Renaissance Center-Volume II - Gobierno de Puerto Rico

P
Y ~ ~ ~ ~ ~ C ~ ~ ~
La original cubierta vegetal que existi6 en el terreno, conespondiente a la regi6n
forestal del Bosque Wlimedo de la Costa, hace tiempo que desapareci6 debido al impacto
humano (Little, Wadsworth, Marrero; 1977: xx).
En el Predio 1, la vegetaci6n de &-boles se concentra a lo largo del cauce de la
Quebrada Cataiio, donde crecen bambfias (Bambusa vulgaris Schrad). Wacia el noroeste del
predio existen Brboles juveniles de acacias (no identificados por variedades). Predomina
como cubierta vegetal las pastos y 10s rernanentes del caiiaveral abandonado en el resto del
predio.
El predio 2 se encuentra cubierto uniformemente de pastos, mientras que en el
Predio 3 predominan 10s remanentes del caiiaveral abandonado. Entre las caiias crecen
pastos y &boles juveniles aklados.
~~~~~
La fauna avistada en el terreno carece de interis para la presente investigacibn,
limitandose a aves, reptiles e insectos comunes. No debe soslayarse, empero, el. potencial
de esta zona como habitaculo de vida silvestre en el pasado; principalmente por aves
migratorias o residentes, asi como crustaceos, reptiles y peces asociados a 10s cauces de las
corrientes de agua dulce presentes en el terreno.
1 5

I
h
4 III. ANTECEDENTES DE INTEE& CULTURAL
La inclusi6n de 10s siguientes antecedentes -arqueol6gicos e historicos- tiene por
objetivo auscultar en diversas fuentes (archivos, documentos variados) la sensibilidad del
terreno como potencial enclave de recursos de interis cultural. Para lograrlo,
necesariamente se impone presentar un marco general de referencias al poblamiento y
desarrollo humano en la regibn que hoy corresponde al municipio de Humacao.
A. A ~ ~ ~ cr ~ @ ~ ~ @ ~ ~ ~ ~ g ~ ~ s c ~ s
Como paso inicial en la recopilacibn de datos sobre el proceso de poblamiento y
desarrollo de las culturas aborigenes precolombinas visto desde la perspectiva
arqueolbgica, heron consultados diversos autores. Estos han abordado en el pasado la
investigacion arqueol6gica en Puerto Rico en forma “multiregional”. Entre 10s documentos
consultados figuran las obras de Alegria (1966, 1983); Coll y Toste (1975); Carbone
(1980); De Hostos (1919, 1941, 1955); Fewkes (1907); Flaherty (1960); Loven (1935);
iMason (1941); Pinart (1979); Rainey (1940); Rouse (1952); y Stahl(1889).
De estos autores solamente Irving Rouse (1 952: 55 1-553) proporciono informaci6n
relevante. Durante el afio 1938 el arque6logo Rouse estudi6 un sitio arqueol6gico
localizado en Cayo Santiago. La excavaci6n alli efectuada detect6 evidencias cerbicas
asociadas a 10s estilos Cuevas, Ostiones, Santa Elena y Esperanza del pasado precolombino
puertorriquefio (c. 400 A.C.-1500 D.C.).
Como segundo paso, heron consultados 10s respectivos archivos del Consejo para
la Protecci6n del Patnmonio Arqueol6gico Terrestre de Puerto Rico y la Oficina Estatal de
16

, Preservacibn Histbrica. De acuerdo con 10s cuadrhgulos regionales (United States
Geological Survey: 1967, 1969) aparecen identificados 10s siguientes sitios de interes
hist6rico-arqueolbgico en Wumacao.
Clave de sifios y distancia aproximada
del terreno estudiadoz
1. Aparece circulo con anotaci6n que
lee: Monte la Barbera Care Site.
1,300 metros a1 sureste
2. H-H
1,600 metros a1 sureste
3. H-6
2,300 metros a1 norte
4. Aparecen dos trihgulos. Anotaci6n
bajo trikgulo lee: "La Suiza colt
Reported".
4,000 metros noreste
5. H-2
6. H-3
Aparecen dos trihgulos.
3,800-4,000 metros sureste
rebasa 5,000 metros del terreno
'Calculo de distancia desde el extremo noreste del Predio 1.
17
Localizacidn Y datos culturales
Barrio Mariana. No tiene for-
mulario de registro.
Barrio Catafio. No tiene fonnu-
lario de registro.
Danio Catafio. No tiene former-
lario de registro.
No tiene fomulario de registro.
Barrio Buena Vista. No tiene
fomulario de registro.
Barrio Buena Vista. No tiene
forrnulario de registro.

7. Aparece trihgulo
rebasa 5,000 metros del terreno
8. Aparecen circulos, con anotaci6n
que lee: “cerhica capa y ostiones”.
rebasa 5,000 metros del terreno
9. Aparece cuadrado, con anotaci6n
que lee: “Bunker I1 G.M.”
rebasa 5,000 metros del terreno
10. H-A
rebasa 5,000 metros del terreno
11. H-C
rebasa 5,000 metros del terreno
12. H-B
rebasa 5,000 metros del terreno
13. H-D
rebasa 5,000 metros del terreno
14. H-E
rebasa 5,000 metros del terreno
15. H-F
rebasa 5,000 metros del terreno
18
Barrio Buena Vista. No tiene
formulario de registro.
Barrio Buena Vista. No tiene
~QIXIU~X~O de registro.
Barrio KO Abajo. No tiene for-
mulario de registro.
Barrio Punta Santiago. No tiene
~QIXIU~~~~O de registro.
B&o Rio Abajo. No tiene for-
mulario de registro.
Barrio No Abajo. No tiene for-
mulario de registro.
Banio Candelero Abajo. No
tiene formulario de registro.
Barrio Candelero Abajo. No
tiene formulario de registro.
Banio Candelero Abajo. No
tiene fomulario de registro.

. En 10s mencionados archivos heron consultado 10s informes de 10s siguientes
reconocimientos arqueol6gicos regionales, encaminados a la detecci6n de recursos
culturales en Humacao:
1. Jeffery B. Walker (1984) proporciona informacibn sobre el listado de sitios
identificados en el municipio.
LOS triangulos (# 4 del listado) son resultado de informes verbales:
"... Informants report having found a stone Celt (IBID: 37)".
En el sitio H-3 (# 6 del listado) fueron detectados fragmentos cerhicos
aborigenes no diagnbsticos.
El arquecilogo Walker, que incluyb en su reconocimiento la parte baja del valle
del rio Humacao, considera baja la cantidad de sitios identificados. Plantea
como hipcitesis que diversos depcisitos cultwales abon'genes hallan sido
sepultados por 10s sedimentos acarreados durante las constantes inundaciones
del valle por el rio Humacao. Esa posibilidad puede aplicarse al terreno
estudiado, el cual es en parte inundable.
2. El arquedogo Miguel Rodriguez Lcipez (1990) localiz6 varios de 10s recursos
culturales incluidos en el listado presentado.
H-A (# 10 del listado). Residuario asociado a la cultma pretaina
(estilo cerbico Santa Elena).
€3-B (# 12 del listado). Residuario aborigen agoalfarero; sin mayores
datos culturales.
19

H-C (# 11 del listado). Residuario aborigen agroalfarero; sin mayores
datos culturales.
H-D (# 13 del listado). Residuario asociado a las culturas pretaina y
taina (estilos Santa Elena y Esperanza).
H-E (# 14 del listado). Importante sitio; principalmente representati-
H-6 (# 3 del listado).
€3-F (# 15 del listado).
W-H (# 2 del listado).
vo del temprano poblamiento saladoide (igne-
ri) en Puerto Rico.
Residuario aborigen agroalfarero; sin mayores
datos culturales.
Residuario asociado a la cultura pretaina
(estilo cerhico Santa Elena).
Residuario rnulticomponente; asoc5ado a las
culturas igneri y pretaina (estilos cer;imicos
Cuevas, Monserrate y Santa Elena).
Fueron consultados igualmente el total de evaluaciones arqueologicas de las
diversas fases de estudios de “arqueologia de contrato” efectuados en el barrio Catafio. De
estos infomes, el siguiente ofkece infonnaci6n relevante para la presente evaluation:
1. El suscribiente efectuo un peritaje arqueolbgico Fase IB (Vdez: 1991) en un
terreno de 50 cuerdas distante unos 200 metros al node del extrerno noreste del
Predio 1. Diversas evidencias precolombinas (Micas y ceriimicas no
diagnbsticas) y coloniales (cerkicas hist6ricas: siglo XIX) fueron detectadas en
a1 superficie del teneno. La prospecci6n vertical efectuada no detect6 dep6sitos
matrices bajo superficie vinculados a esas evidencias.
20

i, En sintesis, el registro de sitios arqueol6gicos en Humacao se ha estado
incrementando notablernente en 10s Gltimos afios. Todas las culturas precolombinas de la
secuencia agroalfarera en Puerto Rico esth representadas en sitios arqueol6gicos en el
mmicipio. Estas culturas (Igneri, Pretaina o Subtaina, Taina) abarcan, en parketros
cronol6gicos un period0 de tiempo que comienza en fechas cercanas al comienzo de la era
actual, y finaliza con la llegada de 10s conquistadores espafioles a comienzos del siglo WI.
Al momento de la colonizaci6n y conquista de Puerto Rico por las tropas espafiolas
a partir del aiio 1508, la regi6n donde se ubica el terreno estudiado estaba regida por el
cacique taino Humacao, del cual el actual municipio tom6 su nombre (i-IemBndez, 1977:
263; kiegn'a, 1980: 33,34).
Este cacique opuso ma tenaz resistencia a los conquistadores espaiioles,
rebeliindose por segunda ocasi6n en 1515 junto con el cacique Daguao (Brau, 1981: 254-
259)3. El clima bklico imperante en la regi6n esta patentizado por a1,pnos testimonios de la
kpoca. Se conoce la entrada de tropas espaf5olas hacia posiblemente el aiio 1512,
cornandadas por el intkrprete Juan Godlez Ponce de Le6n. Refiere And& Lbpez,
rniembro de la partida:
... vido este testigo como hiendo la copia y memoria de 10s
dozientos hombres que habia de llevar fue este testigo con el
dicho Juan Gonzalez ... y vido corno por todo el camino que
'La petici6n hecha ai Emperador Carlos V por el entonces cacique Juan del Humacao, en 1526, solicithdole
se le declare hombre libre de toda tutela. parece seiialar la sobrevivencia de algh grupo cornual taino en
fechas posteriores a 1515. Este cacique participo en la rebeli6n de 15 1 1 (vkase nota 159 de GutiCrrez de
Arroyo, en IBID: 259).
21

heron estava toda la tierra de guesra y 10s conquistaba hasta
que llegamos de un muy gran ryo que se Ilamava del
Hurnacao y alli hallamos a muchos ranchos de carybes y 10s
desbaratamos ... (en Ti6, 196 1 : 66).
En la desembocadura del rio (que actualmente lleva el misrno nombre) 10s
espaiioles ievantaron un aposento fortificado, el cual he conocido como Santiago del
Daguao. Este poblado h e arrasado por tainos y caribes en el afio 15 13 (Brau, 198 1 : 232).
El constante choque bClico entre aborigenes (tainos y caribes) y colonizadores en la
regi6n se mantuvo por casi todo el siglo XVI. Todavia para el aiio 1582 se inform6 en un
documento elevado a la corona espaiiola que la ribera del Rio Jumacao " ... la miis gentil
para labranza de cazabe y maiz y ganado y todas las granjerias de esta Isla ..." se encontraba
despoblada por 10s ataques de 10s indios caribes (Santa Clara, Ponde de Leh, 1914: 89).
Con la gradual conquista europea de las Antillas Menores finaliz6 la amenaza de 10s
ataques caribes de la regi6n. En el afio 1722 un b ~po de colonos, provenientes de las Islas
Canarias, findaron un pequeiio poblado que bautizaron San Luis del Principe de la Rivera
del Jumacao (Toro SugraEez, 1995: 197). Este poblado, he de corta duracibn,
dispershndose 10s colonos por otros lugares. Ello permiti6 un lent0 aumento demogriifico
en la zona, que hacia el aiio 1776 se ve concretizado por la existencia de un pequefio
poblado, descrito en 10s siguientes tirminos por el fraile benedictino Augustin Iiiigo Abbad
y Lasierra (1 979: 1 10):
22

En la ribera del rio, a una legua distante del mar, est& la
iglesia de Humacao, que es la ayuda de la parroquia, junto a
lo cual se veri las ruinas de un pueblo, que quizas demolerian
10s caribes o piratas. En este territorio se coge tabaco, cafe,
arroz, algodbn, maiz y demis fi-utos de la Isla, aunque en
corta cantidad, por que la indolencia de 10s colonos se inclina
mfrs a la cria de ganados, por el ninglSln trabajo ni cost0 que
las trae.
Este pequefio pueblo de Humacao he incrementado su poblaci6n e importancia4
“...y ya para el 1770 se solicitaba su segregacidn de Las Piedras” (Moriin, 1972: 203). La
fundaci6n de la parroquia y del pueblo de Humacao datan oficialmente del dia 2 de
diciembre del aiio 1773 (Coll y Toste, 1915: 154-157). Se cred su comandancia militar en
el aiio 181 9, declarhdose como Villa en 188 1 y como ciudad en el 1894 @e Hostos, 1976:
510).
Para el aiio 1828, seglin Pedro Tom& de C6rdova (1968: 295-2961, el barrio Catao
era parte de 10s 12 barrios que componian el partido. Existian 35 trapiches de madera, 6 de
hieno y 9 alambiques. La ganaderia tenia bastante importancia. Durante la primera mitad
del siglo XIX ocurre LUI gan auge azucarero en Humacao, dando ocasi6n a una gran
demanda por esclavos africanos (Baralt, 1985: 79-80). Para el aiio 1878, segh el
historiador Manuel Ubeda y Delgado (1998: 268), existian en el barrio Catafio 134 farnilias
habitando 35 casas y 99 bohios. Ademas, el comercio se efectuaba a traves de 2
ventonillos.
‘La existencia de hatos ganaderos, que conllevaba un patr6n poblacional de asentamiento disperso, fue
abundante en la region durante 10s siglos XVII y XVIII. El ganado era contrabandeado por 10s criollos a 10s
europeos, asentados en las islas vecinas (Abbad, 1979: 1 IO).
23

,
En el Liltirno tercio del siglo XK, el rnunicipio contaba con una central azucarera y
dos haciendas. La Central “El Ejernplo”, fundada por Rodolfo L. Perez, propiedad de
Antonio Roig Tomella, producia hasta 15,000 sacos de azLicar. Las haciendas eran ‘CLa
Josefa”, propiedad de JosC Beltrhn, con 150 cuerdas y “La Australia”, propiedad de
Indalecio Lbpez, con 350 cuerdas (De Hostos, 1976: 5 10).
Durante el siglo XIX, la economia del municipio he fundamentalmente agricola
hasta la dkcada de 1950. AI respecto, informa Cardona (1 992: I):
En l a dCcadas de 1930 y 1940 habian sembradas alrededor
de 11,400 cuerdas de caiia, lo que representaba un 40 por
ciento del total de cuerdas que componen el municipio.
Existian dos centrales azucareras, la Central Ejemplo,
perteneciente a la Corporacibn A. Roig y Sucesores y la
Central Pasto Viejo, perteneciente a la corporaci6n
norteamericana Eastern Sugar and Associates ... se sernbraba
caiia prhcticamente en todos 10s barrios y sectores de
Humacao, donde adem&, de las corporaciones ya citadas,
existia un grupo de pequeiios, medianos y grandes
agricultores, llamados colonos que tambiCn dependian de este
cultivo.
En un mapa de Puerto Rico, del aiio 195 1, puede observarse que un ramal de la via
ferrea (identificada como “Ferrocarriles del Este”) discum‘a por 10s predios 1 y 2 del
terreno estudiado. Por esa via transitaban 10s trenes utilizados en el transporte de la caiia
(Figura 7).
24

Figura 7. Puerto Rim: 195 1 (detalle). La vfa
del tren se Iocaliza atfavcwando 10s
predios 1 y2.
Noaescala.
25
i
A

Las centrales Pasto Viejo y El Ejemplo cerraron operaciones en 1959 y 1962,
respectivamente (Tom Sugrafiez, 1995: 198). Sin embargo, algunos predios continuaron
sembrados de caiia hasta el presente, pues las caEias se muelen en otras centrales &era del
municipio .
BI. Antilkis de foto &ea
Una foto akrea disponible del sitio, examinada con estereoscopio y lupa,
complernenta con datos especificos el us0 del terreno durante el siglo xx.
Lafoto 1 (Autoridad de Carreteras y Transportaci6n: 1936) muestra la utilizacibn
del terreno para el aiio 1936. Se encontraba integamente sembrado de caiia de anicar,
confomando parte de un gran caiiavehal. Hacia el extremo noroeste del Predio 1 pueden
obsewarse una serie de estructuras (donde actualrnente se construye la Escuela de Bellas
Artes de Humacao). La cmetera PR-3 ya estaba en existencia. Diversos caminos dernarcan
y atraviesan las parcelas de caiias en el teneno donde no son visibles otras configuraciones
(arquitectbnicas, infraestructurales) product0 del quehacer humano.
Los siguientes recursos culturales aparecen identificados en Humacao en el listado
de Propiedades de Puerto Iiico incluidas en el Registro Nacional de Lugares Hisfdricos
(Oficina Estatal de Conservaci6n Histbrica et. al., 2002: 9, 10).
26

NI
Foto 1.Vistaahadeltefiienoestudiado:afIo 1936.
Escala apmxih.lada = 1 : 28,000.
27

cercana.
Casa Roig- Centho urbano (17-1 1-77).
Iglesia del Duke Nombre de Jesds- Plaza urbana (1 8-8-84).
Casa de Palmira L6pez de Pereyb- Calle Font Martelo, esquina Minerva y
Oricin (14-4-95).
Pante6n de la Familia Guunh- Calle Padre Rivera, esquina Miguel Casilla
(1 7-4-95).
Casa de Aduanas de Humacao- Calles Marina y Aduana (1 8-5-95).
Escuela Antonia Saez- Cruce de Ias calles Font Martelo, Isidoro Ortiz,
Tomas Cruz y Jes6s cmasquillo (1 8-5-95).
Tribunal de Distrito- Calles Vidal y Antonio L6pez (1 8-5-95).
Winguno de estos recursos se localizan en el terreno estudiado, ni en su periferia
iar la investigaci6n en torno a1 terreno bajo estudio y explorar la
posibilidad de la existencia en la tradici6n oral de datos de importancia sobre el mismo, Se
realizaron entrevistas y conversaciones informales con vecinos de la localidad.
El informante principal fue el Sr. Lucians Velbquez %os ,de 72 aiios de edad, y
residente en el Residencial Padre Rios, Humacao. Refirib el Sr. Velhquez que conoce bien
el terreno, pues trabaj6 durante muchos af5os en diversas facetas de la industria cafiera. La
finca conform6 en el pasado parte de un extenso cafiaveral. El nombre de la finca es “El
Cometa”. §us propietarios son la Familia Roig. Las caiias de la finca eran molidas en la
25

’, Central El Ejemplo. El tranporte de las caiias se efectuaba en un ferrocarril hasta El
Ejernplo. La via fhea discurria por el norte del Predio I. Al cerrarse dicha central para
principios de 1960, se molian las caiias en la Central Roig, en Yabucoa. En el ierreno se
continu6 sembrando cafia de azkar hasta hace pocos afios, cuando se abandon6 el
caiiaveral. Anterionnente, se habia combinado el us0 agricola del terreno con la ganaderia.
Esa ultima actividad todavia se efectua en el terreno, aunque con menos vacunos de 10s que
hubo en el pasado reciente.
El informante recuerda que existieron algunas casas diseminadas por el Predio 1.
Constituyeron las viviendas de los trabajadores (“agregados~’) de la finca y sus familias.
Esas estructuras desaparecieron hace tiempo. No tiene conocimiento de presencia de
estructuras antiguas en el terreno, ni tampoco de hallazgos de artefactos precolombinos en
la finca.
IV. EVALUACIQN DE SENSIBILIDAD ARQUEOLOGICA GENERAL DEL TERRENO
En el conjunto de datos presentados destacan 10s siguientes aspectos para evaluar la
sensibilidad arqueolbgica del terreno:
1. La documentacih pertinente a1 marco rnedioambiental seiiala presencia de
suelos dedicados histbricamente a1 cultivo de caiia, en relieve topogr5fico
principalmente llano. Existen corrientes pemanentes de agua dulce en el terreno
(Predio l), y el cauce del Rio de Humacao se localiza aledaiio a1 norte de 10s
Predios 1 y 2. El desbordarniento del no ha inundado parcialmente a1 Predio 1,
y totalmente a1 Predio 2. La configuraci6n geol6gica no propicia la formacj6n
29

I
!
/,
de cuevas o abrigos rocosos. El terreno conserva en buen estado su integridad
fisica, habiendo sido dedicado a actividades agropecuarias hasta el presente.
2. La documentaci6n arqueol6gica no identific6 recursos culturales registrados en
el teneno. Sin embargo, debe destacarse la presencia de diversas evidencias
arqueol6gicas precolombinas y coloniales en la superficie de rn sitio (ya
reseiiado) muy cercano a1 terreno estudlado.
3. La documentacj6n hist6rica seiiala la presencia de una numerosa poblaci6n
indigena en la regibn a principios del siglo XVI. Durante 10s siglos XVIT y XVIII
existi6 un patr6n de asentamiento disperso, basado en la existencia de hatos,
estancias y haciendas. La industria caiiera h e importante durante 10s siglos XIX
y XX, establecikndose trapiches, haciendas y centraies.
4. No exisiten recursos culturales en el sitio identificados en el Registro Nacional.
5. Los infomantes locales no disponen de datos sobre presencia de recursos
culturales en el terreno.
Sopesando estos factores, se estima COMO alta la sensibilidad del terreno a la
existencia de recursos culturales hist6ricos-arqueolbgicos. Aunque no se disponen de datos
que identifiquen recursos culturales en el sitio, es indudable la conjugaci6n de 10s factores
ambientales y la documentaci6n hist6rica-arqueol6gica para refrendar favorablemente la
posibilidad del asentamiento humano en el pasado en el terreno. Su extensibn considerable,
ademas, incrementa la poslbilidad de existencia de recursos culturales.

I
I,
Para la +oca precolombina, es posible que una de las rnodalidades que pudo asumir
el patr6n de asentarniento consistiria en la utilizacibn de las colinas y keas llanas presentes
en el valle del Rio Humacao para la ubicaci6n de poblados permanentes Q campamentos a
salvo de las inundaciones peribdicas. Asimismo, es posible la presencia de estructuras y/o
residuarios asociados a1 pen'odo de dominaci6n espaiiola; e incluso de remanentes
arquitecthicos modernos (siglo XX) que revistan importancia cultural.
V. LA INSPECCIQN DE CAMPO
Los obj etivos del reconocirniento de superficie consistieron en dilucidar la
presencia en el terreno de recursos culturales susceptibles a detecci6n visual, e identificar
sectores potencialmente depositarios de recursos culturales ocultos.
A. Aspectm
Partiendo de datos pertinentes al marco medioambiental, se establecieron varias
rutas al interior del terreno para inspeccionar secciones que reflejan diversos grados de
sensibilidad a la posible existencia de recursos culturales.
La Ruta 1 recod la colina presente en el Predio 1. Esa colina tiene un alto
potencial arqueolbgico. Se encuentra localizada en la linea divisoria entre el nivel de
inundabilidad del KO Humacao, y existe un rnanantial en sus laderas; consthyendo un
sitio adecuado para ubicaci6n de asentamientos de relativa estabilidad en su cima. Esa ruta
inspeccion6 las laderas, cima y base de la colina.

I
La Ruta 2 recorri6 la secci6n llana no inundable presente en el Predio 1. Esa
secci6n rnantiene igualmente un alto potencial arqueol6gico, pues se presta igualmente para
establecer asentamientos estables. EI recorrido, de forma serperteante, fue efectuado de
norte a sur, y noreste.
La Ruta 3 recorri6 marginalmente la seccion inundable del Predio 1. Se utilizaron
diversos caminos presentes entre las parcelas de cafia. La densidad del cafiaveral
imposibilita el trhsito por las parcelas de cultivo. Esa secci6n se califica como de mediano
potencial arqueoMgico, por su carkcter inundable.
La Ruta 4 recorri6 el Predio 2 a lo largo de sus lirnites cardinaies. Tambien, a lo
largo de su centro, de oeste a este. Por su condici6n inundable, este predio se eval6a como
de mediano potencial arqueol6gico.
La Ruta 5 recon% el Predio 3 a lo largo de su centro, de node a sur. Ese predio, en
tanto secci6n llana no inundable, se eval6a como de alto potencial arqueol6,' 01CO.
Los resultados de la inspecci6n de carnpo heron integramente negativos a la
deteccih de recursos culturales (restos estruclurales, artefactos, materiales de construcci6n
dispersos, etcktera) hist6ricos-arqueoI6gicos. Tampoco heron identificados sectores
especificos que reflejasen indicios a la presencia de recursos culturales ocultos. La
visibilidad de superficie, empero, h e afectada negativamente en todas las rutas utilizadas
en el recorrido.

En la Figura 8 se expone, en plan0 topografxo, las rutas del reconido de superfcie.
Lasfotos 2 a la 13 complementan la descripcidn deli terreno.
VI. CONCLUSlONES Y RECOMENDACIONES
A base de 10s datos presentados, esta EvaZuacidn Arqueoldgica, Fase IA, finaliza
con las siguientes conclusiones:
1. La sensibilidad del terreno h e evaluada como alta.
2. La inspecci6n de campo no identific6 recursos culturales hist6ricos-
arqueol6gicos en el terreno.
3. La visibilidad de superficie h e afectada negativamente por la densa cubierta
vegetal.
Por tanto, se recomienda a1 Programa de Arqueologia y Etnohistoria del lnstituto de
Cultura Puertorriqueiia proseguir con la ejecuci6n de de la Fase IB, a efectos de dilucidar la
posibilidad de la existencia de recursos culturales ocultos bajo la vegetacih y superfcie
del terreno.
33
-_