definiendo el amor sumario - Fraternidad Cristiana de Personas con ...
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CAJÓN DE SASTRE<br />
La mariposa <strong>de</strong> la f<strong>el</strong>icidad<br />
Autora: Francisca A. Tirez Morales<br />
S<br />
entado en un rincón d<strong>el</strong> jardín, <strong>con</strong> la<br />
cabeza baja y en su cara una expresión<br />
muy triste, estaba un Mimo.<br />
Tal era su tristeza que no se percató <strong>de</strong> que, a<br />
su alre<strong>de</strong>dor, revoloteaba una preciosa mariposa<br />
<strong>de</strong> color blanco salpicada <strong>con</strong> algunos puntos<br />
negros.<br />
Cansada la mariposa <strong>de</strong> que no le hiciera<br />
caso, se posó en la mano d<strong>el</strong> Mimo y tirando<br />
suavemente <strong>de</strong> él le hizo levantarse. Una vez<br />
estuvo <strong>de</strong> pie <strong>el</strong> Mimo, la mariposa comenzó a<br />
volar y <strong>el</strong> Mimo se quedó sin la bonita mariposa.<br />
Siguió volando y <strong>el</strong> Mimo echó a correr <strong>de</strong>trás<br />
<strong>de</strong> <strong>el</strong>la, la mariposa se a<strong>de</strong>ntró en la casa por la<br />
ventana que estaba entreabierta y se posó en una<br />
bonita lámpara que había sobre una mesa <strong>de</strong><br />
rincón, y al intentar cogerla tropezó y cayó al<br />
su<strong>el</strong>o tirando ambas cosas, y <strong>de</strong> nuevo la<br />
mariposa salió volando. Él tenía <strong>el</strong> presentimiento<br />
<strong>de</strong> que si la cogía podía ser f<strong>el</strong>iz, pero otra vez<br />
había perdido la oportunidad <strong>de</strong> tenerla.<br />
Salió a la calle y vio como la mariposa pasaba<br />
por una puerta muy extraña que él no había visto<br />
nunca, la siguió y en<strong>con</strong>tró un hermosísimo<br />
jardín; sus plantas y colores eran muy diferentes<br />
a los que él había visto hasta entonces. A lo lejos<br />
pudo ver a la mariposa posarse sobre algo, que a<br />
causa <strong>de</strong> las plantas no podía ver, y <strong>con</strong> <strong>el</strong> sigilo<br />
que caracteriza a los mimos se quitó <strong>el</strong> sombrero<br />
y se fue hacia <strong>el</strong> árbol don<strong>de</strong> le parecía que se<br />
había posado. Esta vez sí que la pudo retener<br />
<strong>de</strong>ntro d<strong>el</strong> sombrero y pensó que lo levantaría<br />
poco a poco para que no se le escapara.<br />
Tan ensimismado estaba pensado esto que no<br />
se había dado cuenta que la mariposa estaba<br />
posada sobre una preciosa chica, que <strong>con</strong> sus<br />
inmensos ojos azules lo miraba dulcemente.<br />
Cuando se dio cuenta <strong>de</strong> quien era,<br />
comprendió que aqu<strong>el</strong>la mariposa sólo quería unir<br />
a quienes un día, por un <strong>de</strong>sgraciado acci<strong>de</strong>nte,<br />
<strong>el</strong> <strong>de</strong>stino había separado.<br />
Ahora sí que serían f<strong>el</strong>ices para siempre, no<br />
<strong>de</strong>jarían pasar más <strong>el</strong> tiempo, se cogieron <strong>de</strong> la<br />
15<br />
mano y caminando por aqu<strong>el</strong> maravilloso paraíso<br />
<strong>de</strong>saparecieron, ya estarían siempre juntos.<br />
El Mimo había emprendido su viaje sin retorno, y<br />
en <strong>el</strong> rincón d<strong>el</strong> jardín don<strong>de</strong> él antes estaba<br />
sentado, lo en<strong>con</strong>traron dormido para siempre<br />
<strong>con</strong> una flor y una mariposa posada sobre su<br />
mano.