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“PARA PREVENIR, PARA DECIDIR, ...SABER ES UN DERECHO”
42 . Manuela Ramos
escribían en los papelotes. A los que hablan quechua también les dábamos la oportunidad de que
expongan y lo hagan como se sintieran más cómodos, porque se explayan mejor, se expresan mejor,
se sienten mejor si lo hacen en su idioma original. Inclusive te preguntaban: “¿Cómo voy a exponer, en
quechua o castellano?
(PROMOTORA REGIONAL, HUANCAVELICA.)
Ese problema de que los chicos de comunidad no participaban mucho era también porque quizá no
podían hablar bien el castellano y se cohibían. Entonces partíamos de rescatar la importancia de
hablar nuestro idioma materno. Incluso ellos hablaban de los gringos, del inglés, de la admiración de
ellos a los turistas. Le planteamos la situación de cómo ellos ven al Perú y por qué vienen ellos al Perú.
Entonces recordar y trabajar con ellos lo de los imperios y culturas anteriores y que no deberíamos
sentir vergüenza. Se recalcaba en los sociodramas, porque les salía más bonito cuando hacían su
representación en quechua y así todos querían hacerlo en quechua. Se ha manejado así, poco a poco.
Pero siempre, siempre, existe esa gran diferencia en la participación de la ciudad y zona rural, pero
sí se ha avanzado bastante. En el encuentro regional de todos los promotores y promotoras hemos
visto que los chicos de todo Paucará querían hacer su sociodrama en quechua, lo armaron así y se
logró algo. Al ver eso, los chicos de Yauli también querían hacerlo en quechua, pero tenían dificultades
porque no todos hablaban quechua. Pero había una gran admiración por los chicos de Tinquerccasa
que lo hicieron muy bien y hablaban sin vergüenza su quechua, lo hicieron mejor.
(PROMOTOR REGIONAL, HUANCAVELICA).
La reflexión sobre el enfoque intercultural llevó a los equipos regionales a identificar la diversidad y
especificidades culturales de sus zonas de trabajo, más allá de las distinciones más generales que se
suelen hacer entre las poblaciones rurales/urbanas o indígenas/no-indígenas o mestizas, así como a
tomar en cuenta las dinámicas sociales relacionadas con estas diferencias culturales.
Tanto estas diferencias como muchas de las similitudes encontradas entre las y los adolescentes
(por ejemplo, preocupaciones, problemas de SSR y violencia familiar) pese a la diversidad cultural,
sirvieron para tomar decisiones sobre cómo organizar los grupos de trabajo, en qué idioma facilitar
y cómo diseñar las estrategias de intervención en cada región y distrito. En este proceso, fue
crucial primero identificar y entender las diferencias, para luego promover una actitud respetuosa
y democrática a partir de la reflexión colectiva y el establecimiento conjunto de normas y objetivos
comunes (véase los recuadros Ucayali: Entender la lengua shipiba es entender otra concepción del mundo
y Ucayali: Comunidades shipibas, mestizas y migrantes andinos).