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emoria, imaginación e historia en Los recuerdos del - Difusión ...

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pres<strong>en</strong>te absoluto59 y una soledad eterna, permanecerá su<br />

cuerpo petrificado, hecho monum<strong>en</strong>to. Mirando este monum<strong>en</strong>to<br />

y ley<strong>en</strong>do su inscripción, las futuras g<strong>en</strong>eraciones<br />

se acordarán de la <strong>historia</strong> de Ixtepec. Al activar así la m<strong>emoria</strong><br />

colectiva, podrán reafirmar, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de las ideas expuestas<br />

por el teórico Jan Assmann, la id<strong>en</strong>tidad colectiva,<br />

basada <strong>en</strong> un pasado común. 60 Sin embargo, <strong>en</strong> el monum<strong>en</strong>to<br />

no se <strong>en</strong>cierra solam<strong>en</strong>te la m<strong>emoria</strong> colectiva <strong>del</strong><br />

pueblo, sino también la individual de Isabel.<br />

Mediante el cuerpo de Isabel, transformado <strong>en</strong> piedra, para<br />

grabar <strong>en</strong> su superficie el testimonio de su derrota, se manifiesta,<br />

<strong>en</strong> cierto modo, la crueldad como móvil de las<br />

culturas. 61 El hecho de que la inscripción no repres<strong>en</strong>ta realm<strong>en</strong>te<br />

el punto de vista de Isabel pone de relieve cómo la voz<br />

fem<strong>en</strong>ina es sil<strong>en</strong>ciada por el discurso escrito.<br />

Contrasta con la solidez <strong>del</strong> cuerpo petrificado<br />

de Isabel el cuerpo quebradizo de Julia, con una<br />

piel translúcida, como cristal, <strong>en</strong> peligro de romperse.<br />

62 Su cuerpo es símbolo de la magia y confianza<br />

<strong>en</strong> el amor. Julia no busca la complicidad con<br />

el poder, para así tratar de abandonar el lado de los<br />

perdedores. En cambio, evade al poderoso, <strong>en</strong>vuelta<br />

<strong>en</strong> sus <strong>recuerdos</strong>. Desafía así al opresor de manera<br />

sil<strong>en</strong>ciosa. Él, como repres<strong>en</strong>tante <strong>del</strong> poder, inscribe<br />

<strong>en</strong> la piel de su amante a reb<strong>en</strong>cazos el castigo,<br />

por su falta de <strong>en</strong>trega amorosa. 63 De este modo se repite, <strong>en</strong><br />

la relación <strong>en</strong>tre Julia y Francisco Rosas, la relación víctimavictimario,<br />

<strong>en</strong> la que la mujer es sometida por el hombre y<br />

expuesta a sus agresiones. Ella, consci<strong>en</strong>te de su inferioridad,<br />

no se resiste al castigo cruel <strong>del</strong> g<strong>en</strong>eral. Sin embargo, poco<br />

después pone fin a su condición de víctima, huy<strong>en</strong>do de su<br />

<strong>en</strong>cierro <strong>en</strong> busca de Felipe, personaje que <strong>en</strong>carna el amor y<br />

la <strong>imaginación</strong>.<br />

Aunque, como subraya Sigrid Weigel, son g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te las<br />

escritoras qui<strong>en</strong>es se interesan por la m<strong>emoria</strong> corporal de<br />

las mujeres, 64 t<strong>en</strong>emos <strong>en</strong> Rulfo un autor que muestra, <strong>en</strong> su<br />

obra, que la experi<strong>en</strong>cia individual de los personajes fem<strong>en</strong>inos<br />

ejemplifica las relaciones de poder, recordadas por la colectividad<br />

y, por tanto, la repres<strong>en</strong>tación literaria de los cuerpos<br />

fem<strong>en</strong>inos activa el imaginario de la m<strong>emoria</strong> colectiva.<br />

En la novela de Rulfo aparec<strong>en</strong> como cuerpos histórica y<br />

culturalm<strong>en</strong>te significativos los de la hermana de Donis y de<br />

Susana San Juan. Ambos son, como arriba hemos señalado,<br />

TIEMPO 75 MEMORIA<br />

cuerpos marcados por el incesto. La hermana de Donis se<br />

mortifica por las repetidas relaciones sexuales con su hermano,<br />

mi<strong>en</strong>tras que éstas no repres<strong>en</strong>tan ningún problema para<br />

él. En el cuerpo de ella se marca la culpa, desfigurando su<br />

cara. Por este motivo ti<strong>en</strong>e vergü<strong>en</strong>za de salir a la calle. Vive<br />

<strong>en</strong>cerrada y, finalm<strong>en</strong>te, su cuerpo se desmaterializa y se derrite<br />

<strong>en</strong> lodo cali<strong>en</strong>te.<br />

En el cuerpo de Susana se registran tanto <strong>recuerdos</strong> plac<strong>en</strong>teros<br />

como de terror. Todos pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a una época, anterior a<br />

su casami<strong>en</strong>to con Pedro Páramo. De él no ti<strong>en</strong>e ningún recuerdo,<br />

antes de morirse. En cambio, <strong>en</strong> su m<strong>emoria</strong> está<br />

grabado el recuerdo a una experi<strong>en</strong>cia infantil traumática.<br />

Fue una situación de límite que experim<strong>en</strong>tó como niña, al<br />

ser introducida a una cueva oscura por su padre, sujeta únicam<strong>en</strong>te<br />

de una cuerda que la unía a él. El miedo<br />

provocado, al confrontarse con un esqueleto<br />

humano <strong>en</strong> la oscuridad de la cueva, era tan<br />

grande que ella perdió el conocimi<strong>en</strong>to y necesitaba<br />

varios días para volver <strong>en</strong> sí. En este episodio<br />

se manifiesta nuevam<strong>en</strong>te el abuso de poder<br />

cometido por el padre. Él no sólo ultrajaba a<br />

la adolesc<strong>en</strong>te, sino también la maltrataba<br />

sicológicam<strong>en</strong>te, a partir de su niñez.<br />

Desde su casami<strong>en</strong>to con Pedro Páramo, Susana<br />

se halla <strong>en</strong> otro estado liminal, <strong>en</strong>tre vigilia y sueño,<br />

<strong>en</strong> que dos esferas <strong>del</strong> conocimi<strong>en</strong>to, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te separados,<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran y <strong>en</strong> que ella int<strong>en</strong>ta convertir su m<strong>emoria</strong><br />

corporal <strong>en</strong> palabra. Pero únicam<strong>en</strong>te logra articularse,<br />

hablando a solas, lo que es calificado como discurso de locura<br />

por los demás. Sus convulsiones y visiones nocturnas son<br />

manifestaciones <strong>del</strong> martirio, provocado por el retorno de las<br />

experi<strong>en</strong>cias reprimidas, que son los <strong>recuerdos</strong> al trauma infantil<br />

y al abuso sexual que sufrió. Susana int<strong>en</strong>ta borrar estos<br />

<strong>recuerdos</strong> desagradables refugiándose <strong>en</strong> los <strong>recuerdos</strong> <strong>del</strong><br />

amor correspondido que experim<strong>en</strong>tó durante el matrimonio<br />

efímero con Flor<strong>en</strong>cio. En sus fantasías eróticas recupera<br />

experi<strong>en</strong>cias agradables y se imagina experi<strong>en</strong>cias orgiásticas,<br />

<strong>en</strong> las cuales el contacto con el mar inicia un proceso de purificación:<br />

“Y al otro día estaba otra vez <strong>en</strong> el mar,<br />

purificándome. Entregándome a sus olas”. 65<br />

Sin embargo, ni Susana ni Julia se <strong>en</strong>tregan amorosam<strong>en</strong>te al<br />

hombre que las desea. En lugar de compartir sus p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos<br />

íntimos con ellos, viv<strong>en</strong> por completo introvertidas, recordando<br />

lo plac<strong>en</strong>tero. El lector se <strong>en</strong>tera que Susana re-

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