27.04.2013 Views

eduardo-galeano-espejos-una-historia-casi-universal

eduardo-galeano-espejos-una-historia-casi-universal

eduardo-galeano-espejos-una-historia-casi-universal

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Eduardo Galeano Espejos. Una <strong>historia</strong> <strong>casi</strong> <strong>universal</strong><br />

Se ignora el nombre del fotógrafo. Ésta es la última imagen de Salvador<br />

Allende: tiene puesto un casco, camina con el arma en la mano, mira al cielo, los<br />

aviones escupen bombas.<br />

El presidente de Chile, votado en elecciones libres, había dicho:<br />

—Yo no salgo vivo de aquí.<br />

En la <strong>historia</strong> latinoamericana, es <strong>una</strong> frase de rutina: la han pronunciado<br />

muchos presidentes que a la hora de la verdad prefieren sobrevivir, para seguir<br />

pronunciándola.<br />

Allende no sale vivo de allí.<br />

Un beso abrió las puertas del<br />

infierno<br />

Fue la señal, como la traición contada en los evangelios:<br />

—A la que yo dé un beso, ésa es.<br />

Y a fines de 1977, en Buenos Aires, el Ángel Rubio besó, <strong>una</strong> tras otra, a<br />

Esther Balestrino, María Ponce y Azucena Villaflor, fundadoras de las Madres<br />

de Plaza de Mayo, y a las monjas Alice Domon y Léonie Duquet.<br />

Y se las tragó la tierra. El ministro del Interior de la dictadura militar negó<br />

que las madres estuvieran presas y dijo que las monjas se habían ido a México,<br />

a ejercer la prostitución.<br />

Después se supo que todas, madres y monjas, habían sido torturadas y<br />

arrojadas vivas al mar desde un avión.<br />

Y el Ángel Rubio fue reconocido. A pesar de la barba y de la gorra, fue<br />

reconocido, cuando los diarios publicaron la foto del capitán Alfredo Astiz<br />

firmando, cabizbajo, la rendición ante los ingleses.<br />

Era el fin de la guerra de las Malvinas, y él no había disparado ni un tiro.<br />

Estaba especializado en otros heroísmos.<br />

Retrato de familia en Argentina<br />

El poeta argentino Leopoldo Lugones proclamó:<br />

—¡Ha sonado, para bien del mundo, la hora de la espada!<br />

311

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!