a proposito del manual de la escala de susceptibilidad ... - PePSIC

REVISTA CUBANA DE PSICOLOGÍA Vol. 9, N», 2, 1992
A PROPOSITO DEL MANUAL DE LA ESCALA
DE SUSCEPTIBILIDAD HIPNÓTICA DE MARTINEZ
PERIGOD-ASIS(II)
Abel R. Castro Figueroa, Universidad de La Habana
INTKOIHK/CION
HESUMEN
Teniendo en cuenta las consideraciones de ia primera parte del trabajo, se analiza la escala en cuestión (ESHMA)
y se bosqueja una vía en que podría trabajarse para obtener una escala mejorada.
ABSTRACT
Taking into account the considerations of the previous paper, the ESHMA is analized, and a line which could be
worked in orthei to improve the scalf? is proposed.
Grosso modo, el análisis lo efectuamos de lo general
a lo particular. En [1] se realizaron consideraciones
generales sobre las ESH, y en esta segunda parte se
sigue esa línea, discutiéndose primero aspectos globales
de la escala, después las categorías en que se realiza
la clasificación, y por último las pruebas de
susceptibilidad que la constituyen, y su ordenamiento.
LA ESCALA DE MARTINEZ PERKiOD-ASIS
La escala que analizamos está constituida por las
cinco PS que '.parecen en el manual de Andrade Faría
([2]), con modificaciones en algunas de ellas. Es curioso
que precisamente este autor sea uno de los más
reacios detractores de la utilización de las PS. En el
parágrafo dedicado a las mismas (pág. 204) plantea
que tienen tales pruebas un reducido valor en la prác­
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tica médica y odontológica, y no vemos por qué
hemos de extendernos en un asunto cuya utilidad real
es bastante limitada. Más adelante (pág. 213) insiste:
raramente las hemos usado por innecesarias ...pruebas
de selección que ningún resultado práctico presentan
en la rutina médica u odontológica.
En el mencionado libro se expresa; citaremos entre
ellas algunas que por estar apoyadas en bases fisiológicas.
son más objetivas. Los autores de la ESHMA plantean
([3], pag. 2) que su escala ...se basa en la utilización de
cinco pruebas de susceptibilidad que consideramos son
las más efectivas y de fácil aplicación. Estas pruebas
aplican recursos fisiológicos que facilitan unirlos a la
sugestión y establecer una combinación fisiopsicologica
que favorezca la aparición espontánea de la sugestibilidad
del sujeto a quien se le aplica.

Aquí la palabra efectivas, a juzgar por el comentario
que sigue después, se utiiza en el sentido de que dan
resultados positivos en muchos casos. Sin embargo, en
este contexto, la efectividad de las pruebas deba
considerarse en función de la mayor o menor exactitud
con que se logra establecer la clasificación de los sujetos.
Para diferenciar, pongamos por caso, dos sujetos de
susceptibilidad alta, la prueba a utilizar debía ser una
que precisamente no diera resultado en la mayoría de
los casos, ya que si fuera así ambos sujetos responderían
positivamente y no habría posibilidad de discriminación.
Recordando lo tratado en [1J anotemos algunas
inconveniencias que aparecen en las recomendaciones
para el uso de ¡as pruebas en [3j.
1. Se comienza por plantear: Una vez establecido el
rapport... pero no se dice nada acerca de cómo
establecerlo, de manera que de inicio podrían existir
diferencias sustanciales entre un operador y otro,
con las consecuencias ya analizadas.
2. Las recomendaciones que se hacen respecto al
tono de la voz pueden llevarse a efecto de modo
diferente por distintos hipnotizadores (influyendo
también ello en los resultados). Esto de hecho se
reconoce en el trabajo al afirmarse que el
nntrenamiento y la práctica van indicando las
distintas tonalidades que en cada momento se
necesitan Esta observación y la anterior hacen
evidente que los autores tratan de trabajar con su
ESH como si las pruebas que la conforman se
aplicasen siempre con el objetivo ulterior de una
inducción hipnótica, desconociendo así las
diferencias que hemos apuntado en {1].
3. Lo mismo ocurre en relación con lo siguiente. Los
autores señalan que cuando vaya a ser aplicada
la escala en sujetos del sexo opuesto con
personalidades y neurosis histéricas, para evitar
posibles acusaciones, es necesario realizar las
pruebas con la presencia de un colega del mismo
sexo que el paciente... y aunque reconocen que
la presencia de un tercero tiene inconvenientes...,
dicen que este riesgo es necesario correrlo. Es
cosa sabida que para el tratamiento hipnótico de
un paciente con esas características es recomendable
la presencia de otra persona del mismo
sexo, o un familiar. Pero por supuesto ello es otro
factor que puede influir en la respuesta del sujeto,
de modo que es incompatible con la aplicación
objetiva de una ESH, a menos, naturalmente, que
siempre sea aplicada de ese modo.
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Veamos algunas observaciones generales.
1. Si se opta por plantear al sujeto, tal y como se
recomienda, que las pruebas son de reacción motriz,
es necesario indagar previamente en los
conocimientos del mismo sobre la hipnosis, pues
si conoce que las pruebas son de susceptibilidad,
pensará que se le está engañando y ello trae
consecuencias muy negativas, si es que no quedan
suprimidas por completo las posibilidades de
inducción.
2. La indicación de que nunca se empleará el término
hipnosis ni sugestión que también aparece en [2],
pag.214-, es discutible. Ya al término sugestionable
nos referimos en [1], pero no compartimos el temor
a usar la palabra hipnosis ante un sujeto, es más,
como norma siempre la utilizamos. En nuestra
sociedad no existen hipnotizadores de circo, y las
influencias negativas de algunos medios de
comunicación (como en el caso de ciertas películas)
son suficientemente contrarrestadas por otros
programas de información científica o los mismos
críticos de cine, e incluso por la misma existencia
de una Sociedad reconocida cuyas actividades
científicas se reportan en la prensa. Incluso, si
existiere alguna prevención sobre la hipnosis en un
sujeto, es más sano y prudente utilizar el vocablo
con una explicación adecuada y contribuir de ese
modo a borrar viejos prejuicios.
3. La forma de calificación de las pruebas en la ESHMA
(todo o nada) no se justifica. Es bien conocido
que un sujeto puede responder parcialmente a una
prueba. Precisamente es lo que ocurre cuando esta
corresponde al límite de su susceptibilidad. Tales
respuestas parciales se miden y concordantemente
se evalúan en escalas reconocidas, como la medida
de la elevación del brazo en centímetros, en [4]
y otras mediciones de ángulos y del tiempo
empleado, como en [4], [5J, etc.
II. CLASIFICACIÓN EN LA ESHMA
Pasemos ahora a la clasificación propiamente dicha.
En primer lugar (véase [1]), ninguna prueba de
susceptibilidad puede garantizar una clasificación
precisa, y en et mejor de los casos la frontera entre
una clase y otra nunca estará definida con exactitud.
Esta es una acotación fundamental que no se hace
en ninguna parte del trabajo que analizamos. Al
contrario, el tono y muchas expresiones categóricas
que son utilizadas, manifiestan la idea opuesta. Por

se plantean, hay dos cuya denominación nos parece
inapropiada: la primera y la última; veámoslas por
separado:
No susceptible (NS)
De ninguna manera debe calificarse a un sujeto de
ese modo porque no responda a un conjunto de
pruebas. No sólo por las eventualidades que puedan
darse (por ejemplo, un individuo muy sensible al olor
del cigarro con un hipnotizador que halla fumado antes
de las pruebas, puede resultar completamente diferente
en su comportamiento), sino por una cuestión de
fundamento: si la hipnosis se basa en la teoría de los
reflejos condicionados, todo individuo normal y
cooperativo es en principio hipnotizable sin el uso de
medios adicionales. Véase por ejemplo en [6], pág.
226: En diverso grado, la suyestiunabilidad (hinóptica)
es propia de todas las personas. Cabe señalar aquí
la conocida referencia histórica de Vogt que intentó
hipnotizar a un amigo sin lograrlo en cerca de
setecientas ocasiones, y finalmente lo logró
Evidentemente, este sujeto sería calificado por la ESHMA
como no susceptible (¡pero fue hipnotizado!).
En este caso los autores plantean, con cierto
cuidado, que en este tipo de sujetos no debe intentarse
la inducción hipnótica por personal que no esté
altamente calificado en el dominio de los métodos de
inducción, no obstante, denominan la clase como no
susceptible.
Siisceptihiliikid tolül
Un mayor desacierto parece ser esta denominación,
esa frase lleva implícito que con una técnica adecuada-
tales sujetos responderían positivamente a cualquier
sugerencia Nos preguntamos si todos los sujetos que
así se clasifican -pongamos por caso- soportarían una
descarga eléctrica de 10,000 volts tal y como se sabe
que algunos sujetos asimilan, sin reacción y sin los
efectos normales de tal descarga. 1
Respecto a lo que se dice sobre los diferentes
niveles intermedios, cabe hacer otras consideraciones
sobre planteamientos que nos parecen por lo menos
imprecisos. Transcribimos del trabajo:
1. Poco susceptible a la inducción hipnótica (PS).
Dentro de esta categoría consideramos a aquellos
pacientes que han obtenido de uno a tres puntos
en la escala. Se considera en este grupo a aquellos
1 Esta denominación de hipnosis total la hemos leído en libros
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sujetos que solamente son capaces de alcanzar
una inducción hipnótica parcial, es decir, que con
ellos se consigue una hipnosis superficial con
catalepsia parpebral y levitación de los miembros
superiores. Aquí se pueden incluir, eutie otros, a
los ancianos y a los niños menores de duce años.
Obsérvese, en primer lugar, la identificación entre
ESH y EPH. En segundo lugar, se plantea que
en este grupo los sujetos solamente son capaces
de alcanzar una inducción hipnótica parcial
Naturalmente, los autores quieren decir leve, ya
que parcial es todo lo que no sea total y habiía
que incluir entonces todos los grados de la escala
excepto el último. Pero además una hipnosis leve
no se caracteriza necesariamente por catalepsia
parpebral y levitación de los miembros superiores;
existen métodos de inducción que al producir una
hipnosis leve o en general una inducción de cualquier
grado de profundidad, no tienen siquiera en cuenta
estos fenómenos particulares Por otro lado, hay
muchos casos en que niños de 8 ó 9 años resultan
buenos sujetos, al igual que algunos ancianos.
Desconocemos si la conclusión sobre los niños la
extraen los autores de su propia experiencia, pero
existe una gran cantidad de trabajos que atestiguan
lo contrario. En [8] se compila una bibliografía de
114 referencias sobre hipnosis en niños, de cuya
consulta puede extraerse la conclusión de que los
métodos de inducción se han ido modificando a
partir de los años sesenta y ha existido una mejor
adaptación de los mismos a las diferentes edades,
con lo que han mejorado mucho los resultados.
Además véase [9] donde se refiere un estudio arricio
en donde se reportan buenos resultados en niños
de hasta 14 años. En [6], pág. 226, se lee: También
es característica ia elevada sugestionabilidad de los
niños.
2 Plantean los autores:
Susceptibilidad media a la inducción hipnótica
(SM). Aquí se incluyen los sujetos que obtienen
puntuaciones entre cuatro y seis, que son
susceptibles a todos los métodos de inducción
que utilicen fijación de la mirada, como por
ejemplo, fascinación, vista fija, punto luminoso,
etc. También se pueden utilizar los métodos
auditivos, de estimulación vestibular y de
oscilación lateral.
Estos sujetos se caracterizan por un predominio
instintivo y con poca madurez de carácter.
nente anticientíficos como [7],

Aquí inmediatamente surge la pregunta: ¿Por qué
estos sujetos son susceptibles a los métodos señalados
y no a otros?
Consideremos ahora el tipo de sujetos que se incluyen
en esta clasificación, ¿qué entienden los autores por
predominio instintivo?. Este, indudablemente, es un
concepto de raíz freudiana. En la terminología psicoanalítica
se le llama id a la arte instintiva, irracional, del individuo,
y se considera que una persona puede ser más o menos
dominada por la id [10] Veamos, sin embargo, lo que
escribe un autor marxista [11]: En el hombre normal y
en todo momento concreto predominan sus propiedades
y funciones psíquicas superiores (pag. 69) y más adelante
(pág. 109) ...creemos necesario destacar que lo típico
de la personalidad humana normal es el predominio de
las necesidades sociales y superiores sobre aquellas
tendencias que buscan una satisfacción inadecuada a
las responsabilidades asumidas y a los ideales.
III. ANÁLISIS DE LAS PRUEBAS
Prueba de la mano pegada a la pared
Al parecer, por un desliz los autores la llaman
del brazo pegado a la pared; existe otra prueba en
la literatura que sí suele llamarse de esta última
manera, también conocida como procedimiento de
Kohnstamm (consúltese p. ej. [12]). Aquí los autores
introducen una modificación a la prueba clásica que
consiste en invertir la dirección de los dedos, lo cual
es a nuestro juicio un error importante, ya que como
se señala por ellos mismos provoca un calambre
en el antebrazo y sensación de dolor lo cual,
además de constituir un estímulo adicional,
contraviene un principio básico de la hipnosis, que
es el de hacer en lo posible agradables las
experiencias al sujeto para lograr la mayor
cooperación y no rechazo, aunque sea inconsciente.
Teniendo en cuenta que es la primera prueba que
se indica, este hecho es aún más grave. Por otro
lado, si bien efectivamente hay cierto consenso de
considerar esta prueba entre las que producen más
cantidad de respuestas positivas, tiene un aspecto
negativo: si el sujeto tiene cierto nivel inmediatamente
comprende que en la posición en que se encuentra,
la componente del peso de su cuerpo que actúa en
la dirección de su brazo ejerce una presión sobre
la pared que le da la sensación de tener la mano
pegada a la misma; si el sujeto se explica físicamente
esa sensación, la considera (como es) completamente
natural y no sólo puede no operar la sugestión, sino
que puede cuestionarse el comportamiento del
operador. Por supuesto, este tipo de objeción cabe
92
aplicarla a muchas pruebas, pero esta es una de la
más vulnerables en ese sentido.
Otro inconveniente, a nuestro juicio, es el de aplicar
en primer lugar una prueba con desafío, ya que como
se conoce el desacato a un desafío del operador trae
consigo consecuencias negativas a los efectos de la
susceptibilidad del sujeto y en particular en el comportamiento
del mismo en las pruebas subsiguientes
Respecto al desafío, nótese lo que se escribe, por
ejemplo, en [6]: Algunos autores evitan sugerirle al
enfermo parálisis, anestesias, etc.. por ejemplo la
imposibilidad de abrir los párpados dado que si, pese
a la sugestión, el enfermo logra abrir los párpados o
mover la parte del cuerpo cuya parálisis ha sido
sugerida, esto impedirá el éxito del tratamiento. En
[13] se dice que el desafío puede hacer perder la
confianza y el rapport, etc., etc. Creemos que estos
autores absolutizan demasiado, pues con suficiente
habilidad se puede atenuar en cierta medida el fracaso
del desafío; no obstante, es un aspecto importante a
considerar. Incidentalmente, esto se puede prevenir con
una explicación introductoria adecuada, tal como se
hace en algunas escalas de Stanford, (véase p. ej.
[14]) pero esa medida no se toma en la escala que
analizamos. Es notable que en cuatro de las cinco
pruebas se recomienda el desafío. Por lo que hemos
apuntado, creemos que los mismos deben evitarse por
lo menos en las primeras PS de una escala. En la
verbalización que se da de estas pruebas en [2] se
plantea desafío en dos de ellas, y aún esto pudiera
ser inadecuado.
Prueba del entrecruzannenlo de dedos
Cae en un plano subjetivo dependiente de la
experiencia de cada hipnotizador el considerar si una
prueba es más o menos viable que otra En este caso,
los autores dan las pruebas en un orden riguroso. Sin
embargo, de acuerdo con nuestra experiencia y según
autores reconocidos, esta prueba (que se plantea en
segundo lugar) es de más difícil logro que las números
3 y 4. De aquí que el orden no nos parece adecuado.
Prueba de oscilación lateral
En la administración de esta prueba se dan también
algunas variaciones respecto a la literatura. Se comienza
por producir con las manos sobre los brazos del
sujeto un movimiento oscilatorio. Se continúan las
indicaciones: cuando se ha comprobado que el
movimiento tiene cierta estereotipia.... Nosotros nos
preguntamos: ¿Y si no se produce tal estereotipia? ¿Y
si el sujeto produce él mismo el movimiento por

considerar que de facto se lo está solicitando el
hipnotizador, y después interpreta que este le indica
que se detenga cuando separa sus manos?. Nótese
que hasta este punto no se ha dicho al sujeto que
su cuerpo se moverá de ninguna forma determinada.
Más adelante se plantea cuando en el paciente
exista cierto mareo... y nuevamente cabe preguntarse
si necesariamente ha de presentarse tal mareo. Ciertos
deportistas, bailarines, etc tienen un aparato vestibular
adaptado de tal modo que es muy difícil que esta
prueba les prodiuca el mencionado mateo.
Es conveniente a esta altura realizar algunos
comentarios relativos al acrecentamiento de la SH
durante las pruebas. Es bien conocido que existen
factores independientes del basamento fisiológico que
puedan darse a las pruebas, que coadyuvan a alcanzar
respuestas positivas cuando estas son aplicadas.
Citemos dos de los más importantes.
Uno es el basamento racional del efecto que se
espera, o sea, la justificación que puede darse al
sujeto de por qué debe producirse determinado efecto,
consiguiendo así que el sujeto lo espere. Es sabido
que la expectativa aumenta la susceptibilidad, y que
la descripción -por breve y concisa que sea del
fenómeno que va a producirse actúa como agente
acondicionante. Otro factor es el uso de imágenes
Tales imágenes deben reunir determinados requisitos:
ser adecuadas al nivel del sujeto, tener suficiente riqueza
de contenido, etc No es lo mismo decir su pierna
derecha está pesada que su pierna derecha pesa
como si fuera de plomo.
Pues bien: en ninguna de las pruebas de la ESHMA
se indica alguna racionalización, y solamente en la tercera
se sugiere al sujeto que piense que se encuentra en un
barco que se balancea, etc. Respecto a las. otras pruebas
de la escala, sjn embargo, existen en la literatura
verbalizaciones más o menos estándar que incluyen
imágenes como los dedos se quedan pegados... como
si estuvieran pegados con cola como si fueran de hierro
y estuvieran soldados o bien sentirá como una fuerza
que lo empuja hacia atrás... algunas de las cuales, incluso
se utilizan en [2J. Recalcamos nuestra opinión de que
estos factores son muy importantes, pues no debe
subestimarse el papel del sujeto como ente psíquico
Prueba de los brazos extendidos
Los autores sitúan en el último escalón la que
llaman al igual que [2] prueba de los brazos extendidos
conocida también como movimiento de manos (moving
( )3
hands). No compartimos el criterio de que f/ene menos
efectividad que las cuatro primeras. Eso depende de
la forma en que se implemente y de si se tienen en
cuenta factores como ios mencionados anteriormente.
Es significativo que esta misma prueba sea dopués
de una relajación previa- la primera(!) que se utiliza
en escalas tan reconocidas como la SHSS: adults
([14]). Obsérvese, por otra parte, en relación con los
comentarios anteriores, la forma en que proceden los
autores en esta escala (traducimos textualmente, los '}
subrayados son nuestros): ...por favor ponga sus manos '
delante de usted, las palmas hacia dentro, como a
un pie de distancia. Aquí yo lo ayudaré (tomar las \
manos y ponérselas en posición) Ahora- quiero que
imagine una fuerza que atrae sus manos una hacia
la otra, que las empuja. Imagíneselo de la manera
que le parezca mejor -piense en una liga que le
hala las manos, o imagine que son dos imanes
que se atraen- mientras más se acercan, es más
intensa la fuerza que las empuja, mientras Ud. piensa
en esa fuerza que empuja sus manos una hacia la
otra, sus manos se moverán..., etc.
*
En nuestra opinión y en ello abundaremos en lo i;
que sigue en una escala de cinco pruebas a lo sumo j
las dos primeras debían tener un sustento fisiológico. \
El hecho es que si este tipo de pruebas son debidamente \
ejecutadas, la gran mayoría de los sujetos responde f
positivamente a ellas y es escasa la discriminación
respecto a los sujetos mejores (independientemente de
que la experiencia del hipnotizador le permite conocer
mucho sobre este aspecto del sujeto, a veces a simple
vista); estos deben responder positivamente a pruebas
que midan una susceptibilidad más pura, libre del
condicionamiento fisiológico, respondiendo directamente
a las sugerencias del hipnotizador.
Vemos como otro aspecto negativo en la ESHMA
el que todas las pruebas son de un carácter físico-motor.
No existen pruebas relacionadas con ningún tipo de
alucinación, regresión de edad, señal posthipnótica.
Aquí vuelve a manifestarse, en nuestra opinión, una
subvaloración de la importancia del nivel psíquico en
el sujeto.
Se sale de los objetivos de este trabajo el análisis
de una serie de aspectos relacionados con las ESH
o un mayor abundamiento en algunos que sí hemos
considerado: por ejemplo, cómo prevenir el efecto de
un resultado no favorable alcanzado en una prueba;
o discutir las posibles formas de medición; o considerar
una cuestión tan importante- y que hasta el momento
las escalas de susceptibilidad no tienen apenas en
cuenta- como la distinción entre el primer y el segundo

sistema de señales; o estudiar la correlación entre
determinados resultados en pruebas específicas y
acciones que realice el sujeto relacionadas con
determinadas sugerencias en un proceso de inducción
posterior. No obstante, sí queremos enfocar nuestra
opinión hacia cómo, a grandes rasgos, debe establecerse
la sucesión de pruebas en una ESH.
IV. CONCLUSIONES
Se desprende del análisis anterior que un escalonamiento
razonable podría ser como sigue:
Comenzar con una prueba con base fisiológica
marcada pero no demasiado evidente para el sujeto
de modo que él mismo cuando la realice quede
positivamente convencido de que existió algo más que
el elemento fisiológico; una explicación racional al
sujeto de por qué deberá producirse lo que se espera,
al mismo tiempo que se le informa y previene y por
lo tanto se le crea expectativa y se le condiciona
sobre el fenómeno que habrá de tener efecto, y una
adecuada administración de imágenes que refuercen
las sugerencias que se le van indicando. Es conveniente
no olvidar que si la prueba tiene el objetivo de una
inducción posterior, habría que adaptar el lenguaje a
las características -especialmente el nivel cultural- del
sujeto. En el caso de una escala, deberá usarse un lenguaje
suficientemente simple como para que sea com- prensible
por la mayoría de la población, pero el factor de la posible
incomprensión deberá tenerse en cuenta. Nuestra
preferencia personal como primera prueba con los
requisitos que señalamos podría ser la misma prueba
de oscilación, pero aplicada como se describe por
ejemplo en [15].
REFERENCIAS
Una segunda prueba con base fisiológica menor,
sin explicación pero con Imágenes.
Una tercera prueba sin base fisiológica y sin explicación
pero no complicada. Las Imágenes, en general,
deben estar presentes siempre que sean coherentes
con el contenido de las pruebas y resulten naturales.
Lo más sencillo parece ser tomar para las dos primeras
y posiblemente para la tercera, pruebas de carácter
motriz. En este paso podría utilizarse la prueba del
movimiento de manos.
A continuación seguirían pruebas orientadas hacia
intereses específicos que podrían ser de carácter clínico
o investigativo.
Podría indicarse alguna prueba que indicará resistencia
por parte del sujeto, etc., o bien tener en cuenta las de
carácter olfativo, término u otro. Damos por sentado, por
supuesto, que tiene que existir una rigurosa serie de
prescripciones para la administración de cada prueba que
tenga en cuenta la mayor cantidad posible de detalles,
desde la descripción meticulosa de la postura, hasta
exactamente las palabras que se deben utilizar, de qué
modo, en cuánto tiempo, etc.
En las escalas de Stanford se introducen pruebas
con sueños, regresión de edad, sugestiones posthipnóticas,
etc. lo que es muy razonable considerar.
Señalemos para concluir que las dificultades apuntadas
acerca del carácter situacional de la SH, así como tal vez
otras cuestiones teóricas, parece conveniente atacarlas
orientándose rio sólo a la búsqueda de instrumentos más
fieles, sino al diseño de técnicas basadas en un enfoque
personológicó de la SH.
[1] Castor Figueroa, Abel. A propósito de la escala de susceptibilidad hipnótica de
Martínez-Perigod Asís (I). Rev. Cubana de Psicología (por aparecer).
[2] Andrade Faría, O. (1959). Manual de hipnosis médica y odontológica. Ed. Cajica.
[3] Martínez Perigod, B. y M. Asís (1986). Manual de la escala de susceptibilidad
hipnótica de Martínez-Perigod Asís. Sociedad Cubana de Hipnosis.
[4] Hilgard, E.R. et al. (1979). The Stanford hypnotic arm levitation induction and test
(SHALIT): a six minute induction and measurement scale. IJCEH Vol. XXVII,
No. 2.
[5] Morgan, A. H. and E. R. Hilgard (1973). Age differences in susceptibility to hypnosis.
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[6] Sviadoch, A. La neurosis y su tratamiento.
94

[7] Jagot, P.C. (1983). Hipnotismo, magnetismo y sugestión. Editores mexicanos unidos.
S.A.
[8] Gail, G. (1980). Hypnosis with children: selected readings. IJCEH Vol. XXVIII, No. 3.
[9] Solovey, G. y A. Milechnin (1967). El hipnotismo de hoy. Ed. Háchete.
[10] Freud, S. (1948). Obras Completas. Biblioteca Nueva, Madrid
[11] González Serra, D. J. (1977). Lecciones de motivación. Imp. Andre Voisin, La
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[12] Chertok, L. O. Hipnotismo. Publ. Europa- América, (portugués).
[13] Sheehan, P.W. (1980). Factors influencing rapport in Hypnosis. J. Abn. Psychol.
Vol. 89 No. 2.
[14] Morgan, A. H. and J. P. Hilgard (1978-79). The Stanford Hypnotic Clinical Scale
for Adults. The Amer. J. of CI. Hypn. Vol. 21. No. 2. and 3.
[15] Duprat, E. F. (1960). Hipnotismo. Técnicas e indicaciones terapéuticas. La
Habana.
Véase también la bibliografía del trabajo [1]. •
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