 85<br />

que cada cual recupere sus tierras 68 . Se trata en<br />

cualquier ocasión, de acoger una nueva manera de<br />

vivir más fraternal, más en armonía y compañía con<br />

los demás; no hay nada que pueda justificar el rechazo,<br />

el menosprecio, el olvido de uno solo de los hombres.<br />

Las propuestas radicales que hace Jesús crean la<br />

verdad: sacan a la luz lo que hay en el corazón de<br />

cada uno 69 . De ahora en adelante es cosa mía y está<br />

a mi alcance hacerme próximo, todos se han convertido<br />

en mis prójimos: todos, es decir, todos aquellos a<br />

los que yo pueda conocer , a los que yo pueda alcanzar,<br />

a los que yo pueda llegar; el inmobilismo no tiene<br />

ya excusa 70 . Por eso o se enrola uno en el movimiento<br />

del Reino o se une a quienes quieren hacer<br />

desaparecer al incordiante 71 ; el paso de Jesús no<br />

deja indiferente, perturba: uno no es el mismo antes y<br />

después de haberle conocido 72 .<br />

Su actuación alumbra así un pueblo nuevo: no<br />

sólo cuando crea el grupo de sus discípulos, sino también<br />

cuando llama a todos, personal y colectivamente.<br />

Es inútil invocar los derechos de raza, de posición<br />

social o religiosa para formar parte de ese pueblo; lo<br />

único que se requiere es la respuesta del corazón, la<br />

voluntad de cambiar. Con una gratuidad, con una generosidad<br />

absoluta Dios ofrece su amor y su presencia:<br />

la única respuesta posible es escoger ese regalo de<br />

Dios y vivirlo. Los discípulos están al servicio de ese<br />

pueblo en formación, para alimentar las fuerzas renovadoras,<br />

para animar la participación, para garantizar<br />

la cohesión del conjunto: no deben tener más ambición<br />

que la de servir al dinamismo del Reino, como el<br />

mismo Jesús hizo.<br />

68. Le 4,17-21.<br />

69. Jn 3,20-21.<br />

70. Le 10,25-37.<br />

71. Me 9,40.<br />

72. Jn 11,45-54.


86 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

INTERROGANTES<br />

La descripción de la actuación de Jesús suscita en<br />

nosotros un montón de interrogantes ante las injusticias<br />

de su tiempo (¡ya hemos visto que eran bien<br />

grandes!). ¿Qué hizo Jesús, cuáles fueron sus iniciativas<br />

ante ellas? ¿Qué postura tomó ante el movimiento<br />

revolucionario? ¿No tendremos que confesar que<br />

en el plan social y político nos deja con nuestras necesidades?<br />

¿Cuál fue su acción en relación<br />

con las injusticias?<br />

Aun cuando Jesús, al comienzo, ligó la acogida del<br />

Reino a la aceptación de un año «santo» que conllevaba<br />

toda una renovación social (posibilitar que todos<br />

pudieran recobrar su dignidad, sobre la base de un<br />

mínimo material, liberar a todos de sus zozobras y de<br />

sus deudas), lo hizo en una perspectiva de urgencia:<br />

no era su intención poner en pie una nueva sociedad,<br />

sino provocar a todos para que acogieran el Reino<br />

absolutamente cercano a ellos: renovada la humanidad,<br />

ella misma sería capaz de construir un universo<br />

nuevo.<br />

Por tanto al llamar a un cambio de los corazones y<br />

de la manera de vivir, Jesús muestra claramente que<br />

el Reino no puede sentirse satisfecho del mundo de<br />

aquella época: es preciso transformarle radicalmente.<br />

No poco de aquella llamada de Jesús tenemos que<br />

tomarlo en serio también nosotros hoy; posibilitar a<br />

todos que puedan actuar libremente, que sean verdaderamente<br />

libres, con todas las consecuencias materiales,<br />

culturales, sociales y políticas que ello implique<br />

¿no tendría un alcance verdaderamente revolucionario?<br />

¿No es cosa nuestra inventar, crear los medios<br />

necesarios para esa libertad? ¿Nos satisfaría un Cristo


1. ¿QUE HACIA? <strong>LA</strong> ACCIÓN <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 87<br />

que nos presentara una solución prefabricada? Lo que<br />

de verdad le pedimos, ¿no es precisamente que mantenga<br />

la bandera bien alta para que el anhelo de cada<br />

hombre no se degenere, para que jamás nos resignemos<br />

a considerar a los hombres como ovejas, meros<br />

consumidores o autómatas?....<br />

Jesús no es neutral<br />

Por lo demás, en sus actuaciones Jesús no es neutral.<br />

Es verdad que está cerca de todos, pero cuando<br />

se desplaza es para buscar a los pecadores, a los excluidos:<br />

Jesús es prioritariamente para ellos «porque<br />

son los enfermos los que necesitan al médico» 73 . Es<br />

verdad que dirige a todos la Buena Noticia, pero se<br />

alegra con su Padre de que la Buena Noticia «esté<br />

oculta a los sabios y sea acogida por los sencillos» 74 .<br />

Cuando constituye el grupo de los Doce lo hace con<br />

gentes del pueblo: ni «doctores de la ley», ni sacerdotes,<br />

ni gentes de prestigio, sino «personas sin instrucción,<br />

ni cultura» (todos caen en seguida en la cuenta<br />

de ello y lo comentan) 75 .<br />

Jesús es todavía menos neutral en sus palabras,<br />

pues aunque se dirige a todos, no a todos dirige el<br />

mismo mensaje. A unos les dice: «Felices vosotros los<br />

pobres, porque vuestro es el Reino de Dios» 76 ; y a<br />

los otros les anuncia: «Es más fácil que un camello<br />

entre por el ojo de una aguja que un rico pueda entrar<br />

en el Reino de Dios» 77 . En el juego de fuerzas<br />

sociales existente, Jesús eligió su puesto, en el que<br />

nació: está con el pueblo.<br />

Por la conciencia que tiene de su ser, porque sabe<br />

que El es de Dios, rehusa el poder político. Esto nos<br />

73. Me 2,17. 76. Le 6,20.<br />

74. Le 10,21. 77. Le 18,15.<br />

75. Hech4,13.


88 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

descubre también quién es Jesús y lo que Dios quiere<br />

ser para el hombre: Dios es, en el corazón del hombre<br />

y de la historia, el recordatorio continuo de la grandeza<br />

del hombre que no puede estar satisfecho del orden<br />

existente, que debe luchar incesantemente por un<br />

mundo nuevo. Así vivió Jesús la situación de su tiempo.<br />

Poniendo en evidencia que los pobres de la sociedad,<br />

los excluidos, revelan la otra cara de un mundo<br />

mal hecho: por eso hay que estar con ellos; son el<br />

motor de toda transformación, incitación a un universo<br />

nuevo. Si Jesús hubiera aceptado ser un Mesías<br />

político, hubiera quedado encerrado en una relación<br />

falseada con los hombres y con el mundo 78 . Su acción<br />

consistió en abrir el corazón del hombre de tal<br />

forma que en adelante todos los interrogantes sean<br />

más quemantes y ya no se pueda vivir sin darles<br />

respuesta 79 .<br />

Su maneta de actuar<br />

Cristo no vino a establecer un nuevo poder, suscitó,<br />

por el contrario, el nacimiento de una nueva vida,<br />

una vida que ya no se deje vencer por nadie, ni sofocar<br />

por nadie. No vino a reemplazar la iniciativa personal<br />

y colectiva de los hombres; creó un nuevo pueblo,<br />

fermento y avanzadilla para el mundo entero.<br />

Este es el sentido con el que podemos entender hoy<br />

aquella frase suya: «Yo he venido a traer fuego a la<br />

tierra, y cómo me gustaría que ya estuviera ardiendo»<br />

80 .|<br />

78. Jn 18,33-37.<br />

79. Jn 15,9-17-<br />

80. Le 12,49.


Una presentación original<br />

2<br />

¿Qué decía?<br />

El mensaje de Jesús<br />

Cuando se comparan los Evangelios con otros escritos,<br />

se detecta en seguida su carácter popular: constantemente<br />

se alude en ellos a la vida cotidiana. Este<br />

carácter aparece claramente en las «parábolas»; parece<br />

que en ellas se encuentra un modo de expresión<br />

propio de Jesús; a El le gustaba tomar un acontecimiento,<br />

desentrañar una situación, imaginar una anécdota<br />

para despertar el interés de sus oyentes: así se<br />

situaban en actitud indagativa. Al hombre que le pregunta<br />

«quién es mi prójimo», Jesús le cuenta una<br />

historia, escandalosa en aquella época: la historia de<br />

un malherido en un camino; los especialistas de la<br />

religión ni le miran, y sin embargo un samaritano, ¡un


90 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

hereje!, le ayuda... y Jesús añade: «¿Quién es en tu<br />

opinión el prójimo de este hombre?» 1 . E invita al<br />

que le ha preguntado que él también investigue en su<br />

propia vida y busque a su prójimo.<br />

De esta forma, lo más frecuente es que la palabra<br />

de Jesús sea una llamada más que una doctrina bien<br />

asentada: difícilmente se puede hacer un resumen perfectamente<br />

codificado de sus enseñanzas. Los Evangelios<br />

nos han transmitido un conjunto de sentencias<br />

unidas entre sí artificialmente, pero que traslucen un<br />

verdadero proyecto: palabras breves, vivas, construidas<br />

de forma que capten al auditorio, con frecuencia<br />

irónicas y teñidas de fino humor. Quieren suscitar un<br />

despertar del espíritu para que se haga disponible<br />

como el de un niño: «Buscad y encontraréis» 2 . Lo<br />

que dice Jesús no se puede captar desde fuera; hay<br />

que meterse en ello con un corazón dispuesto a explorar.<br />

Nada de esto impide a Jesús hablar con plena<br />

seguridad: no duda en absoluto de la verdad de lo que<br />

dice; las gentes lo advierten: «Habla con autoridad y<br />

no como los especialistas de la ley» 3 . Estos acostumbraban<br />

a probar sus palabras con textos bíblicos. Jesús<br />

no se refugia tras ninguna autoridad; no prueba<br />

nada; habla, afirma y basta. Se le toma o se le deja, se<br />

pone uno en el camino al que invita o se queda uno<br />

encerrado en su propio castillo.<br />

Más aún: Jesús no se presenta como un maestro<br />

de la sabiduría que pronuncia fórmulas perfectamente<br />

equilibradas mediante las que llegar a la felicidad; su<br />

intervención se realiza en un contexto de urgencia y<br />

todo le viene bien para convencer a sus oyentes. La<br />

mayor parte de sus parábolas son historias escandalo-<br />

1. Le 10,25-37. 3. Me 1,22.<br />

2. Mt7,7.


2. ¿QUE <strong>DE</strong>CÍA? EL MENSAJE <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 91<br />

sas, como la del «fariseo» y el «publicano»: pone<br />

como ejemplo a este prestamista aprovechado, malapieza,<br />

sin tener respeto alguno para con el fariseo que<br />

era, sin embargo, un hombre fiel a Dios, que oraba,<br />

ayunaba y daba limosna.... 4 . Otras veces usa expresiones<br />

exageradas para hacer reaccionar: «El que no<br />

odia a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos,<br />

a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser<br />

mi discípulo» 5 .<br />

La «Buena Noticia»<br />

<strong>DE</strong>SCRIPCIÓN<br />

Jesús anuncia una Buena Noticia: los pobres, los<br />

hambrientos, las gentes de corazón transparente, los<br />

constructores de la paz, los disponibles, pueden considerarse<br />

felices 6 : de ellos es el Reino, un tesoro 7 ,<br />

una perla preciosa ofrecida a todos 8 ; la semilla da el<br />

ciento por uno 9 , la abundante cosecha requiere muchos<br />

obreros 10 ; la minúscula semillla se ha convertido<br />

en un árbol gigantesco n ; el tiempo ha llegado a<br />

su plenitud: el Reino está ahí. Felices quienes han<br />

elegido la mejor parte, como María la hermana de<br />

Marta, que lo dejó todo para acoger la Buena<br />

Noticia 12 .<br />

Algo nuevo ha sucedido; algo que jamás había<br />

sucedido en los tiempos anteriores; es una pieza de<br />

paño nuevo que no se puede pegar a un vestido<br />

viejo 13 ; es un vino nuevo que hay que meter en<br />

4. Le 18,9. 9. Mt 13,8.<br />

5. Le 14,26. 10. Mt 9,37.<br />

6. Mt5,l. 11. Mt 13,31.<br />

7. Mt 13,44. 12. Le 10,38.<br />

8. Mt 13,45. 13. Me 2,21.


92 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

odres nuevos u . Jesús puede poner en circulación<br />

reglas nuevas: «Pero yo os digo....» 15 . Inútil hacer<br />

del pasado el punto de referencia; con sola su presencia<br />

Jesús cambia el viejo mundo; hay que discernir los<br />

signos de los tiempos nuevos, como se lee en el crepúsculo<br />

qué tiempo hará mañana 16 .<br />

Es un mensaje destinado al mayor número posible<br />

de gente: hay que proclamarlo desde los tejados 17 .<br />

Quienes lo escuchan están llamados a ser, desde ese<br />

mismo momento, la sal de la tierra 18 , la luz del<br />

mundo 19 ; los que entran en el movimiento del Reino<br />

son una ciudad iluminada, situada en la cima de<br />

una montaña 20 ; su vida es una luz para todos los<br />

hombres. Jesús manifiesta y hace experimentar que su<br />

palabra, cuando es aceptada, es resurrección y vida<br />

propuestas para toda la humanidad 21 : su pretensión<br />

es de carácter universal.<br />

Este es el mensaje portador de felicidad: un amor<br />

inmenso habita el mundo de los hombres, el amor del<br />

Padre; inútil irse lejos para encontrar a Dios: el Padre<br />

está cerca de cada uno de nosotros. El Padre<br />

conoce nuestras necesidades, ¿por qué inquietarse y<br />

tener miedo? 22 . Anda errante buscándonos a todos,<br />

como el padre que espera el retorno del hijo<br />

perdido 23 , como el pastor que se echa al campo en<br />

busca de la oveja extraviada 2i . El Padre trabaja en<br />

este mundo y Jesús también 25 . Como un buen amigo,<br />

está presto para dar a todos lo necesario para su<br />

vida 26 ; contrata para su viña a cuantos están en<br />

14.<br />

15.<br />

16.<br />

17.<br />

18-<br />

19.<br />

20.<br />

Me 2,22.<br />

Mt 5,22.<br />

Mt 16,2.<br />

Mt 10,27.<br />

Mt 5,13.<br />

Mt 5,14.<br />

Mt 5,15.<br />

21.<br />

22.<br />

23.<br />

24.<br />

25.<br />

26.<br />

Jn 11,25.<br />

Mt 7,7-11,<br />

Le 15,20.<br />

Le 15,3.<br />

Jn 5,17.<br />

Le 11,5.


2. ¿P.UE <strong>DE</strong>CÍA? EL MENSAJE <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 93<br />

paro 27 ; que nadie se quede fuera 28 : todo el mundo<br />

está invitado, perdonado, acogido de antemano,<br />

reestructurado en su dignidad: puede volver a ser<br />

capaz de vivir realmente.<br />

Dios da gratis a todos y cada uno la posibilidad de<br />

vivir una vida nueva, de construir un mundo nuevo;<br />

al hombre le queda responder con la misma<br />

gratuidad 29 .<br />

Hay que elegir<br />

Efectivamente, acoger el amor cercano del Padre,<br />

no puede hacerse sin elegir con radicalidad: hay que<br />

nacer de nuevo 30 , entrar por la puerta estrecha 31 ,<br />

acoger el Reino como si uno fuera un crío pequeño<br />

32 , cambiar en la práctica, no de palabra, como<br />

se concluye de la parábola de los dos hijos: el<br />

que dice que no pero va a trabajar a la viña y el que<br />

dice que sí pero no se mueve 33 . Hay que responder<br />

como los invitados a la boda 34 , hay que dar fruto<br />

como los sarmientos injertados en una viña fecunda<br />

35 . Como quien se pone a construir una torre<br />

o a entrar en batalla, hay que sentarse, calcular y<br />

considerar bien la opción que reclama la Buena<br />

Noticia 36 . Porque seguir este camino requiere tomar<br />

la cruz 37 , vender todos los bienes y regalarles 38 ,<br />

amar más allá del estrecho círculo familiar 39 . No se<br />

puede volver la vista atrás cuando se ha puesto la<br />

mano en el arado 40 . A los ricos les es muy difícil<br />

aceptar todo esto porque no se puede servir a dos<br />

27. Mt20,l. 34 Mt22,l.<br />

28. Le 14,16-24. 35 Jn 15,5.<br />

29. Me 4,24. 36. Le 14,28.<br />

30. Jn3,3. 37. Lo 9,23.<br />

31. Mt>7,13. 38. Le 18,18.<br />

32. Mtl8,3. 39. Mt 10,37.<br />

33 Mt 21,28. 40. Le 9,61.


94 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

señores, a Dios y al dinero 41 . Todos los sectores de<br />

la vida quedan afectados: las relaciones hombremujer<br />

42 , el matrimonio 43 , la sexualidad **, todo<br />

hay que volverlo a pensar en función del Reino. Hacer<br />

estas opciones radicales es imposible al hombre<br />

solo; sólo se pueden hacer situándose en el dinamismo<br />

del Padre 45 .<br />

Puesto que Dios da gratuitamente, no hay que<br />

hacer exhibiciones **, ni pretender que los demás<br />

nos vean 47 ; hay que vivir en verdad, es decir, sin<br />

cálculos y sin hacer juicios. Sin cálculos: cuando uno<br />

organice un banquete que no invite a los que le pueden<br />

devolver el detalle, sino a los pobres, a los<br />

machacados 48 ; no hay que andar midiendo el esfuerzo<br />

realizado, sino estar dispuesto a hacer dos kilómetros<br />

en vez de uno en favor del amigo 49 ; hay que<br />

hacer el bien a todos, incluso a los enemigos 50 ... Sin<br />

hacer juicios: es inútil andarse comparando con los<br />

demás, como lo pone de manifiesto la historia de la<br />

paja y de la viga 51 ; hay que superar los prejuicios:<br />

lo que cuenta no es lo que se ve al exterior, sino lo<br />

que sale del corazón 52 ; la lámpara del cuerpo es el<br />

ojo 53 , es la mirada: mi modo de mirar a los demás<br />

manifiesta lo que tengo en mi corazón; si en mí está<br />

el amor del Padre acertaré a mirarles con el mismo<br />

amor. Jesús apostrofa con vehemencia a todos aquellos<br />

que pretenden saber más que los demás, ser más<br />

justos que los demás 54 ; con dureza la emprende<br />

también con los especialistas de la ley y con los fari-<br />

41.<br />

42.<br />

43.<br />

44.<br />

45.<br />

46.<br />

47.<br />

Le 16,13.<br />

Mt 5,27-28.<br />

Mt 19,1-9.<br />

Mt 19,10-12.<br />

Le 18,27.<br />

Le 16,15.<br />

Mt 6,1.<br />

48.<br />

49.<br />

50.<br />

51.<br />

52.<br />

53.<br />

54.<br />

Le 14,12.<br />

Mt 5,40.<br />

Mt 5,43.<br />

Mt 7,1.<br />

Me 7,14.<br />

Mt 6,22.<br />

Mt 23,13.


2. ¿C¿UE <strong>DE</strong>CÍA? EL MENSAJE <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 95<br />

seos y proclama que los «publícanos y las prostitutas»,<br />

pecadores que reconocen serlo, serán los primeros<br />

en el Reino 55 .<br />

El mandamiento nuevo<br />

El cambio de corazón, de manera de ver y de vivir<br />

por el que Jesús apuesta, se resume en el «mandamiento<br />

nuevo»: «Amaos ios unos a los otros como yo<br />

os he amado 56 ; o también: «Amarás al Señor tu<br />

Dios con todas tus fuerzas... y a tu prójimo como a ti<br />

mismo» 57 ; de otra forma: «Todo lo que os gustaría<br />

que los demás hicieran por vosotros, comenzad vosotros<br />

por hacerlo con ellos» 58 . Actuar de esta forma<br />

es construir la propia casa sobre roca 59 , porque vivir<br />

con Dios no consiste en decir: «Señor, señor» 60 ,<br />

sino en actuar como actúa Dios: de la misma manera<br />

que el Padre se ha hecho prójimo por medio de Jesús,<br />

hay ahora que dar siempre el primer paso 61 , hacerse<br />

prójimo de todos 62 , ir a reconciliarse con quien tenga<br />

algo contra nosotros 63 ; nuestra vida será entonces<br />

una alabanza al Padre: «Sed perfectos como perfecto<br />

es vuestro Padre 64 ... El hace salir su sol sobre<br />

buenos y sobre malos» 65 .<br />

El mandamiento nuevo tiene buen cuidado en<br />

concretar que es necesario llegar hasta a «amar a los<br />

enemigos» 66 (y ¡enemigos existirán, desde luego!).<br />

En efecto, el Reino, ese mundo nuevo inserto en el<br />

dinamismo del amor del Padre, chocará con resistencias;<br />

no será precisamente paz para el mundo, sino<br />

55. Mt 21,31.<br />

56. Jn 15,12.<br />

57. Le 10,27.<br />

58. Mt 7,12.<br />

59. Mt7,24.<br />

60. Mt7,21.<br />

61.<br />

62.<br />

63.<br />

64.<br />

65.<br />

66-<br />

Mt 5,25.<br />

Le 10,36<br />

Mt 5,23.<br />

Mt 5,48.<br />

Mt 5,45.<br />

Mt 5,44.


96 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

división hasta en la propia familia 67 . Nadie podrá<br />

cambiar este mundo envejecido sin luchar contra las<br />

fuerzas que lo habitan y sin vencerlas en sí mismo y<br />

en su alrededor: hay que atar de pies y manos al<br />

fuerte y apoderarse de sus dominios w ; se han apoderado<br />

de la viña matachines a sueldo y hay que<br />

reconquistarla 69 . Consejos para la lucha: estar vigilantes<br />

, guardarse de los falsos profetas 71 ; los enemigos<br />

están dispuestos hasta a matar 72 . Jesús no<br />

deja de recordarles que el discípulo correrá seguramente<br />

la misma suerte «que el maestro: «Lo que han<br />

hecho conmigo, lo harán también con vosotros» 73 .<br />

Hay que aprender la palabra de perdón de Jesús en la<br />

cruz: «Padre, perdónalos, que no saben lo que<br />

hacen» 74 . Efectivamente, la lucha no es contra los<br />

hombres, aunque ellos son cómplices, sino contra<br />

aquello que a ellos mismos les domina, les engaña y<br />

les esclaviza.<br />

Vivir juntos<br />

Jesús subraya al grupo de sus discípulos la importancia<br />

de que vivan unidos: tienen que preocuparse<br />

los unos de los otros y manifestar juntos el rostro de<br />

Dios 75 . Quiere también que estén libres para la<br />

misión 76 , que sean astutos como las serpientes y<br />

sencillos como las palomas 77 ; juntos han recibido<br />

talentos para hacerlos fructificar 78 ; que sean criados<br />

fieles y den a cada cual el alimento en el momento<br />

oportuno 79 . Al responder a la Palabra, se han con-<br />

67.<br />

68.<br />

69.<br />

70.<br />

71.<br />

72.<br />

73.<br />

Mt 10,34.<br />

Mt 12,29.<br />

Mt 21,33.<br />

Le 12,37.<br />

Mt 24,23-25.<br />

Mt 10,16; 24,9-13.<br />

Mt 10,25.<br />

74.<br />

75.<br />

76.<br />

77.<br />

78.<br />

79.<br />

Le 23,34.<br />

Mt 18,19.<br />

Mt 9,9.<br />

Mt 10,16.<br />

Mt 25,14.<br />

Mt 24,45.


2. ¿QUE <strong>DE</strong>CÍA? EL MENSAJE <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 97<br />

vertido en familia de Jesús, son sus hermanos, sus<br />

hermanas y su madre 80 . La vida entre ellos ha de<br />

ser fraternal; el primero es aquel que se dedica a<br />

servir a todos 81 ; se acabaron los títulos, entre ellos:<br />

que no llamen a nadie Padre, Maestro o<br />

Especialista 82 ; la puesta en común sustituye a la<br />

competí tividad individualista.<br />

Mediante todas estas enseñanzas, Jesús revela<br />

quién es El. Lo que dice de su Padre, con frecuencia<br />

se lo aplica también a sí mismo: también El es el<br />

pastor que busca a la oveja extraviada 83 ... Sin paliativos<br />

afirma que su presencia es mucho más importante<br />

que la de Jonás y la de Salomón (dos grandes del<br />

pasado) 84 . Compara a las gentes de su época con los<br />

adolescentes incapaces de comprender lo que les pasa,<br />

ni lo que pasa, porque sólo aciertan a mirar en<br />

superficie 85 . Surge la pregunta sobre quién es Jesús:<br />

«¿Quién es éste para hablar de esta forma?» 86 . El<br />

mismo provoca a veces la pregunta a la que cada cual,<br />

un día u otro, tendrá que responder: «Y para vosotros,<br />

¿quién soy yo?» 8? .<br />

PARA SEGUIR REFLEXIONANDO<br />

Atención a la vida<br />

La manera de expresarse de Jesús nos invita a<br />

renovar nuestra manera de buscar a Dios: con frecuencia<br />

nos despistamos, yéndonos lejos. Sin embargo<br />

lo que habla con limpieza de Dios no son las bellas<br />

definiciones, sino la vida de los hombres; la vigilancia<br />

80. Mt 12,48. 84. Le 11,31.<br />

81. Mt 20,24. 85. Mt 11,16.<br />

82. Mt 23,8. 86. Me 1,27.<br />

83. Jn 10,11. 87. Me 8,29.


98 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

y las atenciones de un pastor, el amor de un padre, las<br />

preocupaciones y cuidados de un viñador, nos hablan<br />

mucho más profundamente sobre Dios que una sarta<br />

de ideas bien elaboradas. La idea encierra a Dios en<br />

una cuadrícula, y hace de El un Dios muerto. La vida<br />

nos pone en presencia de Alguien a quien hay que<br />

descubrir: conquistar su secreto, conocerle cada vez<br />

mejor: ésta es la invitación que hemos recibido.<br />

Tradicionalmente se comparaba a Dios con un<br />

pastor; Jesús nos hace caer en la cuenta que es un<br />

pastor muy original: porque una sola oveja perdida<br />

cuenta más para El que las noventa y nueve que se<br />

quedaron en el aprisco 88 . De esta forma Cristo nos<br />

incita a que discernamos en cada realidad el rostro de<br />

Dios que anida en ella; con El el mundo se hace<br />

luminoso: todo, hasta la vida más banal, la más insignificante,<br />

es una palabra que Dios nos dirige y quien<br />

sabe explorar el corazón del hombre, quien sabe profundizar<br />

en la vida y en el mundo, termina penetrando<br />

finalmente en el secreto de Dios.<br />

En la alegría<br />

Otro aspecto, frecuentemente muy olvidado, es la<br />

alegría: Jesús habla en un clima de fiesta, de bodas,<br />

de banquetes: no es el momento de ayunar, ni de<br />

poner caras tristes. ¿Por qué? Porque Dios y su potencia<br />

renovadora habitan en el pueblo. El universo<br />

nuevo de Dios, el que los hombres intentan construir,<br />

ya no es una lejana esperanza; está ahí al alcance de la<br />

mano. En adelante ya nadie podrá robar esta<br />

alegría 89 , porque Jesús ha ido hasta la cruz y en El<br />

la vida ha conseguido su triunfo definitivo 90 : el<br />

88. Mt 18,12-14. 90. Jn 16,33.<br />

89. Jn 16,21-22.


2. ¿QUE <strong>DE</strong>CÍA? EL MENSAJE <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 99<br />

amor de Dios se manifestó en Jesús, y aunque rechazado<br />

por.su generación, ya no da marcha atrás.<br />

El hombre es sagrado<br />

Paradójicamente, aunque Jesús habla de D'(os sitúa<br />

al hombre en un puesto central: sólo hay un ser<br />

sagrado en el mundo, el hombre. A Dios le afecta, le<br />

toca, todo lo que le sucede al hombre: «Es a Mí a<br />

quien se lo habéis hecho» 91 . Jesús se enfrenta con<br />

los detentadores de la ley, de la religión, de la tradición<br />

y de la nación, porque lo que le preocupa es el<br />

hombre. Donde Jesús ve un paralítico que sufre, una<br />

mujer que es menospreciada..., esos sólo ven la ley del<br />

sábado que hay que respetar o la Ley de Moisés que<br />

hay que cumplir: pero Jesús afirma que la única ley<br />

que hay que cumplir es el servicio a los hombres,<br />

porque es el único camino que lleva a Dios. En este<br />

mundo solamente se encuentra a Dios a través de su<br />

imagen que es el hombre. En el mismo Jesús, Dios se<br />

da a conocer solamente a través del carpintero de<br />

Nazaret. «Nadie ha visto jamás a Dios, sólo el Hijo<br />

único nos le ha dado a conocer» 92 . Dios y los hombres<br />

están tan vinculados que en adelante ya nadie<br />

podrá separarlos. Juan, el discípulo de Jesús, lo dice<br />

así en una de sus cartas: «Quien dice: «amo a Dios»<br />

a quien no ve, y no ama a su hermano a quien ve, es<br />

un mentiroso» 93 .<br />

El perdón<br />

Hay una palabra que con mucha frecuencia está<br />

en labios de Jesús y que corre el peligro de ser mal<br />

91. Mt 25,40. 93. 1 Juan 4,20.<br />

92. Jn 1,18.


100 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

interpretada: se trata del «perdón» 94 . Tiene actualmente<br />

una resonancia demasiado estrecha e individual.<br />

Pero si se la comprende correctamente, contiene<br />

en sí la iniciativa más creadora y revolucionaria. Perdonar<br />

es romper el encadenamiento de causas: un mal<br />

llama a una venganza; esta venganza desencadenará a<br />

su vez una reacción, y así sucesivamente. El perdón<br />

introduce la novedad en ese encadenamiento: el perdón<br />

saca su energía no del odio que provoca el mal<br />

sufrido, que sería lo ordinario, sino de otra fuente; es<br />

una creación porque la amistad reemplaza al odio. Es<br />

un comportamiento libre y creador; vengarse es dejarse<br />

dictar la propia conducta por el adversario (ojo por<br />

ojo, diente por diente) 95 , perdonar es engendrar<br />

relaciones nuevas libremente elegidas.<br />

Jesús se presentó como el perdón de Dios para los<br />

hombres: una amistad ofrecida de manera inesperada,<br />

una amistad que fue rechazada y condenada a la cruz,<br />

una amistad de nuevo y para siempre propuesta en la<br />

resurrección de Cristo. Si Cristo no hubiera resucitado<br />

el perdón sería un proceso absurdo, un proceso de<br />

muerte, pero así es fuente de renovación.<br />

El perdón es un proceso revolucionario porque<br />

rompe el círculo infernal del mal. Inventa él solo un<br />

mundo en el que nadie está definitivamente clasificado,<br />

perdido, ni encerrado en su odio, su pecado o su<br />

desesperación. El perdón no consiste en dejar cobardemente<br />

que el agresor continúe ejerciendo su dominación,<br />

ni en predicar al explotado la sumisión; el<br />

perdón libera para poder buscar las verdaderas causas<br />

que hacen de uno un opresor, un verdugo; hace lúcida<br />

a la persona para que pueda luchar los verdaderos<br />

combates, mientras que el odio, el desprecio, el resen-<br />

94. Mt 6,12-15; 18,21-25; Le 6,27-36; 7,47; 23,34.<br />

95. Mt 5,38-42.


2. ¿QUE <strong>DE</strong>CÍA? EL MENSAJE <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 101<br />

timiento ciegan. El perdón inyecta en nuestras luchas<br />

la única energía que puede construir un mundo verdaderamente<br />

nuevo: el amor y no el odio.<br />

¿Es original el mensaje de Cristo?<br />

En última instancia el mensaje de Jesús no parece<br />

ser muy original, ni muy nuevo: su contenido ya había<br />

sido predicado por muchos hombres a lo largo de<br />

la historia: amar a los demás, denunciar la hipocresía,<br />

luchar contra el mal.... ¿Será quizá que el carácter<br />

radical de algunas de sus proposiciones va más lejos,<br />

aunque en esas mismas líneas? Lo que fundamenta la<br />

originalidad de su mensaje es más bien un cierto clima<br />

que baña todas las proposiciones de Jesús.<br />

El mensaje de Jesús no se dirige a poner al hombre<br />

frente a directivas concretas que haya que aplicar,<br />

sino a situarle en un mundo de personas, de hermanos.<br />

Las reglas de conducta adquieren consistencia<br />

cuando están verdaderamente al servicio del desarrollo<br />

de todos y de cada uno. Jesús no impone recetas<br />

mejores, ni exigencias más refinadas, sino que pone de<br />

manifiesto que en todas las situaciones hay un hermano<br />

a quien respetar, a quien ayudar a ser más, a quien<br />

salvar: y que eso es lo único que importa. «¿Está<br />

permitido, en sábado, hacer el bien o el mal, salvar la<br />

vida o dejarla perderse?» 96 . Esta es una de las cuestiones<br />

esenciales que hay que resolver.<br />

Por otra parte, su mensaje supone una asumpción<br />

colectiva de las exigencias que propone: el discípulo<br />

no está solo frente a los nuevos imperativos ante los<br />

que se encuentra. Se le invita a vivir em «fraternidades»<br />

en las que se llevará conjuntamente el peso de la<br />

vida y las exigencias de la misión. Pablo traduce este<br />

96. Me 3,4.


102 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

aspecto del mensaje mediante la imagen del cuerpo o<br />

del edificio en construcción: «Todo me está permitido,<br />

pero no todo sirve para edificar: no busques tus<br />

intereses sino los de los demás» 97 ; y de otra forma:<br />

«Aunque somos muchos, no formamos más que un<br />

solo cuerpo en Cristo y todos nosotros somos miembros<br />

los unos de los otros» 98 . Sólo se puede responder<br />

plenamente a la Buena Noticia si se acepta el<br />

apoyo y la provocación que vienen de los demás: no<br />

hay manera de ser discípulo del Señor si uno se encie- *<br />

rra en sí mismo.<br />

Finalmente Jesús no se dirige a una élite, a ciertos<br />

hombres elegidos: su llamada quiere alcanzar a todos, -f<br />

allí donde cada cual se encuentre, para proponerles<br />

una experiencia de nueva vida; no hay privilegiados;<br />

¿por qué?; porque Dios ha decidido recomenzar desde<br />

cero: una alianza nueva, una amistad dada gratuitamente,<br />

no tomar en cuenta el pasado, hacer la propuesta<br />

a todos. Su mensaje no es un código legal para<br />

campeones de la moralidad, sino una manera de vida<br />

abierta a todos: «Mis palabras son espíritu y son vida...,<br />

nadie puede venir a Mí, si el Padre no le hace<br />

ese regalo» ". Pero ese «regalo del Padre» está ampliamente<br />

difundido: Jesús lo testimonia con sus acciones<br />

y con sus palabras; más aún, al resucitar, abre<br />

perspectivas todavía más insospechadas: una vitalidad '<br />

que en adelante ya nadie podrá destruir, ha penetrado<br />

nuestro mundo.<br />

En consecuencia, un clima de alegría universal a la<br />

Buena Noticia: «Felices los que ven lo que vosotros<br />

habéis visto. Os aseguro que muchos desearon verlo y<br />

no llegaron a verlo» 10 °.<br />

97. 1 Cor 10,23. 99. Jn 6,63-65.<br />

98. Romanos 12,5. 100. Le 10,24.<br />

í


2. ¿QUE <strong>DE</strong>CÍA? EL MENSAJE <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 103<br />

INTERROGANTES<br />

La clase trabajadora se enfrenta hoy con una lucha<br />

difícil y el mandamiento de amar al prójimo, e incluso<br />

a los enemigos, puede parecer inadecuado para la situación.<br />

Tanto más cuanto que la memoria colectiva<br />

de la clase obrera recuerda con nitidez las humillaciones,<br />

las hipocresías de aquel ejercicio de la burguesía<br />

cristiana que se llamaba a sí mismo caridad. ¿Cómo<br />

situarse ante el amor y la lucha de clases?<br />

Amor y lucha de clases<br />

Lo que hemos dicho acerca del perdón nos ayuda<br />

ya a ver un poco más claro: el mandamiento de amar<br />

hasta llegar a perdonar confiere un sentido positivo a<br />

la lucha. Frecuentemente en la raíz de la lucha no hay<br />

más que cólera, a veces odio. Jesús algunas veces manifiesta<br />

cólera, pero jamás se pone del lado del odio.<br />

Por otra parte, el movimiento obrero no se ha quedado<br />

únicamente en una toma de conciencia de la situación<br />

de la que partía, sino que poco a poco ha ido<br />

elaborando una doctrina. No es una agrupación de<br />

revoltosos, sino que propone un análisis cada vez más<br />

científico de la situación social. Busca un sistema de<br />

explicaciones que pueda dar cuenta del conjunto de la<br />

realidad. La lucha obrera se define en función de una<br />

visión positiva de la sociedad: el opresor es, también<br />

él, un ser al que hay que liberar, porque la opresión<br />

que hace caer sobre los demás le mutila también a él;<br />

darle la posibilidad, aunque sea por el camino de una<br />

revolución, de abandonar esa posición es amarle verdaderamente;<br />

abrirle los ojos a la situación en que se<br />

encuentra, aunque sea mediante enfrentamientos difíciles,<br />

también es amor 101 .<br />

101. «Nuestra lucha contra el capitalismo no se sitúa a<br />

nivel de la buena o mala voluntad de los patronos,


104 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

«La lucha que hacemos por la liberación de los<br />

trabajadores, es a la vez una operación por la liberación<br />

de todos los hombres. La lucha de clases existe;<br />

estar al lado de los oprimidos significa que se está<br />

contra los opresores. Pero nuestra constatación es que<br />

también los opresores deben ser liberados, pues también<br />

ellos están esclavizados por la situación al ser<br />

explotadores. Nuestra fe no nos dice que no tenemos<br />

enemigos, sino que les amemos» 102 .<br />

El mandamiento del amor ha sido muy desfigurado<br />

por una concepción paternalista. Amar a la manera<br />

de Cristo no es, fundamentalmente, vibrar sentimentalmente<br />

con las miserias de los demás, ni darles una<br />

ayuda asistencial desde fuera. Por el contrario, se trata<br />

de con-vivir, de llevar juntos el peso del día y del<br />

calor. Amar es dar la posibilidad a cada cual de que se<br />

ponga en pie y se haga responsable y creador. Actuar<br />

en lugar del otro, dar desde fuera, no tiene nada que<br />

ver con el mandamiento del amor. No se ha amado<br />

con verdad, si no se ha dado al otro la posibilidad de<br />

hacerse libre y capaz, a su vez, de entrar en el dinamismo<br />

del amor. El paternalismo engendra, en unos<br />

la «buena conciencia» y en los otros el rencor y el<br />

servilismo. El amor engendra iguales y hermanos.<br />

sino a nivel de una nueva sociedad que hay que<br />

engendrar... No se trata de sentimientos, sino de una<br />

lucha política contra un adversario. La lucha de clases<br />

no está en el terreno de los resentimientos personales.<br />

No tenemos nada contra el patrono en cuanto<br />

persona, pero en cuanto que es adversario de clase le<br />

combatimos... Además, ¿no es también él víctima, no<br />

está también él alienado por el sistema?» (Declercq:<br />

Syndicaliste en liberté, pp. 78-83).<br />

102. Orientaciones Joc-noviembre 76.


2. ¿Q_UE <strong>DE</strong>CÍA? EL MENSAJE <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 105<br />

A propósito del dinero<br />

A primera vista las enseñanzas de Jesús acerca del<br />

dinero pueden parecer también sentimentales: no hace<br />

ningún análisis de causas, ni de relaciones de producción.<br />

¿De qué se trata?<br />

En primer lugar, hemos de tener en cuenta que<br />

Jesús emplea el lenguaje de su época y que no se le<br />

puede pedir respuesta a cuestiones que entonces no<br />

estaban ni planteadas. Aun cuando lo hubiera hecho,<br />

sus palabras no habrían llegado hasta nosotros, porque<br />

nadie las hubiera entendido ni retenido. Esta observación<br />

es válida también para otras muchas cuestiones<br />

que hoy se nos presentan.<br />

Jesús habla en un contexto de urgencia: el Reino<br />

está ahí, muy cerca. Jesús no trata de crear un sistema<br />

monetario más justo, sino de provocar en todos la liberación<br />

de lo que les impide decir un sí al Reino; entre<br />

estos obstáculos Jesús insiste en el dinero, sea en<br />

forma de riquezas demasiado cuantiosas, sea en forma<br />

de una miseria demasiado agobiante.<br />

Definitivamente Jesús no quiere suplantar la capacidad<br />

de pensar de los hombres. Cuando rehusa hacerse<br />

cargo del poder, rehusa también decir una palabra<br />

mágica que fuera remedio-milagroso para todas las<br />

situaciones. Subraya que en el manejo del dinero se<br />

pone en juego algo importante para los hombres, y<br />

por tanto para Dios. Nadie puede desinteresarse de la<br />

cuestión, porque el asunto afecta a las relaciones entre<br />

los hombres, al compartir, a la dignidad humana y a la<br />

vida, y por tanto afecta también a Dios.<br />

Jesús habló mucho del dinero y denunció, sobre<br />

todo, las consecuencias de su utilización: el dinero es<br />

un amo implacable 103 , no permite que se piense<br />

103. Le 16,13.


3<br />

¿Qué quería?<br />

El proyecto de Jesús<br />

<strong>DE</strong>SCRIPCIÓN<br />

Para describir lo que quería Jesús hay que apoyarse<br />

a la vez en sus palabras y en sus actitudes, en<br />

aquello por lo que optó y en lo que rechazó; habrá<br />

por tanto que volver a tocar aspectos que ya hemos<br />

presentado en otros capítulos. En este punto, más que<br />

en los demás, las primeras comunidades han retenido,<br />

subrayado y coloreado según sus necesidades, lo que<br />

ellas captaban del proyecto de Jesús: tendremos que<br />

mantenernos atentos a esta observación.<br />

Reunir a todos los hombres en<br />

el movimiento del Reino<br />

Jesús toma los medios más adecuados para reunir<br />

al mayor número posible de personas en el movimien-


110 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

to del Reino: proclama por todas partes la Buena<br />

Noticia 1 , se dirige a las multitudes y no a un grupo<br />

de iniciados 2 , quiere incidir en todas las categorías<br />

de su época; nadie queda excluido de su llamada a<br />

reunirse; más aún, El mismo se desplaza para llegar<br />

hasta los más maltratados, los que sufren bajo el peso<br />

de la vida o de sus pecados 3 y para lograr que también<br />

ellos entren en la reunión; dirige su invitación a<br />

los individuos que encuentra, pero también a las ciudades<br />

y pueblos tomados en conjunto y se extraña de<br />

su respuesta negativa 4 . Manifiesta, sin embargo, una<br />

paciencia a toda prueba y alienta a sus discípulos para<br />

que hagan lo mismo cuando les cuenta, por ejemplo,<br />

la parábola del trigo y la cizaña 5 o la de la higuera<br />

estéril 6 : antes de pronunciar un juicio definitivo hay<br />

que tener una enorme paciencia.<br />

Siempre con un mismo anhelo: expresarse de manera<br />

que todos puedan comprender; por eso las parábolas<br />

están sacadas, todas ellas, de la vida cotidiana.<br />

Habla también por sus actos: curaciones y perdón<br />

hacen libre a la gente para que puedan unirse al Reino.<br />

La invitación está lanzada a todos los vientos; no<br />

se pueden diferir las decisiones para mañana: palabras<br />

incisivas, actos provocadores, todo incita a tomar partido<br />

ahora mismo. Esperando no se sabe a qué, en vez<br />

de decidirse, se corre el peligro de quedar fuera de la<br />

gran asamblea, fuera de la vida nueva ofrecida a todos,<br />

Por lo demás, este Reino es algo hecho de antemano:<br />

no es un lugar en el que estar, ni una recompensa<br />

que se puede ganar. Jesús rehusa ser rey a la manera<br />

de los hombres 7 ; desconfía cuando se pretende dar<br />

1. Me 1,36-39; 3,7-8. 5. Mt 13,24-30.<br />

2. Me 2,7-10; 3,21. 6. Le 13,6-9.<br />

3. Mt 11,28-30. 7. Jun 6,15-<br />

4. Le 10,13-16; Mt 23,37-39.


3. ¿QUE QUERÍA? EL PROYECTO <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 111<br />

i al Reino contornos demasiado precisos en el espacio y<br />

en el tiempo 8 : su Reino no es de este mundo 9 .<br />

Jesús subraya la idea de que el Reino es una realidad<br />

que hay que acoger; y a partir de ese momento un<br />

nuevo universo podrá construirse, pero habrá que<br />

romper con muchos egoísmos y superar muchos obstáculos<br />

para realizarlo. Por eso Jesús tiene conciencia de<br />

que su mensaje de unidad no traerá necesariamente la<br />

Iniciar los últimos tiempos de la humanidad<br />

Al incitar a reunirse en el Reino, Jesús declara<br />

que con El se inaugura un período nuevo de la humanidad:<br />

«los últimos tiempos». Los testigos entendieron<br />

estas palabras como el anuncio de un final muy<br />

cercano: esperaban el advenimiento del mundo nuevo<br />

en aquella misma generación o en la siguiente u ;<br />

pero de hecho no sucedió como lo esperaban. ¿Qué<br />

pasaba?<br />

Aparte de algunas alusiones poco claras durante la<br />

vida de Jesús, los Evangelios colocan estos anuncios<br />

en los últimos días de la vida de Jesús, en la época de<br />

sus más vivas discusiones con sus enemigos; se presentan,<br />

pues, como palabras de esperanza dirigidas a<br />

los discípulos 12 . Evocan un cataclismo que afectará<br />

a todo el universo y que traerá consigo el establecimiento<br />

definitivo del Reino y la «vuelta» de Cristo<br />

triunfante entre los suyos. Estos «anuncios» requieren<br />

en el lector un particular esfuerzo de comprensión:<br />

tras las palabras hay un mensaje más profundo 13<br />

que hay que descubrir.<br />

8. Le 17,22-37. 11. Me 13,30-31.<br />

9. Jn 18,36. 12. Me 13; Le 21; Mt 24,1-41.<br />

10. Le 12,51. 13. Me 13,14.


112 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

El sol y la luna se oscurecerán, las estrellas caerán,<br />

terremotos, guerras, hambres desolarán la tierra: es<br />

una manera habitual de expresarse en el pueblo judío<br />

de aquella época para manifestar su convencimiento<br />

de que Dios interviene en el mundo y que Dios es tan<br />

grande que su intervención provoca necesariamente<br />

un trastorno universal. Muchos libros intentan describirlo.<br />

Jesús no hace más que usar las imágenes usuales<br />

entre las gentes cuando quieren decir que Dios les va<br />

a visitar y a traer la renovación total; y que esto<br />

sucederá con toda certeza. Toda la historia de los<br />

hombres puede entenderse a esta luz. Cuando todo<br />

quede transformado se verá claramente quién es la<br />

fuente de tal renovación: Cristo volverá habiendo reunido<br />

todo en torno a sí.<br />

Por extrañas que hoy nos puedan parecer estas<br />

«predicciones», esclarecen diversos aspectos de lo que<br />

pretendía Cristo. En primer lugar, aparece claro que<br />

Jesús no propone a cada hombre como final un «cielo»<br />

como un lugar que cada uno alcanza individualmente<br />

tras su muerte. Su perspectiva es distinta: es,<br />

en primera instancia, colectiva, orientada a la construcción<br />

del universo nuevo de Dios en el que todos<br />

podrán, por fin, alcanzar su desarrollo integral, los<br />

unos mediante los otros. Existe ya la posibilidad de<br />

trabajar en esa dirección porque el Espíritu de Dios<br />

ha penetrado el mundo de los hombres. Desde ahora<br />

se puede y se debe adoptar los nuevos modos de vivir<br />

propios del Reino.<br />

En ese trabajo, el Reino está como en germen y<br />

jamás se le puede identificar con una determinada<br />

realización humana: está más allá de nuestros más<br />

bellos proyectos: aun éstos tienen siempre necesidad<br />

de salvación. Y la historia nos lo demuestra hasta la<br />

evidencia: ¡cuántos crímenes cometidos en nombre de<br />

los msá bellos ideales!


3. ¿QUE QUERÍA? EL PROYECTO <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 113<br />

í Finalmente, estos textos nos dicen que la victoria<br />

de toda la humanidad es segura, tanto a nivel de cada<br />

hombre como a nivel del universo en su conjunto. La<br />

muerte puede inducir a pensar momentáneamente que<br />

la victoria es del mal; pero de hecho, si se la vive<br />

como lo hizo Jesús, es la ocasión de manifestar la<br />

plena confianza en el Padre que es fiel y que conoce<br />

los caminos que nos llevarán a todos a una vida nueva.<br />

j Los primeros testigos captaron esta perspectiva<br />

con una mentalidad fixista: para ellos las realidades<br />

del mundo eran inmutables. Para que se diera una<br />

transformación era necesario que se produjera un ca-<br />

! taclismo radical que hiciera explotar a todo el conjunto:<br />

y así lo describen. La destrucción de Jerusalén el<br />

año 70, tras la insurrección de los judíos, fue para<br />

algunos la señal de que aquello estaba ya próximo,<br />

para otros la señal fue la persecución que empezaron a<br />

sufrir los cristianos.<br />

Hoy tenemos otra mentalidad: y necesariamente<br />

el proyecto de Cristo se nos presenta de un modo<br />

, diferente. Hoy, y cada vez más, sabemos que los hombres<br />

pueden construir su destino; sabemos que todo<br />

tiene una causa y que podemos actuar sobre esas causas.<br />

Certezas científicas y técnicas nos dan la seguridad<br />

de que podemos transformar este mundo. La<br />

' «vuelta» de Cristo no se nos presenta como algo que<br />

hay que esperar pasivamente, sino como la meta a la<br />

que se orienta el trabajo por la construcción de una<br />

humanidad nueva. Construiremos el Cuerpo de Cristo,<br />

anhelaremos su retorno trabajando cada día en el<br />

alumbramiento del universo nuevo de Dios.<br />

Organizar el nuevo pueblo de Dios<br />

Jesús quiso desde el comienzo organizar en una<br />

comunidad viva a quienes se quisieran poner al servicio<br />

de este gran proyecto: no se conformó simplemen-


114 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

te con que éste o aquél le siguieran individualmente;<br />

él mismo eligió discípulos y les invitó a seguirle. Lucas<br />

cuenta cómo les lanzó esta llamada tras una pesca<br />

sobreabundante 14 : Jesús les había facilitado aquella<br />

pesca extraordinaria y les propuso seguir aquel trabajo,<br />

pero con hombres y no con peces: reunir a los<br />

hombres en el movimiento del Reino será una «pesca»<br />

mucho más interesante y abundante. Entonces<br />

empieza a formarles ptira la acción, confiándoles tareas<br />

muy concretas: proclamar la Buena Noticia en<br />

otros pueblos y ciudades, curar y hacer retroceder al<br />

espíritu del mal 15 ; en una palabra: extender su propia<br />

acción 16 . Al comienzo Jesús les envía nada más<br />

a los judíos 17 , pero después de la resurrección les<br />

abre la perspectiva de una misióa universal: '< T d, enseñad<br />

a todas las naciones...» 18 .<br />

Entre todos ellos distingue a los Boce: serán los<br />

cimientos del nuevo pueblo de Dios 19 - su pape! será<br />

el de conducirle como lo hacía El mismo, es decir,<br />

siendo los servidores de todos 20 . Jesús dedica tiempo<br />

a darles explicaciones; vive comunitariamente con<br />

ellos y se sirve de los pequeños acontecimientos cotidianos<br />

para formarles en ese espíritu de servicio.<br />

Cambia a Simón el nombre y le da el papel de<br />

«roca» 21 : deberá ser cimiento sólido y firme para<br />

sus hermanos ^ será la piedra sobre la que se asiente<br />

su «Iglesia» que 'reunirá a quienes respondan a la<br />

invitación misionera del Reino.<br />

En la última cena que tomaron juntos, después de<br />

darles a compartir el pan y el vino, su Cuerpo y su<br />

Sangre, les manda hacer aquello en memoria suya 23 .<br />

14. Le 5,1-11. 19- Me 3,16.<br />

15. Me 6,12-13. 20. Me 10,42.<br />

16. Le 9,1-6. 21. Mt 16,18.<br />

17. Mt 10,5-6. 22. Le 22,32.<br />

18. Mt 28,18-20. 23. Le 22,19.


3. ¿QUE QUERÍA? EL PROYECTO <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 115<br />

Ciertamente quería que renovaran aquellos gestos y<br />

aquellas palabras, pero sobre todo que renovaran lo<br />

que significaban: dad también vosotros vuestro cuerpo,<br />

verted vuestra sangre, no escatiméis vuestro sufrimiento<br />

por la vida del mundo 24 .<br />

Con todos sus gestos, con todas sus palabras, Jesús<br />

pone los fundamentos de un pueblo nuevo, con<br />

elementos de organización y señales de identificación.<br />

Pero aquella comunidad no tomó verdadera consistencia<br />

hasta el día en que los discípulos experimentaron<br />

que el Espíritu de Jesús habitaba en ellos: habían<br />

recibido el aliento, la fuerza y el fuego de los que<br />

vivía Jesús. Sumergidos en este Espíritu, renovados<br />

desde el interior, fueron entrando cada vez más a<br />

fondo en el proyecto de Jesús: y consagraron toda su<br />

existencia a comunicar y llevar a todos la buena Noticia.<br />

Sabían que todo había quedado en sus manos.<br />

Todavía hoy este impulso hacia el Reino es lo único<br />

que puede sostener a la Iglesia.<br />

PARA SEGUIR REFLEXIONANDO<br />

Jesús fue juzgado y condenado a muerte: durante<br />

su proceso se le acusó de muchas cosas: ¿quería ser el<br />

Mesías, el rey de los judíos? Fue el motivo de la<br />

condena de Pilato, que mandó se pusiera en la cruz:<br />

«Jesús de Nazaret, el rey de los judíos» 25 . ¿Quería<br />

Jesús presentarse como el Hijo de Dios? La respuesta<br />

que El mismo dio a esta pregunta encolerizó al tribunal<br />

judío y le encaminó a la muerte 26 . ¿Quería destruir<br />

el templo como manifestaron algunos testigos<br />

poco dignos de crédito? 27 . Vamos a intentar responder<br />

a estas cuestiones y así podremos conocer mejor el<br />

proyecto de Jesús.<br />

24. Jn 13,15. 26. Mt 26,63-64.<br />

25. Jn 18,19. 27. Mt 26,61-62.


116 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

¿El salvador supremo? .<br />

¿Quería que le reconocieran como el Mesías, como<br />

el rey de los judíos? Es decir, ¿quería identificarse<br />

con la esperanza de un Mesías-Rey que venciera a<br />

los romanos invasores y formara un reino judío? 28 ;<br />

en el mejor de los casos los demás pueblos serían<br />

invitados a integrarse en él, si adoptaban las prácticas<br />

judías.<br />

Cuando anuncia la absoluta proximidad del Reino '<br />

de Dios, Jesús se expone al peligro de que se le entienda<br />

en esa clave: ajusta su paso a la esperanza<br />

inquieta de todo el pueblo. Pero lo hace de un modo<br />

extraño: en primer lugar, no se afirma claramente co- '<br />

mo el Mesías: cuando alguien lo proclama ante El, le<br />

exige silencio 29 ; jamás da alas al nacionalismo judío;<br />

trata, por el contrario, con gentes sospechosas<br />

como los samaritanos 30 ; reclama amor para los<br />

enemigos 31 . Además, en vez de apoyarse en las fuerzas<br />

sanas de la nación, en los que han dado pruebas de<br />

su fidelidad a la causa de Dios como los fariseos, los<br />

zelotas y otros grupos fervorosos, va en husca de los '<br />

ignorantes, de los pecadores 32 , de gentes en connivencia<br />

con los ocupadores 33 ; ¡curiosos métodos, en<br />

verdad, para instaurar el Reino puro y exigente en<br />

que se soñaba! )<br />

Jesús muestra con claridad que se trata de otra<br />

cosa: reducir su Reino a la dimensión política, a un<br />

pueblo, a una categoría de personas, es lo contrario de<br />

lo que El quiere. Quiere un mundo en el que Dios<br />

con toda su potencia de vida y amor, pueda hacerse j<br />

cercano a todos; pretende que una sangre nueva rie- !<br />

28. Le 24,21; Mt 20,21; Hech 1,6. 31. Mt 5,44-45.<br />

29. Me 3,11-12. 32. Le 19,1-10.<br />

30. Jn 4,1-42. 33. Mt 9,9-13.


3. ¿QJUE QUERÍA? EL PROYECTO <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 117<br />

gue toda la realidad entera para darla nueva vida Z4 .<br />

El Reino de Dios es Dios hecho vida de los hombres;<br />

es el punto final a un mundo insensato: los oprimidos<br />

liberados 35 , los pecadores perdonados 36 , el sufrimiento<br />

eliminado 37 , se acabó la muerte 38 , ya sólo<br />

queda una permanente resurrección, nuevas relaciones<br />

entre los hombres, se acabaron los primeros y los<br />

últimos 39 , los amos y los esclavos 40 , sólo compartir,<br />

hacer fiesta, tener una alegría exultante 41 . Jesús<br />

quiere lograr que todos estén disponibles para acoger<br />

esta novedad del Reino 42 . El Reino de Dios, lejos<br />

de ser dimisión de la necesidad de crear un pueblo<br />

humano, dejándolo todo en manos de un Mesías-Rey,<br />

justo y bueno del que se pueda esperar todo, es una<br />

llamada a construirle, llamada dirigida a cada persona,<br />

a cada grupo humano, a cada ciudad. Que ante el<br />

amor del Padre que se muestra tan cercano, cada cual<br />

invente un «sí» portador de un amor que le renueve<br />

por completo, a él y al mundo del que cada uno es<br />

responsable.<br />

¿Hijo de Dios?<br />

¿Quería que se le reconociera como Hijo de Dios?<br />

Muchos en aquella época pretendían que este título<br />

correspondiera sólo al Emperador de Roma. La mayor<br />

parte de las veces consistía nada más en que el tal<br />

emperador imponía su voluntad sin explicaciones, exigía<br />

señales de respeto, de veneración y adoración verdaderamente<br />

humillantes. A eso se añadían, por supuesto,<br />

buenas ofrendas y regalos de todo tipo, plata,<br />

34.<br />

35.<br />

36.<br />

37.<br />

38.<br />

Mt 26,28-<br />

Le 4,18-19.<br />

Jn 8,1-10.<br />

Jn 5,9.<br />

Me 5,39-42.<br />

39.<br />

40.<br />

41.<br />

42.<br />

Le 13,30; Le 14,7-11,<br />

Mt 23,8.<br />

Mt 22,2.<br />

Le 13,10-17.


118 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

oro. La llegada de este «Hijo de Dios» señalaba, se<br />

decía, el comienzo de una edad de oro, cosa que era<br />

muy verdadera sobre todo para él, claro está.<br />

Estos modos de proceder eran insoportables para<br />

la mentalidad judía: para ellos Dios era el Totalmente-Otro:<br />

nadie podía arrogarse su representación 43 .<br />

Jesús, perdonando los pecados 44 , estableciendo reglas<br />

distintas a las de la Ley de Moisés 45 , se mete en<br />

el terreno reservado a Dios. Sin embargo, no se vislumbra<br />

en El señal alguna de explotación y de<br />

dominio 46 : reconocer que Jesús es Dios no consiste<br />

en curvarse bajo la ley, sino en acoger el poder divino<br />

para renovar, para ponerse en pie y vivir en<br />

plenitud 47 . En Jesús muere la imagen de un Dios<br />

cuyo poder consistiría en aplastar al hombre. Jesús<br />

nos da a conocer a un Dios, amigo de los hombres,<br />

que goza viendo liberarse a la humanidad 48 y que<br />

pone a disposición de todos su Espíritu para que puedan<br />

desarrollarse plenamente y puedan convertirse,<br />

también ellos, en hijos de Dios. Dios no necesita esclavos<br />

que estén de rodillas ante El, Dios quiere encontrar<br />

ante El personas con las que pueda entablar<br />

un diálogo de amor. Para Jesús ser Hijo de Dios no es<br />

cubrirse de privilegios, sino trabajar por animar a todos<br />

a convertirse, con El, en hijos de Dios.<br />

¿Destruir o construir?<br />

¿Quería, en fin, destruir el templo 49 y todo lo<br />

que significaba? Algunos testigos levantaron su voz<br />

en el proceso de Jesús, para manifestar esta acusación:<br />

sabiendo lo que representaba el templo como<br />

43. Jn5,18- 47. Jn 10,10.<br />

44. Me 2,7. 48. Le 10,17-22.<br />

45. Mt5,21. 49. Jn 2,18-22.<br />

46. Jn 13,13.


3. ¿QUE QUERÍA? EL PROYECTO <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 119<br />

poder económico, político y religioso, no nos puede<br />

extrañar que la gente espigara cuidadosamente las palabras<br />

y actitudes de Jesús referentes al tema.<br />

Cuando Jesús arrojó a los mercaderes del templo<br />

proclamó que se convertiría en casa de oración para<br />

todas las naciones, dijo algunas palabras ambiguas: El<br />

podía reconstruir en tres días aquel templo, y daba<br />

con ello argumentos a sus adversarios. Pero la cuestión<br />

era otra bien distinta: para El destruir o reformar<br />

el orden antiguo no significaba nada. El venía a<br />

crear novedad 50 .<br />

Por eso desde el comienzo establece las bases de<br />

una nueva manera de reunirse; cuando escoge a sus<br />

discípulos, no asume nada de la antigua estructura<br />

religiosa: entre los Doce no hay sacerdotes, todos son<br />

gente común y corriente S1 . No son hombres del culto,<br />

sino enviados en misión y llamados a dar su<br />

vida 32 . Son los cimientos de una comunidad fundada<br />

sobre la llamada permanente de Dios y sobre la<br />

libre respuesta de cada uno. Ni ellos ni la comunidad<br />

nueva tienen privilegios que reclamar: ellos y ella<br />

están al servicio del Reino, como Cristo que lava los<br />

pies a los suyos como un esclavo 53 . Su papel será el<br />

de preparar a toda la humanidad para que sea capaz<br />

de recibir la renovación. Se pasaba de una comunidad<br />

formada por la pertenencia social, y vuelta sobre su<br />

pasado, «los hijos de Abrahán», a una comunidad<br />

abierta, de libre elección y vuelta hacia el mundo<br />

entero y hacia el futuro del Reino 54 .<br />

Revelar a Alguien<br />

¿Qué resultados quería obtener Jesús? No es fácil<br />

responder, pues Jesús no se expresó claramente sobre<br />

50. Me 2,20-22. 53. Jn 13,15.<br />

51. Hech 4,13-14. 54. Mt 8,10-12.<br />

52. Jn 15,16-20.


120 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

esta cuestión. Pero eso mismo nos da ya una pista.<br />

Jesús no vino a darnos un catálogo de respuestas prefabricadas.<br />

Al contrario: en la narración de las tentaciones<br />

vemos que rechaza la imagen de un Dios que<br />

dispensa al hombre de buscar, de crear y de vivir.<br />

Todo en El es llamada a la responsabilidad, a la creatividad<br />

colectiva y a la liberación.<br />

Jesús quiere que los hombres vivan con mayor<br />

plenitud; quiere que el mundo sea más humano. Para<br />

ello nos sitúa ante su Padre; nos enseña que el secreto<br />

de este mundo está en una Persona, en un Amor 55<br />

Toda esta masa de átomos, estas constelaciones innumerables,<br />

estas especies infinitas de animales y de<br />

plantas, estos miles de millones de rostros humanos<br />

que ya vivieron o vivirán, todo esto no tiene más que<br />

una explicación: el Amor; quien se adhiera libre y<br />

voluntariamente a ese Amor encontrará la alegría<br />

perfecta 56 . El proyecto de Cristo es poner a cada<br />

hombre, a cada grupo humano, a cada generación, en<br />

presencia de este «Padre» de forma que juntos puedan<br />

inventar un Mundo Nuevo. Cuando los hombres,<br />

colectiva y libremente, digan sí a este Amor, la creación<br />

entera estallará de alegría 57 . Para acelerar esta<br />

reconciliación que transformará las gentes y las cosas,<br />

Jesús anuncia el Reino y simultáneamente funda la<br />

comunidad de los convocados: tal es el sentido de la<br />

palabra «Iglesia»: convocados y enviados en misión<br />

de reconciliación universal 58 .<br />

Con las palabras y a través de las realidades de su<br />

tiempo, Jesús levanta el velo del plan de Dios. Las<br />

primeras comunidades fueron profundizando su mensaje:<br />

encontramos las huellas en los Evangelios. Sobre<br />

todo Pablo y sus compañeros se esforzaron en com-<br />

55. Jn 17,1. 57. Jn 16,20-23.<br />

56. Jn 15,15-17. 58. Colosenses 1,20-21.


3. ¿C¿UE QUERÍA? EL PROYECTO <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 121<br />

prender el proyecto que Jesús quiso revelarnos: sus<br />

cartas testimonian sus profundas reflexiones al respecto.<br />

También hoy los hombres estamos invitados a profundizar<br />

en el plan de Dios en función de las realidades<br />

actuales invitados a crear colectivamente las condiciones<br />

precisas para su realización, invitados a vivir,<br />

ya ahora, de la esperanza de su éxito.<br />

ALGUNOS PUNTOS CONCRETOS<br />

Socialismo y Evangelio<br />

Los trabajadores se enfrentan hoy con nuevas<br />

cuestiones; la clase obrera ha ido forjando poco a<br />

poco su concepción de la sociedad; la denomina socialismo,<br />

nombre que engloba datos comunes y diferentes<br />

según las diversas corrientes del movimiento obrero.<br />

Supuesto esto, los creyentes se preguntan con todo<br />

derecho, si existen lazos de unión entre ese proyecto<br />

de sociedad y la esperanza admirable del Reino.<br />

Para evitar simplificaciones hemos de comenzar<br />

afirmando que los Evangelios no pueden pronunciarse<br />

acerca de una cosmovisión elaborada dos mil años más<br />

tarde. Es una ingenuidad querer deducir el socialismo<br />

de lo que nos transmiten los Evangelios, o si no, una<br />

tentativa recuperacionista. Son varios los textos de<br />

obreros creyentes, organizados en movimientos, que<br />

toman claramente postura acerca de este punto. «Presentar<br />

un proyecto de organización de la sociedad como<br />

la puesta en práctica del Evangelio es un bloqueo<br />

político-religioso que nosotros rechazamos» 59 .<br />

«La fe no nos dice nada sobre la sociedad que<br />

hemos de construir, ni sobre el modo de llegar a ella.<br />

59. Testimonio ACÓ, n. 251, nov. 1976.


122 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

La fe no se puede poner al nivel de una ideología; no<br />

existe un proyecto de sociedad cristiana» 60 .<br />

«Existe la tentación de querer poner a Dios «de<br />

nuestra parte»; la fe va más allá de nuestros proyectos<br />

humanos» 61 .<br />

En este mismo sentido, los trabajadores cristianos<br />

no quieren enuclear proyectos socialistas propios. En<br />

las organizaciones del movimiento obrero elaboran<br />

con los demás trabajadores su concepción de la sociedad<br />

y los medios que hay que poner en práctica para<br />

llegar a ella. Cuando se reúnen como cristianos no es<br />

para reintroducir en aquellos proyectos principios<br />

cristianos, sino para descubrir los signos de Dios:<br />

nos precede en medio de ellos; no hacemos más que<br />

«Nosotros no añadimos nada a lo que viven los trabajadores,<br />

no hacemos más que leer las señales de Quien<br />

descubrir su iniciativa a la luz de la Palabra de<br />

Dios» 62 .<br />

Liberados de las pistas falsas, pueden ya situarse<br />

ante algunas convicciones positivas: «Dios se manifiesta<br />

en los asuntos de los hombres, en todos ellos:<br />

recordemos que es ahí donde debemos encontrarle» 63 .<br />

Esta búsqueda es un deber y una exigencia para todo<br />

creyente; no hay que extrañarse de que «en sus<br />

esfuerzos por crear una sociedad socialista, los hombres<br />

y la mujeres de la clase obrera anden a tientas<br />

en su experiencia de encuentro con el Señor» 64 .<br />

«Constatamos algunas consonancias entre los esfuerzos<br />

de liberación de la clase obrera y la Buena<br />

Noticia que Dios nos revela y a la que damos nuestra<br />

cordial adhesión» 65 .<br />

60. Orientaciones del 52 Congreso Nacional Joc-nov- 1976.<br />

61. Orientaciones del 47 Consejo Nacional Joc-julio 1972.<br />

62. Orientaciones ACÓ, mayo 1974.<br />

63. Orientación Moral ACO-mayo 1974.<br />

64. Ibidem.<br />

65. Orientaciones ACÓ, mayo 1974.


3. ¿QUE QUERÍA? EL PROYECTO <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 123<br />

Todos esos esfuerzos no son solamente ocasión de<br />

un descubrimiento de Dios vivo, sino que construyen<br />

algo del Reino de Dios: «Creemos que al interior del<br />

dinamismo liberador de la acción obrera, los trabajadores<br />

están en marcha hacia la Iglesia y construyen el<br />

Reino» 66 . «La acción que se realiza por la participación<br />

activa de los trabajadores, les ayuda a entrar en<br />

el plan de Salvación de Dios» 67 .<br />

«Mediante esa acción, efectivamente, los trabajadores<br />

caminan hacia su liberación y se transforman en<br />

un pueblo» 68 . A través de esa empresa colectiva que<br />

intenta el nacimiento de una sociedad nueva, estamos<br />

seguros de que se viven ya algunos elementos importantes<br />

del proyecto del Reino. Porque «estamos llamados<br />

a cambiar el mundo de forma que se haga<br />

conforme a la alianza que Dios ha propuesto a la<br />

humanidad» 69 . Cuando se trabaja por un universo<br />

nuevo, cuando no se está satisfecho con el orden social<br />

existente, ¿no es verdad que se está en el camino<br />

de aquella «gran reconciliación» que no podrá lograrse<br />

sin que cambie el mundo?<br />

Sin embargo, la propuesta de Dios no se agota con<br />

la puesta en existencia de una sociedad socialista. En<br />

primer lugar, porque «sabemos que los resultados que<br />

obtenemos mediante nuestra lucha son limitados. No<br />

hay revolución, no hay sistema económico, político o<br />

social que pueda resolver el misterio de la<br />

muerte» 70 .<br />

«La Biblia lanza un constante desafío al statu quo,<br />

porque invita a los creyentes —aunque estén, y deben<br />

estarlo, plenamente comprometidos en la construcción<br />

66. Orientaciones Jocf, julio 1972.<br />

67. Chercheurs de Dieu, p. 38.<br />

68. Ibidem, pg. 96-<br />

69. Orientaciones ACÓ, mayo 1974.<br />

70. Orientaciones Joc-noviembre 1976.


124 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

del mundo— a poner en tela de juicio cualquier tipo<br />

de sistema... La esperanza no deja de cuestionar a<br />

nuestras realizaciones, porque se fundamenta en una<br />

promesa que supera los límites de nuestros proyectos<br />

humanos» 71 . Cuando constatamos que el socialismo<br />

es una construcción humana, cuando rehusamos hacer<br />

de él una palabra mágica, no nos desolidarizamos,<br />

sino que es nuestra ocasión de tomarlo más en serio<br />

para mejorar continuamente los análisis de situación y<br />

sus perspectivas de realización.<br />

Constatamos que los Evangelios nos invitan a la<br />

iniciativa: este dinamismo, aunque no entre en concurrencia<br />

con el compromiso en la realidad humana, ha<br />

de tener sus propias manifestaciones. «Los motivos<br />

humanos que impulsan a los jóvenes trabajadores<br />

comprometidos en la lucha, adquieren una riqueza<br />

suplementaria cuando esos jóvenes saben que el amor<br />

al prójimo que comparten en la lucha se identifica con<br />

el amor de Dios» 72 . Hacer posible que los jóvenes<br />

trabajadores descubran al Dios vivo, para que su vida<br />

quede iluminada por El, requiere inventiva y trabajo<br />

de búsqueda». ¿Nos sería lícito guardar para nosotros<br />

solos la gran noticia del amor de Dios y de la Salvación<br />

en Jesucristo? 73 .<br />

«Estoy seguro de encontrar a Dios en el fondo de<br />

las reivindicaciones de justicia absoluta, aun cuando<br />

se crean materialistas y ateas. Los verdaderos creyentes<br />

son los obreros que quieren abolir la explotación<br />

del hombre por el hombre, y además el odio de unos<br />

hombres a otros, de una raza a otra, de una nación a<br />

otra, todos los odios, y quieren crear una sociedad que<br />

todavía no existe... Algo saldrá de esta pasión de la<br />

humanidad, que será más grande que la misma huma-<br />

71. Ibidem.<br />

72. Ibidem.<br />

73. Chercheurs de Dieu, p. 77.


3. ¿QUE QUERÍA? EL PROYECTO <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 125<br />

nidad y en la ardiente nube de la humanidad relampagueará<br />

la luz divina» 74 .<br />

La oración<br />

En la investigación que estamos haciendo del proyecto<br />

de Jesús, ¿no prestamos ninguna atención a su<br />

oración? La oración expresa frecuentemente los deseos<br />

y las esperanzas más profundas de los hombres.<br />

La oración que Jesús enseñó y confió a sus discípulos<br />

resume perfectamente lo esencial de su testimonio.<br />

Así nos la dejó el Evangelio de Mateo:<br />

«Padre nuestro que estás en los cielos,<br />

santificado sea tu nombre; venga tu Reino; hágase tu<br />

Voluntad<br />

así en la tierra como en el cielo.<br />

El pan nuestro de cada día, dánosle hoy;<br />

y perdónanos nuestras deudas,<br />

así como nosotros perdonamos a nuestros deudores;<br />

y no nos dejes caer en tentación,<br />

más líbranos del Mal.» 75 .<br />

Bueno será recordar que los judíos acostumbraban<br />

a empezar por lo que hoy más bien pondríamos como<br />

conclusión. Por eso para comprender mejor esta oración,<br />

seguramente nos ayudará a intentar leerla al revés.'<br />

Líbranos del Mal...<br />

Lo primero que existe en Dios es un proyecto de<br />

liberación: librar del mal, es decir, de las raíces del<br />

mal, a todo hombre y a toda la realidad. Jesús vivió<br />

ese proyecto a todo lo largo de su aventura: todas sus<br />

acciones se orientaron a liberar a las personas que se<br />

74. La question religleuse et le socialisme, p. 59.<br />

75. Mt 6,9-13.


126 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

encontraba, del mal físico, moral y social que las tenía<br />

encadenadas; por donde El pasaba surgían hombres<br />

nuevos.<br />

No nos dejes caer en tentación...<br />

Es seguro que esta liberación choca con la oposición<br />

que se manifiesta ante cualquier cambio: las personas<br />

situadas no ven bien que se ponga mucha atención<br />

en lo que no funciona en el orden establecido, y que<br />

alguien se proponga transformarlo. Ante esas dificultades<br />

son grandes las tentaciones de abandonar la tarea<br />

y de encadenarse de nuevo a los poderes del mal:<br />

Jesús rechazó y venció todas esas tentaciones.<br />

Perdónanos nuestras deudas,<br />

así como nosotros perdonamos a nuestros deudores...<br />

También en cada uno de nosotros existen los obstáculos;<br />

si uno está dominado por los cálculos y por<br />

las deudas, si uno se dedica a contabilizar sus esfuerzos,<br />

a compararse con los demás, a reprocharse su<br />

mediocridad, ¿cómo podrá vivir libre? El proyecto de<br />

Dios es el del año «santo»: se perdonan las deudas de<br />

una vez por todas y entre todos. En adelante otro<br />

sistema entra en vigor, el de la gratuidad, el del regalo<br />

generoso, el de la alegría compartida.<br />

El pan nuestro de cada día, dañóles hoy...<br />

Esta liberación total necesita alimentarse cotidianamente<br />

para estar fuerte. Como aquel famoso día de<br />

Galilea, como la tarde de su última cena, Jesús quiere<br />

alimentar a su pueblo. Ante el inmenso trabajo que<br />

tiene por delante el hombre necesita fuerza a todos<br />

los niveles: físico, moral, social. Necesita pan, amistad,<br />

solidaridad compartida; necesita el dinamismo li-


3. ¿QUE QUEMA? EL PROYECTO <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> 127<br />

berador de Dios, necesita una sobrealimentación:<br />

Dios mismo se hace alimento del hombre.<br />

Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo;<br />

venga tu Reino;<br />

santificado sea tu nombre,<br />

¡Padrenuestro!...<br />

Cuando los hombres se comprometen en ese trabajo<br />

de renovación, ponen en evidencia lo que Dios<br />

quiere para todo el universo, y el Reino y Reinado de<br />

Dios se encuentran en vías de realización. Todo bulle,<br />

todo cambia y entonces Aquel que es el manantial de<br />

aquella inmensa transformación puede darse a conocer,<br />

su 'nombre puede ser reconocido y aclamado; es el<br />

liberador de los hombres, el Dios que da vida, el<br />

Padre, el Amor.<br />

Llegados a este punto, habiendo descubierto el<br />

plan de Amor de Dios a los hombres y su rostro de<br />

Padre, ¿por qué no responder a la llamada de Jesús?,<br />

¿por qué no repetir con El esta oración cuyo contenido<br />

El vivió entre los hombres, para adherirnos más<br />

plenamente a este proyecto de renovar el mundo y<br />

revelar el verdadero rostro de Dios? «Que vuestra luz<br />

brille ante los hombres y que viendo vuestro trabajo<br />

por el bien, reconozcan a Dios, vuestro Padre» 76 .<br />

76. Mt5,16.


4<br />

¿Quién era Jesús?<br />

¿Quién es Jesús?<br />

Sería muy seductor ponerse a hablar de Jesús de<br />

manera distinta a como lo hacen los Evangelios; decir<br />

de El: es el mayor de los genios, el mayor de los<br />

educadores, etc., pero sería lo más opuesto a la imagen<br />

que El dio de sí mismo. Puestos a buscar en El<br />

las cualidades-tipo haríamos de El el personaje ideal, el<br />

Hombre, con mayúscula. Pero los Evangelios nos testimonian<br />

que se trataba de una personalidad muy concreta,<br />

de la que se pueden diseñar algunos trazos antes<br />

de expresar la profundidad de lo que los testigos<br />

captaron 1 .<br />

l. Me 6,3.


130 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Una «autoridad»<br />

SU PERSONALIDAD<br />

Lo que más les impresionó de Jesús es la autoridad<br />

que transparentaba a través de lo que decía y<br />

hacía: los testigos lo testimonian varias veces. No<br />

necesitaba pruebas para apoyar sus palabras; le bastaba<br />

con afirmar: «Yo os digo...... En lo tocante a su<br />

misión, dirige a las personas con quienes trata invitaciones<br />

vigorosas: dejar sus riquezas, abandonar a sus<br />

seres queridos; invitación breve y frecuentemente sin<br />

explicación alguna: «Sigúeme», y algunos lo dejan todo<br />

para seguirle 2 . Pero su autoridad no es de esas<br />

que machacan, sino que, al contrario, da la posibilidad<br />

a cada cual de aclararse él mismo y de liberarse 3 :<br />

cada cual descubre en el encuentro con Jesús la calidad<br />

de su propio espíritu; nadie puede quedar indiferente:<br />

hay que tomar partido a favor o en contra de<br />

Jesús 4 . Su autoridad no está basada en una función<br />

o en una situación oficial: Jesús no reivindica ningún<br />

título y con frecuencia tiene como compañero el menosprecio,<br />

«ese galileo» 5 ; ¿puede salir algo bueno de<br />

aquella provincia retrasada? 6 . Su autoridad se basa<br />

en la calidad interior de su personalidad: está seguro<br />

de su misión; sabe de dónde viene y adonde va 7 ,<br />

aun cuando tenga que ir descubriendo el camino a<br />

seguir entre esos dos puntos.<br />

Su vida está por completo dedicada a su misión, lo<br />

que da carácter absoluto a lo que hace y a lo que es;<br />

esa capacidad suya de entrega le sitúa en una inmensa<br />

libertad en relación con todos los convencionalismos.<br />

Incluso sus adversarios lo subrayan: «Sabemos que<br />

2. Le 5,27-28. 5. Jn 7,52.<br />

3. Jn8,12. 6. Jnl,45.<br />

4. Le 9,49. 7. Jn8,14.


4. ¿QUIEN ERA <strong>JESÚS</strong>? ¿QUIEN ES <strong>JESÚS</strong>? 131<br />

eres sincero y que enseñas con sinceridad el camino de<br />

Dios, sin preocuparte de esto o aquello, porque no<br />

haces acepción de personas» 8 .<br />

El episodio del soldado romano resume perfectamente<br />

la impresión que hizo a sus contemporáneos 9 .<br />

Aquel militar tenía un enfermo en su familia, y hace a<br />

Jesús esta petición: «Di solamente una palabra y mi<br />

criado sanará», y traduce su confianza en Jesús según<br />

su modo de hablar de soldado: una orden breve y<br />

concreta basta para que un subordinado ejecute una<br />

orden; se le dice vete y va, ven y viene; a Ti, Jesús, te<br />

basta también una sola palabra para que la enfermedad<br />

te obedezca. Jesús pone entonces de relieve la fe<br />

de aquel hombre: «Que te suceda como has creído».<br />

Queda así expresado todo el modo de actuar de Jesús:<br />

autoridad en su manera de ser, discreción sobre su<br />

persona; no hay necesidad de afirmarse, ni de decir<br />

muchas cosas sobre uno mismo; sus actos hablan suficientemente<br />

de El. La autoridad y libertad que manifiesta<br />

ante todo tipo de reglas hace que surjan las<br />

preguntas sobre El mismo: «¿Quién es éste que actúa<br />

de este modo?» 10 . Y tanto más cuanto que sigue<br />

viviendo de una manera bien ordinaria; las gentes se<br />

acordaban de aquellos hombres de Dios, de ios «profetas»,<br />

tan entregados a su tarea que resultaban personas<br />

muy originales, tensas, desmesuradas: Juan mismo<br />

era de esa contextura n . En Jesús no hay nada<br />

de eso: su autoridad va emparejada con una existencia<br />

completamente sencilla; esto es lo que llama la atención;<br />

su manera de ser no se corresponde con los<br />

esquemas habituales.<br />

8. Mt 22.16. 10. Me 1,27.<br />

9- Mt8,5. 11. Me 2,18.


132 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Un hombre de relaciones<br />

Jesús es, efectivamente, un hombre de relaciones:<br />

le gusta estar en medio de las gentes del pueblo 12 ;<br />

treinta años de vida ordinaria en Nazaret, luego unos<br />

años por los caminos rodeado de multitudes 13 , siempre<br />

dispuesto a compartir la comida y la amistad<br />

cuando se le invitaba w . Participa de las alegrías y<br />

de las penas de los demás. Se siente profundamente<br />

afectado cuando se encuentra con aquella viuda que<br />

va a enterrar a su hijo único 15 ; siente hambre lo<br />

mismo que la multitud que le acompaña 16 ; se alegra<br />

con sus discípulos cuando vuelven de la misión 17 . Se<br />

admira con facilidad y comparte su alegría con los que<br />

están con El: ante las flores de los campos 18 , ante el<br />

trabajo de los hombres 19 , ante el niño y su capacidad<br />

de acogida 20 , ante la fe que manifiestan los<br />

paganos 21 , ante la disponibilidad de los sencillos ffl ;<br />

siempre surgen ante El ocasiones de gozo.<br />

Sufre también con las incomprensiones y a veces<br />

hasta el límite de lo soportable: «¡Generación incrédula<br />

y perversa!, ¿hasta cuándo tendré que soportaros?,<br />

¿hasta cuándo tendré que estar con vosotros?»<br />

23 . Con tristeza y cólera va viendo cómo los<br />

fariseos se cierran cada vez más a sus requerimientos<br />

M ; a veces constata con irritación que incluso<br />

sus discípulos le comprenden perfectamente mal;<br />

están embotados para escuchar su mensaje 25 .<br />

12. Me 2,15<br />

13. Me 3,7-10<br />

14. Me 1,29.<br />

15. Le 7,11.<br />

16. Me 8,3.<br />

17. Le 10,21.<br />

18. Le 12,27.<br />

19. Me 4,3-20.<br />

20. Mt 18,1.<br />

21. Mt 15,28.<br />

22. Le 21,1.<br />

23. Mt 17,17.<br />

24. Jn9,40.<br />

25. Me 6,52.


4. ¿QUIEN ERA <strong>JESÚS</strong>? ¿QUIEN ES <strong>JESÚS</strong>? 133<br />

La amistad ocupa un lugar destacado en su vida;<br />

sus discípulos son, en primer lugar, amigos 26 ; les<br />

considera como su propia familia 27 . Y entre ellos<br />

tiene amistad más íntima con uno: hay uno que era el<br />

preferido de Jesús 28 . Lázaro, Marta y María acogen<br />

a Jesús cuando necesita descansar 29 . En el grupo de<br />

íntimos hay también mujeres *°: esto estaba en contra<br />

de las costumbres de la época, pero Jesús está<br />

libre de todo prejuicio; ¿qué importa que la samaritana<br />

a la que encontró junto al pozo sea mujer, una<br />

herética, una prostituta? Jesús ve en ella una persona,<br />

que como cualquier otra tiene necesidad de la salvación<br />

que viene por el anuncio de la Buena Noticia 31 .<br />

Aunque tiene una mayor simpatía por los excluidos<br />

y rechazados, no rehusa otros contactos; va incluso<br />

a casa de sus enemigos; acepta las invitaciones de<br />

los fariseos 32 . Recibe también a «notables» que vienen<br />

a verle al caer la tarde 33 . Cualquier situación es<br />

buena para recibir a los hombres que ama. Espontáneamente<br />

aparece en El una calidad en sus contactos<br />

con las gentes: ¡qué respeto y qué amistad testimonia<br />

incluso a Judas, el traidor, hasta en los últimos<br />

momentos...! 34 .<br />

Un realista<br />

Pero Jesús no es un soñador; no se hace ilusiones<br />

respecto a los hombres; es realista, ve el mundo tal<br />

cual es, ni mejor, ni peor. Las parábolas nos ofrecen<br />

un cuadro exacto de la sociedad de entonces y con<br />

frecuencia Jesús añade alguna pincelada de humor:<br />

los que ocupan los primeros puestos en los banquetes<br />

26. Jn 15,14-15. 31. Jn 4,1-42.<br />

27. Mt 12,46-50. 32. Le 7,31.<br />

28. Jn 12.23. 33. Jn 3,2.<br />

29. Le 10,38. 34. Mt 26,50.<br />

30. Le 8,1.


134 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

y tienen que irse delante de todos hasta los<br />

últimos 35 , el estafador desenmascarado que consigue<br />

provecho de la situación hasta el final y saca las<br />

máximas ventajas 36 , el molesto que golpea la puerta<br />

de su vecino en plena noche 37 , el constructor que<br />

tiene que dejar la obra a medio hacer 38 , las jóvenes<br />

que se duermen y no están en el momento de la<br />

boda 39 , el ladrón que se ríe de las cerraduras 40 ,<br />

los guardias nocturnos que se duermen 41 , el accidentado<br />

en la carretera que es socorrido por el extranjero<br />

y desatendido por los especialistas de la caridad 42 ...<br />

Hace referencia también a las condiciones concretas<br />

de la existencia: el pequeño agricultor aplastado<br />

por las deudas y a merced de los acreedores 43 , los<br />

parados que esperan en la plaza a que alguien les<br />

contrate para la jornada 44 , la viuda sin recursos 45 ;<br />

el sistema de grandes propietarios a los que gestionan<br />

sus bienes unos administradores 46 , el juez que sólo<br />

se preocupa de los casos que le reportan beneficios 47 ;<br />

los ricos y los pobres separados por barreras infranqueables<br />

48 ...<br />

Valora a los hombres con sus inmensas posibilidades:<br />

el campesino atento a la semilla que crece 49 , el<br />

pescador que saca los peces 50 , el criado que cumple<br />

sus tareas con esmero 51 , el constructor que verifica<br />

los cimientos 52 , el hijo que aprende el oficio observando<br />

a su padre 53 ... Subraya la competencia en el<br />

35.<br />

36.<br />

37.<br />

38.<br />

39.<br />

40.<br />

41.<br />

42.<br />

43.<br />

44.<br />

Le 13,7.<br />

Le 16,1.<br />

Le 11,5.<br />

Le 14,28.<br />

Mt 25,1-13-<br />

Mt 24,43.<br />

Me 13,33.<br />

Le 10,29-37.<br />

Mt 18,23; Le 16,1.<br />

Mt 20,1.<br />

45.<br />

46.<br />

47.<br />

48.<br />

49.<br />

50.<br />

51.<br />

52.<br />

53.<br />

Me 12,41.<br />

Mt 25,14.<br />

Le 18,1.<br />

Le 16,19-<br />

Me 4,26.<br />

Mt 13,47.<br />

Mt 25,45.<br />

Mt 7,24.<br />

Jn 5,19.


4. ¿QUIEN ERA <strong>JESÚS</strong>? ¿QUIEN ES <strong>JESÚS</strong>? 135<br />

trabajo, pero más todavía la riqueza en los sentimientos:<br />

el pastor preocupado por cada una de sus<br />

ovejas 54 , el padre deseoso de dar cosas buenas a sus<br />

hijos 55 , la mujer que da a luz y olvida todos sus<br />

dolores ante la alegría de ver nacer una vida 56 ....<br />

Jesús es hombre de sentido común; la mayor parte<br />

de las veces no intenta decir cosas nuevas u originales,<br />

sino que recuerda verdades conocidas por todos;<br />

un hombre vale más que un animal: lo que se hace<br />

por un animal, aun en sábado, ¿no lo vamos a hacer<br />

por un hombre? 57 . Lo que hace a uno impuro no es<br />

lo que come, sino lo que sale del corazón: palabras<br />

injuriosas, envidias, juicios temerarios, etc. 58 . Con<br />

su lenguaje lleno de imágenes de la vida de todos los<br />

días, Jesús se esfuerza por dar consejos que puedan<br />

llevarse a la práctica. ¿Para qué sirve cargar a las<br />

gentes con fardos insoportables? 59 . Su carga es<br />

ligera 60 : con un gran sentido común, Jesús propone<br />

a cada uno el peso de que es capaz en aquel momento.<br />

«Dame de beber», dice a la samaritana; no la invita<br />

de golpe a cambiar de vida radicalmente; la propone<br />

un servicio que puede realizar: El tiene sed y no<br />

puede sacar agua; ella le puede dar agua: este paso<br />

tan simple en apariencia, es el comienzo de una transformación<br />

mayor 61 .<br />

Un hombre en búsqueda<br />

Como hombre en búsqueda que es, Jesús hierve<br />

de iniciativas para dar con los medios que le permitan<br />

cumplir con su misión: explora procedimientos desde<br />

el primer anuncio en Galilea hasta la cruz en Jerusa-<br />

54. Jn 10,1. 58. Mt 7,18.<br />

55. Mt 7,11. 59. Mt 23,4.<br />

56. Jn 16,21. 60. Mt 11,28.<br />

57. Mt 12,11-12. 61. Jn 4,7.


136 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

lén. Su imaginación está siempre en actividad para<br />

conducir a todos a la aceptación de la Buena<br />

Noticia 62 ; jamás piensa que un hombre, una situación<br />

estén definitivamente perdidas 63 ; cree que<br />

cualquier realidad tiene posibilidad de renovación. No<br />

tiene esquemas prefabricados; con cada uno empieza<br />

el camino partiendo del punto en que se encuentre. Su<br />

manera de actuar más frecuente es la de dar la posibilidad<br />

a su interlocutor de que él mismo encuentre la<br />

solución; recordemos cómo procede con el hombre<br />

que le pregunta quién es su prójimo 64 . Las parábolas<br />

que cuenta le dan ocasión de provocar una búsqueda:<br />

¿qué quiere decir con aquella historia?; es necesario<br />

ponerse a descubrir el sentido de aquello. Las<br />

primeras comunidades continuaron este trabajo de<br />

profundización y al contarnos las palabras de Jesús<br />

añadían lo que ellas mismas habían llegado a comprender<br />

en el conexto nuevo en que vivían aquellos<br />

cristianos 65 .<br />

En su propia aventura humana, Jesús se mantiene<br />

también en búsqueda: no aplica un programa preestablecido<br />

cuyos detalles estuvieran perfectamente reglamentados:<br />

las Escrituras en que ha profundizado no<br />

son un código de circulación 66 . Son luz para su vida,<br />

porque esclarecen los acontecimientos que se le presentan<br />

y le cuestionan, porque le dan la posibilidad de<br />

descifrar los signos de los tiempos 67 . Frecuentemente<br />

los Evangelios nos presentan a un Jesús atento, en<br />

silencio, observando 68 : intenta leer en el corazón de<br />

los hombres, en el núcleo central de los acontecimientos<br />

y busca cómo ser fiel a su misión de liberación y<br />

de reunión, cómo realizar el encuentro de Dios y de<br />

62. Le 13,34. 66. Le 13,33.<br />

63. Le 15,10. 67. Le 13.1.<br />

64. Le 10,25. 68. Jn 8,3.<br />

65. Le 8,11.


4. ¿QUIEN ERA <strong>JESÚS</strong>? ¿QUIEN ES <strong>JESÚS</strong>? 137<br />

los hombres que provocará la renovación de toda la<br />

realidad.<br />

Un hombre de oración<br />

Discretamente, Marcos, Mateo y Lucas nos testimonian<br />

esta dimensión de la vida de Jesús, su relación<br />

con el «Padre»: es un hombre de oración, aunque a su<br />

manera, sin grandes demostraciones 69 . Todos los aspectos<br />

de su personalidad quedan impregnados por<br />

ella: ahí está la fuente de su misión, de su convencimiento<br />

y de su entusiasmo: «Mi alimento es hacer la<br />

voluntad de mi Padre» 70 . El Evangelio de Juan da<br />

gran importancia a este aspecto de la vida de Jesús:<br />

está en diálogo permanente con Alguien: incomprendido<br />

por todos, incluso por sus discípulos, abandonado<br />

aun por sus más íntimos, rechazado por el pueblo<br />

que debería haberle acogido, ¿cómo mantenerse en<br />

pie sin «Aquel que está siempre con El? 71 . La vida<br />

de Jesús es incomprensible sin ese Otro, sin aquel al<br />

que llama «Abba» 72 , es decir, «Papá»; inexplicable<br />

también la decisión con que se encamina a la muerte.<br />

Sólo una clara conciencia de su vinculación única con<br />

el «Padre» puede explicar la actitud de Cristo ante<br />

los acontecimientos trágicos de su condena y de su<br />

muerte.<br />

Jesús quiso hacer de su existencia un servicio a su<br />

Padre y a los hombres: se comprendió a sí mismo<br />

como quien iba a lograr que de nuevo pasara la corriente<br />

de Dios a los hombres y de los hombres a<br />

Dios. En El se realiza una alianza nueva y definitiva,<br />

un impulso nuevo que inserta en el corazón de los<br />

hombres la vitalidad de Dios. Realiza una especie de<br />

transfusión que salva al enfermo, al mundo de los<br />

69. Mt 6,5-15. 71. Jn 10,38.<br />

70. Jn 4,34. 72. Me 14,36.


138 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

hombres, dando su vida para cumplir la nrsión recibida<br />

del Padre. Su oración es el espacio en que comulga<br />

íntimamente con esa misión y en el que renueva su<br />

acuerdo total con lo que quiere el Padre: el espacio en<br />

que ambos se encuentran en un mismo Espíritu que<br />

les une.<br />

Y PARA VOSOTROS, ¿QUIEN SOY ' YO?<br />

Estos trazos de la personalidad de Jesús nos revelan<br />

quién era en profundidad. No dijo muchas cosas<br />

de sí mismo; no se definió mucho a sí mismo; dejó<br />

que fueran las gentes quienes se hicieran una idea de<br />

El mediante su forma de vida. Su libertad de actitudes,<br />

su dominio, su autoridad, cuestionaban a los demás;<br />

se le atribuyeron algunos títulos para descifrar<br />

lo que realmente era: profeta, mesías, rey de los judíos,<br />

hijo de David, hijo del hombre... Ninguno se le<br />

acomodaba a la perfección. Sólo después de la resurrección<br />

se levanta el velo y aparece ante los ojos de<br />

los testigos el rostro verdadero de Cristo.<br />

El «Siervo sufriente»<br />

Las primeras comunidades investigaron las Escrituras<br />

para intentar comprender a Jesús y su misión: el<br />

acontecimiento de la resurrección necesitaba de una<br />

explicación, colocados ante lo inesperado, ante lo<br />

inaudito, los testigos tenían que intentar explicárselo;<br />

¿qué significaba esta experiencia de Jesús resucitado?<br />

El mismo Jesús había buscado en las Escrituras el<br />

sentido de su vida y de las opciones que tomaba:<br />

siguiendo sus pasos los discípulos profundizan en algunos<br />

textos, en particular en el salmo 22 y en algunas<br />

páginas del profeta Isaías que contienen los llamados<br />

«poemas del Siervo». Escritos quinientos años


4. ¿QUIEN ERA <strong>JESÚS</strong>? ¿QUIEN ES <strong>JESÚS</strong>? 139<br />

antes, presentan un personaje con un destino chocante:<br />

«el Siervo sufriente».<br />

He aquí algunos extractos:<br />

«Mi Siervo prosperará, será enaltecido, levantado<br />

y ensalzado sobremanera. Así como se asombraron de<br />

él muchos —pues tan desfigurado tenía el aspecto que<br />

no parecía hombre, ni su apariencia era humana—<br />

tanto se admirarán muchas naciones..., pues lo que<br />

nunca se les contó verán, y lo que nunca oyeron reconocerán.<br />

Creció como raíz en tierra árida; no tenía<br />

apariencia, ni presencia; despreciable y desecho de los<br />

hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias.<br />

Eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros<br />

dolores los que soportaba. Ha sido herido por<br />

nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. El soportó<br />

el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales<br />

hemos sido curados.<br />

Fue arrancado de la tierra de los vivos, por nuestra<br />

rebeldía fue entregado a la muerte...<br />

Si se da a sí mismo en expiación, verá descendencia,<br />

alargará sus días y lo que plazca a Yahvé se cumplirá<br />

mediante él.<br />

Mi Siervo justificará a muchos...» 73 .<br />

Leyendo estos textos, los testigos descubren más y<br />

más el sentido de la aventura de Jesús: El era este<br />

«siervo» que sana a la humanidad tomando sobre El<br />

sus taras, sus enfermedades, sus pecados. De esa forma<br />

abría al mayor número posible de gentes las puertas<br />

de una vida nueva. Su muerte, de otra forma<br />

incomprensible, daba sentido a toda su existencia. La<br />

resurrección fundamentaba la convicción de los discípulos<br />

de que, en adelante y para siempre, Dios había<br />

dado su amistad a los hombres y de que, a pesar de<br />

todas las recaídas y de todas las vueltas hacia atrás, la<br />

73. Isaías 52,13; hasta 53,12, extractos.


140 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

victoria de Cristo sobre el mal, el odio, el pecado y la<br />

muerte, un día se convertiría en la victoria de todos.<br />

Palabra de Dios, Hijo de Dios<br />

Los discípulos comprenden que en la resurrección<br />

de Jesús ha entrado en acción un poder que no es de<br />

orden humano, un poder capaz de cambiar la muerte<br />

en vida: sólo Dios puede hacer esto. La resurrección<br />

avala toda la aventura de Cristo; mediante ella Dios<br />

manifiesta su acuerdo con las palabras, con los actos y<br />

con el proyecto de Jesús; El es el hombre en quien<br />

Dios se reconoce plenamente; quien ha transmitido<br />

con exactitud lo que Dios quería decir: es su Palabra<br />

que ha tomado Cuerpo en el universo humano. En<br />

adelante se convierte en la referencia absoluta, aquel<br />

por el que el mundo de los hombres se convierte en<br />

Reino de Dios. Pablo manifestará esta convicción en<br />

sus cartas: «Cristo es imagen de Dios invisible... primogénito<br />

de toda la creación... porque en El fueron<br />

creadas todas las cosas... El existe con anterioridad a<br />

todo y todo tiene en El su consistencia... Dios tuvo a<br />

bien hacer las cosas, pacificando, mediante la sangre<br />

de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos» 74<br />

Siendo así las cosas, muchas actitudes de Jesús se<br />

aclaran: su autoridad que tanto impresionó a sus contemporáneos<br />

se basa en su convencimiento de estar<br />

unido a Dios de un modo único. Su confianza en Dios<br />

se explica porque participa de la realidad misma de<br />

Dios: no hay distancias entre su convencimiento de<br />

hombre y la voluntad de Dios. Nada puede romper<br />

esta unidad, ni la muerte que podría parecer significar<br />

o abandono de Dios o error de Jesús.<br />

Jesús se da a conocer progresivamente a sus discípulos:<br />

Marcos nos propone que les acompañemos en<br />

74. Colosenses 1,15-20.


4. ¿QUIEN ERA <strong>JESÚS</strong>? ¿Q.UIEN ES <strong>JESÚS</strong>? 141<br />

sus descubrimientos; y continuamente surge la pregunta:<br />

«¿Quién es Jesús?», y se nos va conduciendo<br />

como de la mano a decir con .Pedro en el capítulo 8:<br />

«Tú eres el Mesías»; luego, avanzado siempre, nos<br />

hace encontrarnos con el soldado romano para confesar<br />

ante Jesús en cruz: «Verdaderamente este hombre<br />

era el Hijo de Dios». Juan en el cuarto Evangelio,<br />

parte directamente de los descubrimientos que habían<br />

hecho más tarde: Dios mismo, en Jesucristo, ha venido<br />

a habitar con los hombres. Esta explicación es a la<br />

vez la más sencilla y la más verdadera para los testigos<br />

y explica la experiencia que ellos vivieron. Juan lo<br />

dejará por escrito en una de sus cartas: «De esta<br />

forma Dios nos mostró su amor: envió su Hijo único<br />

al mundo, para que tengamos vida por El» 75 .<br />

Hablar de Jesús, hoy<br />

Nadie ha visto a Dios jamás con evidencia; los<br />

mismos apóstoles no se encontraron sólo con el hombre<br />

Jesús; reconocer en El la presencia de Dios era<br />

para ellos, como para nosotros, hacer un acto de fe.<br />

La experiencia de los discípulos en este punto es como<br />

la nuestra. También hoy Dios actúa de la misma<br />

manera: Cristo resucitado llega a nosotros a través de<br />

los demás, a través de la historia personal colectiva de<br />

los hombres. Es ahí donde El se da a conocer y donde<br />

se deja encontrar. También nosotros le buscamos ayudados<br />

por las Escrituras y tenemos mucho nuevo que<br />

descubrir sobre Jesucristo: «Tengo todavía muchas<br />

cosas que deciros, pero ahora no podéis con todo». 76 .<br />

Nosotros estamos hoy enfrentados con otros problemas,<br />

con otros interrogantes y tenemos que<br />

hablar de Jesús a la luz de nuevos contextos. Los<br />

acontecimientos, la búsquda comunitaria de los cre-<br />

—i<br />

75. 1 Jn 4,9- 76. Jn 16,12.


142 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

yentes, nos llevan a percibir nuevas resonancias de las<br />

palabras evangélicas: no es extraño, puesto que en<br />

verdad Jesús es una persona viva y su Espíritu trabaja<br />

nuestros corazones.<br />

PARA SEGUIR REFLEXIONANDO<br />

¿Por qué la muerte de Jesús?<br />

y<br />

Jesús fue entregado a la muerte por su pretensión<br />

de ser «de Dios» y simultáneamente por su pretensión<br />

de liberar al pueblo. Un Dios que se queda en su<br />

esfera propia, que no se preocupa de los hombres más<br />

que de vez en cuando, no es peligroso. Pero un Dios<br />

que quiere liberar al pueblo, que se mezcla en los<br />

avatares de este mundo, no puede ser soportado ni<br />

por el poder económico y político, ni por el poder<br />

religioso 4<br />

Efectivamente, para el poder religioso existe el<br />

mundo de Dios y el mundo de los hombres y están<br />

bien separados; la religión consiste en organizar cierto<br />

tránsito entre los dos; los sacerdotes son los especialistas<br />

de ese tránsito, y en ello reside su poder. Pero si<br />

Dios quiere habitar por sí mismo el mundo de los<br />

hombres, todo se replantea de nuevo y queda en tela<br />

de juicio: ya no hay necesidad de religión 77 .<br />

Para el poder económico y político la separación<br />

de esos dos mundos supone también su seguridad;<br />

mientras que las gentes sueñan en otro mundo, no se<br />

detienen demasiado a mirar de cerca la realidad... Pero<br />

si Dios está en esta realidad de acá abajo, si se le<br />

lesiona a El mismo cada vez que se lesiona, menospre-<br />

77. En los primeros tiempos de la Iglesia, en las persecuciones,<br />

se acusaba a los cristianos de ser ateos, por<br />

este motivo.


4. ¿QUIEN ERA <strong>JESÚS</strong>? ¿QUIEN ES <strong>JESÚS</strong>? 143<br />

cia o excluye a un hombre, entonces ya no existe<br />

ningún poder absoluto, ni hay manera de poder invocar<br />

la razón de Estado. Si Dios quiere que cada hombre<br />

sea libre y creativo, es un Dios muy incómodo.<br />

Jesús, al mostrar con sus actos y con sus palabras que<br />

no hay más que un solo mundo, el mundo reconciliado<br />

de Dios y de los hombres, arrebata a los especialistas<br />

de Dios sus privilegios y a los especialistas del<br />

mundo sus poderes absolutos. Esto resulta tan insoportable<br />

para unos y para otros que necesariamente la<br />

muerte de Jesús viene como la cosa más natural del<br />

mundoj<br />

Por lo demás Jesús, al morir, revela lo que realmente<br />

es la muerte: la muerte jamás es un accidente o<br />

algo normal. Aun cuando no acontezca en circunstancias<br />

trágicas, tiene siempre algo de inmundo e injusto:<br />

es, por algunos momentos, la victoria de los poderes<br />

del mal sobre la vida. Está, pues, en profunda contradicción<br />

con Dios: es el último enemigo que hay<br />

que vencer. Con su resurrección, Cristo muestra que<br />

efectivamente puede ser vencida: viviéndola con Cristo<br />

y como El, en una total confianza en el Padre, la<br />

muerte pierde su mordiente y aun cuando siga siendo<br />

desgarradora, se convierte en ocasión de diálogo con<br />

el Padre. La resurrección es entonces una violenta<br />

llamada a todos para ponerse en pie y luchar contra<br />

todas las formas del mal y de la muerte.<br />

Finalmente, si Jesús murió tan joven, con menos<br />

de cuarenta años, no fue solamente por la batalla que<br />

le presentaron los poderosos de su época. Jesús murió<br />

«a su hora», como dice el cuarto Evangelio. Sus treinta<br />

años de formación en Nazaret, sus pocos años de<br />

vida trepidante por los caminos de Galilea y Judea, le<br />

bastaron para revelar plenamente lo que Dios tenía<br />

que decir a los hombres: que El quería construir con<br />

ellos un mundo nuevo y que para conseguirlo era


144 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

preciso lograr que estallara este mundo presente y<br />

comenzar completamente de nuevo. Jesús, viendo que<br />

sus contemporáneos no podían asumir toda esta tarea<br />

de transformación, echa sobre sus hombros la carga<br />

de abrir camino: acepta la muerte, el estallido necesario<br />

para que todos puedan entrar en el universo nuevo<br />

de Dios. De esta forma su muerte es la prueba de un<br />

amor absoluto que nada ni nadie, absolutamente nadie<br />

ni nada, podrá tener en menos.<br />

El Espíritu de Jesús resucitado, dado gratuitamente<br />

a quienes le habían abandonado cobardemente, es<br />

la prueba de este amor; las puertas de la vida quedan<br />

abiertas de par en par para que la humanidad encuentre<br />

por ellas, perpetuamente, su camino. Por eso todavía<br />

hoy esos pocos años que vivió Jesús bastan a<br />

muchos para ver iluminada su existencia y la historia<br />

del mundo.<br />

Sin fe en la resurrección, ¿cómo explicar el nacimiento<br />

de la Iglesia que surge del abandono y de la<br />

desesperanza? ¿Cómo explicar que la causa de Jesús<br />

siga hoy provocándonos todavía, a pesar del rostro<br />

tantas veces descorazonador de su Iglesia? Sin el convencimiento<br />

de que Dios ha venido a nosotros y ha<br />

abierto una era de renovación que nadie podrá ya<br />

cerrar, ¿cómo lograr dar cuenta exacta de todo lo que<br />

pasó y pasa con la persona de Jesús? O Jesús es<br />

«Dios-con-nosotros», Dios a nuestro favor para siempre,<br />

una amistad subversiva, que se nos ha dado para<br />

siempre y que nos propone cambiar el mundo, o hay<br />

que colocarle en las vitrinas de algún museo de antigüedades:<br />

tarde o temprano cada uno tiene que hacer<br />

su elección.


Conclusión: ¿Sabes la noticia?<br />

«¿Sabes la noticia?<br />

Una vida nueva,<br />

más bella,<br />

más verdadera,<br />

está a tu alcance,<br />

si quieres.<br />

Abandona, regala,<br />

tus libros de escuela:<br />

sus bonitas palabras<br />

eran monótonas,<br />

estaban desfiguradas.<br />

Se acabó el soñar: hay que ponerse a vivir.<br />

En nuestros corazones, palomas y el sol brillante.<br />

Verás qué escudo forman nuestras manos levantadas;


146 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

cuanto más cerca está la edad de oro, tanto más está<br />

amenazada.<br />

¿Sabes la noticia?<br />

Arroja fuera<br />

este mundo insensato.<br />

Amando a los otros,<br />

amando al Otro<br />

aprende a cambiar.<br />

Y sin esperar más<br />

vuelve a aprender<br />

a tener<br />

de nuevo el poder.<br />

Con tus días negros<br />

vas a fecundar<br />

un mundo de esperanzas.<br />

Una vida nueva, ¿sabes la noticia?»... l .<br />

Esta canción actual, ¿no es una llamada a que<br />

sepamos decir, en lenguaje fuerte y claro, el mensaje<br />

de Jesús? ¿Sabes la Noticia? ¿Sabes proclamar la Noticia<br />

con tus hechos y con tus palabras?<br />

«Amando al Otro»<br />

«Amando al Otro, aprende a cambiar». Sí, en<br />

compañía de Cristo, todos, o sea, tú, yo, nuestros<br />

amigos y compañeros, todos podemos acoger el amor<br />

del Padre. Esta es la gran noticia, en nuestro punto de<br />

partida: Dios con todo su poder de renovación está<br />

cerca de cada uno de nosotros. Responderle no consiste<br />

en difíciles ejercicios, sino en hacerle un lugar en la<br />

propia vida. Lo decía el apóstol Juan: «El que ama<br />

conoce a Dios» 2 . Cuando experimentamos un amor<br />

humano o una amistad profunda y notamos cómo<br />

1. F. Solleville. 2. Un 4,7.


CONCLUSIÓN: ¿SABES <strong>LA</strong> NOTICIA? 147<br />

cambia nuestra vida, tenemos un camino abierto para<br />

comprender lo que quiere decir abrirse al amor del<br />

Padre. En vez de darnos una doctrina, una explicación<br />

del mundo o explicarnos el sentido de todas las cosas,<br />

Jesús nos pone en presencia de una persona y del<br />

amor a que nos invita. Creer es, sobre todo, vivir-con<br />

Alguien y cambiar movidos por ese con-vivir; transformarse<br />

en un ser nuevo a impulso de El.<br />

Amando a los otros<br />

«Amando a los otros, amando al Otro, aprende a<br />

cambiar». Acoger a Dios correría el peligro de ser una<br />

evasión sentimental si no se tradujera en actos. Quien<br />

ha encontrado al Padre ya no puede vivir como antes:<br />

tiene que convertirse también él en fuente y centro de<br />

amor. Tiene que repartir con la misma generosidad<br />

aquel amor gratuito que ha recibido, y de un modo<br />

particular mediante el acto creador y revolucionario<br />

que es el perdón. Ahora tiene que comunicar alrededor<br />

de sí la llamada que en él resonó a ponerse en pie<br />

y a caminar: ¡en pie los excluidos!, ¡en pie los machacados!<br />

Las nuevas energías que surgen del amor harán<br />

que nazca poco a poco un mundo nuevo: tenemos que<br />

construir sólidamente los cimientos de un universo<br />

distinto; no podemos quedarnos en bellos sentimientos<br />

individuales. A esto nos convoca el Apocalipsis, el<br />

último libro de la Biblia: «Esta es la morada de Dios<br />

entre los hombres; pondrá su morada entre ellos y<br />

ellos serán su pueblo, y El, Dios-con-ellos, será su<br />

Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá<br />

ya muerte, ni habrá llanto, ni gritos, ni fatigas, porque<br />

el mundo viejo ha pasado» 3 .<br />

3. Apoo, 21,3-4.


148 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Juntos, en Iglesia<br />

Para fortalecer nuestras respuestas personales Jesús<br />

quiso, desde el comienzo, crear un compromiso<br />

colectivo: formar un cuerpo vivo de discípulos. Como<br />

a miembros de un mismo cuerpo, se nos invita a vivir<br />

la doble fidelidad que vivió Jesús: fidelidad al amor<br />

del Padre y fidelidad a la tarea de liberación de los<br />

hombres y" de construcción de un mundo nuevo; y<br />

vivir las dos de manera que una apoye a la otra. La<br />

vida en Iglesia como participación de fe y provocación<br />

a la acción, forma parte de nuestra respuesta al proyecto<br />

de Dios. La Iglesia es también el lugar donde<br />

buscamos, juntos, los medios aptos para dar a conocer<br />

el mensaje de Cristo. Invitar al mayor número posible<br />

de personas a entrar conscientemente en la renovación<br />

del Reino no es un lujo, sino una necesidad: ¿Cómo<br />

á*mar a Dios sin trabajar porque su amor sea reconocido<br />

y acogido por el mayor número de personas? ¿Cómo<br />

amar a los hombres sin trabajar porque descubran<br />

el sentido total de su aventura humana y porque reconozcan<br />

a su «Padre»?<br />

Una llamada para hoy<br />

Hoy, como en otro tiempo en Galilea, resuena la<br />

llamada: «En pie, levántate y anda» 4 . ¿Ha resonado<br />

ya en nuestras vidas? ¿Estamos todavía esperando<br />

oírlo? Inútil atormentarse: lo que hay que hacer es<br />

comenzar por responder a las llamadas de nuestros<br />

hermanos los hombres. Jesús pidió a Zaqueo, el «publicano»,<br />

que le invitara a su mesa, y aquello fue para<br />

Zaqueo el comienzo de una aventura formidable.<br />

Hoy, grupos de trabajadores, jóvenes y adultos, nos<br />

piden a nosotros que seamos sus delegados, grupos de<br />

4. Me 2,9-11.


CONCLUSIÓN: ¿SABES <strong>LA</strong> NOTICIA? 149<br />

adolescentes nos piden que seamos sus responsables;<br />

con ello nos piden mayor disponibilidad, mayor amistad,<br />

mayor compromiso por la justicia: respondamos a<br />

sus esperanzas, comprometámonos con ellos... y en el<br />

camino Jesús se dará a conocer, cuando le parezca...<br />

Sí, porque Jesús resucitado es contemporáneo de<br />

cada hombre. Por su victoria sobre la muerte, su presencia<br />

ha florecido y tiene las dimensiones del mundo.<br />

En adelante puede ser nuestro compañero de camino,<br />

y nos propone su amistad. Cristo vivo está allí donde<br />

bulle la vida: dejemos pronto este libro para salir a su<br />

encuentro... en la vida.<br />

Como aquella tarde en el camino de Emaús<br />

Como guía de nuestra búsqueda, conservemos en<br />

nuestro corazón este episodio del Evangelio de<br />

Lucas 5 : dos hombres tristes y decepcionados van<br />

por el camino de Emaús; se vuelven a su pueblo, se<br />

alejan de Jerusalén; hace tres días que Jesús fue condenado<br />

y matado; hay que volver la página, aquello se<br />

ha terminado; una esperanza más, frustrada. Pero alguien<br />

se les acerca en el camino, se mezcla en su<br />

conversación, les hace preguntas, les ayuda a expresarse<br />

y les ayuda a aclararse sirviéndose de las Escrituras.<br />

Llegan los tres a la aldea; el desconocido parece dispuesto<br />

a continuar su camino, pero los otros dos le<br />

invitan: «Quédate con nosotros, ya es tarde». Entonces<br />

todo cambia; cuando parte el pan le reconocen: es<br />

Jesús, está vivo, y ellos transformados. Inmediatamente,<br />

sin perder un momento, se ponen de nuevo en<br />

camino para ir a anunciar la Buena Noticia.<br />

Esta historia resume toda la aventura de los primeros<br />

testigos. Unos hombres al borde del Jordán<br />

5. Le 24,13-35.


150 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

encontraron a un tal Jesús, descubrieron en El a un<br />

gran profeta, poderoso en obras y en palabras, una<br />

autoridad como jamás habían visto en ningún otro.<br />

Pusieron en El sus esperanzas; iba a restablecer el<br />

Reino y a destrozar a los ocupadores romanos (período<br />

en Galilea). Pero aquel Jesús veía las cosas de otro<br />

modo y comprendía de otro modo su misión. Como<br />

en el camino de Emaús, les mostraba con la ayuda de<br />

las Escrituras que tendría que morir para comunicar a<br />

los hombres una liberación mucho más radical: (tiempos<br />

de la «crisis» y del largo «ascenso a Jerusalén»).<br />

Cuando, después de su muerte, descubren el rostro<br />

verdadero de Cristo y su poder de renovación,<br />

Jesús ya no está con ellos: su presencia es distinta;<br />

pero caen en la cuenta de que el fuego que Jesús<br />

quería encender en la tierra, ha invadido sus vidas:<br />

«¿No es verdad que ardía nuestro corazón mientras<br />

nos hablaba por el camino?» 6 . Y parten por los<br />

caminos del mundo a anunciar la Buena Noticia...,<br />

trabajo que ya no se ha detenido nunca...<br />

Este episodio de Emaús, ¿no es también la historia<br />

de nuestra propia vida? Nuestra existencia es un<br />

camino en el que vamos con otros, más o menos hermanados.<br />

Alguien está ahí, al lado, desconocido todavía,<br />

pero cuya presencia nos acompaña; llegará un día<br />

en el que gracias a los demás, interpretando los acontecimientos<br />

y las Escrituras, podamos reconocerle y<br />

descubrir en nosotros el fuego que su amor encendió.<br />

Entonces la tarea de anunciar la Buena Noticia<br />

será, para nosotros, una necesidad y una alegría. ¿Lo<br />

hemos experimentado ya alguna vez?<br />

¿No está en ese episodio, finalmente, resumida<br />

toda la historia del mundo? La larga marcha de los<br />

hombres, como la de los dos discípulos, lleva consigo<br />

montones de esperanzas y montones de decepciones.<br />

6. Le 24,32.


CONCLUSIÓN: ¿SABES <strong>LA</strong> NOTICIA? 151<br />

Desde siempre, en sus proyectos y en sus obras, los<br />

hombres han intentado traducir sus esperanzas y muchas<br />

veces sus propias realizaciones les han decepcionado.<br />

A la vista de tantas y tantas decepciones, ¿no<br />

sería mejor resignarse, bajar la guardia? ¿Quién será<br />

capaz de traer la paz, las relaciones fraternas entre<br />

todos, la liberación de todas las esclavitudes, la felicidad<br />

universal? ¿Por qué, a pesar de todos los fraca-.<br />

sos, cada generación sigue alimentando el anhelo de<br />

un mundo nuevo?<br />

Dios se ha mezclado, por Jesús, en este largo camino<br />

de los hombres: escucha, hace preguntas, comparte<br />

con ellos los interrogantes, despierta en sus espíritus<br />

las más «locas» esperanzas. En las Escrituras les<br />

propone un sentido para su historia: ¿no era necesario<br />

este largo proceso de gestación de la humanidad<br />

para lograr desembocar en un mundo nuevo?<br />

¿No eran necesarios todos esos ensayos, esos tanteos,<br />

para que los hombres inventaran libremente su respuesta<br />

al amor de Dios edificando un mundo salvado?<br />

La meta pretendida explica todo el camino; no es<br />

una vana esperanza: un universo nuevo se construirá<br />

con los hombres, porque existe en el corazón de su<br />

historia una potencia renovadora que es la amistad de<br />

Dios. Jesús nos ha demostrado, en su misma muerte,<br />

que nada la puede hacer retroceder y en su resurrección<br />

que nadie la puede sofocar: esa amistad de Dios<br />

es el sentido mismo de la historia.<br />

El signo del pan compartido, aquel signo que Jesús<br />

entregó a sus amigos la víspera de su muerte, nos<br />

asegura esa amistad siempre presente de Dios: cada<br />

vez que hacemos ese signo, comulgamos en esa inmensa<br />

esperanza. Nuestra alegría es la misma que la<br />

de los discípulos de Emaús: ¿no ardía nuestro corazón<br />

cuando juntos, un día u otro, compartíamos los<br />

signos de la presencia del amor del Padre?


ANEXO 1<br />

ALGUNOS DATOS PRÁCTICOS<br />

PARA ABORDAR LOS «TESTIMONIOS<br />

SOBRE <strong>JESÚS</strong>»<br />

El mapa que incluímos a continuación indica que<br />

los textos neotestamentarios que poseemos han nacido<br />

en épocas y en comunidades diferentes.<br />

Esquemáticamente, éstos son los datos de composición<br />

de estos textos:<br />

— entre los años 50 y 67: los responsables de las<br />

comunidades (Pedro, Santiago, Pablo...) escriben<br />

cartas para animar a los «hermanos» o<br />

para precisar tal o cual punto; esto les lleva<br />

frecuentemente a hacer referencias a la vida y<br />

a la persona de Jesús;<br />

— del 70 al 90, algunos (a los que denominamos<br />

según la tradición Marcos, Mateo y Lucas)<br />

ponen por escrito lo que se decía de Jesús en<br />

las comunidades en que ellos vivían. Lucas<br />

añade a su Evangelio otro libro: «Los Hechos<br />

de los Apóstoles». Dibuja en él los rasgos de<br />

cómo se fue extendiendo el mensaje de Cristo,


En torno a la<br />

comunidad de Roma<br />

y a las de Italia,<br />

hacia el año 70.<br />

Mapa de los lugares en que nacieron los textos<br />

En torno a las<br />

comunidades de<br />

Grecia y Asia<br />

entre el 50 y 80<br />

En torno a la<br />

comunidad de<br />

Efeso,<br />

hacia el año 100<br />

Evangelio de Mateo<br />

¿Carta a los hebreos?<br />

Cartas de Santiago<br />

y judas<br />

• JERUSALEN<br />

En torno a las<br />

comunidades de<br />

origen-judío,<br />

entre el 70 y 80


CONCLUSIÓN: ¿SABES <strong>LA</strong> NOTICIA? 155<br />

desde Jerusalén hasta los límites del mundo<br />

conocido...;<br />

— finalmente, alrededor del año 100, en los círculos<br />

dependientes de Juan aparecen el cuarto<br />

Evangelio, tres cartas y el libro del Apocalipsis<br />

que es el último de la Biblia.<br />

Esto por lo se refiere a las fechas. Pero los textos<br />

llevan también la marca de las comunidades en que se<br />

originaron:<br />

— en torno a las comunidades compuestas sobre<br />

todo por judíos, en Jerusalén y sus alrededores,<br />

encontramos las cartas de Santiago, Judas<br />

y el Evangelio de Mateo;<br />

— nacidas en Asia Menor (la actual Turquía) y<br />

en Grecia, están las cartas de Pablo y el Evangelio<br />

de Lucas con los Hechos de los Apóstoles;<br />

— de Roma provienen las cartas de Pedro y el<br />

Evangelio de Marcos;<br />

— más tarde en la región de Efeso, Juan escribe<br />

sus cartas, su Evangelio y el Apocalipsis.<br />

Estos datos les han determinado los especialistas<br />

bíblicos mediante un análisis científico de los textos;<br />

podemos creerles.<br />

Estos detalles no deben llevarnos a decir: demasiado<br />

complicado, sino que deben alentarnos a procurarnos<br />

conocimientos serios: por eso es útil leer las<br />

notas que tienen las ediciones de la Biblia, para poder<br />

situar bien los textos. Pero también debe ser un<br />

estímulo para que leamos la Biblia en equipos y comunidades:<br />

pues fue meditada y compuesta por todo un<br />

pueblo de testigos; en reflexión comunitaria se logró<br />

penetrar en su sentido profundo. Lo que cada uno<br />

logra captar debe ponerlo a disposición de todos.


ANEXO 2<br />

TESTIMONIOS SOBRE <strong>JESÚS</strong>,<br />

PROVENIENTES <strong>DE</strong> FUERA <strong>DE</strong>L<br />

CIRCULO <strong>DE</strong> CREYENTES<br />

¿Quién podría interesarse por este hombre fuera<br />

de aquellos que le seguíam? En un mundo en el que<br />

no existían los medios de comunicación de que ahora<br />

disponemos, nadie habló de Jesús durante su vida:<br />

pasó desapercibido; e incluso su muerte en una cruz<br />

no fue sino un acontecimiento más: ¡por aquel entonces<br />

no se prestaba mucha atención a un crucificado!<br />

Más tarde, cuando los cristianos fueron ya muchos,<br />

los historiadores y gobernadores hablaron algo de El.<br />

Tres son los historiadores, un judío y dos romanos,<br />

que aluden a Cristo. En primer lugar Josefo,<br />

judío adherido a la causa romana, escribió entre los<br />

años 80 y 90 la historia de las guerras judías. Hay un<br />

pasaje corto que se refiere a Jesús: «En esta época<br />

vivió Jesús, un hombre excepcional porque hacía cosas<br />

prodigiosas. Maestro de gentes muy bien dispuestas<br />

a dar favorable acogida a buenas doctrinas, se<br />

ganó a muchos de entre los judíos y también de entre


»<br />

CONCLUSIÓN: ¿SABES <strong>LA</strong> NOTICIA? 157<br />

los paganos. Cuando, denunciado por los notables,<br />

Pilato le condenó a la cruz, los que le habían entregado<br />

su afecto desde el comien2o, no dejaron de amarle,<br />

porque se les apareció al tercer día, vivo de nuevo,<br />

como los profetas lo habían anunciado, lo mismo que<br />

otras mil maravillas en relación con El. En nuestros<br />

días no se ha agotado todavía la raza de los que, a<br />

partir de El, se llaman cristianos».<br />

Más tarde, hacia el año 120, Suetonio, un historiaí<br />

dor romano, cuenta que el año 50 el emperador Claudio<br />

publicó un decreto por el que expulsaba de Roma<br />

a los judíos, ya que andaban revueltos por causa de un<br />

tal Cristo; esto nos indica que 20 años después de la<br />

muerte de Jesús ya había cristianos en Roma.<br />

Tácito, otro historiador de la misma época, cuenta<br />

que en tiempos de Nerón, emperador el año 64, hubo<br />

un gran incendio en Roma. Se corrió el rumor de que<br />

había sido el mismo emperador quien lo había provocado<br />

para reconstruir la ciudad a su manera. Era necesario<br />

encontrar quien cargara con el muerto: se acusó<br />

a los cristianos, que según Tácito, eran ya una multi-<br />

6 tud inmensa. Con esta ocasión Tácito habla de ellos,<br />

sin ninguna simpatía, como de discípulos de «Cristo,<br />

cierto criminal ejecutado por Pilato, gobernador de<br />

Judea», unos treinta años antes.<br />

Hay otro eco que procede de un gobernador: Plinio,<br />

encargado de mantener el orden en una provincia<br />

alejada, escribe al emperador Trajano el año 112. Tiene<br />

algunos problemas: ya no hay gente que compre<br />

animales destinados a los sacrificios y la situación está<br />

creando un clima de descontento. Según un sondeo<br />

que ha realizado, la causa son los «cristianos»: estas<br />

gentes no participan en los cultos paganos. Se ha prot<br />

cedido, por tanto, a algunas detenciones, pero no se<br />

ha podido descubrir nada de cierta gravedad: se reúnen<br />

en días fijos, por la mañana, para cantar himnos a


158 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

Cristo, como a su Dios, y luego se reúnen en una<br />

comida ordinaria: ¡esto es todo!...<br />

Existe también, finalmente, una alusión procedente<br />

de judíos que no han reconocido a Jesús: en un<br />

libro, el Talmud, se puede leer: «Jesús de Nazaret fue<br />

suspendido de una cruz, porque practicaba la magia y<br />

sacaba del buen camino al pueblo».<br />

Todos estos textos están más alejados de los acontecimientos<br />

que los testimonios que tenemos de los<br />

cristianos y no añaden gran cosa a nuestro conocimiento<br />

de Cristo.


ANEXO 3<br />

AYUDAS PARA UTILIZAR ESTE LIBRO<br />

He aquí algunos cuestionarios que pueden ayudar<br />

a seguir, en grupos, el recorrido de este libro; darán la<br />

oportunidad de poder traducir a lo concreto los descubrimientos<br />

que se vayan haciendo y de profundizar en<br />

tal o cual dimensión de la vida con Cristo. ¡Buen<br />

viaje!<br />

Hemos conocido un poco cómo era la vida económica<br />

en tiempos de Jesús. Es una invitación a<br />

que consideremos también la situación económica<br />

de nuestra ciudad, pueblo, región...<br />

— ¿Qué caracteriza nuestra región?: empresas,<br />

cultura, esparcimiento....<br />

— Hagamos inventario de todo lo que destruye<br />

a las personas en sus condiciones de trabajo, de<br />

habitación, de descanso...<br />

— Ante ese cuadro, anotemos cuanto haya, en<br />

esa situación, de dinámico, todo lo que suponga<br />

un esfuerzo por salir del mal.<br />

— ¿En qué lugar está situado cada uno de nosotros?


160 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

2. Veamos también los aspectos políticos de nuestra<br />

vida.<br />

— ¿Cuáles son las corrientes que influyen de<br />

verdad en las personas? ¿Con qué medios lo<br />

logran? ¿Qué sistema hay tras ello?<br />

— En el ámbito en que vivimos nosotros, empresa,<br />

barrio, ciudad o región, ¿cuáles son las<br />

corrientes y las organizaciones políticas?<br />

— ¿Conocemos el programa de esas organizaciones?<br />

¿Qué liberación proponen al hombre?<br />

— ¿En qué tipo de iniciativas traducen concretamente<br />

sus objetivos?<br />

— ¿Qué interrogantes nos lanza toda esta realidad?<br />

3. Jesús se alimentó de toda la historia de la esperanza<br />

de su pueblo.<br />

— ¿Conocemos la historia de nuestro pueblo,<br />

de nuestra clase social, de nuestra región, de<br />

nuestro movimiento, de nuestra organización?<br />

— ¿Qué avances, qué fracasos, qué luchas,<br />

marcan su vida?<br />

— ¿Qué esperanzas conjuntas tenemos? ¿Qué<br />

expresan nuestras «fiestas», nuestras canciones?<br />

— ¿Hasta qué punto y cómo nos sentimos portadores<br />

de toda esta vida comunitaria?<br />

4. El hombre Jesús quedó configurado por la comunidad<br />

judía.<br />

— ¿Cuál es nuestro medio ambiente?<br />

— ¿Cómo nos marca a nosotros? (la ciudad<br />

industrial, el pueblo rural, el barrio «chic»).<br />

¿Qué vemos de positivo en ese ambiente nuestro?<br />

— ¿Cómo nos configura a nosotros nuestra familia:<br />

padre, madre, hermanos y hermanas, hijos,<br />

los acontecimientos que hemos vivido juntos?


CONCLUSIÓN ^ ¿SABES <strong>LA</strong> NOTICIA? 161<br />

— ¿Cómo vivir hoy siendo fieles a lo mejor de<br />

lo que hemos vivido y descubierto?<br />

— ¿Nuestro movimiento, nuestra organización,<br />

tienen suficientemente en cuenta estos aspectos<br />

de nuestra vida?<br />

5. Jesús va avanzando en su misión, en medio de<br />

todo un pueblo y en el centro de un movimiento,<br />

el de Juan Bautista.<br />

— ¿Con quién avanzamos nosotros? Hagamos<br />

una lista concreta de las personas con quienes<br />

vivimos, en el trabajo, en el centro de estudios,<br />

en la familia, en los centros de descanso...<br />

— De cuanto viven estas gentes: condiciones<br />

de trabajo, situaciones familiares, competividades...<br />

¿qué nos interpela?<br />

-— ¿Cómo todo esto se convierte para nosotros<br />

en señales de Dios y cuál es nuestra respuesta?<br />

6. Jesús anuncia el Reino de Dios, una renovación<br />

a la que todos están invitados a formar parte:<br />

esta invitación tiene rasgos muy concretos.<br />

— ¿Cuáles son las maneras nuevas de vivir que<br />

se nos proponen hoy a nosotros?<br />

por las exigencias de los demás<br />

por las responsabilidades que se nos demandan<br />

para responder a tal o cual petición o iniciativa<br />

— ¿Qué hay de verdaderamente dinámico en lo<br />

que vivimos en compañía de los demás?<br />

— ¿Cómo proponemos a los demás unas rutas<br />

o acciones concretas que les posibiliten alcanzar<br />

estos dinamismos?<br />

— ¿Qué medios concretos ponemos, con los<br />

demás, para conseguirlo?<br />

7. Para ir hasta el final de su misión, Jesús se toma<br />

tiempos de retiro, a veces, con sus compañeros,


162 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

para reflexionar en las opciones que debe hacer.<br />

— ¿Qué opciones están llamando a nuestras<br />

puertas? ¿A qué ídolos, a qué «reyes» no queremos<br />

encadenarnos?<br />

— ¿Cómo hemos reflexionado sobre las opciones?<br />

¿Qué nos ha permitido o qué nos ha impedido,<br />

tomar decisiones libres, responsables y<br />

creativas?<br />

— ¿Qué novedad nos han aportado estas opciones?<br />

¿Qué nuevas fuerzas hemos recibido al tomarlas?<br />

— ¿Permitimos y posibilitamos a las gentes de<br />

nuestro alrededor que puedan tomar opciones<br />

libres y creativas?<br />

8. Jesús hizo de su largo ascenso hacia Jerusalén<br />

un tiempo de formación de sus discípulos.<br />

— ¿Es hoy nuestra vida con los demás y nuestra<br />

acción con ellos un lugar de formación?<br />

¿Qué aprendemos nosotros cada día al compartir<br />

la vida cotidiana?<br />

— ¿Qué esfuerzo para prolongar este aprendizaje<br />

con una verdadera reflexión?<br />

— Queremos, no una formación de élites, sino<br />

una verdadera formación para todos; hay que<br />

dar oportunidades a todos para desarrollarse y<br />

ampliar el campo de su competencia en todos<br />

los terrenos; ¿Está nuestra organización, nuestro<br />

movimiento, y nosotros mismos, al servicio<br />

de ese deseo y empeño?<br />

9. En la muerte de Jesús todo parece acabar en un<br />

fracaso; El mismo se vio asaltado por momentos<br />

de duda, pero encontró fuerzas para seguir e ir<br />

todavía más lejos en el don de sí mismo.<br />

— ¿Qué experiencias de fracaso hemos vivido,<br />

en nuestra acción, en la amistad, en el amor?


CONCLUSIÓN: ¿SABES <strong>LA</strong> NOTICIA? 163<br />

— ¿Han sido para nosotros ocasiones de profundizar<br />

en nuestras razones para vivir?<br />

— ¿Han sido ocasión de renovar nuestra fidelidad<br />

a cuanto habíamos descubierto anteriormente?<br />

— ¿Han sido ocasión de descubrir nuestras limitaciones?<br />

¿O han sido ocasión de sentirnos<br />

desfallecer y de abandonar?<br />

— ¿Nos han hecho «morir» a algo estos fracasos?<br />

— ¿Hemos compartido con alguien estos fracasos<br />

y las consecuencias que hayan podido tener<br />

para nuestra vida?<br />

— ¿Qué certezas, qué esperanzas nos han ayudado<br />

a seguir e incluso a ir más lejos todavía?<br />

10. Cristo está vivo para siempre y comunica a sus<br />

testigos su poder de amor y de vida.<br />

— ¿Qué nos «habla» de Cristo hoy en nuestra<br />

vida? ¿Cómo le buscamos? ¿Cómo le descubrimos?<br />

— ¿Cómo se ha ido enriqueciendo este descubrimiento<br />

a lo largo de nuestra historia?<br />

— ¿Tenemos alguna experiencia de su Espíritu<br />

en nosotros?<br />

cuando cambia nuestra modo de ver a los<br />

demás<br />

cuando nos invita a nuevas maneras de vivir<br />

cuando nos propone opciones exigentes<br />

cuando nos hace sentir el gozo a pesar de<br />

nuestras limitaciones<br />

cuando...<br />

11. «Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo»:<br />

Jn 5,17. También nosotros actuamos con<br />

otros:<br />

— ¿En qué consiste nuestra acción? ¿En qué<br />

campos actuamos? ¿Con quién? ¿Cuál es núes-


164 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

tra meta? ¿Cuáles los medios que empleamos?<br />

— ¿Qué «produce» nuestra acción? (al árbol<br />

se le conoce por sus frutos).<br />

¿es eficaz nuestra.acción?<br />

¿produce en nosotros expansión, equilibrio,<br />

gozo a pesar de la fatiga?<br />

¿creamos calidad en nuestro entorno familiar,<br />

en nuestro ambiente?<br />

¿se va ensanchando nuestra acción a nuevas<br />

personas, a nuevos sectores?<br />

— ¿Qué tiempo nos tomamos para detenernos<br />

un poco, para descubrir el «trabajo» de Cristo a<br />

través de nuestras acciones? ¿Somos exigentes<br />

con nosotros mismos para saber hacer estas paradas<br />

y comenzar de nuevo con mayor ánimo y<br />

claridad?<br />

12. «Las palabras que os he dicho son espíritu y<br />

vida»: Jn 6,63. También nosotros descubrimos<br />

juntos lo que nos dice el Padre:<br />

— ¿Cuál es la calidad de nuestra escucha, en<br />

los acontecimientos, en los encuentros con los<br />

demás, en la lectura de las publicaciones de<br />

nuestro movimiento, en la lectura de los Evangelios?<br />

— ¿Buscamos principios operativos para aplicar<br />

o reencontrar un «espíritu», para vincularnos<br />

a la «vida»?<br />

— ¿Cuál es la calidad de nuestra palabra? ¿Intentamos<br />

convencer cueste lo que cueste, o avivar<br />

los espíritus? ¿Nuestras certezas resultan<br />

para los demás un aliento o son como un disparo?<br />

— En lo que decimos, ¿cómo testimoniamos<br />

aspectos dinámicos?, ¿somos portadores de esperanza<br />

y alegría?


CONCLUSIÓN: ¿SABES <strong>LA</strong> NOTICIA? 165<br />

— ¿No es indispensable para llegar a ver claro,<br />

confrontar nuestro modo de escuchar y de hablar<br />

con el de Cristo?<br />

13. «Dios no ha enviado a su hijo al mundo para<br />

condenar al mundo sino para que el mundo se<br />

salve por El»: Jn 3,27. Nosotros tenemos un<br />

proyecto común.<br />

— ¿Es un proyecto de vida para nosotros y<br />

para los demás? Intentemos expresar claramente<br />

el contenido de nuestro proyecto: ¿Por qué<br />

calidad de vida, de libertad, de desarrollo, trabajamos?<br />

—• ¿Tenemos un proyecto de sociedad? ¿En<br />

qué consiste? ¿Cómo compartimos con los demás<br />

lo que supone su puesta en práctica realista<br />

y cómo la realizamos conjuntamente? ¿Trabajamos<br />

en ello ahora mismo o lo vamos dejando?<br />

— ¿Tenemos un proyecto como creyentes?<br />

¿Qué nos vincula a las perspectivas del «Reino<br />

de Dios» y al compartir en la Iglesia. ¿Cómo<br />

nos servimos de ello para alimentar en nosotros<br />

toda esperanza y cómo nos impulsa a comunicarla<br />

con los demás?<br />

— ¿Qué vinculaciones establecemos entre estos<br />

diversos proyectos? ¿Cómo lo traducimos en<br />

preocupación e interés por las personas concretas<br />

que nos rodean?<br />

14. «Yo soy la Resurrección y la Vida»: Jn 11,25.<br />

— ¿Quién es, hoy, Cristo para nosotros? ¿Qué<br />

podemos decir de El?<br />

— ¿Ocupa Cristo un lugar en nuestra vida?<br />

¿Qué tiempo dedicamos a buscarle y a encontarnos<br />

con El?<br />

— ¿Qué nos ayuda a descubrirle?<br />

la lectura de los Evangelios, de la Biblia,


166 <strong>LA</strong> <strong>AVENTURA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JESÚS</strong> <strong>DE</strong> <strong>NAZARET</strong><br />

participar en grupos de reflexión,<br />

participar en grupos de celebración,<br />

tiempos de retiro, a solas, con otros...<br />

— Al terminar de leer este libro, ¿qué llamadas<br />

a conocer mejor a Jesús resuenan con más fuerza<br />

en nosotros?, ¿qué exigencias conllevan en<br />

nuestro empleo del tiempo, tanto individualmente<br />

como en nuestro movimiento?<br />

— Todo esto, ¿en qué renueva nuestra vida?

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