¡Vuelve el Lago de los Cisnes! - Udecmedios.com

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Colaboran en esta edición
José Rafael Cuauhtémoc
Carlos Diez
María Magdalena
Escareño Torres
Angélica María Montes
Diana Selene Peña Vélez
Nadia Contreras
Guillermo
Ochoa- Rodrigues
Tonatiuh Morales V
Claudia Cecilia Moreno Olmos
rOBERTO vILLA
Ángel Gaona
Paula Delia González N
Maru Rocha
Guillermo Clemente
Mario Note Valencia
K. Melissa L. Lozano
Karla Liliana Rodrígez
D irectorio
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012
C o n t e n i d o
Página 3
Rincón de Clío, por
Daniel Peláez
Página 5
Cotidianas,
por Jorge Vega
Página 8
Raíces de café y cacao,
por Diana Selene
Peña Vélez
Página 12
¡¡Viva el circo!!,
por Tonatiuh Morales V.
Página 16
Pa´kompartirt, por
Angélica María Montes
Página 22
Cristianos y Esenios, por
Guillermo Clemente
Secciones
Opinión
Opinión
Música
Opinión
Literatura
Artículo
e-mail:comentariosemanal@gmail.com
Las opiniones y los comentarios firmados por
sus autores, no son responsabilidad de quienes
editan este semanario ni de la U de Colima.
Acorazado
Fotografía digital
Festival Colima de Cine, del 10 al 14 de octubre.
Foto tomada de Internet
Imagen de la portada tomada por Hugo Caro durante
la presentación de “El Lago de los Cisnes”, a
cargo de la compañía Saint Petersburg Theatre Russian
Ballet, en el Teatro Universitario.

Por Daniel Peláez Carmona
El rincón de Clío
Las raíces. La Costa Chica de
Oaxaca y Guerrero (Parte III)
La Costa Chica, igual que el resto del
país, presenta una mezcla de razas
producto del mestizaje provocado por
la conquista de México por los españoles.
En esta zona conviven diversos grupos
étnicos: el Mixteco, el Amusgo, Tacuate,
Nahuatl, negro y mestizo.
Quiero destacar la presencia del
elemento afrodescendiente, porque le ha
impregnado un carácter muy particular a la
cultura, a la música y al habla de la región.
De acuerdo con estudios recientes en
México los asentamientos más conocidos de
afrodescendientes se ubican principalmente
en las regiones de la Costa Chica de Guerrero
y Oaxaca, en la región Centro-Golfo del
estado de Veracruz, la Costa Grande de
Oaxaca, la región de la Tierra Caliente en
Michoacán, en los Altos y el istmo-costa
en Chiapas, en el estado de Quintana-Roo,
así como en el municipio de Múzquiz en el
estado de Coahuila.
En la región de la Costa Chica de
Guerrero y de Oaxaca, se localiza el mayor
número de pueblos negros de nuestro país.
La estimación de los especialistas sobre el
tamaño de la población afromexicana en
la Costa Chica es de 15.000 a 50.000 en
el Estado de Guerrero y unos 35.000 en el
Estado de Oaxaca.
“Las poblaciones que cuentan con
un alto porcentaje de habitantes negros se
localizan en los distritos de Jamiltepec y
Juquila, en menor medida se localizan en
los distritos de Cuicatlán, Pochutla, Juchitán
y Tuxtepec”.
“En el distrito de Jamiltepec, los
municipios con presencia negra son los
siguientes: San José Estancia Grande, Santo
Domingo Armenta, Santa María Cortijos,
Santiago Tapextla, algunas agencias
municipales pertenecientes a Pinotepa
Nacional como son: Santiago Collantes,
Cerro de la Esperanza (El Chivo), El Ciruelo,
Los Positos, Minitán, el Jícaro, Lagartero,
El Tamal, El Quizá, Lo de Candela,
Barajillas y Corralero. En el municipio de
Santa María Huazolotitlán se encuentran las
agencias de La Boquilla Chico Ometepec,
José María Morelos, Cerro Blanco y el Paso
del Jiote. Le siguen con rasgos mulatos
municipios como Santiago Llano Grande,
Mártires de Tacubaya y San Juan Bautista
Lo de Soto. Hacen presencia también
en municipios en su mayoría mixtecos,
como la ciudad de Pinotepa Nacional,
Santa María Huazolotitlán y San Andrés
Huaxpaltepec. En el distrito de Juquila el
componente negro se hace presente en los
municipios de San Pedro Tututepec y las
rancherías de Charco Redondo, Chacahua,
La Postería, Río Grande, Santa Rosa de
Lima, El Zapotalito, El Azufre y Yagué”.
En el Estado de Guerrero, los pueblos
con presencia de negros son: Cuajinicuilapa,
Azoyú, San Marcos, Ometepec, Cruz
Grande, Juchitán, Huehuetán, La Barra
de Tecuanapa, San Nicolás Tolentino y
Punta Maldonado entre otros. “Estos datos
son testimonio del padre Glyn Jemmont;
sacerdote católico de ascendencia africana
que lleva mucho tiempo ejerciendo su
ministerio sacerdotal en esta región, fue
nacido, criado y educado en Trinidad y
Tobago, gran parte de su trabajo pastoral
lo ha dedicado a revalorar la cultura negra
de esta región y a restablecer la identidad
del negro costeño que poco a poco había
ido decayendo” (ensayo “Cosmología de
los pueblos negros” información localizada
en el blog de la Asociación Civil México
Negro www.mexiconegroac.blogspot.mx)
Historia
Una de las principales influencias
de los pueblos negros la encontramos en
el habla en el que se identifican una gran
cantidad de modismos propios de los
costeños, como lo podemos observar en los
versos de la canción “Negrito chimeco y
feo”, de Pepe Ramos uno de los difusores
más populares de la chilena en la región.
Yo nací en un bajareque
sin doctores ni enfermeras
mi mamá me trajo al mundo
con ayuda de partera
y crecí cuidando cuches
y pescando chacalín
con mi chicalmaca vieja
en el río de por aquí
Negrito chimeco y feo
casi chirundo me crié
pero tengo el alma blanca
como no la tiene aquel
que nació en pañales limpios
con otro color de piel
negrito puchunco y feo
casi chirundo me crié.
Con mi charpe en el pescuezo
me iba a recoger chihuite
pa que mi mamá cociera
la tichinda o el chipile
como no había pa´jabón
cortaba chicayotillo
para lavar mi cotón
y también mi calzoncillo
Negrito chimeco y feo…
Con mi pelota de trapo
jugaba con los muchitos
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timbones y trasijados
así eran mis amiguitos
me gustaba comer caldo
con machuco y hierba santa
y la iguana con candó
y el chile ajito de panza
Negrito chimeco y feo…
Notas
Bajareque: Chocita sin muros que hace
el campesino para protegerse del sol y la
lluvia durante la labranza.
Cuches: Cerdo.
Chacalín: Camarón de río
Chicalmaca: Especie de red para atrapar
pescado o camarones
Chimeco: Cara sucia
Chirundo: Desnudo
Puchunco: Pelo muy rizado
Charpe: Resortera
Chihuipe: Palos secos usados para
encender fuego
Tichinda: Almeja o mejillón de color
negra
Chipile: Planta leguminosa, parecida
a la alfalfa que, hervido, es uno de los
platillos favoritos en la dieta del costeño.
Del náhuatl, chipillin.
Cotón: Camisa de vestir muy sencilla, de
mangas cortas y cuello redondo. También
se aplica al gabán y bocamanga.
Muchitos: Forma cariñosa de llamar a
los niños
Timbones: Barrigones, panzones, pero
desnutridos.
Trasijados: Flaco, que se le notan las
costillas.
Machuco: Complemento alimenticio
costeño, a base de plátano perón o largo
(macho), hervido y machacado en el
metate, que se le agrega al caldo de res.
Candó: Hierba olorosa que se acostumbra
usar en el caldo de iguana.
Chileajito: Mezcla de chile y ajo para
los caldos.
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012
Con usted, a la Iglesia
Es un sueño de José Rafael Cuauhtémoc
El profesor, que es preparado y sabio,
acude a una feria vocacional en
donde se ofrecen carreras, tanto
técnicas como profesionales y posgrados.
Lleva consigo dos libritos relacionados,
en algo, con la orientación vocacional. Le
importan porque está leyendo uno y el otro
le parece clásico.
Llega al patio interior de la Casa
de Cultura del lugar, que funge como sede.
Tiene que bajar una escalera, que es ancha
pero de pocos escalones, para ingresar en la
zona especialmente dedicada, la cual está
formada por paredes artificiales de madera,
sin techo, que sirven a la vez para que
las instituciones expositoras coloquen la
propaganda correspondiente a sus ofertas.
Recorre lentamente el área
observando el contenido de los carteles sin
detenerse en alguno porque en realidad no
busca con interés especial sino que solo
quiere darse idea y porque, en realidad,
prefiere estar presente por si alguno de los
asistentes requiriera asesoría y consejo,
esperando que lo aborden con confianza
porque casi todos han sido sus alumnos.
Casi para salir encuentra tirada
una palmita de utilería, amarilla, como
de un metro de largo, y decide recogerla
y colocarla en el lugar que le corresponde,
sólo que no sabe en dónde es.
Sale del área y observa que por
fuera hay estantes en donde ofrecen algunos
Onirógrafo
productos como: libros, por ejemplo, y en
uno hay varias personas que atienden; entre
ellas una que le parece conocida.
Decide acercarse y entregarle la
palmita, o al menos preguntarle dónde la
pone. Al hacerlo topa con la coincidencia
de que la persona se ha ocupado y que
tienen en exhibición unos libros que le
llaman la atención. Se acerca a verlos y,
mientras lo hace, la persona se desocupa
y le habla haciendo un comentario chusco
en referencia de la palma amarilla que
lleva en la mano. Antes de que él pueda
responder, otra persona, mujer, bonita, de
edad media, elegantemente arreglada, a
quien no conoce, interviene y se une a la
broma diciendo que si se quiere llevar la
palma la tendrá que acompañar al edificio
de enfrente.
Sucede que en la acera de enfrente
del plantel está la comisaría, pero también
hay un templo lo que aprovecha el
profesor, siguiendo la broma para convertir
la supuesta amenaza en proposición de
boda, y mostrándose anuente para aceptar
la oferta diciendo: “Con una mujer como
Usted, con gusto iría a la Iglesia”. Todos
lo entienden bien y ríen estruendosamente,
menos la aludida que se muestra azorada.
cuauhtemoc_acoltzin@ucol.mx
Creación

Por Jorge Vega
En cuanto iniciaron los avances del noticiero, uno de los
muchachos del autobaño cambió la estación del aparato
de radio. Ni siquiera editorializó con frases como “todos
son iguales” o “son una bola de mentirosos, ni a cuál creerle”.
Simplemente cambió la estación para continuar escuchando
canciones de moda.
De sus compañeros nadie protestó, siguieron enjabonando,
echando agua a presión sobre los autos, secando carrocerías,
parabrisas. Era la hora pesada del mediodía, cuando el buen humor
de la mañana se va por el desagüe junto con el agua sucia.
Al chavito, pensé, no le importó el trabajo de los reporteros,
jefes de información, editores, guionistas, operadores en cabina,
productores y locutores. Sólo quería música para seguir trabajando.
Una crítica demoledora para los noticieros. Tal vez pensó que
no tenía caso escuchar más desgracias ajenas, más mentiras de
políticos. O seguramente no se dijo nada, actuó en automático,
como hacemos cuando algo no nos afecta de manera directa.
En el autobaño aguardaban una mamá y sus dos hijas
vestidas con el uniforme del colegio y una muchacha que no dejaba
en paz el celular. Miraban de reojo la pantalla de un televisor, sin
interés. Pasaban algo de Bob Esponja, un personaje de caricatura
con voz de adulto y la expresión de tonto, que parece entretener a
muchos niños.
A quién podrían interesarle las noticias en un país donde
Cotidianas
Noticias
cada día se descubre un nuevo acto de corrupción (ni siquiera es
necesario agregar “en el gobierno del estado, en el gobierno federal
o el de los municipios”), un narcoasesinato más espeluznante que
el del día anterior o un nuevo video tomado de Youtube donde
alguien llora, grita, se queja, se muere o choca de forma graciosa,
divertida.
Quién tiene ganas de escuchar otra grabación telefónica
donde alguien poderoso o rico soborna para tener aún más dinero
y poder.
Tal vez los medios han gritado demasiado y durante
tanto tiempo, que la gente dejó de asustarse, de echarse a correr
hacia ninguna parte al escuchar sus berridos. ¿Cuántos, ahora,
alcanzan a leer un ejemplar de la revista Proceso de principio a
fin, sin deprimirse o enojarse? ¿Y para qué? ¿De qué le sirve a un
ciudadano equis llenarse de rabia, cuando ni siquiera sabe qué hacer
y cuando no hay en el horizonte líderes ni movimientos políticos o
ciudadanos en los que pueda confiar?
Éste puede ser un buen momento para que pensemos con
calma sobre el país, sobre nuestro destino, sin estar lanzando
gritos histéricos a cada rato, por la radio, la televisión o las redes
sociales, que no conducen a ninguna parte. Debemos ir más allá
de la indignación y la mera condena estéril. Pensar, pensar, pensar
seriamente. Fue Einstein quien dijo que no podemos esperar
resultados diferentes si seguimos haciendo lo mismo.
Pero la respuesta definitivamente no está en negar la realidad,
ocultarnos, apagara la radio, la televisión o dejar de comprar
periódicos. Si la realidad la construimos entre todos, como afirman
los budistas, ¿no podremos ir construyendo y reconociendo otras
realidades, más a nuestro alcance, y finalmente edificar un país en
el que podamos caber todos, un país que salga limpio y renovado
de tanta mugre que hoy nos agobia?
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Artículo
Foto y texto/ Carlos DIEZ
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El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012
A las quinientas
El guardacantos
Ayer compartía con un viejo amigo, escritor colombiano de
buena cuña, acerca del nombre de la foto que hoy presento a
mis lectores: el guardacantos, como una apología de aquel
hermoso cuento del mexicano Juan José Arreola: el guardagujas.
Y es que la imagen, levantada por mi lente hace algunos
años, fue tomada en la ciudad que vio nacer al escritor mexicano,
Ciudad Guzmán, aunque tal vez debería referirme a ella como
Zapotlán el Grande, y, en ella, el sujeto fotografiado parece que
cuidara de las jaulas para aves que tiene a su lado. Y aunque las
jaulitas de madera están vacías, sirven para alegrar el triste canto
de alguna ave condenada por la belleza de su canto a perder la
libertad de manera perpetua.
El personaje es hermoso, mas no la actividad para la cual
contribuye de alguna manera, privar de su libre canto a tantas
especies canoras, incluso en peligro de extinción. Y ocurre que
también me recuerda a mi viejo padre, enamorado de la variedad
de pájaros que hay en Colombia y que él comenzó, digámoslo
así, a coleccionar en preciosas jaulas de gran tamaño que hizo
construir en los patios de la casona donde pasé mi adolescencia en
Medellín.
Recuerdo dos jaulas muy particulares con un par de
sinsontes (así se llama en Colombia a los zenzontles) bastante
bravos y que no podía meter con otras aves porque las mataban.
Sus sinsontes se llamaba Cuchipe y Merengue, y ambos llegaron
a casa como un ragalo de mi hermano mayor, no lo olvido, cuando
apenas empezaban a emplumar, así que mi padre les enseño algunas
canciones que ellos repetían con la sublimidad de sus gorjeos.
Cuando mi padre falleció no sabíamos que hacer en
la familia con la fiesta de sus aves, pues había setenta y cuatro
emplumados animalillos que cantaban día y noche, lo que hacía
parecer nuestra casa, enclavada en medio de la ciudad, como
una casa de campo. Nadie más quiso hacerse cargo de cuidarlos
porque trabajábamos o estudiábamos, así que se optó por donar
una parte al zoológico de la ciudad (los más raros), mientras otros
fueron regalados o bien soltados para que se defendieran solitos.
Sólo Cuchipe y Merengue quedaron en casa de un hermano, el
único que heredó el mismo gusto por las aves de mi padre, y allí
se quedaron con él hasta su posterior muerte.
Hoy miro la foto sobre la cual articulo mi texto y me invade
una gran tristeza al pensar en la bondad de mi viejo padre. Después
de su muerte las mujeres de casa hicieron derribar las jaulas
grandes que había hecho construir el viejo y renovaron los patios
de casa donde vivían en sus jaulas las aves. Fue muy distinto vivir
allí en un principio sin su algarabía, pero, igual, como animales de
* mmcolima@hotmail.com
costumbres que somos, pronto nos acostumbramos al silencio.
Actualmente no permito que mis hijos tengan animales en
cautiverio. Prefiero que la libertad se convierta en un principio de
vida para ellos.
Opinión

Por Nadia Contreras
Crónicas urbanas
El tiempo sobre paredes
y fotografías
El calor de la tarde se adueña del
interior de la casa y se me sube a
la cabeza. Ojalá pudiera traer la
lluvia o el viento. Sí, el viento que ayer
estremeció la tarde, las hojas de los árboles
y las cortinas. Pensé que al entrar octubre
el clima de Torreón se volvería indulgente,
que nos veríamos en las plazas, las calles,
bajo la caricia tibia del sol. El calor en
punto de las tres de la tarde es avasallador.
Entonces, aguardamos la noche para salir
a pasear, acaso, alborotados por la cena en
algún lugar romántico, una buena película,
un buen café en donde se escuche de
fondo la voz de Carly Simon, o un lugar
como una colina de la que se pueda ver la
ciudad entera, el espectáculo de sus luces.
A veces quisiera que Torreón tuviera algo
de Quesería. A un costado de la plazoleta
(hablo de más o menos nueve años atrás)
alguien preparaba café y algunas de sus
calles me llevaban a distancias majestuosas.
Desde sus miradores uno podía ver la ciudad
de Colima o la Colonia Obrera, extendida
de lado a lado y al fondo, los campos verdes
de la caña.
La noche (esa que aguardamos
deseosos), tiene el color de la muerte, las
pérdidas, los desaparecidos, los asesinos a
sueldo o solitarios. El miedo nos recluye
a un tiempo que acontece sobre paredes y
fotografías que después de meses, años se
vuelven sucias, amarillas. Tal vez uno puede
hablar de esto en muchos poemas, cuentos,
novelas, sin embargo, la imaginación
debe nutrirse como el alma del actor, que
caracteriza a los personajes que ve todos
los días cruzar una banqueta y otra, una
avenida y otra y habla con sus palabras, con
su voz en el matiz preciso. ¿En dónde más
se encuentran historias y diálogos certeros?
En la calle, las plazas, los mercados… para
unos; para otros, en el bar, las cantinas, los
moteles… ¿Cuándo fue la última vez que
salimos sin miedo, que fuimos y venimos
como quien no acaba de conocer la ciudad?
Tal vez alguien piense, a estas alturas
del texto, que el escritor tiene otro recurso:
los sueños y que estos sueños pueden suplir
plenamente la falta de libertad. Tiene razón,
en parte. Los sueños pueden borrar la
realidad de una persona. Aquí el pasaje de
Anaïs Nin: “[…] él me lleva a su habitación
y vivimos un sueño, no una realidad. Me
coloca donde quiere colocarme. Incienso.
Adoración. Ilusión. Y el resto de su vida
queda borrado”. El poder sexual de los
amantes borra la realidad. No obstante, una
vez disipada toda esa fiebre lasciva y las
cortinas corridas de la ventana, la realidad,
nos aniquila. ¿Y cómo evitarlo? Lo correcto
aquí sería que toda persona (llámese obrero,
académico, político, guardia de seguridad,
policía, bombero, ama de casa, estudiante…)
hablara al que está junto de sus macabras y
retorcidas intenciones. Tal vez, la sinceridad
pueda en algún momento salvarnos.
Llega, pues, la noche deseada y nadie
en esta casa se atreve a salir. A lo lejos, las
sirenas. Hace un momento escribían a través
del twitter: “se trata de un enfrentamiento
(muy cerca de mi casa) a balazos entre
elementos de las Fuerzas Federales y un
grupo armado, al parecer compuesto por
siete individuos”. El resultado cinco hombres
muertos. Salgo a la puerta y nadie se atreve
a ir más allá de sus bardas, sus rejas. Pasa
una patrulla y me quedo fría. No hay lugar
para las conversaciones, no hay lugar para
mirar a los niños en sus bicicletas o tras el
balón de futbol. No hay lugar para hablar de
la última lluvia, como allá en Quesería, que
Educación
después de la tormenta uno sale a tomar el
fresco al jardín o a uno de esos maravillosos
miradores. Uno ya no sale y si sale lo
hace con prisa, temeroso, cuidándose los
bolsillos, cuidando la vida misma. El miedo
nos recluye definitivamente. No queda si
no ver cómo pasa el tiempo (evoco a José
Emilio Pacheco) sobre las paredes de la
casa (definitivamente otra manera de decir,
cárcel) y cómo las fotografías lentamente se
vuelven amarillas.
Brevísimo
Si la
represión
Por María Magdalena Escareño
Torres*
Si la represión se vive a diario en
las aulas, donde los estudiantes
se esconden en sí mismos al
no aprobar sus exámenes, por apatía
o por problemas, sean tímidos o
cínicos, ¿dónde el eje para el cambio
de actitud?, en la lectura cotidiana y
compartida con confianza y certeza.
*Teatro Independiente Hiperestesia.
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El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012
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Radio
Por Claudia Cecilia Moreno Olmos
Con poco dinero y algo de
miedo, pero con el apoyo
de mi familia, mi novio,
de Universo 94.9 y de mi amiga
Maya Ochoa Montes, que me
hospedó, salí de Colima hacia el
Distrito Federal para asistir a la
9a Bienal Internacional de Radio.
El viaje comenzó a las tres
de la mañana del sábado 29 de
septiembre, en autobús hacia el
Aeropuerto de Guadalajara, para
tomar luego un avión de la aerolínea
más económica del país
y aprender después sobre los temas
actuales de la radio y los de
siempre vistos con ojos nuevos
o con miradas alternas, con distintas
temáticas y personalidades
de variadas ramas y países como
Argentina, Colombia, Perú, España,
Francia, Estados Unidos,
Chile, Canadá, Brasil y, por supuesto,
México.
En la bienal se tocaron
temas tan importantes como la
labor social de la radio, el rescate
de las lenguas originarias y
la oralidad actual, el sentido de
comunidad, diversidad y riqueza
cultural que existe o que debe
existir en las radios nacionales,
comunitarias, universitarias y
culturales y la importancia de
que éstas le den voz a la comunidad
a la que pertenecen.
Todo esto se dio con expertos
no sólo en comunicaciones
sino también de áreas afines
como filósofos, antropólogos
sociales, músicos, sociólogos,
radioastas, artistas sonoros,
guionistas, poetas, DJ’s, artistas
visuales y sus combinaciones,
porque como dijeron Alejandro
Piscitelli en su conferencia
“Bandas creativas y el diseño de
experiencias. La tercera cultura
en la era de las redes sociales” y
Teodoro Villegas en el Taller “El
código que articula palabra y sonido.
Adaptación de textos para
radio”, el futuro de la radio y de
la sociedad es que todos sepamos
hacer dos o tres cosas distintas,
porque las “especialidades” que
se tuvieron como ideal en el pasado,
sólo han funcionado para
En la 9a Bienal
Internacional
hacer que las personas se encierren
en un cuadro sin posibilidades
de explorar su creatividad,
fuera de lo que la razón los obliga
a hacer.
Alejandro Piscitelli habló
sobre su proyecto “Conectar
Lab.” y dijo que su equipo lo
conforman personas con distintas
carreras y oficios, es decir, bailarinas-pedagogas,científicos-
de Radio
Crear paisajes sonoros
de lugares que no existen.
José Iges
artistas, ingenieros-escultores,
etc., porque así pueden compartir
puntos de vista con personas de
distintas ramas o crear materiales
que combinen sus conocimientos
y experiencias. Éste proyecto
tan interesante propone incluir la
tecnología en el aprendizaje, no
sólo cerebral sino corpóreo, así
como promover el software libre
para que la tecnología llegue por
Crónica
10 El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012

igual a todos los estratos sociales
(en el sitio conectarlab.com.
ar se puede tener más información).
En la penúltima conferencia,
Omar Rincón de Colombia
nos hizo un resumen de las
conferencias y lo que para él fue
lo más importante. En la primera,
Jesús Martín Barbero habló
de la revolución oral-visual, la
oralidad del futuro y de que el
internet no es sólo otro medio
de comunicación más, sino una
cultura diferente. En la segunda,
Néstor García Canclini recalcó
que el peligro de la radio no es la
espectacularización, sino la verborrea,
y que su papel es distinto
al de la televisión, por despertar
el sentido de la escucha al prescindir
de imágenes y que eso es
lo que las radiodifusoras deben
aprovechar al máximo.
La doctora en Ciencias
Políticas y Sociales Patricia Ortega
habló de la ciudadanización
de la comunicación y el filósofo
Alejandro Piscitelli de las bandas
creativas colaborativas y de que
el aprendizaje no se realiza sólo a
través del cerebro, sino que entra
también por la experimentación
corporal y en él es posible y necesario
fracasar para que sea real
y duradero. A esto, Omar Rincón
dijo que debemos recordar que la
radio es “música:ritmo:bailao” y
que debemos hacerla bailando.
También criticó a los jóvenes
que van por todos lados con un
casco de audífonos que los cubren
de lo desconocido y de los
sonidos de la calle, que no suenan
igual en el DF que en Colombia
o Colima. Añadió que
así como en cada lugar hay algo
especial y distinto a la vez, como
en Mérida la Trova Yucateca o
en Colima y el Sur de Jalisco el
Mariachi Tradicional o el baile
de la Iguana, no es igual en Colima
que en Veracruz, y la radio se
trata de retratar lo local y distinto
que existe en cada región, no
de copiar formatos globalizados
que no concuerden con la comunidad
a la que pertenecen.
Entonces, por consejo
de Omar Rincón, me fui con
Maya a escuchar a Juan Cirerol,
a probar el falafel, que es algo
así como una gordita elaborada
de pan árabe en vez de masa de
maíz, rellena de unas albóndigas
fritas vegetarianas, que, me instruyo
Maya, son elaboradas con
garbanzo. Vimos y probamos
los quesos y jamones finos y el
Tiramisú hecho con real queso
mascarpone del Mercado de San
Juan; además, Ayerim Vallejo,
una amiga de Mérida de la Radio
Universitaria de Yucatán que co-
nocí en el Taller, me acompañó a
escuchar a Leika Mochán, Tom
Kessler, Brian Allen y Adrian
Flores en Coyoacán y otro día
pude encontrarme con Jacqueline
Zárate, una amiga fagotista
que estudió en el IUBA y que
hace mucho no veía.
El último día fue mi favorito,
ya que con la mesa redonda
“Mundos digitales: órdenes
de percepción y realidad mediática”,
que al ser conformada por
músicos, artistas sonoros, escénicos
y visuales, junto con la
conferencia de José Iges: “El ojo
que todo lo oye. Tensiones y simbiosis
entre lo sonoro y lo visual
en la creación contemporánea”
(del que les recomiendo visitar
el sitio radioartnet.net) dieron
Radio
a la Bienal una perspectiva más
artística, con la que quisiera que
en Universo 94.9, la radio de
nuestra Universidad de Colima,
sigamos experimentando hasta
poder crear, en palabras de José
Iges, “paisajes sonoros de lugares
que no existen”.
Agradezco profundamente
a la directora de Universo
94.9, Ana Karina Robles Gómez
por su apoyo para realizar este
viaje, también a Verónica Rodríguez,
Diana Peña, Karina Ortiz,
Lorena Hernández y Ofelia
Guerrero por las porras que me
echaron cuando anduve allá y
a los roomies de Maya, que me
adoptaron por una semana: Julie
Hagenbuch, Caitlin Liss y Tory y
Tyler Sterling.
*Claudia Cecilia Moreno Olmos es programadora musical de las barras
Cantos del Continente y Hora Sexta de Universo 94.9 y forma parte
del Coro de la Secretaría de Cultura y del Coro de la Universidad de Colima.
Cursó la Licenciatura en Piano de la Escuela de Música del IUBA
y formó parte del taller “La Concordia”, de Jorge Vega, “Los Trabajos
del Mar”, de Víctor M. Cárdenas y actualmente asiste al “Curso-Taller
de Análisis y Escritura de Novela Breve” de César Anguiano.
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012 11

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¡Viva
circo!
Por Tonatiuh Morales V. *
Segunda Parte
Actualmente cohabitan en México un
circo tradicional dignamente representado
por los empresarios mexicanos
que producen espectáculos plenos de remembranza
y colorido, por ejemplo: Suárez,
Atayde, Fuentes Gazca, Vázquez, Padilla,
Ezqueda entre otros y un circo nuevo o contemporáneo,
corriente que llega a México
en los años 90’s con los primeros videos del
Soleil. El nuevo circo surge en Francia en
los años 70’s y se nutre con artistas venidos
de fuera del circo: actores, bailarines, gimnastas,
artistas de calle. Al mismo tiempo se
crean escuelas de circo en el mundo occidental
y la pedagogía circense se vuelve accesible
a los mortales del mundo entero.
Las escuelas de circo se crean en los
países del este de Europa durante el período
comunista socialista hace más de cincuenta
años; el fenómeno es más reciente en occidente
, la escuela de Francia se crea a finales
de los años sesentas y la de Canadá a princi-
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012
pios de los años ochentas, hace casi treinta
años, es con la formación de estas instituciones
que las familias circenses del planeta
pierden la exclusividad de la enseñanza del
arte tradicional en el siglo XX y ceden ante
el ímpetu de las nuevas generaciones egresadas
de escuelas de prestigio como la Escuela
Nacional de Circo de Montreal, la Escuela
Nacional de Circo de Francia, la Escuela Nacional
de Rusia, la Escuela Nacional de Circo
de Cuba, etc.
En nuestro país se ha difundido enormemente
esta corriente de circo nuevo / fuera
del circo desde hace más de diez años y en la
actualidad hay cientos de jóvenes en todo el
territorio nacional practicando las artes de la
calle y las artes circenses sin una pedagogía
adecuada, sin embargo forman una corriente
organizada en grupos que impulsa el desarrollo
de esta nueva manera de hacer circo.
Desde los años 70’s en el siglo XX
hasta nuestros días, las artes del circo y de
la calle han llevado a cabo una evolución
que las ha colocado a nivel de las llamadas
bellas artes, siendo un ejemplo actual de integración
de diferentes disciplinas artísticas
en un trabajo multidisciplinario, además los
espectáculos circenses y de calle en algunos
países del mundo, tienen niveles artísticos de
igual belleza y complejidad que el ballet o
la opera. Asistimos a una nueva era del Arte
Nómada en donde la realización artística esta
basada en una formación profesional escolarizada
y aunque este movimiento setentero
tuvo su origen en Europa, en la actualidad
ejerce su influencia en todo el globo terráqueo.
Dentro de esta realidad, México ha
necesitado una escuela formal de circo y
arte multidisciplinario desde hace más de 25
años, cabe señalar que han existido intentos
tanto independientes como gubernamentales,
para la creación de un centro de formación en
estas artes, pero ninguno se había concretiza-
Reportaje

do debido a la complejidad que implica su
realización, tanto a nivel de logística, como
a nivel pedagógico, pero finalmente se crea
en Marzo del 2006 en la ciudad de Colima el
Centro de Artes Escénicas y Circo Contemporáneo.
Colima, (CEARTECCC) y se abre
al público el 21 de agosto del mismo año,
gracias al apoyo y al esfuerzo del Gobierno
del Estado de Colima,
La misión del Centro de Artes Escénicas
y Circo Contemporáneo es desarrollarse
como una institución de educación, investigación,
creación, producción y difusión
en artes escénicas multidisciplinarias y artes
circenses, formando artistas profesionales
en todas sus disciplinas, conservando las
estructuras clásicas de estas artes en México
y promoviendo la investigación y la creación
como motores de la evolución hacia un
nuevo estilo contemporáneo, acorde con los
niveles actuales de desarrollo de las artes escénicas
y circenses en el mundo.
El CEARTECCC se incluye
dentro de la estructura académica
de la Secretaría de Cultura
del Estado de Colima, principal
promotora de esta iniciativa y se
crea con la visión de desarrollar
las artes escénicas y el circo en
México, en un proceso evolutivo,
multidisciplinario y contemporáneo,
para lograr que nuestros
niveles artísticos y de producción en estas
artes alcancen la excelencia, elemento
indispensable para figurar a nivel mundial,
estimulando la educación del talento, la
conciencia social y la excelencia en la formación
de los artistas del futuro, a la vez
creadores e intérpretes, preparándolos para
una carrera internacional.
CEARTECCC incluye en su estructura
la primera escuela de circo contemporáneo
en México funcionando en tres
áreas: formación profesional, circo y trabajo
social y circo recreativo, atendiendo
una población de alumnos que va entre los
7 y los 25 años de edad, incluyendo públicos
específicos (capacidades especiales,
drogas, rehabilitación, etc.). Las materias
que conforman el plan de estudios se agrupan
en las grandes disciplinas circenses y
escénicas que forman parte de la nueva
pedagogía circense a nivel internacional:
acrobacia, equilibrios, acrobacia aérea,
manipulación de objetos y malabares, arte
dramático, expresión corporal, danza, historia
del arte, música e idiomas.
El CEARTECC cuenta ya con dos
generaciones de alumnos y alumnas egresados
y continuamos compartiendo el sueño
de cientos de artistas en nuestro país:
Construir un circo contemporáneo en
México, conservando, a su vez, la belleza
y la nobleza del Circo tradicional.
Tradición y modernidad binomio inseparable
en la evolución del arte mundial.
¡Viva el circo!
Tonatiuh Morales.
Director del Centro de Artesa Escénicas y
Circo Contemporáneo. Colima. AC.
Licenciatura en Comunicación y Periodismo.
(UNAM)
Licenciatura en Artes Circenses de la Escuela
Nacional de Circo de Montreal.
Ex-artista Cirque du Soleil.
Director, productor y conferencista en Arte
Nómada.
Payaso y clown.
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012 13

14
¡Vuelve el Lago de los Cisnes!, con el
Saint-Petersburg Theatre Russian Ballet
Por Daniel Peláez Carmona
Fotos de Carlos Alberto Arévalos y Dirección de Arte y Cultura
“La magia del ballet clásico impregnó
anoche la atmósfera del Teatro Metropólitan
con la presentación de “El Lago
de los Cisnes”, a cargo de la compañía Saint
Petersburg Theatre Russian Ballet, que a través
de movimientos suaves y acompasados
por la música de P. I. Tchaikovsky cautivó
a chicos y grandes”, así inicia la crónica del
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012
periódico La Jornada y coincide El Universal
tras su exitosa puesta en escena del grupo
ruso que se encuentra de gira en nuestro
país.
Además, ya se presentaron con llenos
similares al del teatro Universitario en el teatro
Manuel Doblado de León Guanajuato en
el marco del Festival cervantino, en el Diana
* Tras el éxito de su presentación el
pasado 6 de octubre en un lleno Teatro
Universitario “Coronel Pedro Torres
Ortiz” y porque una buena cantidad
de colimenses se quedaron sin verlo, la
Dirección de Arte y Cultura de la Universidad
de Colima lo traerá de nuevo
el próximo viernes 19 de octubre a las
8 y media de la noche.
Foto- reportaje

de Guadalajara y como ya mencionamos en
el Teatro Universitario de la Universidad de
Colima.
Quienes tuvimos la fortuna de apreciar
esta propuesta escénica, no dudamos en
volver a verla, porque el grupo de bailarinas
y bailarines demostraron la calidad de su
trabajo y nos cautivaron con su gracia, con
la plasticidad de los movimientos que nos
hicieron evocar a las tan hermosas y níveas
como majestuosas aves.
La Saint-Petersburg Theatre Russian
Ballet es una compañía que ha actuado en los
mejores escenarios del mundo. Con éxito, ha
realizado más de 50 giras, por Japón, Francia,
Bélgica, Inglaterra, Irlanda, España, Estados
Unidos, Países Bajos, Alemania, Finlandia,
Turquía, Estonia, Isla de Malta, Qatar, Chile
y otros países.
Fundado en 1990, este ballet es célebre
por el énfasis en la formación de sus
integrantes. Directores, maestros, solistas y
cuerpo de baile han estudiado y se han gra-
duado en la Academia de Ballet Vaganova; la
más antigua escuela de ballet en el mundo.
Su repertorio incluye, además, clásicos
como: La Bella Durmiente, El Cascanueces,
Giselle, Paquita, Chopiniana, Sílfides,
Don Quijote, La noche de Walpurgis, La
Bayadera y el Concierto de Gala de las estrellas
del Ballet La Edad de Oro del Ballet
de San Petersburgo.
De acuerdo con El Centro Cultural El
Juglar AC, la misión principal de la compañía
es la conservación de las coreografías auténticas
del Ballet Kirov (actualmente Teatro
Mariinsky) , por lo que cada danza se ensaya
y monta siguiendo fielmente la coreografía
original.
El autor de la obra musical, el ruso
Pyotr Ilyich Tchaikovsky nació el 7 de mayo
en 1840, Votkinsk, provincia de Viatka , y
junto con el Lago de los Cisnes tiene otras
dos de las más importantes obras clásicas
del ballet, El Cascanueces y La bella durmiente.
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012 15

16
Literatura
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012
Pa´kompartirt
L i t e r a t u r a c o n t e m p o r á n e a p a r a
niños y jóvenes
Bruno Munari:
las posibilidades creativas
Por Angélica María Montes *
son infinitas
¿
Será Caperucita Roja el cuento clásico
para infantes más popular? Y, ¿qué
pasaría si cambiara de color, de algunas
circunstancias, del final? En Caperucita
Roja, Verde, Amarilla, Azul y Blanca,
Bruno Munari (Milán, Italia, 1907) nos
incita a imaginar, o mejor dicho, a romper
el modelo clásico. Caperucita puede ser
Verde y vive en el bosque; o, Caperucita
Amarilla que es la citadina; o, Caperucita
Azul, la que vive en el mar; o, Caperucita
Blanca, la que habita en un mundo cubierto
de nieve.
Bruno Munari es, más que cualquier
otra cosa, un diseñador. Autor de Cómo
nacen los objetos, la obra más emblemática
de este personaje italiano, también publicó
libros para niños. Quizá como diseñador
Opinión

siempre está proponiendo, siempre está
innovando.
Definitivamente este libro:
Caperucita Roja, Verde, Amarilla, Azul y
Blanca (Anaya, 1981) es de los tantos que
existen capaz de romper paradigmas. Capaz
de provocarnos imaginarnos otros mundos,
otros personajes y, mejor aún, ser un puente
para generar recreaciones de las nuevas
creaciones-recreaciones. De tal manera, que
también podemos imaginar una Caperucita
Floreada, Caperucita Boleada, Caperucita
Rayada, Caperucita Cuadrada, y otros
colores: Magenta, Plata, Negro; creo que es
infinito.
Bruno Munari dedica esta obra a
otro compatriota: Gianni Rodari, pedagogo
autodidacta que incita a imaginar otros
mundos a partir de jugar con las palabras.
La Caperucita que más me sorprendió fue
la Blanca y no quiero decir porqué, es
mejor que adquieran el libro. Y para quien
ha escuchado música de John Cage, está
dedicada a él, y claro que entonces te es
mejor entender a esta niña del color de la
nieve y meterla en los sonidos del músico
que revolucionó la música.
Quizá los reyes del diseño sean los
italianos, herederos de las escuelas de los
grandes maestros de la pintura como Rafael,
Miguel Ángel, Leonardo. Pero también
de crear historias tan fantásticas como La
Divina Comedia de Dante y El Decamerón
de Bocaccio.
De tal manera, que en este librito de
unas 50 páginas (no están numeradas) Bruno
Munari nos presenta posibilidades tanto de
color como de contexto. Retomada de la
recopilación de los hermanos Grimm, estas
breves historias conllevan historias propias
cada una de ellas. Este libro es infaltable en
cualquier biblioteca hoy en día, porque son
historias para echar a volar la imaginación
a niños y a grandes, para quienes escriben
y para quienes dibujan. Para quienes se
imaginan otros mundos.♥
Literatura
El tiempo de la semana
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Cuento
18
La biblioteca
de Babel
La isla negra
Por Socorro Venegas
Que no sabes qué hacer para guardar
lo que soñabas y no querías
Ernesto Mejía Sánchez
No hay ofensa, nada que reprochar
si se acaba el amor. Pero entonces,
¿qué se debe hacer? Vio a Daniela
irse como un barco enorme, cargado de
tesoros y un destino sin retorno. Ian dejó
caer los brazos, vencido hasta la médula.
Pasaron algunos días que se le antojaban
elásticos, interminables; se resistía al dolor,
a las respuestas más fáciles: embriagarse,
salir corriendo o enfermarse de ansiedad.
Trató de vivir disimulando su desastre, se
deslizó por la pátina del día a día sin buscar
ningún consuelo.
No le costó unirse a un grupo de
amigos que planeaba un viaje para investigar
medicina tradicional; concibieron una visita
a tres ancianas de Batabanó, una región
cubana; Ian creyó que le convenía viajar
y se unió a la aventura. Con aire escéptico
vio cómo tres ancianas de túnicas sucias y
cabellos en desorden adivinaban la suerte de
sus compañeros, cómo tiraban los caracoles
para determinar cuántos umbrales podían
cruzarse con fortuna. Declinó participar,
pero una de ellas se acercó y le puso en la
palma de la mano un ovillo de hilo blanco.
Vas a volver, le aseguró aproximando su
rostro cenizo, de ojos claros. Ian lo guardó
nervioso en un bolsillo del pantalón y
fanfarroneó: Ni yo ni el hilito.
Lo demás fue fiesta, en las playas,
en los bares. Una madrugada antes del fin
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012
de ese viaje, en La habana, se separó de
sus amigos. Habían bebido toda la noche
y decidieron mirar el amanecer desde el
malecón. Ian tuvo un impulso. Se marchó
en busca de las brujas, no quería llamarlas
así, pero qué otra cosa eran. Pagó un taxi
que lo llevó de vuelta a la choza apartada
del pueblo lodoso. Le abrió la misma mujer
que le dio el hilo: Eres de los que no pueden
irse, dijo. Clavó en él sus ojos burlones, y se
hizo a un lado.
Se sentaron uno frente al otro,
entre ellos había un tronco viejo, en su
superficie oscurecida caían los caracoles y
las adivinanzas. A Ian se le antojó que ese
tronco era un remolino estancado, y que en
cualquier instante se pondría a girar con sus
designios y constelaciones adentro. Deseó
que pudiera existir un sortilegio que le diera
esperanza. El cuarto era umbrío; en el suelo
había velas rojas y amarillas, numerosas
figuras de santos e imágenes agobiadas, sus
rostros eran la aflicción, el suplicio.
- Dime tu nombre -pidió la vieja.
Él trató de calcularle la edad, y no supo
definirla. Podría ser ya muy anciana, pero
tenía lisa la cara. Sus ojos brillaban. -Tu
nombre-, insistió.
¿Para qué?
Ella, convertida de pronto en eficiente
secretaria, puso un libro grueso sobre el
tronco:
- Aquí están todos los que han venido
por magia, porque la vida no les basta.
Dijo su nombre, y también,
atropelladamente: Necesito que vuelva a mí
la mujer que quiero. La vieja sacó un par de
piedras pequeñas. Las puso sobre el tronco
y le pidió que las tomara juntas y después
escondiera una en cada mano.
- Háblame ⎯le ordenó⎯, déjame
ver cómo tomaste las piedras. Ian abrió
las manos-. Ella no vendrá por su voluntad
-arrastró las palabras con su vocecilla ronca
y vaciló-: ¿De veras quieres traerla?
Sintió un relámpago extendiéndose
desde la base de la columna vertebral hasta
la nuca, la piel se le erizó, pero tuvo coraje
y pensó que ningún daño podía ocurrir.
Puso un puñado de billetes sobre el tronco.
La vieja se irguió y apuntó con el índice:
Dame el hilo. Deshizo la madeja y, en ese
momento, él descubrió que en la penumbra
habían estado siempre las otras dos mujeres,
agazapadas, esperando. Se acercó una a
estirar el hilo, cantaba un secreto. Luego
vino la otra y cerró el canto con el filo de
unas tijeras. Los extremos del hilo fueron
cortados.
- Esto -dijo la primera bruja, nos
pertenece. Apartó los cabos cortados. -Y
este lazo es tuyo. Nómbrala, vas a tirar de su
corazón muy fuerte. Es seguro que vendrá.
En el camino de regreso a La Habana
volvió a deslizarse, esta vez en el sueño. El
taxista, un hombre afable, se dedicaba a fumar
y a canturrear algo, tal vez un bolero. El aire
tibio y violento que venía del mar le infundía
un aspecto irreal a cuanto experimentaba.
No quiso hacerse preguntas ni sacar alguna
conclusión. Llamó a Daniela por teléfono en
cuanto llegó al hotel. Ella aceptó verlo una
última vez. Sólo ahora, cuando sentía que
ya no deseaba a Ian, aceptaba el encuentro.
Ahora que todo estaba terminado podrían
ser amigos, hasta viajar juntos, así se lo
ofreció él en un gesto de generosidad que le
era habitual.
La isla perfumada quedó atrás y
sólo hay un camino maloliente, pobre. Ella
vuelve a preguntarle ¿a dónde vamos?,
pero ni siquiera la mira. Prometió llevarla a
conocer un lugar maravilloso, una isla negra.
Atraviesan la ciudad y el campo en un taxi
desvencijado, en una velocísima fuga; el
calor es terrible.
¿A dónde?
Al fin se detienen. Aquí, indica Ian
señalando un puerto, es Batabanó. Daniela
no tiene aliento para más preguntas. Esperan
abordar un kometa. Tiene alas como un
avión, pero esa ave metálica apenas se
levantará del agua para llevarlos a la Isla
Negra, le explica Ian.
Todo es el mar, el aire, aun la tierra.
Abordan y él, silencioso, se coloca junto a
una ventanilla. Ella está tan cansada que no
percibe la rabia que le ha ido creciendo. Es
hasta que se sienta y estira las piernas que
el fuego en su estómago la dobla; alguien
Literatura

pone ante su rostro una botella de agua que
rechaza con un gesto descortés. Entonces, el
mismo hombre, le enseña una botella de ron:
es un anciano de ojos compasivos y boca
ya sin dientes; la joven vuelve a rehusar.
Ian, pálido y sudoroso, extiende una mano
y alcanza la botella de ron, le da un trago
largo.
Cuando al fin bajan del kometa
Daniela le grita: ¿Hasta dónde vamos,
qué quieres? Ven a verla -dice cabizbajo,
cobarde-, la isla, la playa es negra del otro
lado, el mar también. Ella le da la espalda,
busca con angustia una taquilla, el expendio
de un boleto de regreso. Pero él la toma
suavemente de los hombros y un pedazo de
hielo se deshace sobre ella. Se deja guiar.
Entran en un hotel y a la mitad del pasillo
vuelve a detenerse en seco. Su corazón va
delante de ella, veloz. Él trata nuevamente
de conducirla, mas con un ademán violento
lo rechaza. Aunque sabe que su pasaporte
está en la maleta, la deja caer al suelo. Sin
prisa, pero ciega a cualquier razonamiento,
sale de ahí con paso firme.
En el camino se cruza con mujeres
del campo, amargas y sombrías, hombres de
torsos quemados, niños que la acompañan
como si jugaran con ella. Al llegar a la playa
siente que unas alas se cierran dentro de su
pecho; la arena, el mar, son negros. Como si
fuera de noche. ¿Por qué?, le pregunta a un
pescador de redes vacías.
- Hay mármol negro de este lado de
la isla. Pero el agua está limpia -responde
sin detenerse. Daniela camina ensimismada,
bajo un sol alto. Se da cuenta de lo poco
atractivo que es el lugar, ningún turista
se interesaría por una playa que parece
contaminada. Entiende por qué la gente en
la calle la miraba con tanta curiosidad. Es
una intrusa, y lo es más al descubrir que
hay una pareja sumergida en el mar que no
advierte su presencia. Casi furtiva se detiene
debajo de un árbol lamentable. Los mira con
descaro. Son jóvenes, son como Ian y ella.
Se abrazan, tal vez hacen el amor, las olas
los empujan despacito. Si el agua estuviera
sucia sus cuerpos no brillarían así. Daniela
se sorprende deshaciendo metódicamente
una pequeña madeja de hilo que no sabe
cómo ha llegado a sus manos.
A sus espaldas llega la voz de Ian: Tengo
que contarte algo.
El día, es decir, ese paisaje fantástico
donde una mujer y un hombre hacían el amor
hundidos en un mar que parecía contaminado,
iluminados por el sol en lo más alto, el día,
esa estampa, se resquebrajó. Fueron cayendo
pedazo a pedazo los fragmentos, como
si se tratara del rompecabezas de un niño
caprichoso que ahora decidía romperlo.
Daniela seguía riendo y el cuadro de
Ian se llenaba de cuarteaduras. Había creído
que si le contaba todo, lo de las brujas, el
hechizo, aquel hilo, entonces quizá aún
podría hacer que ese fabuloso navío que era
ella virara hacia él. Pero la nave rompió en
carcajadas y no detuvo su camino.
El crepúsculo pasó. Ian se levantó
inseguro, tambaleante. Al estirar los brazos
extendió un género muy delgado que lo
cubría entero, envuelto en el fino capullo
que una tenaz hilandera hizo para él. Se
limpió la cara, se quitó algunas hebras de
los ojos. Estaba solo, aun así giró buscando,
desentrañando el horizonte.
Caminó hacia el mar y cuando metió
Cuento
los pies entre las aguas le pareció que entraba
en una gigantesca lágrima turbia.
___________
Socorro Venegas (1972) es autora de los libros de
cuentos Habitación (1995), La risa de las azucenas
(1997), La muerte más blanca (2000) y Todas las
islas, con el que obtuvo el VI Premio Nacional de
Poesía y Cuento “Benemérito de América” 2003.
Con la novela Será negra y blanca obtuvo el Premio
Nacional de Novela “Carlos Fuentes” 2004. Fue
escritora residente del Writers Room de Nueva York
durante 2003. Está incluida en varias antologías, entre
ellas: Nuevas voces de la narrativa mexicana (2003) y
Los mejores cuentos mexicanos (2004). Es articulista
y ensayista. Ha impartido talleres de cuento y cursos
sobre literatura en distintos espacios. Ha colaborado
en diversas revistas y suplementos de cultura. Fue
becaria del Centro Mexicano de Escritores y del
Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
(Tomado de la revista La siega, http://www.lasiega.org)
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012 19

20
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012
Una preguntita
Por Ángel Gaona y Paula Delia González N.
Al llegar al cruce de 5 de mayo y Mariano Arista, el despliegue publicitario que
ostentaba el negocio de la esquina llamó irremediablemente su atención.
Como cada vez que había elecciones, innumerables imágenes de
candidatos sonrientes y peripuestos adornaban la fachada del local. Todos, militantes
del partido que durante más de ochenta años permanecía arraigado en Palacio de
Gobierno. Esto y una pick-up forrada con la misma propaganda, le dieron el pretexto
y la ocasión.
Lo pensó un segundo. Se detuvo y, desde el asiento, pregunto con mal fingida
inocencia al borrachín que en ese momento se aferraba al muro, justo en el quicio de la
puerta de ese lugar:
— ¿Es aquí la sede del partido?... como respuesta, y aprovechando la oportunidad,
el ebrio personaje se volvió hacia el interior del establecimiento y, balanceándose, repitió
al malafacha que afanoso trabajaba detrás del escritorio:
— ¡Oye güey, que si aquí es la sede del partido!
El de adentro, visiblemente molesto, lanzó a los dos una mirada de desprecio,
aspiró profundo, echó un escupitajo lejos y, moviendo la cabeza continuó con su
incesante maniobrar de bártulos.
Afuera, el borrachín y Ángel, satisfechos, estallaron en roncas y estridentes
carcajadas que fueron a parar hasta el Jardín de San José…
Crónica

Por Mario Note Valencia
A Janeth S. R., con afecto
Espero que llueva hoy, necesito
escribir una carta… Yo, amiga, soy
de Tecomán, Colima. Allí me verás
en la historia de mis pretéritos años; quizá
alguien, si no es que nadie en realidad,
podrá darte información de mí: por eso te
escribo esta carta.
La calle cerrada donde crecí ha
envejecido, se ha vuelto más pequeña
respecto a la altura de mis vista y mi cuerpo;
el comedor, por ejemplo, ha durado tanto
tiempo que me ha sentido crecer sobre sus
sillas. La verdad es que yo apenas siento
un cambio, ¿qué es el recuerdo si no un
cúmulo de sueños?, ¿sueño y recuerdo no
son el mismo asunto? Pienso así ya que no
hay manera de comprobar la verosimilitud
de los hechos, cuando éstos quedan en
minúsculas fotografías, en las que uno no
siempre aparece. Por cierto, el álbum feriado
de fotos es un artefacto delicado para el
tiempo: revelador indeleble del pasado que
ha pasado y que, por cierto, nunca volverá a
suceder de la misma manera. La fotografía
en la playa, en el campo, con los primos, en
el río, con los hermanos, en los convivios de
los más grandes, los abuelos, en el primer
lloriqueo descubierto, en las primeras
sonrisas genuinas; en fin, la fotografía de
las veces en la que uno no esperaba estar
pensando en esto. Hay fotografías, pocas,
de esos momentos; sin embargo, no hay
fotografía de cuando jugaba con los chicos
de la cuadra, ni tampoco hay fotografía de
cuando yo olvidaba todo con una esperanza
depositada en los diversos juegos pueriles
(es curioso: cuando se es chico se juega a
ser grandes). No hay, tampoco, fotografía
de cuando te conocí.
Puedo trabajar el recuerdo para
contarte cuántas aventuras había fuera de
casa, más allá de los problemas terrenales,
de la casa. Yo era, a excepción de mis
hermanos mayores, uno de los más chicos
de los muchachos del barrio. Cada noche,
Misiva
casi siempre, o cada vez que se pudiera,
nos veíamos a media cuadra para idear un
sinfín de oportunidades, para hacer menos
aburrida y más fácil la vida de los adultos.
No me cuesta nada admitir que gradualmente
uno va presintiendo la lejanía, el hecho de
crecer para siempre y nunca más retornar a
la condición original de la vida. De tantos
niños y niñas que éramos, recuerdo, ahora
a casi todos les he perdido la pista. De un
momento a otro, la muerte o el olvido (que
es otro tipo de muerte) los ha alcanzado.
Ve mi edad, Janeth, dime si no es
que esto ha sido muy acelerado. Si dejé de
parecerme desde hace varios años, ¿desde
cuándo no habrá acabado todo, casi todo?
Puedo, como dije, trabajar el recuerdo, pero
digamos que nada (hasta lo más difícil) ha
sido en vano. Uno va aceptando, quizá por
naturaleza, cuestiones que no le incumbían
a un joven de hace tres o cuatro
décadas, tres o cuatro siglos. Ah,
pero eso sí, evito ser alma vieja
en cuerpo joven; no te apures.
Si es que pasas por aquí,
y te acuerdas de mí, me avisas
con tiempo para prepararte un
breve recorrido por esta ciudad
breve de Colima. Espero que
tu familia no resienta la salida;
creo que, algunas ocasiones, no
es la distancia, sino la ausencia.
Acá te espero, Janeth, toca bien
la puerta, porque cuando estoy
en casa no hago mucho ruido:
soy sigiloso como un tlacuache,
¡uh!, ¡y acá que se dan en los
árboles! A pesar de ello, mi
silencio no contagia a mis
vecinos, que son progenitores
de bastante ruido; pero cuando
hay silencio les aplaudo, y es
cuando ellos me callan. Sin
embargo, esta vez que te escribo
de verdad los admiro, porque
saben respetar la lluvia: ahora
que llueve nadie se ha tomado
el tiempo de molestar.
Me agrada este frescor
y el sigiloso cuchicheo de
la lluvia, un susurro natural
sobre todas las cosas. Me gusta
también el sereno, ese goteo
intermitente. Por la noche, en
mi cuarto, caen sobre mis tejas un montón
de risitas húmedas, y es cuando empiezo a
recordarte. Me gusta pensar que nos llueve,
muchacha, nos llueven las mismas gotas,
me gusta imaginar que quizá hemos sido
tocados por el mismo viento. Al menos
ahora, que sostienes esta carta, sabemos
que la impronta de mis yemas han de
consumirse con el rose de tus dedos. Esto,
aunque no nos veamos… ¿La vista es
otra manera de percibir lo tangible? Las
palabras, por ejemplo, que también tienen
forma, acaso han sido tan serviciales con
nosotros que nos han facultado de diálogos
memorables. Uno atrapa las palabras, o
las pesca invariablemente, o es que vienen
solas según sea menester de quien las usa,
las necesita. Prefiero pensar así: no todo
está prefigurado, no todo ha sido conocido
y, como todo, quedarán cosas sin conocer.
Yo, poco a poco, voy haciéndome la idea
de que no conocerás mis pasos, de que no
preguntarás la calle donde vivo ni tocarás
a mi puerta un día de invierno, cuando
cicatrice el otoño; por eso, y sólo por eso,
escribo esta carta.
Como aquella
tormenta
Por K. Melissa L. Lozano
Tu mirada y tus palabras me recuerdan al pasado
aquel egocentrismo de quien se cree causa y fin.
Me niego más no evito ser débil ante tus labios,
que saben a eres mía y a desasosiego.
Pido piedad a tus mentiras tan descaradas,
que me ilusionan de a poco y luego me dañan,
sigo sin entender a quién crees que engañas
con aquellas sonrisas que no dicen nada.
Te imaginas de todas un suspiro al pasar,
que siguen tus pasos, que escuchan tu voz,
te niegas, no escuchas cuando te digo adiós.
Presumes de mis poemas, ser el tema a tratar.
Y tras las muestras de tu ego crecido
encontré aquello que se hallaba en el olvido,
la mirada incrédula, la actitud violenta
que me inundan los ojos como aquella tormenta.
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012 21

22
Ensayo
Las similitudes entre las premisas de
una de las religiones más grandes del
mundo y una secta judía que existió
en una época similar a la vida de Jesús, ha
sido la polémica más importante desatada
por el descubrimiento de los rollos del Mar
Muerto, ya que afecta las concepciones y
cuestiona las raíces del cristianismo y su
relación con el judaísmo. Stephen Hodge en
la introducción de su libro Los manuscritos
del Mar Muerto escribe que la publicación y
el conocimiento de los rollos del mar muerto
está permeado de un interés sensacionalista,
pero también de “una curiosidad válida
sobre el contenido de los manuscritos y su
relevancia para el cristianismo”.
Por un lado muchos cristianos
observan con desdén los manuscritos
porque exponen una relación más amplia
entre el cristianismo y el cuerpo de doctrinas
del judaísmo, por otro lado, ateos están
listos para saltar y deshacer las creencias
cristianas con los datos que les aportan
El Comentario Semanal / Lunes 15 de Octubre de 2012
Cristianos y Esenios
Por Guillermo Clemente
los rollos. Tales actitudes se observan
indistintamente entre legos y estudiosos.
Las mayores controversias, aunque no las
únicas aportaciones, se basan sobre tres
ejes, datos sobre la rebelión de los judíos en
la rebelión contra Roma hacia el siglo I, el
papel de la secta en el origen de cristianismo
y la relación de Jesús con los esenios.
Los rollos ponen a Jesús y al
cristianismo primitivo en un contexto
preciso al relacionarlo con el judaísmo,
muestran que la época de surgimiento
del cristianismo iniciado hacia el siglo
I, confluían diversas sectas y líderes de
rebeliones en una sociedad convulsa como
la sociedad hebrea hacia finales del siglo I
a. C y el I d. C.
El historiador Flavio Josefo en La
guerra de los judíos nos dice que en esa
época los principales grupos religiosos eran
los fariseos, los saduceos y los esenios. Los
evangelios nos aportan otras pistas. El libro
de Lucas 16 nos hace referencia a un apóstol
como Simón Zelote. Los zelotes eran otro
grupo revolucionario, el libro de Hechos
5 nos muestra dos líderes como Teudas y
Judas el galileo. Asimismo si retrocedemos
unos siglos en la historia judía encontramos
las rebeliones de los macabeos.
Los esenios eran un grupo que vivía
en fraternidad pero que sus convicciones
no sólo eran religiosas sino políticas y
nacionalistas. Ellos fueron parte de la última
rebelión judía contra los romanos de las
cuales Flavio Josefo nos da informes muy
claros en la guerra de los judíos.
El primero punto es que los rollos
nos aportan la visión nacionalista y religiosa
de ese tiempo, la expectación sobre un
Mesías que los librara de sus enemigos,
así como la corrupción de los sacerdotes
de Jerusalén. Es decir el cristianismo se
desarrolló en una época convulsa cuando el
nacionalismo judío se elevó y las rebeliones
de ellos contra los extranjeros fueron cosa
común. La sociedad judía no sentía simpatía
Opinión

con muchos de sus sacerdotes en Jerusalén,
existían expectativas de un Mesías y del
fin del mundo. Los cristianos no surgen de
una manera espontanea, sino anclados a un
contexto y con una solución novedosa a la
devastada sociedad judía.
Por otro lado, los rollos revelan
que muchos de los conceptos cristianos
tienen similitud con la de los esenios y
también que la vida y ordenación eran muy
similar a la de los monasterios modernos.
Edmund Wilson escribe en Los rollos del
Mar Muerto que “Lo que más impresiona
es la semejanza de los cristianos con los
esenios, existen numerosas hipótesis que
definen a Jesús y a Juan el Bautista como
integrantes de la secta….Tenemos la
doctrina de la confraternidad humana, la
práctica del baño ritual, del cual el bautismo
es sobresaliente”. Escribe también Jorge
Dulitzky en Los rollos del Mar Muerto y
las raíces secretas del cristianismo que “las
creencias de los esenios eran similares a
las de otros judíos piadosos que se habían
apartado del clero corrupto de Jerusalén…El
cristianismo coincidía con ellos…Sus ideas
del cumplimiento de los mandamientos, la
conducta bondadosa, el bautismo, el reino
de los cielos, la recompensa por una vida
virtuosa, la visión apocalíptica y la lucha
contra las tentaciones y muchas otros temas
teológicos eran preocupaciones tanto para los
cristianos primitivos como de los esenios”.
Este es otra arista de coincidencia entre el
cristianismo primitivo y los esenios.
El tercer punto es que pareciera que
Juan el Bautista, Jesús y Pablo tuvieron
alguna relación con la secta de los esenios.
Muchas de las hipótesis han surgido por el
estilo de vida de estos tres que son similares
a la de los esenios. Escribe Brownle, citado
por Wilson en Los rollos del Mar Muerto
que “en ninguna parte he encontrado que
Juan no se llevara bien con la secta, pero
en relación la dieta de langostas y miel
silvestre a que se ajustaba en la soledad, nos
recuerda a los esenios expulsados quienes
vivían de hierbas porque habían jurado no
comer alimento alguno que no estuviera
preparado por la comunidad”.
No hay duda alguna que estos rollos
cimbraron a la comunidad religiosa porque
se percibía que movían los fundamentos
históricos de toda religión cristiana. Y nos
preguntamos más aún ¿Quién era Jesús?
¿No son originales los planteamientos
del cristianismo primitivo narrado en los
evangelios sinópticos? ¿Jesús y Juan eran
esenios? Todas estas interrogantes siguen
ahí y a partir de estos rollos muchos han
intentado responderlas.
Bajo esta luz, para algunos Jesús
era sólo un integrante de la secta de los
esenios que traía su interpretación esenia de
la religión judía, variando en su concepción
bélica y sustituyéndola por un lenguaje de
amor; otros piensan que la existencia de
Jesús es la mayor mentira inventada a través
de la historia; para otros Jesús siguen siendo
el ser divino, hijo de Dios que a través del
misterio de la encarnación y su muerte
vino a salvar al mundo de su condición de
perdidos.
A mi parecer, y sólo en mi papel de
lector, los rollos del mar muerto muestran
un contexto donde anclar el cristianismo y
que esta religión surgió en primera instancia,
como una variación del judaísmo que no
intentaba cambiar las creencias desde, sino
revitalizarla, y lo hizo de una manera singular.
El mismo Jesús vindicaba que hacía lo que
habían dicho Moisés y los profetas. Lo
Ensayo
que si Jesús hizo, fue revitalizar conceptos
nuevos anclados al judaísmo. Wilson añade
que “las divergencias son todavía tan claras
entre los rollos y la palabra de Jesús, como
un puente inequívoco entre uno y otro, que
no se ha producido ninguna evidencia que
perturbe la creencia de muchos de que Jesús
fue el hijo de Dios en un sentido especial”.
Lo que los rollos si hacen es aportar
una visión más clara del contexto histórico
del nacimiento de cristianismo. Y sin duda
alguna el gran interés en estos rollos gira en
torno a la figura de Jesús.
Independientemente de las creencias,
no podemos dejar de maravillarnos ante el
genio de Jesús, que sigue siendo la figura
más importante del mundo después de
dos milenios de existencia y que ningún
otro religioso ha tenido impacto como él,
tampoco nos dejamos de preguntarnos ¿que
poder hay en los evangelios que mueve
masas? Las respuestas se quedan en las
creencias de cada una de las personas, y en
espera de nuevas evidencias.
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Por Maru Rocha
Con este largometraje dio inicio el
Primer Festival Colima de Cine
2012, en la función de inauguración
en el Teatro Hidalgo, con la presencia de
diversos invitados especiales del séptimo
arte en nuestro país, que forman parte de los
filmes selectos para exhibirse en Colima;
entre otros, Emilio Echevarría (personaje
central de Memoria de mis putas tristes),
Juan Antonio de la Riva (director de Érase
una vez en Durango), Héctor Kotsifakis
(actor principal de Reacciones adversas),
así como el propio actor principal de esta
cinta inaugural, el querido colimense
Silverio Palacios, a quien se ha designado
merecidamente “padrino del festival”;
quien, por cierto, sí es “profeta en su tierra”,
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Cinefilia
Acorazado
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pues se le reconoce su talento y
por lo mismo, fue ovacionado
con gran entusiasmo por el
variopinto público local en el
abarrotado recinto.
Acorazado (Álvaro
Curiel de Icaza, México, 2008)
es un filme simpático, en el
que indudablemente Palacios
se gana a todas luces el cariño
del respetable con su carisma
y actuación, dotes innegables
que le han caracterizado a lo
largo de toda su filmografía;
sin embargo, el guión falla
en varias partes de la trama
y por ello no es una historia
que cuaje del todo. Arranca
y cierra con ciertos trompicones, amén de
algunas inconsistencias en otras partes de
su desarrollo.
La historia versa acerca de un
sindicalista jarocho que en pie de lucha tras
quedarse sin empleo varios años atrás, junto
con otro grupo de compañeros, “resiste”
como se pueda, el sortear cotidianamente
la vida en Veracruz sin un trabajo fijo. El
grupo de amigos, que ya son mucho más
veteranos que él, le proponen una
“fabulosa” idea: que se lance al mar
al estilo balsero, y que intente llegar
a Miami y allá, fingir que es cubano y
apegarse a la “ley de Ajuste Cubano”
para que sea aceptado en EU como
residente legal, para que al menos él
“la haga en la vida” y deje de ser un
pobre diablo como todo el resto de
amigos desempleados.
Silverio Palacios (así se llama
su personaje, auto interpretándose)
acepta el reto y lleva a cabo el
inverosímil plan. No obstante, éste
no resulta tan perfecto como se
supondría y el destino le juega una
mala pasada, al arribar en su vochobalsa
(o lo que queda de él) nada
menos que a La Habana en lugar
de tierras yanquis. Y a partir de
ahí empieza la verdadera aventura
surrealista al estilo méxico-cubano,

más aún que la ya de por sí loca travesía en
el mar.
La idea central de Acorazado no
es precisamente mala como parodia, su
realización resulta bien lograda, con una
buena inversión en producción y una
acertada fotografía, pero lo deficiente es
cómo armaron la historia en la que se
perciben inconsistencias, tanto en la propia
credibilidad y coherencia narrativa, como
en la continuidad de la misma (se notan
varias partes en las que el manejo del tiempo
les falla). A esto hay que agregarle que el
“idioma cubano” es, en algunos momentos,
ininteligible: por más que agucemos el oído
y hasta intentemos la lectura labio-facial
de los personajes de la isla, nos perdemos
fracciones de los diálogos (sería mejor que
se optara por usar subtítulos en algunos
casos).
Por otra parte, Acorazado oscila en
las arenas movedizas de comedia con visos
de drama y ciertas pinceladas de una especie
de chusco surrealismo felliniano (la escena
en la que Silverio jala su vocho-balsa hacia
el mar ―a manera de un cristo cargando su
cruz en pleno viacrucis semanasantero―
es uno de los mejores ejemplos de ello),
amén de sátira y crítica político-social, en
la que definitivamente algo le faltó para
que hubiera quedado redondita y coherente,
además de esa ambigüedad para determinar
a qué género pertenece.
No obstante todo lo anterior, Silverio
Palacios con su actuación resulta por demás
entrañable y convincente, rescatando él solo
(otra vez como Cristo que carga íngrimo
su cruz) la película, que es su película. Es
encantadora su frescura y espontaneidad,
carisma y sentido del humor, en la que
encarna perfectamente bien al mexicano
común: dicharachero y malhablado que,
gracias a esa resistente idiosincrasia nuestra
“aguanta vara”, y con estoicismo, todos los
infortunios de la vida; pero que también
tiene garras para defenderse de las múltiples
adversidades, al menos con bastante gracia
y mucho folclor en el habla popular (las
clásicas mentadas y otras linduras verbales
de nuestro amplio repertorio nacional).
Otro acierto, además de la fotografía
y el del propio Silverio, lo conforma la
infaltable música, no sólo la cubana (ya de
por sí tan alegre y guapachosa con sus sones
y danzones), sino la del resto de la película,
imprimiéndole un buen toque perfectamente
armónico en cada una de las escenas.
Finalmente, se puede decir que
aunque Acorazado renquea un poco como
filme, vale la pena verlo tan sólo para
admirar nuevamente el talento histriónico,
la sencillez y picardía del “paisano” Silverio
Palacios.
marurochaz@yahoo.com.mx
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